LAS LEYES DEL 25 DE AGOSTO DE 1825. “La Honorable Sala de Representantes de la Provincia Oriental del Río de la Plata en uso de la soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente reviste para constituir la existencia política de los pueblos que la componen, y establecer su independencia y felicidad, satisfaciendo el constante, universal y decidido voto de sus representantes, después de consagrar a tan alto fin su más profunda consideración, obedeciendo la rectitud de su íntima conciencia, en el nombre y por la voluntad de ellos, sanciona con valor y fuerza de Ley Fundamental, lo siguiente: LEY DE INDEPENDENCIA. 1º Declara írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre todos los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental por la violencia de la fuerza, unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil, que la han tiranizado, hollado y usurpado sus inalienables derechos, y sujetándola al yugo de un absoluto despotismo desde el año de 1817 hasta el presente de 1825... 2º En consecuencia de la antecedente Declaración, reasumiendo la Provincia Oriental la plenitud de derechos, libertades y prerrogativas inherentes a los demás Pueblos de la tierra: se declara de hecho y de derecho, libre e independiente del rey de Portugal, del emperador del Brasil y de cualquiera otro del universo y con amplio poder para darse las formas que, en uso y ejercicio de su soberanía, estime conveniente”. LEY DE UNIÓN. “La Honorable Sala de Representantes de la Provincia Oriental del Río de la Plata, en virtud de la soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente reviste para resolver y sancionar todo cuanto tienda a la felicidad de ella, declara que su voto general, constante, solemne y decidido es, y debe ser, por la unidad con las demás Provincias Argentinas a que siempre perteneció por los vínculos más sagrados que el mundo conoce. Por tanto, ha sancionado y decreta por Ley fundamental la siguiente: “Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de sud América, por ser libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen, manifestada con testimonios irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período que la regeneración política de dichas provincias”. LEY DE PABELLÓN. “... Siendo una consecuencia necesaria al rango de la independencia y libertad que ha recobrado de hecho y de derecho la Provincia Oriental, fijar el Pabellón que debe señalar su Ejército y flamear en los pueblos de su territorio, se declara por tal el que tiene admitido, compuesto por tres fajas horizontales, celeste, blanca y punzó, por ahora y hasta tanto que incorporados los diputados de esta provincia a la soberanía nacional se enarbole el reconocido por el de las Provincias Unidas del Río de la Plata a que pertenece”. Tomado de: Alfredo Castellanos: La Cisplatina, la independencia y la república caudillesca. 1820-1838.Historia Uruguaya. Tomo 3. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo. 1994. Páginas 42 y 43. LA CONVENCIÓN PRELIMINAR DE PAZ (1828). Artículo 1º. Su Majestad el Emperador del Brasil declara la Provincia de Montevideo, hoy llamada Cisplatina, separada del territorio del Brasil para que pueda constituirse en Estado libre e independiente de toda y cualquiera nación, bajo la forma de gobierno que juzgue conveniente a sus intereses, necesidades y recursos. Art. 2º. El gobierno de la República de las Provincias Unidas concuerda en declarar por su parte, la independencia de la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina, y en que se constituya en Estado libre e independiente, en la forma declarada en el artículo antecedente. Art. 7º. Los mismos representantes se ocuparán después en formar la Constitución política de la Provincia de Montevideo, y ésta, antes de ser jurada, será examinada por comisarios de los dos gobiernos contratantes con el único fin de ver si en ella se contiene algún artículo o artículos que se opongan a la seguridad de sus respectivos Estados. Si aconteciere este caso, será explicado pública y categóricamente por los mismos comisarios, y en falta de común acuerdo de éstos, será decidido por los dos gobiernos contratantes. Art. 10º. Siendo un deber de los gobiernos contratantes auxiliar y proteger a la Provincia de Montevideo hasta que ella se constituya completamente, convienen los mismos gobiernos en que, si antes de jurada la Constitución de la misma Provincia y cinco años después la tranquilidad y seguridad fuese perturbada dentro de ella por la guerra civil, prestarán a su gobierno legal el auxilio necesario para sostenerlo. Pasado el plazo expresado, cesará toda la protección que por este artículo se promete al gobierno legal de la Provincia de Montevideo, y la misma quedará en estado de absoluta y perfecta independencia. Art 12º. Las tropas de la Provincia de Montevideo y las tropas de la República de las Provincias Unidas, desocuparán el territorio brasileño en el preciso término de 2 meses, contando desde el día en que fueran canjeadas las ratificaciones de la presente convención, pasando las segundas a la margen derecha del Río de la Plata o del Uruguay, menos una fuerza de mil quinientos hombres, o mayor, que el gobierno de la sobre dicha República, si lo juzgare conveniente podrá conservar dentro de la referida provincia de Montevideo, en el punto que escogiera hasta que las tropas de S.M. el Emperador del Brasil, desocupen completamente la plaza de Montevideo. Artículo adicional.- Ambas partes contratantes se comprometen a emplear los medios que estén a su alcance a fin que la navegación del Río de la Plata, y de todos los otros que desaguan en él, se conserven libre para el uso de los súbditos de una y otra nación por el término de 15 años, en la forma que se ajustare en el tratado definitivo de paz”. PRIMERAS PRESIDENCIAS. 1830-1838. Fructuoso Rivera (1830-1840). Rivera, típico caudillo de la revolución, tuvo pleno dominio del escenario geográfico donde actuó, singular aptitud para la política, espontaneidad y soltura en su forma de ser y actuar. Esto se reflejó en su labor gubernativa: sin apego a los formalismos legales, fue prodigio en las rentas públicas, tierras y ganado. Sintiéndose identificado con el medio rural dejó el gobierno en manos de sus colaboradores. Manuel Oribe (1835-1838). Su personalidad se contraponía a la del caudillo Rivera; era ante todo un soldado al servicio del la ley y del orden, por ello se lo conoció como “el amigo del orden y el defensor de las leyes”. El gauchaje lo miraba con respeto y la oficialidad con admiración. Como gobernante demostró una gran capacidad de trabajo; era metódico, severo, ordenado, honesto y poco flexible para adaptarse a los vaivenes políticos. Controló todos los detalles de la labor gubernativa, especialmente los gastos públicos y el pago de la deuda. PROBLEMAS DEL PERÍODO. Durante la presidencia de Rivera se produjeron varios levantamientos que tuvieron como causa la mala administración, la gestión de los colaboradores del presidente, la ausencia de éste de la capital y la ambición de Lavalleja de ocupar la primera magistratura. Todos ellos fracasaron. En 1836, el presidente Oribe decidió la supresión de la Comandancia General de la Campaña, cargo ocupado por Rivera quien, en los hechos tenía tanto poder en el medio rural como el presidente. Esto motivó el inmediato levantamiento de Rivera en julio de 1836. Los pobladores de la campaña sintieron que “el presidente se había sublevado contra don Frutos”. APARICIÓN DE LAS DIVISAS. Este movimiento revolucionario también fracasó. Rivera fue vencido en la BATALLA DE CARPINTERÍA (setiembre de 1836). La importancia de este hecho fue que en esa oportunidad se usaron por primera vez las divisas blanca y colorada. El 10 de agosto Oribe había decretado que toda la población tanto civil como militar, debía usar obligatoriamente una cinta blanca en el vestido o en el sombrero con la inscripción “Defensor de las Leyes”. Así se llamaron, los defensores del gobierno: blancos o blanquillos los titularon los revolucionaros quienes a su vez adoptaron por orden de Rivera la divisa celeste (el otro color de la patria) que luego cambiaron por colorado por tratarse de un color más visible e intenso, resistente a la lluvia y al sol. Con estas divisas se identificaron nuestros nacientes partidos tradicionales, en ese momento simples bandos o tendencias. Al año siguiente, Rivera invade desde Río Grande (Brasil) obteniendo victorias decisivas que llevaron al presidente Oribe a abandonar el gobierno bajo protesta a Rivera. Rivera contó con el apoyo de revolucionarios riograndenses –farrapos- y la flota francesa que impuso el bloqueo al puerto de Buenos Aires para impedir la ayuda que Rosas podía brindar a Oribe. Estos hechos demuestran la injerencia de los partidos políticos de los países vecinos en la política interna del nuevo estado. Extraído de: SIGLO XIX en Europa, EEUU, América Latina y Uruguay. Sara Abadie et alt. La Guerra Grande (1838-1851). El conflicto desarrollado durante la Guerra Grande fue de tal complejidad que es posible distinguir en él varios niveles de enfrentamiento. Un primer nivel, se desenvolvió dentro del país con la lucha entre Rivera y Oribe, y casi enseguida, entre colorados y blancos, bandos políticos todavía y no partidos. Un segundo nivel fue protagonizado por la alianza de las corrientes políticas argentinas de unitarios y federales con colorados y blancos, salteándose así las fronteras meramente jurídicas del Estado Oriental. Y todavía en un tercer nivel que amplificó y prolongó la guerra, entraron las primeras potencias europeas de la época. Inglaterra y Francia, en defensa de sus propios intereses comerciales y políticos. Todos estos niveles se desplegaron sucesiva o simultáneamente. Además, la lucha no fue solo militar sino también ideológica, puesto que se enfrentaron posturas nacionalistas y autoritarias con las europeizantes y liberales. Cuando los bandos se transformen en partidos políticos, blancos y colorados habrán incorporado aquéllos o estos rasgos. Benjamín Nahum. Manual de Historia del Uruguay. Tomo 1. EBO. Mdeo. Página 85. La Guerra Grande constituyó el momento de mayor peligro para la supervivencia del Estado oriental en el siglo XIX. La vinculación de blancos y colorados con federales y unitarios argentinos “internacionalizó” el conflicto y ese rasgo se acentuó aún más con la intervención anglo-francesa. La supremacía de los bandos políticos en la campaña (blancos) y en la ciudad (colorados) contribuyó a la paulatina conformación de cierto contenido ideológico en ambos. Los blancos, dominando el interior durante nueve años, se fueron identificando con la campaña y la afirmación del ser nacional, con el orden y la autoridad (la ley), que venían de la tradición hispánica y colonial. Los colorados, conviviendo en la ciudad con muchos europeos y admirando sus ideas e instituciones, se fueron identificando con lo urbano y las corrientes liberales, abriéndose tanto a las novedades del mundo cuanto a los inmigrantes que afluían. A los bandos políticos les costó tanto convertirse en partidos, como al país convertirse en nación. Benjamín Nahum. Ob cit. Página 99. LOS TRATADOS DE 1851: el gobierno de la Defensa obtuvo el apoyo del Brasil en la lucha contra Rosas a cambio de los tratados firmados por Andrés Lamas, representante del gobierno de la Defensa ante el Brasil: Tratado de Límites: se renunciaba a los límites legítimos establecidos en el tratado de San Ildefonso y se reconocía como límite norte el Río Cuareim. Tratado de Alianza: se consagraba la intervención del Brasil en los asuntos internos del Uruguay. Tratado de Extradición: se permitía la devolución de los esclavos brasileños refugiados en nuestro país, donde no existía ya la esclavitud. Tratado de Comercio y Navegación: se establecía la común navegación del Río Uruguay y sus afluentes. Por diez años no Se cobraba impuesto al tasajo que se exportaba a Río Grande y se reconocía la libre exportación del ganado en pie a esa región. Tratado de Prestación de Socorro: el Brasil prestaba mensualmente 60.000 patacones con elevado interés y como garantía se hipotecaban las rentas de aduana, importante fuente de ingresos de la República. Extraído de Sara Abadie et alt. Siglo XIX. Monteverde. Mdeo. Página 99. 1- Realice un esquema agrupando a quienes pelearon en la Guerra Grande. 2- ¿Por qué intervinieron Francia e Inglaterra? 3- ¿Cómo se originó la guerra? 4- ¿Por qué se firmaron los tratados del 51?