Área VIII Área Gestión de Recursos Humanos y Régimen Laboral Público VIII El quebrantamiento de la buena fe y los deberes esenciales que deben cumplir los trabajadores, a propósito del reciente pronunciamiento de la Corte Suprema Ficha Técnica Autora : Arelis Natalí Figueroa Obregón* Título : El quebrantamiento de la buena fe y los deberes esenciales que deben cumplir los trabajadores, a propósito del reciente pronunciamiento de la Corte Suprema Fuente : Actualidad Gubernamental, Nº 65 - Marzo 2014 Sumario 1. 2. 3. 4. Introducción Antecedentes Análisis jurisprudencial Reflexiones finales E ste artículo pretende analizar el importante aporte interpretativo que ha supuesto la reciente sentencia casatoria que ha emitido la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema, mediante la cual se ha determinado que existen deberes esenciales dentro de una relación laboral, deberes que aunque no se encuentren expresamente señalados en un contrato laboral son plenamente exigibles y que su incumplimiento generaría una falta grave y la consecuente causa justa de despido. Palabras claves. Buena fe, esenciales, diligencia, obediencia. 1. Introducción La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema ha publicado en el diario oficial El Peruano la sentencia recaída en la Casación Laboral N° 9483-2012 Cusco (en adelante, la Sentencia), mediante la cual ha introducido una serie de precisiones relacionadas a los deberes esenciales que deben de cumplir los trabajadores, analizando tres de ellos esencialmente, el deber de obediencia, el deber de diligencia y el deber de buena fe. * Bachiller en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú Asesora Legal del Estudio Obregón Sevillano. Mediante esta sentencia casatoria, se han incorporado importantes conceptos interpretativos para analizar los deberes esenciales así como el análisis sobre si el quebrantamiento de los mismos configuraría una causa justa de despido. Como lo hemos señalado, este fallo es muy importante por las nuevas consideraciones interpretativas que nos brinda, mediante una interpretación integral de la norma y con nuevas precisiones, como por ejemplo que el incumplimiento de los deberes esenciales configuraría causa justa de despido. Puesto que debemos entender que en toda relación laboral existen deberes que no requieren estar expresamente especificados en un contrato escrito, estos deberes implícitos son igual de exigibles por el empleador por lo que el trabajador debe de tomar todas las medidas necesarias para no incumplirlos. En el presente artículo, analizaremos esta Sentencia novedosa que debería ser pauta para las interpretaciones futuras de los jueces laborales e importante para la consideración y conocimiento tanto del empleador como del empleado en su cotidiana relación laboral. 2. Antecedentes La Sentencia de la Corte Suprema es derivada de un recurso de casación que interpuso la demandante, la señora Rocío Martínez Peña, en contra de su exempleador, la sociedad denominada Rico Pollo Sociedad Anónima Cerrada. Consideramos adecuado delimitar la definición y la función de una sentencia casatoria, a razón de ello es que podemos definir a la casación como un recurso extraordinario ya que «es una acción de impugnación que se lleva ante el órgano Actualidad Gubernamental judicial supremo para obtener la anulación de una sentencia de un juez inferior, que contenga un error de derecho en la decisión de mérito» (Calamandrei, 1945). Esta solicitud de revisión de una sentencia de segunda instancia, excepcionalmente la casación se convertiría en una tercera instancia, se convertiría en la instancia final e inapelable. Cabe añadir que al ser un recurso delimitado y excepcional solo podrá solicitarse en ciertos supuestos específicos y cuando se haya agotado la impugnación en la vía ordinaria. Es así que en este caso, existieron dos sentencias anteriores y la Sentencia de la Corte Suprema ha puesto fin al proceso laboral entablado por la demandante, señora Rocío Martínez Peña. Ahondaremos en cada una de las instancias previas a la Sentencia para poder contextualizar y entender los hechos y visualizar la importancia de la interpretación asumida por la Corte Suprema en la Sentencia. Primera instancia: La demandante inicia su demanda contra su exempleadora, Rico Pollo Sociedad Anónima Cerrada, por el pago de una indemnización por despido arbitrario al considerar que no ha incurrido en causal de falta grave respecto de las imputaciones realizadas por su exempleadora. Las imputaciones (para el despido) que se le realizaron a la señora Martínez están referidas al quebrantamiento de la buena fe laboral en tres puntos esenciales de conducta: a. Adulteración en el sistema mantenimiento de ventas, incrementando unidades de mercadería en el sistema de la empresa, lo cual ha provocado una diferencia entre unidades de sistema N° 65 - Marzo 2014 VIII 1 Informe Especial Gestión de Recursos Humanos y Régimen Laboral Público VIII Informe Especial con las unidades de los comprobantes de pago durante el mes de enero. b. Incumplimiento del procedimiento de recepción de mercaderías. c. Entrega de dinero al señor Derly Ccolqque (contador y cajero de la empresa) sin haber observado el procedimiento de entrega de dinero y sin haber suscrito el formato AD-11. i. Es así que, el Primer Juzgado de Trabajo del Cusco mediante sentencia de fecha veintiuno de junio de dos mil doce le otorgó la razón a la demandante y declaró fundada la demanda de Indemnización por despido arbitrario. Entre los principales argumentos que sustentaron dicha sentencia de primera instancia, el juzgado señaló que las conductas efectuadas por la demandante se originaban a razón de la costumbre y que no estaban bien regulados los procedimientos a seguir por lo que no se podía imputar su cumplimiento, así también que no se consideró aspectos fundamentales como el tiempo de servicio el hecho de no haber recibido sanciones o similares anteriormente. Segunda instancia: La parte vencida (Rico Pollo Sociedad Anónima Cerrada) apela la sentencia de primera instancia por considerarla no sujeta a derecho ante la segunda instancia que en este caso correspondía a la Corte Superior de Justicia del Cusco. Es así que luego el Colegiado Superior de la Sala Constitucional y Social de la Corte Superior de Justicia del Cusco, revoca la sentencia apelada reformándola, declara infundada la demanda, contradiciendo a su inferior jerárquico por considerar que existió quebrantamiento de la buena fe laboral. Entre las principales afirmaciones que esboza la Sala para declarar infundada la demanda se encuentra la consideración acerca del conocimiento de la demandante de su proceder irregular al manipular la información del sistema, puesto que admite en su Informe N° 001-2012- RMP-01-CASCAPARO, de fecha veintinueve de enero de dos mil doce, que ello se desarrollaba porque el sistema lo permitía y que esta conducta constituía una falta grave frente a las autoridades competentes. Así también se consideró que por el cargo que ostentaba de encargada de tienda necesariamente debió tener conocimiento de algunas obligaciones esenciales. Obligaciones que incumplió. Y asimismo, la demandante tenía conocimiento que de forma previa se había realizado un arqueo al cajero, al cual se le encontró un faltante del mismo monto el cual la demandante había entregado, por ello si bien sostiene que entregó el monto al cajero, esta conducta no la exime de su obligación VIII 2 de recabar el cargo correspondiente, más aún si se considera los antecedentes del señor Derly Ccolqque. 3. Análisis jurisprudencial En este subacápite analizaremos a detalle los aspectos más trascendentales y novedosos de la Sentencia. La Corte Suprema inicia el análisis del caso basándose en los hechos que generaron el despido disciplinario y si los mismos constituían falta grave que pudiera acarrear una causa justa de despido basándose en el inciso a) del artículo 25°1 del Decreto Supremo N° 003-97-TR, Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral. Para poder entender el criterio jurisprudencial referente a la definición y aplicación de la falta grave, resulta pertinente señalar el criterio que tuvo la Corte en un caso anterior. Es así que en la Casación Nº 2147-2004-LIMA la Corte señaló que: «El artículo 25º del Decreto Supremo Nº 00397-TR la falta grave es la infracción a los deberes esenciales del contrato de trabajo (…) la norma aludida establece que la falta grave debe ser de tal magnitud que haga irrazonable la continuación de la relación laboral, esto importa que la falta debe ser absolutamente irreparable al punto de hacer irrazonable continuar con el contrato de trabajo o que el trabajador sea de tal manera reincidente que haga suponer que no cambiará su conducta. La falta grave como causa de extinción legítima del contrato de trabajo debe reunir determinadas características suficientes para sustentar la validez de la decisión extintiva del empleador a saber: a) La infracción de los deberes esenciales que impone al trabajador el contrato de trabajo y que si bien la Ley de Productividad y Competitividad Laboral no los enumera expresamente subyacen o se deducen de las propias causas de despido que constituyen normas secundarias que establecen una consecuencia jurídica para el caso de violación de las normas primarias que llevan implícitas; b) La gravedad de la falta grave que consiste en una lesión irreversible al vínculo laboral producida por acto doloso o culposo del trabajador que hace imposible o indeseable la subsistencia de la relación laboral que por su carácter intuito personal por la vinculación directa a veces inmediata y constante entre el empleador y trabajador impide que pueda sobrevivir una relación que ha sido destruida por la desobediencia, la deslealtad, el engaño, el abuso de confianza o la inmoralidad; y c) la culpabilidad del trabajador que alude al actuar libre y no necesario del trabajador lo que determina su imputabilidad y por consiguiente su res1 Artículo 25°.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que emanan del contrato, de tal índole, que haga irrazonable la subsistencia de la relación. Son faltas graves: a) El incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral, la reiterada resistencia a las órdenes relacionadas con las labores, la reiterada paralización intempestiva de labores y la inobservancia del Reglamento Interno de Trabajo o del Reglamento de Seguridad e Higiene Industrial, aprobados o expedidos, según corresponda, por la autoridad competente que revistan gravedad. Actualidad Gubernamental N° 65 - Marzo 2014 ponsabilidad por el incumplimiento de las obligaciones laborales que le conciernen sean estas atribuibles al dolo o a su negligencia inexcusable». Con lo que en un criterio anterior y vinculante se nos ha precisado criterios relacionados a la falta grave señalándonos que para merituar el efecto de la comisión de esta falta se debe analizar la magnitud de la acción, así como si es reparable e irreversible la infracción cometida. Estas consideraciones son imprescindibles para poder determinar si es razonable la continuación de la relación laboral así también se deberán de considerar supuestos como la reincidencia en la conducta del trabajador al merituar la gravedad de la falta y de sus efectos. Cabe precisar que ciertas faltas graves ocasionarán que se quiebre toda relación entre el empleador y el trabajador, lo que ocasionará que sea una lesión irreversible al vínculo laboral. En el presente análisis de la Sentencia resulta de relevancia el extremo referido al incumplimiento de las obligaciones de trabajo (tipificado como falta grave) que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral, pues este fue el sustento del empleador para el despido de la trabajadora. La Corte realiza su análisis basándose en una interpretación amplia y no solo literal de nuestra normativa y adecuándolo al caso concreto, brindándonos nuevos conceptos que deberán ser considerados a futuro tanto por trabajadores como por empleadores, e incluso deberían adecuar estas distinciones realizadas por la Corte en sus políticas internas. 3.1. Contrato de trabajo El contrato de trabajo es el eje de la relación laboral, el cual no encuentra su origen, necesariamente, en un contrato de trabajo escrito, en el cual las partes hubieren consensuado cada una de las obligaciones asumidas con motivo de su celebración sino que por el contrario, tal y como nos lo precisa la Corte en la Sentencia, el contrato se configura con el mero consentimiento de las partes. El contrato escrito es una formalidad exigida en ciertos tipos de contrataciones (como las de plazo determinado o sujetas a modalidad), empero ello, en los casos de contratos indefinidos el contrato puede ser simplemente de forma verbal y en esas circunstancias una de ellas se obliga a prestar servicios bajo las directivas y fiscalización de su contraparte dentro de los parámetros del ordenamiento jurídico. Área Gestión de Recursos Humanos y Régimen Laboral Público En ese sentido, los tratadistas Palomeque López y Álvarez De La Rosa señalan que «(...) Contrato de trabajo será aquel acuerdo por el que una persona (trabajador) presta voluntariamente sus servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección de otra persona física o Jurídica (empleador o empresario)». (Palomeque y Álvarez, 2008) Entendiendo ello, las obligaciones que asume el trabajador se enmarcan tanto en las directivas propias del empleador como en las obligaciones que el marco jurídico le impone. Las mismas que son plenamente exigibles, sin requerirse de un contrato escrito que lo señale. En ese orden de ideas, la Sentencia señala que las obligaciones asumidas por las partes, con motivo del contrato de trabajo, no se limitan únicamente a las pactadas en contrato escrito, sino que las mismas derivarán, también, de las disposiciones normativas que la regulen. Es así que el trabajador se encuentra obligado al cumplimiento de los deberes esenciales, los mismos que pueden o no encontrarse literalmente en un contrato escrito. El incumplimiento de estos deberes esenciales acarreará la comisión de falta grave, y razón justificada para el despido. Se debe entender entonces que si bien la principal obligación de los trabajadores en el marco de una relación laboral, se circunscribe a la prestación personal del servicio. En la normatividad laboral se establecen exigencias mínimas que dicha prestación de servicio debe satisfacer, a efectos de un desenvolvimiento regular del vínculo laboral. En dicho sentido, como lo sostiene el profesor Montoya Melgar, «(…) además del deber de realizar una obra o servicio, el trabajador asume otras obligaciones que a veces son meras modalizaciones del deber de trabajar pero que en ocasiones son fuente de deberes autónomos; se trata, fundamentalmente, del deber de diligencia, del de buena fe y del de obediencia». (Montoya, 2009) Es entonces que la Sentencia considera que además de las labores propias asignadas a un trabajador, este mismo debe asumir ciertas conductas mínimas, como lo son el deber de diligencia, de obediencia y de buena fe, que no requieren encontrarse escritos en un contrato para ser exigibles puesto que los mismos son recogidos por nuestra normativa laboral y por ende son plenamente exigibles. 3.2. Deber de obediencia En relación con el deber de obediencia, la Sentencia nos precisa que este tiene correlato con el poder de dirección, organización fiscalización (y eventual sanción) de la prestación que ostenta el empleador, pues precisamente es aquel (el empleador) quien planifica y dirige la actividad empresarial u objeto social que desarrolle en el mercado, correspondiendo a los trabajadores el cumplimiento de sus directivas relacionadas con la ejecución de sus labores dentro de los límites de razonabilidad y respeto de los derechos fundamentales. Es entonces, el deber de obediencia una premisa fundamental dentro de una relación laboral, al ser el que permite que el empleador ejerza su poder de dirección y emane órdenes que deberán de ser cumplidas por su trabajador. Por lo antedicho, entendemos que el incumplimiento de este deber de obediencia y la reiterada resistencia a las órdenes relacionadas a las labores constituiría acorde a nuestra normativa, la comisión de falta grave y causa justificada de despido. 3.3. Deber de diligencia Este deber implícito a todo trabajador está referido esencialmente al cumplimiento de las labores de una manera ordenada y no defectuosa, es decir, cumpliendo las labores de una manera diligente y de una manera acuciosa, entendiendo las limitaciones de una relación laboral. Así por ejemplo, nuestra normativa prevé la posibilidad que el empleador sancione la disminución deliberada y reiterada del rendimiento de los trabajadores, así como la utilización indebida de los bienes del empleado. Ya que estas conductas configuran una falta al deber de diligencia que es un deber esencial en la relación laboral. 3.4. Deber de buena fe El deber de la buena fe está referido esencialmente a un comportamiento esperado por parte de ambos componentes de la relación laboral, es así que se espera que tanto el trabajador como el empleador tengan un comportamiento adecuado respetando los deberes que cada uno debe de cumplir. Es así que la Sentencia nos precisa que su acepción objetiva es la que adquiere mayor relevancia en la ejecución del contrato de trabajo, al tratarse de una relación jurídica personal y de duración continuada que exige de los sujetos intervinientes (empleador Actualidad Gubernamental VIII y trabajador), un comportamiento adecuado para el cumplimiento de los deberes que cada uno posee. Debemos entender que este principio observa las cualidades del trabajador tanto al cumplir su trabajo como al realizar un adecuado trabajo, desplegando todas sus habilidades técnicas en beneficio de su empleador y teniendo el adecuado interés por las actividades que debe desarrollar. La Sentencia recoge lo que nos precisa el Doctor Plá Rodríguez: «El contrato de trabajo no crea solo derechos y obligaciones de orden exclusivamente patrimonial sino también personal. Crea, por otra parte, una relación estable y continuada, en la cual se exige la confianza recíproca en múltiples planos, en encontradas direcciones y sobre todo por un periodo prolongado de tiempo. Para el debido cumplimiento de esas obligaciones y el adecuado mantenimiento de esas relaciones resulta importantísimo que ambas partes actúen de buena fe». (Plá Rodríguez, 1990) Así pues se debe entender que las obligaciones inmersas en una relación laboral no solo están ligadas al ámbito patrimonial sino también al ámbito personal, ya que es imprescindible para la subsistencia de la relación laboral que se mantenga incólume el deber de la buena fe. Y entendiendo esa relación personal, es que se requiere que la misma base sus parámetros en la confianza mutua y la buena fe, las que deben ser ejes en las actuaciones de ambas partes; actuaciones que se deberían de fortalecer en el tiempo. 3.5. La causa justa de despido Podemos definir que la causa justa de despido, es un fundamento por el cual el empleador puede disolver unilateralmente el vínculo laboral, basándose en una situación irregular de su trabajador. Esta situación irregular debe configurar una conducta del trabajador que conlleve a la determinación de su despido, una de esas causas es una conducta que configure falta grave. Es así que la comisión de esta falta grave será una causa justa de despido. La Corte en la Sentencia señala que en referencia al caso, la demandante no observó el deber esencial de la buena fe en el desarrollo de su relación de trabajo al tener conductas irregulares que pudieron perjudicar a la empresa, eximiéndose de responsabilidad, aludiendo que las mismas la cometían por mera costumbre. N° 65 - Marzo 2014 VIII 3 VIII Informe Especial Si bien la actora argumentó que la costumbre la hizo realizar todas las modificaciones además de señalar que los procedimientos de recepción de mercaderías fueron implementados con la intención de despedirla, que la entrega del dinero al cajero era un procedimiento excepcional y que estas actividades no eran deberes esenciales del contrato de trabajo, la Corte no estuvo de acuerdo con sus aseveraciones considerando que su conducta contravino un deber esencial que es el principio de la buena fe. La Sentencia consideró que el tiempo de servicio prolongado de la demandante de ocho años y la naturaleza del cargo que ejercía al momento de incurrir en las citadas infracciones, el de encargada de tienda, constituyen una atribución mayor de responsabilidad y confianza que debió ser recíproca pero que la extrabajadora alteró. Ya que a razón de su cargo y por el tiempo que mantenía dentro de la empresa la demandante debió tomar las previsiones necesarias para evitar situaciones anormales, y no solo realizar las conductas irregulares basándose en que los demás lo hicieron (costumbre). Así también, entendiendo que las obligaciones asumidas por las partes no se encuentran limitadas por un contrato escrito sino reguladas por las normas sobre la materia es que se configura falta grave aquella infracción por parte del trabajador de los deberes esenciales que emanan del contrato de trabajo, tal como nos los precisa la Sentencia, entendiéndose por tal, no solo a las obligaciones taxativamente previstas en aquel, sino a todos aquellos «(…) deberes centrales del trabajador, tales como el deber de poner a disposición del empleador su fuerza de trabajo en el marco de obediencia, buena fe y diligencia». (Arce, 2008) Es así que la sanción del despido deviene en justa y razonable por la comisión de falta grave al no haber la señora Martínez tomado las previsiones necesarias, a fin de evitar inconsistencias en la información contable-tributaria referida a las existencias de la empresa y los comprobantes de pago que se emitían con ocasión de su venta, así como el registro de toda disposición dineraria de la recaudación generada por las operaciones mercantiles de la empresa. Es decir, por haber accionado de manera irregular y por haber omitido comunicárselo a la empresa para intentar evitar un daño a su empleador, empero ello, dejó la situación como VIII 4 la encontró excusándose de responsabilidad, sin merituar el cargo que ostentaba ni el tiempo de servicio ni toda la confianza depositada en ella. Por esta consideración y atendiendo al quebrantamiento de la buena fe laboral que debe primar en una relación de empleador y trabajador es que la Corte consideró que su despido se encuentra perfectamente motivado y por ello declaró infundado la solicitud de la demandante. 4. Reflexiones finales • Es fundamental que la práctica interpretativa la realice la Corte de una manera muy bien sustentada y que nos pueda atribuir nuevas delimitaciones interpretativas que colaboren a una mejor relación laboral y puedan servir como ejes tanto a los jueces laborales como a los trabajadores y empleadores. • Esta interpretación de los deberes esenciales y en especial del quebrantamiento de la buena fe le otorgará al empleador una mayor posibilidad fiscalizadora; empero ello, no le dará sustento libre para despedir por causa justa a sus empleados, basándose en el incumplimiento de los deberes esenciales. • Si bien, este novedoso pronunciamiento otorga herramientas interesantes a favor del empleador, cada caso deberá de analizarse en específico porque al final quien posee la última decisión es el órgano jurisdiccional. • Eso sí, los trabajadores deben tener muy claro que sus atribuciones no se circunscriben únicamente a lo señalado expresamente en sus contratos escritos o a sus funciones específicas, de acuerdo al objeto de su contratación, sino que deben de cumplir ciertos deberes esenciales. • Dichos deberes esenciales de obediencia, diligencia y buena fe deben ser observados de manera obligatoria ya que los mismos son esenciales para el desenvolviendo exitoso de una relación laboral. • Así también deben de considerar que el incumplimiento de estos deberes, incluso el no hacer como en el caso (que no accionó ante las irregularidades que sucedían en la empresa) conllevaría a una causa justa de despido. • Un trabajador debe, a razón de su cargo y su antigüedad, asumir ciertas responsabilidades intrínsecas, aquellas que fortalecen la buena fe, el dejar de asumirlas o permitir que sucedan situaciones irregularidades originan el quebrantamiento de la buena fe laboral. Actualidad Gubernamental N° 65 - Marzo 2014 • El quebrantamiento de la buena fe laboral va a impedir que la relación personal que se forma conjuntamente con la relación profesional pueda mantenerse, quebrando la última, y aquello será sustento suficiente para poder romper el vínculo laboral. • Consideramos esencial que el trabajador asuma su responsabilidad integral y pueda evitar daños y perjuicios a su empleador, por lo que es inaceptable que por razón de omisión o basándose en costumbre se pueda incumplir los deberes esenciales. • Por ello, consideramos justa la sanción que se le aplicó a la Señora Rocío Martínez Peña y proporcional a la conductas irregulares que cometió y a las omisiones realizadas durante todo su periodo como trabajadora. • Cabe precisar que la aplicación de esta interpretación es vinculante para los trabajadores públicos o privados que pertenezcan al régimen de la actividad privada; sin embargo, consideramos que de igual manera estos criterios deben ser observados por todos los trabajadores del ámbito público como ejes de conducta básica en su relación con el Estado. 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