la planta no está en circunstancias favorables: la sequedad excesiva para una especie determinada trae como consecuencia su esterilidad, y lo mismo sucede en las Hepáticas no hidrófilas sumergidas; primero se produce apoginia y después apandria, porque los anteridios no llegan a madurar. El esporogonio en las primeras edades está protegido por las mismas defensas que los órganos sexuales, y además, en muchos casos, por las suyas propias; pero cuando el pedicelo se alarga y la cápsula sale desnuda de sus cubiertas, no tiene protección alguna contra la sequedad, ni la necesita, porque la dehiscencia en estas condiciones se efectúa siempre por xerocasia, y lo que se nota en el pedicelo es un marcado higrotropismo negativo, elevando la cápsula hasta capas de aire más secas. Las esporas son resistentes a una gran sequedad. Influencia de la luz y el calor. Los agentes climáticos vari unidos en la Naturaleza tan íntimamente, que muchas veces es imposible por simple observación determinar la influencia de cada uno de ellos aisladamente, y esto sucede en especial con la luz y el calor. E s cierto que varían cuantitativamente de una manera desigual en los diversos climas; pero con las distintas condiciones climáticas varían también las especies, y éstas responden desigualmente a un mismo agente; de modo que cuando no tienen una gran generalidad, o no se refieren a una misma especie, es aventurado atribuir una modificación a la influencia de un determinado agente. También es posible que haya acciones mixtas producidas por la concurrencia de varios factores físicos; pero faltan datos experimentales para sacar conclusiones concretas sobre este punto. La mayoría de las Hepáticas son ¡imbricólas: buscan los lugares sombríos; rarísima vez crecen en lugares expuestos a grandes insolaciones en climas de cielo despejado; abundan más, en igualdad de condiciones, en los de cielo cubierto; resisten muy bien las largas noches invernales de las altas latitudes; penetran muy adentro en las cuevas, muchas prefieren un sustrato vertical (el menos, favorable para la iluminación), etc. Si representamos por L la cantidad de luz que recibe un Sedum que crece en lugares descubiertos y soleados, la cantidad compara-