S. XIX Tema 1. Características políticas, económicas y sociales del Antiguo Régimen. La política centralizadora de los Borbones. Documento 1: “ Y reconociendo conforme a diversas consultas de ministros de Estado, Justicia, que la razón, en que se funda la renuncia de (…) mi Tía, y Hermana, a la sucesión de estos reinos , fue evitar el perjuicio de unirse a la Corona de Francia: y reconociendo, que, viniendo a cesar este motivo fundamental, subsiste el derecho de la sucesión en el pariente más inmediato, conforme a las leyes de estos reinos, y que hoy se verifica este caso en el hijo segundo del Delfín de Francia. Por tanto, arreglándome a dichas leyes, declaro ser mi sucesor (en caso que Dios me lleve sin dejar hijos) el Duque de Anjou, y como a tal le llamo a la sucesión de todos mis reinos, y dominios, sin excepción de ninguna parte de ellos: Y mando, y ordeno a todos mis súbditos, y vasallos de todos mis Reinos y Señoríos, (…) le tengan y reconozcan por su Rey, (…). Y porque es mi intención, y conviene así la paz de la cristiandad y la de la Europa toda, y a la tranquilidad de estos mis reinos, que se mantenga siempre desunida esta monarquía de la Corona de Francia, declaro consiguientemente a lo referido, que en caso de morir dicho Duque de Anjou, o en caso de heredar la Corona de Francia, y preferir el goce de ella al de esta Monarquía, deba pasar dicha sucesión al Duque de Berri su hermano, (…). Y en caso de que muera también o que venga a suceder la Corona de Francia, en tal caso declaro, y llamo a la dicha sucesión al Archiduque, hijo segundo del Emperador mi Tío, y viniendo a faltar, llamo a la sucesión al Duque de Saboya y sus hijos (…). Y porque deseo vivamente, que se conserve la Paz, y unión, que tanto importa a la cristiandad, entre el Emperador mi Tío, les pido que estrechando dicha unión con el vínculo de matrimonio del Duque de Anjou con la Archiduquesa, logre por este medio la Europa el sosiego que necesita.” Carlos II, Madrid , 2 de octubre de 1700 Documento 2: “ (…) Articulo 1. Habrá una paz cristiana y universal y una perpetua y verdadera amistad entre el serenísimo y muy poderoso príncipe Felipe V, rey católico delas Españas, y la serenísima y muy poderosa princesa Ana , reina de la Gran Bretaña (…) Artículo 2. (…) Han convenido así el rey Católico como el Cristianísimo (rey de Francia) en prevenir con las más justas cautelas que nunca puedan los reinos de España y Francia unirse bajo un mismo dominio, ni ser uno mismo rey de ambas monarquías; y para este fin, su Majestad Católica renunció solemnísimamente, por sí y por sus herederos y sucesores, todo el derecho, título y pretensión a la Corona de Francia. Artículo 10. El rey Católico, por si y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin escepcion ni impedimento alguno (…) Artículo 11. El rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede también a la Corona de Gran Bretaña toda la isla de Menorca, traspasándola para siempre el derecho y pleno dominio sobre la isla (…) (Utrech, 13 de Julio de 1753)” Documento 3: Abolición de los fueros de Valencia y Aragón “ Considerando haber perdido los reinos de Aragón y Valencia y todos sus habitantes por la rebelión que cometieron, faltando enteramente así al juramento de fidelidad que me hicieron como a su legítimo Rey y Señor, todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades que gozaban y que con tal liberal mano se les había concedido, así por mi como por los señores reyes mis predecesores, en esta monarquía se añade ahora la del derecho de conquista (…), y considerando también que uno de los principales tributos de la soberanía es la imposición y derogación de las leyes (…). He juzgado por conveniente, así por esto como por mi deseo de reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente por las leyes de castilla, tan loables y plausibles en todo el universo, abolir y derogar enteramente (…) todos los referidos fueros y privilegios, prácticas y costumbres hasta aquí observadas en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que estos se reduzcan a las leyes de Castilla (…). Buen Retiro, a 29 de junio de 1707” Documento 4: “ Artículo 1. El rey Católico y el rey Cristianísimo declaran que (…) miraran en adelante como enemiga común la potencia que viniera a serlo de una de las dos Coronas. Artículo 3. Conceden a su Majestad Católica y su Majestad Cristianísima la misma absoluta y autentica garantía al rey de las Dos Sicilias y al infante don Felipe, duque de Parma, para todos los Estados, plazas y tierras que actualmente poseen. Artículo 17. Sus Majestades Católica y Cristianísima se empeñan y se prometen, para el caso de hallarse ambos en guerra, no escuchar ni hacer proposición alguna de paz, no tratarla ni concluirla con el enemigo o los enemigos que tuviesen sino de un acuerdo y consentimiento mutuo y común. (Paris, 15 de agosto de 1761)” Tercer Pacto de Familia de Carlos III y Luis XV Documento 5: “ El falso principio, demasiado común en algunas monarquías, de hacer que el pan y los comestibles de primera necesidad se mantengan más baratos en la capital que en el resto del reino había traído a Madrid gran número de gentes ociosas de todas las provincias de España, que se había aumentado aún más de lo regular por la carestía que en aquella ocasión había en todo el reino. El marqués (de Esquilache) había dado una providencia violenta para prohibir los sombreros redondos o gachos y las capas de los embozados, permitiéndolas solo de un cierto largo y sin embozo. Los alguaciles destinados para hacer obedecer esta orden, abusando de su ministerio, como sucede demasiado a menudo, atacaban a las gentes en las calles, les cortaban ellos mismo las capas, les sacaban multas y cometían otras tropelías, con las cuales agitaron el sufrimiento público. Fuese por esto solo o porque había quien, aprovechándose de esta buena disposición, tenía particular interés en excitar un movimiento popular, lo cierto es que en la tarde del día 23 de marzo de 1766, domingo de Ramos, dos embozados se hicieron insultar e insultaron en la plazuela de Antón Martín; se defendieron, y fue la señal de reunirse la gente y empezar el motín. Una multitud del pueblo se acercó a palacio y a la casa del marqués de Esquilachce, gritando: ¡Viva el rey y muera Esquilache!” Conde de Fernán Núñez: Vida de Carlos III, Fundación Universitaria Española, Madrid, 1988 Documento 6: Imposición de la capa corta y el tricornio, litografía de la colección Origen del Motín de Esquilache, autor anónimo.