EL SEXTO MANDAMIENTO “NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS” En este mandamiento se le enseña al hombre (varón y hembra) a respetar su cuerpo que está consagrado a Dios para el matrimonio y la procreación de los hijos y no para el placer egoísta sin presencia del amor. El sexo y la sexualidad son una riqueza sublime cuando los usamos y vivimos como elementos de la expresión máxima de la entrega entre el hombre y la mujer que han descubierto el amor. No hay mayor intimidad que la de la pareja humana en el acto de amor entre los esposos. Desde la creación el hombre y la mujer, como imágenes y semejanza de Dios, se complementan y nutren mutuamente y al conocerse en la intimidad conyugal abren al mundo nuevos hijos; por eso en el relato de la creación del hombre y la mujer se concluye con estas palabras: “…por eso el hombre se unirá a su mujer y serán una sola carne… ” y Jesús en el evangelio nos enseña que “lo que Dios ha unido,… no lo separe el hombre”. El hombre y la mujer somos creados por Dios para el amor y la máxima expresión del amor es la entrega mutua entre los esposos formando el hogar con sus hijos, expresión simbólica de la Comunidad de nuestro Dios Uno y Trino. Por consiguiente, si nuestros cuerpos están orientados y escogidos para expresar el amor y la vida, es necesario respetarlo, cuidarlo para eso: El Amor y la Vida. Este valor fundamental de la vida del hombre nos exige una conducta sexual que respete el cuerpo y nos lleve a la mayor entrega al otro que sea posible y no a buscar el placer sexual; el acto de amor sexual no está orientado por naturaleza a disfrutarlo en soledad y por el puro placer físico que proporcionen determinadas acciones sobre nuestros cuerpos. Por este motivo la Iglesia nos enseña que debemos evitar: El Sexo solitario o Masturbación ( El placer exclusivamente cerrado a los otros) La promiscuidad, el cambio de pareja según nos vaya… (El amor es para siempre) El vestir de manera provocativa ( vestido muy cortos, actitudes sensuales) El continuo conversar sobre el sexo con sentido maleado y sucio (Palabras dobles, grosero el hablar) La lectura de pornografía o la vista de material pornográfico en tv., etc El contacto con personas con problemas de conducta sexual inadecuada. Queridos Papás, en esta catequesis sobre el sexto mandamiento, con frecuencia nos sentimos cohibidos y nos cuesta se francos y directos; para esto, lean ustedes el texto que se les ofrece y vayan comentándolo sobre la marcha a los niños y que ellos les hagan las preguntas que se les ocurra. Hay que insistir en este mandamiento en el valor de la sexualidad y su sentido profundo en la pareja humana; los niños deben salir de la catequesis felices y con un principio claro: El Sexo es la fuerza renovadora de la especie humana y debo cuidarlo y mimarlo para el amor al formar un nuevo hogar y un matrimonio sacramento del amor de Dios a la Iglesia. Para concluir la catequesis de hoy hacemos juntos la oración a María, la Virgen pura y limpia que guarda su cuerpo para ser el seno donde tomará cuerpo el propio Hijo de Dios: BENDITA SEA TU PUREZA Y ETERNAMENTE LO SEA; PUES TODO UN DIOS SE RECREA EN TAN GRACIOSA BELLEZA. A TI CELESTIAL PRINCESA, VIRGEN SAGRADA MARIA, YO TE OFREZCO EN ESTE DIA ALMA VIDA Y CORZON; MIRAME CON COMPASION, NO MEDEJES MADRE MIA.