Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T COMUNICACIÓN Y AUTISMO. Esta publicación se dirige a todo el profesional docente perteneciente al ámbito de la Educación Especial, además de a las familias que tienen hijos con discapacidad, concretamente autismo, y a estudiantes que en un futuro serán educadores de este tipo de alumnos/as. 1.-INTRODUCCIÓN El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Esta consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos. Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho que un determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada información. La información como la comunicación supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo son: - Código. El código es un sistema de signos y reglas para combinarlos, que por un lado es arbitrario y por otra parte debe de estar organizado de antemano. - El proceso de comunicación que emplea ese código precisa de un canal para la transmisión de las señales. El Canal sería el medio físico a través del cual se transmite la comunicación. - En tercer lugar debemos considerar el Emisor. Es la persona que se encarga de transmitir el mensaje. Esta persona elije y selecciona los signos que le convienen, es decir, realiza un proceso de codificación; codifica el mensaje. - El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la comunicación; realiza un proceso inverso al del emisor, ya que descifra e interpreta los signos elegidos por el emisor; es decir, descodifica el mensaje. - Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y un proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias motive el Mensaje. - Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se denominan Contexto situacional (situación), es el contexto en que se transmite el mensaje y que contribuye a su significado. 1 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T Llamaremos aquí comunicación a una conducta de relación que posee tres propiedades esenciales: a) La comunicación es una actividad intencionada, o propositiva, de relación. b) Se trata de una relación que se refiere a algo (tiene un tema o, dicho más técnicamente, es intencional, es acerca de algo). c) Se realiza mediante significantes (mediante signos) y no por medio de actos instrumentales, tales como los que se realizan con los objetos. 2.-COMUNICACIÓN Y AUTISMO. Hacer referencia al Trastorno Autista implica, necesariamente, abordar la cuestión relativa a la comunicación. “Podemos decir que un sujeto autista que no tenga gravemente alterada su capacidad de comunicación no es autista” (Marchena González, 1992. Pág. 57). Mientras que otros autores consideran el autismo:“Un proceso de desarrollo que se origina en los formatos básicos de interacción social, en las primeras actuaciones compartidas entre el bebe y los adultos que le rodean…Entre ambos generan cadenas interactivas en las que la conducta de uno de ellos va seguida de la conducta armonizadora del otro, formando unas secuencias de relación que pueden considerarse un diálogo socio-emocional que conforme va trascurriendo el tiempo, se va paulatinamente complejizando” (Tamarit, 1989, pág. 86-87) Efectivamente los sujetos autistas se encuentran inmersos en un ecosistema de aislamiento social que bloquea todo tipo de comunicación con su entorno inmediato, independientemente de las modalidades que ésta pueda adoptar. El ecosistema de aislamiento autístico implica la existencia de notarias carencias en la esfera de las interrelaciones personales. La incapacidad para establecer vínculos con las personas, la carencia de conductas de apego y el fracaso relativo en el establecimiento de lazos afectivos, así como el déficit para percibir los sentimientos de los demás y dar respuestas adecuadas a los mismos (falta de empatía), conlleva al sujeto la instauración del sujeto en un contexto personal caracterizado por su rigidez y hermitismo. Acciones repetitivas y estereotipadas, o la necesidad compulsiva de mantener la invariabilidad del ambiente, constituyen una clara muestra de ello. En este sentido, la esfera social engloba el repertorio comportamental del sujeto autista, constituyendo las potencialidades comunicativas, como mecanismos de plasmación de dicha esfera, el índice de perturbación de esas mismas destrezas de interacción socio-afectiva: “El fracaso de la comunicación intencional y la incapacidad de relación afectiva no es en realidad, más que una y la misma cosa” (Marchena González,1992.Pág. 60). Los estudios recientes demuestran que se establece una relación entre la intención comunicativa y la función de la conducta. La función 2 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T de una conducta desafiante puede estar relacionada con uno más de los siguientes propósitos comunicativos: • Llamar la atención • Evitar una petición, actividad o persona • Procurar un objeto • Recibir retroalimentación sensorial Los niños autistas son incapaces de comprender los cambios sutiles de las expresiones faciales y tienen dificultades al intentar comprender las intenciones de los otros. Todo esto hace creer que piensen en imágenes y no en palabras, tienen dificultades en procesar grandes cantidades de información dada oralmente, dificultades para generalizar de una situación a otras similares y experimentan incosistencias en las percepciones. Los apoyos visuales y estructurados son una parte muy importante de la estructura. El aprendizaje estructurado consiste en añadir materiales e instrucciones claramente organizados. Las rutinas permiten al niño anticipar qué viene después, proporcionándole consistencias y predictibilidad. 3. TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN Y DEL LENGUAJE: PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN. Todos los seres humanos nacemos con la capacidad comunicarnos, pero los autistas no la emplean y la pierden. de A veces estos niños se desenvuelven en un entorno en el que tienen todo a su disposición inmediata (a veces los padres son demasiado eficientes y se anticipan a todas las necesidades y acciones del niño sin permitirle que él inicie ninguna conversación. Sería conveniente que no fueran tan eficientes; por ejemplo, no le sirvan el agua en las comidas y esperen a que sea el quien lo pida). Esto les puede llevar a no desarrollar la comunicación o simplemente a pensar que la comunicación no merece la pena. Si un niño/a no inicia la comunicación, es necesario que los padres o terapeutas organicen un poquito las actividades para forzarle a comunicarse; algunas veces esto simplemente significa que no va a anticipar sus necesidades (deberá manipular su medio ambiente para que le estimule a iniciar una comunicación). Por ejemplo, si le damos una copa de helado sin cuchara. 3 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T Si las iniciaciones del niño no son de carácter comunicativo, lo primero que tendrá que hacer es interpretar si los sonidos o gruñidos tienen algún significado: por ejemplo, si el niño toca algún objeto usted deberá interpretarlo como una pregunta y dará en seguida un nombre al objeto y le dirá para qué sirve. Si no tiene la menor idea de lo que significa el sonido, por lo menos deberá aproximarlo a alguna señal y esperar a ver si se puede hacer algo mejor. Solo debemos responder a aquellos comportamientos positivos que son apropiados; es decir, si el niño intenta tocar la rejilla del horno, debemos decirle “caliente” y redirigirlo a otro tipo de actividad. La respuesta debe ser inmediata porque si no los niños autistas pierden el interés. Si nos demoramos en reaccionar o no hacemos caso de su iniciación, perderemos la oportunidad de una buena comunicación. Sin embargo, también debemos ser realistas, y prácticos, es decir, esperaremos un ratito para observar el lenguaje corporal del niño y ver lo que nos dice. Debemos ponernos al mismo nivel que el niño para poder captar todas sus iniciaciones verbales y no verbales. Por ejemplo, si el niño se tumba en el sofá con las piernas elevadas, nosotros haremos lo mismo permitiéndole ver nuestra cara y gestos expresivos. Así motivaremos el “dime y te digo” que se usa en la conversación y nos aproximamos a la iniciación del niño en la comunicación. Pero, ¿qué debemos esperar de estos niños?: para saberlo, primero tendremos que estudiar como se comunica el normalmente (a través del lenguaje corporal, señalando con el dedo, usando fotos,...). Una vez sepamos esto, sabremos qué esperar de él. No podemos permitir que un niño capaz de decir palabras solo se comunique con gruñidos, ni que uno que solo emplea el lenguaje corporal nos diga alguna palabra. No debemos forzarlos; como todo en la vida, la práctica trae mejoría. La vocalización también es muy importante. Debemos demostrar al chico que sus vocalizaciones pueden hacer que algo suceda. Para ello emplearemos diversos juegos como el de mover un peluche hacia la granja haciendo un sonido determinado a distintas velocidades (tanto del animal como del vocablo) e intentar que él repita lo mismo con otros animales y sonidos. Si lo hace bien deberemos alabarle. También le daremos a entender que su vocalización es sumamente importante y poco a poco le obligaremos a estar vocalizando todo el tiempo. 4 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T 4.- LENGUAJE AUTISTA. • Componente pragmático: La dimensión pragmática del lenguaje incide en la resonancia interactiva que su empleo conlleva; es decir, los efectos prácticos conexionados al mismo. Bajo esta perspectiva estamos aludiendo al rol “Instrumental” contenido en el elemento de las verbalizaciones como mecanismo comunicativo. “El atributo instrumental no debe ser percibido como un termino peyorativo, ya que posibilita, en la intercomunicación humana, la plasmación de las vivencias, de cualquier tipología, del hablante”. (Quillis y Hernández, 1992, Pág. 77). Existe un amplio consenso en todos los estudios efectuados entorno a la “desviación”, en sus dimensiones cualitativas y cuantitativas, en la adquisición de la función pragmática. Ahora bien, dicha afirmación reclama necesarias puntualizaciones. La reseñada desviación adquiere un mayor distanciamiento en todo aquello que conlleva consecuencias sociales en el uso del lenguaje. La carencia de declarativos; la escasez o inexistencia de preguntas o peticiones de información; la incapacidad para mantener una conversación; la ausencia de correlación entre la prosodia y el sentido o la falta de sincronización evidenciadas entre los gestos y las emisiones verbales, puede constituir apuntes declarativos de lo manifestado. Las diferencias en la adquisición de la función pragmática, sin embarbo, se hallan menos pronunciadas por lo que respecta a todos aquellos aspectos vinculados a la obtención de finalidades del entorno – ecosistema de aislamiento-. Los imperativos, los rechazos, mediante el empleo de negaciones simples o emisión de oraciones en situaciones de emergencia, estarían prendidos en el presente. Las investigaciones efectuadas han puesto de relieve la ausencia de diferencias significativas en el empleo de los protoimperativos – aunque en mayor grado los de tipo instrumental- en la relación a otros sectores poblacionales. Esta circunstancia se evidencia, antes de la aparición del lenguaje. • Componente Semántico: El sujeto autista no se enfrenta a importantes hándicaps para poder adquirir un léxico compuesto por conceptos simples o categorías referenciales concretas. “Los obstáculos comienzan a plasmarse en la adquisición conceptualizaciones de alto nivel, en los que inciden diferentes categorías” ( Ricks y Wing, 1975) (Marchena González, 1992, Pág. 78). 5 de Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T Podemos destacar algunas notas que destacan al sujeto autista en cuanto a la adquisición del vocabulario: Inician el proceso de adquisición en los objetos inanimados y estáticos. Limitada presencia de verbos en su lenguaje. Restringida utilización de términos relacionales. Empleo limitado de las categorías *deícicas. (1) • Componente Formal: Por lo que respecta a los componentes formales del lenguaje, no existen diferencias significativas con otros sectores poblacionales “excepcionales” o con sujetos con problemas. El análisis morfosintáctico no evidencia especiales dificultades en la forma y funciones de las unidades lingüísticas. Igualmente, el análisis fonético funcional (fonología/fonética) no evidencia alteraciones en la adquisición de los diversos fonemas (producción, transmisión y percepción), aunque cuestiones relativas a la entonación o cadencia del habla se muestran afectadas. Esta es la descripción efectuada por el autor Reviére y Belinchon sobre las distintas aportaciones clínicas, las notas esenciales que definirían el “lenguaje autista”. • Mutismo: La ausencia de lenguaje en sujetos sin alteraciones en los órganos bucofonatorios define un alto porcentaje de esta población con necesidades educativas especiales. “Rutter señala que el mutismo esta presente en, aproximadamente, la mitad de los niños autistas, siendo el porcentaje mayor en aquellos en los cuales se evidencia un retraso mental asociado”. (Marchena González, Pág. 80). *Deícicas (1): Conceptos que se muestran variables en función de las relaciones interpersonales. 6 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T La ausencia total de producciones vocálicas no implica, dentro de esta categoría clasificatoria, no pueda ser establecida una gradación en función de las intenciones comunicativas contenidas dentro de ese “silencio autista”. Es posible detectar cinco niveles: - No conoce figuras/ personas cercanas. - Reconoce figuras/ personas cercanas, estableciendo en ocasiones, relaciones lineales (en una sola dirección) y estandarizadas de interacción. - Manifestación de conductas anticipatorios, y consecuentemente activas, en algunas situaciones habituales de relación en el contexto del autista. - Establecimiento de “relaciones instrumentales” de carácter intencional. - Definición de interacciones comunicativas sustentadas sobre propioimperativos de tipo índice (señalar con el dedo) • Ecolalia: La conducta ecolálica puede ser definida como la repetición verbal, bien sea de sílabas, palabras o frases, almacenadas por el propio sujeto o escuchadas con anterioridad. “La repetición, a modo de papagayo, de palabras que el niño no parece comprender, la repetición de frases almacenadas, y la incapacidad para construir oraciones originales”. (Marchena González, 1992, Pág. 81). Las ecolalias constituyen elemento presente en el desarrollo normal del lenguaje, manifestándose en un periodo que abarca de los dos a los dos años y medio. De esta forma, se evidencia la función clave que desempeña la imitación en la adquisición del lenguaje. (Leo Kanner, 1946). En este sentido otros autores, (Rutter, 1971) encuentran en sus estudios que un setenta y cinco por ciento de niños autistas hablantes presenta ecolalia. Según el autor (Roquette, 1989), distingue que pueden ser apuntados tres aspectos distintivos en las ecolalias, presentes en el Trastorno Autista con relación a una ecolalia evolutiva: - La ecolalia evolutiva se caracteriza por ser una imitación selectiva; cuestión no siempre presente en las repeticiones evidenciadas por los autistas. - La ecolalia evolutiva se ajustas a las reglas que el niño maneja. En el Autismo, por el contrario, estas ecolalias 7 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T pueden encontrarse por encima de las reglas de lenguaje que manifiesta y utiliza. - La conducta ecolálica en los sujetos autistas se prolonga más allá de los treinta meses; período reseñado como habitual en la duración de una ecolalia evolutiva. Las ecolalias adquieren diversas interpretaciones por lo que respecta a su origen. Determinados especialistas consideran esta manifestación comportamental como una conducta disruptiva y carente de funcionalidad, imposibilitando la comunicación con los demás. 5. DIMENSIÓN COMUNICATIVA El concepto de comunicación engloba: “aquellas conductas que el niño o el adulto realizan intencionalmente para afectar a la conducta de la otra persona con el fin de que ésta reciba la información y actúe en consecuencia” (Marchena González, 1990, Pág. 61). La presente definición nos aporta de forma explícita, los elementos esenciales que otorgan contenido semántico al término. Nos encontramos ante la intención intrínseca o aquella referida al emisor del mensaje (desnudo), y a la significación adjudicada por el receptor o intención externa a ese mismo mensaje (semántico). Así pues tendríamos: EMISOR MENSAJE “Desnudo” MENSAJE” Semántico” RECEPTOR Todo mensaje se halla condicionado por las coordenadas de interrelación social implícitas en el proceso comunicativo. “El contexto es el ingrediente más esencial de la comunicación intencional plan, y el único que la distingue de la transmisión del mensaje en bruto” (Marchena González, 1992 Pág. 61). La definición de esas claves, pues posibilitará el establecimiento de una verdadera comunicación (intencional). 8 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T 6. COMUNICACIÓN COMO ÁMBITO DE COMUNICACIÓN. • El juego como metodología actuacional. Las acciones lúdicas desarrolladas por los niños constituyen una serie de comportamientos operantes o de carácter instrumental mantenidos por el reforzamiento positivo y, por tanto capaces de originar respuestas emocionales de signo positivo (motivaciones), proporcionándole al infante la conquista de su autonomía así como la adquisición de los esquemas de conductas prácticas y mentales. El juego es una actividad que acompaña al niño siempre, él juega porque lo necesita y porque el juego es un medio de impulsar su desarrollo. Es una actividad global porque incide en varios aspectos del desarrollo. Cuando imita las palmadas de una educadora está coordinando sus manos con la canción, con la percepción auditiva y establece una relación afectiva y social. Como señala Piaget (1961), los juegos posibilitan: “Construir una amplia red de dispotivos que permiten al niño la asimilación de toda la realidad, incorporándola para revivirla dominarla o compensarla” Las actuaciones lúdicas no preparan para vivir, si no que ellas mimas son vivenciadas cada instante. Objetivamente el juego constituye el medio que ofrece al niño extraordinarias posibilidades para su desarrollo psíquico y fundamentalmente, para la formación de la personalidad. Esta capacitación del infante por medio del juego no representa el motivo de la actividad lúdica, si no su efecto resultado. El juego por primitivo y elemental que resulto, siempre es una actividad que posibilita al niño el conocimiento de objetos y relaciones humanas. Continuando con las aportaciones de Piaget en este ámbito. “El juego es un hacer de participación con el medio ambiente y no de resurrección hereditaria” más aún, “El juego es esencialmente asimilación de la realidad al yo” (Marchena González, 1992 Pág. 61). El juego, por otro lado, constituye una actividad infantil definida por la espontaneidad. El niño se siente libre para actuar como quiera. En el desarrollo de su acción lúdica puede conferirle un nuevo sentido a los objetos. Ahora bien, en el juego hay una contradicción: a pesar de su carácter espontáneo conlleva restricciones internas emanadas de la propias normas (pautas) contenidas en el mismo, que ejercitan al niño capacitándolo para someterse después a las reglas e imposiciones externas. 9 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T El educador puede facilitar encuentros e intercambios de los padres y de los niños, entre ellos, o con otros profesionales para que puedan obtener respuesta a sus inquietudes. Es necesario que el educador "posibilite " y no impida el juego de los niños, que reconozca la importancia del juego y el valor que tiene para los niños y no lo tome sólo como una forma de entretenimiento o diversión. Posibilitar y fomentar el juego no quiere decir dirigir. Según la teoría de Bruner: "la intervención de los adultos debe consistir en facilitar las condiciones que permiten el juego, en estar a disposición del niño, no dirigir ni imponer el juego". El juego consecuentemente, representa una actividad infantil capaz de desarrollar las habilidades generales del niño y facilitarle la satisfacción de las exigencias del medio social en el que se desenvuelve. Por consiguiente, la actividad lúdica puede convertirse en un instrumento transcendental de aprendizaje. 7. TÉCNICA DE COMUNICACIÓN LÚDICA (T .C. L.). La actuación educativa con sujetos autistas basadas en el recurso lúdico posibilitara: Toda intervención sustentada sobre la base del juego implica un proceso de acercamiento carente de ingredientes de signos negativo. En cuanto al abordaje de procesos de aislamiento / retraimiento social. El juego constituye un elemento clave que facilita, mediante su “instrumentalización”, posteriores adquisiciones en el desarrollo de las potencialidades del individuo. Un “refuerzo” natural, no de carácter protésico facilitador de la permanencia estable de conductas implantadas y / o eliminadas del repertorio comportamental del sujeto. Toda acción lúdica conlleva continuos descubrimientos efectuados de forma placentera, a través de nuevas situaciones planteadas al sujeto. El juego reclama por su propia dinámica, una constante interacción que posibilita numerosos acercamientos siempre terapéuticos en la actuación con el niño autista. 10 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T Basándose en estos supuestos, es posible diseñar unos esquemas actuacionales, fundamentados esencialmente sobre el quehacer lúdico, que permitan al sujeto autista superar ese ecosistema social de aislamiento reseñado y que constituye, en buena medida, la clave terapéutica de toda intervención con este sector de la población infantil con necesidades educativas especiales. El juego autista se aparta de los rasgos definitorios que caracterizan esta misma actividad en niños carentes de cualquier tipo de trastorno. “Es muy difícil, si no imposible, inducir al niño autístico a jugar en el sentido que nosotros mismos damos a la palabra. Muy pronto las actividades que tomamos por jugos se vuelven estereotipadas. Siempre se trata de los mismos gestos, que no admiten ninguna variedad. Hay una contracción básica entre la imaginación, que anima y modifica todo juego infantil y de deseo de inmutabilidad, que impide toda variación de fantasía” (Marchena González, 1992). • Descripción procesual: Es necesario realizar una observación orientada hacia aquellos aspectos relativos a la esfera relacional del sujeto. (Observación amplia). Es oportuno consignar la ausencia o presencia de vínculos socioafectivos (intenciones comunicativas) con su contexto escolar así como las manifestaciones que adquieren. En este sentido las fichas de registro que se ofrecen en el anexo pueden constituir un instrumento válido para tal fin. Así pues, es necesario proceder a focalizar en el registro sistemático de las conductas exhibidas por el escolar a las pautas de juego (Observación restringida). Las actividades monótonas, prefijadas y estereotipadas de juego constituirán el centro de interés en nuestra fase de observación. Es importante consignar los objetos con los cuales establece relación así como la especificidad de la misma. ¿Qué elementos captan su interés? ¿Qué vinculación establece con ellos? ¿Cuáles son las rutinas establecidas con los mismos?... Las respuestas a estos interrogantes conferirán contenido semántico a esta observación del juego autista. Efectivamente el terapeuta debe participar en las acciones lúdicas del autista, incorporándose a su dinámica establecida. No se trata, como puede comprobarse, de proponer nuevos juegos al sujeto, sino de integrase en los ya manifestados por él, continuando con los parámetros relacionales fijados. Estas actuaciones, estarían carentes de sentido si no contasen con un objetivo claramente explicitado. Objetivo consistente en analizar, tras la vivencia activa con el escolar de la situación-acción recreativa, las posibilidades de incorporación del ingrediente humano como elemento desencadenante en el establecimiento de mecanismos de interacción significativa. Será preciso evaluar aquellos repertorios comportamentales de acción lúdica 11 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T puestos de relieve por el sujeto que mejor puedan dar origen al terapeuta-niño. Delimitar, pues, cual va a ser la base actuacional del terapeuta, en función de las conductas recreativas evidenciadas por el sujeto, constituye el presente cometido en Técnica de Comunicación Lúdica. (T. C .L.). Efectuada la elección del juego más adecuado para fomentar una comunicación interactiva, es preciso fijar unos esquemas orientadores que regulen la propuesta terapéutica de acción lúdica. La actividad lúdica debe incardinarse, de forma global, en el ámbito de las acciones terapéuticas a desarrollar con el sujeto, contemplándose en la programación psicoeducativa. Cualquier procedimiento o estrategia, por muy específica que esta pueda ser, adquiere de sentido en su incorporación a un marco integrado de intervención. En este sentido la T. C. L. ha de encuadrarse en el amplio Objetivo General de Promoción del Desarrollo Social. Concretamente, debe coexistir con otros posibles programas tendentes a posibilitar una interacción estructurada con intrusión social. Hay que tener presente en el procedimiento T. C. L. debe focalizarse hacia las carentes intenciones comunicativas (deseos de interacción social) de sujetos que padecen Trastorno Autista u otros trastornos en el que se vea afectado el lenguaje. 8. TRATAMIENTO, RELACIONES COMUNICACIÓN DEL AUTISMO. SOCIALES Y DE A continuación se describirán las dificultades de los niños con autismo relacionadas con la socialización y la comunicación. La teoría de la mente es un aspecto concreto del proceso de cognición social que nos permite conocer lo que la gente de nuestro alrededor piensa o siente. Frith (1989) mantiene que la ausencia de la teoría de la mente puede causar tanto la evitación del contacto social como los intentos de relación inadecuados, ambos son consecuencia de no poder entender a las otras personas en función de lo que piensan, sienten o quieren. El déficit comunicativo es una consecuencia inevitable de esta carencia. La atención conjunta juega un papel importante en el desarrollo social y comunicativo del niño. Se define como aquellos actos encaminados a dirigir la atención del otro con intención de compartirla con respecto a personas o hechos. Las primeras conductas comunicativas del niño, a nivel de interacción social tienen dos objetivos primordiales: • Establecer la atención conjunta con las personas de su entorno. 12 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T • Participar en interacciones sociales con sentido o intencionalidad. La atención conjunta también está asociada con el desarrollo del vocabulario, cómo piensan y aprenden los niños autistas. Los niños son incapaces de comprender los cambios sutiles de las expresiones faciales y tienen dificultades al intentar comprender las intenciones de los otros. Las personas con espectro autista nos obligan a un ejercicio difícil: “El consistente en desvelar sutiles procesos de relación, referencia conjunta, implicación íntersubjetiva, comunicación y lenguaje que se producen en la ontogénesis normal, pero no se dan, de forma natural, en el desarrollo autista”. (Ángel Reviere e Iván Martos: 1977, pág. 96). De este modo, el autismo se convierte en un ámbito de especial interés para el conocimiento del desarrollo normal. Para todas las personas con Espectro Autista, los objetivos de desarrollar la interacción y la comunicación son esenciales. En los últimos años, se ha refinado mucho tanto los supuestos teóricos en que se basan nuestras ideas sobre los trastornos de relación y actividad comunicativa en las personas autistas, como los procedimientos educativos y terapéuticos encaminados a desarrollar las capacidades de comunicación, lenguaje, teoría de la mente, atención conjunta y relación social. Podemos decir, con seguridad, que los niños pequeños autistas tiene hoy más suerte que los de hace no mucho años: pueden contar con procedimientos más refinados y eficaces para poder desarrollar sus capacidades de relación y comunicación. Sin embargo son aún limitados los resultados que pueden lograrse en muchos casos y en especial en los de las personas situadas en los niveles más bajos en el Espectro Autista. Aunque han sido grandes los avances terapéuticos de los últimos años, son aún mucho los autistas que permanecen en niveles muy bajos de activad mentalista, intersubjetividad, comprensión, expresión lingüística, comunicación y relación. A pesar de esta limitación. La tarea de abrir las puertas de la comunicación, el lenguaje y la relación intersubjetiva, a personas que no podrían adquirir esas funciones sin ayuda explícita, es una empresa fascinante. El criterio con el que se valoran los avances terapéuticos de muchas persona autistas no debería depender solo de la referencia al rápido desarrollo de esas funciones esenciales por parte de los niños normales que poseen un cerebro preparado para que ese desarrollo en las condiciones naturales de crianza, sino la consideración de la enorme importancia personal que pueden llegar a tener logros aparentemente nimios en las capacidades de comprender a las personas, compartir su mundo y comunicar con ellas. 13 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T 9. LA MUSICOTERAPIA La musicoterapia es el uso de la música para mejorar el funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o educativos. Según un autor (Bruscia 1998), la musicoterapia puede ser definida como: “…un proceso de intervención sistemática, en el cual el terapeuta ayuda al paciente a obtener la salud a través de experimentaciones musicales y de las relaciones que se desarrollan a través de ellas con las fuerzas dinámicas para el cambio”. 1. Los objetivos de la musicoterapia. El objetivo incluye la comunicación, así como las habilidades cognitivas, motrices, emocionales y sociales. La música puede utilizarse de diferentes maneras para enfocar los objetivos. Por ejemplo, puede usarse como una estructura para la actividad física, como un transportador de la información, como un motivador, como un medio de auto-expresión, de COMUNICACIÓN, así como de una experiencia social. 2. La musicoterapia en el autismo. La EFECTIVIDAD de la musicoterapia se debe en parte al hecho de que la mayoría de los niños con autismo responden de alguna manera al estímulo musical. Un estudio realizado por De-Meyer en 1974, en el cual entrevistaron a familiares, demostró que a un 76% de los niños con autismo les encanta escuchar música. Debido a que la música en sí es una forma de comunicación no verbal, el niño puede motivarse para que aprenda a relacionarse primero en un nivel musical. Al principio, puede que el niño responda y se relacione únicamente con las formas y sonidos de ciertos instrumentos y objetos dentro del ambiente musical. Quizá el niño toque los timbales bien fuerte, luego pare por un momento a escuchar o a sentir las vibraciones que ha provocado. Lo mas probable es que el niño ignore la presencia del terapeuta o puede que le de una “pataleta” cuando el terapeuta trate de participar con él en una experiencia musical. De acuerdo con Almin (1978) dos de los resultados positivos de este método son: El desarrollo del conocimiento perceptual y motriz. 14 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T La habilidad de producir sonidos en libertad completa dentro de un ambiente seguro. A medida que el estudiante comience a sentirse más a gusto dentro de este ambiente, el terapeuta comienza a establecer contacto con el niño. Por ejemplo, él puede reproducir en el piano los mismos sonidos que el niño está tocando el instrumento musical. La terapeuta deja de tocar y después de un tiempo empieza otra vez a tocar utilizando el mismo ritmo que utiliza el alumno. Entonces podrá ocurrir el CONTACTO si el niño mira al terapeuta, dándose cuenta de que cuando él/ella deja de tocar el instrumento el terapeuta también lo hará. El niño puede tocar durante unos segundos y parar de nuevo para ver si el terapeuta también hace lo mismo. De esta manera el niño aprende a reconocer que el terapeuta es importante y acepta su presencia y participación. Estos son los primeros pasos utilizados para ayudar al chico a desarrollar relaciones interpersonales. En los siguientes pasos, el terapeuta encaminará al niño/a a que dé un paso más, trabajando su creación musical en una melodía y añadiendo letra. De esta forma, el terapeuta le hará prestar atención al seguir las señales musicales y verbales, y entonces, dejar de tocar cuando le digan. Las terapeutas logran crear un ambiente de aceptación donde un nuevo crecimiento puede ocurrir. 10. EPIDEMIOLOGÍA La cifra estadística que más frecuentemente se ha hallado es la de 4,5 por 10.000 niños desde que Lotter (1996) comenzase la investigación epidemiológica, aunque la mayor parte de los autores cifran la incidencia de 2 a 4 autistas por cada 10.000 niños en la población de 8 a 10 años. De forma más consistente se ha hallado un ratio de niño-niña de 4 a 1. En cuanto a las alteraciones en el desarrollo y adquisición del lenguaje, se estima que un alto porcentaje de autistas no llegan a adquirir el lenguaje expresivo nunca, y un pequeño porcentaje presenta la capacidad intelectual suficiente para adquirir el lenguaje. 15 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T 11. CONCLUSIONES. La comunicación implica la transmisión de una determinada información. Los sujetos autistas se encuentran inmersos en un ecosistema de aislamiento social que bloquea todo tipo de comunicación con su entorno inmediato. Son incapaces de comprender los cambios sutiles de las expresiones faciales y tienen dificultades al intentar comprender las intenciones de los otros. Las ecolalias constituyen elemento presente en el desarrollo normal del lenguaje, manifestándose en un periodo que abarca de los dos a los dos años y medio. El juego es una actividad que acompaña al niño siempre, él juega porque lo necesita y porque el juego es un medio de impulsar su desarrollo. La musicoterapia es el uso de la música para mejorar el funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o educativos. 16 Raquel García Ordóñez D.N.I. 74915485-T Bibliografía: LIBROS: - Ángel Revière y Juan Martos. (1977). El Tratamiento del Autismo. Nuevas perspectivas. - Carlos Marchena González. (1992). El Trastorno Autista Contextualización y e intervención Logopédica. - Hartmut R.P. Janetzke. (1996). El Autismo. - Musicoterapia. (Libro de magisterio. E.E). PÁGINAS WEB: - www.autismo.com - www.autismo.com/scripts/articulo - www.musicoterapia.es - www.psicopedagogía.es 17