Capítulo 7 La Puerta Que Se Abre y Se Cierra D espués del desengaño de 1844, el movimiento millerista se dividió en dos grupos. Uno de ellos, al cual ingresó Miller más tarde, reconoció que, en realidad, nada ocurrió el 22 de octubre de 1844,1 y continuó esperando la pronta venida de Jesús. Estos Adventistas rechazaron la reinterpretación del santuario en el mensaje de 1844, y se conocieron como los “Adventistas de la puerta abierta”.2 El otro grupo reinterpretó la profecía de los 2300 días para aplicarla a la purificación del santuario celestial, creía que la puerta de la misericordia estaba cerrada, y se conoció como los “Adventistas de la puerta cerrada”. De este último grupo salieron los fundadores de la iglesia Adventista del Séptimo Día.3 El propósito de este capítulo es documentar lo que yo llamo “la puerta oscilante”, que sigue los pasos a la evolución de la manera en que este grupo entendió la “verdad” desde 1844 hasta 1851. 1 Knight, Rise of Sabbatarian Adventism, pp. 131,132. Ibid., p. 131. 3 Ibid., pp. 131,132. 2 114 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Había varias “puertas” en la primera teología Adventista. Sin embargo, al principio todas estas puertas se referían a la creencia de que “la puerta de la misericordia” estaba cerrada, o que el tiempo de prueba había terminado. “El fin del tiempo de prueba” es un término bien conocido en los círculos Adventistas, y se refiere a un punto en el tiempo en que la salvación ya no estará disponible. Los milleristas creían que la parábola de las diez vírgenes en Mateo 25:1–12 se aplicaba a su experiencia. Ellos habían exclamado: “He aquí al Esposo”, pues esperaban que Jesús vendría a la tierra el 22 de octubre de 1844. Los Adventistas de la puerta cerrada, que continuaban creyendo que el 22 de octubre de 1844 marcaba un hito importante en el cumplimiento de la profecía, procedieron a construir sobre la parábola de las diez vírgenes. En la parábola, “las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta”.4 Creyendo que ellos eran los únicos que estaban preparados, enseñaron que los que rechazaron el mensaje del 22 de octubre de 1844 estaban representados por las vírgenes fatuas de la parábola, a las que, cuando tocaron a la puerta, el Esposo les dijo: “No os conozco”. En otras palabras, la “manada pequeña” o “banda Adventista”, como se hacían llamar, eran los únicos para los cuales la misericordia estaba disponible todavía. Para el resto, la puerta estaba cerrada. Simultáneamente con la puerta cerrada de la parábola de las diez vírgenes, los Adventistas de la puerta cerrada creían que Jesús cerró la puerta del primer departamento del santuario celestial al pasar al segundo departamento. Ellen White “vio” tener lugar este cambio.5 Las vírgenes 4 Véase Mat. 25:10. “Luego se me mostró lo que había ocurrido en el cielo al terminar en 1844 los períodos proféticos. Cuando Jesús concluyó su ministerio en 5 La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 115 fatuas—todos, excepto la banda Adventista—ya no pudieron aprovechar la expiación de Jesús en el cielo porque no se dieron cuenta de que Jesús había pasado de un departamento al siguiente. Por lo tanto, como se dijo más arriba, tanto la “puerta” en la parábola de las diez vírgenes como la “puerta” del primer departamento del santuario celestial eran “puertas cerradas” para los que no aceptaban la reinterpretación de la profecía de los 2300 días. Con esta corta introducción, presentaremos la evidencia de la “puerta oscilante”. La puerta se cierra—primer vaivén El 22 de octubre de 1844 los Adventistas6 creían que la puerta de la misericordia se cerró de golpe para todos los que no aceptaron su reinterpretación de la profecía de los 2300 días. Durante un tiempo después del desengaño de 1844, sostuve, en común con el cuerpo Adventista, que la puerta de la miericordia estaba cerrada para siempre para el mundo.7 el lugar santo cerró la puerta de ese departamento, densas tinieblas envolvieron a quienes habían oído y rechazado el mensaje de su advenimiento y lo habían perdido de vista a él. Jesús se revistió entonces de preciosas vestiduras. Alrededor de la orla inferior de su manto ostentaba en alternada sucesión una campanilla y una granada. De sus hombros colgaba un pectoral de curiosa labor. Cuando él andaba, el pectoral refulgía como diamantes y se ampliaban unas letras que parecían nombres escritos o grabados en el pectoral. En la cabeza llevaba algo que parecía una corona. Una vez que estuvo completamente ataviado, le rodearon los ángeles y en un flamígero carro penetró tras el segundo velo. Se me ordenó entonces que observara los dos departamentos del santuario celestial. La cortina, o puerta, estaba abierta y se me permitió entrar”. Ellen G. White, Primeros Escritos, pp. 250, 251. 6 Es decir, los “Adventistas de la puerta cerrada” que se convirtieron en Adventistas del Séptimo Día. 7 Ellen G. White, Selected Messages, Vol., p. 63. 116 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Casi todos los Adventistas, incluyendo al Sr. Miller, creyeron durante un corto tiempo después de su desengaño de 1844, que el mundo había recibido su última amonestación… Pero pronto se renunció a la idea de que la obra del evangelio estaba terminada.8 Después de que pasó el tiempo de expectación en 1844, los Adventistas todavía creían que la venida del Salvador estaba muy cercana; sostenían que habían llegado a una crisis importante, y que la obra de Cristo como intercesor del hombre delante de Dios había cesado. Habiendo advertido del juicio cercano, sentían que su obra a favor del mundo estaba hecha, y perdieron su carga de alma a favor de la salvación de los pecadores, mientras las burlas osadas y blasfemas de los impíos les parecía otra evidencia de que el Espíritu de Dios había sido retirado de los que rechazaron su misericordia. Todo esto les confirmó en la creencia de que el tiempo de prueba había terminado, o, como ellos lo expresaban, “la puerta de la misericordia estaba cerrada”.9 La puerta se abre—segundo vaivén En algún momento entre el 22 de octubre de 1844 y el fin de diciembre de 1844, muchos Adventistas abandonaron la enseñanza de la puerta cerrada. En el contexto de apoyar las visiones de su esposa, Ellen, James White registra esta declaración. Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella [EGW] y todo el grupo en Portland, Maine (donde sus padres habían vivido) habían abandonado el clamor de medianoche y la puerta cerrada como pertenecientes al pasado.10 Esto muestra que Ellen White abandonó la puerta cerrada en algún momento antes de diciembre de 1844. En 8 Nota del editor, Spirit of Prophecy, 1884, Vol. 4, p. 499. Ibid., p. 268. 10 James White, A Word to the “Little Flock”, Mayo 30, 1847, p. 22, reproducido en la obra de Knight, Rise of the Sabbatarian Adventism, p. 176. 9 La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 117 1848, Ellen White escribió la siguiente carta a Joseph Bates.11 En esta carta, ella relata su visión “sobre la venida del Esposo”, visión que ella recibió en febrero de 1845. Ella proporciona evidencia de que un gran número de Adventistas habían abandonado la puerta cerrada. La visión de la venida del Esposo la tuve a mediados de febrero de 1845 mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, James, y muchos otros. Muchos de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad [en contexto, incredulidad en la puerta cerrada] parecía estar por todas partes. Había una hermana conocida como muy espiritual. Viajaba, y había sido una poderosa predicadora la mayor parte del tiempo durante veinte años. Había sido una verdadera madre en Israel. Pero había surgido una división en el grupo de la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía, y no podía creer que la puerta estuviese cerrada. Yo no había sabido nada de sus diferencias.12 Estas afirmaciones de James y Ellen White demuestran que por lo menos un número bastante grande de Adventistas había abandonado la puerta cerrada; y esto documenta la segunda oscilación de la puerta. Durante un corto período de tiempo, la puerta de la misericordia se abrió nuevamente. La puerta se cierra nuevamente—tercer vaivén Las dos primeras oscilaciones de la puerta proporcionan los antecedentes históricos para esta importante “tercera oscilación” de la puerta. Hasta ahora en nuestro estudio, hemos visto muchas reinterpretaciones de la “verdad” cambiante: desde 1843 hasta 1844; desde la venida de 11 Joseph Bates es una figura bien conocida en la historia ASD que creyó en las visiones de EGW y las apoyó durante muchos años, pero más tarde renunció a ellas en privado. Véase de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 225–231. 12 A.L. White, Ellen G. White y la Cuestión de la Puerta Cerrada, Carta 3, 1847, pp. 49–51. Impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, p. 418. 118 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Cristo a la tierra en 1844 hasta la entrada de Cristo en el Lugar Santísimo del santuario celestial en 1844. Ahora, vemos a los Adventistas moviéndose hacia delante y hacia atrás acerca de la “verdad” de la puerta cerrada. Esta tercera oscilación de la puerta es algo que los Adventistas han tratado de explicar o negar,13 porque socava por completo la autoridad profética de Ellen White. Puesto que esta oscilación de la puerta es cuestionada a menudo en el Adventismo, presentaré más documentación sobre ella que la que presenté acerca de las primeras dos. La siguiente evidencia mostrará que los Adventistas de la “puerta cerrada” en general, y Ellen White en particular, sostuvo una teología de la puerta cerrada desde diciembre de 1844 hasta más o menos el 22 de octubre de 1851.14 Mostraremos que, por medio de sus visiones, Ellen White enseñó que la puerta de la misericordia estaba cerrada. He aquí las partes pertinentes de su primera visión, que recibió en diciembre de 1844. Otros [Adventistas de la puerta abierta] negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso. Era tan imposible para ellos volver al sendero nuevamente e ir a la Ciudad de Dios, como para todo el mundo perverso que Dios había rechazado. Cayeron uno tras otro a todo lo largo de sendero, hasta que oímos la voz de Dios 13 Véase de Arthur L. White, Ellen G. White and the Shut Door Question, (Washigngton, D. C.: Ellen G. White Estate, 1971). Véase también de Robert W. Olson, The “Shut Door” Document,s (Washington, D. C.: Ellen G. White Estate, 1982). 14 Veremos que esta puerta cerrada fue modificada un poco en 1849. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 119 como el estruendo de muchas aguas, que nos anunciaba el día y la hora de la venida de Jesús.15 A partir de esta primera visión, entendemos dos cosas. Primera, a EGW se le mostró que era imposible que se salvasen los que renunciaron al mensaje millerista o a su reinterpretación. Segundo, Dios había rechazado a todo el mundo malvado. La segunda visión de Ellen White en febrero de 1843 enseña la misma puerta cerrada. Siguiendo con la carta a Joseph Bates citada antes, EGW muestra que fue su visión lo que hizo que este grupo de Portland, Maine, renunciara a su “error” de abandonar la puerta cerrada. Esto deja claro que EGW enseñó una puerta cerrada por medio de su visión. Como vimos antes, este grupo no creía en una puerta cerrada. Finalmente mi alma pareció estar en agonía, y mientras ella hablaba, caí de la silla al piso. Fue entonces cuando tuve una visión de Jesús levantándose de su trono de mediación y yendo hacia el santísimo y hacia el Esposo para recibir su reino. Todos dijeron que esto era completamente nuevo para ellos. El Señor trabajó con gran poder, estableciendo la verdad en sus corazones. La Hermana Durben conocía el poder del Señor, porque lo había experimentado muchas veces; y poco después de que yo caí, ella fue derribada, y cayó al piso, clamando al Señor para que tuviese misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos fueron saludados por los cantos y los gritos de la Hermana Durben en voz alta. La mayoría de ellos aceptó la visión, y quedaron establecidos acerca de la puerta cerrada.16 15 Ellen G. White, “To the Remnant Scattered Abroad”, en A Word to the “Little Flock”, Mayo 30, 1847, p. 14. Reproducido en la obra de Knight, The Rise of Sabbatarian Adventism, p. 172. 16 A. L. White, Ellen G. White and the Shut Door Question, Carta 2, 1847, pp. 49–51. Impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, pp. 417– 419. 120 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Vemos que las dos primeras visiones de Ellen White enseñaban que la puerta de la misericordia estaba cerrada para todos los que estaban fuera del pequeño grupo de Adventistas. Aunque abandonaron la enseñanza de la puerta cerrada por un corto tiempo, las visiones de ella corrigieron este “error” y la puerta se cerró—nuevamente. Hay todavía más evidencia de que esto es exactamente lo que Ellen White creía. En otra parte de esta misma carta a Joseph Bates, ella describe algunos incidentes relacionados con su primera visión. Hay que notar dos cosas: primera, hay evidencia—no prueba—de que Ellen White puede haber obtenido el material o las ideas para su primera “visión”, de Joseph Turner. Segunda, la primera visión de Ellen White concordaba con la manera en que Turner entendía la “verdad”. Se verá que Turner era un creyente declarado en que la puerta de la misericordia estaba radicalmente cerrada. Quizás usted quisiera que yo le hiciera una declaración en relación con ambas visiones. En el tiempo en que tuve la visión del clamor de medianoche, la había abandonado [la puerta cerrada] como cosa del pasado, y, como la mayoría de los miembros del grupo, pensaba que estaba en el futuro. No sé en qué tiempo sacó J. Turner su escrito. Yo sabía que había sacado un número y que otro estaba en la casa editora, pero yo no sabía lo que contenía, porque no había leído una sola palabra de él … Después de que tuve la visión y Dios me dio la luz, me instó a presentarla al grupo, pero no me atreví. Era joven, y pensé que no querrían recibirla de mí. Desobedecí al Señor, y en vez de permanecer en casa, donde la reunión debía tener lugar esa noche, subí a un trineo en la mañana, viajé tres o cuatro millas, y allí encontré a Joseph Turner. Sólo me preguntó cómo estaba, y si iba de camino a cumplir con mi deber. No dije nada, porque sabía que no lo estaba. Pasé a la cámara [un dormitorio o sala en la casa de Turner] y no le volví a ver durante dos horas, cuando se me acercó y me preguntó si yo estaría en la reunión de esa noche. Le dije que no. Me dijo que quería oír mi visión, y creía que era mi deber ir a casa. Le dije que no. No dijo nada más, sino que se alejó. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 121 Muy temprano a la mañana siguiente, Joseph Turner llamó, me dijo que tenía prisa por salir de la ciudad en breve, y quería que le contase todo lo que Dios me había mostrado en visión. Fue con temor y con temblor que se le conté todo. Después de que terminé, me dijo que él había relatado lo mismo la noche anterior.17 La referencia que antecede hace palpablemente evidente que Joseph Turner, al oír los detalles de la primera visión de EGW, que enseñaba la puerta cerrada, dijo que era lo mismo que él había dicho la noche anterior.18 Esta es evidencia con la cual concuerdan EGW y Turner. Pero, ¿qué enseñaba Joseph Turner? En el número de enero de 1845 de The Advent Mirror, se encuentra un largo artículo escrito por A. Hale y Joseph Turner,19 que “explica” la parábola de las diez vírgenes, dando argumentos a favor de 17 Ibid. Por esta carta, sabemos que Joseph Turner había preparado un escrito apoyando la puerta cerrada. Ellen White sabía que él había publicado un número, sabía que estaba en la casa editora, y afirmaba que no sabía lo que contenía. Ella fue a la casa de él, contra la voluntad del Señor, pasó dos horas sola, y luego regresó a su casa. Por las investigaciones llevadas a cabo en los últimos treinta años, ahora sabemos que Ellen White copió abundante material de obras ajenas, si no es que era una plagiaria por entero. Sabemos que hasta algunas porciones de sus visiones fueron copiadas de libros publicados antes de recibir sus visiones. Véase la obra de Walter Rea, The White Lie, (M & R Publications, Box 2056, Turlock, CA 95381). Con estos hechos en mente, es interesante observar las circunstancias de esta carta. ¿Podría ser que la información que EGW relató en su “visión” concerniente a la puerta cerrada procediese en realidad de Joseph Turner? Debemos observar que Turner fue la primera persona en oír la primera visión de EGW y que dijo que “había relatado lo mismo la noche anterior”. (Véase de Robert B. Tower, The True Story of the Beginning of Seventh-day Adventism and of Mrs. Ellen G. White´s Claims, impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, pp. 416,417). 19 Véase de Knight, Rise of Sabbatarian Adventism, pp. 133–136, para leer el artículo completo. 18 122 Las Doctrinad Sectarias de los ASD la puerta de la misericordia cerrada. He aquí sólo un extracto. Pero, ¿pueden convertirse algunos pecadores si la puerta está cerrada? Por supuesto que no, aunque algunos cambios pueden hacer parecer que pueden tener lugar algunas conversiones. El estado de la humanidad delante de Dios se parecería mucho a lo que ha sido en los casos en que algunas comunidades fueron abandonadas por Dios para que fuesen destruidas… Pero, pensar en trabajar para convertir las grandes masas del mundo en un momento así sería tan fútil como si los israelitas, cuando estaban a la orilla del Mar Rojo, hubiesen dado media vuelta para convertir a los egipcios.20 Vemos que EGW y Joseph Turner enseñaron la misma teología de la puerta cerrada. Una evidencia adicional de que Ellen White enseñaba la puerta cerrada puede verse en los escritos de su esposo, James White.21 Él escribió lo siguiente en 1850, aproximadamente seis años después de la primera visión de EGW. [El clamor] “He aquí viene el Esposo” se alzó, y aumentó más y más por todo el territorio, hasta que el pueblo del advenimiento estuvo completamente despierto, esperando ansiosamente ver a Jesús el décimo día del mes séptimo [judío] [22 de octubre de 1844]. Cuando llegamos a ese punto en el tiempo, toda nuestra simpatía, nuestra carga, y nuestras oraciones por los pecadores cesaron, y el sentimiento y el testimonio unánimes era que nuestra obra a favor del mundo había concluído para siempre. “Como él [Cristo] es, así somos nosotros en este mundo”. 1 Juan 4:17. En la tierra, las ramas vivientes simpatizarán y se moverán en concierto con la “vid verdadera” en el cielo. La razón de que las ramas vivientes sintiesen que su obra a favor del mundo estaba concluída es que los 2300 días habían terminado y que 20 A. Hale y J. Turner, The Advent Mirror, Vol. 1, No. 1, Ene. 1845, reproducido en Ibid., p. 136. 21 En algunas ocasiones, EGW discrepó con las creencias de su esposo, James. Sin embargo, en la mayoría de los casos sí estuvieron de acuerdo en lo que enseñaban. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 123 había llegado el momento de que Jesús cerrara la puerta que daba al Lugar Santo, recibiera el reino, y purificara el santuario. Este cambio, tan maravillosamente descrito en Daniel 7:13,14, responde a la venida del Esposo y a la puerta cerrada en la parábola [de las vírgenes en Mateo 25]…Él todavía tiene misericordia de sus santos, y siempre la tendrá; y Jesús es todavía su abogado y su sacerdote. Pero el pecador, a quien Jesús había extendido sus brazos todo el día, y quien había rechazado las ofertas de salvación, quedó sin abogado cuando Jesús salió del Lugar Santo y cerró aquella puerta en 1844. La iglesia profesante, que rechazó la verdad [en el contexto histórico, la “verdad” es el mensaje de 1844 y su reinterpretación], también fue rechazada, y atacada de ceguera y ahora, “con sus ovejas y sus vacas” va “a buscar al Señor” como si Él todavía fuese el abogado de los pecadores; pero, dice el profeta, [Oseas 5:6,7] “no lo encontrarán; SE HA APARTADO DE ELLOS. Han actuado traicioneramente contra el Señor, porque han engendrado hijos extraños”. La razón de que no encuentren al Señor es simplemente que le buscan donde no está; “se ha retirado al Lugar Santísimo”. El profeta de Dios llama a sus conversos artificiales “HIJOS EXTRAÑOS”; “ahora en un solo mes serán consumidos, ellos y sus heredades”. Dice el objetador: “Creo que Jesús todavía está sobre el propiciatorio”. En respuesta a este aserto, que se repite a menudo, permítaseme decir: Jesús nunca estuvo sobre el propiciatorio, y nunca lo estará. El propiciatorio es el Lugar Santísimo, donde Jesús entró al final de los 2300 días. Su posición es sobre el arca de los diez mandamientos; y sobre él están los querubines de gloria. Delante del propiciatorio está nuestro Gran Sumo Sacerdote presentando su sangre a favor de Israel.22 Que Ellen White estaba de acuerdo con la teología de su esposo acerca de la puerta cerrada es evidente, no sólo por sus dos primeras visiones, sino por otras afirmaciones también. En 1849, cinco años después de su primera visión, ella dijo: 22 James White, The Present Truth, Mayo 1850, impreso en Ford, Daniel 8:14, pp. 351,352. 124 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Las reformas23 que se mostraron no eran reformas del error hacia la verdad, sino de mal para peor, porque los que profesaban un cambio de corazón sólo tenían un ropaje religioso exterior, que ocultaba la iniquidad de un corazón malvado. Algunos aparentaban haberse convertido realmente, para engañar al pueblo de Dios; pero, si hubiese sido posible ver sus corazones, se hubiesen visto tan negros como siempre.24 Esta es una hora muy importante para nosotros. Satanás ha descendido con gran poder, y tenemos que esforzarnos mucho, y apresurarnos en nuestro camino hacia el reino. Tenemos que luchar contra un enemigo poderoso; pero tenemos un Amigo Todopoderoso que nos protege y nos fortalece en el conflicto. Si estamos firmemente establecidos en la verdad presente, y tenemos nuestra esperanza, como ancla del alma, puesta más allá del segundo velo, los varios vientos de las falsas doctrinas y los errores no podrán conmovernos, porque sabemos que el Amo de la casa se levantó en 1844, y cerró la puerta del primer compartimiento en el tabernáculo celestial; y ahora ciertamente esperamos que ellos [en el contexto histórico, éstos son los pastores que rechazaron el mensaje de la purificación del santuario celestial al fin de los 2300 días] “vayan con sus rebaños” “a buscar al Señor, pero no le hallarán; se ha apartado de ellos (dentro del segundo velo)”. El Señor me mostró que el poder que está con ellos es meramente una influencia humana, no el poder de Dios.25 Hay todavía más evidencia de que Ellen White enseñó una puerta de la misericordia cerrada. La siguiente carta de O. R. L. Crosier, el arquitecto de la teología Adventista del Séptimo Día sobre el santuario, fue dirigida a D. M. Canright con fecha de 1 de diciembre de 1887. 23 Estas “reformas” eran, o bien conversiones, o bien vidas transformadas, que eran presentadas por otros cristianos a los Adventistas de la puerta cerrada como evidencia de que la puerta de la misericordia todavía estaba abierta. 24 Ellen G. White, The Present Truth, Ago. 1849, p. 22. Impreso en Ford, Daniel 8:14, p. 356. 25 Ellen G. White, Review and Herald, 1850-03-01. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 125 Guardé el séptimo día por casi un año, como en 1848. En 1846, expliqué la idea del santuario en un artículo publicado en un número doble extra del Day Star de Cincinnati, O. El propósito de ese artículo era apoyar la teoría de que la puerta de la misericordia estaba cerrada, una teoría que yo y casi todos los adventistas que habían adoptado los puntos de vista de William Miller sostuvimos desde 1844 hasta 1848. Sí, yo sé [el énfasis es suyo] que Ellen G. Harmon—ahora la Sra. White—sostenían la teoría de la puerta cerrada en ese tiempo”26 En relación con la teología Adventista de la puerta cerrada, Desmond Ford observa: La visión de Camden debe ser tomada en cuenta también. Un tiempo considerada como espuria, 27 las alusiones a ella que hizo Uriah Smith en su libro Visions of Mrs. E. G. White indican su autenticidad28…(Esto se descubrió por medio de algunos de los primeros documentos de Ellen G. White). Aquí está, y las ideas encajan exactamente en los años que siguieron inmediatamente a 1844.29 Ahora citamos de la visión que Ellen White recibió en Camden, N. Y., el 29 de junio de 1851, conocida como la Visión de Camden.30 El Señor me mostró que, en respuesta a las oraciones, él había dejado de fruncir su ceño contra este grupo, que ellos podían tener la sonrisa de Jesús si eran muy humildes y andaban cuidadosamente delante del Señor, que supiesen que Dios les guiaba en cada paso que daban, que el grupo sería fuerte y terror para sus enemigos, y que debía permanecer unido. 26 Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 106,107. Hay alguna evidencia de que esta “acusación de espuria” puede haber resultado de un intento de suprimir esta visión. Véase de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 145–169. 28 “La legitimidad de esta visión es reconocida por el editor Uriah Smith y el pastor J. N. Loughborough en sus esfuerzos por justificarla”. Ibid., p. 127. 29 Impreso en Ford, Daniel 8:14, p. 356. 30 Véase de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, p. 127. 27 126 Las Doctrinad Sectarias de los ASD Entonces vi al Hno. Wing y al Hno. Hyatt31—a quienes el enemigo había estado tratando de destruir—que oraban pidiendo luz acerca de algunos textos de las Escrituras, y mientras más oraban más oscuro se les volvía todo. El enemigo estaba tratando de encerrarles en un manto de oscuridad; justo cuando estaban a punto de quedar encerrados por completo, fueron librados. El manto fue roto, y escaparon. Vi la verdadera luz sobre estos textos, etc. Vi que este reproche había sido hecho por Jesús a los fariseos y a los judíos, que estaban llenos de justicia propia, y sólo querían hablar con o saludar a los que estaban tan llenos de justicia propia e hipocresía como ellos; descuidaban por completo e ignoraban a los que no ganaban tanto como ellos, y no recibían saludos en el mercado como ellos. Vi que esto de ninguna manera se aplicaba a este tiempo, en el que ahora estamos viviendo. Luego vi que Jesús oraba por sus enemigos, pero que esto no debería hacernos orar por el mundo impío, al que Dios había rechazado. Cuando él oraba por sus enemigos, había esperanza para ellos, y ellos podían beneficiarse de sus oraciones y ser salvos por medio de ellas, y también después de que él fue mediador en el compartimiento exterior para todo el mundo; pero ahora su espíritu y su simpatía han sido retirados del mundo; nuestra simpatía debe estar con Jesús, y apartada de los impíos. Vi que Dios amaba a su pueblo, y que, en respuesta a las oraciones, hacía llover sobre justos e injustos. Vi que ahora, en este tiempo, él regaba la tierra y hacía brillar el sol sobre los santos y los malvados por medio de nuestras oraciones, enviando nuestro Padre la lluvia sobre los injustos, mientras que él la enviaba sobre los justos. Vi que los impíos no podían beneficiarse de nuestras oraciones ahora. Y aunque él la enviaba sobre los injustos, el día de ellos llegaría. Luego vi lo concerniente a amar a nuestros enemigos. Vi que la Escritura no quería decir que debíamos amar a los impíos a quienes Dios había rechazado, sino que se refería a nuestros prójimos en la casa, y esto no se extendía más allá de la casa; pero vi que no debíamos cometer ninguna injusticia contra los impíos, sino que los prójimos a quienes debíamos amar eran aquéllos a quienes Dios amaba y que le servían. 31 Ellen White menciona al “Hermano Hyatt” en varias ocasiones en sus escritos. Véase Manuscript Release, Vol. 1, p. 313; Vol. 2, p. 293; Vol. 4, p. 395. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 127 Al leer y releer la visión que antecede, no logro entender la mente que pudo haberla escrito. ¿Qué enseña esto acerca de Dios? Obtengo la imagen de un Dios airado contra su pueblo, un pueblo que tiene que orar para que el ceño de Él deje de estar fruncido.32 ¿Qué enseña esto sobre la oración? Mientras más oraban, más oscuros se volvían. EGW habla de ver la “verdadera luz” sobre textos de la Escritura, luego los tuerce para hacerlos decir exactamente lo opuesto de su significado bíblico y contextual. ¿No hacían los judíos exactamente lo que EGW recomienda que hagan los Adventistas de la puerta cerrada: amar sólo a su propio pueblo? ¿No es éste el mismo espíritu exclusivo que Jesús trataba de corregir? ¿No está el mensaje de “verdad” de EGW directamente opuesto a la verdad de Jesús como la conocemos en los evangelios? ¿Qué clase de espíritu está activo aquí, torciendo la verdad, tratando de controlar las mentes, socavando el evangelio de amor, de la gracia, y la misericordia? Ellen White continuó reforzando la teología de la puerta cerrada estableciendo falsas analogías. Los judíos quedaron en completo engaño y en completa oscuridad. Perdieron toda la luz que podrían haber tenido sobre el plan de salvación, y todavía confiaban en sus inútiles sacrificios y ofrendas. No podían beneficiarse de la mediación de Cristo en el Lugar Santo. El santuario celestial había tomado el lugar del terrenal, pero ellos no tenían ningún conocimiento del camino al santísimo.33 Vi que, así como los judíos habían crucificado a Jesús, las iglesias nominales [las que habían rechazado el mensaje del santuario en 1844] habían crucificado estos mensajes, y por lo tanto no conocían el movimiento que había tenido lugar en el cielo, ni el camino hacia el Santísimo, y no pueden beneficiarse de la intercesión de Jesús allí. Como los judíos, que ofrecían sus inútiles sacrificios, ellas ofrecen sus inútiles oraciones al 32 33 Un término usado más de 250 veces en los escritos de Ellen White. Ellen White, Spiritual Gifts, Vol. 1, p. 170. 128 Las Doctrinad Sectarias de los ASD compartimiento que Jesús ha dejado, y Satanás, complacido con el engaño de los profesos seguidores de Cristo, los atrapa en sus redes, asume un carácter religioso, dirige hacia sí mismo las mentes de estos profesos cristianos, y trabaja con su poder, sus señales y sus maravillas mentirosas. A unos los engaña de una manera y a otros de otra. Tiene diferentes engaños preparados para afectar diferentes mentes. Algunos contemplan con horror un engaño, mientras gustosamente aceptan otro. Satanás engaña a algunos con el espiritismo. También viene como ángel de luz, y extiende su influencia sobre la tierra. Por todas partes vi falsas reformas. Las iglesias se regocijaban, y consideraban que Dios trabajaba para ellas de modo maravilloso, cuando el espíritu era otro. Se desvanecerá y dejará al mundo y a la iglesia en un estado peor que el de antes.34 Resumiendo su investigación sobre las enseñanzas de EGW relativas a la puerta cerrada, Robert B. Tower dice después de mencionar la primera visión: Como resultado de ésta [la primera visión de ella] y visiones posteriores, la creencia en la puerta cerrada nuevamente se afianzó y continuó en este grupo—que más tarde tomó el nombre de Adventistas del Séptimo Día—por un período de entre siete y diez años.35 Hay todavía más antecedentes fascinantes en las enseñanzas de estos Adventistas entre 1844 y 1851, que arrojan luz sobre muchas de las afirmaciones que EGW hizo durante este tiempo. Joseph Bates, que era amigo cercano y compañero de trabajo de James y Ellen White, publicó en 1850 un tratado sobre el santuario. En la página 9 dice: Los dos mil trescientos años están completos, habiendo terminado en el otoño de 1844…Aquí su obra [la de Cristo] cesó 34 Ibid., p. 172. Robert B. Tower, The True Story of the Beginnings of Seventh-day Adventism and of Mrs. Ellen G. White´s Claims. Impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, p. 417. 35 La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 129 de ministrar y mediar a favor del mundo entero para siempre…Aquí la puerta está cerrada.36 Luego Bates continúa afirmando su posición de que el Día de Expiación durará siete años. Estoy plenamente convencido de que las siete manchas de sangre sobre el altar de oro y delante del propiciatorio representan la duración del proceso judicial, en el Lugar Santísimo, relativo a los santos vivos, los cuales permanecerán en su aflicción todos esos siete años…Así que el número siete concluirá el día de expiación…Esta es la duración del mensaje del tercer ángel.37 Hay evidencia de que James y Ellen White aceptaron esta enseñanza de Bates. Esto explica por qué EGW hizo afirmaciones sobre lo corto del tiempo que faltaba. Estos siete años comenzaron el 22 de octubre de 1844 y debían terminar el 22 de octubre de 1851. Al aproximarse esta fecha, Ellen White relata lo que su ángel le dijo en visión. En una visión dada el 27 de junio de 1850, mi ángel acompañante dijo: “El tiempo está casi agotado. ¿Reflejáis como debiérais hacerlo la hermosa imagen de Jesús?”. Luego se me señaló la tierra y vi que era necesario realizar preparativos entre aquellos que han abrazado últimamente el mensaje del tercer ángel. Dijo el ángel: “¡Preparaos, preparaos, preparaos! Tendréis que morir mucho más al mundo de lo que habéis muerto hasta aquí”. Vi que tenían una obra que hacer y poco tiempo en que hacerla.38 Algunos de nosotros hemos tenido tiempo para llegar a la verdad, para avanzar paso a paso, y cada paso que hemos dado nos ha fortalecido para tomar el siguiente. Pero ahora el tiempo 36 Véase la obra de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, p. 112. Joseph Bates, “The Typical and Anti-Typical Sanctuary”, pp. 10–13, 15. Como aparece impreso en Ibid., pp. 113, 114. 38 Ellen G. White, Primeros Escritos, p. 64. 37 130 Las Doctrinad Sectarias de los ASD está casi agotado, y lo que hemos tardado años en aprender, ellos tendrán que aprenderlo en pocos meses.39 En septiembre de 1850, Ellen White tuvo una visión en la cual ella afirmó: Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más.40 En una carta dirigida al “Hermano y a la Hermana Loveland”, y fechada el 1 de noviembre de 1850, EGW escribió: Mi visión surge ante de mí y, aún ahora, las palabras del ángel parecen sonar en mis oídos: “¡Preparaos, preparaos, preparaos!. El tiempo casi se ha agotado, casi se ha agotado. Clamad, clamad, clamad para que se revele el brazo del Señor, para que se revele el brazo del Señor. El tiempo casi se ha agotado. ¡Lo que vayáis a hacer, tenéis que hacerlo pronto!”41 En una carta dirigida a la Sra. P. D. Lawrence, y fechada el 29 de julio de 1850, la Srta. Sarah B. Harmon, la hermana de EGW, escribió: Creo que éste es el último invierno antes de que veamos aparecer a Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote. Oh, vivamos para Dios y sacrifiquémosnos fielmente por él.42 Las afirmaciones que anteceden encajan perfectamente con la enseñanza Adventista de la puerta cerrada, y la enseñanza de Bates de que el Día de Expiación duraría siete años. Estas afirmaciones también demuestran una falta de seguridad que se origina en una comprensión errónea del evangelio. Tienen que “prepararse, prepararse, prepararse”. 39 Ibid., p. 67. Ibid., p. 58. Véase también de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, p.114. 41 Ellen G. White, Carta 26, 1850, p. 2. Manuscript Releases, Vol. 8, pp. 222, 223. 42 Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 131, 132. 40 La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 131 Algunos tendrán que hacer en unos pocos meses lo que le tomó años hacer al grupo Adventista.43 Estas afirmaciones demuestran confianza en las obras y el desarrollo del carácter para tener la certeza de la salvación. Cuando el evangelio se entiende correctamente, no se necesita mucho tiempo para recibir a Cristo Jesús como Salvador y Señor. D. M. Canright, en el capítulo de su libro sobre “La Puerta Cerrada”, proporciona mucha evidencia adicional para sustentar el hecho de la enseñanza Adventista de la puerta cerrada entre 1844 y 1851.44 Luego, hace algunas preguntas muy mordaces. ¿Guiaron Cristo y el Espíritu Santo a estos fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para que perdieran durante años toda su carga de simpatía por los pecadores y dejaran de orar por ellos? ¿Simpatizó Cristo con ellos cuando enseñaron que Él ya no era amigo de los pecadores? ¿Simpatizó Cristo con ellos cuando enseñaron que Él ya no abogaba por ellos, y que el mundo entero había sido rechazado por Dios, había quedado sin el Espíritu Santo, se había vuelto a Satanás, y que todas las iglesias, excepto la suya, eran en realidad sólo sinagogas de Satanás, y fortalezas del diablo? ¿Le entregó un ángel santo a la Sra. White todo ese mensaje terriblemente falso? Tal teoría parece una blasfemia. Si Dios no les guió entonces, ¿les ha guiado desde entonces? ¿Les está guiando en la actualidad?45 Resumen del Capítulo 1. 43 EGW y los otros Adventistas creían que la puerta de la misericordia se cerró el 22 de octubre de 1844 (puerta cerrada, primer vaivén). “Tendréis que morir al mundo más de lo que habéis muerto jamás”. Ellen G. White, Early Writings, p. 64. Nótese que el énfasis es en el desarrollo del carácter, no en la confianza en Cristo. 44 Ibid., pp. 103–144. 45 Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 131, 132. 132 Las Doctrinad Sectarias de los ASD 2. EGW y muchos otros Adventistas abandonaron la puerta cerrada en algún momento entre el 22 de octubre de 1844 y diciembre de 1844 (puerta abierta, segundo vaivén). Por medio de sus visiones y sus escritos, EGW corrigió el “error” de los que creían que la puerta de la misericordia estaba abierta todavía, enseñando que todavía estaba cerrada (puerta cerrada, tercer vaivén). La evidencia de esto es: a. En su primera visión, ella dijo que era “imposible” que se salvaran los que habían abandonado la “verdad” de 1844. Dijo, además, que todo el resto del mundo había sido “rechazado”. b. En su segunda visión, EGW corrigió el “error” de los que habían abandonado la puerta cerrada. c. Ellen White concordaba con Joseph Turner, que enseñaba que la puerta de la misericordia estaba cerrada. d. James White enseñaba que la puerta de la misericordia estaba cerrada. e. EGW y otros Adventistas creían que las iglesias que experimentaban reformas y conversiones estaban inspiradas por otro espíritu, que Satanás las controlaba, y que habían sido atrapadas en los engaños de él. A los conversos de estas iglesias se les llamaba “hijos extraños”. f. En la visión de Camden, Ellen White enseñó que los Adventistas no debían amar a nadie, ni orar por nadie, fuera de su pequeño grupo Adventista. g. Ellen White dijo que las oraciones de los que habían rechazado el mensaje del santuario eran inútiles. h. Los investigadores como el Dr. Ford y Robert B. Tower creen que los Adventistas sostuvieron la 3. La Puerta Que Se Abre y Se Cierra 4. 5. 6. 133 puerta cerrada por lo menos siete años (1844– 1851). i. D. M. Canright, un contemporáneo de EGW, creía que los Adventistas enseñaron la puerta cerrada entre 1844 y 1851, y tiene considerable documentación para apoyar sus conclusiones. EGW y otros Adventistas aplicaron las Escrituras incorrectamente, incluyendo, pero no limitándose a, Mat. 25:40 y Oseas 5:6,7. EGW construyó algo de su teología sobre la puerta cerrada mediante el uso de falsas analogías. Hay alguna evidencia para creer que EGW aceptó la teoría de Joseph Bates sobre el Día de Expiación de siete años, y que esperaba que Cristo regresara el 22 de octubre de 1851. Yo soy la puerta: el que entre por esta puerta, que soy yo, sera salvo