La Puerta Que Se Abre y Se Cierra

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Capítulo 7
La Puerta Que Se
Abre y Se Cierra
D
espués del desengaño de 1844, el movimiento
millerista se dividió en dos grupos. Uno de ellos, al
cual ingresó Miller más tarde, reconoció que, en
realidad, nada ocurrió el 22 de octubre de 1844,1 y continuó
esperando la pronta venida de Jesús. Estos Adventistas
rechazaron la reinterpretación del santuario en el mensaje
de 1844, y se conocieron como los “Adventistas de la
puerta abierta”.2 El otro grupo reinterpretó la profecía de
los 2300 días para aplicarla a la purificación del santuario
celestial, creía que la puerta de la misericordia estaba
cerrada, y se conoció como los “Adventistas de la puerta
cerrada”. De este último grupo salieron los fundadores de la
iglesia Adventista del Séptimo Día.3 El propósito de este
capítulo es documentar lo que yo llamo “la puerta
oscilante”, que sigue los pasos a la evolución de la manera
en que este grupo entendió la “verdad” desde 1844 hasta
1851.
1
Knight, Rise of Sabbatarian Adventism, pp. 131,132.
Ibid., p. 131.
3
Ibid., pp. 131,132.
2
114
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Había varias “puertas” en la primera teología
Adventista. Sin embargo, al principio todas estas puertas se
referían a la creencia de que “la puerta de la misericordia”
estaba cerrada, o que el tiempo de prueba había terminado.
“El fin del tiempo de prueba” es un término bien conocido
en los círculos Adventistas, y se refiere a un punto en el
tiempo en que la salvación ya no estará disponible.
Los milleristas creían que la parábola de las diez
vírgenes en Mateo 25:1–12 se aplicaba a su experiencia.
Ellos habían exclamado: “He aquí al Esposo”, pues
esperaban que Jesús vendría a la tierra el 22 de octubre de
1844. Los Adventistas de la puerta cerrada, que
continuaban creyendo que el 22 de octubre de 1844
marcaba un hito importante en el cumplimiento de la
profecía, procedieron a construir sobre la parábola de las
diez vírgenes. En la parábola, “las que estaban preparadas
entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta”.4 Creyendo
que ellos eran los únicos que estaban preparados, enseñaron
que los que rechazaron el mensaje del 22 de octubre de
1844 estaban representados por las vírgenes fatuas de la
parábola, a las que, cuando tocaron a la puerta, el Esposo
les dijo: “No os conozco”.
En otras palabras, la “manada pequeña” o “banda
Adventista”, como se hacían llamar, eran los únicos para
los cuales la misericordia estaba disponible todavía. Para el
resto, la puerta estaba cerrada.
Simultáneamente con la puerta cerrada de la parábola de
las diez vírgenes, los Adventistas de la puerta cerrada
creían que Jesús cerró la puerta del primer departamento
del santuario celestial al pasar al segundo departamento.
Ellen White “vio” tener lugar este cambio.5 Las vírgenes
4
Véase Mat. 25:10.
“Luego se me mostró lo que había ocurrido en el cielo al terminar en
1844 los períodos proféticos. Cuando Jesús concluyó su ministerio en
5
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
115
fatuas—todos, excepto la banda Adventista—ya no
pudieron aprovechar la expiación de Jesús en el cielo
porque no se dieron cuenta de que Jesús había pasado de un
departamento al siguiente. Por lo tanto, como se dijo más
arriba, tanto la “puerta” en la parábola de las diez vírgenes
como la “puerta” del primer departamento del santuario
celestial eran “puertas cerradas” para los que no aceptaban
la reinterpretación de la profecía de los 2300 días.
Con esta corta introducción, presentaremos la evidencia
de la “puerta oscilante”.
La puerta se cierra—primer vaivén
El 22 de octubre de 1844 los Adventistas6 creían que la
puerta de la misericordia se cerró de golpe para todos los
que no aceptaron su reinterpretación de la profecía de los
2300 días.
Durante un tiempo después del desengaño de 1844, sostuve,
en común con el cuerpo Adventista, que la puerta de la
miericordia estaba cerrada para siempre para el mundo.7
el lugar santo cerró la puerta de ese departamento, densas tinieblas
envolvieron a quienes habían oído y rechazado el mensaje de su
advenimiento y lo habían perdido de vista a él. Jesús se revistió
entonces de preciosas vestiduras. Alrededor de la orla inferior de su
manto ostentaba en alternada sucesión una campanilla y una granada.
De sus hombros colgaba un pectoral de curiosa labor. Cuando él
andaba, el pectoral refulgía como diamantes y se ampliaban unas letras
que parecían nombres escritos o grabados en el pectoral. En la cabeza
llevaba algo que parecía una corona. Una vez que estuvo
completamente ataviado, le rodearon los ángeles y en un flamígero
carro penetró tras el segundo velo. Se me ordenó entonces que
observara los dos departamentos del santuario celestial. La cortina, o
puerta, estaba abierta y se me permitió entrar”. Ellen G. White,
Primeros Escritos, pp. 250, 251.
6
Es decir, los “Adventistas de la puerta cerrada” que se convirtieron en
Adventistas del Séptimo Día.
7
Ellen G. White, Selected Messages, Vol., p. 63.
116
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Casi todos los Adventistas, incluyendo al Sr. Miller,
creyeron durante un corto tiempo después de su desengaño de
1844, que el mundo había recibido su última amonestación…
Pero pronto se renunció a la idea de que la obra del evangelio
estaba terminada.8
Después de que pasó el tiempo de expectación en 1844, los
Adventistas todavía creían que la venida del Salvador estaba
muy cercana; sostenían que habían llegado a una crisis
importante, y que la obra de Cristo como intercesor del hombre
delante de Dios había cesado. Habiendo advertido del juicio
cercano, sentían que su obra a favor del mundo estaba hecha, y
perdieron su carga de alma a favor de la salvación de los
pecadores, mientras las burlas osadas y blasfemas de los impíos
les parecía otra evidencia de que el Espíritu de Dios había sido
retirado de los que rechazaron su misericordia. Todo esto les
confirmó en la creencia de que el tiempo de prueba había
terminado, o, como ellos lo expresaban, “la puerta de la
misericordia estaba cerrada”.9
La puerta se abre—segundo vaivén
En algún momento entre el 22 de octubre de 1844 y el
fin de diciembre de 1844, muchos Adventistas abandonaron
la enseñanza de la puerta cerrada. En el contexto de apoyar
las visiones de su esposa, Ellen, James White registra esta
declaración.
Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844,
ella [EGW] y todo el grupo en Portland, Maine (donde sus
padres habían vivido) habían abandonado el clamor de
medianoche y la puerta cerrada como pertenecientes al
pasado.10
Esto muestra que Ellen White abandonó la puerta
cerrada en algún momento antes de diciembre de 1844. En
8
Nota del editor, Spirit of Prophecy, 1884, Vol. 4, p. 499.
Ibid., p. 268.
10
James White, A Word to the “Little Flock”, Mayo 30, 1847, p. 22,
reproducido en la obra de Knight, Rise of the Sabbatarian Adventism,
p. 176.
9
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
117
1848, Ellen White escribió la siguiente carta a Joseph
Bates.11 En esta carta, ella relata su visión “sobre la venida
del Esposo”, visión que ella recibió en febrero de 1845.
Ella proporciona evidencia de que un gran número de
Adventistas habían abandonado la puerta cerrada.
La visión de la venida del Esposo la tuve a mediados de
febrero de 1845 mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con
Israel Dammon, James, y muchos otros. Muchos de ellos no
creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la
reunión. La incredulidad [en contexto, incredulidad en la puerta
cerrada] parecía estar por todas partes.
Había una hermana conocida como muy espiritual. Viajaba,
y había sido una poderosa predicadora la mayor parte del tiempo
durante veinte años. Había sido una verdadera madre en Israel.
Pero había surgido una división en el grupo de la puerta cerrada.
Ella tenía gran simpatía, y no podía creer que la puerta
estuviese cerrada. Yo no había sabido nada de sus diferencias.12
Estas afirmaciones de James y Ellen White demuestran
que por lo menos un número bastante grande de
Adventistas había abandonado la puerta cerrada; y esto
documenta la segunda oscilación de la puerta. Durante un
corto período de tiempo, la puerta de la misericordia se
abrió nuevamente.
La puerta se cierra nuevamente—tercer vaivén
Las dos primeras oscilaciones de la puerta proporcionan
los antecedentes históricos para esta importante “tercera
oscilación” de la puerta. Hasta ahora en nuestro estudio,
hemos visto muchas reinterpretaciones de la “verdad”
cambiante: desde 1843 hasta 1844; desde la venida de
11
Joseph Bates es una figura bien conocida en la historia ASD que
creyó en las visiones de EGW y las apoyó durante muchos años, pero
más tarde renunció a ellas en privado. Véase de Canright, The Life of
Mrs. E. G. White, pp. 225–231.
12
A.L. White, Ellen G. White y la Cuestión de la Puerta Cerrada, Carta
3, 1847, pp. 49–51. Impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, p. 418.
118
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Cristo a la tierra en 1844 hasta la entrada de Cristo en el
Lugar Santísimo del santuario celestial en 1844. Ahora,
vemos a los Adventistas moviéndose hacia delante y hacia
atrás acerca de la “verdad” de la puerta cerrada. Esta
tercera oscilación de la puerta es algo que los Adventistas
han tratado de explicar o negar,13 porque socava por
completo la autoridad profética de Ellen White. Puesto que
esta oscilación de la puerta es cuestionada a menudo en el
Adventismo, presentaré más documentación sobre ella que
la que presenté acerca de las primeras dos.
La siguiente evidencia mostrará que los Adventistas de
la “puerta cerrada” en general, y Ellen White en particular,
sostuvo una teología de la puerta cerrada desde diciembre
de 1844 hasta más o menos el 22 de octubre de 1851.14
Mostraremos que, por medio de sus visiones, Ellen White
enseñó que la puerta de la misericordia estaba cerrada. He
aquí las partes pertinentes de su primera visión, que recibió
en diciembre de 1844.
Otros [Adventistas de la puerta abierta] negaron
temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era
Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se
extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en
tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el
blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo
sombrío y perverso. Era tan imposible para ellos volver al
sendero nuevamente e ir a la Ciudad de Dios, como para todo el
mundo perverso que Dios había rechazado. Cayeron uno tras
otro a todo lo largo de sendero, hasta que oímos la voz de Dios
13
Véase de Arthur L. White, Ellen G. White and the Shut Door
Question, (Washigngton, D. C.: Ellen G. White Estate, 1971). Véase
también de Robert W. Olson, The “Shut Door” Document,s
(Washington, D. C.: Ellen G. White Estate, 1982).
14
Veremos que esta puerta cerrada fue modificada un poco en 1849.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
119
como el estruendo de muchas aguas, que nos anunciaba el día y
la hora de la venida de Jesús.15
A partir de esta primera visión, entendemos dos cosas.
Primera, a EGW se le mostró que era imposible que se
salvasen los que renunciaron al mensaje millerista o a su
reinterpretación. Segundo, Dios había rechazado a todo el
mundo malvado.
La segunda visión de Ellen White en febrero de 1843
enseña la misma puerta cerrada. Siguiendo con la carta a
Joseph Bates citada antes, EGW muestra que fue su visión
lo que hizo que este grupo de Portland, Maine, renunciara a
su “error” de abandonar la puerta cerrada. Esto deja claro
que EGW enseñó una puerta cerrada por medio de su
visión. Como vimos antes, este grupo no creía en una
puerta cerrada.
Finalmente mi alma pareció estar en agonía, y mientras ella
hablaba, caí de la silla al piso. Fue entonces cuando tuve una
visión de Jesús levantándose de su trono de mediación y yendo
hacia el santísimo y hacia el Esposo para recibir su reino. Todos
dijeron que esto era completamente nuevo para ellos. El Señor
trabajó con gran poder, estableciendo la verdad en sus
corazones.
La Hermana Durben conocía el poder del Señor, porque lo
había experimentado muchas veces; y poco después de que yo
caí, ella fue derribada, y cayó al piso, clamando al Señor para
que tuviese misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis
oídos fueron saludados por los cantos y los gritos de la Hermana
Durben en voz alta.
La mayoría de ellos aceptó la visión, y quedaron
establecidos acerca de la puerta cerrada.16
15
Ellen G. White, “To the Remnant Scattered Abroad”, en A Word to
the “Little Flock”, Mayo 30, 1847, p. 14. Reproducido en la obra de
Knight, The Rise of Sabbatarian Adventism, p. 172.
16
A. L. White, Ellen G. White and the Shut Door Question, Carta 2,
1847, pp. 49–51. Impreso en la obra de Ford, Daniel 8:14, pp. 417–
419.
120
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Vemos que las dos primeras visiones de Ellen White
enseñaban que la puerta de la misericordia estaba cerrada
para todos los que estaban fuera del pequeño grupo de
Adventistas. Aunque abandonaron la enseñanza de la puerta
cerrada por un corto tiempo, las visiones de ella corrigieron
este “error” y la puerta se cerró—nuevamente.
Hay todavía más evidencia de que esto es exactamente
lo que Ellen White creía. En otra parte de esta misma carta
a Joseph Bates, ella describe algunos incidentes
relacionados con su primera visión. Hay que notar dos
cosas: primera, hay evidencia—no prueba—de que Ellen
White puede haber obtenido el material o las ideas para su
primera “visión”, de Joseph Turner. Segunda, la primera
visión de Ellen White concordaba con la manera en que
Turner entendía la “verdad”. Se verá que Turner era un
creyente declarado en que la puerta de la misericordia
estaba radicalmente cerrada.
Quizás usted quisiera que yo le hiciera una declaración en
relación con ambas visiones. En el tiempo en que tuve la visión
del clamor de medianoche, la había abandonado [la puerta
cerrada] como cosa del pasado, y, como la mayoría de los
miembros del grupo, pensaba que estaba en el futuro. No sé en
qué tiempo sacó J. Turner su escrito. Yo sabía que había sacado
un número y que otro estaba en la casa editora, pero yo no sabía
lo que contenía, porque no había leído una sola palabra de él …
Después de que tuve la visión y Dios me dio la luz, me instó a
presentarla al grupo, pero no me atreví. Era joven, y pensé que
no querrían recibirla de mí. Desobedecí al Señor, y en vez de
permanecer en casa, donde la reunión debía tener lugar esa
noche, subí a un trineo en la mañana, viajé tres o cuatro millas,
y allí encontré a Joseph Turner. Sólo me preguntó cómo estaba,
y si iba de camino a cumplir con mi deber. No dije nada, porque
sabía que no lo estaba. Pasé a la cámara [un dormitorio o sala en
la casa de Turner] y no le volví a ver durante dos horas, cuando
se me acercó y me preguntó si yo estaría en la reunión de esa
noche. Le dije que no. Me dijo que quería oír mi visión, y creía
que era mi deber ir a casa. Le dije que no. No dijo nada más,
sino que se alejó.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
121
Muy temprano a la mañana siguiente, Joseph Turner llamó,
me dijo que tenía prisa por salir de la ciudad en breve, y quería
que le contase todo lo que Dios me había mostrado en visión.
Fue con temor y con temblor que se le conté todo. Después de
que terminé, me dijo que él había relatado lo mismo la noche
anterior.17
La referencia que antecede hace palpablemente evidente
que Joseph Turner, al oír los detalles de la primera visión
de EGW, que enseñaba la puerta cerrada, dijo que era lo
mismo que él había dicho la noche anterior.18 Esta es
evidencia con la cual concuerdan EGW y Turner. Pero,
¿qué enseñaba Joseph Turner? En el número de enero de
1845 de The Advent Mirror, se encuentra un largo artículo
escrito por A. Hale y Joseph Turner,19 que “explica” la
parábola de las diez vírgenes, dando argumentos a favor de
17
Ibid.
Por esta carta, sabemos que Joseph Turner había preparado un escrito
apoyando la puerta cerrada. Ellen White sabía que él había publicado
un número, sabía que estaba en la casa editora, y afirmaba que no sabía
lo que contenía. Ella fue a la casa de él, contra la voluntad del Señor,
pasó dos horas sola, y luego regresó a su casa. Por las investigaciones
llevadas a cabo en los últimos treinta años, ahora sabemos que Ellen
White copió abundante material de obras ajenas, si no es que era una
plagiaria por entero. Sabemos que hasta algunas porciones de sus
visiones fueron copiadas de libros publicados antes de recibir sus
visiones. Véase la obra de Walter Rea, The White Lie, (M & R
Publications, Box 2056, Turlock, CA 95381). Con estos hechos en
mente, es interesante observar las circunstancias de esta carta. ¿Podría
ser que la información que EGW relató en su “visión” concerniente a la
puerta cerrada procediese en realidad de Joseph Turner? Debemos
observar que Turner fue la primera persona en oír la primera visión de
EGW y que dijo que “había relatado lo mismo la noche anterior”.
(Véase de Robert B. Tower, The True Story of the Beginning of
Seventh-day Adventism and of Mrs. Ellen G. White´s Claims, impreso
en la obra de Ford, Daniel 8:14, pp. 416,417).
19
Véase de Knight, Rise of Sabbatarian Adventism, pp. 133–136, para
leer el artículo completo.
18
122
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
la puerta de la misericordia cerrada. He aquí sólo un
extracto.
Pero, ¿pueden convertirse algunos pecadores si la puerta está
cerrada? Por supuesto que no, aunque algunos cambios pueden
hacer parecer que pueden tener lugar algunas conversiones. El
estado de la humanidad delante de Dios se parecería mucho a lo
que ha sido en los casos en que algunas comunidades fueron
abandonadas por Dios para que fuesen destruidas… Pero, pensar
en trabajar para convertir las grandes masas del mundo en un
momento así sería tan fútil como si los israelitas, cuando estaban
a la orilla del Mar Rojo, hubiesen dado media vuelta para
convertir a los egipcios.20
Vemos que EGW y Joseph Turner enseñaron la misma
teología de la puerta cerrada. Una evidencia adicional de
que Ellen White enseñaba la puerta cerrada puede verse en
los escritos de su esposo, James White.21 Él escribió lo
siguiente en 1850, aproximadamente seis años después de
la primera visión de EGW.
[El clamor] “He aquí viene el Esposo” se alzó, y aumentó
más y más por todo el territorio, hasta que el pueblo del
advenimiento estuvo completamente despierto, esperando
ansiosamente ver a Jesús el décimo día del mes séptimo [judío]
[22 de octubre de 1844].
Cuando llegamos a ese punto en el tiempo, toda nuestra
simpatía, nuestra carga, y nuestras oraciones por los pecadores
cesaron, y el sentimiento y el testimonio unánimes era que
nuestra obra a favor del mundo había concluído para siempre.
“Como él [Cristo] es, así somos nosotros en este mundo”. 1 Juan
4:17. En la tierra, las ramas vivientes simpatizarán y se moverán
en concierto con la “vid verdadera” en el cielo. La razón de que
las ramas vivientes sintiesen que su obra a favor del mundo
estaba concluída es que los 2300 días habían terminado y que
20
A. Hale y J. Turner, The Advent Mirror, Vol. 1, No. 1, Ene. 1845,
reproducido en Ibid., p. 136.
21
En algunas ocasiones, EGW discrepó con las creencias de su esposo,
James. Sin embargo, en la mayoría de los casos sí estuvieron de
acuerdo en lo que enseñaban.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
123
había llegado el momento de que Jesús cerrara la puerta que
daba al Lugar Santo, recibiera el reino, y purificara el santuario.
Este cambio, tan maravillosamente descrito en Daniel 7:13,14,
responde a la venida del Esposo y a la puerta cerrada en la
parábola [de las vírgenes en Mateo 25]…Él todavía tiene
misericordia de sus santos, y siempre la tendrá; y Jesús es
todavía su abogado y su sacerdote. Pero el pecador, a quien
Jesús había extendido sus brazos todo el día, y quien había
rechazado las ofertas de salvación, quedó sin abogado cuando
Jesús salió del Lugar Santo y cerró aquella puerta en 1844. La
iglesia profesante, que rechazó la verdad [en el contexto
histórico, la “verdad” es el mensaje de 1844 y su
reinterpretación], también fue rechazada, y atacada de ceguera
y ahora, “con sus ovejas y sus vacas” va “a buscar al Señor”
como si Él todavía fuese el abogado de los pecadores; pero,
dice el profeta, [Oseas 5:6,7] “no lo encontrarán; SE HA
APARTADO DE ELLOS. Han actuado traicioneramente contra
el Señor, porque han engendrado hijos extraños”.
La razón de que no encuentren al Señor es simplemente que
le buscan donde no está; “se ha retirado al Lugar Santísimo”. El
profeta de Dios llama a sus conversos artificiales “HIJOS
EXTRAÑOS”; “ahora en un solo mes serán consumidos, ellos y
sus heredades”.
Dice el objetador: “Creo que Jesús todavía está sobre el
propiciatorio”. En respuesta a este aserto, que se repite a
menudo, permítaseme decir: Jesús nunca estuvo sobre el
propiciatorio, y nunca lo estará. El propiciatorio es el Lugar
Santísimo, donde Jesús entró al final de los 2300 días. Su
posición es sobre el arca de los diez mandamientos; y sobre él
están los querubines de gloria. Delante del propiciatorio está
nuestro Gran Sumo Sacerdote presentando su sangre a favor de
Israel.22
Que Ellen White estaba de acuerdo con la teología de su
esposo acerca de la puerta cerrada es evidente, no sólo por
sus dos primeras visiones, sino por otras afirmaciones
también. En 1849, cinco años después de su primera visión,
ella dijo:
22
James White, The Present Truth, Mayo 1850, impreso en Ford,
Daniel 8:14, pp. 351,352.
124
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Las reformas23 que se mostraron no eran reformas del error
hacia la verdad, sino de mal para peor, porque los que
profesaban un cambio de corazón sólo tenían un ropaje religioso
exterior, que ocultaba la iniquidad de un corazón malvado.
Algunos aparentaban haberse convertido realmente, para
engañar al pueblo de Dios; pero, si hubiese sido posible ver sus
corazones, se hubiesen visto tan negros como siempre.24
Esta es una hora muy importante para nosotros. Satanás ha
descendido con gran poder, y tenemos que esforzarnos mucho, y
apresurarnos en nuestro camino hacia el reino. Tenemos que
luchar contra un enemigo poderoso; pero tenemos un Amigo
Todopoderoso que nos protege y nos fortalece en el conflicto. Si
estamos firmemente establecidos en la verdad presente, y
tenemos nuestra esperanza, como ancla del alma, puesta más
allá del segundo velo, los varios vientos de las falsas doctrinas
y los errores no podrán conmovernos, porque sabemos que el
Amo de la casa se levantó en 1844, y cerró la puerta del primer
compartimiento en el tabernáculo celestial; y ahora ciertamente
esperamos que ellos [en el contexto histórico, éstos son los
pastores que rechazaron el mensaje de la purificación del
santuario celestial al fin de los 2300 días] “vayan con sus
rebaños” “a buscar al Señor, pero no le hallarán; se ha apartado
de ellos (dentro del segundo velo)”. El Señor me mostró que el
poder que está con ellos es meramente una influencia humana,
no el poder de Dios.25
Hay todavía más evidencia de que Ellen White enseñó
una puerta de la misericordia cerrada. La siguiente carta de
O. R. L. Crosier, el arquitecto de la teología Adventista del
Séptimo Día sobre el santuario, fue dirigida a D. M.
Canright con fecha de 1 de diciembre de 1887.
23
Estas “reformas” eran, o bien conversiones, o bien vidas
transformadas, que eran presentadas por otros cristianos a los
Adventistas de la puerta cerrada como evidencia de que la puerta de la
misericordia todavía estaba abierta.
24
Ellen G. White, The Present Truth, Ago. 1849, p. 22. Impreso en
Ford, Daniel 8:14, p. 356.
25
Ellen G. White, Review and Herald, 1850-03-01.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
125
Guardé el séptimo día por casi un año, como en 1848. En
1846, expliqué la idea del santuario en un artículo publicado en
un número doble extra del Day Star de Cincinnati, O. El
propósito de ese artículo era apoyar la teoría de que la puerta de
la misericordia estaba cerrada, una teoría que yo y casi todos los
adventistas que habían adoptado los puntos de vista de William
Miller sostuvimos desde 1844 hasta 1848. Sí, yo sé [el énfasis es
suyo] que Ellen G. Harmon—ahora la Sra. White—sostenían la
teoría de la puerta cerrada en ese tiempo”26
En relación con la teología Adventista de la puerta
cerrada, Desmond Ford observa:
La visión de Camden debe ser tomada en cuenta también.
Un tiempo considerada como espuria, 27 las alusiones a ella que
hizo Uriah Smith en su libro Visions of Mrs. E. G. White indican
su autenticidad28…(Esto se descubrió por medio de algunos de
los primeros documentos de Ellen G. White). Aquí está, y las
ideas encajan exactamente en los años que siguieron
inmediatamente a 1844.29
Ahora citamos de la visión que Ellen White recibió en
Camden, N. Y., el 29 de junio de 1851, conocida como la
Visión de Camden.30
El Señor me mostró que, en respuesta a las oraciones, él
había dejado de fruncir su ceño contra este grupo, que ellos
podían tener la sonrisa de Jesús si eran muy humildes y andaban
cuidadosamente delante del Señor, que supiesen que Dios les
guiaba en cada paso que daban, que el grupo sería fuerte y
terror para sus enemigos, y que debía permanecer unido.
26
Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 106,107.
Hay alguna evidencia de que esta “acusación de espuria” puede haber
resultado de un intento de suprimir esta visión. Véase de Canright, The
Life of Mrs. E. G. White, pp. 145–169.
28
“La legitimidad de esta visión es reconocida por el editor Uriah
Smith y el pastor J. N. Loughborough en sus esfuerzos por justificarla”.
Ibid., p. 127.
29
Impreso en Ford, Daniel 8:14, p. 356.
30
Véase de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, p. 127.
27
126
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
Entonces vi al Hno. Wing y al Hno. Hyatt31—a quienes el
enemigo había estado tratando de destruir—que oraban pidiendo
luz acerca de algunos textos de las Escrituras, y mientras más
oraban más oscuro se les volvía todo. El enemigo estaba
tratando de encerrarles en un manto de oscuridad; justo cuando
estaban a punto de quedar encerrados por completo, fueron
librados. El manto fue roto, y escaparon. Vi la verdadera luz
sobre estos textos, etc. Vi que este reproche había sido hecho por
Jesús a los fariseos y a los judíos, que estaban llenos de justicia
propia, y sólo querían hablar con o saludar a los que estaban tan
llenos de justicia propia e hipocresía como ellos; descuidaban
por completo e ignoraban a los que no ganaban tanto como
ellos, y no recibían saludos en el mercado como ellos. Vi que
esto de ninguna manera se aplicaba a este tiempo, en el que
ahora estamos viviendo. Luego vi que Jesús oraba por sus
enemigos, pero que esto no debería hacernos orar por el mundo
impío, al que Dios había rechazado. Cuando él oraba por sus
enemigos, había esperanza para ellos, y ellos podían
beneficiarse de sus oraciones y ser salvos por medio de ellas, y
también después de que él fue mediador en el compartimiento
exterior para todo el mundo; pero ahora su espíritu y su
simpatía han sido retirados del mundo; nuestra simpatía debe
estar con Jesús, y apartada de los impíos. Vi que Dios amaba a
su pueblo, y que, en respuesta a las oraciones, hacía llover sobre
justos e injustos. Vi que ahora, en este tiempo, él regaba la tierra
y hacía brillar el sol sobre los santos y los malvados por medio
de nuestras oraciones, enviando nuestro Padre la lluvia sobre los
injustos, mientras que él la enviaba sobre los justos. Vi que los
impíos no podían beneficiarse de nuestras oraciones ahora. Y
aunque él la enviaba sobre los injustos, el día de ellos llegaría.
Luego vi lo concerniente a amar a nuestros enemigos. Vi que la
Escritura no quería decir que debíamos amar a los impíos a
quienes Dios había rechazado, sino que se refería a nuestros
prójimos en la casa, y esto no se extendía más allá de la casa;
pero vi que no debíamos cometer ninguna injusticia contra los
impíos, sino que los prójimos a quienes debíamos amar eran
aquéllos a quienes Dios amaba y que le servían.
31
Ellen White menciona al “Hermano Hyatt” en varias ocasiones en
sus escritos. Véase Manuscript Release, Vol. 1, p. 313; Vol. 2, p. 293;
Vol. 4, p. 395.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
127
Al leer y releer la visión que antecede, no logro entender
la mente que pudo haberla escrito. ¿Qué enseña esto acerca
de Dios? Obtengo la imagen de un Dios airado contra su
pueblo, un pueblo que tiene que orar para que el ceño de Él
deje de estar fruncido.32 ¿Qué enseña esto sobre la oración?
Mientras más oraban, más oscuros se volvían. EGW habla
de ver la “verdadera luz” sobre textos de la Escritura, luego
los tuerce para hacerlos decir exactamente lo opuesto de su
significado bíblico y contextual. ¿No hacían los judíos
exactamente lo que EGW recomienda que hagan los
Adventistas de la puerta cerrada: amar sólo a su propio
pueblo? ¿No es éste el mismo espíritu exclusivo que Jesús
trataba de corregir? ¿No está el mensaje de “verdad” de
EGW directamente opuesto a la verdad de Jesús como la
conocemos en los evangelios? ¿Qué clase de espíritu está
activo aquí, torciendo la verdad, tratando de controlar las
mentes, socavando el evangelio de amor, de la gracia, y la
misericordia?
Ellen White continuó reforzando la teología de la puerta
cerrada estableciendo falsas analogías.
Los judíos quedaron en completo engaño y en completa
oscuridad. Perdieron toda la luz que podrían haber tenido sobre
el plan de salvación, y todavía confiaban en sus inútiles
sacrificios y ofrendas. No podían beneficiarse de la mediación
de Cristo en el Lugar Santo. El santuario celestial había tomado
el lugar del terrenal, pero ellos no tenían ningún conocimiento
del camino al santísimo.33
Vi que, así como los judíos habían crucificado a Jesús, las
iglesias nominales [las que habían rechazado el mensaje del
santuario en 1844] habían crucificado estos mensajes, y por lo
tanto no conocían el movimiento que había tenido lugar en el
cielo, ni el camino hacia el Santísimo, y no pueden beneficiarse
de la intercesión de Jesús allí. Como los judíos, que ofrecían sus
inútiles sacrificios, ellas ofrecen sus inútiles oraciones al
32
33
Un término usado más de 250 veces en los escritos de Ellen White.
Ellen White, Spiritual Gifts, Vol. 1, p. 170.
128
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
compartimiento que Jesús ha dejado, y Satanás, complacido con
el engaño de los profesos seguidores de Cristo, los atrapa en sus
redes, asume un carácter religioso, dirige hacia sí mismo las
mentes de estos profesos cristianos, y trabaja con su poder, sus
señales y sus maravillas mentirosas. A unos los engaña de una
manera y a otros de otra. Tiene diferentes engaños preparados
para afectar diferentes mentes. Algunos contemplan con horror
un engaño, mientras gustosamente aceptan otro. Satanás engaña
a algunos con el espiritismo. También viene como ángel de luz,
y extiende su influencia sobre la tierra. Por todas partes vi falsas
reformas. Las iglesias se regocijaban, y consideraban que Dios
trabajaba para ellas de modo maravilloso, cuando el espíritu era
otro. Se desvanecerá y dejará al mundo y a la iglesia en un
estado peor que el de antes.34
Resumiendo su investigación sobre las enseñanzas de
EGW relativas a la puerta cerrada, Robert B. Tower dice
después de mencionar la primera visión:
Como resultado de ésta [la primera visión de ella] y visiones
posteriores, la creencia en la puerta cerrada nuevamente se
afianzó y continuó en este grupo—que más tarde tomó el
nombre de Adventistas del Séptimo Día—por un período de
entre siete y diez años.35
Hay todavía más antecedentes fascinantes en las
enseñanzas de estos Adventistas entre 1844 y 1851, que
arrojan luz sobre muchas de las afirmaciones que EGW
hizo durante este tiempo. Joseph Bates, que era amigo
cercano y compañero de trabajo de James y Ellen White,
publicó en 1850 un tratado sobre el santuario. En la página
9 dice:
Los dos mil trescientos años están completos, habiendo
terminado en el otoño de 1844…Aquí su obra [la de Cristo] cesó
34
Ibid., p. 172.
Robert B. Tower, The True Story of the Beginnings of Seventh-day
Adventism and of Mrs. Ellen G. White´s Claims. Impreso en la obra de
Ford, Daniel 8:14, p. 417.
35
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
129
de ministrar y mediar a favor del mundo entero para
siempre…Aquí la puerta está cerrada.36
Luego Bates continúa afirmando su posición de que el
Día de Expiación durará siete años.
Estoy plenamente convencido de que las siete manchas de
sangre sobre el altar de oro y delante del propiciatorio
representan la duración del proceso judicial, en el Lugar
Santísimo, relativo a los santos vivos, los cuales permanecerán
en su aflicción todos esos siete años…Así que el número siete
concluirá el día de expiación…Esta es la duración del mensaje
del tercer ángel.37
Hay evidencia de que James y Ellen White aceptaron
esta enseñanza de Bates. Esto explica por qué EGW hizo
afirmaciones sobre lo corto del tiempo que faltaba. Estos
siete años comenzaron el 22 de octubre de 1844 y debían
terminar el 22 de octubre de 1851.
Al aproximarse esta fecha, Ellen White relata lo que su
ángel le dijo en visión.
En una visión dada el 27 de junio de 1850, mi ángel
acompañante dijo: “El tiempo está casi agotado. ¿Reflejáis
como debiérais hacerlo la hermosa imagen de Jesús?”. Luego se
me señaló la tierra y vi que era necesario realizar preparativos
entre aquellos que han abrazado últimamente el mensaje del
tercer ángel. Dijo el ángel: “¡Preparaos, preparaos, preparaos!
Tendréis que morir mucho más al mundo de lo que habéis
muerto hasta aquí”. Vi que tenían una obra que hacer y poco
tiempo en que hacerla.38
Algunos de nosotros hemos tenido tiempo para llegar a la
verdad, para avanzar paso a paso, y cada paso que hemos dado
nos ha fortalecido para tomar el siguiente. Pero ahora el tiempo
36
Véase la obra de Canright, The Life of Mrs. E. G. White, p. 112.
Joseph Bates, “The Typical and Anti-Typical Sanctuary”, pp. 10–13,
15. Como aparece impreso en Ibid., pp. 113, 114.
38
Ellen G. White, Primeros Escritos, p. 64.
37
130
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
está casi agotado, y lo que hemos tardado años en aprender,
ellos tendrán que aprenderlo en pocos meses.39
En septiembre de 1850, Ellen White tuvo una visión en
la cual ella afirmó:
Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en
el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito
más.40
En una carta dirigida al “Hermano y a la Hermana
Loveland”, y fechada el 1 de noviembre de 1850, EGW
escribió:
Mi visión surge ante de mí y, aún ahora, las palabras del
ángel parecen sonar en mis oídos: “¡Preparaos, preparaos,
preparaos!. El tiempo casi se ha agotado, casi se ha agotado.
Clamad, clamad, clamad para que se revele el brazo del Señor,
para que se revele el brazo del Señor. El tiempo casi se ha
agotado. ¡Lo que vayáis a hacer, tenéis que hacerlo pronto!”41
En una carta dirigida a la Sra. P. D. Lawrence, y fechada
el 29 de julio de 1850, la Srta. Sarah B. Harmon, la
hermana de EGW, escribió:
Creo que éste es el último invierno antes de que veamos
aparecer a Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote. Oh, vivamos
para Dios y sacrifiquémosnos fielmente por él.42
Las afirmaciones que anteceden encajan perfectamente
con la enseñanza Adventista de la puerta cerrada, y la
enseñanza de Bates de que el Día de Expiación duraría siete
años. Estas afirmaciones también demuestran una falta de
seguridad que se origina en una comprensión errónea del
evangelio. Tienen que “prepararse, prepararse, prepararse”.
39
Ibid., p. 67.
Ibid., p. 58. Véase también de Canright, The Life of Mrs. E. G. White,
p.114.
41
Ellen G. White, Carta 26, 1850, p. 2. Manuscript Releases, Vol. 8, pp.
222, 223.
42
Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 131, 132.
40
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
131
Algunos tendrán que hacer en unos pocos meses lo que le
tomó años hacer al grupo Adventista.43 Estas afirmaciones
demuestran confianza en las obras y el desarrollo del
carácter para tener la certeza de la salvación. Cuando el
evangelio se entiende correctamente, no se necesita mucho
tiempo para recibir a Cristo Jesús como Salvador y Señor.
D. M. Canright, en el capítulo de su libro sobre “La
Puerta Cerrada”, proporciona mucha evidencia adicional
para sustentar el hecho de la enseñanza Adventista de la
puerta cerrada entre 1844 y 1851.44 Luego, hace algunas
preguntas muy mordaces.
¿Guiaron Cristo y el Espíritu Santo a estos fundadores de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día para que perdieran durante
años toda su carga de simpatía por los pecadores y dejaran de
orar por ellos? ¿Simpatizó Cristo con ellos cuando enseñaron
que Él ya no era amigo de los pecadores? ¿Simpatizó Cristo con
ellos cuando enseñaron que Él ya no abogaba por ellos, y que el
mundo entero había sido rechazado por Dios, había quedado sin
el Espíritu Santo, se había vuelto a Satanás, y que todas las
iglesias, excepto la suya, eran en realidad sólo sinagogas de
Satanás, y fortalezas del diablo? ¿Le entregó un ángel santo a la
Sra. White todo ese mensaje terriblemente falso? Tal teoría
parece una blasfemia. Si Dios no les guió entonces, ¿les ha
guiado desde entonces? ¿Les está guiando en la actualidad?45
Resumen del Capítulo
1.
43
EGW y los otros Adventistas creían que la puerta de
la misericordia se cerró el 22 de octubre de 1844
(puerta cerrada, primer vaivén).
“Tendréis que morir al mundo más de lo que habéis muerto jamás”.
Ellen G. White, Early Writings, p. 64. Nótese que el énfasis es en el
desarrollo del carácter, no en la confianza en Cristo.
44
Ibid., pp. 103–144.
45
Canright, The Life of Mrs. E. G. White, pp. 131, 132.
132
Las Doctrinad Sectarias de los ASD
2.
EGW y muchos otros Adventistas abandonaron la
puerta cerrada en algún momento entre el 22 de
octubre de 1844 y diciembre de 1844 (puerta abierta,
segundo vaivén).
Por medio de sus visiones y sus escritos, EGW
corrigió el “error” de los que creían que la puerta de
la misericordia estaba abierta todavía, enseñando que
todavía estaba cerrada (puerta cerrada, tercer vaivén).
La evidencia de esto es:
a. En su primera visión, ella dijo que era “imposible”
que se salvaran los que habían abandonado la
“verdad” de 1844. Dijo, además, que todo el resto
del mundo había sido “rechazado”.
b. En su segunda visión, EGW corrigió el “error” de
los que habían abandonado la puerta cerrada.
c. Ellen White concordaba con Joseph Turner, que
enseñaba que la puerta de la misericordia estaba
cerrada.
d. James White enseñaba que la puerta de la
misericordia estaba cerrada.
e. EGW y otros Adventistas creían que las iglesias
que experimentaban reformas y conversiones
estaban inspiradas por otro espíritu, que Satanás
las controlaba, y que habían sido atrapadas en los
engaños de él. A los conversos de estas iglesias se
les llamaba “hijos extraños”.
f. En la visión de Camden, Ellen White enseñó que
los Adventistas no debían amar a nadie, ni orar por
nadie, fuera de su pequeño grupo Adventista.
g. Ellen White dijo que las oraciones de los que
habían rechazado el mensaje del santuario eran
inútiles.
h. Los investigadores como el Dr. Ford y Robert B.
Tower creen que los Adventistas sostuvieron la
3.
La Puerta Que Se Abre y Se Cierra
4.
5.
6.
133
puerta cerrada por lo menos siete años (1844–
1851).
i. D. M. Canright, un contemporáneo de EGW, creía
que los Adventistas enseñaron la puerta cerrada
entre 1844 y 1851, y tiene considerable
documentación para apoyar sus conclusiones.
EGW y otros Adventistas aplicaron las Escrituras
incorrectamente, incluyendo, pero no limitándose a,
Mat. 25:40 y Oseas 5:6,7.
EGW construyó algo de su teología sobre la puerta
cerrada mediante el uso de falsas analogías.
Hay alguna evidencia para creer que EGW aceptó la
teoría de Joseph Bates sobre el Día de Expiación de
siete años, y que esperaba que Cristo regresara el 22
de octubre de 1851.
Yo soy la
puerta: el
que entre
por esta
puerta, que
soy yo, sera
salvo
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