¿Qué creen los Adventistas del Séptimo Día? Dentro de todas las doctrinas de sectas que hemos estado viendo, podemos decir, a ciencia cierta, que los Adventistas son los más parecidos a los cristianos evangélicos, incluso, ellos mismos se llaman cristianos evangélicos. A algunos les parece que se trata de otra denominación evangélica hermana, de la que sólo nos diferencian el guardar el domingo en vez del sábado, y otras creencias y prácticas menores. Pero, en realidad, los adventistas difunden enseñanzas alejadas de las enseñanzas bíblicas del cristianismo ortodoxo. Pero antes de eso hagamos un poco de historia, para así entender cómo surgieron los Adventistas. Su fundadora fue Ellen Harmon White (1827-1915), quien a los 17 años comenzó a tener las visiones que ella consideró inspiradas y fueron la base de las doctrinas del Adventismo. William Miller (1782-1849), era un campesino y predicador, quien en 1831 anunció que había descubierto la fecha exacta del retorno de Cristo a la tierra, la cual fijó para el 22 de octubre de 1843. Él hizo sus cálculos basándose en las profecías de Daniel 8:14. Muchos regalaron sus propiedades y abandonaron sus cultivos, se vistieron de ropas blancas y se sentaron a esperar. Al no ocurrir el retorno, Miller lo anunció para la misma fecha el año siguiente. Y sucedió la misma historia. Los desilusionados seguidores de Miller lo abandonaron y se unieron a otros grupos religiosos de la época. Mientras tanto, Miller reconoció honestamente su error. Después de esto, se originaron una media docena de grupos de adventistas, de los cuales el más importante fue el de los Adventistas del Séptimo Día, liderado por Ellen Harmon White. Tras el fracaso de Miller la señora White se enfermó y se deprimió profundamente. A fines de 1844, mientras oraba tuvo una extraordinaria visión en la que fue trasladada al cielo y vio la gloria que esperaba a quienes siguieran fieles el evangelio de los adventistas. Las visiones siguieron acompañadas de extrañas experiencias físicas en su cuerpo, con mensajes para algunas personas, familias e iglesias. En 1846 se casó y juntamente con su esposo comenzaron a publicar, un tiempo después, un periódico llamado Advent Review and Sabath Herald que fue el órgano oficial del movimiento adventista. Ellen Harmon White murió en 1915. PRINCIPALES CREENCIAS DE LOS ADVENTISTAS Un Adventista del Séptimo Día es quien cree: a) En el próximo retorno o advenimiento personal de Cristo a la tierra. b) Que nadie es un seguidor verdadero de Cristo si no guarda el día de descanso o sábado. Vamos a hacer un resumen del adventismo en el libro “¿Por qué soy evangélico?”, del autor C. William Fisher. Las citas entre comillas y letra itálica, son citas literales de Ellen H. White y de otros líderes. Sobre Cristo: Aunque creen en el nacimiento virginal de Cristo, creen también que Jesús para “dar un ejemplo de obediencia, tomó sobre Sí mismo nuestra naturaleza, y pasó por nuestras experiencias.” Y que “En sus venas corría la carga temible de una herencia manchada…de mala sangre y maldad heredada.” Dicen que en “Su humanidad, Cristo participó de nuestra naturaleza pecaminosa y caída”. De no haber sido así, no hubiera sido ‘en todo semejante a los hermanos’, ni se hubiera podido decir de Él que fue ‘tentado en todo según nuestra semejanza,’ ni entonces venció Él como nosotros tenemos que vencer, y por lo tanto no es el Salvador completo y perfecto que el hombre necesita y tiene que tener para ser salvo… En su lado humano, Cristo heredó exactamente lo que cada hijo de Adán hereda – una naturaleza pecaminosa.” “Cristo no consumó la propiciación vicaria cuando derramó Su sangre sobre la cruz. Grabemos este hecho para siempre en nuestra mente.” “Es imposible concluir que en la cruz se obró una completa expiación por el pecado.” Compare con lo que dice I Juan 3:5; Juan1:14. Sobre la Biblia: “Sí, nosotros creemos lo que dice la Biblia, pero quien quiera entenderla tendrá que leer los escritos de nuestra ‘Mensajera’ (o ‘profeta’ o ‘libro’)”. “…así creemos nosotros que la señora White fue una profetisa para la iglesia de hoy” Compare con lo que dice Juan14:26. Sobre la salvación: Los seguidores de la señora White explicaron el fracaso de Miller diciendo que lo que verdaderamente sucedió fue que Cristo, en vez de volver a la tierra, había entrado finalmente en el santuario interior, o sea “el lugar santísimo del santuario celestial.” Ella dijo que después de su ascensión, Cristo había entrado en el santuario exterior del cielo, y había estado allí por mil ochocientos años. Y que hasta 1844 había entrado en “el lugar santísimo del santuario celestial”, para efectuar la obra de la propiciación vicaria.” “La tarea del juicio de investigación, y del perdón de pecados han de terminar antes de la segunda venida del Señor. Puesto que los muertos han de ser juzgados sobre la base de las cosas escritas en los libros, es imposible que los pecados de los hombres sean borrados (o perdonados) sino hasta después de juicio, que es cuando sus casos han de ser investigados.” Nadie puede decir que es salvo porque en 1844 comenzó “la labor de investigación y de perdón de los pecados. Todos aquellos que hayan invocado el nombre de Cristo tienen que pasar por ese minucioso escrutinio.” “Los que aceptan a Cristo, y en su primera confianza dicen: yo soy salvo, están en peligro de confiar en sí mismos. …Los que aceptan al Salvador, por muy sincera que haya sido su conversión, no deben aprender a decir o a sentir que son salvos. Enseñarles tal cosa es dirigirlos falsamente.” Compare con lo que dice Rom. 8:1, 16; I Juan 1:7; Heb. 9:12; 10:1215; 12:13. “En el día de la expiación, dos machos cabríos eran traídos a la puerta del tabernáculo, y se echaban suertes sobre ellos, “la una suerte por Jehová, y la otra suerte por Azazel.” El macho cabrío que resultara ser para Jehová, había de ser inmolado como una ofrenda por el pecado del pueblo… En tanto que el animal que era la [ofrenda] ordenada por el pecado apuntaba a Cristo como el sacrificio y el sumo sacerdote representaba a Cristo como el mediador, el macho cabrío de la expiación tipificaba a Satanás, el autor del pecado, sobre quien se pondrán finalmente los pecados de los que verdaderamente se han arrepentido… Satanás, llevando sobre sí la culpa de todos los pecados que él ha hecho al pueblo de Dios cometer, será entonces confinado a esta tierra por mil años, que entonces estará desolada, sin habitantes (durante el milenio), y al final sufrirá el castigo cabal del pecado en las llamas que destruirán a todos los malvados.” De acuerdo con esta interpretación, la obra de la redención humana no es terminada por Cristo, sino que en realidad es completada por el diablo, teoría diametralmente opuesta a las Sagradas Escrituras, así como a la gloriosa persona y obra del Redentor de la humanidad. Compare con lo que dice I Pe. 3:18. Sobre la vida futura: “El sueño del alma” es la creencia de que cuando una persona muere, cae en un estado de inconsciencia total. “El estado al cual la muerte nos reduce, es un estado de silencio, inactividad y entera inconsciencia.” (Ver Eclesiastés 9: 5) “El hombre todavía no posee la naturaleza espiritual inmortal… excepto en la manera en que la tiene por fe en Cristo, ni la tendrá sino hasta la resurrección. Entonces, si está entre los justos, será hecho inmortal… Y aquí se halla un pensamiento sumamente consolador en la doctrina bíblica del sueño de los muertos: que en la muerte no hay conciencia… Toda esa parte de la vida que siente, que tiene movimiento, actividad, pensamiento y conciencia cesa en la muerte, y todo espera hasta la resurrección para su vida futura y sus recompensas eternas.” “Sobre el error fundamental de la inmortalidad natural descansa la doctrina de que los muertos están conscientes, doctrina como un tormento eterno, que se opone a la enseñanza de las Escrituras, a los dictados de la razón, y a nuestros sentimientos humanitarios.” Así, el hombre no es inmortal, sólo tiene el derecho de ganar o merecer la inmortalidad si ha llevado una vida justa. Si se le encuentra justo en el juicio final, entonces se le dará la inmortalidad. Compare con lo que dice Lucas 23:43. Sobre el fin de los impíos: Los impíos serán aniquilados; totalmente destruidos. “Su destrucción será, en efecto, un acto de amor y misericordia de parte de Dios.” No hay castigo eterno; no hay infierno perenne como Jesús lo enseñó. Compare con lo que dice Ap. 14:11; Mat. 25:46; Luc. 24:26 Sobre la fecha de la segunda venida de Cristo: Los adventistas han continuado poniendo fechas para el retorno de Jesús, pero la Biblia desautoriza tal práctica. Compare con lo que dice Mr. 13:32-33. Los cristianos guardamos el domingo, el Día del Señor, como el día de descanso o sabath cristiano. En los cuatro requerimientos que los judíos recomendaron a los gentiles en el Concilio de Jerusalén, no aparece el guardar ningún día, menos el sábado. Compare con lo que dice Hch. 20:7; Hch. 15. Resumen de las creencias de los adventistas: Jesús nació con una naturaleza pecaminosa Jesús no terminó Su obra en el Calvario, al decir que Él no entró en el santuario “interno” del cielo, sino hasta el año 1844. Cristo volverá a la tierra y pronto. La Biblia es la Palabra de Dios, y también los escritos de Ellen G. White son “inspirados”; y es necesario leerlos mientras se estudia la Biblia, si uno quiere entender lo que ésta dice. La señora White es la “Voz”, la “mensajera” de Dios que interpreta la Biblia a la gente de hoy. Nadie debe decir jamás que es salvo, pues no puede estar seguro de ello. Cristo arroja los pecados sobre Satanás, quien algún día los cargará y llevará lejos, para ser destruido con ellos. No dicen nada sobre la purificación del corazón humano, pero sí enseñan que Cristo purificó el “santuario interno”, adentro del cielo desde 1844. Cuando la persona muere, el alma queda dormida y entra en una completa inconsciencia. Sólo los que se hallen justos en el juicio recibirán la inmortalidad, la cual se les dará entonces Los malvados serán aniquilados–destruidos completamente, consumidos absolutamente, reducidos a cenizas. El infierno mismo será destruido, con todos los malvados.