JUZGADOSFrancisco Varela El fiscal pidió ayer nueve meses de prisión por un delito contra los derechos de los trabajadores para el encargado y la aparejadora encargada del plan de seguridad por un accidente laboral ocurrido en una obra de Narón, en 2003. Un joven aprendiz, originario de la zona de Carballo, se precipitó al vacío y acabó con heridas gravísimas que lo han dejado, desde entonces y para siempre, en vida vegetativa. El siniestro ocurrió durante la construcción de un gran edificio en la calle Juan XXIII, en la zona de Xuvia. Eran las nueve de la mañana del 23 de agosto del 2003 cuando Esteban García Cambón, aprendiz de albañil de 17 años se encontraba en la tercera planta de la estructura atendiendo la grúa por la que se subía material. En ese momento, elevaba masa de cemento. La grúa falló y arrastró en su caída al joven trabajador que sufrió un traumatismo craneoencefálico y múltiples fracturas. Su curación se prolongó durante 785 días, de los cuales 585 pasó hospitalizado. Actualmente, según explicó el fiscal durante la vista oral celebrada ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Ferrol, se encuentra en estado vegetativo, a cargo de sus padres que han recuperado la patria potestad. Las aseguradoras de las compañías y los padres han pactado una indemnización de 488.000 euros, por lo que la familia renunció a ejercer la acusación particular. La inspectora de trabajo Paz García Gutiérrez, que hizo un informe tras el siniestro, aseguró que la obra, en la planta en cuestión, carecía de una barandilla adecuada y que tampoco había anclajes para los arneses que los trabajadores debían utilizar como medida de seguridad. En todo caso, sostiene el Ministerio Fiscal, un aprendiz de 17 años no podía estar desempeñando la tarea que se le había encomendado ni encontrarse sin estas medidas de seguridad. El defensor de la aparejadora Irene Fuentes Gómez (empresa Enmacosa), que hizo el plan de seguridad, sostiene que la función de esta técnico fue diseñar las medidas de seguridad, pero su ejecución y control depende del encargado. A su vez, el letrado de Agustín Torres Gómez (empresa Construcciones Berdillo) sostuvo que la obra tenía las medidas de seguridad adecuadas y, para probarlo, aportó tres testigos, trabajadores entonces en la misma obra, que declararon que había anclajes para los arneses de seguridad en la zona donde se encontraba el aprendiz. La técnico en seguridad de la Xunta María Feal, coincidió, en parte, en lo dicho por la inspectora en el sentido de que se carecía de estos anclajes. El juicio quedó visto para sentencia.