COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA Si hablamos de la familia, las expresiones que mantengan sus miembros van a constituir una realidad que va a dar pauta a la construcción de la forma de pensar de cada uno de ellos, las características de éste estilo particular van a ser representadas en la manera que se relacionen con el medio exterior, de ahí que la colectividad como criterio de validez sea tomada para construir significados que apuntalan hacia los medios que se requieran y proporcionen estabilidad y homeostasis en la familia. Si las pautas transaccionales se encauzan a la expresión de emociones que son aceptadas y reconocidas por los miembros de un sistema, los miembros podrán adaptarse a su entorno y promover eso hacia lo social, contribuyendo así a la construcción de su personalidad adaptable a normas de convivencia. Cuando esta forma de comunicar es reprimida algún miembro puede generar las conductas desadaptadas generando dolor y confusión que conlleva a trastornos psicológicos y en casos extremos patologías como la esquizofrenia; por contrario si las formas en que se expresan los miembros se dirigen hacia el establecimiento del diálogo y la comprensión de necesidades, se podrá lograr una homeostasis que presupone el desarrollo y el fortalecimiento del sistema como un medio seguro de apoyo y superación. La comunicación es dividida en áreas: instrumental y afectiva, la primera para lo referente a el manejo de actividades y roles, la segunda para comprender los estados emocionales de los miembros, otros 2 aspectos son : clara o enmascarada, la continuidad clara contra enmascarada se enfoca tanto si en el contenido del mensaje es claramente expuesto, si es camuflajeado, confuso o vago, la continuidad directa contra la indirecta se enfoca en si los mensajes van hacia los objetivos apropiados o tienden a ser desviados a otras personas, existen 4 estilos de comunicación: claro y directo, claro e indirecto, enmascarado directo y enmascarado indirecto. Existen formas de abordaje en la comunicación, la forma no verbal implica todas las posturas y reacciones del individuo que comunican hacia los demás, la verbal incluye el lenguaje hablado y expresado ante otros, las dos formas se incluyen en la retroalimentación en las personas ya que el emisor dirige los mensajes y un receptor los recibe, pero también emite una respuesta ante eso para construir una relación específica, que va a dar pauta en la construcción de significados. Cuando se presentan alteraciones en la comunicación surgen conflictos ya que las emociones están de por medio en toda expresión, y no se sabe cómo manejarlas, para poder mejorar dichas situaciones existen formas: El timing se refiere en saber en qué momento emitir un mensaje, pudiendo elegir cuando, la direccionalidad implica emitir el mensaje directo a la persona a quien va dirigido sin intermediarios ni desvíos, la asertividad es la forma de expresar los propios derechos de forma honesta y con respeto tomando en cuenta eso en los demás, todas estas maneras pueden lograr una comunicación efectiva. La intervención del terapeuta es importante para fomentar éstas habilidades en una familia, generar simbología y significados diferentes a la problemática de comunicación, logra modificar patrones disfuncionales de interacción, las crisis y trastornos de conducta y emocionales en la gente. Es necesario adaptar el contexto físico, uso del lenguaje, dirección y estrategias para manejar las emociones y mantenerlas al servicio de la familia, todos estos ingredientes dan una manera de formar un ambiente donde sea posible expresar lo que sienten y piensan los miembros de un sistema para que estén comunicados y en contacto con sus sentimientos. Es importante establecer el diálogo entre los miembros ya que es la forma como pueden entenderse sus necesidades y poder corresponder a los requerimientos de acuerdo a la etapa del ciclo vital de la familia en que se encuentren, es inevitable que se presenten crisis y que alteren al sistema, pero es posible que la familia aprenda a regularlas, para ello es necesario intervenir y reestablecer la estructura abriendo los canales que permitan hacer funcionar a cada integrante de acuerdo a sus capacidades. Para ello podrá asesorarse en actividades específicas como pláticas, talleres, terapia familiar, donde se logren estos objetivos, no es tarea sencilla pero el terapeuta lo podrá lograr si comparte las hipótesis de percepción de la situación que presentan, se puede formar un equipo si existe un regulador que sería una persona que se logre insertar en la familia como un engrane más y realizar cambios desde dentro para que los miembros vayan asumen la responsabilidad de desempeñar su rol adecuadamente y contribuir con su familia, finalmente la familia es quién hace el cambio, y las experiencias vividas sin duda va a constituir la fuente más cercana al individuo para su crecimiento. Elaborado por Psic. Y T.F. Ricardo Rivas Bárcena.