S iempre sonriente, amable, buena anfitriona, a tal grado que quienes hemos estado cerca de ella podemos afirmar que contagia de buena vibra y paz, Nubia Macías Navarro, socióloga y periodista, es una amante de la lectura, la buena conversación, el sentido del humor y la cultura. Dieciocho años en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) la convirtieron en un referente de la promoción de la lectura en México. Ahora, como directora del grupo editorial Planeta, sigue trabajando por la formación de públicos y lectores. Hace apenas unos días, la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Nuevo León le entregó un reconocimiento por su trayectoria en México, destacando principalmente lo que a ella más le enorgullece, su lado humano. ¿Cómo recuerdas tu primer acercamiento con los libros? Mi primer acercamiento fue como lectora. En un ejercicio maravilloso de la secundaria, cuando un profesor de literatura nos puso a leer La Iliada y La Odisea, nos dividió los capítulos por grupos, para que hiciéramos lecturas entre nosotros y luego hiciéramos una animación teatral para el resto de los compañeros, sabiendo que el que mejor representación o más aplausos recibiera de los compañeros recibiría más puntos. Había un interés muy práctico de nuestra parte: leer unos libros que al final nos podían dar la calificación de la clase. Sin embargo, el ejercicio de la animación de cada capítulo, nos fue llevando a convertir la lectura en un proceso absolutamente apasionante, nos apropiamos y nos convertimos en los personajes; tengo el recuerdo tan nítido y claro de mi gran rito de iniciación a la lectura. Luego, he tenido la fortuna, no en mi casa, porque no habían grandes lecturas, mis hermanas sí pero mis padres no, somos de un pequeño pueblo donde los libros no abundaban... sin embargo, siempre tuve acceso a Mafalda, a La Familia Burrón, Archie, todos los libros de historietas que llegaban a nuestras manos. Crecí y empece a leer los libros que llegaban a mis manos, Juan Salvador Gaviota, Hermann Hesse, fui leyendo de todo un poco, como dice la canción. 30 • SIGLO NUE V O ¿Cómo fuiste a dar a ese universo de la FIL? Estando en primer semestre de la carrera, me dice una amiga: “mi mamá anda buscando alguien como tú para que se vaya a trabajar con ella porque van a hacer una feria del libro”, mi reacción fue muy sencilla pero fui a la entrevista y por supuesto que me quedé a trabajar, porque la señora no me dio tiempo ni siquiera de darle una respuesta, me dijo: “niña, niña, ya estás trabajando, toma nota”. Yo entré a trabajar a la FIL de Guadalajara en 1987, cuando apenas estaban sentando lo que años más tarde sería la gran feria del libro en español. Claro, todo mi rito de iniciación formal como lectora, promotora cultural y gestora, me lo dio la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y esto siempre acompañado ya de un interés particular por la lectura. He leído mucho, he leído fundamentalmente lo que las circunstancias me han venido acercando, casi todos los libros me han encontrado, más que yo encontrarlos a ellos, y depende en qué momento de mi vida he estado, desde la gran novela latinoamericana, la literatura inglesa, la novela policíaca de la que soy muy aficionada, sobre todo si ando de vacaciones. ¿Sigues enamorada de la FIL? Tuve dos etapas en la FIL, de 1987 y hasta finales de 1992, y me fui a estudiar periodismo en el periódico El País de Madrid. Mi trabajo como periodista, creo yo, que me dio muchos elementos para seguir trabajando a favor del libro y la lectura, porque claramente era lo que más me interesaba como periodista, aunque igual tenía que cubrir un partido de futbol, como entrevistar a escritores de todas las nacionalidades, nunca me desvinculé del trabajo del libro y de la promoción del libro en mi papel de reportera. Regresé a México y la feria me volvió a invitar a trabajar, ahí seguí haciendo mi trabajo. La vida me ha permitido que la FIL sea una gran escuela para mí como gestora cultural, como promotora de la lectura y como una gran amante de los libros. Creo que el ejercicio ha sido muy bello, muy fácil, muy lúdico, y la FIL sí es un escenario excepcional porque me permitió también llegar a Grupo Planeta, donde, con todo el equipo, estamos haciendo un trabajo muy bonito de promoción a la lectura desde otra trinchera, pero tan rico y tan variado como el que hacíamos en Guadalajara. Mi gran escuela se mantiene tan viva como en ese 1987, cuando me invitaron a trabajar por primera vez en la feria. ¿Alguna vez pensaste en que de ese trabajo casual terminarías como directora de la FIL? Claro que no. Yo soy una mujer muy trabajadora, muy pragmática, muy profesional, pero también muy apasionada y ambiciosa, en el buen senti-