esculturas vasco-navarras sobre materiales cerámicos

Anuncio
ESCULTURAS VASCO-NAVARRAS SOBRE
MATERIALES CERÁMICOS
LEANDRO SILVAN
La confección de figuras por modelado de masas plásticas arcillosas fue ya realizada en los siglos de la mas remota
Prehistoria; desde los tiempos del Paleolítico superior se conocen unas estatuillas —llamadas Venus Auriñacienses por
la época de su elaboración— que pretendían representar a la
Diosa de la Fertilidad, ídolo pagano muy frecuente en todas
las civilizaciones primitivas. Esas estatuillas han aparecido
con cierta abundancia en numerosos lugares del Continente
eurásico y muchas de ellas muestran ya aspectos estéticos
de especial interés.
Junto con esta antiquísima forma del arte cerámico debe
ser mencionado el amplio conjunto de esculturas rupestres
sobre rocas blandas (arcillosas o de tipo similar) que han sido descubiertas y reconocidas en un crecido número de cuevas ubicadas en la cornisa cantábrica o en el ámbito transpirenaico francés, desde Asturias hasta la costa gala mediterránea. Tales esculturas cuya antigüedad alcanza los 20.000
años a. de J.C. son una prueba de las aptitudes artísticas de
nuestros lejanos predecesores en la población de los territorios mencionados.
En épocas más recientes, ya dentro de la Protohistoria,
confeccionaron asimismo esculturas cerámicas tanto los
Iberos peninsulares como los Fenicios y luego los Cartagineses que invadieron el Mediodía y el Levante español y ocuparon dichas zonas desde el siglo XI precristiano hasta el
año 206 a. de J.C. Tales pueblos han dejado testimonios valiosos de la mencionada labor y entre ellos se cuentan diversos ídolos púnicos ibicencos, los bustos femeninos y
masculinos cartagineses hallados también en Ibiza, y numerosos ejemplares de esculturas ibéricas procedentes de diversos yacimientos arqueológicos levantinos, destacando entre
ellas el altar de la Diosa Madre de la Serreta de Alcoy (Alicante). (1).
Mas adelante, y por lo que a nuestro país se refiere, son
notables las esculturas que entre 1464 y 1467 modeló el
artista francés Lorenzo Mercadante: se trata de numerosas
imágenes de terracota todavía bien conservadas actualmente y emplazadas en los pórticos de varias iglesias sevillanas.
Años más tarde, desde 1503 a 1529, en esa misma ciudad
andaluza y en alguna población de Extremadura el italiano
Niculoso Francisco —autodenominado Niculoso Pisano por
su ciudad de origen— dejó también notables pruebas de su
excepcional níaestría para la creación de esculturas de arcilla cocida, obteniéndolas con las técnicas mas avanzadas de
dicho arte, que él conocía bien tras del aprendizaje llevado
a cabo en los talleres italianos contemporáneos suyos. (2)
En siglos ya próximos (e incluso actuales) numerosos talleres cerámicos hispanos —entre los que han destacado y
destacan aún algunos de Cataluña y otros de Talavera de la
Reina, Alcora, Buen Retiro, Sargadelos, así como también
el que existió en Pasajes de San Juan (Guipúzcoa)— han
venido produciendo esculturas confeccionadas con pastas
arcillosas muy variadas: tales producciones poseen en muBOL.SOC.ESP.CERAM.VIDR. V0L.19-NUM. 1
chos casos un crecido valor artístico, comparable con el de
las obras extranjeras más renombradas. Y dentro de nuestro
Pais vasco-navarro existen hoy artistas que trabajan con
éxito en esta difícil labor, a la cual han aportado nuevos e
interesantes perfeccionamientos destinados a mejorar la calidad de sus diversas creaciones.
Estas son de dos clases diferentes: una de ellas consiste
en figuras exentas, de bulto completo desarrollado según las
tres dimenáones espaciales; y la otra clase agrupa los murales de tamaños variados formados por relieves adosados a un
plano que les sirve de fondo y de base. La estructura material de ambas clases de obras la constituye una masa plástica
de arcillas cerámicas, con características en cierto modo
análogas a las ofrecidas por la pasta utilizada para modelar
vasijas de barro; pero en ocasiones, alguno de los escultores
ceramistas vasco-navarros ha empleado mezclas ricas en productos refractarios, lo que le ha permitido realizar luego decorados de gran fuego dotados de una excepcional calidad
ornamental.
Con la masa plásica elegida en cada caso el ceramista, sirviéndose de sus manos y ayudándose con los clásicos palillos de modelar, procede a conformar su obra según las ñormas clásicas de esa labor, vieja de siglos, pues el escultor la
ha venido utiHzando desde muy antiguo para plasmar en el
barro los bocetos de sus composiciones artísticas, antes de
trasladarlas al marmol o al bronce; en el transcurso de las
épocas históricas tales concepciones han pasado desde los
estilos primario —anteriores a Egipto, Grecia o Roma- a los
de estas civilizaciones clásicas, y luego a los que en tiempos
recientes vienen siendo informados por un nuevo ideario estético, tan avanzado a veces como el propugnado por el impresionismo o por el arte abstracto. Y una vez ultimada cada obra, ha bastado secar y cocer el barro que la materializa
para asegurar con ello su definitiva existencia.
Complementando las tareas descritas, desde mediados de
la centuria decimoquinta y mas aun durante el siglo XVI,
tanto Delia Robbia como Giorgio Gubbino han conseguido
dar mayor atractivo a las esculturas sobre arcillas adicionándoles revestimientos vitreos, una veces blancos y en otros
casos monocromos y polícromos, al natural o pulimentados
Tales adiciones permiten acrecentar mas aún el valor estético de las mencionadas obras (3).
Todo ese amplio y valioso conjunto de conocimientos
técnicos y artísticos aparece adecuadamente recogido y utilizado en las múltiples realizaciones creadas por los escultores ceramistas vasco-navarros, autores de estatuaria y de murales que están alcanzando cada día una mayor estima y un
interés permanentemente acrecentado dentro y fuera del
area territorial vasco-navarra. Y entre los cultivadores de esta especiahdad cabe mencionar en lugar preferente a Arturo
Acebal Idígoras, recientemente fallecido, y cuya producción ha llegado a alcanzar un volumen, una calidad y una
37
importancia dignas de ser destacadas.
Nacido en la República Argentina, Acebal era hijo de padre montañés madre vasca; su obra, extensa y variada, ha
beneficiado de la completa formación prfesional que poseía, pues dominaba el dibujo, la pintura y la escultura (4),
habiéndose familiarizado luego con las técnicas alfareras
aprendidas en sus relaciones con dos renombrados artistas
vascos: el ondarrés Jose Bikandi (a quién trato en la Argentina) y Francisco Currio, escultor y ceramista muy conocido en los ambientes parisienses de su especialidad. Todo
ello, mas una perseverante e inteligente labor investigadora
personal, le permitió introducir nuevas mezclas plásticas para el modelado, mientras tal novedad servía de base al uso
de modernas preparaciones destinadas al recubrimiento de
sus esculturas y de sus murales, coloreándolos uniformemente o con una policromía perfectamente entonada repartida en espacios elegidos con especial acierto. Todas sus
obras, además de estar ejecutadas con normas estéticas de
absoluta ortodoxia, han podido beneficiar de las múltiples
ventajas inherentes al efecto favorable de los diversos adelantos mencionados.
^^H^:.
'-^^^ms^^HËSH
r*k V«..
1
M^
Ir^m^^u^r,.:.
B^¿3
f:,,.Z—BB
HBJ^g;t.3-^MSpiipHH
•Ú' Aí.t.*«.iuW,iWt»*vííVs'ír*; f í % V/V;.; 1
HW^^^î-'i^"/.- .i -iy^ ^^^H^uBI¡^^^»^^owB^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
Fig. 2 . - La Familia. Mural por ACEBA L ID/GO RAS, Pasta refractaria. 104 por 112 cm. Colección particular. Bilbao 1968.
Fig. 1.- Amarradores, por ACEBA L I DIGO RAS, Gran tuego. alto
50 cm. Colección de su autor. Bñbao 1973.
gran fuego o de bajo tuego con predominio de esta últimas— destacando con especial énfasis el alejamiento entre
estas y el limbo afeminado propio del bibelot, diestramente
eliminado gracias al vigoroso conjunto de posibilidades expresivas contenido en todas las obras debidas a este notable
artista.
Sobresalen entre ellas algunos murales de tamaños muy
variados, y sobre todo las esculturas exentas que reproducen la iconografía y los tipos vacoas (maríneles, arrantzales,
atletas, baserritarras o campesinos, .. .) siendo notable asimismo un conjunto de cabezas de tamaño natiVal, en las
cuales se advierten a menudo trazas del arte orlen\il recogidas como trasuntos del mismo y actualizadas por la influencia renovadora de las tendencias estéticas de nuestra época,
bien similadas por el artista cuya obra estamos comentando. Diversos museos nacionales - y entre ellos el de Bilbao
y el de Arte contemporáneo de Madrid— así como numerosos coleccionistas particulares de todo el Mundo, poseen
creaciones de Acebal Idígoras, del cual puede afirmarse que
ha sido uno de los mas prestigiosos dentro de nuestro país
y en lo concerniente a la creación de esta clase de obras de
arte. (5)
Acebal ha sido, por otra parte, un especialista en el manejo de los hornos cerámicos donde realizó la cocción de
sus esculturas de gran fuego: estas, al contrario de los usual
en el "modus operandi" clásico de los alfareros, no se guardaron dentro de cacetas protectoras durante el tratamiento
térmico, sino que permanecieron envueltas directamente
por las llamas mientras duraba el «icio álgido de la cocción.
Y su habilidad para regular la acción del fuego le hizo preferir los hornos al carbón —de difícü conducción y cada vez
más escasos— a los de tipo moderno calentados eléctricamente o provistos de quemadores de gasóleo; varías de sus
obras, obtenidas con aquella clase de hornos, muestran un
primoroso acabado y una calidad verdaderamente excepcional, mejorando mas, si ellos es posible, el óptimo grado conseguido en la labor de este notable escultor-ceramista, cuya
desaparición es especialmente lamentable.
La crítica ha elogiado con rara unanimidad el conjunto
de creaciones de Acebal Indígoras —mas de seiscientas, de
Otro escultor ceramista digno de especial atención es Angel Cañada Gutierrez, quien como adición a sus productos
de alfarería artística ha conseguido realizar en su taller algunos murales cerámicos muy interesantes. Nacido en el valle
de Mena, cerca de las encartaciones vizcaínas, reside desde
siempre en Bilbao donde primeramente destacó como pintor en la difícü especialidad de la acuarela: de esa labor pictórica han derivado seguramente sus conceptos estéticos, su
dominio de la perspectiva y una especial sensibflidad para
busca de asociaciones cromáticas que por su delicadeza y armonía acrecientan el mérito de las creaciones de este hábil
realizador en el ámbito abarcado por la escultura cerámica.
A ese ámbito accedió Cañada vocacionahnente, ampliando
así su dedicación a las tareas artísticas, consideradas por él
como un positivo y obligado servicio a toda la comunidad
humana.
El escultor cuya obra reseñamos inició esas tareas en
1970, tras de un largo aprendizaje y una prolongada experi-
38
mentación personal sobre cuanto se relaciona con las técnicas laborales utilizadas en la alfarería. Hoy, seguro ya de sus
posibilidades, selecciona tanto las tierras incluidas en las
pastas arcillosas que sirven de base a su labor de creación
—aptas para resistir cuando sea preciso temperaturas próximas a los 1.400^C.— como los colores y los esmaltes aplicados sobre las obras confeccionadas con dichas pastas; y una
vez conseguido el modelado de aquellas^ las cuece y las decora utilizando para ello procesos térmicos bien elegidos,
que a veces se prolongan por mas de veinte horas sin incluir
en dicho tiempo el largo periodo de progresivo y lento enfriamiento.
Operando de esta manera y gracias a la cuidadosa y permanente dedicación al trabajo requerido para cada obra. Cañada ha conseguido llevar a feliz término murales de gran
tamaño —tales como el instalado en la Parroquia bílbaina de
Cristo Rey— desarrollados sobre superficies que miden varios metros cuadrados y formados por piezas cuyo grosor
no baja de los treinta milímetros, pudiendo en ocasiones rebasar el centenar de ellos si asi lo requiere la naturaleza del
fragmento incluido en el conjunto constitutivo del mural.
De su preparación profesional y de las condiciones de creación poco comunes que posee este notable artista, cabe esperar en lo futuro unos frutos muy estimables.
A los méritos de su propia labor justamente puede agregarse además el de haber conseguido formar escuela: varios
de sus familiares trabajan asimismo en la confección de cerámicas artísticas, destacando entre ellos su hijo Angel Cañada Zorrilla, autor de algunos murales interesantes. Uno de
ellos, decorado con alegorías eucarísticas (espigas y racimos) ha sido instalado recientemente junto al altar de una
pequeña capilla vizcaína, realzando de modo notable la belleza del recoleto recinto sagrado.
También trabajan en tierras vizcaínas desde hace mucho
tiempo varios artistas cerámicos —Escolar, Pecina, Iranzo y
otros— que con mas o menos fortuna siguen las huellas de
los precedentemente citado. Por otra parte, con técnicas
análogas a las de estos, pero con un estilo generalmente mas
avanzado, ofrecen interés los murales del guipuzcoano José
Luis Zumeta, destacando el existente en la pared posterior
del frontón de Usurbil (Guipúzcoa); y como complemento
de lo ya anotado es obligado hacer referencia a las creaciones debidas a los notables artistas del taller de Lastur (Itziar
Deva. Guipúzcoa) y a los también guipuzcoanos hermanos
Oteiza, uno de los cuales —Antonio de Oteiza— se muestra
como inspirado autor de estatuillas y altos y bajos relieves:
este escultor ceramista ha recogido interesantes muestras de
su ideario estético en terracotas presentadas al natural muy
avanzado y de gran modernidad, rico en volúmenes y huecos cuyas masas y vacíos están repartidos con exquisitez y
acierto en el conjunto de las piezas, dejando sobre sus producciones la estricta realidad del simbolismo propio de cada una de ellas (6).
Al igual que en las Provincias Vascongadas, tampoco faltan en el area territorial navarra quienes cultiven esta especial modalidad del arte cerámico ; y por la amplitud de su
labor así como por las interesantes características de la misma, destaca entre ellos José Luis Ulibarrena, escultor oriundo de Peralta, en la Navarra riberana, y cuyo taller principal
—pues también trabaja en Irache y en Javea— está en el
Valle de Olio, entre las montañas de Urbasa, Sarbil y Andía.
La obra de este artista, bien conocida en su mundo, es
muy variada y por lo general comprende ejemplares humanos inspirados en el ambiente que le rodea o ideados mediante un esfuerzo creador imaginativo que le lleva a realizar sobre el barro figuras abstractas de una calidad estética
excepcional y fuera de lo corriente. En la producción que
BOL.SOC.ESP.CERAM.VIDR. V0L.19-NUM. 1
reseñamos hay simples cabezas bien logradas y plenamente ortodoxas en cuanto a su estilo (como la del maestro Olazarán) y sobre todo figuras completas, exentas y variamente
dimensionadas aunque con tendencia a los tamaños crecidos: destacan entre ellas el Niño en la nieve, el Arpista de
Mauleon, el Guerrero Borgia, un Layador vasco y Las seis,
imponente escultura de casi cuatro metros de alto, con peso
próximo a las cuatro toneladas, realiza con una técnica
avanzada y muy original en todos sus aspectos.
Fig. 3 . - Layador vasco, por /. /. ULIBA RRENA. Gran Fuego. Alto
55 cm. Colección de su autor.
La obras de este ceramista están confeccionadas casi
siempre con barros ocráceos de tonos variados y una vez
modeladas y secas las cuece en hornos de diversos tipos
aprovechando ocasionalmente los de alguna tejería. En la
cocción alcanza amenudo temperaturas próximas a los
I.IOO^C y ello le permite, cuando interesa, dar color a las
piezas incorporando el pigmento para desarrollar el tono deseado durante el tratamiento térmico. Muchas de las estatuas producidas requieren un cuidadoso despiece antes de
ser cocidas y un minucioso montaje posterior cuando la
obra ha sido terminada, incluyendo en ese montaje operaciones de acabado tales como los tratamientos superficiales
o el patinado, que acrecientan el valor artístico y ornamental de cuanto crea y confecciona este notable escultor-ceramista.
Como final de esta nota nos es muy grato indicar que al
multivariado repertorio de producciones derivadas del trabajo llevado a cabo por el amplio conjunto de artífices vasco-navarros precedentemente citados, goza de un indiscutible prestigio, aunque sea el humilde barro el soporte de todas ellas: y esto sucede porque nunca debe ser olvidado el
acertado criterio de Platón, según el cual la belleza de un
objeto debe ser enjuiciada hadando total abstracción de la
materia que lo constituye. Por rica y costosa que esta sea, la
forma conseguida al trabajar sobre ella, mientras haya naci39
do bajo el impulso de inspiraciones artísticas incontaminadas, será lo que marque el nivel de conceptuación asignable
a la misma: esta debe ser siempre reconocida como el feliz
resultado del conjunto de fuerzas espirituales, supersensibles y nobilísimas, capaces de impulsar la actividad creadora
de los verdaderos artistas.
BIBLIOGRAFÍA
1.-
Datos complementarios y reproducciones diversas de
esa estatuaria figuran en el libro de A. CIRICI y R.
MANET: Cerámica catalana. Barcelona (Ediciones
Destino) 1977 pags. 32 a 44.
2.— Es bien conocida la influencia de este artista en el
progreso de la cerámica española de su época. Reuslta
dudosa su estancia en Talavera de la Reina y salvo un
desplazamiento a Flores de Avila, solo hay datos de
su labor en Sevilla, donde es probable su continuada
permanencia. Otros datos en G. LIBERAN!, La Maiolica Italiana. Mñano (Electa Editrice) 1958 pag. 31 y
en B. MARTINEZ CABIRO. Catálogo de Cerámica española. Madrid (Sucesores de Rivadeneyra 1968 pag.
93.
3 . - Los DELLA ROBBIA, a partir de Lucca (1399-1482)
fundador de esta dinastís de artistas, emplearon desde
40
1445 esmaltes destinados a recubrir las numerosas
obras salidas de sus talleres, utüizando primero esmaltes blancos y seguidamente los de tonos azules, morados, verdes y amarillos, por este orden. El acabado
más perfecto de la estatuaria cerámica se debe a
GIORGIO PIETRO ANDREOLI (GIORGIO DA GUBBIO) hacia el año 1518.
4 . - La formación artística de ACEBAL (y en especial el
aprendizaje de la escultura) lo consiguió en Bilbao,
trabajando primero con los BASTERRA y luego junto a DON QUINTIN DE TORRE.
5.— Los informes correspondientes a este artista, cuya desaparición reciente constituye una sensible pérdida
para el arte cerámico vasco, pueden ampliarse en: Biblioteca de Pintores y Escultores vascos de ayer, hoy
y mañana. Bäbao y Zalla (Gran Enciclopedia Vasca)
1973. Fascículos 1 y 72.
6-
El estudio sobre los trabajos de OTEIZA, debido a
mismo, consta en la publicación citada en la nota anterior, fascículo 109. Otro miembro de esta familia
-JORGE DE OTEIZA- es también un excellente ceramista y un notable escultor.
Descargar