Economía opina en la palabra de Felipe Zermeño

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Economía Opina
Economía opina en la palabra de Felipe Zermeño
Autor Felipe Zermeño
Tuesday, 14 de June de 2011
Modificado el Tuesday, 14 de June de 2011
Crimen organizado, economía y sociedad
Desesperada y pacífica manifestación del hartazgo nacional. En la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, el domingo
8 de mayo se llegó al punto más alto de protesta por la inseguridad y el horror. Ante los muertos acumulados y de cada
día, ante la corrupción e ineficacia del gobierno, ante la crueldad inaudita del crimen organizado, y su creciente poder e
influencia social, la salida no se ve. El reclamo popular, la propuesta es justa, sencilla y firme: tenemos derecho a la
seguridad personal, a no vivir en el horror; el gobierno tiene la obligación de garantizar ese derecho, y no cumple con esa
obligación, la falla se siente cada vez con más dolor: fuera, abajo ese gobierno, el repudio total es plenamente
merecido. La indecible violencia del crimen organizado, la corrupción e ineficacia de las fuerzas policiales y militares, son
sólo la manifestación más evidente de males más profundos, encarnados en la estructura social, económica y política de
un país inserto en un sistema global. Algo está podrido en México, algo está podrido en el mundo ¿Qué es ese
algo? Se trata del malestar que genera no sólo un sistema económico social, sino una civilización, sus valores inherentes. La
extrema violencia que se sufre, no se explica sólo por la guerra con que Calderón ha pretendido legitimarse, tampoco por
el narcotráfico, aunque éste ha tenido un importante desarrollo en los últimos años, al conformarse un gran mercado
interno que prácticamente no existía, pero al mismo tiempo se han diversificado las actividades lucrativas del crimen
organizado, en todo tipo de negocios, lícitos e ilícitos. Es evidente que la estrategia de Calderón es equivocada, si es que
existe como tal. Es una “estrategia” que se reduce al uso de la fuerza pública, de policías contra ladrones,
policías penetrados por ladrones, militares convertidos en policías, militares convertidos en ladrones, en zetas, en golfos,
en pacíficos, en familias, algunos de las peores sicarios, se han formado en las escuelas del ejército. ¿Se trata de atacar
al crimen organizado o sólo al narcotráfico? Si el problema principal es el comercio de drogas ilegales ¿Por qué el 99%
de los recursos se canalizan a combatir la oferta y menos del 1% a la demanda? ¿Cuál es el diagnóstico para
comprender el nivel de consumo de cocaína en EEUU o el ascenso del consumo de todo tipo de drogas en México en la
última década? ¿Qué elementos culturales, psicológicos, sociales, económicos, determinan este comportamiento de la
demanda? ¿Cómo influiría en estos factores la legalización de las drogas? ¿Sería significativa esa influencia? En ese
contexto ¿qué hacer para frenar la expansión de la demanda? ¿Si se legaliza la droga se acaba el crimen organizado?
No se entiende el fenómeno del crimen organizado al que se dice querer enfrentar. Es obvio que el gobierno panista no lo
quiere entender, a lo mejor porque es falso que lo quiera enfrentar, pero si no lo entiende, aunque quiera no podrá
vencerlo. Nosotros, desde la sociedad y desde una posición política opuesta a este gobierno, que en verdad queremos
enfrentar al fenómeno, tenemos que empezar por comprenderlo. Entender al crimen organizado, no como algo marginal,
sino como algo que forma parte ya de manera muy significativa, del sistema social y económico del país y de la economía
global de mercado. Los vínculos de los cárteles mexicanos con las mafias de América del Sur, de Europa, China y
Estados Unidos, nos indican que están insertos en la globalización del sistema, no sólo por el tráfico de drogas, sino
también por el de todo tipo de mercancías, y por los flujos financieros. El maestro Víctor Flores Olea da un paso
importante para la comprensión del fenómeno, como algo multidimensional, no sólo la droga, los recursos financieros que
fluyen de los cárteles a todo tipo de negocios, la miseria social que produce el modelo económico vigente y que ofrece
una enorme base social de reclutamiento para el crimen organizado, y los valores que se han impuesto a través de la
competencia mercantil y de los medios. (La Jornada, 9 de mayo de 2011). Aporta Flores Olea elementos fundamentales
para construir el diagnóstico del que se pueda derivar lógicamente una verdadera estrategia de combate, aunque una
verdadera solución no pertenezca a este mundo. Ahí en donde el combate ha tenido éxito, la violencia ha disminuido o ha
cambiado de carácter, pero las mafias siguen existiendo, quizás con mayor poder económico, ya que logran ser
funcionales con todo el sistema empresarial privado. Lo que los italianos llaman la Organización Empresarial Delictiva no
es algo privativo de México, lo que aquí ocurre actualmente es un violento proceso de acumulación originaria de capital
de este tipo de organización criminal, y de conformación de una estructura monopólica consolidada, procesos que en otros
países han ocurrido ya. Para la comprensión y el ataque multidimensional del fenómeno es necesario ubicar a la OED
dentro del sistema mayor que constituye la estructura económica y social del país y su inserción en el capitalismo global.
Por ejemplo, para atacar desde arriba, resaltar los vínculos de la OED con todos los niveles de fuerzas gubernamentales:
municipales, ministeriales, judiciales, PGR, Ejército, Armada. Investigar y reconocer también los vínculos de la OED con
la economía formal: con empresas agrícolas, industriales, turísticas, comerciales, con organismos financieros. Las OED
extorsionan a todo tipo de negocios legales, de manera cada vez más extendida, pero también existen empresas
legales que pagan a las OED cuotas a cambio de todo tipo de servicios: financieros, comerciales, de ataque a la
competencia, etc. Al lavar el dinero de las OED, los negocios legales se fortalecen financiera y comercialmente, limpian
sus desechos, acumulan poder. Hay colaboración, hay coincidencia de propósitos: el objetivo superior de las OED es el
mismo de toda empresa capitalista: la acumulación de dinero. Más que vender droga, el objetivo de la OED es la
acumulación de dinero. Si se legaliza la droga, seguirán actuando. El método del sistema empresarial privado es una
competencia cada vez más agresiva, que busca concentrar el mercado, adquirir fuerza monopólica, eliminar al otro. Es
el mismo método de la OED, llevado a ciertos extremos. Los cárteles venden protección, extorsionan, ¿pero sabemos
cuantos grandes negocios legales se han fortalecido con recursos y todo tipo de apoyo de esos cárteles? ¿Cuántas
campañas políticas han contribuido a financiar? Para comprender y atacar desde abajo los vínculos del fenómeno.
Veamos a los jóvenes en distintas regiones del país. Ahí en donde más se ha intensificado la acción de los cárteles, una
grande y creciente cantidad de jóvenes de incorporan a la OED en muy diversas actividades: vigilantes, traficantes,
contadores, mensajeros, sicarios, etc. Es la única opción de sobrevivencia e incluso de progreso económico que
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encuentran accesible. El sistema sólo les ofrece desempleo, empleo informal cada vez más precario, salarios de miseria.
Los jóvenes no se conforman con sobrevivir, buscan su desarrollo. Sienten que la OED les ofrece un camino, cuando el
sistema no les ofrece ningún camino de desarrollo. He ahí la enorme reserva social de reclutamiento que fortalece y
renueva al crimen organizado que está utilizando el bono demográfico que el sistema desecha. Arriba y abajo
encontramos elementos esenciales para construir el diagnóstico que se requiere, sin el cual no habrá estrategia racional
para enfrentar el fenómeno del crimen organizado que desorganiza la vida nacional. El gobierno de Calderón se lanzó como
el Borras, carece de un diagnóstico objetivo ¿Qué estrategia se puede derivar? El no tener siquiera un diagnóstico
comprensivo, después de más de cuatro años de gobierno, es falta muy grave, motivo suficiente para quitarlo del
poder. No es casualidad, ni simple negligencia que el gobierno panista carezca de un diagnóstico objetivo de la situación.
¿Cómo van a cuestionar un modelo y menos aún un sistema económico social del que son firmes y estúpidos creyentes?
Tienen fe en el libre mercado, son fundamentalistas. Están imposibilitados para ver. Se sienten científicos de la
economía política porque saben aplicar a pie juntillas el catecismo que se han aprendido, el paquete de políticas de
estabilización y cambio estructural que dicta el FMI, que consideran una ortodoxia, es decir, el camino recto ¿quién va a
considerar un camino chueco? ¿Cómo va Calderón a cuestionar los valores supremos del sistema, la acumulación de
dinero, la competencia feroz, el consumismo sin límite, que son también los fundamentos del crimen organizado? Si ni
siquiera cuestiona la manifestación de ese sistema en su modelo más depredador, el neoliberal o fundamentalista de
mercado, el capitalismo salvaje. Una estrategia victoriosa significa una alternativa a todo eso, que está podrido. La
comprensión del fenómeno de la OED en el capitalismo, nos conduce a pensar un nuevo capítulo de la crítica de la
economía política. Editor y webmaster: Wilfrido Espinosa ÁlvarezContacto: wilfridoea@economia.unam.mx Ilustración:
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