La hipocresia como trastorno del carácter Dificultades Alberto técnicas J. Campo que plantea en relación con la asociación libre * Introducción Hasta el momento la hipocresía ha sido -con excepción de la descripción hecha por E. Bergler 5 y las breves referencias de M. Klein 11 y H. Segal17un tema cuya magnitud ha pasado inadvertida tanto desde el punto de vista de su dinámica como en relación con los aspectos técnicos que derivan de su particular modo de comunicación. Puesto que presento la hipocresía como un trastorno del carácter y no como un simple rasgo del mismo (y con esto qui7ro decir que abarca al carácter en su totalidad y 'en su formación), me ha parecido necesario poner también cierto énfasis en la interacción del paciente con su ambiente o, dicho de otro modo, con los acontecimientos "externos", desde que, debido a la intensidad de los mecanismos de proyección (yola propia experiencia infantil del hipócrita), éste intenta crear el ambiente adecuado a su trastorno. Así, necesariamente éste será el ambiente transferencial en el cual ha de trascurrir el tratamiento, hasta tanto se defina y aclare la perturbación del carácter. En este sentido, "el campo estará enfermo de hipocresía" 4, y ello en la medida en que este concepto abarca transferencia y contratransferencia. Este trabajo va más allá del intento de establecer una tipología; tiende en cambio a recalcar la fijeza de un trastorno que en primer término ataca la esencia del análisis. Existe un gran repudio social en relación con la hipocresía, y supongo que esto ocurre en la medida en que perturba profundamente (o amenaza) las relaciones entre las personas y confunde acerca de los valores éticos y morales. Sin embargo, en determinadas circunstancias parece aceptable "un cierto grado de hipocresía". No creo que en este último caso se trate de aquel trastorno, puesto que la característica de dicho trastorno consiste en que la hipocresía es permanente, lo que no se contradice con el hecho observado de que puede ser también una fase transitoria de la infancia o del análisis. Desde el punto de vista de la técnica analítica, considero que este trastorno tiene gran importancia, puesto que se presenta como una básica dificultad en relación con la regla fundamental de la asociación libre. * Salguero 2484, 119 A, Buenos Aires, I,A,rgentina. 623 Alberto J. Campo La sinceridad a la cual se refirió Freud * en diversas oportunidades, y que consideró como una de las condiciones esenciales para poder desarrollar el análisis, queda fuera del proceso cuando se trata de un hipócrita. Este -cuando la hipocresía se presenta como trastorno profundo del carácterjamás expresa directamente su pensamiento. Sin duda, la situación hipócrita estará dada desde el comienzo del análisis; por lo tanto cabe acotar -aunque sólo como derivación del temala importancia de establecer un contrato analítico claro y "Iimpio" en previsión de dificultades futuras (por ejemplo, en el "análisis terapéutico previo al didéctico"). La voracidad del hipócrita se centra sobre los aspectos externos del objeto, mientras pretende creer y hacer creer que su interés está basado en las cualidades internas. Definiciones y etimología del término hipócrita Tomado del griego tardío, el término hipocresía **, si bien se refiere en su origen a la acción de desempeñar un papel teatral, cuando alrededor del año 1438 apareció en latín, pasó a significar el acto o la práctica de simular lo que no se es o de sentir lo que no se siente, especialmente el hecho de asumir falsamente una apariencia de virtud o religión; el uso de un lenguaje afectado simulando bondad. (Sinónimo: simulación. Antónimo: sinceridad.) Por esta especificidad del término al referirse a la apariencia de bondad, en conexión con la falsedad de expresión de sentimientos, y por su posterior relación con aspectos religiosos, desde ya se puede distinguir en su definición al hipócrita del impostor, puesto que este último no es tan circunscripto en sus manifestaciones. (En todo caso, en el hipócrita se trata de una simulación restringida e invariable en su sentido profundo y en su manifestación externa.) Otras definiciones apuntan todas ellas con un sentido similar a la doble faz del hipócrita. Así, el diccionario 624 * ** Especialmente en artículos de la Real Academia técnicos, Española como On Psychotherapy 8 define la hipocresía 10. Hypokrisis: desempeñar un papel en la escena, simular. Deriva de hypo-l-krtneln. decidir, disputar. Hypokrités: actor teatral. El que contesta (respondedor). Hipokrinomai: yo contesto; dialogo 19. La hipocresía como "fingimiento y apariencia de cualidades que verdaderamente se tienen o experimentan. apariencia de virtud o devoción". como trastorno del carácter o sentimientos contrarios a los Dícese comúnmente de la falsa Puesto que generalmente se vincula al hipócrita con aspectos religiosos, tiene sentido considerar, aunque sólo someramente, la historia del teatro griego, dado que de allí surge por primera vez el término que nos ocupa. Con la celebración del mito dionisíaco y durante las fiestas que progresivamente se fueron realizando en mayor número de ocasiones (al aproximarse la vendimia, cuando se pisan las uvas, al catar el vino, y por último al finalizar la vendimia, con la muerte de Dionisio), se entonaba el ditirambo, himno coral que cantaba la historia de Dionisio, acompañado por danzas y gestos imitativos de las acciones del héroe. En definitiva, era un ritual heroico, mimético. El primer ditirambo escrito parece ser obra de Arión (600 a. C.). "Pronto el coro se dividió en semicoros, uno de los cuales respondía al otro, y como cada semicoro era guiado por un corifeo, estos corifeos comenzaron a dialogar entre sí. A los cantos de los dos corifeos un respond'edor, un hypokrités, respondió con palabras de Dionisio en persona" 7. Con esto, la tragedia originaria comenzó a convertirse en teatro, y se supone que Tespis (534 a.C.) compuso el primer diálogo entre un coro y un actor, quien representaba a varios personajes. Esto ocurrió en ocasión de las grandes fiestas dionisíacas organizadas por Pisístrato. Con Esquilo nace el teatro, en tanto introduce otro actor y disminuye la importancia del diálogo entre coro y actor. Para dar una idea de la derivación que luego tomó el término hypokrités, que de respondedor pasó a ser hipócrita, merece citarse que, según se dice, "Solón, quien asistía 'a la representación, se escandalizó y preguntó luego a Tespis cómo no se avergonzaba de fingir, de mentir de tal modo". Sin duda, también debe de tener importancia para la determinación de su sentido, el hecho de que los actores llevasen grandes máscaras (y grandes vestiduras) que cambiaban para cada papel. En la descripción de su Infierno, al colocar a los hipócritas en el octavo círculo (Bolgia sexta), Dante Alighieri señala que estaban cubiertos con capas doradas por fuera, pero que por dentro eran de plomo. Al preguntar a Virgilio, 625 Alberto J. Campo su guía, por qué marchaban tan lentamente, recibe la siguiente explicaci6n: puesto que los personajes que representaban a la hipocresía habían sido en vida sacerdotes ambiciosos, su marcha lenta es un castigo, lo que adquiere especial significación. Pero es en el Tartufo de Moliere donde se define aún más la descripci6n del hip6crita. Y no s610 en el sentido de su carácter, sino en el de su repercusión social. Incluso son llamativas las reacciones provocadas por el estreno de su obra, que desde nuestra distancia, y considerado el ámbito dentro del cual se representó, parecen probar la veracidad de su descripci6n. En el siglo XVII las versiones de esta obra se presentaron bajo títulos diferentes: Tartufo o El hipócrita (que fue el original), luego El impostor, en que se cambió el nombre que tenía el personaje por el de Panulfo, y por último Tartufo o El impostor. Todos estos cambios se debieron a que la obra, luego de haber sido representada, fue combatida e interdicto como consecuencia de la influencia que opuso frente a Luis XIV una congregación de devotos (La Compañía del Santo Sacramento). El término de impostor fue entonces una concesión que Moliere tuvo que hacer frente al grupo que se escandalizaba debido a que éste tratase a un devoto con el término de hipócrita. Además, la obra original sólo constaba de tres actos, y terminaba por lo tanto con el triunfo del hipócrita Tartufo. Moliere debió agregar dos actos más para que al fin éste recibiera su merecido castigo. Hasta el momento, los estudiosos de la obra de Moliere han descrito la "doble faz" de Tartufo en ia siguiente forma: por un lado el falso devoto, que con sus aliados (Orgón: el padre de familia, y moda me Pernelle: su madre) forma el "clan" de los devotos contra el resto de la familia, y por el otro un aspecto en conflicto con aquél, y que constituye el verdadero Tartufo, sensual, ávido de poder y dinero, y cínico. 626 Sin duda, la pieza agrega muchos otros elementos para definir al personaje. Para no abundar en detalles, sólo tomaré aquí la forma brillante en que Moliere describe a Tartufo ante la amenaza de ser descubierto. En esta ocasión, el personaje desempeña el papel "de humilde" y d'e "devoto perseguido" 0. Por último, cuando se "quita su máscara" aparece el verdadero Ter- La hipocresía como trastorno del carácter tufo, o sea el que se apodera de todos los bienes de su "aliado" (Org6n) y trata de seducir a la mujer del mismo. Aquí surgen ya algunos de los aspectos que consideraré más adelante, tales como la disociación sint6nica con el Yo, la técnica o fachada melanc6lica, las alianzas y la voracidad básica. No menos importante es la traición de Tartufo, no sólo a su protector y aliado Orgón (Superyó), sino a los valores éticos y morales que pretende venerar. Para terminar, agregaré que comúnmente se opone al Tartufo de Moliere, la descripción del hip6crita según La Bruyére 12. El primero describiría "un hábito, vale decir, una manifestación del carácter ¡ el último pintaría en cambio "el desempeño de un papel". ll La hipocresía en la literatura analítica Edmund Bergler es quien se ha ocupado con más extensi6n de la hipocresía. En un capítulo de su libro The Battle of the Conscience 5, la ubica dentro de una tríada junto con el cinismo y la ridiculizaci6n de sí mismo, a los que señala como modelos de antídotos neur6ticos frente al sentimiento de culpa. Con esto quiere caracterizar tres distintas técnicas que el neur6tico usa en su "lucha de conciencia, ya en camino de la derrota" (en relaci6n con el sentimiento de culpa). Desde un comienzo ubica expresamente a la hipocresía como una técnica caracterol6gica de hallazgo frecuente pero cuyas raíces profundas son poco conocidas. De los casos que presenta como ejemplo pueden extraerse características interesantes, en especial porque algunos de ellos fueron analizados por el autor, por lo cual se obtienen datos. no sólo sobre ciertas particularidades de la transferencia, sino sobre las' influencias ambientales, que se repitieron del mismo modo en mi experiencia. Señala Bergler la sumisa no aceptación de las interpretaciones. Las únicas objeciones que hacía su paciente se vinculaban con la expresión de su sentimiento de ser abrumado por las interpretaciones, lo que indica, según Bergler, la repetición en la transferencia de la situaci6n frente '0 un padre autoritario 627 Alberto J. Campo y agresivo (conflicto edípico negativo o identificación femenina) y la situación de un Yo muy débil y temeroso frente al Superyó. Pero esta conducta, dice el autor, constituye una falsa sumisión ("seudosumisión"). "Esta pretendida sumisión es uno de los rasgos distintivos e indispensables de la hipocresía". En un caso, señala el autor el pasaje de la hipocresía inconsciente a la hipocresía consciente como fase transitoria *. En esta situación, el Yo hace una 'trampa a la conciencia sobre la base de la seudosumisión. Acepta las demandas de la conciencia sólo como una formalidad. Bajo la apariencia de una victoria del Superyó, existen una burla y un desprecio por su acción. "El Superyó introyectado es constantemente tratado por el Yo como un enemigo interno". Esta situación interna tiende a generalizarse y hacerse externa. "la lucha es simplemente proyectada sobre personas en el mundo externo". Agrega Bergler, a mi juicio con razón, que "la distinción entre hipocresía consciente e hipocresía inconsciente ayuda poco, puesto que en la primera sólo es consciente la acción contra el objeto de la proyección, y no la que se da contra el .enerniqo original: el Superyó; la acción contra este último es siempre reprimida". Debido a su interés por el estudio de la hipocresía, Bergler acumuló 51 casos, y llegó a la conclusión de que hay un solo tipo de hipócrita y con un solo mecanismo, que recibe su impulso de la situación interna: "El hipócrita es internamente una persona sumamente, pasiva que lucha desesperadamente por disfrazar su pasividad", "sin aquel mecanismo queda desvalido". lo único que varía son las técnicas. Aunque Bergler no lo señala expresamente (sólo al describir a Fouché como uno de los clásicos hipócritas de la historia lo designa como traidor en gran escala), creo que la traición es un inevitable acompañante de la hipocresía. Y aunque en ro acción del hipócrita no se dé siempre la traición como consecuencia, la situación interna es de traición (y esto va unido a la ingratitud), puesto que los principios morales (provenientes del Superyó) y los objetos con los cuales el individuo parece estar identificado, resultan burlados constantemente. Si bien Bergler 628 * menciona distintas técnicas para este único mecanismo Agrega Bergler que la hipocresía puede ser observada como una fase transitoria antes que la interpretación sea aceptada internamente. en todo análisis La hipocresía como trastorno del carácter de la hipocresía (bajo las formas de ayuda, cumplidos recíprocos, obediencia, altruismo, lealtad, ingenuidad, etcétera), por mi parte creo poder englobar todas ellas bajo un denominador común, que es la técnica melancólica (o apariencia melancólica). Esta idea acerca del uso frecuente de la técnica melancólica en el hipócrita se sustenta en el hecho de que casi invariablemente, cuando es descubierto o se rompe momentáneamente el mecanismo en el curso de una sesión, el hipócrita pasa de inmediato al autorreproche y las acusaciones contra su propia persona (así lo hacía Tartufo). Este pasaje a la técnica melancólica está destinado, en último término, a mantener la defensa caracterológica del hipócrita. En esta forma, de nuevo lleva a cabo una falsa sumisión y el aparente aplacamiento del perseguidor. a * Las afirmaciones de Melitta Schmideberg 18 parecen llevarnos en sentido contrario. Esta sostiene que "hay tal condenación moral agregada a la hipocresía, que su tremendo valor para la adaptación social es raramente realizado". Afirma entonces que la hipocresía y la mentira son el arma más efectiva por parte del niño frente a los intentos de sometimiento realizados por el adulto. Agrega (esta vez con razón) que al niño se le pide que diga la verdad, pero cuando esto va más allá de lo que los adultos desean, surgen las dificultades. Según la autora, la hipocresía y la mentira son un "mecanismo de adaptación yoica que se usa con habilidad variable en las situaciones en que el ambiente choca con el niño, quien no se atreve a desafiar abiertamente al adulto, en tanto trata de preservar a su propio Yo". Por mi parte, tomaré únicamente esta última afirmación, en la medida en que la autora parece ubicar a la hipocresía como manifestación del carácter, puesto que se refiere a un mecanismo de "adaptación" del Yo y señala la influencia ambiental entre sus determinantes. No creo que la influencia ambiental sea el único elemento determinante; sin embargo, no dejo de reconocer la importancia de ese factor, pero, por supuesto, en la medida en que esto significa relaciones de objeto e identificaciones del niño. Aunque en ocasiones * En su trabajo sobre "El autorreproche melancólico" 1, Abadi señala el carácter exhibicionista del autorreproche y la falsedad de la confesión destinada a ocultar la verdadera culpa en el melancólico; este último "ha estructurado una hábil construcción que tiene la función de una verdadera cortina de humo". 629 Alberto 630 J. Campo sea una manifestación transitoria, creo que la frecuencia con que se da este mecanismo (la hipocresía) indica siempre un aspecto regresivo, en la medida en que las exigencias sociales o de otro orden, al impedir la expresión de los verdaderos sentimientos, equivalgan a una situación persecutoria infantil. No se puede decir siempre la verdad, 'pero esto no implica ser hipócrita. M. Klein 11 hace una sola referencia directa a la hipocresía, en sus notas sobre la duodécinia sesión de análisis de Richard. Allí describe cómo se expresaban (en el material) sus aspectos voraces y destructivos y los aspectos 'buenos'. Pero estos aspectos 'buenos' (el "lindo y parejo" número 2) representan a Richard aliado con uno de sus hermanos mayores, quien resultaba una ayuda para atacar a la madre (analista). Al internalizar esta alianza, Richard adquiría tanto los aspectos voraces atribuidos a su hermano como los que significaban ayuda frente a los padres. "la parte 'linda y pareja' de sí mismo ... por lo tanto no solamente era su propia parte 'buena' en contraste con la parte submarino (peligrosa y hostil), sino que también, ya que estaba aliada con el hermano malo, era sentida como peligrosa. la parte 'linda y pareja' tenía además el significado particular de ser hipócrita, aparentemente suave (melosa). Este punto fue completamente confirmado por toda la formación caracterológica de Richard". Siguiendo esta idea, M. Klein ve a la hipocresía en este caso como un aspecto disociado del Self, que, con otros aspectos también disociados, formaba la estructura del Yo (deseos destructivos y voraces, tendencias a la reparación y al amor, impulsos apaciguadores e hipócritas y algunas figuras internalizadas). Más adelante, en las notas sobre la sesión 83, dice: "Este proceso es, según yo pienso, de importancia para la formación del carócter en general. La necesidad de apaciguar a la madre, a la cual el hijo siente haber robado el pene bueno del padre, y la alianza con el padre interno contra ella, llevan forzosamente a la deshonestidad o insinceridad inconsciente". Entonces, según M. Klein, las alianzas de distintos tipos y con distintas figuras internas tienen gran importancia en la formación del carócter. Sólo citaré todavía, con el fin de afirmar la certeza de mi convicción de que la hipocresía es una desviación en la estructuración del carácter, el concepto más definido de Freud al respecto, tal como lo expresó en las sesiones La hipocresía del 30 de octubre y del 16 de noviembre de Viena 9 al presentar "El hombre de respuesta a una pregunta de Schwerdtner, no puede tolerar ideas contrastantes y empeño por la unificación, nosotros lo involucrados son tan intensos sólo con las como trastorno del carácter de 1907 en la Sociedad Psicoanalítico las ratas". Durante la discusión, en dijo: "Por lo general el ser humano sentimientos yuxtapuestos; y a este llamamos carácter. Pero los afectos personas que nos son muy cercanos". El empeño por la unificación, vale decir, la aceptación sólo del amor o del odio y la consecuente superación de la ambivalencia, implica, como expresión del carácter, lo disociación como función del Yo, pero todavía no significa la aceptación y el manejo por parte del Yo de esta misma disociación, como a mi juicio ocurre en la hipocresía. En este sentido, la hipocresía es también un intento de unificación, aunque sólo aparente, en tanto una faz del fenómeno es de bondad y afecto y la otra es de rencor y odio. De tal modo, como ambas se hallan en el Yo (aunque sea inconsciente), la disociación se manifiesta en la conducta como "duplicldcd", La situación del Yo en el hipócrita parecería como de aceptación de la ambivalencia, pero esto no es así. El hecho de que el Yo del hipócrita acepte y maneje las ideas o los sentimientos contrastantes con el fin (también) de quedar libre de ansiedad, no significa en absoluto la aceptación de la ambivalencia; lejos de esto, el objeto al que se somete y parece apreciar o amar, es un objeto profundamente odiado, pero codiciado. Cuando define el carácter como una defensa tipo coraza contra peligros internos y e,xternos, W. Reich 16 señala a mi juicio los elementos que explican el uso frecuente de la hipocresía en relación con el ambiente. En suma, al efectuar la revisión de la literatura destaco en primer término una definición del carácter dada por Freud, ya que sirve para ubicar la hipocresía como un trastorno esencial del carácter en tanto el carácter implica un empeño por la unificación de ideas y sentimientos contrarios. En el hipócrita, esta unificación (disociación) no ha sido conseguida (o es sólo aparente). La descripción del hipócrita hecha por Bergler considera el juego de instancias, pero sólo en tanto el Superyó representa una imagen paterna autoritaria miento, (complejo de Edipo negativo que en la transferencia y Yo débil) que da origen se expresa como sumisa al falso someti- no aceptación de las 631 Alberto J. Campo interpretaciones. Bergler sostiene además la existencia de un solo tipo de hipócrita y con un solo mecanismo, pero que puede manifestarse a través de distintas técnicas. M. Klein agrega conocimientos profundos en tanto señala las alianzas (en términos de instancias y relaciones de objeto) como elementos participantes no sólo en la estructuración del carácter sino en el origen de la hipocresía y además relaciona a ésta con aspectos voraces y destructivos disociados del Self, Al comentar esos conceptos, he agregado hasta el momento otras ideas personales, surgidas de mi experiencia y que, según espero, podrán ser corroboradas. Se trata entonces de lo que he señalado como: 1) la traición que significa siempre la hipocresía en tanto desprecia valores supuestamente aceptados (traición al Superyó): 2) la disociación aceptada por el Yo (sintónica) como mecanismo esencial; 3) la técnica melancólica (o apariencia melancólica), y 4) el intento de unificación (en el sentido que le da Freud, y tendiente a superar la ambivalencia) como expresión fundamental del carácter, pero deformado. La hipocresía 632 como trastorno del carácter En cuanto a la hipocresía como expresión de la disociación en el carácter, creo que tiene la fijeza y la rigidez correspondientes. Ya vimos que el carácter en sí expreso la disociación (Freud) y contiene un intento de manejo de ésta, ya que por su medio se tiende a la unificación en uno u otro sentido. En la hipocresía, la disociación es sintónica con el Yo. Aun cuando la hipocresía sea transitoria (como fase en la infancia o durante el análisis) o accidental (en circunstancias sociales), implica siempre el enfrentamiento con una imagen superyoica de caracteres definidos (representativa de autoridad) a la cual se encara mediante mecanismos que implican alianzas (M. Klein) con otras figuras superyoicas. Esto es lo que posibilita en la conducta la apariencia de sumisión, bondad, devoción, religiosidad, etcétera. Creo además que para que la hipocresía se convierta en un rasgo definido y permanente, no sólo es necesaria la falta de movilidad de los rasgos de carácter sino que además debe existir una combinación de ésta con ciertos otros rasgos de carácter (rasgos orales: voracidad, ambición; anales: obstinación, La hipocresía como trastorno del carácter perseverancia, etcétera), y 'por último debe haber un fachada depresiva melancólica que encubre la paranoia. Por esto, la regresión corresponde a la etapa oral secundaria y la fijación a la anal primaria. Por supuesto, en esto también interviene la personalidad total. Por ejemplo, supongo que la hipocresía en un paranoico debe tener matices distintos o técnicas que difieren de las que puedan aparecer en un melancólico '-aparte de la mayor o menor rigidez-, aunque siempre con un mismo mecanismo básico (Bergler). Tanto en la vida diaria como en el curso del análisis, la hipocresía es también un compromiso -del mismo modo como lo es el carácterfrente a situaciones de aparente peligro externo. Quisiera examinar ahora las circunstancias por las cuales la hipocresía se hace sintónica con el Yo, y se estructura con el carácter en forma permanente. En primer término, el abandono de la hipocresía significaría la aceptaci6n de la existencia interna de una figura materna destruida y atacada (en: este caso, también por su doblez, madre sacrificada "buena", pero que abandona). Por lo tanto, la culpa en relación con el odio frente al abandono de la madre y los ataques 'realizados en alianza con hermanos u otras figuras parentales, también tendría que ser aceptada, de no mediar la mencionada sintonía con el Yo. En otro plano, la debilitación o pérdida de este mecanismo (hipocresía) significada el abandono de las aspiraciones, entre otras la de escalar posiciones sociales (triunfo sobre el padre y los hermanes), puesto que la efectividad de tal meconismc asegura· el tesón para cumplir las ambiciones. Como señaló Bergler, sin este mecanismo el hipócritá es ~na persona desvalida. Con respecto. a las relaciones objeta les y las identificaciones en la hipocresía, me parece evidente que, detrás de una figura paterna autoritaria y cruel (anté la cual se es aparentemente sumiso), que permite mantener una figura materna idealizada, permcnece oculta la identificación con una madre cuya conducta, como objeto externo, define los caracteres de la identificación. A menudo la conducta materna se manifiesta como devoción, bondad -y sacrificio aparentes (también sumisi6n al esposo), pero es traidora en la medida en que incita y delega los aspectos negativos de la autoridad. El predominio de la identificación por proyección determina sin duda, 633 Alberto J. Campo sumado a los caracteres externos del objeto, el reforzamiento de la identificación con un objeto doble que no permite ,salir de la confusión y por lo tanto impide 'el establecimiento firme de la identidad. Según Meltzer, si admitimos que el objeto externo tiene aspectos internos que le pertenecen y el objeto interno aspectos exteriores, es lícito pensar que la capacidad de discriminación del niño y también del adulto se verá grandemente dificultada, especialmente en determinados períodos del desarrollo (niños pequeños y adolescencia) *. Esta "confusión geográfica" parece predominar también -según mi criterioen la confusión de identidad del hipócrita, así como se da en otros trastornos a los que el mismo Meltzer reúne (el "folso Self", de .Winnicott, la "pérdldo de los límites del Yo", de la escuela americana, la cualidad "corno si" del carácter, de H. Deutsch) **.Creo que en esta situación, la búsqueda del pecho (o su equivalente) se hace no por su contenido sino por el aspecto externo al cual se han adjudicado proyectivamente valores trastrocados. la identificación con el mismo lleva por lo tanto al énfasis sobre los logros (externos) desprovistos de su correspondiente contenido valioso. (Recuérdese que Dante Alighieri describe al hipócrita como cubierto con una capa revestida de oro, pero que por dentro es de plomo.) Todo parece señalar entonces que la determinación o la estructuración trastornada del carácter en el hipócrita es precoz y está vinculada con conflictos edípicos tempranos, establecida sobre un proceso' alterado en la integración del Yo, 'a lo que no es ajena la existencia de un objeto externo madre cuyos rasgos se encuentran a menudo en los pacientes con caracteres narcisistas (indiferencia o posesividad narcisista). En mi experiencia 634 con niños he creído detectar casi invariablemente • En su conferencia sobre "Técnica del an6lisis con niños pequeños", D. Meltzer 13 describe un tipo de confusión que llama geogr6fica y que se refiere a diferentes 6reas de la vida mental en niños pequeños y adolescentes, las cuales abarcan el afuera y el adentro del Self y 105 objetos. Relacionado een esto, en esos periodos sufren una m6s severa confusión de la identidad entre el Self y los objetos externos e internos.· . •• D. Meltzer vuelve a referirse a esta "confusión geogr6fica" en su conferencia sobre "El proceso terapéutico" 14. Señala que la misma surge en una segunda fase, cuando las cargas infantiles referidas al analista y el proceso analítico se reúnen como resultado del alivio interpretativo de ansiedades persecutorias profundas. La confusión geogr6fica se relaciona entonces con el 'proceso de identificación 'proyectiva masiva en objetos externos e internos. La hipocresía como trastorno del car6cter momentos Tanto más impresión tación no de hipocresía aun en los de pequeña edad (dos y medio o tres años). pequeños, tanto más claro es este mecanismo. ,En apoyo de esta no sólo estarían los casos de M. Klein 11 y H. 5egal17 sino una acopublicada de Ferenczi quien, según Bergler, manifestó a A. Freud, durante la discusión de un trabajo, -fcse transitoria de la infancia". que "10 hipocresía parece ser una típica Dificultades de orden t6cnico Tomemos como ejemplo un paciente que a menudo alaba la seriedad, la técnica o ciertos caracteres positivos del terapeuta que él cree poder y saber 'apreciar, y que agrega luego sumisas o veladas críticas que dice sin importancia puesto que no alcanzan a empañar la relación. O bien la situación inversa, cuando un paciente hace manifiestas críticas a la forma de ser, de trabajo, o a las interpretaciones del analista, y agrega luego detalles sobre la paciencia y tolerancia que el terapeuta tiene con él, lo que señala nuestra bondad de fondo. En ambos casos es evidente el deseo del paciente de minimizar los verdaderos sentimientos negativos, hecho que puede o no ser consciente en él. Sus "buenos deseos" son racionalizados como parte del esfuerzo por mantener una relación adecuada, proteger al análisis y al analista y conseguir "sus fines", que pueden coincidir con lo que consideraríamos un fin terapéutico. El hecho cierto es que para llegar a esa finalidad, aun cuando en esto se impliquen deseos de curación, el paciente distorsiona y destruye la esencia del proceso terapéutico: la asociación libre. La situación dada en el ejemplo citado puede establecerse transitoriamente en cualquier análisis y es sin duda expresión de un intento de unificación (definición del carácter según Freud). La diferencia con el hipócrita se basa ante todo en el hecho de que esta situación se .da permanentemente, pero aclemás, esencialmente, en el hecho de que la disociación que se expresa en todos los aspectos, tanto en el pensamiento como en las relaciones con objetos externos, es manejada por el Yo de manera sintónica, el cual de esta forma queda libre de ansiedad. Lo que podría parecer ambivalencia no es más que el mecanismo hipócrita descrito. 635 Alberto J. Campo Como resultado de esto, la pretendida "protección" (del análisis y el analista) no salva del daño producido al objeto interno, sino que sólo lo encubre. La re/ación con el analista (objeto externo) es sólo una fachada, en tanto /0 relación interna es de permanente traición, hecho que puede ser mantenido únicamente sobre la base de la selección, lo retención, la alteración, el encubrimiento y la represión de las asociaciones libres durante el proceso terapéutico (que en este caso sólo tiene el nombre de proceso). Otro elemento distintivo y también esencial para diferenciar la hipocresía, es el recurso que ha mencionado como "fachada melancólica", el cual a mi juicio se da invariablemente cuando el hipócrita descubre por sí mismo, o cuando es descubierto durante la sesión, en su uso sintónico de la disociación. En esta situación no son infrecuentes las referencias a su maldad o su incurabilidad y a menudo el mea culpa desemboca en llanto (en este caso el llanto asegura la descarga de los verdaderos sentimientos de culpa). Este mecanismo ("fachada melancólica") como recurso establece una marcada diferencia no sólo en el aspecto fenomenológico, sino en la dinámica de las relaciones objetales, con respecto a los. procedimientos de ocultación o de mala fe que podrían confundir al hipócrita con un psicópata o simulador. Si el hipócrita simula, lo hace en todo caso con una forma particular y estereotipada, de slmufcclén, donde faltan la sensación y el objetivo de burla y triunfo sobre el" analista, tal como se da en la psicopatía, la simulación o la mala fe. Cuando he señolcdo que el trato dado al analista 'como objeto externo es una fachada (a través de la distorsión del proceso asociativo) o bien al mencionar la "fachada melancólica", no he utilizado el término "fachada" al azar, sino tomando en cuenta la importancia que para el hipócrita tiene el aspecto exterior * 636 *. En el trato social y en las institudones hay numerosas circunstancias que favorecen, aunque momentáneamente, la sintonla del Yo con la disociación, y configuran una situación hipócrita. Esto puede darse accidentalmente, como ya lo dije, pero conviene reconocer que la hipocresla puede convertirse en la esencia de una institución. Tomaré, para ejemplificar esta idea, dos de ellas, debido a sus vinculaciones inconscientes (y conscientes) con el análisis: el matrimonio y la confesión en el culto católico. El matrimonio se vuelve una institución hipócrita cuando sólo se mantiene "para dar una idea de familia a los hijos" o cuando se usan otras racionalizaciones de diversa Indole. La confesión reúne a dos individuos, uno de los cuales funciona como Superyó que da la absolución frente a otros aspectos superyoicos proyectados, siempre y cuando se produzca el mea culpa. En este caso el valor La hipocresía como trastorno del carácter Un adolescente dio un ejemplo muy caracterfstico de todo esto, cuando en el curso' de su análisis pudo relatarme un hecho que indicaba en esencia el curso del proceso analítico hasta entonces. Mientras se hallaba en la calle con varios compañeros, vio venir a su madre y, como le pareció que estaba mal vestida y descllfiede, se arregló para saludarla sólo de lejos. Al preguntarle sus amigos si era su madre, él contest6 que no, que era la cocinera. A esta altura resulta fácil deducir las dificultades técnicas que plantean casos semejantes. Ante todo conviene tener presente que el escollo máximo se refiere al cumplimiento de la regla fundamental del análisis, sin la cual éste no puede darse. Por esto los primeros períodos no pueden ir más allá del análisis de ansiedades persecutorias profundas, y en la medida en que se analizan estas ansiedades, el trastorno del carácter se va haciendo cada vez más claro para el analista a través del estudio del trato que el paciente da a los objetos externos e internos. Una buena guía dentro de este proceso es el trato que el paciente da a los objetos externos. El analista puede funcionar alternativamente como "aliado", como cómplice, o como terrible perseguidor, pero en general la búsqueda de aliados se hace entre personas que son más o menos "pr6ximas" al terapeuta y muy a menudo representan "hermanos". Específicamente, en lo que a la regla fundamental se refiere y frente a la impresión (o certeza) de que el paciente omite suministrar datos, tiene escaso valor expresarle directamente que está reteniendo material asociativo. Creo que esto provoca un aumento brusco de ansiedad persecutoria, a la que luego pueden seguir lamentos y promesas de sinceridad. Si se tiene en cuenta que la verdadera causa de esta situación es el trastorno del carácter, no puede esperarse una modificación con tan simple procedimiento. Pero, en la medida en que el curso del análisis progresa por el alivio de la ansiedad paranoide, y el carácter hipócrita se va haciendo más evidente, el paciente puede ser enfrentado con la desvirtuaci6n del análisis que va implicada en su patología. Pero en el curso del tiempo el paciente ha aprendido nuestra técnica, frente a la cat6rtico se consigue gracias a la "alianza", la cual puede ser hipócrita (en el an6lisis puede muy bien ser una complicidad, encubierta bajo la forma de alianza terapéutica), 637 Alberto J. Campo cual acomoda su propia técnica "hlpócrlto", En este sentido, vuelve a utilizar la disociación como mecanismo para librarse de la cnsledcd, y esto sf debe. saberlo. Ese "oprendizcje" de nuestra técnica vale también para los sueños, los que por lo general son entregados sin les asociaciones claves yola espera de la interpretación que lo salve del enfrentamiento con los aspectos más negativos de la transferencia. En todo caso, el hipócrita siempre tiene el recurso (sumiso) de protestar porque ponemos demasiado o exclusivamente el acento en la transferencia negativa. Si bien la técnica por utilizar no difiere de lo ya conocido entre nosotros, es necesario recordar que existe una progresión necesaria e insalvable hasta llegar al análisis de ese tipo de carácter y que cuando esto se haya alcanzado, es conveniente especificar en las interpretaciones tanto la comunicación directa del manejo realizado por el paciente cuanto la utilización para consequlr determinados fines y la desvirtuación del análisis resultante. Contratransferencia Frente a las dificultades que desde este punto de vista plantea la situación hipócrita, se dan sin duda sentimientos que pueden generarse ante cualquier tipo de trastorno, como la desesperonze frente a une manifestación persistente y aparentemente irreductible, en este caso, el impedimento para asociar libremente, O bien pueden aparecer sospechas cuando surge la l/fachada melcncéllco" o el llanto como recursos frente a los sentimientos de culpa. En todo caso, pone sobre por el contenido Pero específicas. la "vardcd", hay la pista el "no hallar o por su justificación manifestaciones Estas se refieren ante 638 talo o lncdeeucdo" contratransferenciales a la "necesldcd" de una acción, que de corregir el riesgo que cree correr el terapeuta por hipócrita. Unido a esta necesidad, sorprendido en la "bueno fel/ cuando sentido la contratransferencia insuficiente justificada 3. parecieran y poner de pasar énfasis en también él no es infrecuente el hecho de sentirse las interpretaciones son tomadas en vale decir, como consejo o como incitación cual decisión con la que el paciente más se halla enfrentado. referida a La hipocresía como trastorno del carácter Bibliografía 1. Abadi, M. "EI autorreproche melanc6lico", Rev. de Psicoanálisis, XIII, 2, 1956. 2. Alighieri, D. La divina comedia. 3. Alvarez de Toledo, L. G. de "EI análisis del 'asociar', del 'interpretar' y de 'las palabro!!''', Rev. de Psicoanálisis, XI, 3, 1954. 4. Baranger, W. Comunicación personal. 5. Bergler, E. The Ba,ttle of the Conscience, Washington, Inst. of Medicine, 1948. 6. Bernex, R. Análisis de la obra Tartufo de Moliere, Bordos, 1965. 7. D'Amico, S. Historia del teatro dramático, trad. B. Samper. 8. Diccionario de lo Real Academia Española. 9. Freud, S. Minutes of the Vienna psychoanalytic society. 10. - On Psychotherapy, S. E., VII. 11. Klein, M. Narrative of a Child Analysis, The Hogarth Press, Londres, 1961. 12. La Bruyere, J. de Les caracUnes. 13. Melfzer, D. "Técnica del análisis con niños pequeños". 14. - Conferencia sobre el proceso analrtico. 15. Moliere. Tartufo 16. Reich, W. Análisis del carácter, Paidós, Buenos Aires, 1957. 17. Segal, H. Introduction to the Work of M. Klein, Heineman, Londres, 1964. 18. Schmideberg, M. "Hypocrisy, Detachment and Adaptation", Psychoan. Rev., XLIV, 4, 1957. 19. Webster's Collegiate Dictionary, fifth edition, G. y C. Merriam Co., Springfield, Mass., 1947. Resumen 1. He tratado de definir la hipocresía como un trastorno del carácter en la medida en que: a) lo afecta básica y permanentemente; b) tiene un único mecanismo, la disociación, cuyas características definen a lo hipocresía y que es aceptado por el Yo (sintónico con el Yo); e) significa el desprecio hacia una figura superyoica aparentemente enaltecida o valorada, y d) profundamente su origen es simultáneo con la formación del carácter, en tanto este último también está constituido por introyecciones de alia'nzas con objetos con características superyoicas (padres, hermanos, etcétera), 105 cuales significan una ayuda ya sea para contrarrestar a objetos unidos al Ello o al mismo Supery6. 2. En'lo .que se refiere a la conducta, la disociación mencionada se manifiesta bajo cipariencias externas que señalan la identificación con un objeto madre "bueno", devoto y sacrificada, en tanto el aspecto traidor y vengativo de la misma, proyectado 639 Alberto J. Campo sobre el otro objeto (el padre), pasa a convertirse en una realidad para el sujeto, y en esta medida tiende a recrearla en el ambiente (o a proyectarla en el analista-padre). 3. Estos mecanismos aseguran, en planos más profundos, la permanencia de un objeto idealizado y su identificación con el mismo. 4. En la formación de este trastorno del carácter tiene importancia la desiJusi6n o ruptura de la idealización, lo cual justificada las alianzas .con .objetcs (padre,· madre, hermanos, etcétera) que ayudan a atacar, por lo general solapadamente, al objeto destruido. En relación con esto, señalo la tr.aición como elemento concomitante. 5. Considerando (tal como lo señala Freud) que el carácter es un "intento de unificar" la hipocresía como -trcstorno, dicho carácter constituye un ·modo particular y' constante en ese intento de unificar. 6. Frente a la posible ruptura (o "desenmascaramiento") de la defensa, un aspecto característico del hipócrita es el recurso a la técnica melancólica (o "fachada melancólica"), vale decir el orrepentirnlento, los autorreproches, el llanto, etcétera, todo lo cual constituye nuevamente una técnica hipócrita, puesto que tiende a eludir los sentimientos de culpa que surgieron o pudieron surgir en ese momento. 7. la combinación de Ja hipocresía, como trastorno del carácter, con otros rasgos y con la personalidad total, contribuye a la rigidez de la manife&tación. En este sentido, son importantes los rasgos anales (obstinación, perseverancia, actitud frente al dinero, etcétera). En general parece haber una regresión a la etapa oral secundaria, en tantó la fijación se halla en la anal primaria. 8. Se estudian, en resumen, las dificultades planteados en relación con la regla fundamental. yla técnica ·seguida en relación con ellas. El .énfasis está puesto en uno progresi6n de la técnica que parece ser el curso obligatorio del análisis hasta tanto se defina el trastorno del carácter (hipocresía). 9. la interacción del hipócrita con el medio sugiere no sólo la influencia del primero sobre el segund<;" sino su necesidad de crear un "medio hipÓCrita" apropiado al trastorno. 1O. En este último sentido, un aspecto de la contratransferencia sumamente importante, es que a su vez el terapeuta se sienta hipócrita y como reacción sienta la "necesidad" de "corregir" y decir la "verdad". Summary 640 l. I have tried to define hypocrisy as a character·disorder in as much as a) it affects character both basically and permanently; b) it uses splitting as its sole mechanism, the characteristics of this mechanísm define hypocrisy and il is acepted by the Ego (Ego-syntonic); e) jt implies contempt towards a Superego figure which is apparently exalted and valued and d) more deeply, jt orjginatessimultaneously with La hipocresia como trastorno del car6cter the formation of character since the latter is 0150 made up of introjections of alliances with objetcs that possess Superego characteristics (parents, siblings, etc) and these lntrojections help either to oppose objects joined to the Id or to the Superego itself. 2. With regard to behaviour this mechanism of splitting manifests itself outwardly in such a way as to reveal an identification with a "good", devoted and seerlficing mother object, whilst Ihe vindictive and treacherous aspect is projected on to the other object (íhe fother). This becomes a reality for the subject and to this extent he tends to recreate it in his environment (or project il on to the analyst-father). 3. subject's These mechanisms insure the permanence identification with it, on a deeper level. 4. In the of the idealization siblings, etc.) who In connection with of an idealized object and the formation of this characler disorder the disillusion or Ihe destruction is imporlanl, and thls justifies Ihe alliance with objects (father, mother, help to attack the destroyed object, generally in an underhand way. this, 1 point out treason as a concomitant element. S. If we consider (as Freud pointed out), that cherecter is an "effort to unite" hypocrisy as a disorder, this type of character constitutes a specific and constant dlsposilion in this effort to unite. 6 When faced wlth the possible deslruclion (er "unmasking") of the defence, one characteristic aspect of the hypocrite is the use of rhe melancholic technique (or "melancholic mesk"), Ihat is lo soy, repenlence, self-reproaches, weeping, etc. 011 of which constitutes once again a hypocritical technique, since it tends to evade the guilt feelings which arose or could arise at that momento 7. The combination of hypocrisy as a character disorder with other traits and with the whole persona lity, contributes to the .rigidity of the manifestation. In this respect anal traits (obstinacy, perseverance, attitude towards money, etc.), are important. In general there seems lo be a regression to the secondary oral phase, white the fixation is at the primary anal phase. 8. In together with is placed on a analysis unlil brief, the difficulties which arise regard to the basic rule are studied, the technique to be used with regard to these difficuJties. The emphasls progression of this tecnique which seems to be the inevitable course of the the character disorder (hypocrisy) is defined. 9. The interaction of the hypocrite with his environment suggests not only the influence of the former on the latter, but in addilion his necessily lo crea te a "hypocrilical environmet" appropiate to the disorder. 10. In this respect, an aspect of the counlertransference which is exlremely important is that in turn, the analyst should feel a hypocrile and as a reaction, feel the "necessily" lo "corred" and tell the "truth". 641 Alberto J. Campo Résumé l. J'ai essayé de définir I'hypocrisie comme un trouble du cercctére dans la mesure ou; a) elle I'affecte basiquement et permannément; b) elle ne posséde qu'un mécanisme, la dissociation, dont les caractéristiques définissent I'hypocrisie," et qui est accepté par le Moi (syntonique avec le MoD; e) elle signifie le mépris envers una figure du surmoi apparemment exaltée ou estimée; d) son origine profonde est simultanée avec la formation du ccrectére en tant que celui-ci est constitué aussi par des lntrolectlons d'allianees avec des objets qui ont des ccrcctérlatlques de surmoi (parents, freres, ete.) qui signifient une aide pour résister aux objets unis au ~a ou bien au surmoi mAme. 2. Par rapport a la conduite, la dissociation mentionée se montre sous des apparences externes qui indiquent I'identification ave e un ebjet mere "bonne", dévouée et sacrifiée, lorsque I'aspect traitre et vengeur de la mÉlme est prejeté sur I'autre objet (le pére) qui devient une réalité pour I'individu et dans cette mesure iI a tendance 6 la recréer dans I'ambient (ou a la projeter dens I'analyste - pe re). 3. Ces mécanismes assurent dans des niveaux plus profonds la permanence d'un objet idéalisé et son identification avec le rnéme, 4. Dans la formation de ce trouble du cerectére la" désillusion ou rupture de I'idéalisation sont importants, ce qui iustifierait les allianees ave e des ebjets (pe re, mere, freres, etc.) qui aident a attaquer, d'habitude sournoisement, l'ebjet détruit. Par rapport a ce-el [e signale la trahison comme élément concomitant. 5. Si on considere (te] que Freud le signa le) que le ccroctare d'unifier" I'hyprocrisie comme trouble, tel cereetáre constitue une et constante dans cette tentative d'unifier. est une "tentative fa~on pcrtlcullere 6. Face a la possible rupture (eu "démasquement") de la défense, un aspect cereetéristique de I'hypocrite est la ressource a la technique mélancolique (ou "fac;ade melancolique"), c'est a dire le remords, les autoreproches, les pleurs, etc., tout ce qui constitue a nouveau une technique hipocrite, pui.squ'elle a une tendance a éluder les sentiments de culpabilité qui surgissent ou qui peuvent surgir en ce momento 7. La combinaison de I'hypocrisie, en tant que trouble du ccrectére, avec d'autres traits et avec la personalité totale, contribuent a la rigidité de la manifestation. En ce sens les tro its anales sont importants (obstination, perséverance, attitude face a I'argen!, etc.), En général iI semble qu'Il y a une régression a I'étape orale secondaire, tandis que la fixcfion se trouve dans I'étape anale primaire. 642 8. On étudie, en résumé, les difficultés posées par rapport a la regle fondamentale et la technique suivie par rapport a elles. L'emphase est mis dans une progression de la technique qui semble íHre la voie obligatoire de I'analyse [usqu-é ce qu'on définisse le trouble du ccroctere (hypccrlsle). La hipocresía como ,rastorno del carácter 9. L'inleraclion de I'hypocrile avec le du premier sur le second, mais aussi son . approprié au Irouble. 10. Dans ce dernier sens, un aspecl le thérapeule el son lour se senle hypocrite et de corriger" el de dire la "vérilé". rnllleu suggiHe non seulement besoin de créer un "rnllleu I'influence hypocrile" tres imporlant du contralransfert est que comme réaclion qu'iI subisse la "nécesslté 643