Queridos hermanos y hermanas, Una primera reacción ante este evangelio, y ante tantas interpelaciones que Jesús nos hace, es sentirnos un poco agobiados, sobrepasados. Hoy hemos escuchado: “Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío”, y después habla de la cruz: “Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío”, y acaba exhortando a renunciar a todo: “... el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”. Impresionante la exigencia y la radicalidad. Nos podemos sentir agobiados de que siempre se nos esté apretando. Nosotros tenemos una tendencia a la estabilidad, a mantener un status quo, nos cuesta el cambio, y Jesús domingo tras domingo nos llama, con radicalidad, a seguir avanzando, a convertirnos. Todo esto lo sentimos aún más si recibimos estas palabras como palabras que Jesús nos dirige a cada uno de nosotros. Entonces, el que se lo toma un poco seriamente, hay quien viene a misa, pero, tanto le da lo que Jesús le diga, pero el que se lo toma seriamente piensa con un cierto tono de queja: “¿pero qué pasa? ¿No?, ¿cómo es que nos pide tanto? ¿Cómo es que siempre nos está exigiendo, exhortando, interpelando?”. Sólo hay una respuesta: Jesús nos habla de esta manera, con este contenido tan radical, porqué nos ama, y desea lo mejor para nosotros. De este amor, de este deseo, nace su predicación: su tono exhortativo y su contenido radical. Nuestro problema y la solución del problema, lo dibuja de una manera genial la primera lectura. Muy curiosa y poco habitual la relación que hay hoy entre la primera lectura y el evangelio. Después de expresar muy bellamente una cierta debilidad antropológica del hombre, abre un camino de salida a esta debilidad por la donación del Espíritu Santo. El Espíritu Santo que “ corrige los caminos de los habitantes de la tierra, ayuda a los hombres a conocer la voluntad de Dios, y les comunica la sabiduria que salva”. . Por tanto, se nos está diciendo: el hombre por sí solo nada puede (debilidad antropológica), pero cuando el Espíritu Santo entra en él todo cambia, todo es diferente. Por tanto, aquí tenemos una primera clave de lectura del evangelio de hoy; este amor tan radical que se nos pide no sale de nosotros, sino que cuando nosotros ponemos unos medios (los dos ejemplos que pone Jesús) entonces este amor que lo arrebata todo y lo supera todo va entrando en nosotros, transformando nuestros corazones. Y es este amor, que podríamos decir que nos viene de fuera, que es el motor de nuestra fe, es el motor de nuestro seguimiento de Cristo. Los dos ejemplos de Jesús, el que quiere construir la torre y el que quiere combatir con otro, son muy curiosos por dos motivos: • Son muy prácticos, concretos. Jesús pone en contacto objetivo y medios. Nos dice que ha de haber una adecuación entre objetivo y medios. • Jesús pide reflexión. Jesús dice en el primer caso: “¿No se sienta primero a calcular los gastos...?. Y en el segundo “¿…No se sienta primero a deliberar...?”. Antes de seguirme ¡piensa! Y todo esto lo dice referido a su seguimiento... “Si alguno se viene conmigo...”. ¿Qué nos está diciendo Jesús? Nos está diciendo “si me quieres seguir piensa primero que tendrás que poner unos medios para poder vivir este seguimiento”. Por esto decía que eran dos ejemplos curiosos de tan prácticos como son. “Me quieres seguir de verdad, piénsalo bien porqué esto implica poner unos medios. Piensa bien qué medios pondrás...” De todo esto surge una pregunta: ¿con los medios que he puesto hasta ahora he conseguido amar a Jesús por encima “del padre, la madre, más que la esposa y los hijos, más que la propia vida”? La respuesta me parece que es NO. Esto nos pide, ahora que empieza el nuevo curso, una cosa muy clara: plantéate poner nuevos medios para seguir a Jesús. ¡¡Qué casualidad que este evangelio salga al inicio del curso!! ¿Qué medios? Por ejemplo, la lectura espiritual, nos hace mucho bien leer libros edificantes. Espai Valors tiene un apartado de libros espirituales. Espero miércoles 18 poder abrir. El acompañamiento espiritual, en las cosas del espíritu, donde nos jugamos tanto, necesitamos ayuda, orientación, yo la necesito, desde la conversión siempre he tenido un director espiritual. Los sacerdotes siempre estamos abiertos a acompañar a quien lo quiera. ¡Esto da vida a nuestro sacerdocio!. No hablo de la misa, también diaria, ni de la confesión, ni de la oración, porqué otras veces he hablado mucho de ello. Pero sí que quisiera señalar ya ahora que este curso he pedido a las Cooperadoras parroquiales de Caldes que nos reserven el tercer fin de semana de Cuaresma para hacer unos Ejercicios Espirituales a nivel parroquial, sólo para nuestra parroquia. La idea surgió del Consejo parroquial, en lugar de presentar un montón de fechas de recesos posibles con muchas variantes de cinco días, tres días, un día, una mañana, nos pareció mejor caminar por este camino. Unos Ejercicios Espirituales de fin de semana para toda la parroquia, excepto jóvenes que los harán con otros jóvenes. La lista para apuntarse ya está abierta. Un domingo más vemos como Jesús habla muy claro: la condición para ser discípulo del Cristo es amarlo por encima de todo, y por esto hace falta poner unos medios adecuados al objetivo que perseguimos. Porqué sólo se puede amar aquello que se conoce.