INTRODUCCIÓN Un caso real ocurrido en el lugar de trabajo, que

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Eje Temático: Calidad de vida en el trabajo -1.2. Seguridad e Higiene en el trabajo. Prevención de Riesgos y
Riesgos del Trabajo.
“UNA FORMA MAS DE VIOLENCIA LABORAL: EL MOBBING O ACOSO PSICOLÓGICO”
Autora: DELIA INÉS MARZARI, Sub-Directora de Contrataciones. dkuypers@rec.unrc.edu.ar
Colaboradora: MARIA DEL CARMEN AROMATARIS, Secretaria vice-Rector.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE RIO CUARTO - Teléfono 0358-4676121 –
- Río Cuarto (5800) - Provincia de Córdoba -
INTRODUCCIÓN
Un caso real ocurrido en el lugar de trabajo, que me facilitó la visibilización de este
fenómeno existente pero del cual se habla muy poco, es lo que me decidió a trabajar sobre
este tema.
Llamamos violencia laboral o en el trabajo, a la que se desarrolla en espacios laborales
de cualquier naturaleza. Existe en estos ámbitos uno que manda y otro que se supone debe
obedecer. Hay relaciones múltiples de poder y condiciones y medio ambiente laboral
favorable a la aparición de diversos modos de ejercer violencia. Por lo general adopta la
modalidad del “acoso moral” o de “mobbing”, resultando generalmente dañina para la salud
de los trabajadores.
El mobbing es una palabra inglesa que significa rodeo o asedio de una multitud hacia
algo o alguien.
Quien empezó a estudiar este tipo de acoso moral y psicológico que se aplica en el
ámbito laboral, el “mobbing”, fue el psicólogo alemán Heinz Leymann.
Leymann sostiene que el acoso laboral no es un conflicto, porque mientras el conflicto
es inevitable, el mobbing es un proceso de destrucción sistemático que se puede evitar.
El “acoso moral”, identificado con este nombre por la psiquiatra y psicoanalista MarieFrance Irigoyen, es un problema que sufren diariamente millones de trabajadores, y consiste
en un proceso de maltrato psicológico en el que un individuo puede destruir a otro sin ningún
tipo de sentimiento de culpa.
Según el Dr. Enrique Cárrega, el “mobbing” es el fenómeno en el que una persona o
grupo de personas ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y
recurrente (al menos una vez por semana) y durante un tiempo prolongado (más de seis
meses) sobre otra persona en el lugar de trabajo, con la finalidad de destruirla y lograr que
finalmente esa persona acabe abandonando el lugar de trabajo.
El Dr. Cárrega agrega que este tipo de “violencia psicológica extrema”, consiste en
amenazar, criticar, ridiculizar, acechar, perseguir a una persona, inducir en ella sentimientos
negativos como miedo, desánimo, preocupación, crearle inseguridad, interferir en sus
dinámicas mentales, dificultar la realización de sus actividades y tareas, sobrecargarle con
exigencias y expectativas que no puede cumplir, etc.
El maltrato y abuso así dirigidos, son el instrumento para deshacerse de empleados
jóvenes o aquellos con mayor experiencia y prestigio, que por determinado motivo, se han
convertido en molestos y de quienes se ha decidido prescindir. No obstante, al no tener (por
lo general) nada que reprocharles, se acude a la táctica de la desesperación, del
hundimientos psicológico y moral a fin de que sean ellos mismos quienes, finalmente, se
vean forzados a renunciar al puesto de trabajo.
En la administración pública, en donde un despido no es tan sencillo, el objetivo
puede ser sólo personal del acosador y para lograr que la víctima se cambie de área, o
desacreditarla y rebajarla por alguna cuestión de poder. Concretamente: trata de anular o
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aniquilar a la víctima. Es de destacar que el sector público, encargado de velar por el bien
público, es en donde más arraigada está esta práctica maliciosa.
El mobbing se da cuando es constante, con conductas psicológicamente agresivas
del acosador, caracterizado por numerosos pequeños ataques de apariencia inofensiva,
pero que a lo largo del tiempo va causando un tormento mental en la víctima que le
repercute en lo psíquico / físico en distintas manifestaciones.
La víctima se encuentra con todo tipo de trabas y se pone en duda su credibilidad.
Incluso de han dado casos en que los hostigados han sido demandados por sus propios
acosadores.
Contamos con la dificultad de que la mayoría de los trabajadores no hacen pública la
situación a la que se ven sometidos y así el acosador queda impune.
DESARROLLO
Considerando que estas conductas de hostigamiento psicológico ya son una práctica
maliciosa instaurada tanto en la parte privada como en la administración pública, mi interés
se centra en conocer un poco más el por qué de esta manifestación, cómo surge, cuales son
los perfiles del atacante y de la víctima, algunos comportamientos del acosador, cuales son
las consecuencias para los acosados, para posteriormente presentarles un caso real.
El acoso moral implica siempre fenómenos y conductas recurrentes, dirigidas a
causar un daño en el trabajador. Nace de forma intrascendente y trivial y se propaga
insidiosamente.
Resulta muy difícil reunir pruebas del proceso, porque al no tratarse de un daño físico
no quedan huellas visibles. Además el acosador emplea medios que no dejan rastros que
puedan servir como pruebas en su contra.
No hay un único patrón para que alguien empiece a utilizar la táctica del mobbing,
como tampoco debe existir algo en particular que dé inicio a los hechos.
Esta forma de violencia laboral puede deberse a razones de poder o porque el
subordinado puede generar envidia o celos en el acosador, quien trata de humillarlo o
menoscabarlo para fortalecer su autoestima y demostrar su poder.
El acoso, ejecutado en forma constante, conciente y hasta protegido, se torna en una
forma de desestabilización del empleado.
El mobbing puede manifestarse en distintos niveles, pero generalmente se da entre un
superior perverso y uno o varios subordinados. También puede ser entre pares de similar
nivel jerárquico y a veces cuando un personal de nivel jerárquico es acosado por uno o varios
de sus subordinados.
Más que cómo se hace o lo qué se hace, se debe tener en cuenta la frecuencia y
duración de lo que se hace.
Perfiles del atacante y de la víctima.
Existen numerosos estudios sobre el perfil psicológico de víctimas y acosadores.
Para el psiquiatra José Luis González de Rivera el acosador es "un mediocre
inoperante activo".
El psicólogo español Iñaki Piñuel lo define como un individuo con una personalidad
psicopática, con alteración del sentido moral y ausencia de culpabilidad, cobarde, mentiroso
compulsivo, con gran capacidad de improvisación, mediocre y con complejo de inferioridad,
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quien, además, para su cometido, necesita del secreto, la vergüenza de la víctima y los
testigos mudos.
Al referirse al acosado, Piñuel habla de personas con elevada ética, honradez,
rectitud y sentido de justicia; autónomas, independientes y con iniciativa; altamente
capacitadas por su inteligencia y aptitudes. Se trata de personas brillantes y atractivas, que
se consideran peligrosas o competitivas y con las cuales el acosador se siente cuestionado
por su sola presencia.
También Piñuel se refiere a aquellos activos, eficaces y trabajadores que pretenden
imponer reformas o implantar una nueva cultura, lo que hace que el acosador se sienta
cuestionado y en peligro de perder su liderazgo.
Otros autores clasifican a las víctimas como en envidiables, vulnerables o
amenazantes, con algún defecto o necesitados de afecto y aprobación y que son vistos
como una "presa fácil" e inofensiva.
Algunos comportamientos que caracterizan el acoso psicológico.
El acosador tiene comportamientos que lo caracterizan, y tienen gran facilidad para
mostrarse de una forma en soledad con la víctima, pero presentando un rostro diferente
frente a terceros. De aquí la dificultad para “desenmascararlo”, ya que la imagen que
proyecta al exterior es bastante positiva.
Podemos encontrar que:
™
Restringe los canales de comunicación.
™
No le habla, la aísla y niega su presencia física.
™
La desacredita o impide que mantenga su reputación personal o laboral.
™
Reduce la ocupación de la víctima mediante el descrédito profesional.
Consecuencias para la víctima.
Según María Adela Mondelli, psicoanalista, las consecuencias frecuentes en quien
sufre acoso moral en el trabajo son:
™
Efectos cognitivos e hiperreacción psíquica.
™
Síntomas psicosomáticos de estrés.
™
Síntomas de desajuste en el sistema nervioso autónomo: sudoración, ahogos,
palpitaciones, hipertensión.
™
Síntomas de desgaste físico producido por estrés mantenido.
™
Trastornos del sueño.
™
Cansancio y debilidad.
Por su parte, Aurelio Fanjul describe algunas consecuencias sociales como un alto
grado de ausentismo, prolongadas licencias, repercusión en el ámbito familiar, eventual
renuncia al empleo, y en casos extremos la autoeliminación de la víctima.
Un caso real
El conocimiento de un caso real de acoso laboral acontecido en el lugar de trabajo, no
sólo hizo que pudiera conocer un poco más sobre la situación que viven algunos
compañeros en la Universidad, sino también que, el visualizar estas vivencias me permitió
acceder a un panorama distinto de la situación del empleado no docente.
La víctima comenzó a sentir que su superior lo desacreditaba por lo que hacía en su
trabajo, se sentía humillado y discriminado. Era excluido, como que no existía, con
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conductas que iban encaminadas a dañar su dignidad y su reputación personal mediante a
realización de comentarios injuriosos, contra su persona.
El hostigador desarrollaba acciones contra el ejercicio de su trabajo, a través de la
privación de la realización de las tareas que normalmente efectuaba. Así, le negaba u
ocultaba los medios para la realización de las labores. Mediante maniobras perversas
manipulaba la información, manteniéndolo aislado, rehusando la comunicación directa con
el, no dirigiéndole la palabra y tratándolo como si no existiera.
En ningún momento el encuestado dijo creer que no servía para nada, como quería
hacer aparecer su hostigador. Su formación y seguridad en las tareas que siempre realizó,
su ascenso en la carrera administrativa hasta llegar al puesto que ocupa, ganado con
esfuerzo y perseverancia de manera totalmente legítima, el reconocimiento y cariño
demostrado por gran parte de sus compañeros, y también de los docentes con los cuales
tenía relación por los trámites administrativos que desarrollaba, hicieron que las
humillaciones a las que era sometido no le “bajaran la guardia” y de esta forma impedir que
lo ganara la depresión.
Lógicamente que, su organismo hizo eco en un momento de las agresiones sufridas,
y tuvo que consultar con un cardiólogo y con un psicólogo.
Gracias a su actitud de no bajar los brazos, el daño físico / psíquico fue menor y su
imagen no quedó deteriorada como era el objetivo del hostigador.
Gran parte de la solución de la problemática se basó en que, además de su
resistencia, el acosado presionó con una denuncia verbal y luego escrita a sus superiores
inmediatos y al Director de Recursos Humanos, para que tuvieran conocimiento de la
situación por versión de la víctima y no del acosador, ya que los sucesos eran relativamente
conocidos por algunas de las autoridades y por ciertos compañeros del acosado.
La víctima de este caso se siente orgullosa de pertenecer a la institución, con un gran
sentido de pertenencia, ya que es un empleado destacado y forma parte del grupo de
“históricos” del establecimiento, con una significativa cantidad de años de antigüedad y con
una gran confianza en si mismo. Estas características hicieron que no fuera sometido
fácilmente por el acosador, y la realidad fuera poco a poco normalizándose, logrando en
esta oportunidad que el hostigador, al verse a punto de ser desenmascarado cesara con sus
prácticas maliciosas y la situación se revirtiera a tiempo.
La legislación sobre acoso psicológico en la Argentina.
Existen varios proyectos legislativos a nivel nacional que actualmente se encuentran
en estado parlamentario.
El tema ya ha sido legislado para el sector público de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires mediante Ley Nº 1225 promulgada el día 5 de enero de 2004
El gobierno de la Provincia de Buenos Aires ha aprobado el 24 de Febrero de 2004 la
Ley Nº 13.168 sobre "Violencia Laboral".
Las provincias de Jujuy y Tucumán también cuenta con legislación sobre el tema,
como así también ha sido contemplado en el Código de Ética del personal de la AFIP.
RESULTADOS.
La violencia laboral usando estos procedimientos sutiles como el hostigamiento
psicológico, que parecen menores o poco relevantes y que, al ser repetidos, se convierten
en altamente destructivos para quien los sufre, se ha instalado en la administración pública.
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Así, estas conductas discriminatorias, tienen como finalidad coartar sin razón el
desempeño del trabajo de un empleado, y de hacer que el entorno laboral se le torne hostil,
siempre con el fin de desacreditarlo y lograr el abandono de su lugar de trabajo.
Es por ello que la víctima debe reaccionar lo mas pronto posible, denunciando estas
situaciones denigrantes, ya que si guarda silencio la situación se agravará día a día, hasta
que el acosador logre su objetivo, con consecuencias muy dañinas para la salud del
acosado.
Es necesario impedir que estas conductas asumidas por algunos superiores
convertidos en seres dominantes, menoscaben y avasallen lo derechos humanos
elementales de cualquier empleado, tal como lo consagra la Constitución Nacional.
CONCLUSIONES
¿Qué hacer desde la institución educativa para hacer frente a este fenómeno cada
vez más generalizado que afecta la integridad psicofísica y la dignidad del trabajador?
La base de muchos de los problemas en el medio laboral la podemos encontrar en el
hostigamiento psicológico. Por ello, deben denunciarse las prácticas maliciosas dentro de
las organizaciones, que atentan contra la moral y el derecho al trabajo de las personas.
Las autoridades de las instituciones deberían garantizar que los acosadores no
continúen con sus acciones perversas que ponen en situaciones indefensas a los
empleados, debiendo procurar que se observen las normas y valores éticos en todos los
niveles de la organización.
No debería asumirse, por más que se conviva con ella, que la violencia es
consubstancial a la condición humana, comprometiéndose a establecer las políticas
necesarias para erradicarla del ámbito laboral.
Detectarla a tiempo y poder hablar de esto que pasa puertas adentro de la
organización, resulta la manera más adecuada de prevenirla o el mejor remedio para tratarla
a tiempo.
De allí la importancia de saberla identificar, y afrontar su solución desde la aplicación
como Prevención de Riesgos Laborales.
El tema del acoso laboral preocupa a muchos empleados, pero ahora también a los
empleadores, quienes reclaman una ley nacional para que “quede claro” de qué se trata el
mobbing y cuándo se cae en esa acción.
BIBLIOGRAFÍA
ANAHÍ FERNÁNDEZ, Secretaria General CONADU “El acoso moral en el trabajo”,
ww.conaduargentina.org.ar.
MARÍA ROSA BEGUY, “MOBBING: el acoso psicológico en el trabajo”, Tesina Univ. de Belgrano.
LAURA ZAVOYOVSKI, “El Acoso silencioso”, Revista Nueva.
EDICIONES GPS, Madrid “Acoso psicológico en el trabajo (mobbing)”..
PABLO CALVO, “La nueva forma de acoso que humilla y lastima en el trabajo”. Diario Clarín,
suplemento, 11 de Junio de 2006.
LUCIANO ZAMPA, “Cuando el trabajo es un castigo”, Diario Página 12, del 29 de Enero de 2006.
AURELIO FANJUL, “El acoso moral (mobbing)” – Eitorial Astrea.
DR. ENRIQUE CÁRREGA, “Derechos laborales y de la mujer en la República Argentina, Mobbing o
acoso psicológico”.
PATRICIA B. BARBADO, “La prueba del acoso psicológico en el ámbito laboral”.
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