La misteriosa comisión de Jeremías 75 Lógicamente, lo mismo que había arrancado y derribado: ¡el TRONO DE DAVID, el cual Dios juró mantener para siempre! Jeremías no fue puesto sobre una sola nación sino sobre NACIONES, es decir, las dos: el reino de JuDÁ y también el reino de ISRAEL. Ya sabemos que en Judá Jeremías cumplió un papel en la remoción del trono. Ahora bien, en Israel cumplió la segunda parte de SU extraña comisión: EDIFICAR y PLANTAR. Hasta donde el mundo sabe, el último rey que ocupó el trono de David fue Sedequías, depuesto en el año 585 A.c. ¿Qué le ocurrió entonces al trono? ¿Dónde se halló entre el año 585 A.c. y la época de Cristo casi seis siglos más tarde? Sabemos que Jeremías no lo edificó en Babilonia. Dios había prometido que el trono estaría sobre los ISRAELITAS en todas las generaciones, no sobre los gentiles. El trono de David nunca más se volvió a plantar entre los judíos. No estaba sobre los judíos en tiempos de Cristo, pues éstos se hallaban bajo el gobierno romano. Jesús no ascendió a dicho trono; Él mismo dijo que su reino no era de esta época. Sin embargo, Él nació precisamente para ocupar ese mismo TRONO DE DAVID SU PADRE (Lucas 1:32). Según la comisión divina, Jeremías debía plantar y REEDIFICAR el trono durante su vida humana, y como había sido puesto sobre ambas naciones, derrib6 el trono de David que estaba en Judá y lo volvió a plantar necesariamente en la casa de IsRAEL, la cual había estado "muchos días sin rey". Por esta razón, y como Israel había PERDIDO su identidad y se creía una nación GENTIL, la identidad y la ubicación del trono tenían que permanecer ocultas para el mundo hasta estos tiempos del FIN, en los cuales vivimos hoy. El derrocamiento del trono La vida y obra de Jeremías constituyen una historia fascinante. Los primeros capítulos de este libro hablan de su ministerio, de cómo advirtió a los judíos del peligro de cautiverio. Pregonó delante de reyes, sacerdotes, profetas y el pueblo. Comunicó el mensaje de Dios, y en respuesta lo encarcelaron, negándose a escuchar y obedecer. Entonces Dios los hizo llevar cautivos. Los historiadores saben que Babilonia conquistó a Judá