CULTURA y POLÍTICA / Publicación del Instituto PRISMA y PLURAL editores / Nº 123 / 1era. quincena de mayo 2013 / Bs 5 Tribunal Constitucional refunda el Estado para la segunda reelección de Evo Morales El “nuevo orden político” y la vieja Justicia La decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional de habilitar la segunda reelección de Evo Morales y Álvaro García, desconoce el texto de la nueva Constitución y de la Ley Electoral de 1999 –ambas promulgadas por el actual gobierno– e introduce la figura de la “refundación” del Estado que podría afectar las obligaciones con y del “Estado preexistente”, incluyendo la demanda presentada en La Haya contra Chile. La inestabilidad constitucional generada por esta inverosímil decisión es un factor adicional a la mala administración de la justicia, agravada por la amañada elección de jueces y magistrados. La subordinación del órgano Judicial a los designios del poder político avasalla derechos, como en el caso del tipnis; prodiga impunidades, como en los casos Chaparina y red de extorsión; y favorece el abuso del poder, como en los casos “terrorismo” y fancesa. En esas condiciones, el gobierno alista la relección de los principales responsables del “proceso de cambio” frente a una oposición programáticamente débil, fragmentada y sin liderazgo nacional. Contrapuntos Alejandra Ramírez S.: Sobre la Ley de Participación y Control Social, 4 Carlos Crespo Flores: Estatalización de la naturaleza en el proyecto de Ley de Aguas, 5 Karen Gil: La Justicia, en el banquillo, 6-7 Enrique Eduardo Zalles: Rodríguez Veltzé: “Hay un nivel de incertidumbre sobre los resultados”, 8 Carlos Derpic: La crisis del órgano Judicial: El caso de la Acción Popular contra la carretera por el tipnis, 9 Debate Fernando Molina: La trayectoria histórica del mestizaje, 10-11 Hugo Rodas Morales: Más descolonización neopopulista, 12 Aldea Global / Memoria Norma Klahn y Guillermo Delgado-P.: Jesús Urzagasti, por él mismo (I): Los orígenes, 13 Marcelo Quezada Gambarte: Paraguay, el retorno de los colorados, 14 Jorge Luna Ortuño: Entrevista a Miguel Guerra, Oficial Mayor de Cultura de Oruro: “Fortalecer la identidad orureña”, 15 Cine / Libros / Medios Artistas invitados: V Concurso de dibujo Fernando Montes. Primer premio: Roly Huanca Huari Alfonso Gumucio Dagron: Acerca de El charanguista de Boquerón, 16 Mauricio Souza Crespo: El secreto de Albert Nobbs: Sobre secretos, actores, lesbianismos y tacitas de té, 17 Juan Carlos Salazar: Y ahora, ¿quién podrá defendernos?, 18-19 Félix Guattari: Las tres ecologías, 20 Navegar es necesario... edición digital www.nuevacronica.com Pronto, todos los artículos publicados quincenalmente desde octubre de 2007, ordenados cronológicamente por temas y secciones, incluyendo nuestra pinacoteca. A partir de este número en la WWW /3 editorial 1era. quincena de mayo 2013 La demanda boliviana de acceso soberano al Pacífico L Consejo editorial: Joan Prats (†) Fernando Mayorga U. Horst Grebe López Juan Carlos Salazar Director: José Antonio Quiroga T. Instituto PRISMA Calle 21 Torre Lydia Piso 2 Of. 201, Calacoto Tel: 2799673 inprisma@entelnet.bo www.institutoprisma.org Plural editores c. Rosendo Gutiérrez 595 esq. Ecuador Tel: 2411018 plural@plural.bo www.plural.bo ISSN: 1996-4420 www.cesu.umss.edu.bo a legítima demanda de restitución de la cualidad marítima de Bolivia en las riberas del océano Pacífico ha sido planteada de una manera sorprendentemente novedosa ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Cuando todo hacía suponer que la largamente anunciada demanda estaría referida al incumplimiento de las cláusulas del Tratado de Paz y Amistad de 1904, el planteamiento presentado formalmente por parte del equipo negociador de Bolivia en realidad solicita que dicha Corte juzgue y declare que Chile tiene la obligación de negociar un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico, tomando en cuenta que Chile ha incumplido en el pasado dicha obligación, y que, por tanto, ahora debe acceder a una negociación formal, pronta y de buena fe que conduzca a un acceso plenamente soberano de Bolivia al océano Pacífico. Eso significa que no se afectan todas las otras demandas y controversias que sostiene Bolivia con Chile respecto del cumplimiento efectivo del Tratado de 1904, las cuestiones del libre tránsito, el desvío del Lauca y los manantiales del Silala, las cuales, entre muchas otras, forman parte de la agenda de 13 puntos que se acordaron inicialmente en Algarve en 2000 y que luego se convirtieron en la agenda que supuestamente negociaban de buena fe las cancillerías de Bolivia y Chile, entre 2006 y 2011. Dicho de otra manera, de manera implícita (porque el texto no lo dice expresamente) Bolivia demanda el cumplimiento de “derechos expectaticios” que se originan en las diversas manifestaciones en que Chile reconoció la existencia de una cuestión territorial pendiente con Bolivia, y que dieron lugar a una aceptación de que Chile otorgaría un acceso soberano al océano Pacífico, tomando en cuenta los convenios formales existentes entre Bolivia y Chile, Bolivia y Perú, así como entre Chile y Perú, respectivamente. Se trata, en efecto, de los compromisos formulados oficialmente por el Canciller de Chile en 1950, de la negociación Bánzer-Pinochet de 1975, así como de la agenda de 13 puntos acordada entre los Presidentes Evo Morales y Michelle Bachelet, que en su numeral sexto dice a la letra: “6. Tema marítimo: Considerando los altos niveles de confianza mutua alcanzados, se propon­drán y alcanzarán soluciones concretas, factibles y útiles en próximas reuniones”.­ Así las cosas, es posible proponer algunas conclusiones preliminares. Primero: la presentación de la demanda de Bolivia ante la Corte Internacional de La Haya constituye el primer paso de un largo proceso de argumentación y alegatos jurídicos, que se regirá por procedimientos y plazos establecidos por la propia Corte Internacional de La Haya. Así, por ejemplo, será dicha Corte la que establezca su competencia para tratar la demanda boliviana, como ha sido señalado claramente por sus voceros oficiales en cuanto Chile pretendió rechazar su jurisdicción. Segundo: suponiendo que la Corte Internacional de La Haya admita la demanda, el equipo de abogados y diplomáticos bolivianos, bajo la conducción del Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé, tendrá que presentar en los próximos meses una sólida sustentación jurídica de los argumentos bolivianos, capaz de resistir las objeciones y réplicas de Chile, país que cuenta desde hace varios años con un equipo negociador de alta calidad ante dicha Corte, para solventar la demanda de delimitación marítima que Yody Quisbert le plantea Perú. Tercero: resulta imprescindible que la diplomacia boliviana despliegue en paralelo con el proceso en La Haya, gestiones apropiadas para obtener el apoyo internacional a su demanda sustantiva frente a Chile, las cuales deben dejar claro que no será posible avanzar en la integración sudamericana mientras persista el injusto enclaustramiento del país. En este contexto, lo que se tiene que asegurar es un conjunto de apoyos políticos y diplomáticos que respalden la causa boliviana de una manera vinculante. Cuarto: En tal contexto habrá que evaluar con mucha seriedad si el efectismo mediático, las movilizaciones sociales y la utilización electoral de una materia tan sensible para el país, son el acompañamiento idóneo de una gestión que varios dirigentes nacionales han calificado como parte de una política de Estado, que hace evidente que Bolivia no cejará nunca en la pugna por su derecho legítimo a formar parte de los países ribereños del océano Pacífico. Consecuencias de la “refundación” La versión digital de los números pasados de la revista pueden ser obtenidos en la siguiente dirección: www.institutoprisma.org Los lectores de Nueva Crónica pueden escribir al correo electrónico plural@plural.bo Las colaboraciones no solicitadas serán sometidas a la consideración del Consejo Editorial Contactos: cochabamba@plural.bo Tel. 4511547 santacruz@plural.bo Tel. 72168839 E ra previsible que el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (tcp) favoreciera la segunda reelección de Evo Morales. Lo contrario habría provocado un quebranto en el modelo autocrático instaurado por el mas, que implica la subordinación –con pequeñas concesiones– de todos los poderes del Estado a la voluntad del caudillo. Pero lo que sorprendió a propios y extraños es que, en su fundamentación, el tcp no sólo validara la posición gubernamental sino que fuera mucho más lejos y estableciera una “nueva era jurídico-política” que en los hechos declara la abolición jurídica del Estado preexistente. De acuerdo al tcp, el primer gobierno de Evo Morales no debe ser computado, por cuanto “el nuevo orden es distinto al preexistente, el nuevo orden implica una nueva era jurídico-política basada en la refundación del Estado”. Por lo tanto, el cómputo de los periodos de gobierno debe realizarse “desde el momento en que la función constituyente refundó el Estado”. Con esta argumentación, no se explica por qué la nueva cpe contiene un artículo transitorio que se refiere a los periodos precedentes, ni por qué razón la ley electoral de 1999, promulgada por Evo Morales, aclaraba que “se computará como primer periodo el mandato vigente a tiempo de la promulgación de la nueva cpe”. El Tribunal pretende desconocer que fue justamente la entrada en vigencia de la nueva cpe la que posibilitó la primera reelección de Evo Morales en 2009, puesto que el “viejo orden” constitucional no contemplaba la posibilidad de la reelección. Por lo demás, la figura de la “refundación” no está contenida en la nueva cpe, por lo que el Tribunal utiliza en su sentencia un argumento extraconstitucional. Lo que el tcp no previó es que con esta sentencia pueden quedar anuladas todas las obligaciones contraídas por o con el Estado preexistente, incluyendo la demanda presentada en La Haya que se refiere a los compromisos asumidos por el Estado chileno con el Estado boliviano antes de la refundación. Si Evo Morales no tiene por qué cumplir los compromisos asumidos para viabilizar la aprobación de la nueva cpe ¿por que tendría que hacerlo cualquier otro Estado demandado para que cumpla los compromisos asumidos con un Estado “preexistente”, es decir, jurídicamente inexistente? 4/ contrapuntos 1era. quincena de mayo 2013 Algunas reflexiones sobre la Ley de Participación y Control Social Alejandra Ramírez S.* Una primera reflexión sobre la nueva normativa, no desde una perspectiva jurídica sino desde una mirada más sociológica que permite apuntar ciertas preocupaciones y desafíos sobre su aplicación. E l 21 de febrero ha sido sancionada la Ley Nº 341 sobre Participación y Control Social (www. gacetaoficialdebolivia.gob. bo). Siendo un tema fundamental para la construcción de una sociedad basada en una ciudadanía activa que pueda, efectivamente, ejercer un control sobre sus representantes, su aprobación merece una primera reflexión, no desde una perspectiva jurídica –en la que se desmenucen todas las posibles interpretaciones legales– sino desde una mirada más sociológica que permita apuntar ciertas preocupaciones y desafíos que se presentan. La participación y control social como parte del ejercicio ciudadano activo de una población La Constitución Política del Estado (cpe) aprobada el 2009, asienta la relación Estado-sociedad civil en una activa participación ciudadana individual y colectiva, no sólo en la definición de proyectos de desarrollo sino, sobre todo, en el seguimiento y control de la gestión pública. En esta línea, la Ley Marco de Autonomías (2010) estipula en sus artículos 140 y 141 la transparencia en la gestión estatal y la obligatoriedad de rendición de cuentas por parte de funcionarios públicos. Para aquellos que creemos que una forma de construir una sociedad diferente es a partir de un ejercicio ciu­dadano activo que tenga como base un pensamiento autónomo, alimentado por información continua e idónea sobre todo lo José Luis Mamani Córdoba que tiene que ver con la cosa pública, una Ley de Participación y Control Social se presenta como un instrumento fundamental, siempre y cuando incluya ciertos pre-requisitos básicos: 1) Establecer mecanismos para el acceso a la información por parte de los ciudadanos; 2) La autonomía e independencia de aquellos encargados de participar y de realizar el control social; y 3) El desarrollo de una consciencia ciudadana que apueste no sólo al control de sus representantes sino a exigir –como derecho– una continua y transparente rendición de cuentas presupuestaria y de resultados. ¿Cómo encara la Ley estos prerequisitos? Revisemos algunas de sus propuestas, centrando la atención en las partes referidas al control social. Destacando algunas propuestas de la Ley El acceso a información relevante y de calidad aparece en varios artículos de la Ley. Incluso, se establece como un derecho ciudadano el acceso específico a información sobre: calidad de servicios básicos que prestan las empresas, convenios suscritos con agencias de cooperación externa; administración de recursos fiscales y/o recursos naturales (Art. 8). Aunque no estipulado como derecho, el deber de conocer el manejo técnico y económico de las entidades del Estado Plurinacional (Art. 9) aparece también como una atribución ciudadana. Para ello, el Estado, a través de todas sus entidades, debe entregar información a partir de la conformación de “centros de documentación, redes de información, gobierno electrónico, telecentros y otros instrumentos similares, que facilitarán el acceso y comprensión de la documentación e información pública” (Art. 34). Además de las preocupaciones acerca de las posibilidades técnicas y financieras que ello implica –se establece que los costos para esta transparencia serán incluidos en los presupuestos anuales de las entidades involucradas (Art. 41)–, llaman la atención, en esta reglamentación del acceso a la información, varios aspectos. Por un lado, se limita lo estipulado sólo a aquellos ciudadanos encargados formalmente del control social ¿Qué pasa con el ciudadano de a pie? Por otro lado, se hace énfasis en el control y rendición de cuentas de información presupuestaria y no así al control del cumplimiento efectivo de resultados, Santiago Jr. Ayala Cruz productos, tiempos y calidad. ¿Cómo sancionar los incumplimientos? Este aspecto no queda debidamente aclarado. Por último, destacan las restricciones y prohibiciones establecidas desde un principio en este acceso a la información: “No podrán participar y ejercer Control Social en temas de seguridad del Estado, sea interna o externa […] No podrán acceder a la información de carácter secreto, reservado y/o confidencial […] El Control Social no retrasará, impedirá o suspenderá, la ejecución o continuidad de planes, programas, proyectos y actos administrativos, salvo que se demuestre un evidente y potencial daño al Estado, a los intereses o derechos colectivos, específicos y concretos […] daño [que] será determinado por autoridad competente” (Art. 11). Si bien es común que existan ciertas restricciones en el acceso a determinado tipo de información, lo que preocupa es el tema de quién es la “autoridad competente” que define qué es confidencial y secreto o si representa un daño al Estado. ¿El caso Rosza es confidencial? ¿El Control Social en el caso de la construcción de la carretera del tipnis hace daño al Estado? Vale esperar que la decisión del secreto sea a favor de todos los ciudadanos y no del interés de ciertos grupos políticos o económicos. Respecto a la autonomía e independencia ciudadana, ésta depende de quiénes serán los encargados del control social. Si bien, el tema está abordado en la Ley como un principio básico definido en términos de “Capacidad para decidir y actuar con libertad y sin depender de un mando o autoridad” (Art. 4.II), la definición de los actores queda todavía poco clara, debiendo ser decidida por la misma sociedad civil –quien “se organizará y definirá la estructura y composición” (Art. 25)– eligiendo entre actores orgánicos –sociales, juntas vecinales y/o sindicales organizadas y reconocidas legalmente– los comunitarios y los circunstanciales –que se organizan para un fin determinado, y que cuando el objetivo ha sido alcanzado, dejan de existir (Art. 7). La pregunta en este caso es: ¿por qué la participación individual, independiente de organizaciones, aparece sólo circunstancialmente? En la práctica, cualquier búsqueda de información, realización de un seguimiento, participación u otra actividad, es ejercida por una persona y no por un colectivo anónimo, por más que represente a una organización. Oculto bajo el nombre de lo colectivo, es más fácil volver anónima la falta de transparencia o la corrupción. Por último, la Ley establece algunas acciones para el desarrollo de una consciencia ciudadana, directamente vinculadas a la simplificación del acceso a la información y a la capacitación desde el Estado de aquellos encargados del control social. Fuera de plantear la necesidad de una currícula escolar que impulse el tema, esta dimensión queda descuidada. Desafíos hacia el futuro Más allá de las preocupaciones mencionadas, lo cierto es que el hecho de que finalmente haya salido la Ley, da una base para poder empezar a trabajar sobre este tema importante para el ejercicio ciudadano. Sin embargo, para que funcione, son los ciudadanos en general los que deben estar al tanto de los derechos de participación y control social, de modo que evite problemas futuros de cooptación política u económica. Difundir la Ley, discutirla, (re) pensar su operacionalización es fundamental. Por ello, llama la atención la poca divulgación que se ha hecho de su aprobación y, mucho más, el hecho de que el tema no ha recibido un seguimiento adecuado entre los que elaboran las cartas orgánicas o estatutos autonómicos. Pero no seamos mal pensados: la piedra ha sido lanzada… ¿Cómo agarrarla? * Responsable del Área de Estudios del Desarrollo del cesu-umss. Ph.D. en Desarrollo Humano y Sustentable. /5 contrapuntos 1era. quincena de mayo 2013 Estatalización de la naturaleza en el proyecto de Ley de Aguas Carlos Crespo Flores* C on el gobierno de Evo Morales asistimos a un proceso de estatalización del agua y sus servicios, esto es la creciente intervención estatal en la gestión a través del despliegue de dispositivos de gubernamentalidad y de control; la implementación de un marco normativo y regulatorio adecuado a tal propósito es parte de este proceso. Con su estilo “sí o sí”, actualmente existe el mandato del líder máximo del mas de aprobar la ley de aguas este año y para ello se está socializando entre las organizaciones sociales afines al gobierno un proyecto de ley marco denominado “Agua para la Vida”. En el presente texto se analizan algunos aspectos críticos de este proyecto de ley que considero se tornarán en fuente de conflictos y crisis sociales; el centralismo y la planificación de arriba hacia abajo son las orientaciones dominantes de la propuesta; asimismo se evidencia que se busca cohesionar a la sociedad boliviana en el sector agua y sus servicios desde el discurso de los derechos; el marco normativo propuesto flexibiliza las normas ambientales para facilitar las mega inversiones que explotarán el agua o sus servicios; asimismo, se crea un sistema de participación inviable en su funcionamiento y que no decide en temas estratégicos del acceso, uso y disponibilidad del agua. Finalmente se puntean orientaciones alternativas al enfoque gubernamental. Centralismo en la gestión del agua Cuando define dominio y propiedad el proyecto de ley señala que el agua es “del pueblo boliviano, y corresponde al Estado Plurinacional su administración a través de la otorgación de Registros, Licencias y Autorizaciones” (art. 4.3); desde la definición nos está mostrando el camino estadocéntrico de la Ley: el Estado administra el agua a través de la otorgación de derechos. Las decisiones estratégicas sobre el acceso, uso y disponibilidad del agua y sus servicios se hallan centralizadas en el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (art. 10) y la institucionalidad creada alrededor de ella, particularmente la autoridad plurinacional del agua (capítulo iii); desde allá se planifica y decide hacia las regiones y municipios, en una clásica estructura de decisiones de arriba abajo. Por ejemplo, dentro del territorio que les compete, las gobernaciones no deciden sobre los usos energéticos e industriales del agua, como ser presas, hidroelectricidad, minería, hidrocarburos. Más aún, el Ministerio no sólo planifica sino que tiene competencias para “ejecutar proyectos de inversión relacionados con infraestructura hídrica” (Art 10). Organización de la gestión del agua alrededor de los derechos Se evidencia un incremento en la cantidad y magnitud de los conflictos por el acceso, uso del agua y sus servicios; el patrón discursivo común de estos conflictos es que los actores involucrados reclaman un derecho frente al recurso. Estos conflictos alrededor de los derechos de agua requieren un marco jurídico que facilite su manejo. La ley de riego, aprobada en 2004, buscaba proteger los “derechos” de los regantes a través de un sistema de registros, por el cual un sistema de riego “registra” su “derecho” a la fuente de forma permanente; pero sucedió que en el proceso aparecían otras comunidades o sistemas, de zonas de altura generalmente, que reclamaban también el “derecho” a la fuente; de esta manera, una ley que debía prevenir y/o resolver los conflictos, al buscar organizar la gestión del riego alrededor de los derechos, los promovió. Como en el riego, el proyecto de ley marco organiza la gestión del agua desde el discurso de los derechos, por tanto, antes que resolver los problemas y conflictos del sector, los exacerbará, debido a dos factores: la lógica de los derechos es excluyente, ignora el principio de los comunes del agua e individualiza, segrega, separa, entre los que tienen agua y no; más aún, es confrontacional, pues las interacciones entre los actores del agua están mediatizadas por el principio “tu derecho frente a mi derecho”, considerados irrenunciables e inamovibles. En suma, no es posible cohesionar y estructurar acuerdos desde los derechos, defecto que el proyecto de ley marco “Agua para la Vida” reproduce. Se flexibilizan las normas ambientales para facilitar el gran salto industrial El “gran salto industrial” y la Agenda Patriótica 2025 demandan transformar, remover, trasvasar, trasladar inmensos volúmenes de agua, acciones que generan también mega impactos sobre ecosistemas y poblaciones locales, normalmente indígenas o pobres. Las corporaciones privadas con las que el Estado boliviano está realizando sociedades, demandan normas y regulaciones para el uso, explotación y disposición del agua y sus residuos, muchas de ellas ubicadas en territorios indígenas, cerca de poblaciones locales, ecosistemas protegidos, por tanto reducir los riesgos de conflictos y demandas legales. La medida principal ha sido eliminar la consulta pública en el sector agua. Luego del tipnis la consulta pública se convirtió en una “piedra en el zapato” para el gobierno, pues se considera que a través de ella surgen las oposiciones a los proyectos. Por otro lado, la Autoridad Plurinacional del Agua (apa), instancia máxima de decisión, tiene la competencia de “otorgar, modificar, revocar, declarar caducidad y regular las autorizaciones de uso y aprovechamiento de los recursos hídricos mediante la dirección ejecutiva del apa, para los usos industriales, mineros, petroleros y otros usos que no sean el consumo humano y doméstico, y el riego; para las diferentes actividades económicas…” (Art. 13.ii.7). De esta manera, el gobierno central decidirá sobre un bien común estratégico, de una manera centralista y en función a sus prioridades coyunturales. Otro mecanismo para facilitar las inversiones destinadas a la extracción de recursos naturales o su transformación industrial, es regular el acceso, uso y la disposición de los residuos líquidos a través de tasas de regulación “por las autorizaciones de uso y aprovechamiento del recurso hídrico para usos que no sean los relacionados a garantizar el derecho del agua para la vida, así como para el vertido de aguas residuales industriales”, competencia también de la apa (art. 13.ii.16). Por su finalidad principalmente recaudadora, de cobertura de determinados costes las tasas planteadas en el proyecto de ley, en vez de desestimular comportamientos ambientalmente inadecuados haciéndolos más costosas, más bien orienta a un formalismo burocrático; mientras se pague la tasa de regulación según los procedimientos, la actividad corre tal cual, convirtiéndolas en verdaderas “licencias para matar”. Participación social para legitimar la estatalización del agua La instancia participativa nacional es el Consejo Plurinacional del Agua (art. 11) sólo tiene la competencia de “pronunciarse sobre los planes y proyectos de interés industrial, energético, minero y otros; en tanto afecten relevantemente a la gestión del agua para la vida, de acuerdo a la presente Ley y a sus reglamentos”. “Pronunciarse” es dar una opinión, sin decidir; por otro lado, ¿cómo demostrar que afecta de forma relevante a la gestión del agua para la vida? Este es el cuello de botella de las regulaciones ambientales: los afectados deben demostrar el impacto, hacerlo implica costos, esfuerzo material y de tiempo, que supera las capacidades de las comunidades locales o sujetos afectados, quedando inaplicable la norma. Por otro lado, su composición es tan amplia –alrededor de cuarenta instituciones públicas y organizaciones sociales–, que se lo inviabiliza. La participación y control social aparece en varias de las instituciones creadas por la ley, en diversas escalas territoriales, con competencias para proponer, ser consultado, resolver sólo sobre cosas operativas, pero los temas estratégicos del sector, como la otorgación de autorizaciones de uso industriales, mineros, Juan Mayta petroleros (art 13.7), son decididos por el gobierno central. Alternativas Desde una postura ecológica y bioregional, propongo cuatro orientaciones para la gestión del agua y sus servicios: 1. El agua tiene sus territorios y flujos, estructura ecosistemas y poblaciones, por tanto debería ser gestionada desde tales dinámicas. La cuenca parece ser el espacio adecuado básico de planificación y gestión bioregional, descentralizada del agua, por tanto es desde allá que debe estructurarse la institucionalidad, no desde la burocracia hídrica como se propone en el proyecto de ley, donde la cuenca es sólo un dispositivo territorial funcional al horizonte estadocéntrico. 2. Los derechos han fracasado como dispositivos de cohesión y construcción de acuerdos en el agua; tal vez desde las necesidades sean más factible tales acuerdos. Una discusión desde las necesidades en el agua nos llevaría a considerar cómo se satisfacen tales necesidades, qué estilo de consumo requieren, cuál es su huella hídrica, qué tipo de interrelaciones con el agua y la naturaleza se establecen. 3. Existen límites ecológicos en el aprovechamiento del agua dentro las cuencas que deben ser el referente fundamental de su gestión; las capacidades de la naturaleza para proveer el recurso, de asimilar los residuos líquidos generados y de provisión de servicios ambientales, son parte de tales consideraciones, así como la incorporación del principio precautorio como criterio de toma de decisiones. 4. Una gestión descentralizada del agua desde las cuencas u otros espacios bioregionales está conectada con el respeto a la autonomía de los sistemas de gestión del agua y sus servicios, público estatales, comunitarios o autogestionarios. * Investigador cesu-umss. 6/ contrapuntos 1era. quincena de mayo 2013 La Justicia, en el banquillo Karen Gil* Las víctimas de la retardación, ineficiencia, corrupción e injerencia del poder político en la Justicia, aguardan hacinadas en las celdas de las cárceles bolivianas, en medio de la mayor crisis de los órganos judiciales. T ras las rejas, desde la sección de la Posta del penal de San Pedro, Hinosencio Adalid Carbajal me mira con desconfianza. Al fin se anima y accede a hablar sobre el estado de la Justicia, sobre su proceso. Es delgado, moreno, con ojos pequeños y tiene poco más de 30 años. Nos sentamos en el patio. A los minutos llega su esposa, quien vive con él en su celda, desde agosto de 2012, cuando lo detuvieron preventivamente mientras se investiga el caso de corrupción en el que supuestamente está involucrado. “No hay independencia de poderes, hay un órgano que se impone. Si bien no por parte del presidente Evo Morales, sí de mandos medios”, se queja al abordar el tema, mientras tres payasos hacen reír a una treintena de niños, hijos de presos, que comparten o no la reclusión de sus padres. Es abogado y miembro de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales. En 2010 llegó con el Movimiento al Socialismo (mas) a la alcaldía de San Buenaventura (La Paz). En enero de 2011 dejó su cargo luego de que los pobladores lo ataran a un poste de luz, sanción de “justicia comunitaria”, y lo presionaran a firmar un pedido de licencia indefinida. Está acusado de desviar 1.500 de 2.500 turriles de cemento asfáltico destinados a la pavimentación de las calles de San Buenaventura, puerta de entrada del Parque Madidi. Desde fines de 2011, el Concejo Municipal, el Movimiento Sin Miedo (msm) y luego la Gobernación, que es la que se querelló, presentaron pruebas que inculpan a Carbajal y al asambleísta departamental masista Marco Mollericona. La imputación tardó cuatro meses, las medidas cautelares seis y hasta la fecha no hay acusación formal, demora que, según la asambleísta departamental Willma Magne (msm), dio lugar a la fuga de varios de los implicados. Carbajal asegura que es inocente, que no ordenó la salida de los barriles del depósito y que desconoce el paradero de éstos (460 se encontraron camino a Santa Cruz). No obstante, admite que cometió el error al firmar el convenio, en esas condiciones, con el gobernador de La Paz, César Cocarico, miembro del mas. —Pregunté por qué no hay contraparte del municipio, y me dijeron: “firmá no más”, –recuerda. Dice que aceptó porque en su mente retumbaron las palabras de Mollericona y de otros miembros del mas: “De esto depende tu reelección”. * Periodista. Adalid Mamani Córdoba Carbajal afirma que los abogados de la Gobernación hacen lo imposible por inculparlo y que se aliaron con Efraín Gonzales –comprador de los 460 tambores hallados, quien está con detención domiciliaria–, que fue quien lo acusó. Menciona la participación del ex consejero departamental Carlos Medina, actualmente prófugo, y de asambleístas departamentales del mas, quienes no son investigados. Habla de la injerencia del gobierno en la Justicia, hecho conocido con el descubrimiento de la red de extorsión que operaba desde los ministerios de Gobierno y Presidencia, y afirma que en Bolivia no hay independencia de poderes.­ —¿Por qué a Severo Tola (responsable del Sedcam) y al almacenero no se los ha imputado?, –se pregunta al referirse a quienes, al parecer, autorizaron la salida de los barriles. —Porque no se actúa con independencia, –se responde. —¿Tiene pruebas? —Tenemos amistad con fiscales, con los que nos reuníamos en el Edificio Esperanza; ellos nos contaban, y además nos dijeron que la Gobernación tiene un equipo de inteligencia que nos vigila; ellos mismos tenían miedo. Recuerda que tanto él como Mollericona son acusados del mismo delito, pero éste tiene arresto domiciliario. En ese sentido, el msm ha pedido ampliar la investigación a Cocarico y al Sedcam. El presidente del Concejo Municipal de San Buenaventura, Daniel Mendía, también preso, afirma que Cocarico suscribió el acuerdo sin que el Concejo apruebe el proyecto de 21 millones de bolivianos. Carbajal no se atreve a involucrar a Evo Morales en la supuesta injerencia del Gobierno en la Justicia. Lo lla- ma “comandante”, pero afirma que hay gente en el mas que quiere perjudicarlo e insiste en que hay presión política en su caso. La Gobernación rechaza esa acusación. Es más, para el asambleísta departamental masista Alejandro Mendoza, quien sería uno de los involucrados según Carbajal, es el propio acusado quien influye políticamente en el caso. —Cómo puede la Gobernación haber influido en la Justicia? Son poderes independientes (…). Él está influyendo con sus chicanerías, porque hay extrema tardanza en el proceso-, declarará más tarde Mendoza. —Luego de que se nos unieran dos de sus abogados, –Carbajal hace el recuento de las 12 audiencias de cesación de libertad suspendidas, según él, por influencia de la Gobernación– los abogados de la dirección judicial de la Gobernación presionan a los jueces, yo he pedido la reconstrucción de los hechos y no quieren dar curso. Las risas y las burlas interrumpen la entrevista cuando los payasos llaman a Daniel Mendía para que actúe en el show, pero éste, riendo, se excusa. *** Hablé con Daniel Mendía Tobías cinco días antes. Está recluido porque Carbajal lo procesó por resoluciones contrarias a la ley e incumplimiento de deberes cuando fungía como alcalde interino de San Buenaventura. Ingresó a la cárcel en noviembre de 2012 con una orden de detención preventiva, al igual que Carbajal y el 84 por ciento de los presos de los penales bolivianos. Tiene la piel clara y un lunar en la cara lo hace fácilmente reconocible. Su historia está ligada a la de Carbajal, pues como presidente del Concejo Munici- pal por el Movimiento por la Soberanía (ms) fue el primero en denunciar actos de corrupción en su contra. Además, fue el que lo reemplazó como Alcalde interino luego de que la primera suplente (del mas) renunciara a días de su posesión. Cuando llegó al mando de la Alcaldía, en abril del pasado año, encontró una situación crítica, porque, debido a la denuncia contra Carbajal, el Ministerio de Economía había congelado las cuentas municipales. Desde inicios de 2012 no se pagan salarios, ni desayuno escolar, ni el recojo de basura ni otros servicios básicos. En su mandato, Mendía descongeló en dos oportunidades las cuentas por un valor de 460.014 bolivianos, con los que –asegura– cubrió algunas de las deudas. Las cosas mejoraban hasta que Carbajal objetó dos veces la gestión de Mendía ante el Órgano Electoral (oe), el cual declaró ilegal su labor por lo que éste renunció en agosto. En ese momento, pesaba contra Mendía y dos concejales una demanda interpuesta por Carbajal, quien argumenta que seguía siendo Alcalde cuando Mendía fungía como interino, puesto que la licencia que firmó no tenía validez porque lo hizo presionado. Debido a que el proceso se instauró en La Paz y no en su jurisdicción, como manda la ley, los tres imputados se excusaron dos veces de dar sus declaraciones. En noviembre de 2012, Daniel llegó a la sede de gobierno para regularizar su situación ante el oe, para que éste apruebe su interinato. Fue cuando dos policías y el fiscal de materia, acompañados de los abogados de Carbajal, lo detuvieron en la parada de buses cuando pretendía retornar a su pueblo. Daniel había revisado un día antes (27 de noviembre) el libro de investigaciones de su caso en la Fiscalía y no figuraba el mandamiento de detención, que tenía fecha de 31 de octubre. —En ese momento sentí el peso del poder del oficialismo, –afirma. —¿Se imaginaba que podría ocurrirle algo similar? —Desde que empecé a denunciar lo del cemento asfáltico me dijeron que iba a pasar eso, –agrega. Mendía asegura que la demanda obedece a una persecución política de parte de Carbajal y de mandos medios del mas. La acusación es negada por Carbajal, quien asegura que su denuncia es justa. Asimismo, niega que presione a la justicia. —Si tuviera influencia política, no estaría aquí. Si bien, Carbajal y Mendía son enemigos políticos tienen tres cosas en contrapuntos 1era. quincena de mayo 2013 sión, formada por asesores de los ministerios de Gobierno y Presidencia y en la que están involucrados fiscales y jueces. El descubrimiento de esta red desveló a una Justicia que todavía es cooptada por ciertos grupos de poder, donde la corrupción es un modo de ingresos económicos para jueces y fiscales. El constitucionalista Farid Rojas explica que este grupo extorsionaba a los implicados de diversos casos con la detención preventiva, medida cautelar que llena las cárceles de manera discrecional lo que ha generado hacinamiento en los penales. —¿Qué tal si se hace medidas para eliminar la detención preventiva o reducirla al mínimo? Los fiscales ya no extorsionarán a la gente con detención preventiva. Respecto al comportamiento de fiscales, el fiscal general, Ramiro Guerrero, admitió, en un informe a la comisión de Justicia Plural de la Asamblea Legislativa, los problemas de esa entidad y dijo que se auditará todos los procesos. —Una buena parte de los fiscales de Materia eran dueños entre comillas de los casos que veían: imputaban, acusaban, rechazaban de manera indiscriminada y no sólo temas de interés del Estado sino también de personas individuales. A partir de este panorama, el ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, quien en los últimos años se ha mostrado muy crítico con el Gobierno, asevera que la Justicia se deterioró y atraviesa por uno de los momentos más difíciles y complejos. —El órgano Judicial muestra una mediocridad atroz y una ausencia de vocación de justicia, donde se mantienen bolsones de corrupción, índices de prevaricato e impunidad de los ricos. La afirmación de Albarracín se evidencia con los procesos a los operadores de la Justicia. En el caso de fiscales, existen 769 con procesos penales y 573 con procesos disciplinarios. Respecto a jueces, en 2012 el Consejo de la Magis- común: Ambos sostienen que están presos por razones políticas, ambos procesos están plagados de una serie de irregularidades, y los dos están privados de libertad sin sentencia y lejos de sus familias, lo que provoca que ambos, aunque se contengan, derramen lágrimas al concluir las respectivas entrevistas. *** —Tenemos problemas con la Jus­ticia, (…). No me hablen de ella, –fueron las palabras del presidente Evo Morales, en enero de 2013, parafraseando al difunto compadre Carlos Palenque, líder populista de los 90, quien contestó de esa manera cuando le preguntaron por su ex esposa. Esta declaración hizo meses después de que se destapara la red de extor- Jorge Mendieta Gonzales *** Ambos casos son una muestra de que los bolivianos no sólo no confían en la Justicia, sino que creen que hay injerencia de parte del poder político en las distintas instancias judiciales: fiscalías, juzgados, Tribunal Constitucional, etc., y ponen de manifiesto el grado de crisis o decadencia –como la llaman algunos analistas– que la afecta, una crisis caracterizada por retardación, ineficiencia, injerencia y corrupción, que se arrastra desde 1990. Para el diputado masista Galo Bonifaz, la Justicia tiene aún las mismas malas prácticas de anteriores administraciones neoliberales, donde ésta se circunscribía al grupo de poder y eran los partidos políticos que la controlaban. Por ello, el gobierno de Morales se comprometió a cambiarla en el marco del “proceso de cambio”. A partir de ello, la Justicia atravesó por tres etapas, en palabras del ex presidente de Bolivia y ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé: la primera, denominada de transición, se caracterizó por “el desmantelamiento del sistema y su coptación”, con la designación de altas autoridades judiciales por parte de Morales y no del Congreso Nacional. En la segunda fase, relacionada con el proceso de la Asamblea Constituyente (2006-07), se definieron las bases del nuevo órgano judicial, la elección de las máximas autoridades judiciales por voto popular y la incorporación de la justicia indígena. En la tercera etapa, que es la actual, se produjo la implementación de los nuevos principios, como la elección de las nuevas autoridades judiciales en 2011. Rodríguez considera que aún falta mucho por aplicar, pero tiene una visión optimista porque que cree que ciertas bases de la cpe contribuirán a una nueva cultura jurídica. —Es un tiempo relativamente fe­ cundo de transformaciones, aunque no todas han sido las más afortunadas, pero hay bases interesantes para una transformación integral del sistema, dice en una entrevista concedida antes de su designación como embajador plenipotenciario en La Haya. tratura recibió 2.224 denuncias de las que sólo 86 fueron probadas. El ex Defensor del Pueblo dice que uno de los principales motivos para que la Justicia esté en las actuales condiciones es la injerencia política por parte del gobierno. —Lo más preocupante son los niveles de subordinación política. Es decir, el órgano Ejecutivo, especialmente de aquellos casos que son de su interés político, sigue definiendo el destino de los fallos judiciales y los jueces y magistrados se siguen subordinando a eso. Albarracín hace esta afirmación a 18 meses de que la Justicia siga sin dar con los responsables de la violenta intervención de la Policía a la marcha indígena y de que descartara al entonces ministro del gobierno del caso; y a siete meses de que el magistrado Gualberto Cusi denunciara presiones del Ejecutivo al Tribunal Constitucional en el fallo sobre la consulta del tipnis, denuncia de la que se retractó. —Los casos recientes dan cuenta de que esos factores de cooptación, de influencia, de intentos de afectar las decisiones independientes de los jueces pueden venir nuevamente del poder Ejecutivo, dice Rodríguez Veltzé. Empero, el ex presidente es cauto con el tema e insiste que no toda la Justicia está en crisis y que si bien existe un “deterioro, no significa que todo el gobierno esté controlando toda la judicatura”. *** La mañana del 7 de febrero, decenas de personas recibieron en la plaza de Potosí a René Joaquino, de Alianza Social (as). Cargado en hombros, con chamarra beige y pantalón y zapatos cafés, coloreado con mixtura y envuelto en banderas verdes, se aprestaba a volver a la Alcaldía. Retornaba a su cargo luego de dos años de que fuera suspendido debido a que pesaba contra él la denuncia de daños al Estado por la supuesta compra irregular de vehículos y maquinaria pesada. Por ello, incluso fue sentenciado a tres años /7 de prisión, pena que luego fue anulada por el Tribunal Supremo de Justicia. La suspensión de Joaquino se basó en los artículos 144 al 147 de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización Andrés Ibáñez (lmad), que autorizaban la suspensión de una autoridad regional con la sola acusación de un fiscal. Con la misma disposición se destituyó a 19 autoridades electas, incluidos los gobernadores opositores Ernesto Suárez (Beni) y Mario Cossío (Tarija) y 15 alcaldes, la mayoría del mas. La oposición acusó al gobierno de valerse de estos artículos para “anular a sus adversarios”. Sin embargo, el 5 de febrero, el Tribunal Constitucional Plurinacional sorprendió con la sentencia que declaraba inconstitucionales los mencionados artículos de la lmad. “La decisión del Tribunal fue acertada, en tanto privilegia la vigencia de presunciones y garantías constitucionales sobre las políticas legislativas concentradas en la criminalización y la persecución penal desproporcionada sobre servidores públicos o particulares”, opinaría más tarde Eduardo Rodríguez Veltzé en un artículo en el diario La Razón. Esta sentencia permitió al gobierno asegurar que no existe presión por parte del Ejecutivo sobre el órgano Judicial y que éste es autónomo. “Hay independencia de órganos, hay la posibilidad de que los tribunales ejerzan y hagan un trabajo libre, trabajo absolutamente profesional”, fueron las palabras de la presidenta de la Cámara de Senadores, Gabriela Montaño. —Tengo la desconfianza de que en algunos casos por decisión del propio gobierno, el Tribunal esté mostrando cierta vocación o respeto a la cpe, dice Waldo Albarracín. Sin embargo, sospecha que la intención gubernamental es mostrar al tcp como un ente independiente, para que cuando salgan fallos relacionados con el gobierno, como la reelección de Morales, no sean cuestionados por una supuesta subordinación al poder político.­ 8/ contrapuntos 1era. quincena de mayo 2013 Rodríguez Veltzé: “Hay un nivel de incertidumbre sobre los resultados” Enrique Eduardo Zalles* Al comparar su elección como embajador en La Haya con su designación a la Presidencia de la República en 2005, Rodríguez Veltzé dice que en ambos casos las circunstancias se cruzaron con la vocación y el oficio. E l embajador extraordinario y plenipotenciario en La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé, quien presentó la demanda boliviana contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (cij) el 24 de abril pasado, admitió que “indudablemente hay un nivel de incertidumbre, pero no respecto a lo racional de la decisión tomada, sino a los resultados del curso de acción” jurídica. En una entrevista realizada en días previos a su viaje a La Haya, el ex presidente de la República y ex presidente de la Corte Suprema de Justicia atribuyó la “incertidumbre” al hecho de que la acción jurídica “no está en manos de los bolivianos, ni siquiera tan solo de los chilenos, sino inicialmente de un tribunal de justicia internacional”. Al comparar su elección como embajador en La Haya con su designación a la Presidencia de la República en 2005, sin habérselo propuesto y a pesar suyo, dijo que en ambos casos las circunstancias se cruzaron con la vocación y el oficio, haciendo válido el dicho de José Ortega y Gasset sobre el hombre y sus circunstancias.­ P.- En su vida tomó dos decisiones que no estaban en sus planes. Aceptar la Presidencia de la República no ha debido ser nada fácil. Tampoco aceptar ser embajador extraordinario y plenipotenciario. en La Haya ¿Qué aspectos humanos han pesado en estos dos momentos, que han tenido una gran respuesta, como se ha visto en el twitter? ¿La parte humana de esos momentos realmente grandes es importante no? R.- Uno responde en las circunstancias, además a su convicción o su vo­cación, según ese dicho de Ortega y Gasset. En alguna medida esas dos coyunturas se cruzaron no solamente como coyuntura o circunstancia sino con mi vocación o mi oficio. En el primer caso (aceptar la Presidencia), yo tenía un mandato legal de la Constitución que era prácticamente inexcusable. Más que una decisión personal había un mandato de la Constitución que activaba una sucesión forzosa y no era conveniente ni legal no asumirla. A ello se sumaba, indudablemente, mi experiencia en la Corte Suprema de Justicia, pero también mi anterior experiencia en el Poder Ejecutivo como funcionario de la Contraloría General de la República. Esta experiencia de muchos años contribuyó a mi desempeño en la Presidencia de la República. Por eso, esos siete meses han sido relativamente “llevaderos”, aunque no sencillos. En estas experiencias se configuraron los conceptos de la circunstancia, de la vocación y el oficio. Hoy, tantos años después, surge algo casi similar. Un mandato que me obliga a aceptarlo, pero tal vez la convicción, la causa sí es definitivamente explícita y lo hago con muchísimo gusto también. Si bien (como decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica), no estoy en una ocupación vinculada directamente con el derecho internacional y la actividad de la Corte Internacional de Justicia, la academia, al cubrir la enseñanza del derecho y explorar lo que desarrolla en diferentes ámbitos, entre ellos el derecho internacional, a quienes estamos en la academia nos expone a tener una noción, una proximidad a los desarrollos de lo que está sucediendo en el mundo del derecho y, obviamente, ésta es una causa que la hemos seguido desde hace mucho tiempo. P.- Ha participado en el traspaso del mando presidencial en circunstancias políticas nada normales. Eso también ha sido un desafío especial, digamos, para su función de Presidente. Eso también obviamente no sólo depende de la vocación y las circunstancias, sino también de la actitud personal y positiva hacia la necesidad de cambiar las cosas para que salgan bien y han salido bien por la autoría suya. R.- No, hay una circunstancia muy especial el 2005, porque se precipitan normativas que antes no habían sido aplicadas, como la sucesión presidencial hasta el presidente de la Corte, la necesidad de transformar la Constitución para que las elecciones no sean sólo para Presidente y Vicepresidente, sino además para miembros del Congreso, senadores y diputados. Y un agregado que también contribuyó a ese éxito es un consenso de las fuerzas políticas, de los movimientos sociales, de los factores de poder, para además incluir una agenda de transformación política, la realización de la Asamblea Constituyente, la elección de los entonces prefectos hoy gobernadores y los referendos autonómicos. Entonces se logró un paquete, si se quiere, que dio acuerdo, digamos abrió un puente a un nuevo tiempo de grandes trasformaciones que las estamos viviendo. En realidad, de lo que se trata y lo que sirve como lección es que siempre debe haber una amplitud de criterios que faciliten estos diálogos y todos salen ganando. Ahora el tema del mar es también muy especial, porque durante muchos gobiernos, durante muchísimos años, se han intentado diálogos, acuerdos, quejas, soluciones, etc. P.- Esta es la primera vez que se toma una decisión tan radical, que es ir a la Corte de La Haya con una propuesta, aunque todavía no es pública oficialmente, pero el presentarla a estos niveles supone una política de Estado, donde el presidente, los ex presidentes Franz Quispe Uscamayta y ex cancilleres han participado. Es otra circunstancia única. ¿Personalmente cómo ha reaccionado para decir sí? R.- Indudablemente hay un nivel de incertidumbre, pero no respecto a lo racional de la decisión tomada, sino a los resultados del curso de acción, porque no está en manos de los bolivianos, ni siquiera tan solo de los chilenos, sino inicialmente de un tribunal de justicia internacional. Pero yendo más a la respuesta. Yo tenía un seguimiento a los anuncios del Presidente, porque esto fue un anuncio presidencial, que fue gradualmente consultado. Es decir, no hay tampoco una sorpresa absoluta en la decisión. Sabíamos que se estaba trabajando en un espacio de Poder Ejecutivo, una suerte de preparación muy cuidadosa de conducir una demanda. En la segunda reunión con los seis presidentes tuvimos conocimiento con mucho más detalle de ese rumbo. Valoré el cargo en términos de responsabilidad no tanto personal sino de Estado. De manera que tampoco hay una sorpresa tan grande, pero yo tengo un sentido de que hay un trabajo previo responsablemente elaborado sobre el cual mi concurso se suma, nada más. * Periodista. 1era. quincena de mayo 2013 /9 contrapuntos La crisis del órgano Judicial: El caso de la Acción Popular contra la carretera por el tipnis Carlos Derpic* El fallo muestra, una vez más, el sometimiento del Órgano Judicial al Ejecutivo […]. En verdad, las únicas ilusiones son las del cambio, la justicia plurinacional y el vivir bien. L os primeros días de enero de 2012, se posesionó a los “ganadores” de las elecciones del Órgano Judicial –que en realidad fueron ganadas por los votos nulos– con la promesa de enterrar a la justicia romano-canónica y neoliberal y poner en vigencia la justicia plurinacional. Hoy, después de un año y poco, se alzan muchas voces para señalar la tremenda crisis de la administración de justicia en Bolivia. Y es que los episodios de la red de extorsión (cuyos alcances y consecuencias han pretendido ser limitados únicamente a las personas directamente involucradas con las acciones de extorsión) mostraron que las cosas andan muy mal en materia de administración de justicia. Lo mismo puede decirse de decenas de casos de retardación de justicia y otros males, que muestran la grave crisis del Órgano Judicial. Hasta el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Denis Racicot, caracterizado por su silencio cómplice y su conducta complaciente y obsecuente ante a las constantes vulneraciones de derechos humanos por parte del gobierno y del Estado, dijo que la justicia boliviana se encuentra en una profunda crisis, expresada en falta de tribunales, jueces y la retardación de procesos que se acumulan desde varios años en el Ministerio Público; agregando que la retardación de justicia también provoca el hacinamiento de las cárceles del país con miles de personas detenidas preventivamente (una de ellas, Leopoldo Fernández), que a falta de jueces no pueden tener un proceso judicial que les permita salir en libertad. Ya en enero del presente año, el secretario de Gobierno de la Gobernación de Santa Cruz, había dicho que la justicia estaba peor que en anteriores gobiernos. El 26 de abril pasado, el Decano del Tribunal Supremo de Justicia (tsj), Jorge von Borries, dijo que existe profunda crisis en la administración de la justicia boliviana, peor que en las pasadas gestiones. Al día siguiente, la prensa nacional publicó las declaraciones del magistrado Gualberto Cusi que, al reincorporarse a sus funciones, dijo que la justicia afronta tres problemas: corrupción, burocracia y retardación, asegurando que “no hay cambios en la justicia”. Después de casi un año y medio de funcionamiento del Órgano Judicial Plurinacional, pretendida novedad del gobierno del cambio y supuesta expresión del momento de inflexión entre la justicia neoliberal y la plurinacional, todo está, evidentemente, peor que antes. Las opiniones mencionadas, sólo confirman, de viva voz de algunos de los propios protagonistas y de algunos obsecuentes, lo que la población padece en los tribunales: retardación de justicia, extorsión, coimas, maltrato, sometimiento a las órdenes e instrucciones que emanan del Ejecutivo, y muchos otros males que expresan de manera indubitable y lamentable que los derechos humanos se violan más que antes y que los pretendidos cambios en la administración de justicia, no aparecen más que en la imaginación de sus mentores. Un caso paradigmático de esta situación se ha producido con la Acción Popular que ciudadanos/as interpusieron para obtener tutela al derecho al medio ambiente, solicitando al Órgano Judicial, que actúe evitando la construcción de la carretera entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos por el centro del tipnis. Dicha Acción Popular fue presentada el 4 de octubre de 2012 y rechazada de inmediato (“in limine”, en contra de lo dispuesto por el Código Procesal Constitucional) por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz. El Tribunal Constitucional Plurinacional, determinó después de algunos meses, que la Acción debía admitirse y determinarse “lo que fuere de ley” en audiencia. Tal audiencia se señaló inicialmente para el 28 de febrero de 2013, pero el Presidente de la Sala, reaccionando tardíamente, se excusó bajo al argumento de que, recién en ese momento, notaba que una de las autoridades accionadas le había iniciado dos procesos penales. La excusa dio lugar, desde luego, a mayor retardación, a la que se añadió la lamentable conducta del Oficial de Diligencias que notificaba diligentemente otros asuntos, menos éste, hasta que la presión de los accionantes –incluidos un par de plantones ante el Tribunal– le obligara a cumplir con sus obligaciones. Por fin, el 20 de abril pasado se realizó la audiencia. La seriedad y solemnidad del Presidente de la Sala Penal y del Vocal convocado por la excusa del Titular eran indiscutibles, sobre todo cuando el primero de ellos advirtió que la decisión se tomaría en función del Derecho y no a los gestos de estupor, indignación, aprobación o desaprobación que hacían los asistentes a la audiencia. ¡Cuánto le temen los obsecuentes al pueblo y sus expresiones! El Presidente negó que el texto de la Acción Popular sea leído, como dispone el Código Procesal Constitucional. Al parecer, no tomó conciencia de que entre la presentación de la Acción y la audiencia, habían transcurrido medio año y que era necesario referirse a nuevos hechos. Por otro lado, también fue “extraordinaria” la actuación de los abogados de las autoridades accionadas. Todos manifestaron su extrañeza ante el hecho de que sus ministerios e instituciones hayan sido demandados: “¿Carretera, cuál carretera?” “¿Trazo por el medio del tipnis, de qué hablan? “¿Contrato?” “¡No hay contrato!” Verdaderos autores del “Yo no fui” y de la política del avestruz, apoyados firmemente por la empresa brasileña oas. Todos en conjunto pretendieron mostrar a los accionantes como locos, que interpusieron una Acción Popular en contra de algo que supuestamente sólo exisitiría en sus mentes. Por supuesto, la Sala Penal Segunda denegó la tutela, fundando su fallo en los argumentos de las autoridades accionadas: No hay contrato; no hay trazo de ningún tramo; no hay solicitudes ni órdenes relativos a la construcción de una carretera, la Sala Penal Segun- Roly Huanca Huari da no podría, según esta lógica, valorar hechos futuros que, por ahora, serían inexistentes. Claro, las afirmaciones del Presidente Morales en sentido de que la carretera se hará “sí o sí”; la marcha de los pseudo indígenas de conisur pidiendo la construcción de la carretera por el tipnis, la consulta trucha que llevó adelante el Ejecutivo, con apoyo del Órgano Electoral, para construirla … todo eso, es ilusión para la Sala Penal Segunda. Tampoco entienden sus miembros la significación de la expresión “amenaza” que, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España, quiere decir “Dar a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal a alguien” y/o “Dar indicios de estar inminente algo malo o desagradable”. Cualquier amenaza es, como lo muestra el sentido común, algo futuro, algo que puede suceder, y ante ello se interpuso la Acción Popular. El fallo muestra, una vez más, el sometimiento del Órgano Judicial al Ejecutivo, y su actuación al servicio de los cocaleros. En verdad, las únicas ilusiones son las del cambio, la justicia plurinacional y el vivir bien, prometidas hasta el hastío. Y si de realidad se trata, además del sometimiento de los Órganos Legislativo y Judicial al Ejecutivo, habrá que reconocer que la Octava y Novena Marcha Indígena fueron exitosas, porque impidieron, hasta el momento (¡y no es poco!) la construcción de un trazo ilegal e innecesariamente devastador para un área protegida y territorio indígena. Por lo demás, el fallo mencionado deja en claro –aunque sin que esa haya sido la intención– que, en caso de haber trazo por el centro del tipnis, contrato, norma o acto administrativo que autorice la construcción de la carretera, se afectará el derecho al medio ambiente y procederá cualquier tutela que se solicite. * Abogado y docente universitario. 10 / debate 1era. quincena de mayo 2013 La trayectoria histórica del mestizaje Fernando Molina* Comentario sobre el libro Sirenas y charangos – Ensayo sobre el mestizaje, que Carlos Mesa acaba de publicar. L Elías Arcani a palabra “mestizo” significa persona de raza mixturada desde mucho antes de Colón. Luego de éste, fue usada para designar una clase específica, la más importante, de hibridación americana, la que se producía entre blancos e indígenas.1 El contacto con mujeres indígenas no sólo no fue evitado, sino buscado activamente por diversos medios –la mayoría de ellos reprobables– por los conquistadores españoles. Fue una vía de desahogo sexual y de construcción de relaciones familiares de interés político con las castas indígenas de elevada condición que sobrevivieron a la caída del mundo precolombino. Aunque durante la institucionalización colonial se trajo mujeres de España para casar a los cristianos de las Indias, nunca se hizo un esfuerzo sistemático para impedir que estos continuaran relacionándose sexualmente con indígenas, y, por tanto, procreando mestizos. “Sólo producen mestizos (raza maldita)” se quejaba el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala a principios del siglo xvii.2 Nótese que Poma de Ayala no era un blanco, sino un indio letrado, lo que también nos muestra la peculiaridad de la colonización hispana. Otro cronista de la primera etapa, mucho más famoso, firmaba como “inca” y era hijo de un alto funcionario español, Garcilaso de la Vega, y una mujer indígena noble. Son figuras que resultan inconcebibles en otros procesos coloniales… Aunque tanto dentro como fuera de la cama las relaciones entre españoles e indias fueron opresivas, violentas y patriarcales, al mismo tiempo fueron abiertamente toleradas, incluso por la Iglesia Católica, dada a resignarse ante la naturaleza pecaminosa del hombre. Esto hizo un abismo de diferencia, si no para las mujeres, víctimas de un “aparato” de violación y seducción deshonesta, sí desde el punto de vista del mundo que este cruce iba a crear. No es extraño entonces que después de tres siglos las repúblicas americanas nacieran divididas en al menos tres fracciones: una minoría blanca, que detentaba los hilos del poder; una mayoría indígena que vivía en relativo aislamiento, y una creciente y dinámica población mestiza con lazos con los otros dos mundos, pero menospreciada y vista con aprehensión por ambos. “Raza maldita” que resultaba del abandono del ambiente protector de la “república de indios” que los monarcas habían creado con sabiduría para evitar que 1 2 Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo, Tomo ii: Los mestizajes, 1550-1640. Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno (ant. de Josep M. Barnadas). los indígenas se contaminaran con el vicio y el pecado de los blancos, según el indio Poma. “Raza maldita” que no encontraba acomodo en la estrecha economía colonial (basada en el privilegio de nacimiento) y por eso era carne de cañón de la agitación política, huésped de los bajos fondos de las ciudades y los puertos, y feligresía de todas las herejías (inclusive de la más peligrosa, la jacobina), según las autoridades españolas.3 Los mestizos participaron decisivamente en la Independencia, tanto como estamento claramente identificado cuanto que camuflados como blancos e indios, pero en el nuevo período no mejoró la consideración que les tuvieron ni las élites americanas ni los indígenas. Más bien todo lo contrario, por una razón simple: a lo largo del siglo xix, y de la mano de la dinamización de la economía y las ciudades, fueron incrementando su número, educándose y ganando una mayor importancia económica, lo que a ojos de los blancos los volvió tan o más preocupantes que los agricultores indios, que se mantendrían relativamente calmados hasta el siglo siguiente. Y a los ojos de los indios los hizo aparecer como la facción más odiosa –por cercana y contumaz– de la clase opresora. “Raza maldita” por adquirir las letras y los oficios para medrar de los blancos, a los que prestaba servicios indignos, y de los indios, a los que explotaba por medio del comercio y de la administración de la ley. En Bolivia el odio por el mestizo se transfiguró políticamente en la aversión de las élites al belcismo, una corriente post-independentista que expresó la resistencia popular a los proyectos modernizadores de las élites y anticipó la posibilidad (abominable) de que los “cholos” ocuparan el poder. Esta revolución sólo ocurriría plenamente cien años después, pero, aún así, el anti-belcismo explica buena parte de la historia política del siglo xix. Ya sabemos, empero, que la aversión era más que política, es decir, que no sólo se guiaba por motivos racionales. Se trataba en realidad de una fobia (su nombre exacto es mixofobia), un terror patológico que uno de los primeros en padecer fue Poma, que por ello acuñó esa frase que después se repetiría incansablemente: “raza maldita”. Resulta útil remontarse a Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno para averiguar en qué consiste esta poderosa emoción, porque el cronista nos permite observarla en su origen, cuando se despierta por primera vez ante un fenómeno hasta entonces desconocido. Encontramos entonces que lo que él temía, dicho en términos generales, era la posibilidad de la mezcla entre quienes consideraba sus pares y otros a quienes no concedía el mismo estatuto. El móvil de todo racismo es el temor a la mezcla, que no es ajeno al hecho de que tal mezcla se produzca en el lecho, es decir, en el momento en que cuerpos de distintos colores se unen en el abrazo sexual. Por esta razón la mixofobia tiene siempre un matiz patriarcal y machista. Una cosa es que los españoles puedan preñar a las indias y, otra, que los indios puedan tocar a las mujeres blancas. El cruce en un sentido no es equivalente al cruce en otro, inclusive en nuestros días. La mixofobia que alimentó el anti-belcismo no desapareció con la muerte del caudillo y la dispersión de sus seguidores. Continuó su camino, ya enfocándose en las bases del partido liberal, ya criticando el “emblanquecimiento” de las capas mestizas superiores por medio de matrimonios por conveniencia. Se expresó en el discurso racista de las primeras cuatro décadas del siglo 3 Marcelo Carmagnani, Alicia Hernández y Ruggiero Romano, Para una historia de América I. Las estructuras, 1999. xx, representado primero que por nadie por Arguedas, y en el que también se inscriben, aunque en clave crítica, Tamayo y los novelistas del “encholamiento”, como Costa Du Rels y Medinaceli. Hay que hacer notar, sin embargo, que los dos últimos autores exploran la mixofobia o, en el caso de Medinaceli, la combaten, a través de la descripción del “encholamiento” entre varones blancos y mujeres mestizas, sin nunca tratar la posibilidad opuesta, lo que nos indica que incluso para ellos ésta reviste la condición de un tabú. El discurso racista condenaba la estolidez indígena y el “birlochaje putrefacto” (Tamayo dixit) que superaba a un casta blanca débil y pusilánime, y advertía, por boca de Arguedas, sobre la “enfermedad” y la “decadencia” de la nación. Esta ideología respondía a la estrategia modernizadora que las élites intentaban imponer al país, que básicamente consistía en imitar a Europa dándole las espaldas a la realidad nacional, es decir, en una forma de eurocentrismo. Era contradictoria en sí misma, ya que de sus objetivos se derivaba la necesidad de preparar a los indígenas para la modernidad, lo que pensaba lograrse con su educación y su transformación de comunarios en asalariados, algo que, como es lógico, tarde o temprano conduciría a su mestización, el proceso que al mismo tiempo, como ya sabemos, se rechazaba enérgicamente. No otro es el dilema que intentó resolver, sin lograrlo, la obra principal de Tamayo: La creación de la pedagogía nacional. Poseedor de una de las inteligencias más vigorosas de la época, este escritor no pudo librarse del racismo que impregnaba el ambiente en el que vivió. Y sin embargo llegó a comprender en cuál de los dos bloques, el dominante o el plebeyo, alentaba la vida, y en cuál una casta se marchitaba como paso previo antes de su desaparición. La novedosa intuición de Tamayo está vinculada a los grandes cambios de este momento, la industrialización minera y la urbanización, que modernizaron primero que nadie a los mestizos, puesto que éstos no estaban atados a la tierra, y los convirtieron en una parte cada vez más importante de las clases mercantil y profesional, condición en la que podían ser explotadores de la mano de obra rural o, cuando no lograban hacerse un espacio dentro de la sociedad minera, activistas de ideas radicales. Otra parte del estamento pasó a crear un incipiente proletariado, que necesitaba y estaba dispuesto a aliarse con los indios. Estos dos hechos prepararon las condiciones para que el país se empapara de, y asimilara a fondo la influencia de la revolución mexicana, que había abierto el camino a ideas opuestas a las que defendían las élites eurocentristas bolivianas. En este momento comienza la era del nacionalismo. Convertidos en fundamentales actores políticos, los mestizos apuestan por una vía propia hacia la modernización, sin Europa ni Estados Unidos, a los que denuncian como fuerzas imperialistas o, en otros casos, agotadas por la historia. Frente a la decadencia de la cultura occidental, Latinoamérica debía encontrar en ella misma, en sus propias circunstancias, el relevo. Y las dos parcialidades que conformaban la nacionalidad, la hispana y la indígena, debían celebrar, no deplorar, su unión “cósmica” en una formidable nueva raza, como dejó dicho el principal teórico de la revolución mexicana, José Vasconcelos. En los cuarenta, el boliviano Guillermo Francovich, opinando sobre los temas que la revolución mexi* Periodista y escritor. 1era. quincena de mayo 2013 cana había planteado a América, anunció que una nueva cultura estaba surgiendo en estas tierras, pero que la misma no podría prescindir de la rica y polifacética herencia europea.4 Un año después, Carlos Montenegro proclamó que el mestizaje ya no era el problema, sino la solución; los mestizos formaban, junto con los indígenas, las “clases nacionales” que, en adelante, serían las fuentes de la transformación del país.5 La modernización económica e intelectual del país quitó a la exclusión racial toda fuerza de persuasión intelectual y toda eficiencia política. Esta debía caer y cayó. En los años cincuenta, la Revolución Nacional llevó finalmente a los mestizos al poder, entregó derechos políticos a los indígenas y aplastó el librecambismo y la visión política censitaria de la “rosca” u oligarquía que había gobernado al país hasta entonces. En este proceso resultó fundamental el que, a raíz del horror de la segunda guerra mundial, se hubiera destruido las condiciones de posibilidad de la “ciencia racial” que hasta entonces fuera el non plus ultra de la interpretación sociológica; de ahí en adelante, el discurso político y social ya no podría expresarse en estos términos. Desde este momento se negó las diferencias entre razas, es decir, corporales, y se aceptó únicamente la existencia de diferencias culturales o “étnicas”. Entonces la palabra “mestizo” dejó de traer a mientes una fisonomía, un biotipo, y comenzó a designar al boliviano paradigmático, éste que, al amparo de los nuevos derechos ganados por la revolución, podía formarse para restañar las heridas que había dejado la secular exclusión de lo indígena, y para ocupar el sitial vacante de “sujeto de la construcción nacional”. El mestizo empezó a ser el “hispano-indígena” capaz de combinar el legado de las dos culturas creadoras de la nación. Las acepciones desagradables que tenía la palabra se traspasaron a otra: “cholo”, y así la mayoría de los bolivianos, inclusive los miembros de las capas más elevadas, pudieron considerarse “mestizos”, como sigue ocurriendo hasta este momento. Quitando al proceso de mestizaje su antiguo contenido racial, “mestizo” devino en un concepto equivalente a “sincrético”, que, como éste, permite referirse a la mezcla, no ya la de los genes, sino la de las cosmovisiones, los lenguajes, el arte, las costumbres. Despojada de carnalidad, en un mundo al que los crímenes de Hitler le habían enseñado una dura lección, la mezcla dejó de despertar miedo y se comenzó a ver, por el contrario, como la esencia de nuestra identidad latinoamericana y boliviana. Del miedo al mestizo se pasó a la exaltación del mestizaje. La historia se comenzó a interpretar como un proceso de enriquecimiento a través de las fusiones y mutuas influencias, y no como una caída en espiral desde una edad de oro, fijada en algún momento pretérito. Los investigadores redescubrieron nuestro pasado como un inconsciente proceso de entrecruzamiento religioso, artístico, culinario, organizativo. Encontraron que, pese a los denuestos contra el mestizo racial, desde 1492 (si no antes) la sociedad americana se fue constituyendo como una sociedad cultural y étnicamente mestiza; por ejemplo, que el barroco americano no fue una mera trasposición de la moda europea al Nuevo Mundo, así que lo bautizaron “barroco mestizo”. Este proceso, al revalorar el aporte artístico, organizativo y espiritual indígena, muy a menudo enfatizó el lado indígena del mestizaje. Pero su lógica también posibilitó una revisión del papel de los españoles, que, después del cataclismo, realizaron una gigantesca obra constructiva (para comenzar, las principales ciudades de América, el Derecho de Indias, la exploración de todo el territorio), que había quedado opacada por el lógico distanciamiento inicial de las patrias latinoamericanas de España y, después, por el afrancesamiento y la anglomanía de las élites blancas, avergonzadas casi por igual de los dos rostros de su pasado. 4 Pachamama, 1942. 5 Nacionalismo y coloniaje, 1943. debate Gracias a estos estudios, hoy la historia del periodo colonial con la que podemos contar es mucho más rica, balanceada y justa que la que se solía escribir antes. La ideología del mestizaje, entonces, permitió mirar hacia el futuro, pero también hacia el pasado, con espíritu de reconciliación. En esa medida, fue la primera creación intelectual propiamente latinoamericana, aunque por supuesto se alimentó de fuentes europeas, así como del rescate de algunos importantes elementos de las culturas precolombinas. El nacionalismo es universal, pero por su propio contenido evita usar parámetros foráneos y tiende a entender la realidad, a aceptarla, incluso podría decirse que a “perdonarla”. Gracias a este acto de reafirmación, es la corriente que con más facilidad y por más tiempo ha dirigido los destinos de la nación. Carlos Mesa acaba de presentar un libro, Sirenas y charangos, que se halla firmemente asentado en esta tradición, la más importante de nuestro país. El libro explica Bolivia como un revoltijo cultural, como un continuo entrecruzamiento de ideas, como un laberinto de influencias, como un país mestizo hasta la médula. Con ello quiere reivindicar el aporte hispano a la conformación de la nación, que se ha perdido de vista en los últimos años, a raíz del decaimiento de la ideología del mestizaje. Mesa recuerda que Bolivia se formó demográfica y geográficamente en el periodo pre-republicano, que sus costumbres, expresiones, mentalidades provienen tanto del mundo andino como de España. Quizá baste decir, para ilustrar este razonamiento, que incluso el nombre con que se designa a los pueblos americanos o “indios” no es el que estos usaban para hablar de sí mismos, sino un nombre mestizo, traído por Colón y luego impuesto como la categoría colonial con la que, sin embargo, los indígenas de hoy pueden identificarse, y se identifican de hecho. Carlos Mesa hace una apología de la mezcla cultural, con la explícita intención de basar en ella el orgullo nacional. Es una tarea comparable a la de los intelectuales nacionalistas del siglo xx, aunque, por supuesto, Mesa tome la palabra más de medio siglo después, cuando muchas cosas han cambiado. A 61 años de la Revolución Nacional, la creación de una nítida identidad nacional, que englobe y uniforme a todos los grupos subnacionales, no se ha cumplido plenamente, por una serie de razones que no puedo exponer aquí. Y este fracaso, como es lógico, ha abierto espacio a la crítica del mestizaje, que mediante un proceso complejo y fascinante –uno de los fenómenos más llamativos del periodo democrático que se abrió en 1982– desembocó en la conformación del indianismo contemporáneo. Ahora bien, allí donde aparece la crítica también es posible la crítica de la crítica, a la que Mesa contribuye no como un Zavaleta o un Céspedes, quienes desautorizaban el “indigenismo” de su época porque “le hacía el juego a los enemigos de la nación”, sino valorando lo positivo del legado nacional (y nacionalista), del que los indianistas sólo ven lo negativo. Es lógico que para quienes se identifican fuertemente con identidades que no son la boliviana, por ejemplo para ciertas élites aymaras, el proceso de construcción nacional se presente como una operación de subyugación y aplastamiento. Tómese en cuenta que el proyecto nacionalista no sólo aprovechó el trabajo de la naturaleza, el mestizaje racial, sino que precipitó la hibridación cultural con medidas como la educación universal en español, la predominancia de la religión católica –que era la del Estado nacionalista–, y la anulación de las expresiones identitarias que se diferenciaban de la “boliviana”. En esa medida, el esfuerzo de invención nacional, cuyas glorias canta Carlos Mesa, esconde también en su seno grandes dosis de violencia. Como planteamiento, supera el rechazo a lo indígena (en tanto no europeo) y a todo lo que el indígena toca, o todo aquello con lo que se combina. También innova dentro del nacionalismo, al remplazar el ideal de pureza racial y cultural que anima / 11 Reynaldo Gonzales a la mayoría de los movimientos de este tipo por la simbiosis ideal del acervo indígena y español. Pero al mismo tiempo trata de crear una nueva entidad, el “mestizo nacional”, que se nutre de las raíces antiguas pero en rigor es un producto nuevo, premeditado, un artefacto casi, de una decisión social e histórica. Nada más moderno que este nuevo tipo social. Y la modernización exige el pago de un alto precio social, cultural y psicológico. Uno de los resultados indeseados de la modernización nacionalista ha sido el retorno a la escena intelectual boliviana de las tesis racistas del indianismo. Como si de verdad la cultura mestiza estuviera “maldita”, otra vez el racismo apunta en contra de ella, recuperando el argumento colonial que la acusaba por su actitud “traidora” frente a los indígenas. La mixofobia se encuentra vigente una vez más, ahora encarnada en el indianismo, que añora un pasado previo a la trayectoria que aquí hemos descripto, es decir, un pasado previo al mestizaje, en el “tiempo del origen”, cuando los indios reinaban. El libro de Mesa desafía esta concepción, lo que es plausible, y lo hace, dado el contexto político, con un coraje personal que es menester enaltecer. Pero una cosa es el indianismo y otra las identidades que –por influencia de aquél, por el fracaso del nacionalismo revolucionario y por otras razones– no se reconocen en el ideal del mestizaje. Estas identidades no deben ser condenadas, como hace la derecha racista; ni siquiera evangelizadas, como quizá apunta a lograr Mesa; sino simplemente aceptadas como un componente nuevo, más moderno que antiguo, pero con todos los derechos, de esa diversidad que consideramos nuestro patrimonio y, al mismo tiempo, la garantía de estabilidad de nuestra sociedad. Tal admisión es la que de alguna manera, quizá no la mejor, pero la única concreta en este momento, se expresa en el actual ordenamiento plurinacional del país. En el mundo occidental, las identidades son una cuestión de cada quién. El mestizaje boliviano, tal cual lo retrata este libro, puede soportar perfectamente ser considerado no el necesario punto final de todas las trayectorias culturales, sino una cultura y una trayectoria más, entre otras. Todas ellas, claro está, “mestizas” en el sentido original de la palabra (mezcladas), aunque no en la acepción política que le dio al término la Revolución Nacional. El libro de Mesa es muy provechoso en todos los sentidos, excepto si se lee como si afirmara que la única cultura posible, o la cultura superior, es la mestiza. En tal caso, quien lo hiciera caería exactamente en el error que el mestizaje superó a lo largo de la historia. Por el contrario, este libro debe servir como ilustración de que la pureza identitaria, de cualquier índole que sea, es un propósito no sólo estrecho y mezquino, sino imposible de cumplir en la realidad. 12 / debate 1era. quincena de mayo 2013 Más descolonización neopopulista Hugo Rodas Morales* Reseña del volumen: Hacia la descolonización de la ciencia social latinoamericana, La Paz, Rincón Ediciones, 2012, 237 pp., del señor Bautista (Juan José), para quien “el pensamiento crítico latinoamericano, la izquierda interesante, no estoy diciendo la mala izquierda, […] no entiende nuestro proceso”** E stos cuatro ensayos publicados por la editorial del autor, son ponderados positivamente en un extenso prólogo por el profesor Yamandú Acosta, quien apunta que “una cosa es el método de exposición y otra el método de investigación”, siendo este último lo novedoso del libro. Es difícil no estar de acuerdo después de leer que el autor efectúa una “pequeña revisión de la historia”; refiere sujetos “bien revolucionarios” o “bien de derecha”; traduce su paciencia en reiterados “ya es hora”; aporta agudezas analíticas como “el pueblo en tanto que pueblo”; describe la dialéctica como “crítica mortal”; se cura en salud despreciando a los “mesticillos serviles”; comunica lo efímero, vgr. “Hoy 18 de Agosto del 2012 leemos en varios periódicos…” o se congratula porque el discurso gubernamental del Suma Qamaña (que interpreta como “vivamos bien”) esté “dando de qué hablar a la ciencia social latinoamericana”. En cuanto a la economía, escribe: “Como todo país sub-desarrollado [Bolivia] tiene que comprar tecnología [que] cuesta mucho en el mercado y generalmente no está a la venta (sic) porque requiere mucha, pero mucha inversión. [Aunque] ahora nuestro gas no se vende a precio de gallina muerta, porque ahora ganamos como país un poquito más” (cf.: 53-55). Según el prologuista, el autor se definiría por su capacidad de interlocución, es decir, “por opción y no por origen”; al revés lo había expresado el profesor Enrique Dussel, en el volumen que antecede al presente (NC 47: 12-13). Por su parte, el señor Bautista refiere su experiencia optando por el anonimato de los demás: “Muchos lugares, centros de investigación de diferentes universidades, en diferentes países, pero también con muchos grupos de trabajo integrados por gente de base; [publicando a] insistencia de varios de nuestros alumnos, de muchos amigos y colegas” (: 42). En cambio, como “primer Amauta Honoris Causa” –según se presenta en la unam–, es muy específico recomendando al gobierno del “compañero y hermano presidente Evo Morales” dotarse de un Consejo Amáutico, así como subsume lo amazónico en cuatro categorías andinas (Suma Qamaña, Pachamama, Pachacuti y Ajayu), homologando sin complejos el etnocentrismo europeo. Recordando que Alain Touraine “se había dado cuenta” que la ciencia social del siglo xx pensaba con categorías del xix, el señor Bautista recurre a su mente descolonizada: “De pronto ahora empezamos a darnos cuenta de que los nuevos problemas que nos plantea nuestra realidad […] muchos de nuestros políticos, analistas y cientistas, los siguen pensando con las categorías del siglo xx”. (cf.: 46-48). Un “descubrimiento” que se reitera cada tanto y es verificado mediante la certeza de que “el pensamiento crítico ha sido completamente erradicado de nuestros centros académicos”. Completamente, escribe, sin excluir su propia adscripción a centros académicos “nuestros”. La “liberación de la lógica” El capitalismo sería ”muerte [,] es lo único que en verdad sabe desarrollar, lo demás, carreteras, edificios, aviones, etc., son sólo apariencia.” (: 76). A pesar de estas “apariencias”, con prejuicios afines al discurso del mas y el neodesarrollismo estatal, el señor Bautista exorciza “formas de vida arcaicas, casi en la edad de piedra, o como salvajes viviendo en medio de la selva”; negando todo retorno a la “edad de los taparrabos” como obstáculo para “iniciar nuestros despegues económicos”. De forma sintáctica no menos accidentada dice que “cuando consumimos los alimentos producidos de acuerdo a la lógica capitalista [lo que] también consumimos, o sea comemos, es esa forma de producción. […] No estamos diciendo solamente que hay que consumir lo nuestro, no, lo que estamos diciendo es que nuestro sistema de los alimentos hay que produ- Aristóteles con la cultura helénica (cf.: 209)– recayendo en nombre de los pueblos andino-amazónicos: “Históricamente sólo […] algunos pueblos desarrollan más conciencia que otros, [como] solamente en esta parte del globo y del continente y no así más, en el llamado Primer Mundo.” (cf.: 174-175). Es imposible que el autor no haya advertido –“ahora ya se está empezando a cuestionar seriamente [que América Latina] ni es latina, ni se llamó siempre América” (: 182)– que su “ahora” llega después de medio siglo de obras a las que dice superar glosando a sus autores, mientras “los cientistas sociales colonizados siempre están preocupados en consumir lo que se produce [en] universidades norteamericanas y europeas [del] gran capital transnacional, quienes son quienes financian sus grandes investigaciones” (: 227). La colonialidad tendría “consecuencias mucho más radicales […] que las sugeridas en la obra del mismo Quijano”, a las que el autor opone un popurrí de altermundismo mejorado (“hace años habíamos afirmado que otro mundo no sólo era posible sino que es necesario”) y zapatismo modernista (“un mundo donde quepan muchos mundos, no sólo el moderno”) desde Bolivia: “Desde la revolución francesa hasta la revolución de abril de 1952 [se busca] salir de una forma de dominio para producir otra. [Pero] ya no se trata solamente de pensar [categorías, sino] proyectos de nación [:] la epistemología tiene también que descolonizarse” (cf.: 186-193. Énfasis míos). El indemostrable más allá El cuarto ensayo observa la “concentración absoluta de riqueza [en] unas cuantas familias que son el uno por ciento, del 1%” (: 237) y exige que la Ronald Candia Condori modernidad occidental reconozca el “pecado original de la economía capitalista” y la “matanza de cirlos de acuerdo a la lógica de la producción andino- nuestros grandes intelectuales, pensadores, amautas, amazónica. [Ya que] en el alimento [estaría contenida] tlamatinimes, poetas y filósofos [pues según] muchos la intencionalidad con la cual fueron producidos.” (: de nuestros abuelos en la parte andina de América del 95-96). Sur se construyeron muchos templos, sobre los cráneos El segundo ensayo vindica humildades: “´Ya no es de muchos de nuestros grandes sabios” (: 217). Inclutu tiempo´ les decían [los aymaras] a los mesticillos y so el eurocentrismo de Marx habría sido corregido por criollos de la Bolivia oligárquica, sino que ahora había los populistas rusos, señalándole el tránsito de formas llegado la hora de ´nuestro tiempo´”. Otra: “En la his- comunitarias (“comunitarianistas”) a socialistas, sin patoria de la filosofía, las grandes obras filosóficas suelen sar por el capitalismo que suprime la solidaridad; arguaparecer en los grandes momentos críticos [y] estas re- mento del profesor Dussel llevado a lo indemostrable: flexiones, creo que son una prueba de ello”. Otra más: “Marx sabía que con sujetos con subjetividad capitalista Los europeos habrían descubierto en América “el co- era imposible construir el socialismo” (: 201). Así, ignocimiento más sofisticado del universo” (cf.: 139-145). norando el orden capitalista de explotación realmente Abrevio: la duda cartesiana que no excluye certezas existente en Bolivia, el autor fabula comunidades andipropias, resulta aquí irrisoria. no-amazónicas “plenas de hermandad humana”. Impermeable a la reflexión autocrítica, este “más Hoy como en los tiempos de Hegel allá epistemológico” del señor Bautista se afirma en El tercer ensayo se eleva al deber ser para “ponernos a lo inexistente: una Fenomenología del espíritu de liberala altura de lo que la humanidad espera de nosotros [:] ción “de futura aparición”, y el “manuscrito inédito” Hegel se refería al proceso europeo de la modernidad Crítica-ética de la idolatría de la modernidad en Franz […]. Nosotros [a la] liberación de lo que la modernidad Hinkelammert­(cf.: 100, 212). ha producido.” (: 153). En este nivel ya no sorprende leer que dicho giro radical se hubiera producido “desde * Profesor universitario de Ciencia Política y Administración, reside en México (hugorodasmorales@gmail.com). abril del 2002 en Venezuela”, ni la exigencia de “no ** (Difundido por el pnud, http://www.youtube.com/ recaer en la idea del pueblo elegido” –como Hegel con watch?v=nsgyk1o_iay). Alemania, el “ingenuo” Habermas con la modernidad, / 13 memoria 1era. quincena de mayo 2013 Jesús Urzagasti, por él mismo (I): Los orígenes Norma Klahn y Guillermo Delgado-P.* El escritor chaqueño Jesús Urzagasti, uno de los narradores y poetas centrales de la literatura boliviana, falleció la madrugada del pasado 27 de abril. En estas líneas, queremos empezar a recordarlo recordando su voz: transcribimos fragmentos, inéditos, de las charlas que Urzagasti ofreció el año 2003 en la Universidad de California. En esta primera parte, Urzagasti habla de los orígenes de su escritura. E n el mes de abril de 2003, gracias a una beca de viaje otorgada por lasa (Latin American Studies Association), Jesús Urzagasti (Gran Chaco, Bolivia, 1941-2013) visitó las varias sedes (Berkeley, Davis, Santa Cruz) de la Universidad de California para ofrecer charlas sobre su obra. Josefa Salmón, Norma Klahn y Guillermo Delgado P. organizamos estas visitas. En esta primera parte de la transcripción de esas charlas y diálogos, Urzagasti habla de sus orígenes. Sobre los orígenes Soy fronterizo. Lo he dicho muchas veces. La frontera tiene sus desventajas pero también sus ventajas. Precisaré. Yo nací en el Chaco tarijeño que está en Bolivia donde también están el Chaco chuquisaqueño y el Chaco cruceño. Sea como fuese, el Chaco es un país, es distinto. Hay un Chaco paraguayo, argentino e incluso hay un Chaco brasileño, pero es el mismo Chaco que está en Bolivia. El escritor español Víctor Alba dijo en una columna, memorable para mí, que tres lugares le habían impresionado de América Latina: Yucatán, luego un lugar de Chile que desafortunadamente no recuerdo y el Chaco boliviano. ¿Por qué le impresionó? Por el orgullo muy especial de sus habitantes, el orgullo de pertenecer a un lugar, que no es un orgullo excluyente, es un orgullo sano que supone el respeto al otro. Eso a mí me alegró porque es una mirada ajena, es una mirada de un español que recorría esas tierras y pudo advertir esas características en tres puntos de América Latina: Yucatán, un lugar de Chile y el Chaco boliviano. Yo, como chaqueño boliviano, creo que eso es cierto, que no hemos sucumbido al regionalismo. Hay muchas referencias así que la vida me ha donado para comprobar que este afecto no es descabellado. Hace muchos años, escuché accidentalmente en una radio una música con violines, parecía música chaqueña pero no lo era (era irlandesa). Después el locutor dijo, sin saber lo que decía, que esa pieza había sido compuesta por una persona “que amaba un cierto lugar de una cierta manera; o sea, de una manera intransferible”. Me identifico con esa definición. Yo de algún modo soy también “un cierto individuo que pertenece a un cierto lugar y que lo ama de una cierta manera”. Eso es el Chaco para mí. Yo nací en Campo Pajoso el año 1941. Me llevaron al monte muy pequeño, quizá de ahí viene una suerte de fijación en mi poesía y en mi prosa con lo vegetal. Confundí esa gran vegetación con los cabellos de una mujer, con una cabellera negra, larga. Después me llevaron a Palmar Chico, a la escuela “Rufino Salazar”. Tuve mucha suerte porque era un pueblo de labriegos. Ahora eso no existe, pero, en ese tiempo y en ese pueblo, no había iglesia, ni curas, cosa fundamental para mí. Me considero una persona religiosa pero no respondo a un credo en particular. La palabra “religiosa” procede de ‘re-ligare’, de buscar la gran comunicación de los elementos terrestres. No he pensado mucho en el paraíso y de algún modo creo que es posible obtener esa visión fulgurante estando con los pies en la tierra. Habiendo nacido en el Chaco, podría haber “rumbeado” hacia la Argentina, que era el camino previsible. Como que fui un año a Salta, a estudiar tornería. Allí cogí una neurosis, no sabía que estaba socialmente “desvirolado”, como se dice. No tenía idea de lo que iba a hacer, pues mis padres me podían guiar hasta por ahí nomás. Aunque mi padre era un buen lector, me imagino que nunca se había topado con un escritor, ni sospechaba que estaba incubando a un escritor allí en medio del monte. Yo me volví de Salta. Ahí, en Salta, recibí un poema vía sueño, justamente el 6 de agosto, que es el día nacional de Bolivia. Esas cosas las recuerdo muy bien. Empecé a escribir en un cuaderno y cuando tuve que volver dije “¿qué hago con esto, qué es esto?”. Me vino un sentimiento de culpa: me mandaron a estudiar tornería, a manejar la fresadora y resulta que yo anoté cosas en un cuaderno. Entonces, metí ese cuaderno en una botella verde y le puse, a falta de corcho, un marlo y la enterré en la orilla de la Quebrada Quarisuty.. Esa fue mi iniciación, digamos, a la literatura, a través de un sueño. Lo que quiero decir es que el sueño es un espacio importante para mí. Contar sueños es una actividad propia de los rurales. Lo primero que hacen los rurales al amanecer, al despertar, es contarse los sueños. Y esta mañana cumplimos, con Guillermo, con Norma, ese rito. El soñó, tuvo un sueño importante, ella también y yo también, y cada uno se contó los sueños. Yo, en La Paz, lo primero que hago al despertar es contarle mis sueños a Sulma, mi esposa, y ella también me cuenta los suyos, y a ve- ces los niños también, si sueñan, nos los cuentan. Fue en Argentina que escuché por primera vez música andina a través de una radio, mundo del que no tenía la menor idea. Desafortunadamente yo no hablo aymara y, por hacerme estudiar otras cosas, tampoco aprendí guaraní. O sea, como ven, es un peligro estudiar. Salí, estudié y me quedé con algo de guaraní. Sin embargo, ahí me di cuenta, no con la precisión con que ahora puedo decirlo, que el fronterizo puede responder a fuerzas centrífugas y a fuerzas centrípetas. El primer intento de una fuerza centrífuga fue irme a la Argentina; sin embargo, después respondí a un centro, en este caso al centro secreto de mi país. Ese centro secreto lo tenemos todos los seres humanos incorporado a nuestro organismo y toda mi vida lo único que hice o lo fundamental fue buscar ese centro secreto. Vaya a saber si lo hallé, pero yo he intuido ese centro secreto que a muchos les causa desasosiego y es motivo de extravío para muchas gentes de Bolivia. Pueden ser muy inteligentes, pueden ser muy avispados, pueden ser muy afortunados, pero ese centro no rinde sus misterios secretos, valga la redundancia, sino al que va con otro talante, con la suficiente humildad para reconocer la grandeza de una tierra como la boliviana. Hay que recordar que en Bolivia se hablan unos cincuenta y tres idiomas. Yo soy un mestizo, algo de guaraní sé, algo de aymara, algo de quechua. En el Chaco se habla un castellano arcaico. Es una comunidad que ha quedado encerrada, sin mayores vínculos. De modo que eso nos ha dejado un castellano más o menos puro. Yo aprendí ese castellano, lo heredé del habla popular, del habla coloquial y fue uno de mis primeros desafíos: hacerme cargo de los idiomas que se hablan en el país y hacerme cargo, muy modestamente, del castellano que yo hablo. Sobre ese idioma yo he operado. Ahora bien, yo no soy un purista, no soy un académico. Al menos en países como Bolivia, al que escribe correctamente, si es que alguien escribe correctamente el castellano, pues no lo lee ni su abuela. Eso no es cosecha mía. Se lo dijo Roberto Arlt a Onetti en una charla que tuvieron en Buenos Aires. Mi desafío entonces consistió en hacer respirar no los cincuenta y tres idiomas, sino, por lo menos, el aymara, el quechua, el guaraní, en mi prosa castellana. Se trata del ritmo, se trata de intercalar con sabiduría, con la sabiduría con que lo hacen mis mayores, el silencio, entre palabra y palabra, entre frase y frase. Ese es un arte mayor. En Occidente, entre los contemporáneos, ya lo dijo George Steiner. Yo lo sé según mi propia experiencia, según lo que me ha dicho mi propio país. Algo de eso he querido hacer. * Catedráticos de la Universidad de California, Santa Cruz. 14 / vecindario 1era. quincena de mayo 2013 Paraguay, el retorno de los colorados Marcelo Quezada Gambarte* La izquierda paraguaya está frente a la impostergable tarea de una profunda autocrítica para lograr que el pueblo retome la esperanza con la que llegó Lugo al gobierno. “surgió la candidatura liberal de Efraín Alegre, y con ella la esperanza de conseguir que una anomalía de facto se convirtiese en el primer periodo legal de un ciclo dominado por el plra. Los resultados de ayer sepultaron la esperanza y demostraron que Cartes ya vislumbraba en 2011 lo que quería y lo que podría lograr: que lo liberales se quemaran en solitario y, frente a la escasa construcción y la división del centroizquierda, quedase claro para todos que Paraguay es colorado o no es”. “Los liberales y los colorados tienen líneas internas que van desde la derecha a la izquierda como el peronismo o el radicalismo en la Argentina. La diferencia es que, mientras peronistas y radicales nunca pilotearon gobiernos inconstitucionales, los colorados tienen en su historia al stronismo y los liberales se apuntaron en el último tiempo el mandato golpista de Franco”.2 renciales a los poderosos varones de Itaipú consolidó al gobierno que impuso al Paraguay un modelo económico típico de una estructura colonial”.1 P Edgar Quispe Aruquipa ara comprender los resultados electorales en el Paraguay debemos hacer necesariamente una constatación histórica: el Paraguay no tuvo su 9 de abril. Por lo tanto, no hubo revolución nacional, no se hizo una reforma agraria, una reforma educativa, un voto universal y no se nacionalizó nada. Eso como un primer punto. En segundo lugar, el golpe del gral. Andrés Rodríguez, contra su consuegro Alfredo Stroessner, tuvo el conocimiento y la aceptación de Ytamaraty (Brasil) y Alfonsin (Argentina). Y sin duda fue de conocimiento y/o coordinación de la embajada norteamericana. El tráfico de drogas ya no se podía ocultar y la nueva situación en América Latina estaba cambiando; por lo tanto, Alfredo Stroessner era un aliado incómodo en la región para los Estados Unidos y para los vecinos, y en consecuencia había que cambiarlo. En tercer lugar, el premio que “ganó” o más bien el precio que pagó el Paraguay, fue la represa de Itaipú, esa “fábrica de millonarios paraguayos”. Pero el verdadero y gran ganador fue el Brasil obligando al Paraguay a firmar uno de los acuerdos más leoninos y coloniales en Nuestra América: “Luego de la trágica guerra de la triple alianza, el Paraguay se adecuó a un modelo de enclave colonial que se consolidó durante toda la dictadura de Alfredo Stroessner, incluso durante las dos décadas de la denominada transición a la democracia (1989-2008). (…) con la firma del tratado de Itaipú, se profundizó un modelo de dependencia política y económica y el Paraguay se convirtió en la ‘periferia de la periferia’. En efecto, a principio de los años 70 el enclave dictatorial tutelado por el equilibrio estratégico de Argentina y Brasil, encontró una salida política en torno a la producción energética que podría generar un proyecto binacional. (…) pero más allá de la idea predominante de ‘progreso’, el desarrollo de la binacional promovió un esquema geopolítico que reforzó la subordinación de Paraguay a 14 millones de kW de potencia diplomática por medio del control de la empresa binacional Itaipú. A su vez, el retorno de parte de los ‘royalties’ y contratos prefe- * Ex embajador en la República del Paraguay Libre pensante-libertario. Así se llega a las elecciones de abril de 2008. Un partido colorado debilitado y dividido, y la aparición milagrosa de un Obispo en un país de fuerte tradición católico religiosa. Fernando Lugo Méndez, es el hombre que llevará a los liberales al gobierno, al que no pudieron acceder ellos mismos habiendo tenido todas las posibilidades de hacerlo. El año 2011, en una reunión del presidente Lugo y su equipo de confianza con el cuerpo diplomático, el embajador de España, en una de sus últimas intervenciones, recordó los tres años pasados, visitando todo el territorio paraguayo. Comprobó los cambios producidos en estos tres años, desde sus primeras visitas al interior hasta su último recorrido e hizo un comentario favorable por los cambios que constató en número de escuelas, hospitales y caminos. Del despertar de las masas indígenas y campesinas y su organización y el reclamo por la tierra. Por ello, dijo, “me atrevo a afirmar que en el Paraguay habrá un antes y un después de Lugo”. El antes ya lo conocemos, el después llegaría este 21 de abril o más bien después del 15 de agosto, cuando Cartes asuma la Presidencia. Casi en todos los comentarios de prensa se ha omitido u olvidado lo sucedido el 15 de junio de 2012. Ese día sucedió la masacre de Curuguaty, con el resultado trágico de 17 muertes. Este “incidente” fue lo que marcó el resultado de las elecciones presidenciales del domingo 21 de abril. Campesinos sin tierra habían ocupado Marina Kue, tierras que el empresario Blass Riquelme ocupaba ilegalmente desde tiempo de Stroessener. En un confuso intercambio de tiros de escopeta y armamento de guerra resultaron 11 campesinos y 7 policías muertos. Durante los días siguientes la prensa, la radio y la televisión daban cifras de emboscadas en la que la mayoría de las víctimas eran policías. Recién después se supo que 11 de los muertos eran campesinos y los policías sólo seis. Esto sirvió de pretexto para que los colorados de todas las tendencias se uniesen de la misma manera que los liberales, pues esa era la única oportunidad que tenían para que un liberal Federico Franco estuviera a la cabeza del país como presidente. Lugo había conformado una comisión independiente y contaba con la ayuda de la oea. Una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Franco fue desactivar la conformación de dicha comisión, afirmando que “sólo la policía y el ministerio público serían los encargados”. El conocido defensor de Itaipú, Ricardo Canese, acusó directamente a las transnacionales Vino Tinto y a los “brasiguayos” de Monsanto y la soya, de ser los artífices y coordinadores de lo que sería el golpe parlamentario. Mayores informaciones dan cuenta que los organismos de inteligencia ligados al súper empresariado paulista y a la oligarquía mediática paraguaya, fueron los coordinadores y organizadores del golpe contra el presidente Lugo y así 1 Prólogo a la 6ta edición de La recuperación de la soberanía hidroeléctrica del Paraguay por Ricardo Canese. Prólogo de Jorge Lara Castro, ex ministro de RREE del gobierno de Fernando Lugo. La masacre de Guruguaty, tarde o temprano, tendrá que ser investigada. Hoy la izquierda paraguaya que se presentó dividida en las últimas elecciones ha sumado matemáticamente el 15% del electorado, convirtiéndose en la tercera fuerza. Conocidos líderes de izquierda han ganado puestos en el senado: Fernando Lugo, Carlos Filizzola, Sixto Pereira, Esperanza Martínez, Hugo Richer (Senadores Frente Guazú) y Adolfo Ferreiro, Miguel Ángel López Perito (Senadores Avanza País). Camilo Suarez, el otrora niño mimado del presidente Fernando Lugo, lastimosamente no fue elegido, y diputadas Karina Rodríguez, Capital y Rocío Casco, Departamento Central. En resumen, la izquierda paraguaya está frente a la impostergable tarea de una profunda autocrítica para lograr que el pueblo retome la esperanza con la que llegó Lugo al gobierno y así lograr una unidad de principios a fin de actuar juntos, lograr avances y convertirse en opción de poder en los próximos años. Los liberales cómplices del golpe y los colorados golpistas tendrán que aceptar al obispo-senador, que tiene todas la ventajas de un opositor de peso. Por otro lado, la derecha paraguaya ha demostrado que tiene mecanismos propios y aliados externos, como Monsanto y el empresariado paulista. El sentimiento del hombre y la mujer paraguayas es de amistad y franqueza, y se traduce como un tuteo con el que te reciben tan pronto como te comunicas con ellos. Pero en cuanto sienten que atentas contra su personalidad o se sienten “agredidos” surge el espíritu de Cerro Cora, orgullo y valentía; y este espíritu heredado en contra de lo que se convirtió en “un modelo económico típico de una estructura colonial” se convierte en momentos contemporáneos en un rechazo a las políticas de los países que conformaron la triple alianza. Esto sucedió sin duda en el periodo pre electoral y tanto abc Color y casi todos los medios convirtieron el aislamiento diplomático del gobierno de Federico Franco en un agravio a la paraguayidad. Esto contribuyó sin duda al voto de amplios sectores de clase media y volcaron su preferencia a los “colorados anti intervencionistas”. El panorama se presenta en un nuevo escenario, Venezuela es ya miembro del mercosur. Los primeros en reconocer el triunfo de Cartes y felicitarlo fueron Cristina Kirchner y Pepe Mujica. Cartes agradeció, pero dijo que no estará en la reunión de junio de mercosur, pues recién recibirá la banda presidencial el 15 de agosto. 2 Pagina 12, lunes 22 de abril de 2013, “Un vecino distinto llegó al barrio”, Martin Granovsky. / 15 historia 1era. quincena de mayo 2013 Entrevista a Miguel Guerra, Oficial Mayor de Cultura de Oruro: “Fortalecer la identidad orureña” Nueva Crónica y buen gobierno estuvo en Oruro entrevistando a su Oficial Mayor de Cultura, Miguel Guerra Tolín, para conocer qué es lo que –fuera del Carnaval– se plantea a nivel de políticas culturales, y qué es lo que se proyecta para los días por venir. El contexto de ésta conversación fueron las disputas que existían acerca de la infraestructura para el arte en la ciudad del Pagador, y que de tiempo en tiempo resurge como brotes de inconformismo. El Oficial opina al respecto, mientras señala a la cultura como campo de formación de identidad y valores.* N .C. El uso del edificio del Palais Concert provocó una polémica grande en la escena cultural orureña. ¿Cree usted que debería seguirse una política de restauración de ese edificio u otra más ambiciosa: de re-activación? El Teatro Palais es un patrimonio arquitectónico de Oruro, siempre ha sido un centro cultural, gracias a una inquietud de los mismos artistas que se coronó con la compra del edificio, que estaba en manos privadas. Necesita un trabajo integral de remodelación, revitalización, restauración del mismo teatro, porque tiene también valores artísticos. N.C. Usted está al frente de la Casa Municipal de Oruro. ¿Qué se plantea diferente en su propuesta respecto de gestiones pasadas? Creemos que una gestión municipal no solamente debe estar sujeta al desarrollo del tema de infraestructura, pues la ciudad, urbanísticamente, tiene que crecer, tiene que tener nuevos espacios, nuevas calles, etcétera, pero eso debe ir acompañado del crecimiento del ser, el ser colectivo, estamos hablando del ser orureño. El ser orureño agrupa cerca a 300.000 habitantes que viven dentro del radio urbano de Oruro, tiene sus propias características e identidad. Obviamente, como en todo colectivo, habrá falencias y virtudes. Lo que nosotros queremos es fortalecer las virtudes, las potencialidades, las cosas positivas del orureño, y reducir las deficiencias que podemos tener. Queremos un crecimiento integral del orureño, una madurez que vaya concomitante con el desarrollo urbano. N.C. ¿Sin embargo, cuál es la función que le atribuye a ésta institución? Es un punto cultural que genera su propia dinámica. Tenemos ballet de manera permanente, a veces se montan obras, ensayos, actividades, conferencias de tipo cultural, social, es decir se plantea como un espacio generador de actividad cultural. Y bueno, tiene que haber centros culturales, así como la ciudad tiene parques, que son sus pulmones verdes, y tiene hospitales y demás, también debe haber puntos culturales, porque la cultura está considerada como un factor fundamental del desarrollo humano. La misma cultura es un instrumento necesario de reflexión, por eso la ciudad debe tener varios puntos culturales, bibliotecas, teatros, etc. NC. Ésta es la instalación más grande de la ciudad destinada a la cultura. Cuéntenos qué deben hacer los artistas y gestores para usar estos espacios. Acceden siguiendo el reglamento actual; ahora, estamos modificándolo para que podamos motivar a los artistas a que hagan uso de los espacios con un sistema parecido al que se usa en los Teatros Achá de Cochabamba y Alberto Saavedra Pérez de La Paz, que funcionan según el modelo 90-10, es decir 10% de los ingresos quedan para el teatro y 90% para los artistas. Por ahora tenemos un sistema poco motivador que es 60-40, que se está aboliendo. Prestamos permanentemente el espacio, previo una breve solicitud que se envía para que podamos prestar como auspiciadores. Cuando no cobran la entrada les Aldo Quelka damos en calidad de auspiciadores, pero si existe algún tipo de ingreso de la función tienen que pagar un alquiler, que está bordeando los Bs. 1400. N.C. ¿Se considera que una actividad es lucrativa simplemente por el hecho de que exista cobro de entradas? Para nosotros no es lucrativo cuando se cobra un monto que sea para cubrir los gastos de organización, y eso se demuestra por un cobro que es simbólico, que no dará utilidad. Por ello si los costos son bajos, damos el espacio también en forma gratuita. N.C. En concreto: ¿qué actividades, o qué estrategias se desarrollan en su gestión para poner en práctica el enfoque en el ser orureño? Mediante dos políticas: una es fortalecer la identidad orureña y la otra es desarrollar valores humanos. En lo primero hicimos acuerdos con medios de comunicación locales, para que sus programas culturales se dediquen a desarrollar la historia de Oruro, de sus calles, de sus personajes… La idea es fomentar las cosas buenas, empezando del Carnaval, el club San José, nuestra gastronomía, que son elementos simbólicos que reúnen la identidad orureña. Además estamos dirigiendo esta campaña con unos audiovisuales, una miniserie, donde vamos a mostrar a los grandes orureños, muchos de ellos que se internacionalizaron, para que también podamos ver una perspectiva de dónde pueden llegar nuestros niños y jóvenes. En cuanto a valores humanos, estamos generando concursos departamentales, les damos a todos los estudiantes material básico sobre valores, y los motivamos para que indaguen sobre el tema por distintos medios. Se logró un acuerdo entre el programa televisivo “Pueblo y arte” y la uto, para que los estudiantes que ganen los concursos tengan admisión libre a la universidad, sin examen. Entonces, de manera masiva, vamos a tener a los estudiantes preocupados por los valores humanos, la idea es que pongan en práctica y ejemplifiquen cómo podemos practicar estos valores humanos. NC. En Oruro escasean los espacios de arte, ¿cuáles son los proyectos que planea en construcción de infraestructura para fomentar la actividad artístico-cultural? Queremos funcionalizar el teatro al aire libre, el proyecto es ampliarlo para que duplique su aforo, llegar a 5.000 espectadores. Ya nos han planteado un perfil para construir una platea, una bandeja y ampliar el escenario, hacer una concha acústica techando, es decir, modernizarlo. También estamos generando un museo histórico, en la calle Murguía y Presidente Montes, que tendrá la memoria histórica de Oruro, un repositorio donde estará el acta de fundación del departamento, actas capitulares, documentos de la colonia, etc., los cuales ahora se encuentran en bibliotecas, no muy bien resguardadas, por eso necesitamos que haya un museo especializado. Igualmente, el museo antropológico de la zona Sud, el Museo Eduardo López Rivas, será ampliado a una segunda planta, ya existe el financiamiento que sobrepasa el millón de bolivianos. Entonces, por lo menos en lo que son los espacios que están a cargo del municipio, estamos tratando de modernizarlos. NC. Eso es positivo. Por otra parte, llama la atención el avanzado deterioro de la fachada de estas instalaciones, ¿a qué se debe que tampoco se ha hecho mantenimiento durante su gestión? En realidad, desde que se entregó esta Casa de la Cultura –que deben ser más de diez años– nunca se hizo mantenimiento ni un trabajo de reparación. Sin embargo, este año ya se comenzaron trabajos de refacción internos, de mantenimiento general de los espacios, y se hará pronto el pintado de la fachada. (Nota del entrevistador: La entrevista se realizó en octubre del 2012. Hasta la fecha, abril 2013, la fachada mencionada continúa deteriorándose sin haber recibido mayor atención). Entrevista de Jorge Luna Ortuño, filósofo y gestor cultural. 16 / historia 1era. quincena de mayo 2013 Acerca de El charanguista de Boquerón La sonrisa inerte de la muerte Alfonso Gumucio Dagron* Notas sobre la novela histórica de Cáceres Romero que, a pesar de un premio y de que alcanza ya una segunda edición, no ha merecido ni elogios ni ataques y menos aún comentarios serios escritos por los estudiosos de la literatura nacional. R econocida en 2010 con el Premio Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz”, El charanguista de Boquerón de Adolfo Cáceres Romero ha sido hasta ahora una víctima más de la guerra silenciosa del ninguneo que se practica en Bolivia, aunque no solamente en nuestro país. A pesar del premio y a pesar de que alcanza ya una segunda edición, esta novela histórica no ha merecido ni elogios ni ataques y menos aún comentarios serios escritos por los estudiosos de la literatura nacional. Es una paradoja que Cáceres Romero sea precisamente uno de esos estudiosos, cuyo aporte enciclopédico sobre la literatura boliviana ha permitido actualizar los de sus predecesores para dar a conocer nuevos valores. Atribuyo la falta de interés de la crítica literaria a varios factores. Por una parte en Bolivia se publica más de lo que se lee, ya pocos cultivan bibliotecas en sus casas y menos aún el hábito de la lectura. Con gran esfuerzo y sin estímulo institucional los escritores bolivianos escriben y las editoriales independientes publican numerosas obras cada año, que quizás los críticos literarios –muy pocos al parecer– no se dan el tiempo de leer. Son raras las columnas de crítica literaria en los diarios y revistas del país, a diferencia de la crítica cinematográfica que es vigorosa y menos complaciente. Quizás la apatía se debe también al temor que sienten los críticos literarios de escribir libre y creativamente, sin más compromiso que con su propia exigencia de calidad. Hacerlo supone a veces enemistades gratuitas y reclamos dolidos de autores que no admiten otra cosa que el elogio. Dicho esto, nos adentramos en las páginas de esta novela histórica que constituye desde la literatura más que desde la historia un ataque frontal a la guerra, y no solamente a la del Chaco que Bolivia perdió frente a Paraguay, sino a todas las guerras por inútiles, estúpidas e innecesarias. Para Cáceres Romero la guerra es un absurdo monumental que desmenuza con pasión, mientras rescata a los personajes que llevados a esa situación se comportan con un alto sentido de la ética y del honor, como los 448 soldados, cadetes y oficiales que combatieron en Boquerón, resistiendo durante 21 interminables días el ataque de más de diez mil soldados paraguayos bien pertrechados. Del mismo modo que el autor revela el coraje y la dignidad de los combatientes bolivianos y paraguayos, no escatima palabras para calificar a los “estrategas del fracaso”, los altos mandos militares de la retaguardia cuyos fracasos son “contados como virtudes” y los civiles “emboscados” que fueron al final de cuentas quienes llevaron al país al desastre que significó la pérdida de 50 mil vidas y una porción de territorio que duplica el que Paraguay tenía cuando nació como república. Pero este no es un ensayo histórico sino una novela y por más que Cáceres Romero haya hecho el esfuerzo de ser fiel a los hechos hasta en el mínimo detalle, al final no importa tanto la precisión de fechas y lugares, ni la inclusión de nombres que realmente existieron. Lo que importa es esa capacidad que tiene la novela para narrar el horror de la guerra con mucha más fuer- los historiadores apreciarán. Cáceres Romero es minucioso y todo lo que narra corresponde a la verdad histórica pero el dato que realmente importa es la resistencia de los fortines en Boquerón, porque simboliza todo lo cruel de la guerra y al mismo tiempo todo lo esperanzador de los seres humanos. Quizás la escena más emblemática, en torno a la que se teje la novela, es aquella en la que Víctor en plena línea del frente y a pocos pasos del enemigo, toca el charango y provoca con su música unas horas de confraternización entre los soldados y oficiales paraguayos y bolivianos. Esa sola escena en la mitad de la novela encapsula la filosofía que sostiene toda la obra: “¡Ah!, lo que sucedió después es que disparábamos a cualquier parte, sin intención de hacernos daño”. Omar Condori Parizaca Más que descripciones de hechos, la noza que un libro de historia. La ventaja de la novela es vela logra contagiar sensaciones que el lector vive que puede rescatar los relatos cotidianos y las narra- como si estuviera inmerso en la situación que relata tivas individuales, aquellas que dicen su verdad desde Abel: “… ya ni saliva tenían para remojar la coca que abajo pero que rara vez quedan plasmadas en los libros mascaban”, “sentía en la piel el olor de la carroña y de historia con gran hache. de la pólvora”, “agradecían y parpadeaban una lágriLas historias son más eficientes que la Historia. ma porfiada”… El lector siente los olores, los ruidos, Lo cualitativo versus lo cuantitativo, la memoria vivida la respiración de los personajes. La primera mitad (y vívida) versus aquello que se escribe en base a docu- de la novela transpira la muerte en todas sus págimentos desde la penumbra de una biblioteca. nas, se siente como un pantano de sangre del que Las imágenes que siembra Cáceres Romero son los personajes no pueden salir, aunque se desplacen devastadoras y cargadas de simbolismo, sobre todo en en diferentes direcciones. El relato fluye como una la primera parte del libro. La denuncia de las arbitra- película, como un guión listo para filmar. riedades de la guerra es elocuente: “Nuestra bajas auPor momentos la narración parece debilitarse mentaron con los camaradas fusilados. (…) en casi to- cuando interviene la voz del narrador omnipresente dos los fortines y destacamentos bolivianos no había un sustituyendo el relato en primera persona. Las descripdía en que no se fusilara a alguien, sobre todo si tenía ciones se hacen más objetivas y por lo tanto más distanuna herida en la mano o en el pie izquierdo…” Antes tes, menos vivenciales. La intención de proporcionar de fusilar a un estafeta le cuelgan el letrero “Soy un co- información sobre los hechos históricos opaca el tono barde izquierdista” y el coronel en mando instruye, ha- testimonial del relato. La segunda mitad del libro que ciendo gala de crueldad, que el pelotón de fusilamiento describe la situación vivida por Víctor como prisionero esté integrado por ocho amigos de la víctima. de guerra, tiene menos fuerza que la primera. BoqueLas voces de varios personajes se alternan en la rón pasa a un segundo plano, la guerra se aleja para dar novela: Abel, cuyo relato en primera persona ocupa espacio a las vivencias amorosas y aventuras musicales la mitad de la obra, es “la voz de la conciencia moral del personaje, a veces con concesiones grandilocuentes colectiva”1, luego está Víctor, el charanguista, huma- al sentimentalismo. nista y solidario, cuya habilidad en el instrumento es Los títulos que encabezan los capítulos me pareinversamente proporcional a su pericia en el uso de las cen prescindibles aunque se entiende la intención del armas, y Félix un joven estafeta voluntarioso y ajeno a autor de establecer un contrapunto simbólico entre la muerte. Es importante señalar que los tres persona- Abel y “Caín”, el hermano fratricida. Un par de escenas jes son reales y que estuvieron vinculados por amistad se repiten de manera parecida en diferentes páginas, o por lazos familiares al autor de la novela. como la del coronel Marzana, prisionero de guerra, Sin duda el primer personaje, cadete del contin- acogido calurosamente por la población de Asunción gente de voluntarios Tres Pasos al Frente, es quien cau- (páginas 97 y 108). tiva al lector porque habla desde una condición partiLo anterior, así como la llegada de Abel al cielo y cular, está muerto: “Estoy aquí, sin cara ni cuerpo. Con alguno que otro momento de precaria verosimilitud no la memoria que poco a poco deja de ser terrenal”. Ya no desmerecen el nivel general de la novela, pero es cierto tiene nada que perder porque ha visto “la sonrisa inerte que la intensidad baja a medida que se aproxima de made la muerte cabalgando en ambos frentes”. nera apresurada al final y que el narrador omnipresente “Pero sigamos, antes de que me pudra del todo”, se hace dominante porque siente la necesidad de explicar continúa Abel. Su relato es más importante para el las consecuencias de la guerra del Chaco o el destino de lector que los detalles sobre las batallas que solamente los personajes, cerrando de manera un tanto abrupta la trayectoria de Víctor, el charanguista de Boquerón. 1 Como afirma el poeta Antonio Terán Cabero en su breve comentario en la contratapa de la novela. * Periodista y escritor. 1era. quincena de mayo 2013 / 17 ocho y medio El secreto de Albert Nobbs: Sobre secretos, actores, lesbianismos y tacitas de té Mauricio Souza Crespo* Si el más vistoso acto de transformación actoral es el que logra un hombre interpretando bien a una mujer –y al revés–, El secreto de Albert Nobbs, la última película del hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo, apuesta todos sus chuis a este truco. U no: Al recibir su tercer Oscar al “mejor actor” hace un par de meses, el irlandés Daniel DayLewis lo hizo con un chiste: “Como ustedes saben –dijo, mientras agitaba la estatuilla–, el papel de Abraham Lincoln se lo ofrecieron primero a Meryl Streep, de la misma manera que a mí me habían ofrecido primero el de Margaret Thatcher”. Dos: Day-Lewis aludía así a su leyenda, que es también la de Streep y la de un reducido grupo de actores: un virtuosismo capaz de interpretar cualquier cosa. Lo que está en juego en esta leyenda es un fetichismo técnico: Hollywood se finge pasmada por la capacidad de algunos actores de transformarse en “otros”, irreconocibles y, mejor, “radicalmente” diferentes: monstruosos, feos, minusválidos, extranjeros, personajes históricos. Según las pautas de este fetichismo, Nicole Kidman recibió un Oscar por su personificación de Virginia Woolf (en Las horas, de 2002) y no porque su trabajo haya sido en esa cinta conmovedor, sino porque tuvo que ponerse una nariz prostética para parecerse a la escritora inglesa. Kidman demostraba así su predisposición al sacrificio por un papel: si en aras del cine se afeaba el rostro, por otra parte perfecto, estaba claro que lo suyo era una entrega “total” al cine. Day-Lewis, en la misma línea, se dedicó a la carnicería antes de hacer de carnicero en Pandillas de Nueva York. Y dicen que Tom Cruise entrena para ejecutar él mismo las escenas peligrosas en sus películas, sin malla y sin dobles. Tres: Otra anécdota, más bien famosa: en el set de la película Maratón de la muerte (1976), Dustin Hoffman le contó al actor inglés Laurence Olivier que se había sometido a un régimen de dos meses de largos trotes matutinos, “para meterme en el personaje”, le dijo. Olivier le respondió, algo intrigado: “¿Y no ha probado la idea de actuar?”. Lo que quiero decir con todo esto es que quizá hay dos modelos en juego, hace tiempo, en el gremio de actores. Por un lado, los que se transforman y reinventan en cada papel, en un minucioso trabajo camaleónico: Streep, Day-Lewis, pero también Glenn Close, Dustin Hoffman, el joven Robert De Niro, Joaquin Phoenix. En el otro grupo, en cambio, encontramos a los que, de alguna manera, son siempre ellos mismos en cada película: Marcello Mastroianni, Jean-Louis Trintignant, Nicholson, De Niro ya viejo, Eastwood desde la cuna, Cary Grant, Bogart, Jimmy Stewart, Pacino últimamente, etc. Cuatro: Si, como sugería con su chiste Daniel Day-Lewis, el más vistoso acto de transformación actoral es el que logra un hombre interpretando bien a una mujer –y al revés–, El secreto de Albert Nobbs, la última película del hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo, apuesta todos sus chuis a este truco. Aunque, si somos precisos, aquí hablamos de una mujer (Glenn Close) que hace el papel de una mujer (Albertina Nobbs) que se hace pasar por hombre (Albert). Close es sin duda una buena actriz, que no ha dejado de producir interpretaciones destacables (en una filmografía de más de 50 películas), aunque suele ser recordada por dos papeles de hace un cuarto de siglo: su sobreactuada “histérica” con cuchillo filo en Atracción fatal (1987) y su gran Marquesa Isabelle en Relaciones peligrosas (1988). Cinco: Albert Nobbs nos cuenta la historia de un mayordomo de hotel en la Irlanda del siglo XIX. O, si se quiere, de una mujer que vive como hombre para poder trabajar. El pedigrí literario del asunto es largo: nace de un cuento de George Moore y es otro irlandés –el novelista John Banville– el autor de la adaptación. El resultado es un universo de exotismos que se imaginan cercanos a un tercer irlandés, James Joyce: matronas, jaraneros, cantantes (como el mismo Joyce), veladas, tecitos y tacitas, etc. En medio de este decorado se esconde –como un animal perseguido– Albert Nobbs, personaje al que todos consideran un “hombrecito peculiar” pero que nosotros, los espectadores, reconocemos desde el principio como Glenn Close con exceso de maquillaje y ropa de hombre. Es quizá por eso que es difícil seguir los giros de la trama sin perderse en el show de virtuosismos de la actriz. Distracciones que, claro, acompañan este tipo de actuaciones. Seis: Si algo le interesa a Rodrigo García, son las mujeres. El destino de tal curiosidad es la del melodrama clásico: en su filmografía, las mujeres están jodidas, acaso porque, en tal universo genérico, ser mujer supone, de entrada, estar jodido. Hasta El secreto de Albert Nobbs, García había explorado este interés a partir de la generosidad numérica de sus elencos y una capacidad para escribir papeles con mucha tela para el lucimiento actoral (lo que explica que haya trabajado con prácticamente la plana mayor completa del mejor personal femenino hollywoodense). En películas como Con tan solo mirarla (1999), Nueve vidas (2005) o Madre e hija (2009) fatiga la misma fórmula: múltiples historias, mujeres en el centro y relaciones amorosas o familiares difíciles. En esas películas se dicen las cosas detalladamente: los personajes se enfrentan en diálogos largos y son beneficiarios de una habilidad que la mayoría no tenemos: poder describir con precisión lo que nos pasa y sentimos. En El secreto de Albert Nobbs, en cambio, García intenta algo diferente: una sola historia y un relato construido alrededor de la imposibilidad de su personaje central de decir o identificar sus sentimientos. Siete: Nobbs, en la interpretación de Close, es un esclavo de rutinas mínimas y se mueve, habla y gesticula como una momia. Se supone que esta especie de parodia de la masculinidad es suficiente recaudo para pasar desapercibida, que es lo que busca. García, al abandonar sus acostumbradas inclinaciones melodramáticas, construye aquí un personaje que se esconde detrás de una actuación y, con el tiempo, se convierte sólo en una sostenida actuación. Acaso esa sea la debilidad central de la película: entendida ya la premisa (Albert es Albertina), los desarrollos dramáticos posteriores se demuestran débiles o irrelevantes. Ocho: Un ejemplo de la deriva y pobreza dramática de El secreto de Albert Nobbs: en algún momento nos enteramos de que Nobbs optó por disfrazarse para escapar de la violencia: en su juventud fue violada por un grupo. Luego, debemos conectar ese trauma con un enamoramiento lésbico, entre confuso y platónico. Es decir, parecería que el lesbianismo que aquí se nos propone es una versión distorsionada, por el trauma biográfico, de la heterosexualidad femenina. El equivalente de aquello de “Pobre chica, ¡qué le habrá pasado para que ahora prefiera a las mujeres!”. Y medio: Tiene un cierto interés, sin duda, seguirle los pasos a Albertina Nobbs deambulando un universo escaso, consumida por el terror y la falsa conciencia. Pero García nunca está a la altura ni siquiera de esa premisa y lo que logra, al fin de cuentas, es trazar un personaje monstruoso y plano que está más bien como extraviado en medio de una telenovela inglesa de tacitas, servidumbre, cocinas y salones. * Periodista y catedrático. 18 / libros 1era. quincena de mayo 2013 Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Juan Carlos Salazar* La revolución digital plantea muchas incógnitas sobre el futuro de la prensa tradicional, el modelo de negocio y el rol del periodismo. Si hay alguna certeza es que los nuevos medios no ponen en riesgo el viejo oficio periodístico, porque el buen periodismo no depende de los soportes que lo sustentan. Adalid Cussi P. C lark Kent, alter ego de Supermán, acaba de renunciar al Daily Planet. Lo hizo por razones éticas, en protesta por la deriva sensacionalista del periódico. El director del diario, Perry White, lamentó la decisión de su reportero estrella, pero no dio ninguna explicación sobre el giro editorial de su periódico. No lo dijo, pero está claro que la crisis del modelo de negocios de los medios impresos ha llegado a Metrópolis y ha golpeado a su medio más emblemático. La propia editorial dc Comics admitió que la dimisión es “un reflejo de los problemas por los que pasa la profesión” en estos momentos, a raíz del nuevo “rol de los medios de comunicación, el desequilibrio entre información y entretenimiento y el crecimiento del periodismo ciudadano”. De hecho, el propio Kent, al anunciar su renuncia en medio de reproches a su jefe y a su novia y colega, Luisa Lane, ocupada en la cobertura de un escándalo sexual, reveló que seguirá trabajando como periodista, pero que a partir de ahora lo hará en su propio blog de Internet. Esto ocurre en el cómic, pero tampoco hay buenas noticias para los medios impresos en el mundo real. El semanario Newsweek, un verdadero ícono de la prensa mundial, dejará de imprimirse en papel y, a partir de ahora, con menos personal y recursos, publicará exclusivamente una edición digital, que será de pago. Su directora, Tina Brown, afirmó que ha sido imposible superar los problemas económicos que supone la impresión en papel ante la brutal caída de la publicidad y la drástica reducción de la circulación, que ha bajado de los cuatro millones de ejemplares, en los años 80, a 1,4 millones este año. Cuatro meses antes, Andrew Miller,­presidente del diario londinense, The Guardian, otro referente del periodismo de calidad durante décadas, había anunciado la decisión de su empresa de dar prioridad a la edición digital con la evidente intención de cerrar la edición impresa en el corto plazo, aunque no fijó fecha. Y, claro, uno se pregunta si Supermán no pudo hacer nada para evitar que el Daily Planet acuda al sensacionalismo para sobrevivir, qué puede hacer la señora Brown por Newsweek o el señor Miller por The Guardian, que no sea cambiar de soporte, teniendo en cuenta que a estas alturas del partido el periodismo de calidad resulta insuficiente para salvar un modelo de negocio en crisis. Y quienes todavía persisten en la aventura de imprimir periódicos bien podrían exclamar, evocando a otro superhéroe, ¿y ahora, quién podrá defendernos? La respuesta no es sencilla. Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo del Grupo prisa, editor del diario El País de Madrid, y Rosental Calmon Alves, director del Centro de Periodismo de la Universidad de Austin, coincidieron en señalar en la última Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (sip) que el periodismo está en un “proceso irreversible y doloroso de transformación”. El propio Andrew Miller afirmó que el paso del periodismo impreso al digital “es una tendencia inexorable”. Hace once años, en 2001, me tocó planificar, poner en marcha y dirigir el Servicio Online en Español de la agencia dpa. Eran los años del boom de las “punto.com”. Un joven uruguayo, Fernando Espuelas, había revolucionado Internet con el portal en español StarMedia, que llegó a alcanzar un valor de mercado de más de 3.800 millones de dólares, mientras Terra, el portal de la Telefónica de España, veía crecer la cotización de su título bursátil desde los 11,81 euros hasta los 157, 65 euros por acción en apenas cuatro meses. La agencia Reuters creó más cincuenta redacciones en todo el mundo para alimentar su servicio online con contenidos exclusivos. El propio portal Terra abrió oficinas en todos los países latinoamericanos y llegó a pagar más 60 millones de dólares a un diario brasileño por el derecho de reproducir sus contenidos la noche anterior a la salida de la edición impresa. Era la época en que el dinero fluía a raudales por las venas de la red, tanto o más que las noticias. La agencia dpa negociaba un contrato millonario con Terra para la instalación de sendas redacciones en inglés, español y portugués en Madrid cuando se produjo el estallido de la “burbuja”, porque, como se sabe, la ilusión duró lo que una pompa de jabón. dpa se quedó sin contrato, Reuters, Terra y StarMedia cerraron una a una las redacciones online que habían sembrado por todo el mundo, y todos tuvimos que desandar el camino para retornar al punto donde habíamos empezado, a la modesta redacción multimedia y a los periodistas “milusos”. Han pasados más de diez años desde el estallido de la “burbuja” y de la crisis de las “punto.com”. La revolución tecnológica sigue su marcha a pasos agigantados y, con ella, el periodismo digital. Del volcado de noticias de los medios impresos de hace una década, hemos pasado a la producción de contenidos propios. Las visitas a los portales y periódicos digitales han crecido exponencialmente. Internet tiene actualmente 1.5000 millones de usuarios, una cifra que se triplicará en los próximos seis años. Sin embargo, el dinero sigue sin fluir hacia los nuevos medios. Como dijo Cebrián, el modelo de ne- gocio de los medios tradicionales se agota día a día y todavía no existe una alternativa clara que permita a las grandes empresas periodísticas volver a ser rentables. Pero, en cualquier caso, según el mismo editor, la respuesta a todas las incógnitas está en la revolución digital, en Internet, aunque este nuevo modelo no acaba de encontrar su quicio. “¿Cuál será el modelo de negocio?”, se preguntó el ejecutivo de prisa. “De momento no hay un modelo definido. Nadie por ahora ha conseguido rentabilizar las operaciones en la red. Puede ser que algunos medios hayan tenido éxito en cuanto al número de usuarios, pero económicamente nadie ha dado aún con la respuesta”. Los anuncios en las ediciones impresas se han visto reducidos en más de un 60 por ciento en los últimos cinco años y, al mismo tiempo, la publicidad en Internet ha crecido vertiginosamente. Según la asociación iab de España, la inversión publicitaria en medios digitales españoles superó por primera vez a la de los medios impresos en el primer semestre de este año, al registrar 434,4 millones de euros frente a los 369,7 millones de los medios impresos. No obstante, según Cebrián, el modelo en la red sigue sin ser rentable: por cada dólar que ganan los medios digitales, los impresos pierden diez. La edición digital de The Guardian alcanzó en mayo pasado 50 millones de lectores únicos mensuales y 2,8 millones de lectores únicos diarios, pero ese éxito aún no se ha traducido en beneficio económico. Los ingresos digitales suponen actualmente entre 35 y 40 millones de euros. La empresa espera que lleguen a 90 millones en cinco años, menos de la mitad de los ingresos totales actuales de la edición impresa. La lucha de los medios impresos por la supervivencia frente al mundo digital tuvo una particular expresión en Brasil. Los 154 miembros de la Asociación Nacional de la Prensa decidieron hace un par de semanas retirarse de Google News debido a que el gigante de Internet, el buscador más utilizado en el mundo, se rehusó a pagar a los periódicos un canon por la utilización de la información en su sitio. El conflicto tiene que ver con el papel de Google en el mercado de la publicidad en línea. Los medios impresos brasileños, como los de otros países, quieren parte del pastel para compensar las pérdidas que sufren con sus ediciones impresas. “Google Noticias se beneficia comercialmente de este contenido de calidad y se niega a discutir un modelo de remuneración por la producción de estos materiales”, explicó el presidente de la Asociación de la Prensa, Carlos Fernando Lindenberg Neto. En 2010, la agencia de noticias Associated Press (ap) se había retirado del portal en protesta por la difusión gratuita de sus contenidos, pero poco después alcanzó un acuerdo con el buscador. Pero no es únicamente una crisis del modelo de negocios. Es también una crisis del periodismo tradicional. La revolución tecnológica ha provocado no solamente un cambio en los hábitos de consumo de medios, sino también en la actitud de los usuarios ante estos. La sociedad se resiste a mantener una actitud pasiva, como hasta hace poco, y quiere participar en la producción y difusión de la información. Muchos autores, entre ellos los partidarios del llamado “periodismo ciudadano”, sostienen que las nue- vas tecnologías han lanzado al público a la conquista de los medios y algunos afirman incluso que estamos ante una rebelión de los ciudadanos contra el poder de la prensa tradicional y de los periodistas profesionales. Es decir, no estamos únicamente ante una revolución mediática, sino ante una “revolución democrática”, un proceso que está redefiniendo el rol del periodismo y del periodista y que permitirá, gracias a los nuevos medios, “proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos”, en la conocida definición de Bill Kovach. En medio de tantas malas noticias sobre el futuro de los medios impresos, el columnista de política internacional Moisés Naím acaba de llamar la atención sobre la noticia que difundió el corresponsal de The New York Times en Shanghai, David Barboza, sobre la corrupción de los familiares del primer ministro chino, Wen Jiabao. Naím pone este artículo de gran repercusión mundial como un ejemplo del buen periodismo, que no hubiese podido ser elaborado por un bloguero o por un portal que se limita a reproducir contenidos de otros en la red, ya que la investigación requirió no solamente de recursos financieros, sino de los altos estándares profesionales de The New York Times. “Todo esto es muy costoso. Pero es lo que produce periodismo con valor social, y a nivel mundial. Internet y las tendencias que actualmente socavan la viabilidad financiera de los grandes medios de comunicación tienen mucho de imparable. Pero artículos como este del The New York Times ilustran de forma contundente cuánto nos empobreceríamos como humanidad si desaparecen las organizaciones capaces de producir contenidos objetivos, independientes y de alta calidad”, sostiene Naím. La reflexión de Moisés Naím no deja de ser alentadora para quienes disfrutamos la lectura de la prensa diaria incluso a riesgo de terminar el desayuno con las manos entintadas. Y, como Naím, pienso que el buen periodismo salvará a la prensa tradicional de su muerte anunciada y dignificará a los nuevos medios. Las nuevas tecnologías han ampliado la libertad de expresión y el acceso a la información, al haber dado voz a los que no la tienen, y han dado a luz a nuevas formas de comunicación; el hipertexto y la intercreatividad han revolucionado los géneros periodísticos, pero el periodismo siempre será un oficio de periodistas, porque detrás de cada contenido siempre estará la mano de un profesional. La revolución digital ha cambiado y está cambiando los paradigmas. Nos plantea muchas incógnitas y pocas respuestas, sea sobre el futuro de los medios tradicionales, el modelo de negocio o el rol del periodismo, pero si hay alguna certeza es que los nuevos medios no ponen en riesgo nuestro oficio, como temen muchos colegas, porque el buen periodismo no está reñido con la urgencia online ni depende de los soportes que lo sustentan. El escritor guatemalteco Augusto Monterroso se consagró como el autor del cuento más corto de la historia de la literatura en español, “El dinosaurio”, un texto de apenas siete palabras y 50 caracteres: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”. Si los 140 caracteres de un Twitt sobran para escribir un cuento de la complejidad, concisión y belleza de “El dinosaurio”, ¿por qué no ha de ser posible redactar una pieza periodística de calidad dentro de los mismos límites digitales? * Ponencia presentada por el autor en la mesa redonda “El futuro del periodismo y el rol de los medios en la era digital”, organizada por la Fundación para el Periodismo el 30 de octubre pasado en La Paz, con la participación de Josh Friedman, Premio Pulitzer 1985, y director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia; Miguel Wiñazki, director de la Maestría de Periodismo del diario Clarín de Buenos Aires, y el ex presidente Carlos Mesa. / 19 libros 1era. quincena de mayo 2013 La lluvia de los martes Bolivia en blanco y negro La ciudad de los cholos Solange Behoteguy Plural ediores / Colección Narrativa P. Mendienta, E. Bridikhina y L. Mamani (coords.) Plural ediores-Fundación Cultural del BCB Ximena Soruco Sologuren pieb / A la venta en Librerías Plural La lluvia de los martes es una novela que finge ser policial. Hay en ella un detective arquetípico –Lino Martínez, de bigotes que aparecen y desaparecen, como la sonrisa de un gato–, y también una sospechosa, Eleonora, que narra el caso; y hasta un cadáver: Sue Lin Min, de 25 años, estudiante de psicología y actriz en un teatro de Pekín, asesinada en la piscina de un sauna parisino en plena estación estival. Pero si esta es una novela policial, lo es buscando otra manera y en un gesto casi inevitable a estas alturas: sus pequeñas indicaciones, sus misterios, sus desplazamientos, sus diálogos son en buena medida literarios, leídos y recolectados –como pistas– de otros textos. “Dormí y soñé que estaba dentro de un libro” –nos dice la narradora– y quizá al decirlo también piensa en nosotros, los lectores, que sólo podemos leer esta novela como si estuviéramos soñando dentro de un libro. Un libro de fotografías y de ensayos, que las contextualizan. La fuente es el Archivo de La Paz, que resguarda una colección de 80.000 fotografías, una de las más importantes del país. Las fotos y los ensayos están divididos, en el libro, en tres partes: “Recorriendo el tiempo”, que se concentra en momentos históricos significativos; “Recorriendo el país”, que se ocupa de siete regiones del país; y, la última, “Recorrido temático”, que se ocupa de problemáticas específicas (como, por ejemplo, la educación, los movimientos sociales, etc.). Son 34 autores los que contribuyen a este esfuerzo. Coordinado por tres historiadoras, en muchos sentidos este es un libro impecable e imprescindible, aunque se podría quizá notar una leve debilidad: no se intenta fechar, así sea aproximadamente, las más de 200 fotografías que incluye. Soruco analiza en este libro –que tiene ya dos ediciones– las ambigüedades, contradicciones y búsquedas de alternativas de ascenso y reconocimiento social que son parte de la construcción republicana del mestizaje y su vertiente chola. Es decir, se fatigan los conceptos de colonialidad, “proyectos nacionales” e imaginarios desde el ángulo no resuelto del mestizaje (regresando al topos que hace de lo mestizo encarnación de lo irresuelto), pues –nos dice el libro– “son los mestizos y cholos quienes también viven la violencia colonial, en la negación de lo indígena, que acaba siendo su propia negación”. Varios clásicos de nuestra literatura (Juan de la Rosa, La candidatura de Rojas, La Chaskañawi, Creación de la pedagogía nacional, etc.) son objeto de una lectura sociológica. Ximena Soruco es socióloga, comunicadora y doctora en literatura. Es profesora de la umsa. Cochabamba. (Re)construcción de una historia Policía y democracia en Bolivia Brooke Larson cesu-Agruco / A la venta en Librerías Plural Juan Ramón Quintana pieb / A la venta en Librerías Plural Autismo comprometido: Sobre poesía peruana reciente Pedro Granados Paracaídas / A la venta en Librerías Plural Brooke Larson es la autora de un estudio clásico: Colonialismo y transformación agraria en Bolivia: Cochabamba, 1550-1900, publicado en inglés en 1988 y traducido al castellano en 1992. En una segunda edición inglesa, de 1998, Larson corrigió y modificó mucho, incluyendo textos nuevos –reunidos en este libro, el que comentamos–, de corte más bien teórico, en los que se hace preguntas sobre su trabajo. Las relaciones entre teoría (i.e.: economía política) e historia social, por ejemplo, son centrales en esas reflexiones. Larson vuelve así, de manera un tanto metahistórica, para reconstruir el proceso de formación y evolución de una clase campesina étnicamente mestiza en los valles de Cochabamba. El ensayo alude a un periodo extenso: desde la expansión de los Estados inca y español en el Collasuyo hasta el período republicano en Bolivia. El subtítulo de Quintana indica quizá su intención: “una política institucional pendiente”, dice de la reforma policial. Lo que habría que aclarar es que si esa reforma estaba pendiente el 2005, cuando apareció por primera vez este libro, ocho años después, con la aparición de esta reimpresión de la investigación de Quintana et al., esa reforma está más pendiente que nunca. En el interín, Quintana tuvo amplias oportunidades, desde el poder y como ministro rotante, de iniciar, por lo menos, la mentada tarea de transformación. Pero parece que realmente otra cosa es con guitarra. A no ser que se crea que su diagnóstico –que habla de una institución represiva, prebendal e incompetente– ya no se aplica a la policía que todavía tenemos. Aunque nunca se sabe: las fantasmagorías discursivas del cambio aparente han revelado en estos años gran capacidad de justificar lo que sea. A partir de una crítica que se quiere “de tono y formato menor”, Granados, pese a su título, se ocupa aquí de leer a poetas peruanos no tan recientes (Vallejo, Eielson, Sologuren, Cisneros, Watanabe) y a otros que sí parecen recientes (Manuel Fernández, Víctor Coral, Alejandro Susti, Bruno Mendizábal, etc.). La de Granados es una crítica que se relaciona, en parte, con los códigos que hoy frecuenta la escritura sobre poesía: es decir, los blogs y su frecuente oscilación entre el ímpetu de la divulgación y los códigos de todo grupo pequeño, inclinado a los ideolectos. Pedro Granados (Lima, 1955) es poeta (autor de una docena de poemarios), doctor en literatura (Boston University), profesor universitario, autor de un ensayo extenso sobre César Vallejo y de Prepucio carmesí y otras novelas cortas. 20 / 1era. quincena de mayo 2013 La otra orilla V Concurso de dibujo F. Montes, artista invitado Las tres ecologías El Valor del Dibujo Félix Guattari (1930-1992) Exposición de las obras premiadas del V Concurso Fernando Montes Peñaranda 2013 U no de los problemas analíticos claves que la ecología social y la ecología mental deberían afrontar es la introyección del poder represivo por parte de los oprimidos. Aquí la mayor dificultad reside en el hecho de que los sindicatos y los partidos, que luchan en principio por defender los intereses de los trabajadores y de los oprimidos, reproducen en su seno los mismos modelos patógenos que impiden en sus filas toda libertad de expresión y de innovación. Quizá se necesitará un período de tiempo considerable para que el movimiento obrero reconozca que las actividades de circulación, de distribución, de comunicación, de encuadramiento… constituyen vectores económico-ideológicos que se sitúan rigurosamente en el mismo plano, desde el punto de vista de la creación de plusvalía, que el trabajo directamente incorporado a la producción de bienes materiales. A este respecto, un desconocimiento dogmático ha sido alimentado por numerosos teóricos, conformando a un obrerismo y a un corporativismo que han desnaturalizado y mutilado profundamente los movimientos de emancipación anticapitalistas estos últimos decenios. Esperamos que una recomposición y un reajuste de las finalidades de las luchas emancipadoras devengan, cuanto antes, correlativas del desarrollo de los tres tipos de praxis ecológicas evocadas aquí. Y deseamos que, en el contexto de los nuevos “elementos” de la relación entre el capital y la actividad humana, las tomas de conciencia […] logren alcanzar más rápidamente, como objetivo principal, los modos de producción de la subjetividad, es decir, de conocimiento, de cultura, de sensibilidad y de sociabilidad que dependen de sistemas de valor incorporal que desde ahora se sitúan en la raíz de los nuevos agenciamientos productivos. La ecología social deberá trabajar en la reconstrucción de las rela­ ciones humanas a todos los niveles del socius. Jamás deberá perder de vis­­ta que el poder capitalista se ha deslocalizado, desterritorializado, a la vez en extensión al extender su em­presa al conjunto de la vida social,­económica y cultural del planeta, y en “intensión”, al infiltrarse en el seno de los estratos subjetivos más inconscientes. Puesto que esto es así, ya no es posible pretender oponerse a él sólo desde el exterior mediante las prácti- E cas sindicales y políticas tradicionales. Se ha hecho igualmente imperativo afrontar sus efectos en el dominio de la ecología mental en el seno de la vida cotidiana individual, doméstica, conyugal, de vecindad, de creación y de ética personal. Lejos de buscar un consenso embrutecedor e infantilizante, en el futuro se tratará de cultivar el dissensus y la producción singular de existencia. […] Se me podrá objetar que las luchas a gran escala no están necesariamente en sincronía con las praxis ecológicas y las micropolíticas del deseo. Pero, ese es el problema: los diversos niveles de práctica no sólo no tienen que ser homogeneizados, conectados unos con otros bajo una tutela trascendente, sino que conviene hacer que entren en procesos de heterogénesis. […] Conviene dejar que las culturas particulares se desarrollen, inventando otros contratos de ciudadanía. Conviene mantener unida la singularidad, la excepción, la rareza con un orden estatal lo menos pesado posible. La eco-lógica ya no impone “resolver” los contrarios, como lo deseaban las dialécticas hegelianas y marxistas. En particular, en el campo de la ecología social, llegará un tiempo de lucha en el que todos y todas se verán obligados a fijarse objetivos comunes. […] el principio común a las tres ecologías consiste, pues, en que los Territorios existenciales a los que nos confrontan no se presentan como en-sí, cerrados sobre sí mismos, sino como un para-sí precario, acabado, finitizado, singular, singularizado, capaz de bifurcarse. Cf. Félix Guattari (1989). Le trois écologies, Paris, Éditions Galilée. (Trad. cast. de José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta: Las tres ecologías, Valencia, Pre-Textos, 2000, pp. 44-52). l 23 de abril se inauguró la exposición del v Concurso El Valor del Dibujo Fernando Montes Peñaranda 2013 en la galería Alternativa Centro de Arte, calle René Moreno bloque J-25 del barrio paceño de San Miguel. La muestra, que exhibe una selección de 55 obras presentadas al certamen, permanecerá abierta al público hasta el 3 de mayo de este año. El primer premio ha recaído el presente año en Roly Huanca Huari, egresado en 2010 de la facultad de Artes de la umsa, que continuará su formación con un Diplomado en Educación Superior con la idea de complementar su carrera artística con la docencia en este campo. Santiago Jr. Ayala Cruz obtuvo el 2º premio. Conviene destacar que este joven artista paceño ganó el 1er premio en la anterior convocatoria de este concurso. Dada la cantidad y la calidad de las obras presentadas este año, el jurado decidió conceder menciones de honor a Gebracia Aruquipa, Vidal Cussi, Javier del Carpio y a José Tito Condori. El origen de este certamen anual, que alcanza ya su quinta edición, se remonta a una iniciativa surgida el año 2007, tras el fallecimiento del artista Fernando Montes Peñaranda, afincado en Londres desde 1960. En efecto, se creó el fondo familiar Fernando Montes Peñaranda para hacer realidad la inquietud de Montes de contribuir en alguna forma al desarrollo de las nuevas generaciones de artistas bolivianos. Bajo la dirección de su esposa e hijos, y con el apoyo de Norah Claros, la galería Nota y Fernando Romero, se concretó el proyecto del concurso anual “El Valor del Dibujo Fernando Montes Peñaranda”, pues Montes consideraba el dibujo como la base de todas las artes visuales. La continuidad de este proyecto queda garantizada gracias al compromiso que la Galería Alternativa Centro de Arte asumió desde 2012. La convocatoria establece como condición principal que los participantes sean bolivianos menores de 35 años, dejándoles plena libertad en cuanto al tema de sus obras y la técnica del dibujo. El jurado, conformado por artistas bolivianos consagrados, adjudicará un primer y un segundo premio (dotados con una suma en efectivo) y menciones de honor. A esto se añade la impresión de un catálogo de alta calidad y la exposición de las obras seleccionadas por el jurado. El Fondo mantiene la página web www.fernandomontesartfun.org, don­de se reproducen las obras de todos los artistas que han merecido premios en todas las ediciones de este concurso.