“Palabras necias, Oídos Sordos” Así dice un refrán español .. es decir, hay palabras que optamos por no escuchar, por ignorar. - Pero, aunque optamos por no escuchar …las palabras tienen us efecto: Pueden herir * pueden curar Pueden deshacer una relación …o, reconstruirla. La “palabra” es muy poderosa. + Pero hay algo más que ‘escuchar’ para que la palabra tenga efecto. Hace falta una tierra que la reciba. No hay duda que tenemos buena voluntad: + amamos a Dios + quisiéramos hacer las cosas bien, según su agrado. - Pero muchas veces hay demasiado ruido a nuestro alrededor. - COSAS … queremos tener cosas - Cosas que no solo ocupan espacio, pero que también hacen ruidos en la cabeza y en el corazón: Cómo lo vamos a hacer para comprar lo que queremos Qué marca será mejor Cuál es la que tienen los vecinos Cómo lo vamos a pagar Qué alegría le vamos a dar a nuestros hijos Qué envidia les vamos a dar a otros… + esos ruidos nos impiden escuchar la palabra de Dios que se dirige a nosotros cada día. Otras veces escuchamos y parece que vamos a hacer algo con lo que escuchamos … pero … - Quizás andemos en relaciones enredadas - O adicciones a juego ..sustancias .. incluso al trabajo .. Y entonces no nos queda el tiempo que sería necesaria para llevar a cabo eso que vimos tan clara que tendríamos que hacer … - Que podría ser tan sencilla como procurar ir a Misa todos los domingos - O implicarse en una acción de justicia La Palabra no regresa vacía … + o da frutos en nosotros - O regresa a Dios con la sordera o la negativa. # Si queremos presentarle a Dios oídos sordos, según el refrán estaríamos diciendo que La Palabra es necia. - Eso es muy duro. + la Palabra de Dios es el propio Jesús y sólo habla de Dios Padre. ¡! Optar por no escuchar es una necedad por nuestra parte. Las cosas que hacen ruido simplemente hacen eso : ruido. - Pero no nos cambian la vida - No nos cambian nuestras capacidades o cualidades - No nos ayudan en nuestras relaciones ..porque luego a luego se acaban. La Palabra que cae en la buena tierra de nuestro corazón, sin embargo Nos transforma en fruto del propio Cristo ¿Cómo luciría eso? Un fruto de Cristo es una persona : - Paciente - amable - Entregada y generosa - Que piensa en el otro antes de en sí misma Un fruto de Cristo es la persona : - Que ofrece a los demás un espacio de paz, - De serenidad - Y de amor. Un fruto de Cristo es la persona que : - Se entrega al servicio de otros - Que cumple en su vida las obras de misericordia corporales o espirituales por las que reconoce la presencia de Cristo en este mundo. ¿Qué tipo de tierra soy? ¿Me dejo llevar por los ruidos de las cosas, o por los embrollos de las relaciones o de las mentiras? Cuando he escuchado la Palabra muy en lo hondo de mi corazón, ¿Cómo he reaccionado? ¿Cuáles han sido los frutos que he podido dar?