09-c.qxd 10/9/04 9:12 PM Page 1 Política La Plata, domingo 10 de octubre de 2004 Adelante. Los trabajadores de Brukman lograron expropiarla Producción a pleno. La Papelera San Jorge realiza 30 toneladas diarias de papel. Pero recuperarla fue duro DE LA QUIEBRA AL RESURGIMIENTO La papelera San Jorge, un logro en La Plata Después de medio siglo, sus dueños declararon su fin. Pero los trabajadores la tomaron y la pusieron a producir. La Justicia finalmente les adjudicó la propiedad de la empresa Las claves La historia de la quiebra y toma La empresa presentó quiebra el 5 de abril de 2001, tras medio siglo de trabajo continuado. Los empleados tomaron la planta. Y lograron la expropiación ese mismo año, luego de esperar dos meses. En 1950 comenzó a funcionar la Papelera San Jorge, en el corazón de Ringuelet. Después de medio siglo sus dueños presentaron quiebra, y los trabajadores decidieron tomar la planta para no perder las fuentes laborales. Este año pudieron comprarla en un remate judicial, por lo que se convirtieron en unos de los pocos propietarios de fábricas recuperadas. En 10 meses terminarán de pagar la última cuota de los dos millones y medio que ofrecieron, incluyendo las costas. Al momento de la quiebra, la Papelera tenía 25 trabajadores. Hoy tiene 55. Los obreros, que conformaron la Cooperativa Unión Papelera Platense, incrementaron la producción en un 40 por ciento desde que pusieron en marcha otra vez los motores del predio de Camino Centenario y 514. Hacen 30 toneladas diarias de papel para venta, y las reparten entre viejos y nuevos clientes. Este es un caso que explica por qué los obreros resultan competitivos cuando se hacen cargo de emprendimientos de este tipo. “Es una nueva forma económica de desenvolverse y mantener las fuentes de empleo”, dice Pedro Montes, presidente de la fábrica. Hoy, desde el presidente hasta el que “limpia el patio” cobran el mismo El repunte en producción Al momento de la quiebra eran 25 los trabajadores en San Jorge. Dos años después, la Cooperativa de obreros tomó otros 30. Y levantó la producción de papel en un 40 por ciento. Hoy hacen 30 toneladas diarias. sueldo, según cuenta el propio Montes. Todos son asociados por igual. La empresa presentó quiebra el 5 de abril de 2001. Y en septiembre “volvimos a producir”, dice Horacio, el secretario de la Papelera. Mientras se preparaba la ley de expropiación en la Legislatura bonaerense, que salió por consenso, “vendíamos la chatarra, que había quedado cuando se fueron los dueños, porque “Tuvimos que rogar de rodillas que nos dieran la luz y el gas cortados, para volver a producir” teníamos que comer, que subsistir”. Esa economía de subsistencia les permitió sacar adelante una planta que tenía las máquinas deterioradas “porque hacía dos años que estaban paradas”. “A nosotros no nos dieron ningún apoyo financiero”, dice Montes, y agrega que una vez establecidos legalmente “el asunto era cómo hacer para retomar con una planta obsoleta. Con condiciones económicas en el país Empezaron vendiendo restos El proceso de recuperación fue duro. Y volver a producir mucho más. Porque no había financiación y las máquinas estaban deterioradas por el abandono. Sin embargo, empezaron vendiendo chatarra y salieron adelante. que no eran favorables, ni tampoco las políticas”. Entonces “nos largamos solos, no teníamos medios económicos, nos largamos a una aventura de este tipo, nosotros no sabíamos lo que era una conformación de una cooperativa, no sabíamos cómo era”. Fue cuando hicieron una asamblea, votaron a las autoridades, y empezaron a trabajar para ver qué hacían. Uno de los problemas que enfrentaron fue obtener los servicios que habían sido cortados. “Acá no había luz, no había gas. Vendíamos lo que quedaba para subsistir. Habíamos quedado 25 personas, de 60 que hubo en un mejor momento. Lo que teníamos eran las ganas y la decisión de reflotar esto”, indica el presidente de la Cooperativa. Cuando retomaron la producción lo hicieron con lo básico, la elaboración de papel higiénico a base de diarios y revistas viejas. “Tuvimos que gestionar de rodillas que nos dieran el suministro de luz y gas para poder trabajar, nos costó mucho. Nos dieron y nos probaron en un primer momento”, añadió. La recuperación de la empresa es notable. Ahora están arreglando máquinas viejas y realizando proyectos de inversión. Cuatro ejemplos La recuperación de la textil Brukman, del hotel Bauen, la metalúrgica IMPA y Zanello, son casos que marcan claramente este proceso de defensa de los puestos de trabajo. Brukman entró en crisis con la recesión económica de fines de la década del ‘90. A partir de 1998, se suspendieron los aportes de las cargas sociales; y a mediados de 2000, comenzaron los problemas con la paga semanal. Estos hechos desembocaron en diciembre de 2001 en la ocupación de la empresa. El 18 de diciembre de 2001, “después de haber recibido un vale de dos pesos y una suspensión, un grupo de trabajadores decidió exigir el pago de un vale ‘digno’ que les permitiera, al menos, regresar a sus casas”, explica el portal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esta situación desencadenó el abandono de los dueños. Los obreros iniciaron en forma paralela un proceso legal para recuperar formalmente la fábrica. Sufrieron tres desalojos; el tercero fue el más violento. El año pasado, lograron expropiar la fábrica y volvieron a sus puestos. El hotel Bauen, con origen en la década del ‘70, cerró en 2001 por la crisis. Los trabajadores lo tomaron en 2003, y hasta hoy lo man- El presidente Kirchner autorizó a Zanello, fábrica recuperada, a ser automotriz tienen abierto. El hotel, de tres estrellas, tiene 224 habitaciones, y fue construido para el mundial ‘78. IMPA es la segunda metalúrgica en facturación gracias a la gestión de la cooperativa de obreros que la recuperaron en 2001. Y Zanello, que hace tractores, ahora producirá micros para el transporte local de Córdoba. De tractores a micros. Kirchner estuvo en Zanello días atrás 9