1. Modernismo y 98 en Luces de Bohemia. Entre los años 1890 y 1902 España vive uno de los periodos más apasionantes y decisivos de su historia. Estas fechas corresponden con la llamada “crisis de fin de siglo” que será universal (lee la introducción de la pregunta 2). Una crisis política, social, e ideológica que acabará siendo, también, estética. Desde el punto de vista político, destaca el descrédito de la monarquía que comienza tras la muerte de Alfonso XII, la regencia de María Cristina y, el reinado de Alfonso XIII. El descrédito a la política imperante basada en turnos en el poder (conservadores y liberales) que creaba políticos corruptos y no solucionaba los problemas del país; la guerra de Marruecos; la escasa industrialización del país, las malas condiciones de sus trabajadores , la dureza de vida en el campo; y por último, la pérdida de las últimas colonias de Ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Este suceso supone un duro golpe moral. La palabra “desastre” aparece en el vocabulario político español. España se hallaba en una tremenda crisis. Toda esta inquietud política se cristaliza de manera distinta en un grupo de escritores que tradicionalmente sea agrupa bajo dos denominaciones: Modernismo y Generación del 98. El Modernismo supuso un verdadero movimiento revolucionario en el mundo de las artes. Nace como oposición al movimiento anterior, el Realismo. Tomó influencia de todos los -ísmos (Impresionismo, Surrealismo, Dadaísmo, Cubismo…), y sobre todo del Parnasianismo –con Gautier y la famosa divisa del “arte por el arte”, es decir, el gusto por la perfección formal- y el Simbolismo – corriente que tiene como precedente a Baudelaire y representada por Verlaine, Rimbaud o Mallarmé que pretendían ir más a allá de la forma hacia lo sensible: el intimismo-. El Modernismo tiene lugar tanto en Europa como en Hispanoamérica. Se caracteriza principalmente por la búsqueda de la belleza a través de un lenguaje artificial, sensual, musical (léxicos cultos, exóticos, evocadores); de la perfección formal a través de la búsqueda de nuevos ritmos y metros. La temática va en la misma línea, el misticismo, el erotismo, es exotismo, el escapismo –su afán cosmopolita se refleja en la presencia de épocas y lugares lejanos o admirados, como modo de huir del mundo detestable que les tocó vivir-. Algunos escritores españoles modernistas son: Salvador Rueda, Rubén Darío, Machado, y como no, Valle Inclán. El Modernismo está presente en Luces de Bohemia, sobre todo en el uso del lenguaje poético, que simula el verso, como podemos ver en las acotaciones de descripciones casi pictóricas, o en el lenguaje culto de algunos personajes. El afán cosmopolita se ve reflejado en la alusión de ciudades como París o Inglaterra. El estilo refinado y aristocrático en personajes como Max, los modernistas, o el Ministro. Los diálogos son ricos en registros. Y, por último, la impresión y la vaguedad aparecen en los diálogos concisos y escuetos. La Generación del 98, al igual que los modernistas, reacciona contra la grandilocuencia y el prosaísmo de la literatura anterior. Machado, Maeztu, Benavente, Baroja, Unamuno y Valle Inclán, forman la nómina esta generación literaria que cumplen los requisitos establecidos por Petersen, a saber: nacimiento en años cercanos, elementos formativos comunes (todos son autodidactas), trato humano entre ellos (participaron en reuniones, redacciones de periódico, etc.); la existencia de un líder (aunque realmente no existió, todos admiraron a filósofos como Shopenhauer o Nietzsche); experiencia de un hecho histórico que les unió –que fue sin duda el desastre-, y los rasgos de un lenguaje generacional que nace fruto del anquilosamiento de la generación anterior. Las características de estilo y temáticas de este grupo, se dan por completo en Luces de Bohemia: uso predominante de la prosa, estilo sobrio, gusto por palabras tradicionales –en este caso el habla madrileña-; un fuerte subjetivismo que le lleva a tratar los problemas de España. El lenguaje describe el paisaje madrileño, la historia (encontramos alusiones a historia actual y decadente de España), los problemas sociales (huelgas, Ley de Fugas, manifestaciones etc.), los problemas económicos (paro, pobreza), los políticos (sobre todo, nombres propios y la corrupción), y refleja también, las preocupaciones existenciales como la muerte, sobre la que gira la obra. Valle inaugura con Luces de Bohemia un nuevo género teatral llamado esperpento. Un género donde manifestó su personalidad inconfundible. Hoy es considerado la máxima figura del teatro español de los últimos tres siglos y como un precursor del teatro mundial. Publicada en 1924, no se estrenaría hasta 1970. Este dato demuestra que el teatro su época estaba dividido en el teatro que pretendió innovar de Unamuno, Gómez de la Serna, Jacinto Grau, Federico García Lorca y Valle que se estrellaba con las barreras comerciales y el teatro que triunfaba destinado a reflejar la vida de su público burgués y que llenaba las salas. Este teatro se resistía a tendencias experimentales que imperaban en Europa. Fue el teatro de Benavente, Echegaray, el teatro en verso de Marquina o los hermanos Machado, y el teatro cómico de Arniches o Manuel Seca. (El teatro de su época puede ser otra pregunta a desarrollar, la tendréis ampliada en otro punto) 2. Luces de Bohemia contexto histórico y literario de su época. El contexto Literario de Luces de Bohemia no se puede entender si aludir al contexto histórico y a la palabra crisis. Con la “crisis de fin de siglo” aludimos a los cambios políticos, ideológicos y estéticos que se produjeron en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Durante estos años, el mundo ha vivido una fuerte “aceleración de la historia”: dos guerras mundiales, modificación de los mapas, ebullición de las ideas -las doctrinas del psicoanálisis de Freud postulan que el conocimiento humano es frágil- surgen perspectivas filosóficas “existenciales” según las cuales la fe religiosa resulta insuficiente para responder a los interrogantes de la vida humana en la Tierra, modificación de movimientos políticos –teorías marxistas que revolucionan la filosofía y la historia- y, desarrollo de la ciencia y la tecnología –la teoría de la relatividad de Einstein modifica las leyes de la mecánica de Newton sobre la gravitación universal-. La literatura y el arte responden a todos estos conflictos con posturas, unas veces comprometidas con deseos de mejorar la realidad y otras, evasivas y huidizas ante esta misma realidad. En los últimos años del siglo XIX entra en decadencia el Realismo y el Naturalismo. Los jóvenes artistas de principio de siglo XX, desde este cambio de mentalidad buscan renovar el arte en general y la literatura en particular. Abandonan el Realismo y toman como punto de partida, la mirada subjetiva del autor. Para el arte de las vanguardias (-ismos), lo importante no es mostrar la realidad sino la realidad que percibe el artista. En España, este cambio se pone de manifiesto en dos movimientos: El Modernismo –que pretendía una renovación total de la vida y de las artes, desde su postura antiburguesa y de la recuperación de lenguaje literario- y la Generación del 98 – alarmados por el “problema de España. Desde el punto de vista literario, Luces de Bohemia muestra rasgos de estos dos movimientos. Del Modernismo, sobre todo, en el uso del lenguaje poético, que simula el verso como podemos ver en las acotaciones, de descripciones casi pictóricas, o en el lenguaje culto de algunos personajes. El afán cosmopolita se ve reflejado en la alusión de ciudades como París o Inglaterra. El estilo refinado y aristocrático en personajes como Max, los modernistas, o el Ministro: en estos diálogos abunda el uso de cultismos, neologismos y recursos retóricos. Por último, la impresión y la vaguedad aparece en los diálogos concisos y escuetos. El noventaiochismo también está presente. Las características de estilo y temáticas de este grupo, se dan por completo en Luces de Bohemia: uso predominante de la prosa, estilo sobrio, gusto por palabras tradicionales –en este caso el habla madrileña; un fuerte subjetivismo que le lleva a tratar el tema España. El lenguaje describe el paisaje madrileño, la historia (encontramos alusiones a reyes de la historia decadente de España), los problemas sociales (huelgas, ley de fugas, manifestaciones), económicos (paro, pobreza), políticos (sobre todo, nombres y corrupción), y las preocupaciones existenciales como la muerte, sobre la que gira la obra. Ambos movimientos tuvieron en común: la búsqueda de un lenguaje literario diferente, más claro, más preciso y más bello y su espíritu de protesta y su profundo amor al arte. Desde el punto de visto histórico, Valle Inclán como todos los intelectuales de su época, veía con enorme pesimismo la situación política y social de España. El contexto histórico en Luces de Bohemia está presente en todas sus páginas. Esta obra cuestiona los puntos más críticos de la España de su tiempo. Valle trató de hacer un momento (24 horas) que recogiera todos los momentos de la historia de España: 1. Alusiones al pasado imperial (Felipe II, El Escorial) 2. Alusiones a la mala política y a la corrupción generalizada: que incluía desde los políticos más encumbrados (el Conde Romanones, Castelar, el conservador Maura y el liberal García Prieto, ministros de la gobernación “desgobernación”, tampoco el rey Alfonso XIII se libra de ironías) a los miembros más miserables de la sociedad como pueda ser don Latino. 3. A momentos de la historia: pérdidas de las colonias, a la Semana Trágica, a la Revolución Rusa, a violentos acontecimientos posteriores a la crisis de 1917. 4. Critica el capitalismo y el conformismo burgués. 5. A la pobreza, el hambre y la miseria del pueblo español, aparece desde la Escena I, en las manifestaciones, en los diálogos de las tabernas, etc. 6. Protesta a la represión policial (Ley de Fugas) 7. A la falta de ideales y de amor por la cultura. 8. A la crítica a la religiosidad tradicional y vacía (escena II) 9. A la crítica a la figuras, escuelas o instituciones literarias (la Real Academia, el Modernismo tardio, o escritores concretos como Galdós (“don Benito el Garbancero”, Villaespesa o los hermanos Álvarez Quintero. Desde el punto de vista literario, su obra fue una ajuste de cuentas a su juventud modernista, y una muestra brillante lenguaje noventaiochista. Desde el punto de vista histótico, Valle pretendió hacer un momento –una obra, 24 horas- que recogiese todos los momentos. Por eso su vigencia sigue. Su hondura y carga crítica siguen sacudiendo profundamente al espectador (y aún más al lector). Múltiples son, pues, las razones que hacen de Luces de Bohemia una lección inigualable. 3. El teatro en la época de Valle Inclán. A finales del siglo XIX y principios del XX el mundo vive una fuerte “aceleración de la historia”: dos guerras mundiales, modificación de los mapas, ebullición de las ideas -las doctrinas del psicoanálisis de Freud postulan que el conocimiento humano es frágil- surgen perspectivas filosóficas “existenciales” según las cuales la fe religiosa resulta insuficiente para responder a los interrogantes de la vida humana en la Tierra, modificación de movimientos políticos –teorías marxistas que revolucionan la filosofía y la historiay, desarrollo de la ciencia y la tecnología –la teoría de la relatividad de Einstein modifica las leyes de la mecánica de Newton sobre la gravitación universal. En los últimos años del siglo XIX entra en decadencia el Realismo y el Naturalismo. La crisis de fin de siglo incide en las nuevas concepciones narrativas y poéticas: vanguardismos, Modernismo y Generación del 98, e igualmente influyó en la nueva concepción del teatro. En estas fechas se produce en España un gran florecimiento del espectáculo teatral, lo que facilita que numerosos escritores desarrollen su actividad creadora para este género. Pero los que verdaderamente tenían el apoyo del público no supieron estar a la altura de las nuevas corrientes teatrales europeas: Ibsen en Noruega, Anton Chejov, en Rusia, George Bernard Shaw en Inglaterra o Luigi Pirandello, en Italia. La escena española, tristemente, tiene poco que ofrecer a la cultura europea en los primeros años de siglo. El teatro español se resistía a todas estas tendencias experimentales y minoritarias que imperaban en Europa. Para entender este “no cambio” hay que tener presente el público que llenaba las salas. Un público burgués, que no estaba dispuesto a admitir que se desviasen los temas centrales de sus principios conservadores. Querían ver obras que reflejasen sus formas de vida y entretenidas. Si a esto añadimos que las obras se estrenaban según criterios de taquilla debido a la privacidad de los teatros, esto justifica las escasas obras de renovación de la escena. Según estos planteamientos el teatro se divide en: - - El teatro que triunfa donde encontramos a Benavente –tuvo el cariño del público durante más de medio siglo y de los jóvenes modernistas que destacaron su elegancia y discreción frente a la grandilocuencia de Echegaray. Destaca también, el teatro en verso -llamado poético- de Villaespesa, Eduardo Marquina y sus dramas históricos, o los hermanos Machado con obras de tema moderno como La Lola se va a los puertos, sobre una bella cantaora. Aunque fue Lorca quien daría a este teatro una nueva dimensión, innovando en teatralidad y lenguaje. Y por último el teatro cómico, con gran éxito de público, de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, los sainetes humorísticos y las “tragedias grotescas” de Carlos Arniches en La señorita de Trevelez y Muños Seca con la creación del astracán: comedias descabelladas llenas de chistes como La venganza de don Mendo. Y frente a éste, sin éxito de público, pero aportando cambios significativos, encontramos El teatro que pretendió innovar. Estos cambios podemos encontrarlos en Azorín, que en contacto con los cambios del teatro europeo destacó la importancia de los decorados, la luminotecnia, el montaje y la libertad creadora del director y del actor. Destaca también, Jacinto Grau que rompió con las formas burguesas. Unamuno creó un teatro desnudo de acción, escena y personajes como en Fedra o El Otro; Gómez de la Serna que supo llevar la vanguardia al teatro anticipándose a tendencias muy posteriores –Utopía, El laberinto de la felicidad-. De todos estos intentos, sólo podemos destacar a dos autores que se salen del intento y se incorporan a la escasa renovación de las escenas españolas: Federico García Lorca y Ramón María del Valle Inclán con la creación de su esperpento, caracterizado por: la presentación de lo más desagradable y grotesco de los seres humanos: la crueldad, la estupidez…; diálogos ricos en registros, acotaciones complejas y poéticas, el empleo de recursos literarios como la prosopopeya, animalizaciones, símiles despectivos e hipérboles para conseguir la deformación de la realidad. Valle es el dramaturgo de mayor vigor dramático y renovador de su época. Su obra evoluciona, como su pensamiento, de unas posturas socialmente conservadoras a otras de vanguardia. Este vanguardismo provocó que su teatro no fuera bien entendido. Los empresarios se resistían a montar las obras que temían estar destinadas al fracaso de público; el teatro no estaba preparado para movimientos y gestos propios de títeres o guiñoles, se necesitaba un cuadro de actores debidamente preparado, y a esto, añadimos que los directores no sabían solucionar la escenografía: “que el Sol guiñe un ojo” o que “la cara de un militar salga brincando un ojo de cristal”. La reforma de la escenografía con decorados próximos a la estética expresionista, que rompían con la realidad, los efectos especiales, los juegos de luces, hacen que Valle necesitara de una maquinaria inexistente en España. 4. Características del esperpento y su reflejo en Luces de Bohemia. Luces de Bohemia es el primer esperpento y la primera obra a la que Valle da ese nombre. Además contiene –en la famosa escena XII- una teoría del nuevo género. El protagonista parte de esta afirmación: “España es una deformación grotesca de la civilización europea” y por eso “el sentido trágico de la vida sólo puede darse con una estética deformada”. Y así, de la imposibilidad de la tragedia surge el esperpento. La metáfora conceptual de este género teatral partió de una localización real: se encontraba en un comercio de ferretería conocido en el “callejón del Gato”. En Luces de Bohemia se cita así: “los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato”, “las imágenes más bellas en un espejo cóncavo parecen absurdas. Los héroes reflejados en espejos cóncavos dan el Esperpento. Esta deformación es algo divertido y a la vez, un espejo social, una crítica. Más que un estilo o una técnica teatral, el esperpento es una poética, es decir, una forma de crear, que consiste enreflejar hechos y personajes de una entrevista de Gregorio Martínez Sierra reproducida en el periódico ABC el 7 de septiembre de 1928. En esta entrevista alude a las tres manera de ver el mundo: de rodilla –al modo de las grandes tragedias griegas-, de pie como el teatro de Shakespeare y elevado en el aire, mirando el mundo desde un plano superior, considerando a los personajes como inferiores al autor, así, los dioses se convierten en personajes de sainete, una manera muy española de ver el mundo. Esta consideración es le movió a dar un cambio en su literatura. Valle afirma que el esperpento, tal y como lo ve él, tiene sus precedentes artísticos y estéticos en la literatura de Quevedo y en la pintura de Francisco de Goya, tal y como afirma en la obra. Algunos críticos han querido señalar también la relación entre la estética esperpéntica y el expresionismo europeo. Las características del Esperpento en Luces de Bohemia son: 1. La presentación de lo más desagradable y grotesco de los seres humanos: la deformidad, la crueldad, la estupidez… Es la deformación esperpéntica a través del humor y la ironía, así como la crítica social. 2. La degradación de los personajes. Los personajes están vistos desde arriba. Podemos ver que sufren pero no podemos empatizar con su dolor. Aunque detrás de esa crítica está la lección moral. Sólo hay dos personajes vistos de pie, mirados al mismo nivel –como los personajes de Shakespearey son el obrero catalán y la madre del niño muerto. En ellos no ha deformación ni esperpento. Conseguir esta deformación esperpéntica de los personajes, reducidos a meros muñecos se consigue a través del empleo de la cosificación o animalización. 3. Los diálogos con un lenguaje rico y elaborado, mezcla de retoricismo y frases hechas, coloquialismos y vulgarismos. El diálogo de los personajes en apariencia coloquial, está investido de intertextualidad (referencias a citas de otras obras, autores o filósofos), es una manera esperpéntica de deformar la lengua. El lenguaje se caracteriza por su riqueza y la variedad de registros. El lenguaje cursi o paródico de frases literarias; el empleo de expresiones formularias o administrativas (en funcionarios o policías); el desgarro coloquial o vulgar de habla castiza madrileña, demuestran que la maestría de Valle en el uso del lenguaje, en general, y el diálogo, en particular, es inigualable. 4. La degradación esperpéntica afecta a ambientes y personajes. Por un lado, los ambientes son tabernas, burdeles, antros de juego, interiores míseros, calles inseguras de Madrid descritas a pinceladas impresionistas, donde el contraste juega a crear ambientes oscuros y esperpénticos. Por otro, los personajes son borrachos, prostitutas, artistas fracasados, bohemios, marionetas sin voluntad, animalizados y cosificados. 5. Vestuarios y accesorios que refuerzan la misma imagen grotesca. Efectos especiales, con juego de luces para deformar la realidad. Decorados próximos a la estética expresionista, que rompen el efecto de la realidad. 6. Empleo de los contrastes. Especialmente entre doloroso y grotesco es el velatorio de Max (escena XIII). 7. El empleo del diálogo de réplicas cortas y exactas que crean una marcha nerviosa y rápida de los acontecimientos. 8. El arte de las acotaciones: Cuando trata de dibujar un escenario, un ambiente, su calidad pictórica es asombrosa: rápidos e intencionados brochazos, a base del empleo deslumbrante de la frase nominal. Las mismas calidades ofrecen los bocetos de los personajes y la descripción de las actitudes. Rasgos, actos, palabras los definen. Cierre: Valle se sitúa con el esperpento en la línea de ruptura con el realismo que llevan a cabo las vanguardias del momento. Todos estos aspectos que caracterizan el esperpento en Luces de Bohemia , definen la escritura valleinclanesca, profundizar en ellos nos conduce a admirar cada vez más su inmensa talla de creador verbal. 1. Los personajes de Max Estrella y don Latino en Luces de Bohemia. Un denso mundillo humano puebla Luces de Bohemia: más de 50 personajes. Algunos de ellos se inspiran en seres reales y otros son literarios. Los personajes según Valle son “enanos o patizambos que juegan en una tragedia”. Para la mayoría de ellos, el autor los crea desde arriba. Sólo dos personajes escapan a la condición de peleles y cobran una considerable talla humana: el obrero catalán y la madre del niño muerto. Max Estrella es el personaje central de la obra. Un personaje complejo y espléndido. Dista de ser un personaje noble, pero alcanza momentos de indudable grandeza. En él se mezclan el humor y la queja, la dignidad y la indignidad. Junto a su orgullo, tiene amarga conciencia de su mediocridad. Su resentimiento de fracaso es ora ridículo, ora patético. Sus réplicas vivísimas son unas veces, de una mordacidad acerada y, a la par, su sentimiento de fraternidad hacia los oprimidos o la ternura que muestra ante la prostituta. Sin duda, es un personaje a quien Valle volcó muchos de sus rasgos de su personalidad, además de similitudes que su vida tiene como el escritor Alejandro Sawa. Don Latino, en cambio es un gran fantoche. Es una caricatura de la bohemia y, a la vez, un tipo miserable por su deslealtad y su encanallamiento, tal como se ve, sobre todo, en las últimas escenas. Los demás fantoches del esperpento forman diversos grupos. Especialmente mordaz es la caricatura de los “burgueses”: el librero Zaratustra, el tabernero Pica Lagartos, algunos defensores del orden en la escena I, la policía (el capitán Pitito, Serafín el Bonito, los “guindillas”…), junto a los que ha de ponerse la caricatura del Ministro. No menos ridiculizados quedan los pedantes como Don Gay, el periodista Filiberto, Basilio Soulinake, etc) pero especialmente los “epígonos del Modernismo”. Esperpentizados quedan también los personajes populares: la Pisa Bien (con matices de simpatía), el “rey de Portugal”, la portera, las prostitutas aunque cabe destacar la ternura puesta en la Lunares-, o los sepulteros, que parodian a Hamlet. La técnica de caracterización es magistral. 2. La estructura en Luces de Bohemia. La estructura de Luces de Bohemia presenta una originalidad: salta a la vista que presenta una estructura circular. Si en la primera escena nos hallamos en la buhardilla de Max Estrella, con la invitación al suicidio colectivo que hace su familia, la obra se cierra con una referencia a ese ambiente, la muerte misteriosa de dos mujeres, la mujer y la hija del poeta, con el tufo de un braseo y la duda del titular de prensa: ¿crimen o suicidio? 3. La evolución de la obra de Valle Inclán. Justifique la inclusión de Luces de Bohemia en la etapa que corresponda.