Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO Resistencia a la aspirina 80.140 Enrique Bernal Morell y José Sabán Ruiz Unidad de Patología Endotelial. Hospital Ramón y Cajal. Madrid. España. Cuando todavía estamos digiriendo la «multirresistencia» (insulina y leptina, y probablemente la resistina) del paciente con síndrome X metabólico, el más prevalente (el 25% de la población) y de mayor riesgo cardiovascular, nos llega una nueva resistencia, la «resistencia a la aspirina». Sospechada hace más de 50 años, hoy disponemos de información suficiente para analizar sus causas y consecuencias, así como la problemática relacionada con su tratamiento, lo que le confiere una entidad plenamente establecida, y que consideramos merecedora de un apartado específico en el estudio de la enfermedad cardiovascular. La aspirina. Una perspectiva histórica Los salicilatos se han utilizado para tratar el dolor y la inflamación asociados al reumatismo y otros procesos desde tiempos ancestrales. Así, los asirios inicialmente los utilizaban en el tratamiento del reumatismo. El principio activo, ácido salicílico, fue descubierto en 1838 por el químico italiano Raffaele Pirria1. Posteriormente, Felix Hoffman, de la compañía Friedrich Bayer&Co desarrolló una forma estable y bien tolerada del producto llamada ácido acetilsalicílico (AAS), denominado en 1899 como «aspirina»1. En 1950 se demostró que podría aumentar el tiempo de sangría2 y en 1970, en animales, se pudo dilucidar que tenía un efecto antitrombótico3. Siguiendo con sus acciones hematológicas, Vane3 demostró que era antiagregante al ser un importante inhibidor de las prostaglandinas. Posteriormente, Majerus y Roth4 fueron capaces de caracterizar la interacción entre la aspirina y las plaquetas demostrando que concentraciones bajas de aspirina acetilaban de forma irreversible la ciclooxigenasa plaquetaria, y de esta forma disminuían las concentraciones de tromboxano A2. Más tarde se descubrió que, concretamente, acetilaba el residuo de serina 530 y que no inhibía la síntesis endotelial de prostaglandinas, particularmente PGI2, un potente vasodilatador. Estos hallazgos supusieron la vía para la aplicación clínica de la aspirina en la prevención de los acontecimientos cardiovasculares, tal y como lo demostraron posteriormente los numerosos estudios llevados a cabo. Sin embargo, un importante número de pacientes, en torno al 25%, no responden a la acción de la aspirina y desarrollan el episodio cardiovascular, de lo que se deduce que tienen una resistencia a la aspirina (RA). una isoenzima constitutiva que se encuentra en la mayoría de los tejidos y es responsable de la gastroprotección, la homeostasis vascular, la agregación plaquetaria y la función renal. Por su parte, la COX-2 es constitutiva de forma exclusiva renal (contribuye a la eliminación de fluidos) e inducible en el macrófago, presente en el tejido enfermo, en respuesta a mediadores inflamatorios, como las citocinas y los factores de crecimiento. En el paciente enfermo con aterosclerosis, una «enfermedad inflamatoria», estarían implicadas ambas vías. La producción de TxA2 plaquetario (proagregante) y PGI2 endotelial (antiagregante) están ligadas preferentemente a la COX-1. Las enzimas de la formación de TxA2 (antiagregante y vasoconstrictor) y de PGI2 son la tromboxano sintetasa y la prostaglandina sintetasa, que actúan sobre la PGH2. La aspirina acetila el residuo de serina 530 (fig. 1) de la COX1 de forma irreversible e induce una disminución vascular de la TxA2 y de la PGI25, y una disminución gástrica de la PGE2. A dosis altas también inhibe la COX-2, lo que conduce a la producción del leucotrieno 15-HETE, al que recientemente se ha atribuido una potente acción antiagregante. La vida media plasmática de la aspirina es sólo de 20 min, es rápidamente desacetilada y convertida en salicilato, que no afecta a la actividad de la COX-1 y la COX-26. Debido a que la plaqueta no puede generar nueva COX, los efectos de la aspirina perduran durante la vida media plaquetaria, unos 10 días. Tras una simple dosis de aspirina, la actividad de la COX plaquetaria se recupera un 10% por día, paralelamente al recambio plaquetario. Aunque puede tardar 10 días para que se renueve toda la población plaquetaria, generalmente un 20% de actividad COX plaquetaria es suficiente para que la hemostasia sea normal. La acción de la aspirina lleva consigo una disminución de las concentraciones de TxA2 y PGI2, ambos con efectos Residuo de serina en la posición 529 Zona catalítica Con aspirina Acetil serina Mecanismo de acción antiagregante Las células de los mamíferos contienen 2 isoenzimas de la PEHS (prostaglandina endoperóxido H2 sintetasa), más conocida como ciclooxigenasa, la COX-1 y la COX-2, que catalizan la conversión de ácido araquidónico a PGH2, producto intermediario de las prostaglandinas (PG) activas (prostaglandina [PGI2], tromboxano [TxA2], PGE2, PGF2a). La COX-1 es Correspondencia: Dr. J. Sabán Ruiz. Unidad de Patología Endotelial. Hospital Ramón y Cajal. Ctra. de Colmenar, km 9,1. 28034 Madrid. España. Correo electrónico: jsaban.hrc@salud.madrid.org Recibido el 21-6-2004; aceptado para su publicación el 27-9-2004. 30 Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 Canal de acceso Ácido araquidónico Ácido araquidónico Plaqueta Fig. 1. Acción de la aspirina sobre la ciclooxigenasa (representada como un dímero). El ácido araquidónico alcanza la zona catalítica (zona amarilla) a través de un canal hidrofóbico localizado en el corazón de la enzima. La aspirina bloquea el acceso del ácido araquidónico a la zona catalítica acetilando de forma irreversible el residuo de serina en la posición 529, localizado próximo pero no dentro de la zona catalítica. Por lo que la aspirina evita la formación de endoperóxidos (PGG2 y PGH2) y por lo tanto la formación de tromboxano A2 durante la vida media plaquetaria. 44 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA contrarios en la hemostasia normal, pero se ha observado que predomina la inhibición del efecto trombótico (TxA2) sobre el antitrombótico de la PGI25. Como la inhibición de la COX-1 es irreversible, cuando se administran dosis bajas de aspirina de forma crónica se produce una inhibición acumulativa de la generación de TxA2 plaquetario, pero se ha comprobado que no hay una relación lineal entre la inhibición de la generación de TxA2 plaquetario y la inhibición de la agregación plaquetaria dependiente de TxA2, por lo que podrían estar implicados otros factores, como el HETE. Se necesita una inhibición superior al 95% de la generación de TxA2 para influir en esta función, que se consigue con dosis bajas de aspirina (40-60 mg) sin afectar a la formación de prostaciclina8. La gastroprotección fisiológica está relacionada con la producción de PGE2, derivada de la activación de la COX-1. Cuando la aspirina inhibe la COX-1, disminuye la PGE2 y se facilita la gastroerosión. En el estómago, el AAS, además de inhibir la COX-1, acetila la mínima COX-2 presente y ello produce ATL (lipoxina liberada por aspirina) a partir del ácido araquidónico. Este producto derivado de la aspirina es gastroprotector y puede bloquearse con inhibidores selectivos de la COX-2, aumentando así el efecto gastroerosivo de la aspirina. Utilidad de la aspirina en la prevención cardiovascular El AAS es un agente antiplaquetario con una importancia clínica crucial para prevenir las complicaciones de la aterosclerosis9,10. El uso de la aspirina para la prevención secundaria de episodios cardiovasculares está bien establecida. Así, en el estudio Antithrombotic Trialists’ Collaboration11, metaanálisis de 65 ensayos, se incluyó a 29.652 pacientes con riesgo cardiovascular elevado, y se les aleatorizó a tomar aspirina frente a placebo. Se observó que la proporción de episodios cardiovasculares importantes (infarto de miocardio no fatal, ictus no fa- tal o muerte de causa cardiovascular), después de 2 años de seguimiento, en el grupo tratado fue del 12,9% en comparación con el 16% en el grupo control. Según los autores de dicho artículo la aspirina confiere una odds ratio (OR) de reducción del 23%, una reducción del riesgo relativo del 19% y una reducción del riesgo absoluto del 3,1% a los 2 años y del 1,5% al año. De estos resultados se deduce que la aspirina previene en más del 80% la recurrencia de episodios vasculares graves entre los pacientes de alto riesgo, pero 1 de cada 8 pacientes de alto riesgo sufrirán un episodio cardiovascular en los 2 años siguientes a pesar de estar tomando aspirina. Por otra parte, la aspirina ha demostrado su efectividad en la reducción de la mortalidad tras el infarto de miocardio; así, en el estudio ISIS-2 (Second International Study of Infarct Survival), la administración de aspirina redujo la mortalidad en un 23%12. En dicha situación de muy alto riesgo, la resistencia a la aspirina es aún mayor que la cifra anteriormente comentada porque estarían implicados múltiples factores, como el fallo de bomba o las arritmias, y no sólo la complicación trombótica sobre una placa vulnerable y el riesgo de isquemia. La aspirina también ha demostrado un importante papel en la prevención primaria de episodios cardiovasculares. Los resultados del Physician’s Health Study demostraron un 44% de reducción en la incidencia de primer infarto de miocardio en varones de mediana edad tratados con aspirina en comparación con placebo a los 5 años de seguimiento13,14. Es evidente por el resultado de todos estos estudios que la aspirina es muy eficaz tanto para la prevención primaria como secundaria de los episodios trombóticos de la aterosclerosis15,16. Sin embargo, hay pacientes que sufren este tipo de episodios a pesar de estar tomando dosis adecuadas de aspirina. Junto a esas observaciones clínicas, los estudios que examinan la agregación plaquetaria después de un tratamiento con aspirina han demostrado que el fármaco presenta una amplia variabilidad en sus efectos antiplaquetarios (tabla 1). TABLA 1 Evidencia de resistencia a la aspirina Población estudiada Adultos jóvenes sanos (n = 31) Dosis de AAS (mg/día) 32 Método Valoración con sangre completa: muestras incubadas con ácido araquidónico hasta la agregación Enfermedad coronaria estable (n = 325) Post-IAM (n = 143) 325 Agregación plaqueteria óptica por ADP y ácido araquidónico Bypass aortoconario (n = 40) Insuficiencia cardíaca (n = 88) 325 Tiempo de sangría 325 Agregación de sangre completa mediante los agonistas PFA-100 usando colágeno /ADP 75-160 Ictus (n = 180) 500 AAP (n = 100) 100 PFA-100 mediante colágeno/adrenalina RP: agregación inducida por la sangre Sangre completa agregación mediante ADP y agonistas del colágeno Criterio para resistencia a aspirina Resistencia a la aspirina (%) Referencias Tiempo de agregación antes y después de la aspirina. La media de respuesta después de la aspirina dobló el tiempo de agregación pero se observó una gran variabilidad de respuesta Agregación normal inducida por ADP y ácido araquidónico > 20% después de AAS = resistencia PFA-100: normal (< 193 s) RAP ≤ 0,82 después de aspirina RAP ≤ 0,82 después de aspirina adicional No prolongación del tiempo de sangría sobre la base No determinada 21 5,5 22 9,5 9,8 1,4 51 43 19 Agregación plaquetaria después de los agonistas, comparada con valores basales PFA-100: normal (< 193 s) 56,8 20 Índice RP normal (< 1,25) de 2 a 12 h = resistencia Índice RP > 1,25 de 12 a 12 h = respuesta esperada Agregación plaquetaria después de los agonistas comparada con valores basales (> 40% de la base después de una dosis de aspirina era considerado resistente) 36 23 60 25 55,7 RP: reactividad plaquetaria; IAM: infarto agudo de miocardio; AAP: angioplastia arterial periférica; RAP: relación de agregación plaquetaria; PFA-100: analizador de función plaquetaria; ADP: adenosín difosfato; AAS: ácido acetilsalicílico. 45 Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 31 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA Resistencia a la aspirina. Concepto y prevalencia El concepto de RA va más allá del fracaso del AAS en la prevención de un episodio trombótico. Teniendo en cuenta que la sensibilidad a la aspirina no es uniforme, podemos entender por qué unos individuos necesitan 75 mg y otros 300 mg o incluso dosis más elevadas para prevenir la enfermedad cardiovascular. De esta forma, podemos definir la RA, desde un punto de vista clínico, como falta de respuesta clínica, de base genética y/o bioquímica, con una dosis estándar que puede variar atendiendo al perfil de riesgo del individuo y del proceso que se quiera prevenir. Con un criterio más riguroso, dicha definición debería estar sustentada en alguna prueba de laboratorio que nos indique que, a pesar de un correcto cumplimiento terapéutico, no se consigue un buen control antiagregante. En aplicación de este criterio, más estricto, su definición pasaría de ser solo clínica a una definición de base analítica. Helgason et al17 demostraron tanto en prevención primaria como secundaria del ictus que, tras administrar dosis crecientes de aspirina (325, 650, 975 y 1.300 mg/día), la inhibición no se producía de forma uniforme ante dosis equivalentes, e incluso hubo un 8% de pacientes en los que no se alcanzó una inhibición plaquetaria completa a pesar de tomar 1.300 mg/día de aspirina, lo que sugiere que hay una curva dosis-respuesta y que la inhibición plaquetaria puede depender de las características intrínsecas o de la enfermedad concomitante (plaquetas hiperactivas asociadas a disfunción endotelial y/o a placas vulnerables) de cada individuo. En relación con la enfermedad coronaria, el primer estudio en el que se sospechó una RA fue el de Metha et al18, que demostraron que había un 30% de pacientes con dicha enfermedad que tenían una mínima inhibición de la agregación plaquetaria después de tomar una dosis única de 650 mg de aspirina. De la misma manera, Buchanan et al19 encontraron en pacientes pendientes de cirugía electiva de bypass coronario que el tiempo de sangría se prolongaba en tan sólo 23 de 40 pacientes que tomaban aspirina en dosis de 325 mg, de lo que se deduce una prevalencia de RA del 40%. En un trabajo realizado por Sane et al20 en pacientes con insuficiencia cardíaca documentada tratados con aspirina, se detectó que había una activación plaquetaria paradójica aproximadamente en el 56% de los pacientes, tanto por agregometría como por PFA-100. Esta amplia variabilidad del efecto antiplaquetario de la aspirina está presente no sólo en los pacientes con enfermedad coronaria, sino que también se ha demostrado en jóvenes sanos19,21. Recientemente, Gum et al22 han publicado el primer ensayo diseñado para determinar la prevalencia de RA en pacientes con angina estable. De los 325 pacientes incluidos, un 5% presentó RA y un 23%, una respuesta intermedia, «semirrespondedores» a la aspirina por agregometría óptica; utilizando el analizador rápido de función plaquetaria (PAF-100®, Dade Behring) encontraron un 9,5% de RA22. Curiosamente, no hay estudios prospectivos que correlacionen específicamente la respuesta subóptima a la aspirina y la aparición de efectos adversos en pacientes con enfermedad cardiovascular. Importancia clínica Existen varios estudios que sugieren que la RA tiene una importancia clínica relevante. Así, en un estudio llevado a cabo por Grotemeyer23, realizado en pacientes que habían presentado un ictus, hubo RA, definida como una función plaquetaria normal después de unas pocas horas de tomar la aspirina, hasta en el 30% de los pacientes. A los 2 años de seguimiento se demostró en estos pacientes un incremento del riesgo del 89% para un episodio vascular entre los pacientes que tuvieron RA respecto al grupo normal24. Hallaz- 32 Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 gos similares se han objetivado en pacientes con enfermedad periférica vascular. Así, Mueller et al25 demostraron que entre 100 pacientes a los que se realizó una angioplastia arterial, solamente un 40% presentó una adecuada inhibición plaquetaria tras la administración de 100 mg de aspirina. Al igual que Grotemeyer, estos autores encontraron que los pacientes no respondedores tuvieron un 87% de incremento de riesgo de reoclusión arterial durante el seguimiento25. En un trabajo realizado por Eikelboom et al26 sobre los pacientes del estudio HOPE (Heart Outcomes Prevention Evaluation), se encontró que los tratados con aspirina que presentaban concentraciones más elevadas de 11-deshidrotromboxano B2 (metabolito estable del tromboxano A2) tuvieron un riesgo 2 veces mayor de infarto de miocardio y un riesgo de muerte cardiovascular 3,5 veces mayor. La presencia de grandes concentraciones urinarias de metabolitos de TxA2 sugiere una inhibición incompleta de éste a pesar de estar tomando aspirina y, por tanto, puede ayudar a identificar a los pacientes con RA. En referencia a los efectos advesos de la RA, estos pacientes tienen menos riesgo de hemorragia cerebral, pero se desconoce si tienen o no igual grado de complicaciones gastroerosivas, aunque podríamos entrever un menor riesgo. Etiopatogenia Los posibles mecanismos de resistencia a la aspirina están resumidos en la tabla 2. De ellos, los más importantes podrían ser los siguientes: TABLA 2 Posibles mecanismos de resistencia a la aspirina Disponibilidad de la aspirina No cumplimiento Dosis inadecuada para el peso del paciente Acumulación de salicilatos que evita el acceso de la aspirina para unirse con la COX-1 Ingesta concurrente de AINE que evitan el efecto de la aspirina e inhibidores de la bomba de protones que reducen su disponibilidad Función plaquetaria Hiperactivación plaquetaria (placa vulnerable) Recambio plaquetario acelerado Expresión variable de COX-2 en las plaquetas Aumento de la sensibilidad plaquetaria al ADP y colágeno Polimorfismos Polimorfismo del receptor plaquetario al colágeno Polimorfismo COX-1, COX-2, TxA2 sintetasa o de otras enzimas del metabolismo del ácido araquidónico Polimorfismo del receptor de glucoproteínas IIb/IIIa El polimorfismo FXIII Val34Leu lleva a una inhibición variable de la activación del FXIII con dosis bajas de aspirina Interacción plaquetaria con otros componentes de las células sanguíneas y productos derivados de las células Bloqueo inadecuado de la activación plaquetaria inducida por células rojas Metabolismo del ácido araquidónico transcelular entre las plaquetas y las células vasculares TxA2 derivado del monocito-macrófago PGI2 vascular como catalizador de COX-1/COX-2 que actúa como regulador del TxA2 plaquetario o del activador tisular del plasminógeno (t-PA) Otros factores Aumento de los valores de noradrenalina (ejercicio excesivo y estrés mental) Tabaco Estrés oxidativo y biosíntesis de 8-iso-PGF2-alfa, un producto bioactivo de la perioxidación no enzimática del ácido araquidónico Interacción de la aspirina con el efecto antiplaquetario y vasodilatador de la acetilcolina mediado por el ácido araquidónico Hiperlipidemia36 Lesión endotelial y producción de productos de activación plaquetaria no afectados por la aspirina52 Agregación eritrocitaria elevada53 Tomada de De Gaetano et al52. AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ADP: adenosín difosfato; COX-1: ciclooxigenasa 1; COX-2: ciclooxigenasa 2; TxA2: tromboxano A2; PGI2: prostaglandina I2; PGF2: prostaglandina F2. 46 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA TABLA 3 Métodos de diagnóstico de resistencia a la aspirina Método Principio Ventajas/desventajas Agregometría óptica Transmisión lumínica a través de un PRP y PPP. Cuanto más se agreguen, más luz pasa. Del 100 al 0% de agregación ACT Tiempo de formación del coágulo con sangre completa activada con agentes plaquetarios (PAF o caolina) Mide la cantidad de suero extraído después de que el coágulo se retraiga Buena correlación y aceptación clínica. Diferencias según laboratorio. Requiere gran experiencia. Dependiente del tiempo Sangre completa. Poca muestra. Fácil de realizar Retracción del coágulo Agregometría de la sangre completa PFA-100 Relación del recuento plaquetario RPFA Tiempo de sangría Valores urinarios de 11-deshidrotromboxano B2 Mide la impedancia eléctrica entre los dos electrodos en sangre completa. El agregado de plaquetas sobre los electrodos aumenta la impedancia Mide el tiempo necesario para que el coágulo cierre una apertura en una membrana con colágeno y adrenalina o ADP Relación entre el recuento de plaquetas que quedan libres tras agregar con ADP y las que quedan libres después de agregar con EDTA Valora la habilidad de las plaquetas activadas para unirse al fibrinógeno Tiempo hasta el final de la sangría tras una incisión antecubital Valores urinarios de tromboxano Correlación agregometría Referencias 43 Regular 43 No requiere equipos especiales o entrenamiento. Requiere PRP. Es dependiente del tiempo Utiliza sangre completa. Necesita más tiempo que la agregometría óptica. Necesita especial cuidado de los electrodos Utiliza sangre completa. Es rápida y automatizada Mala 43 Regular 43 Buena 43,54 Utiliza un contador de plaquetas disponible en la mayoría de hospitales. Requiere adición de agentes y manipulación en el laboratorio Fácil de realizar. Útil en valorar la acción de antagonistas de GPIIb/IIIa Fácil de realizar. Es traumática Buena 43 No establecido 43 Mala 19 Se correlaciona con la actividad de la COX-1 plaquetaria. Se altera si hay una buena función COX de otro origen Sin datos 26 PRP: plasma rico en plaquetas; PPP: plasma pobre en plaquetas; PAF: factor activador plaquetario; PFA: analizador de la función plaquetaria; ACT: tiempo de activación del coágulo; RPFA: Rapid Platelet Function Assay (análisis rápido de la funcion plaquetaria). De base genética Aunque es previsible que la RA estuviera relacionada con las alteraciones en la absorción, el metabolismo o el efecto periférico sobre los tejidos, mediados genéticamente, no hemos encontrado ninguna publicación que refrende estas hipótesis. Por el contrario, hay polimorfismos que explican de forma indirecta la RA presente en un porcentaje variable de pacientes. A continuación se destacan los más importantes y el resto se recogen en la tabla 2: – COX-1, con una mayor resistencia a la acetilación de la Ser-530 por la aspirina26,27. Esta idea aportada por Eikelboom et al26 afirma literalmente que el mecanismo de RA podría ser la presencia de polimorfismos o mutaciones genéticas de la COX-1 que la hacen resistente a la inhibición por aspirina; sin embargo, dicha mutación no se ha identificado. En el editorial de la misma revista, se afirma la posibilidad de un polimorfismo único del nucleótido (SNP, single nucleotide polymorphisms) de la COX-1, pero esto aún no se ha demostrado. – Glucoproteína IIb/IIIa, con la sustitución de Leu33 (PIAI) a Pro33(PIA2). Aunque es conflictivo, la mayoría de los estudios concluyen que el polimorfismo PIA2 presenta menos respuesta al efecto antitrombótico de la aspirina28. Adquiridos 1. El incumplimiento terapéutico o una dosis inadecuada para el peso del paciente. Serían responsables de cuadros de seudorresistencia a la aspirina. 2. Tóxico-farmacológica. – Se ha demostrado que el tabaco acentúa la trombosis plaquetaria de tal forma que evita la acción de la aspirina29. Sin embargo, estudios recientes han demostrado un efecto inesperado beneficioso del tabaco, equiparable a su acción pre47 ventiva del Alzheimer, ya que hay menos prevalencia de RA entre los fumadores, tal y como se demostró en el estudio ya comentado con anterioridad llevado a cabo por Gum et al22 que, por medio de agregometría óptica, objetivaron una mayor proporción de fumadores en el grupo sensible a la aspirina, un 8,3%, frente a ningún fumador en el grupo de RA. Sin embargo, se necesitan estudios adicionales que evalúen los posibles efectos del tabaco en la sensibilidad a la aspirina. – Consumo concurrente de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). En 1980 se demostró que el ibuprofeno y la indometacina bloqueaban el efecto antiplaquetario de la aspirina30. Estudios recientes demuestran que esos AINE se unen a la zona activa de la COX-1 de forma reversible y evitan el acceso y acetilación del residuo de Ser-530 por parte de la aspirina, que lo hace de forma irreversible31. 3. Aumento del recambio plaquetario en situaciones específicas. Zimmerman et al32 demostraron un incremento del recambio plaquetario de origen no aclarado en pacientes a los que se ha realizado un bypass coronario, con formación de plaquetas nuevas y activas, no alteradas por la dosis previa de aspirina, y encontraron que la producción de tromboxano se inhibía sólo en un 30-50% de estos pacientes, en comparación con la inhibición de un 94% de voluntarios sanos. Hoy se considera la producción del tromboxano como uno de los métodos de diagnóstico de la RA. Al aumentar el recambio plaquetario, hay más plaquetas nuevas que no han sido afectadas por una dosis diaria de aspirina y, por tanto, no son inhibidas (disminuye la producción de tromboxano). Presencia de una ciclooxigenasa 2 inducible33 La aspirina normalmente inhibe la COX-1 con una potencia 116 veces mayor que la inhibición de la COX-2. Recientemente se ha descubierto que no sólo los macrófagos, sino Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 33 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA también las plaquetas, contienen ARNm de la COX-234 y que puede ser inducible por diferentes mecanismos, como el estrés. Así, dosis bajas de aspirina serían suficientes para inhibir la COX-1 pero no la COX-2 (macrofágica y plaquetaria), actuando de forma alternativa en la producción de tromboxano A2. Sin embargo, otros autores no corroboran este hallazgo35. Hiperactivación plaquetaria En pacientes con placa vulnerable (rica en colesterol y en macrófagos) o en enfermedades como la diabetes donde hay una mayor activación plaquetaria, ¿debemos administrar la misma dosis de aspirina? Igualmente, en pacientes con hiperlipemia se ha descrito un aumento de la agregabilidad plaquetaria, de la producción de TxA2 y de la generación de trombina, junto con una regulación al alta (efecto contrario a la retroalimentación fisiológica de los receptores, que lo hacen a la baja) de la expresión de la COX-2, que pueden contribuir a una menor respuesta a los efectos de la aspirina. Así, en un estudio realizado en 56 pacientes que tomaban aspirina, se demostró que 14 pacientes con pobre respuesta a la aspirina tuvieron unas concentraciones significativamente mayores de colesterol total y colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (cLDL) que los 42 pacientes con buena respuesta. En total, 9/13 (69%) de los pacientes con hiperlipidemia tuvieron una escasa respuesta a la acción de la aspirina36. Obesidad. Hiperinsulinismo. Resistencia a la insulina No hay estudios que evalúen la RA directamente en los pacientes con resistencia a la insulina. En el estudio Antithrombotic Trialist’s Collaboration11 se objetivó que entre 4.961 pacientes con diabetes de 9 ensayos (en comparación con 1.365 pacientes de 7 ensayos previos), la terapia antiplaquetaria se asoció con sólo un 7% de reducción de episodios vasculares agudos, en comparación con la media de todos los ensayos (22%) o con los pacientes con IAM previo (25%) o ictus previo (22%), lo que a priori sugiere que la diabetes podría ocasionar un estado de RA diferente incluso al de otros pacientes de alto riesgo. Sin embargo, esta conclusión puede ser precipitada, pues pacientes con diabetes suelen tener otros factores de riesgo cardiovascular no hemostáticos que aumentan considerablemente el riesgo de padecer un episodio cardiovascular. En un estudio llevado a cabo por Tamminen et al37 en 10 sujetos obesos y 11 no obesos, se demostró que había una alteración de la inhibición plaquetaria por parte de la aspirina en los pacientes obesos, estrechamente relacionada con la resistencia a la insulina en estos pacientes. Dado que la insulina normalmente bloquea la agregación plaquetaria inducida por agonistas e inhibe el reclutamiento plaquetario del colágeno, parece posible que la resistencia a la insulina confiera un estado de resistencia a la acción plaquetaria de la aspirina. Además, se sabe que los obesos tienen reducidos los valores de AMPc y GMPc, lo que hace que baje el umbral para su activación. En los pacientes con resistencia a la insulina se ha objetivado que existe una disminución de la actividad antiagregante de la aspirina en humanos38, de la biodisponibilidad de óxido nítrico (NO), asociada con una menor producción39 (hay una alteración de la eNOS, activada por la INS en condiciones fisiológicas), y a un mayor consumo de éste por estrés oxidativo40 derivado de la autooxidación de la glucosa y de una alteración de la batería antioxidante (glutatión y SOD [superóxido dismutasa]), y una disminución de la respuesta de GMPc a la acción del NO. Asimismo, hay una disminu- 34 Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 ción en la producción de PGI2 secundaria a disfunción endotelial41, y una alteración de la capacidad de unir PGI2 a la plaqueta. Junto a ello, encontramos un aumento de la acción de la trombina (que está glicada en diabéticos), de la síntesis de tromboxano, una elevación del fibrinógeno y de la liberación de PAI-1 endotelial y de alfa-2-macroglobulina, 2 destacados inhibidores de la fibrinólisis, lo que junto a la fibrina glicada explica la hipofibrinólisis de la hiperglucemia crónica. Esta conjunción de hipercoagulabilidad e hipofibrinólisis le confiere un estado de máximo riesgo cardiovascular, lo que explica los resultados de mortalidad en el estudio de San Antonio, Texas, llevado a cabo por Hanley et al42. Estrategia diagnóstica Los métodos utilizados para valorar la función plaquetaria están resumidos en la tabla 3. De ellos, los más importantes se describen a continuación. La valoración del tiempo de sangría ha sido utilizada para medir la respuesta plaquetaria de la aspirina19, pero no es específica a la hora de medir la función plaquetaria porque depende del operador, tiene una reproducibilidad limitada y origina una herida, todo lo cual hace que se desestime su uso clínico. Tradicionalmente, la función plaquetaria ha sido valorada mediante un agregómetro óptico. En este test se mide la luz que atraviesa un plasma rico en plaquetas (PRP). Cuanto mayor sea la agregación de las plaquetas, más luz atraviesa la muestra. El máximo se calcula con la medición de la luz que atraviesa un plasma pobre en plaquetas. El mínimo de luz transmitida es puesta con una alícuota de PRP antes de añadir un agonista y provocar la agregación. Así, los valores obtenidos varían desde el 100% hasta el 0% de agregación. Esta técnica suele tener una buena correlación con la eficacia clínica de los agentes antiplaquetarios pero presenta varias desventajas que la hacen poco útil para la práctica diaria: requiere una disposición rápida de las muestras y un entrenamiento importante del técnico y su reproducibilidad depende de la concentración plaquetaria, el tipo de agonista y otros factores43. Recientemente, ha surgido un test rápido de más fácil utilización, la agregometría de la sangre completa, que elimina el paso de preparar un PRP. Se basa en la medición de la impedancia eléctrica entre 2 electrodos colocados en una muestra de sangre completa. Una vez que se añade el agonista, las plaquetas se agregan sobre los electrodos y provocan un aumento de impedancia. Este test ha sido utilizado en la práctica clínica, pero los resultados no se han correlacionado muy bien con la agregometría óptica43. Más recientemente, se ha demostrado una continua y gradual asociación entre un incremento de los valores urinarios de 11-deshidrotromboxano B2 y el riesgo de futuros acontecimientos clínicos26. Sin embargo, debido a que puede reflejar la producción de tromboxano procedente de 2 vías (plaquetaria y no plaquetaria), este método puede no ser específico a la hora de valorar el efecto antiplaquetario de la aspirina. Además, el valor predictivo de las concentraciones de 11-deshidrotromboxano B2 no se ha demostrado en pacientes concretos y requiere más evaluaciones. En la actualidad, la mejor prueba para valorar la inhibición plaquetaria, y así determinar la acción de la aspirina, es el PFA-100. Este test valora la función plaquetaria con sangre completa, al medir el tiempo de cierre de una apertura microscópica realizada sobre una membrana que contiene colágeno y adrenalina o ADP, tras provocar la formación de un tapón plaquetario por activación y agregación de las plaquetas. Esta técnica es fácil de usar, requiere sangre completa, 48 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA los resultados son fácilmente reproducibles y se correlaciona bien con la agregometría óptica22,43. Este test se ha valorado como control de la respuesta plaquetaria a la acción de la aspirina; se ha probado su utilidad en la monitorización de los efectos farmacológicos de las aspirina y para identificar a los pacientes con RA. Sane et al20 consideraron a los pacientes con RA cuando cumplían 4 de los siguientes parámetros: agregación inducida por colágeno > 70%, agregación inducida por ADP > 60%, agregación en sangre completa > 18 Ω, expresión de glucoproteína IIb/IIIa activa > 220 log de media de unidades de intensidad de fluorescencia y positividad P-selectina > 8%. Cuando se utilizaba el PFA-100, la RA se definía en términos de normal o anormal si el tiempo de cierre tras la estimulación con colágeno y/o adrenalina era ≤ 193 s. Weber et al45 propusieron una clasificación basada en estos métodos en 3 categorías: tipo 1 (farmacocinético), donde la aspirina es capaz de inhibir el tromboxano plaquetario in vitro, pero no in vivo; tipo 2 (farmacodinámico), que se caracteriza por la incapacidad de la aspirina para inhibir la formación de tromboxano tanto in vivo como in vitro, y tipo 3 (seudorresistente), que se correspondería con una activación del tromboxano plaquetario de forma independiente de la COX-1. Estrategia terapéutica En la actualidad, no se dispone de un tratamiento específico para la RA. La clave del manejo pasa, como suele ser axioma en la práctica clínica, por un correcto diagnóstico. En algunos casos puede ser útil incrementar la dosis, pero dicho incremento a ciegas no está exento de riesgo. Como quedó explicado en apartados anteriores, hay casos resistentes incluso con dosis superiores a las recomendadas por los paneles de expertos, cuyo uso estaría acompañado inevitablemente de frecuentes efectos adversos. Si no se dispone de las técnicas diagnósticas adecuadas, se puede individualizar la dosis en función del riesgo (mayor dosis en diabéticos) y del proceso que se pretenda prevenir de forma preferencial (mayor dosis en el ictus y en síndromes coronarios agudos [SCA] que en la enfermedad coronaria [EC] crónica). Una llamada de precaución en hipertensos mal controlados es no administrar aspirina si la presión arterial sistólica es superior a > 150 mmHg (JNC-7). Si se dispone de alguna de las técnicas diagnósticas citadas, se debe hacer el estudio en pacientes de alto riesgo y ajustar la dosis en función de los resultados. En los casos de resistencia extrema pueden ensayarse otras alternativas o recurrir a la asociación de fármacos. Es importante descartar los casos de seudorresistencia, así como otras posibles causas de la aparición del episodio cardiovascular, pues entre el 5 y el 40% de esos episodios no están causados por la aterotrombosis, sino por una embolia, y pueden requerir tratamientos adicionales. Estrategias terapéuticas alternativas – Antagonistas de los receptores del ADP. El clopidogrel bloquea las vías de la activación y la agregación plaquetaria que no lleva a cabo la aspirina y debe considerarse como un sustituto o tratamiento adicional. El clopidogrel es superior a la aspirina en la prevención de acontecimientos vasculares en pacientes de alto riesgo46,47, mientras que la combinación de clopidogrel y aspirina es superior a la aspirina sola en pacientes con SCA sin elevación del segmento ST o tras la realización de una intervención percutánea coronaria48. 49 – Los inhibidores de la glucoproteína IIb/IIIa, como abciximab, tirofiban, eptifibatide, lamifiban y fradafiban, son eficaces pero sólo por vía intravenosa, lo que les hace inútiles como tratamiento a largo plazo. – Otras. La combinación de dipiridamol y aspirina49 o warfarina50 más aspirina puede incrementar el beneficio en comparación con la aspirina sola. Conclusiones La RA es un fenómeno basado en un conjunto de hallazgos clínicos y de laboratorio, donde se evidencia una disminución o ausencia de la respuesta a la acción de ésta en algunos individuos, que presenta una amplia variabilidad en cuanto a su frecuencia de aparición, que oscila entre el 5 y el 40% de los pacientes que la toman, influida tal vez por el método utilizado en su valoración y las características clínicas del sujeto. La importancia clínica de la RA es muy relevante, pues se ha observado un aumento significativo del riesgo de recidiva de ictus, de reoclusión arterial en pacientes con arteriopatía periférica en los que se realiza una angioplastia arterial y de infarto de miocardio. Las causas de RA son múltiples y habría que intentar diferenciarlas de los estados de seudorresistencias (dosis inadecuadas, inclumplimiento terapéutico y otros) que son, si cabe, más frecuentes en caso de un fallo en el mecanismo antiagregante que la propia RA. Entre los mecanismos de RA son de especial relevancia los siguientes: alteraciones genéticas, como el polimorfismo del gen de la ciclooxigenasa y el de la glucoproteína IIb/IIIa; consumo concurrente de AINE que evita la acetilación irreversible de la plaqueta por parte de la aspirina; aumento del recambio plaquetario; presencia de una ciclooxigenasa inducible; hiperactivación plaquetaria y la resistencia a la insulina. En cuanto a este último punto, la resistencia a la insulina, como se demostró en el estudio Antithrombotic Trialist’ Collaboration, podría ocasionar un estado de RA diferente incluso del de otros pacientes de alto riesgo; además, en los pacientes con resistencia a la insulina se ha objetivado un disminución de la actividad antiagregante de la aspirina en humanos, de la biodisponibilidad del NO, una disminución en la producción de PGI2 secundaria a una disfunción endotelial, y una alteración de la capacidad de unir PGI2 a la plaqueta, junto con el aumento de la acción de la trombina. Esta conjunción de hipercoagulabilidad e hipofibrinólisis le confiere un estado de máximo riesgo cardiovascular, lo que explica los resultados de mortalidad en el estudio de San Antonio, Texas, llevado a cabo por Hanley et al42. De los métodos utilizados para su diagnóstico destaca por su sencillez y reproducibilidad el PFA-100. Esta prueba se ha valorado como control de la respuesta plaquetaria a la acción de la aspirina y su utilidad se ha probado en la monitorización de los efectos farmacológicos de las aspirina y la identificación de pacientes con RA. En la actualidad, no se dispone de un tratamiento específico para la RA. Es importante descartar los casos de seudorresistencia, así como otras posibles causas de la aparición del episodio cardiovascular. Se deben adoptar estrategias terapéuticas alternativas, como la utilización de clopidogrel, un antagonista de los receptores ADP, o la combinación de dipiridamol y aspirina o de warfarina más aspirina, que podrían incrementar el beneficio comparado con la administración de aspirina como monoterapia. En el paciente de mayor riesgo cardiovascular, el portador de un síndrome X, su multirresistencia metabólica puede ser fatal si además coincide con la RA, ya que se considera Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 35 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. BERNAL MORELL E, ET AL. RESISTENCIA A LA ASPIRINA a ésta su única salvadora, máxime teniendo en cuenta que el perfil de enfermo más frecuente es el que se «resiste» también a seguir de forma adecuada la dieta, a dejar el tabaco y al cumplimiento terapéutico. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Jack DB. One hundred years of aspirin. Lancet. 1997;350:438-9. 2. De Gaetano G. Historical overview of the role of platelets in hemostasis and thrombosis. Haematologia. 2000;85:3-10. 3. Vane JR. Inhibition of prostaglandin synthesis as a mechanism of action for aspirin-likes drugs. Nat New Biol. 1971;231:232-5. 4. Roth GJ, Stanford N, Majerus PW. Acetylation of prostaglandin synthase by aspirin. Proc Natl Acad Sci 1975;72:3073-6. 5. Awtry EH. Aspirin. Circulation. 2000;101:1206-18. 6. Wu KK. Aspirin and salicylate: an old remedy with a new twist. Circulation. 2000;102:2022-3. 7. Reilly IAG, FitzGerald GA. Inhibicion of thromboxane formation in vivo and ex vivo. Blood. 1987;69:180.6 8. Hoogendijk EMG, Ten Cate JW. Aspirin and platelets. Lancet 1980;1:93-4. 9. Agusti A, Diogene E. Prevención primaria del infarto de miocardio con ácido acetilsalicílico. Med Clin (Barc). 2004;122:592-4. 10. Bueno H. Infrautilización del ácido acetilsalicílico en la prevención cardiovascular del paciente con diabetes melllitus. Med Clin (Barc). 2004;122: 101-3. 11. Antithrombotic Trialists’ Collaboration. Collaborative meta-analysis of randomised trials of antiplatelet therapy for prevention of death, myocardial infarction, and stroke in high risk patients. BMJ. 2002;324:71-86. 12. Second International Study of Infarct Survival Collaborative Group. Randomized trial of intravenous streptokinase, oral aspirin, both, or neither among 17,187 cases of suspected acute myocardial infarction: ISIS-2. Lancet. 1988;2:349-60. 13. Steering Committee of the Physicians’ Health Study Research Group. Preliminary report: findings from the aspirin component of the Ongoing Physician’s Health Study. N Engl J Med. 1988;318:262-4. 14. Steering Committee of the Physician’s Health Study Research Group. Final report on the aspirin component of the Ongoing Physicians’ Health Study. N Engl J Med. 1989;321:129-35. 15. Esmatjes E, Castell C, Franch J, Puigoriol E, Hernáez E. Consumo de ácido acetilsalicílico en pacientes con diabetes mellitus. Med Clin (Barc). 2004;122:96-8. 16. Iturbe T, Recasens Mdel V, Moreno JA, Romero MS. Aspirin and inflmmatory markers in patients with coronary disease. Med Clin (Barc). 2003;119:561-4. 17. Helgasson CM, Tortorice KL, Winkler SR, Penney DW, Schuler JJ, McClelland TJ, et al. Aspirin resistance and failure in cerebral infarction. Stroke. 1993;24:345-50. 18. Metha J, Metha P, Burger C, Pepine CJ. Platelet aggregation studies in coronary artery disease. Atherosclerosis. 1978;31:169-75. 19. Buchanan MR, Brister SJ. Individual variation in the effects of ASA on platelet function: implications for the use of ASA clinically. Can J Cardiol. 1995;11:221-7. 20. Sane DC, McKee SA, Malinin AI, Serebruany VL. Frequency of aspirin resistance in patients with congestive heart failure treated with antecedent aspirin. Am J Cardiol. 2002;90:893-5. 21. Pappas JM, Westergard JC, Bul BS. Population variability in the effect of aspirin on platelet function. Implications for clinical trials and therapy. Arch Pathol Lab Med. 1994;118:801-4. 22. Gum PA, Kottke-Marchant K, Poggio ED, Gurm H, Welsh PA, Brooks L, et al. Profile and prevalence of aspirin resistance in patients with cardiovascular disease. Am J Cardiol. 2001;88:230-5. 23. Grotemeyer KH. Effects of acetylsalicylic acid in stroke patients: evidence of nonresponders in a subpopulation of treated patients. Thromb Res. 1991;63:587-93. 24. Grotemeyer KH, Schrafinski HW, Hussdedt IW. Two-year follow-up of aspirin responder and aspirin non-responder. A pilot study including 180 post-stroke patients. Thromb Res. 1993;71:397-403. 25. Mueller MR, Salat A, Strangl P, Murabito M, Pulaki S, Boehm D, et al. Variable platelet response to low-dose ASA and the risk of limb deterioration in patients submitted to peripheral artreial angioplasty. Thromb Haemost. 1997;78:1003-7. 26. Eikelboom JW, Hirsh J, Weitz JI. Aspirin resistance and the risk of myocardial infarction, stroke, or cardiovascular death in patients at high risk of cardiovascular outcomes. Circulation. 2002;150:1650-5. 27. Halushka MK, Halushka PV. Why are some individuals resistant to the cardioprotecvtive effects of aspirin? Could it be thromboxane A2? Circulation. 2002;105:1620-2. 36 Med Clin (Barc). 2005;124(1):30-6 28. Undas A, Brummel K, Musial J, Mann KG, Szcezeklik A. PIA2 polymorphism of beta 3 integrins is associated with enhanced thrombin generation and impaired antithrombotic action of aspirin at the site of microvascular injury. Circulation. 2001;104:2666-72. 29. Hung J, Lam JKT, Lacoste L, Letchavobski G. Cigarette smoking acutely increases platelet thrombus formation in patients with coronary artery disease taking aspirin. Circulation. 1995;92:2432-6. 30. Livio M, Del Maschio A, Cerletti C, De Gaetano G. Indomethacin prevents the long-lasting inhibitory effect of aspirin on human platelet cyclooxygenase activity. Prostaglandins. 1982;23:787-96. 31. Catella-Lawson F, Reilly MP, Kapoor S, Cucchiara AJ, DeMarco S, Tournier B, et al. Ciclooxygenase inhibidors and the antiplatelet effects of aspirin. N Engl J Med. 2001;345:1809-17. 32. Zimmerman N, Kienzle P, Weber AA, Winter J, Gams E, Schror K, et al. Aspirin resistance after coronary artery bypass grafting. J Thorac Cardiovasc Surg. 2001;121:982-4. 33. Belton O, Byrne K, Kearney D, Leahy A, Fitzgerald DJ. Cyclooxygenase-1 and dependent prostacyclin formation in patients with atherosclerosis. Circulation. 2000;102:840-5. 34. Weber AA, Zimmerman N, Myerer-Kirchrath J, Schror K. Cyclooxygenase-2 in human platelets as a possible factor in aspirin resistance. Lancet. 1999;33:900. 35. Patriagnani P, Sciulli MG, Manarini S, Santini G, Cerletti C, Evangelista V. COX-2 is not involved in thromboxane biosynthesis by activated human platelets. J Physiol Pharmacol. 1999;50:661-7. 36. Friend M, Vucenik I, Miller M. Platelet responsiveness to aspirin in patients with hyperlipidaemia. BMJ. 2003;326:82-3. 37. Tamminen M, Lassila R, Wsterbacka J, Vehkavaaara S, Yki-Jarvinen H. Obesity is associated with impaired platelet-inhibitory effect of acetylsalicylic acid in nondiabetic subjets. Intern J Obesity. 2003;27:907-11. 38. Trovati M, Mularoni E, Burzacca S, Ponziani M, Massucco P, Mattiello L, et al. Impaired insulin-induced platelet antiaggregating efect in obesity and in obese NIDDM patients. Diabetes. 1995;44:1318-22. 39. Anfossi G, Massucco P, Mattiello L, Prietto V, Mularoni E, Cavalot F, et al. Insulin exerts opposite effects on platelet function at physiological and supraphysiological concentrations. Thromb Res. 1996;82-57-68. 40. Anfossi G, Mularoni E, Burzacca S, Ponziani M, Massuco P, Mattiello L, et al. Platelet resistance to nitrates in obesity obese NIDDM, and normal platelet sensitivity to both insulin and nitrates in lean NIDDM. Diabetes Care. 1998;21:121-6. 41. Batteridge DJ, El Tahir KE, Reckless JP, Williams KL. Platelets from diabetic subjects show diminished sensitivity to prostacyclin. Eur J Clin Invest. 1982;12:395-8. 42. Hanley AJ, Williams K, Stern MP, Haffner SM. Homeostasis model assessment of insulin resistance in relation to the incidence of cardiovascular disease: the San Antonio Heart Study. Diabetes Care. 2003;7:117784. 43. Nicholson NS, Panzer-Knodle SG, Haas NF, Taite BB, Szalony JA. Assessment of platelet function assays. Am Heart J. 1998,135:170S-8S. 44. Homoncik M, Jilma B, Hergovich NM, Stohlawetz P, Panzer S, Speiser W. Monitoring of aspirin (ASA) pharmacodynamics with the platelet function analyzer PFA-100. Thromb Haemost. 2000;83:316-21. 45. Weber AA, Pryztulski B, Schanz A, Hohlfeld T, Schror K. Towards a definition of aspirin resistance: a typological approach. Platelets. 2002; 13: 37-40. 46. Hankey GJ, Sundlw CL, Dunbabin DW. Thienopyridines or aspirin to prevent stroke and other serious vascular events in patients at high risk of vascular disease? A systematic review of the evidence from randomized trials. Stroke. 2000,31:1779-84. 47. Yusuf S, Zhao F, Mehta SR, Chrolavicius S, Tognoni G, Fox KK. Effects of clopidrogrel in addition to aspirin in patients with acute coronary syndromes without ST-segment elevation. N Engl J Med. 2001;345:494-502. 48. Metha SR, Yusuf S, Peters RJ. Effects of pretreatment with clopidrogrel and aspirin followed by long-term therapy in patients undergoing percutaneous coronary intervention: the PCI-CURE study. Lancet. 2001;358:527-33. 49. Diener HC, Cunha L, Forbes C, Sivenius J, Smets P, Lowenthal A. European Stroke-Prevention Study (2) Dipyridamole and acetylsalicylic acid in the secondary prevention of stroke. J Neuro Sci. 1996;143:1-13. 50. Hurlen M, Abdelnoor M, Smith P, Erikssen J, Arnesen H. Warfarin, aspirin, or both after myocradial infarction. N Engl J Med. 2002;347:1019-22. 51. Hurlen M, Seljeflot I, Arnesen H. The effect of different antithrombotic regimens on platelet aggregation aftery myocradial infarction. Scand cardiovasc J. 1988,32:233-7. 52. De Gaetano G, Cerletti C. Aspirin resistance: a revival of platelet aggregation tests? J Thromb Haemost. 2004;1:2048-50. 53. Demiroglu H. Elevated Erythrocyte aggregation as a predisposing factor to aspirin resistance. Thromb Haemost. 2003;90:157. 54. Favaloro EJ. Clinical application for the PFA-100 (R). Curr Opin Hematol. 2002;9:407-15. 50