EL DÍA DEL JUICIO Ante la inminencia de una vista en cualquier asunto de cierta complicación no puedo dejar de preguntarme si en su estudio he dedicado todo el tiempo necesario (saberlo todo mucho mejor que de adverso y los adversos opinan igual seguro) y si lo he paseado suficientemente. Pasear el problema y las posibles soluciones que se pueden dar me parece fundamental y seguro que será práctica común pero para este letrado es esencial porque tiene la experiencia de que la idea, la luz, el enfoque adecuado de la disputa en la relación jurídica que se dilucida aparece en la ducha, mientras te afeitas o mientras vas en un taxi - ahora en el autobús - tomando un café y muchas veces en agradable conversación con un compañero. También, si sabré exponer con claridad, orden y elocuencia lo que tantas vueltas le he dado, tanto he estudiado...y que he resumido en un estricto esquema. Es decir si pondré pasión en ello. En cierta ocasión al salir de una vista mi cliente tenía una gran sonrisa y cara de satisfacción me felicitaba contento y a continuación me dijo: " al principio me tenías de los nervios parecía que estabas tonto...( o algo así ) hasta que no te enfadaste no empezaste a funcionar”. Lo he recordado hace dos días al salir de un juicio de 6 h de vista. No creo que nadie pueda estar seis horas enfadado. Creo que fue Lacordaire quien dijo dadme un hombre apasionado y haré de él un hombre elocuente. Me congratula que Josef Pieper al referirse a la pasión de la ira diga que: "pertenece a las potencias constitutivas y constructoras del ser humano, como pertenecen las apetencias de los sentidos y las demás pasiones". Es cierto y así opinan los sabios que en la capacidad de irritarse es donde mejor se manifiesta la energía de la naturaleza humana. Es más, de esa irá buena -controlada- que se revuelve apasionadamente exigiendo justicia, dice Santo Tomás, dirigiéndose a los estoicos: " Puesto que la naturaleza del hombre está compuesta de alma y cuerpo, de espíritu y materia, es algo bueno para él el que se entregue a la virtud de forma integral, es decir, con el espíritu, con los sentidos y con la propia carne. Por eso la virtud que ha de ser humana, exige que el deseo de justa reparación no venga solamente del alma, sino que ocupe también los sentidos y se extiende a todo el cuerpo" ( De la obra Sobre el mal, de un artículo de la misma, titulado ¿Es la ira siempre mala?). Expuestas están pues mis preocupaciones antejuicio. Hasta ahora la sentencia del asunto me despejo esas dudas... Pero ahora estoy pendiente de sentencia... Luis Felipe de los Ríos