© Ajuntament de Barcelona © Google Túnel del tiempo Barcino El pasado romano de Barcelona sale a la luz El dinamismo de la Barcelona romana, Barcino, se demuestra con la constante aparición de noticias sobre hallazgos arqueológicos en la capital catalana relacionados con esta época. G racias a ellos, sabemos mucho de su pasado, AUNQUE en su subsuelo QUEDA todavía mucho por descubrir. Iván Giménez Chueca Historiador. Túnel del tiempo / Barcino C olonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino fue el nombre que el primer emperador romano, Octavio Augusto, dio a una nueva colonia en la costa norte de la península Ibérica entre los años 15 y 13 a. de C. Han pasado dos mil años desde entonces, y este período de la historia de la capital catalana ha quedado ensombrecido por otras épocas como la medieval o la modernista. La antigua urbs se ubicaba justo en pleno corazón del casco urbano actual, el conocido distrito de Ciutat Vella, lo que ha dificultado los trabajos arqueológicos llevados a cabo en las últimas décadas. Éstos han quedado habitualmente supeditados en gran medida a la aparición de restos como consecuencia de obras públicas y privadas. Gracias a ello, en la actualidad sabemos bastante de la Barcino romana, pero aún quedan algunas lagunas y muchas incógnitas por desvelar. ¿Qué importancia tenía la ciudad en la red de urbes romanas de Hispania? ¿De qué vivía? ¿Qué significaba ser ciudadano barchinonensis? ¿Cómo estaba orientado el foro? ¿Hubo grandes edificios de entretenimiento como un anfiteatro? ¿Cómo era el puerto? Para intentar arrojar la máxima luz posible sobre todo ello, en 2012 el Ayuntamiento puso en marcha lo que se ha denominado como Plan Barcino, con la voluntad de impulsar la investigación y la divulgación de su pasado romano. Los orígenes de Barcino Como se ha dicho, Barcino se fundó en los años finales del siglo I a. de C., a camino entre la importante Tarraco y Emporion (el primer asentamiento romano en la Península), con los veteranos de las legiones que habían luchado en las Guerras Cántabras. En el caso concreto de la futura Barcelona, se quiso aprovechar una posición privilegiada en torno al monte Táber, un cerro situado en el corazón del actual Barri Gòtic hoy imperceptible, que dominaba una pequeña llanura junto al mar entre las desembocaduras de los ríos Llobregat y Besós. Como era habitual, Barcino respondió al urbanismo romano clásico con su forma octogonal y sus calles princi- El foro se situaba donde hoy están el Ayuntamiento y la Generalitat. El núcleo del poder ha estado en el mismo lugar dos mil años. pales, Cardo y Decumano, que iban a parar al foro. La antigua Barcelona era una ciudad pequeña si se comparaba con los dos grandes centros urbanos de las dos provincias de Hispania: ocupaba unas 12 hectáreas, frente a las 60 de Tarraco (Tarragona) y casi el centenar de Emerita Augusta (Mérida). Para valorar adecuadamente la importancia de Barcino en el contexto de la Hispania romana debemos tener muy presente la relación de la ciudad con su entorno, plagado de villas que generaban una importante actividad comercial, especialmente centrada en el vino. Así lo han demostrado los trabajos arqueológicos en la Vila Romana de la Sagrera, unos restos que aparecieron en 2011, durante las obras del tren de alta velocidad. En ese sentido, Carme Miró, responsable del Plan Barcino del Ayuntamiento de Barcelona, recuerda que “los romanos entendían la ciudad como un término municipal y no solo un casco urbano, un poco como hacemos nosotros ahora”. La prosperidad de Barcino se mantuvo hasta el siglo III d. de C. cuando el Imperio Romano empezó a dar muestras de debilidad y cuando tuvieron lugar las primeras invasiones bárbaras. De todas formas, la ciudad volverá a vivir una etapa de prosperidad mercantil en el siglo IV, para convertirse en sede episcopal y capital de los visigodos en la centuria siguiente. El centro del poder Como bien se sabe, el foro era el corazón de las ciudades romanas, y Barcino no iba a ser una excepción. Entre la comunidad de arqueólogos existe el consenso de que sus restos se encuentran bajo la actual plaza de Sant Jaume, donde hoy en día se encuentran las sedes del poder político de la ciudad: el Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Cataluña. Es decir, durante 2.000 años el núcleo del poder se ha mantenido en el mismo lugar. Para los arqueólogos esta ha sido siempre una zona complicada de trabajar, según recuerda Carme Miró: “Nosotros intervenimos en relación a obra pública o privada, y en la Plaza Sant Jaume no se han hecho obras desde el siglo XIX, cuando se demolió la Iglesia de Sant Jaume con la reforma de la Via Laietana”. Por este motivo, se contemplan actuaciones aplicando nuevas tecnologías como el georadar. Existe una práctica unanimidad científica sobre la ubicación del foro romano, pero otra cuestión es saber cómo era este foro y cuál era su orientación exacta. Uno de los restos más evidentes son las cuatro columnas del templo de Augusto en la vecina calle Paradís. En este sentido, este año 2014 dos arqueólogos, Héctor Orengo y Ada Cortés de las universidades de Sheffield y de Southampton respectivamente, han planteado una teoría que cambia la tradicional interpretación de la orientación de este edificio. Para estos dos arqueólogos el foro no miraba hacia la actual plaza, sino que se tendría que girar 90 grados, y ubicarla frente a la actual Catedral. Como se ha creído desde los estudios del arqueólogo Antoni Celles que se remontan a 1835. Según explican los mismos autores de esta hipótesis, “tres tipos de información nos han hecho replantear el templo: la proporcionada por la arqueología, la documentación antigua y la comparación tipológica con otros paralelos hispánicos”. Para respaldar los datos que aportan, Orengo y Cortés apuntan que es muy probable que el templo de Barcino fuera semejante a los de Évora y Mérida, con sus estructuras de columnas externas. También recuerdan que su teoría no es totalmente novedosa, y ya se planteó en los años 50 por el entonces director del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), Agustí Duran i Sanpere. una placa en el museo de historia de Barcelona recuerda su nombre romano: Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino. mapa de la barcelona romana A su derecha, las cuatro columnas del templo dedicado a Augusto, que pueden verse en la calle Paradís, junto a la plaza Sant Jaume, antiguo foro. 36 CL Í O CL Í O 37 Túnel del tiempo / Barcino La Barcino de la Antigüedad tardía es la mejor conocida porque está en el estrato más reciente, el que suele aportar más descubrimientos. en la iglesia dels sants màrtirs Just i Pastor se halló en 2012 un baptisterio, lo que probó que al final de la época romana Barcelona tuvo dos obispos. Orengo y Cortés han publicado sus teorías en la prestigiosa revista Oxford Journal of Archaeology, pero esto no les ha servido para superar las reticencias que muestran otros expertos a aceptar una nueva orientación del foro. Con todo, los dos arqueólogos reconocen que el MUHBA y los responsables del Plan Barcino han mostrado una voluntad abierta al debate para aclarar en un futuro cercano la verdadera orientación del foro y del templo. El símbolo del poder imperial La Barcino de la Antigüedad tardía es el período que mejor conocemos, porque al estar en el estrato más reciente es la que suele aportar más descubrimientos. Este es el caso del hallazo, a finales de 2012, de un baptisterio en la basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor, lo que confirmaba la existencia de un segundo núcleo episcopal en la ciudad. Es decir, que cuando Barcelona pasó La pujanza económica de la urbe romana indica que una amplia base de población pudo disfrutar de cierto bienestar. de ser romana a visigoda, la ciudad tuvo dos obispos: el cristiano romano, y el arriano (Ver recuadro). Otra de las huellas más visibles del pasado romano barcelonés son los tramos de la muralla que aún pueden verse a pie de calle en lugares como la calle Sostinent Navarro, la plaza Traginers o la plaza Ramon Berenguer. Tal y como recuerda Carme Miró, “durante años se pensó que había dos tramos de murallas, uno correspondiente a la del siglo I d. de C. y otro al de la fortificación posterior del siglo III d. de C.” Pero en realidad, y tal y como nos recuerda la responsable del Plan Barcino, hoy sabemos que lo que esta- mos viendo son dos murallas en una. La cara interior correspondería a los muros levantados en la época de la fundación, una estructura que simbolizaba el poder imperial de Augusto, ya que en plena pax romana no era necesario tener una enorme estructura defensiva. Mientras que la cara exterior es de finales del siglo III d. de C. cuando las incursiones bárbaras hicieron necesario tener más protección, y se añadieron 76 torres defensivas. Hoy en día, la muralla aparece y desaparece entre los edificios de las calles del distrito de Ciutat Vella, y se está trabajando para conocer mejor algunos tramos más que están ocultos; como por ejemplo en la calle Avinyó. Por otro lado, gracias a las partes visibles y a las labores arqueológicas, Barcelona puede presumir de tener una de las fortificaciones de aquella época mejor conservadas en Europa. La vida cotidiana en la Barcelona romana La pujanza económica de Barcino ha hecho pensar a los arqueólogos que tal vez había en esa Barcelona antigua una amplia base de población que gozase de un cierto bienestar. Esta hipótesis también ha contado con el aval de algunos restos arqueológicos encontrados en algunas domus (casa) y en las dos obiSpos para la Barcelona visigoda En los últimos tiempos de la Barcelona romana la ciudad tuvo dos obispos: uno era cristiano romano y el otro arriano. Hasta la fecha la dualidad de líderes religiosos había sido solo una hipótesis. Los visigodos se establecieron en Barcino en el año 415, cuando Ataúlfo instaló su corte allí tras cruzar los Pirineos y venir a Hispania en ayuda de las legiones romanas. Este pueblo germano profesaba el arrianismo, una herejía del cristianismo, y ocuparon la catedral que había en aquellos momentos (en el mismo lugar donde puede verse el actual templo), mientras que el obispo cristiano romano tuvo que instalarse en una nueva sede en la cercana basílica de Sant Just i Pastor, un templo que todavía podemos ver hoy en día, pero cuya imagen actual es de estilo gótico del siglo XIV. Independiente del credo, lo cierto es que en esta época tardo-antigua de la Barcelona romana, el conjunto de edificios episcopales ocupaban una cuarta parte del casco urbano de entonces, algunos de cuyos restos pueden contemplarse en el interesante recorrido por el subsuelo de la sede del Museu d’Història de Barcelona (MUHBA) en la Plaza del Rei, una visita obligada para quien quiera conocer de primera mano cómo era una ciudad romana. Túnel del tiempo / Barcino En la plaza Antoni Maura hay restos de una villa suburbana que según se cree tuvo un papel importante en la cristianización de la zona. villas de los alrededores de la ciudad. Dentro del casco urbano se han producido hallazgos interesantes como el de la domus del número 15 de la calle Avinyó. Los restos de esta casa son de diversas épocas y destaca el mosaico en el techo, representando el rapto de Ganímedes, y está datado en el siglo I d. de C. También encontramos domus en otros lugares céntricos de esa Barcelona, como por ejemplo la de la calle Sant Honorat (abierta al público), los restos en el Arxiu Administratiu Contemporani o en la plaza Antoni Maura donde hay los restos de una villa suburbana que los investigadores consideran que tuvo un papel importante en la cristianización de la zona. Como ya se ha apuntado, la realidad de Barcino no podría entenderse sin conocer su entorno inmediato, las villas, que se encontraban extramuros, en distritos de la actual ciudad Barcelona. El caso paradigmático es el de la villa de la Sagrera, hallada durante las obras del AVE en el verano de 2011. Se Barcino no puede entenderse sin las villas extramuros, como la de la Sagrera, hallada en 2011 durante las obras del AVE. trata de una finca que fue propiedad de una familia patricia, de alrededor de 1.100 metros cuadrados, casi con la misma extensión que la propia Barcino. Estaba poblada por viñas. Otros hallazgos que se han realizado en estos años han confirmado la importancia de la producción vitivinícola, con la presencia de los restos de una importante prensa. Sus orígenes serían casi paralelos a los de la propia ciudad en el siglo I a. de C. y se habría ido ampliando en los siglos poste- riores en una muestra del poder económico de la familia propietaria. También destaca su mosaico policromo de unos sesenta metros cuadrados, dividido en dos sectores. Hasta ahora se ha podido ver la representación de elementos figurativos como son dos pájaros bebiendo, y un recipiente con flores. Sigue en la página 36 CUATRO TRAMOS DE MURALLA aún visibles a pie de calle. De izquierda a derecha, junto a la actual catedral, la plaza Ramon Berenguer (tras la estatua del mismo), y la plaza dels Traginers. DURANTE MUChO TIEMPO SE CREYÓ que había dos tramos de muralla, uno del siglo I d. de C. y otro del siglo III. Hoy se sabe que en realidad se trata de dos murallas en una: la interior y la exterior. 40 CL Í O CL Í O 41 Túnel del tiempo / Barcino ENTREVISTA A CARME MIRÓ, responsable del plan barcino ÚLTIMAMENTE, CARME MIRÓ, la responsable del Plan Barcino del Ayuntamiento de Barcelona, ha tenido una presencia habitual en los medios de comunicación explicando los continuos hallazgos de restos romanos en la capital catalana, desde los grandes trabajos en la villa de la Sagrera hasta la última necrópolis y los tramos de la Via Augusta original encontrados a finales de junio en el mercado de Sant Antoni. ¿Cómo definiría a grandes rasgos el Plan Barcino? El Plan Barcino nace en esta legislatura del gobierno municipal. El objetivo es concienciar a la gente que vivimos en una ciudad romana. Le hemos puesto el lema: “Ilusionar a la ciudadanía con la arqueología”. Se trata de que los ciudadanos vean la arqueología no como una cosa negativa -se nos acusa de parar obras-, sino positiva porque damos valor a la ciudad. Nos centramos en el pasado romano, pero esto no quiere decir que dejemos de lado otras épocas como la medieval (muralla), el Born o los restos prerromanos en Montjuïc. ¿La falta de conocimiento entre el gran público es el punto débil de la Barcelona romana? En parte sí. Hace más de 100 años que se hacen excavaciones en Barcelona, que ha sido pionera en arqueología urbana. Hay que diferenciar entre hacer arqueología en la ciudad y por la ciudad. Hemos excavado mucho pero hemos publicado poco, y hemos hecho poca difusión. La arqueología es un servicio público y más en nuestro caso que somos un servicio municipal, nos pagan con los impuestos de la gente. Debemos devolver nuestro trabajo a los ciudadanos de Barcelona. 42 CL Í O Vinculamos mucho a Barcino con el recinto urbano en la Ciutat Vella, pero ¿cómo era la relación con su entorno inmediato? Casi todos los distritos de Barcelona tienen restos romanos, no solo Ciutat Vella. Ahora hemos trabajado dentro del Plan Barcino un aplicativo sobre la ciudad del siglo III con un plano que marca las vilas y otros restos en las diversas zonas de Barcelona: Sant Andreu, Les Corts… Nos interesa que la gente de los distritos asuma este pasado romano. ¿Barcino era también una ciudad abierta al mar como lo es Barcelona en la actualidad? Últimamente, Santi Riera -doctor de la Universidad de Barcelona- y Ramon Julià -doctor del CSIC- han publicado un artículo al respecto en la revista Aquaris, y hace poco también encontramos el rastro de un muelle romano en el Paseo de Colón. Cada vez tenemos más claro que el mons Taber era algo así como una península donde el mar subía por la Via Laietana, y disfrutaba de un pequeño golfo donde se erigió un primer puerto, no muy bueno pero que se mantuvo. Aunque la desembocadura cercana del río Besós lo fue tapando con sus sedimentos y fue necesario realizar varios diques. Hay que considerar que desde la época romana, en Barcelona hemos ido ganando mucho terreno al mar. Por entonces, la línea de costa iría por la zona del templo de Santa Maria del Mar y el Paseo del Born. Sobre algunos de los proyectos de divulgación, ¿en qué estado se encuentra el proyecto de museización de la domus de la calle Avinyó? Es uno de los temas prioritarios. En la domus, destaca el conjunto de pinturas del siglo I-II d. de C. que son únicas en Barcelona y muestran de una manera espectacular el rapto de Ganímedes. Son de las más antiguas que tenemos. Hemos trabajado a fondo con un equipo multidisciplinar con arquitectos, y el espacio casi listo para comenzar las obras de museización. Está previsto que el público pueda visitarlo a partir del primer “Barcelona es pionera en arqueología urbana”. trimestre de 2015. El proyecto va en la línea de abrir conocimiento de la época romana a la ciudadanía. ¿Y qué es la aplicación Smart Barcino? Hemos puesto en marcha una app bastante enciclopédica que combina texto con tecnología visual de videojuegos. Servirá para explicar Barcino y la interrelación con su entorno. Se puede usar en ordenador, tablet o teléfono inteligente. ¿Han tomado en estas labores el modelo de los trabajos realizados en otras ciudades romanas? Tenemos contacto constante con otras ciudades como Tarragona, Viena, Mérida, Ébora... Pero si lo que queremos es buscar una ciudad que recuerde mucho a Barcino, esa es sin duda Ostia Antica, el puerto de la antigua Roma. ¿Dónde se pueden esperar más noticias en el futuro? En la muralla del siglo III. Luego en la domus de la calle Avinyó, ya que museizar un espacio significa obtener mucha información para transmitirla correctamente. Estamos asimismo trabajando en los acueductos, y más a largo plazo queremos hacer algo con el Foro. Finalmente, tmbién me gustaría destacar los trabajos en la iglesia de Sant Josep Pastor sobre la Barcelona tardoantigua. CL Í O 43 Túnel del tiempo / Barcino Como buena ciudad romana, Barcino tenía un desarrollado sistema de suministro de agua, con dos acuedutos. Nuevos espacios museizados y futuros trabajos arqueológicos acercarán el período histórico menos conocido al gran público. Viene de la página 32 El agua de Barcino Como buena ciudad romana, Barcino tenía un desarrollado sistema de suministro de agua. Los dos acueductos que saltaban los últimos obstáculos orográficos, el del Besós y el de Collserola, son objeto de investigación por los arqueólogos desde hace tiempo. Uno de los motivos por los que los romanos decidieron erigir Barcino fue por la abundancia de recursos hídricos, como las dos desembocaduras de los ríos Besós y Llobregat y las numerosas rieras que transcurrían por célebres calles actuales como La Via Laietana o las Ramblas. De los dos acueductos citados, el más conocido es el que procedía del río Besós, tanto por las referencias en las diversas fuentes históricas como por el intenso estudio al que ha sido sometido. La estructura hídrica que construyeron los romanos fue la base para desarrollar posteriormente el llamado Rec Comtal, que suministró de agua a la ciudad desde la época medieval hasta bien entrado el siglo XIX. De su estructura puramente romana, hoy pueden verse aún tramos por la zona del Barrio Gótico, como por ejemplo, en las calles Magdalenes y Duran i Bas. En éste último aún pueden apreciarse cuatro arcos incrustados en una pared poste- rior. El acueducto entraraba en la ciudad por la zona de la actual plaza Nova, en las inmediaciones de la Catedral. El otro acueducto procede de la sierra de Collserola, donde se encuentra el célebre monte del Tibidabo. Allí recogía el agua de diversas fuentes y luego su trazado transcurría prácticamente por el mismo lugar por donde hoy se encuentra el Paseo de Gracia hasta Portal de l’Àngel, y entraba en Barcino también por la plaza Nova. Sin embargo, mientras el acueducto del Besós fue reconvertido en la Edad Media y utilizado hasta el siglo XIX, en este caso parece que dejó de utilizarse en el siglo X cuando la construcción de la catedral románica obligó a una serie de cambios urbanísticos de la Barcelona medieval. Como se puede ver, todavía queda mucho trabajo por realizar en la Bar- celona romana, que no para de dar noticias interesantes que nos permiten conocer los primeros siglos de vida de la capital catalana. La apertura de espacios museizados como la domus de la calle Avinyó y los futuros trabajos para conocer mejor el Foro serán pasos importantes a la hora de acercar este período de la historia de la ciudad menos conocido al gran público. ¿Un anfiteatro en BARCINO? MOSAICOS encontrados en la domus de la calle Avinyó (arriba), en el distrito de Ciutat Vella, y en el barrio de la Sagrera (izquierda). vista aérea de los trabajos en la calle Sostinent Navarro, donde todavía pueden verse restos de muralla. 44 CL Í O La presencia de un anfiteatrO, o de un gran edificio destinado a espectáculos, en Barcino es una de las cuestiones que más llaman la atención cuando se piensa en posibles hallazgos futuros en el subsuelo de la ciudad, aunque los expertos prefieren ser muy cuidadosos al respecto. La principal defensora de la hipótesis de su existencia es la historiadora Jordina Sales del Grupo de Investigación en Antigüedad Tardía de la Universidad de Barcelona. Según su propuesta, el anfiteatro romano estaría ubicado en el actual emplazamiento de la Basílica de Santa María del Mar (en la imagen), uno de los templos más populares en la capital catalana. La edificación estaría en un estrato inferior al de una necrópolis tardoantigua de los siglos IV a VI. La investigadora se apoya en una serie de elementos para defender su hipótesis. En primer lugar, que el templo actual data del siglo XIV, pero antes hubo otra iglesia llamada Santa Maria de les Arenes (Arenas). Según Sales, este apelativo no se refería a la playa cercana, sino a la presencia de un anfiteatro como sucede en otras ciudades como Nimes (Francia) o Padua (Italia), donde sí que se han encontrado restos de estos recintos de espectáculos. Otros puntos que reforzarían esta hipótesis son el dibujo urbano de la zona de Santa Maria del Mar, con una forma elíptica, algo que también se ha visto en ciudades con anfiteatro como Lecce o Córdoba, y que el lugar acogió en época medieval el espacio dedicado a las justas de caballeros. Por su parte, Carme Miró se muestra contraria a estos planteamientos. Según ella, “las teorías sobre el anfiteatro se pueden desmontar fácilmente”, y recuerda que la línea de costa en época romana pasaba muy cerca de Santa Maria del Mar, por lo que probablemente no era una buena ubicación para un anfiteatro. Con todo, la responsable de la arqueología municipal no se cierra en absoluto a la presencia de grandes edificios de entretenimiento en Barcino, y sostiene que “estos edificios eran de madera, son construcciones que no dejan tantas huellas arqueológicas, puede que no los hayamos encontrado”. CL Í O 45