Tenemos que realizar una recensión, una reflexión sobre el libro “Hacia una inteligencia digital”, de los autores Antonio M. Battro y Percival J. Denham. Nos parece que tenemos que hacer una reseña de las actividades más importantes que han realizado hasta el día de hoy, ya que son ambos autores contemporáneos. El Sr. Antonio M. Battro nació en Mar del Plata en 1936. Es Doctor en medicina de la Universidad de Buenos Aires y Doctor de la Universidad de París en psicología. Fue miembro del Centro Internacional de Epistemología Genética (Universidad de Ginebra, Prof. Jean Piaget) y fue Director asociado de la Escuela Práctica de Altos Estudios en el Laboratorio de Psicología Experimental y Comparada (Universidad de París, Prof. Paul Fraisse) y Visiting scholar en Harvard. Obtuvo las becas Guggenheim, Fulbright y Eisenhower y el Premio Nacional de Ciencias en Psicología y Educación en la Argentina. Es miembro de la Academia Nacional de Educación. Robert F. Kennedy Visiting Professor de la Universidad de Harvard (2002-2003). Miembro de la Pontificia Academia de Ciencias (2002-) Ha escrito varios libros y artículos, y en colaboración con Percival J. Denham ha publicado: “Discomunicaciones: computadoras para niños sordos” (1989), “La educación digital” (1998), “Aprender hoy: Una colección de ideas” (2003) y “Hacia una inteligencia digital” (2007). Es autor de: “Half a Brain is enough” (2000). Ha sido uno de los primeros en introducir las herramientas de la computación en la enseñanza en la Argentina y Brasil. Como socio de Battro & Denham es consultor internacional de instituciones educativas y empresas. Actualmente se dedica a la aplicación de las nuevas tecnologías informáticas en el desarrollo de las capacidades neurocognitivas. Por su parte, el Sr. Percival. J. Denham, es nacido en Buenos Aires en 1961. Casado con Florencia Cornejo (profesora de sordos). Tienen tres hijas (Florencia , Victoria y Sofía ). Ha realizado un trabajo pionero en el campo de las comunicaciones digitales para sordos y en la implementación de talleres de diseño gráfico para discapacitados motores en Argentina, España y Brasil. Como socio de Battro & Denham, su actividad principal es la de proveer sistemas digitales accesibles para todo tipo de usuario y promover un uso creativo de herramientas informáticas en empresas, instituciones educativas y en familias. Como educador está profundamente involucrado en la organización, marketing, relaciones públicas y capacitación de docentes, profesores universitarios, administradores y empresarios. Cuenta también con amplia experiencia en aspectos técnicos como planificación de presupuestos, monitoreo de compras e implementación de hardware y software, y en el diseño de espacios físicos apropiados para una mejor interacción humana con las máquinas. Estamos hablando entonces de personas que tienen una experiencia muy grande, con amplios conocimientos en la aplicación de las nuevas tecnologías 1 informáticas en el desarrollo de las capacidades neurocognitivas, así como también capacitación de docentes y empresarios. Hacen referencia sobre todo de Howard Gardner, quien con su teoría de las inteligencias múltiples, de alguna manera le da sostén a los planteos que ellos hacen. Ya Gardner decía que existían 8 inteligencias: pues para ellos la inteligencia digital sería otra más. Para ellos la inteligencia digital se expresa en un espacio de decisiones, que llamamos “espacio clic”, cuya dimensión depende del número de clics independientes, lo que da lugar a una combinatoria de posibilidades que crece exponencialmente a medida que aumenta en forma lineal el número de clics independientes. Este concepto de opción clic, guía todo el libro. El núcleo de esa inteligencia está formado por dos componentes, que pueden ser consideradas dos sub-inteligencias: la opción clic y la heurística. Creen que tal vez existan otras sub-inteligencias que no han investigado aún, pero estas son candidatas para ser sometidas a los criterios de Gardner. Tratan como centro de sus estudios, el de la inteligencia digital. Es más, como el mismo Gardner lo sugiere, en el futuro podrán surgir nuevos dominios para ejercer una inteligencia que hoy no se manifiesta por falta de terreno fértil. Esto daría lugar a una expansión progresiva de la teoría de las múltiples inteligencias. Será el caso, precisamente, de la inteligencia digital, cuyo dominio recién se abre a la humanidad. Ninguna inteligencia particular se manifiesta en «crudo», dice con razón Gardner, cada una de ellas necesita un soporte social donde afirmarse y requiere un largo aprendizaje para llegar a un «estado final», a un «estado adulto» (Gardner 1999, 38). Cada inteligencia debe, además, seguir determinados caminos para alcanzar la maestría deseada por el individuo que la ejerce. Y estos caminos están en perpetua remodelación, según las épocas y las culturas. Los niños ya han nacido en esta sociedad del conocimiento. Es evidente que un niño se sumerge en esta corriente de símbolos digitales con extraordinaria facilidad, una disposición que causa «envidia» a muchos adultos. Existe una capacidad cerebral innata, específicamente ligada a la opción clic, que facilita en gran medida esta «inmersión digital» y que resulta tan natural para todos los niños del mundo. Algo semejante a lo que sucede con el lenguaje materno. Los niños actuales hablan «digitalés» sin necesidad de manuales, así como tampoco necesitan aprender la gramática para hablar. Los niños que han nacido en la era digital están en contacto con una amplia variedad de artefactos digitales, procesadores, sensores y motores de todo tipo desde muy tierna edad y aprenden a convivir con ellos. Ciertamente, esta convivencia está acompañada del artificialismo y animismo propios de la nueva tecnología, que podríamos llamar artificialismo y animismo digitales. Para ellos, hay mil maneras de pasar del estado de “novicio”, “de aprendiz”, al estado de “experto”, de “maestro” y que cada uno de nosotros ha vivido la experiencia de haber realizado un recorrido muy personal en la adquisición de las habilidades digitales. Todos con experiencias distintas. La misma noción de «ser experto», de ser perito en el mundo digital, se ha enriquecido y las habilidades digitales correspondientes se han multiplicado de manera prodigiosa. Los caminos para desarrollarlas, también. 2 Afirman, que la inteligencia musical se puede educar, desde muy temprano, y lo mismo sucede con la inteligencia digital. La precocidad es una característica común de ambas inteligencias, pues son lenguajes altamente estructurados, que el niño pequeño, sin ser prodigio, puede llegar a dominar, como lo hace con el habla familiar. El lenguaje musical y el «digitalés» (el lenguaje computacional común de los clics) están, seguramente, muy próximos. Una persona que ha ejercitado su inteligencia digital se destacará por su habilidad en identificar errores de códigos, clasificar diferentes versiones de utilitarios, utilizar un mayor abanico de recursos y «trucos» digitales, etcétera. Cuando una persona ha incorporado el «digitalés», disfruta grandemente de su aplicación, no le presta tanta atención a las herramientas digitales (siempre cambiantes), sino que las utiliza con total naturalidad para cumplir sus objetivos. También, dentro de sus estudios y diferentes trabajos realizados, se destacan los realizados con discapacitados. Se preguntan: ¿existen discapacidades «estrictamente» digitales? Dicho de otro modo, ¿hay acaso personas que tengan dificultades transitorias o permanentes en la comprensión y en el uso de la tecnología digital, individuos que no puedan desarrollar una inteligencia digital? Así como existen afasias, alexias, anomias, ¿existirá algo como una «acliquia», un impedimento en usar la opción clic, una «alexia hipertextual», o síndromes semejantes ligados a una discapacidad digital específica? Es obvio que no todos los individuos que interactúan con las máquinas digitales lo hacen con la misma facilidad. Pero de allí a tener una incapacidad o discapacidad digital específica hay un paso importante. En su vasta experiencia clínica con centenares de pacientes, niños y jóvenes discapacitados mentales, sensoriales y motores, adultos, han encontrado muy pocos que hayan manifestado problemas insalvables con las computadoras. Es verdad que algunos todavía se jactan de no usarlas y otros se apartan con temor y vergüenza de ellas. Suponemos que estos grupos reaccionarios o reticentes irán disminuyendo a medida que la tecnología sea más accesible y ubicua y que las nuevas generaciones digitales sucedan a las precedentes. De estos grupos, todavía encontramos en nuestro país, aquellos que se muestran reticentes al uso de las nuevas tecnologías. Opino lo mismo que los autores: irán disminuyendo poco a poco, tendrán que ir adoptando las nuevas tecnologías, hasta que sean sustituídos por las generaciones mas nuevas. Citan una experiencia muy particular, en una comunidad aborigen, de etnia quechua, en el norte de la Argentina. Se trataba de unas doscientas familias que vivían de la agricultura y de la ganadería en los Andes. Un día el jefe de la comunidad se acercó al laboratorio para pedir ayuda. Quería instalar computadoras para asistirlos en el proceso de comercialización de la quinua, un cultivo de origen incaico que luego se fue reemplazando por el de cereales importados de España. Debido a sus características nutritivas, la quinua comenzó a ser revalorizada y un equipo de agrónomos propuso a esta comunidad encarar su cultivo metódico. Pero al mismo tiempo, ese interlocutor aborigen les explicó que las computadoras necesarias para el manejo comercial de este nuevo emprendimiento se podían también convertir en un poderoso instrumento didáctico para los niños y jóvenes. Esa idea los entusiasmó y decidieron participar en esta experiencia inédita en Argentina. Para ello, formaron un equipo de profesionales y voluntarios que concurrieron al lugar para impartir el entrenamiento debido. Las dos primeras computadoras fueron adquiridas con el producto de la venta de productos 3 artesanales y se presentaron a la comunidad con un ritual propio. Por unos días se mostraron a todos los integrantes, grandes y chicos, en una choza donde se las exhibía rodeadas de ofrendas sencillas, y eran objetos de libaciones y fiestas. Después pasaron a un local que hacía de laboratorio de computación, el primero de la región, y se invitó a los niños a trabajar con ellas. En esa época estaba 78 en auge el lenguaje Logo, desarrollado por Seymour Papert en el MIT, y aprovecharon sus facilidades de programación para hacer dibujos geométricos. Algunos eran conservados en diskettes y los recibían luego en Buenos Aires con gran alegría. Fue mucha su sorpresa ya muchos nombres de procedimientos Logo estaban escritos en lenguaje quechua y los dibujos no eran ciertamente convencionales sino que representaban animales de la región, llamas y cóndores con trazos de gran belleza formal. Merece destacarse que eso sucedía hace casi tres décadas, cuando las computadoras en el ámbito escolar eran objetos aún muy escasos y caros, ni siquiera nuestro Ministerio de Educación argentino contaba con esos equipos. Una vez más, el avance digital se daba en los «márgenes». La experiencia didáctica fue tan exitosa que cuando se introdujeron generadores eléctricos de bajo costo, la misma comunidad aborigen se ocupó de cargar las computadoras a lomo de mula y llevarlas a pequeños poblados aislados en la alta montaña, para compartirlas. Estas experiencias se repitieron bajo diferentes formas y modalidades en las más variadas comunidades, ricas y pobres, a lo largo y ancho de todo el país. Los resultados están a la vista y muchos de aquellos niños pioneros dispersos por la Argentina, hoy son líderes de su generación y algunos han llegado a ser profesionales exitosos en la especialidad informática. Afirman que nunca han tenido noticias de una comunidad que haya fracasado en el empeño de instalar computadoras. Por lo visto, la motivación continúa siendo muy alta y advierten que la incorporación creciente de nuevos contingentes humanos en el dominio digital es una constante en casi todos los países. Ello implica que hoy existe una amplísima base para desarrollar una inteligencia digital para todos y esto hace más dolorosa la existencia de una «brecha digital» entre los que tienen y los que no tienen acceso a estos instrumentos. En este sentido, el programa de una computadora portátil por niño (OLPC), cumple una misión significativa para disminuir esta brecha injusta en los países en desarrollo. Con programas como OLPC que impulsa el uso en red de las computadoras portátiles, tanto en la escuela como en la casa, en el campo como en la ciudad, los niños se formarán en un uso responsable de la tecnología digital si cuentan con el apoyo de la comunidad. Este programa, es el que introdujo el proyecto “Ceibal” en Uruguay. La expansión de las nuevas tecnologías digitales es un dato empírico y determinante de la evolución de las sociedades más desarrolladas. Se puede afirmar que con el tercer milenio hemos ingresado en una era digital, pero solo hemos explorado los primeros tramos de este paisaje. Se anuncian a diario novedades que aún no son fáciles de implementar y menos de evaluar, pero ciertamente la tecnología actual no será la del futuro. Sin embargo, nos atrevemos a postular que en contacto con este desarrollo de artefactos y sistemas digitales, cada día más complejos, se va desplegando también una capacidad específica de 4 la mente humana, que hemos llamado inteligencia digital, en el sentido definido por la teoría de las inteligencias múltiples. La era digital no nos aguarda en un futuro lejano sino que ya vivimos en ella. Pero muchos ignoran este hecho elemental y persisten en viejos hábitos. “Nosotros no nos adelantamos a los tiempos ni invocamos un futuro utópico. Todo lo contrario, hemos tratado de concretar aquí y ahora lo que ya está disponible en las mentes y en las máquinas modernas”, dicen los autores. No hay una edad para ingresar en el mundo digital. Cada generación sabe más que la anterior; como dice Negroponte, cada generación es más digital que la precedente. La tecnología se simplifica continuamente. Pueden aprender en el mismo lugar niños de primaria con adolescentes y personas mayores, cada cual a su ritmo y en diferentes proyectos. La educación digital no discrimina, pero la escuela no podrá crear un hábito digital si el docente no ha logrado incorporar la informática y las telecomunicaciones en su vida diaria. Desde el punto de vista teórico podemos asegurar que el conocimiento no se deforma al transmitirse de un punto a otro del planeta pues, en el mundo digital, todo se "transforma" para preservar la invariancia del mensaje original. Quien recibe es quien decide cómo procesar el mensaje, basta que llegue en forma de bits. Por eso la educación digital es un estilo de transmitir conocimientos que se ha liberado de la fragmentación de los medios de comunicación que nos obligaba a padecer las limitaciones propias de cada canal y nos sometía a la competencia, muchas veces salvaje, entre esos medios. En el mundo digital, por el contrario, hay un único medio, el digital. Durante siglos, en efecto, se han levantado muros impenetrables entre los conocimientos, entre las artes y las ciencias, al mismo tiempo que se han separado a las culturas, y a los pueblos, en compartimentos estancos. Este parcelamiento artificial ha infligido graves heridas a la educación en la teoría y en la práctica. Finalmente afirman, que ahora han comenzado a derrumbarse estrepitosamente estos muros artificialmente construidos por la ignorancia y la soberbia gracias al tremendo impacto de las comunicaciones digitales. Asistimos, reconfortados, a una vuelta a Leibniz, precursor de la nueva era digital y enemigo de crear fronteras entre los conocimientos y entre los pueblos. Todo mensaje que se digitaliza se puede transmitir sin obstáculos a todo el planeta. Por las nuevas redes digitales podrá transitar la enorme riqueza cultural de un nueva sociedad sin fronteras. Y un mundo mejor educado será un mundo más justo y solidario. "Muchas veces me dicen que me anticipo a propiciar cosas que sólo serán posibles de aquí 30 o 40 años. Pero eso no es exacto, porque preconizo lo que es actual y urgente, que ya existe en los países adelantados, mientras que mis contradictores no lo saben porque están 30 o 50 años atrasados y lo ignoran." Bernardo A. Houssay (Premio Nobel de Medicina, 1947) 5