La historia comienza con un pequeño prologo que habla de una chica que se llama Celine. Continua hablando de su familia, que son su padre que es dueño de una tienda de bicicletas y su madre que es ama de casa y de su hermano que es mayor que ella y se fue de casa con 17 años. Celine sacaba buenas notas, era guapa y joven, pero no estaba contenta con su vida porque sentía que no era escuchada por nadie. Ella quería tener algún amigo que no estuviera por interés sino porque le interesara su persona. Cierto día todo cambió cuando conoció a una chica de su misma edad en Amsterdam. La chica llevo a Celine a un caserón situado en Prinsengracht. En ese sitio todo el mundo la recibió de forma amistosa, todos estaban interesados en escuchar lo que les decía acerca de su vida y lo que echaba de menos en ella. Más adelante le hicieron hacer una prueba de espiritualidad para pertenecer completamente al grupo. Se sintió mal porque fue humillada y lloró mucho, pero todos los miembros tenían que superarla y al estar todos juntos se consolaba. Un día fue llevada hasta el líder para preguntarle cosas y que él le respondiera sus cuestiones, aunque no entendió mucho lo que le decía se sintió bien, porque sentía su inspiración y espiritualidad. Arthur Keizer tenía 61 años, vivía en Ámsterdam y su pelo era blanco desde los 35 años. María Keizer le comunicó por el intercomunicador que el café estaba listo. Cuando bajó vio a su esposa, le esperaba mirando por la ventana. Disfrutaban de las tardes juntos desde la jubilación de su marido. Su esposa le llevaba diciendo toda la semana que el caso se lo dejara para el nuevo comisario de policía, Leo Wagenaar. Era alto y delgado y conducía un modelo antiguo de Volkswagen. Leo no era un chico corriente desde pequeño era un niño ruin pero de repente cambió y ahora es comisario de policía. Leo subió al despacho de Arthur para hablar con tranquilidad. Después de hablar del caso de Valentine, se lo dejó a Leo y Arthur se quedó con el de Paul van Ravenswaai. Estos casos eran casos de chicos metidos en la droga, y el de Valentine es un buen ejemplo por su esfuerzo y dedicación. EL CASO DE VALENTINE DE BOER. Valentine de Boer, nació un día de San Valentín del año 1967. Su padre se llamaba Herman de Boer y su madre Josy Rutherford. Según la tradición al niño deberían llamarlo como al abuelo pero como nací en Febrero dijeron que si nacía el día de San Valentín le llamarían Valentine o Valentina. En muchos intentos intentaron tener un segundo hijo pero nunca llegó. Tas pasar el tiempo Valentine entró en el colegio y después de aprender a leer, leyó una frase que se le quedo guardada en su cabeza durante una semana. “Él cerró la puerta y jamás regresó a esa casa de nuevo”. Él junto a sus padres realizaron viajes por sitios como; Italia o Francia. Al igual que por la tierra de su madre Inglaterra. En uno de sus cumpleaños sus padres se fueron a Estados Unidos en viaje de negocios. Valentine se quedó en la casa de unos amigos de sus padres. El avión donde iban se estrelló y no se salvó nadie. Valentine se quedó mucho tiempo creyendo que cualquier ruido serían sus padres que volvían hasta que se dio cuenta de que eso nunca sucedería. El chico repitió en el instituto segundo curso. Su tío Cor y su tía Annie, con los que se quedó les dijo que era por su culpa que no estudiaba. Un día un chico del instituto le ofreció gratis un poco de marihuana, y Valentine aceptó. Al cabo del tiempo fue probando drogas nuevas y se acabó enganchando. Una vez pasó la noche en la comisaría. Se sometía tratamientos pero no servían de nada. Sus tíos al ver lo que pasaba lo dieron por perdido. Llegó a un acuerdo con el señor Blankenstijn, en el que dejaría la droga si él le pagaba la deuda. Siguió así dos años más, estaba consumido y muy delgado, hasta que los traficantes le amenazaron con una paliza si no pagaba. Entonces se acordó de su tía Diane. Fue hasta allí en autostop porque no tenía dinero ni para un autobús. Cuando llegó le abrió la puerta pero no le dio nada porque estaba enterada de lo que pasaba. Entonces le dijo una frase que se le quedó grabada “No tienes temple. Así nunca llegarás a ser un hombre”. Ella le dijo que se volviera y Valentine le dijo que había venido en autostop, entonces lo llevó hasta la estación, le pagó un billete y le dijo que cuando dejara la droga sería bienvenido a su casa. Cuando llegó fue a ver a Ben Vroege. Le dijo que quería dejar las drogas, y le quiso dar metadona. Pero Valentine no quiso quería dejarlas todas. El señor Ben Vroege le advirtió que ha habido gente que murió en el intento, pero no se arrugó y le echó valor. Así que Ben Vroege le ayudó hasta el final. Después de todo dejó las drogas y fue a ver a sus tíos Cor y Annie. Le dieron un piso y le dejaron, como él quiso, volver al instituto. Hasta que se acabara el curso, los profesores le daban las clases en su piso. Al empezar el curso siguiente fue admitido y rápidamente se convirtió en el líder de la clase. Se le quitó la costumbre de no dejar dar clase al profesor de Biología, y se convirtió en el delegado. Pasó de ser el representante de su curso a serlo de todos los alumnos, porque además le gustaba. Una tarde su tía Diane fue a verlo a su piso y le dijo que se había enterado de todo y que ahora sí era bienvenido a su casa. Al final Valentine aprobó el examen final y se matriculó en la universidad para estudiar filología inglesa. Keizer empezó a buscar en el ordenador nombres de chavales, iba mirando los nombre de cada uno pero ninguno le gustaba, el tenía la elección echa, Paul van Ravenswaai. Pero de todas maneras buscaba por si acaso. Su mujer le indicó por el intercomunicador que Leo ya había llegado, entonces Leo subió al despacho. Leo le informó que Valentine se iba seis días a Escocia y que estaría un mes. De Paul sabían que no se iba, pero que sus padres venían de Costa de Marfil en agosto. Luego Leo se marchó. EL CASO PAUL VAN RAVENSWAAI. Su padre se llama Eduard, era el barón de van Ravenswaai y su madre es Henriette, su padre trabajaba en las Naciones Unidas. Después de las dos niñas nació Paul, y como es costumbre se le puso el nombre del abuelo. En un bosque se encontraron con un conocido del padre y obligó al hijo a quitarse la gorra, pero no quería. En casa le intentó explicar lo del gorro pero seguía sin hacerlo. Y entonces lo castigaron sin comer, pero él no se arrugaba y seguía sin quitarse la gorra, en su casa estaban todos asombrados. A los dos días la madre subió para convencerle de que se tenía que quitar la gorra ante el padre, bajó con el niño pero seguía sin quitársela, al final el padre se la quitó y la echó al fuego. Paul se matriculó en un internado. Allí Paul entabló amistad con un chico .Era nervioso, pequeño, de pelo rizado. Toby llamaba a Paul de vez en cuando gorila. Paul tenía ya 17. Un día desapareció del despacho del director 4000 florines, que estaban en una caja fuerte con llave, la cerradura estaba forzada. Entonces en la taquilla de Toby encontraron casi 3000 florines y le acosaron de robarlo. Toby decía que una vez fue con su tío al casino y allí lo ganó. Pero en el casino dijeron que no lo conocían. Entonces lo expulsaron. Paul dijo que él buscaría al culpable para limpiar a su amigo. Poco después Jan-Hein de Winter se compró una vespino, y empezó a sospechar de él. Paul se lo preguntó, si él había robado el dinero pero solo decía que no. Durante el resto de los días, Paul vigilaba a Jan-Hein para ver si le podía sacar algo, pero nada. Arto de la situación Paul decidió contarle sus sospechas al director de Torton Hall, pero dijo que necesitaba pruebas para acusarlo de eso y que ellos tenían pruebas contra Toby. Un día lo cogió y estuvo a punto de pegarle pero seguía sin hablar. Una semana más tarde, un martes, despertó a Jan-Hein a las cinco de la madrugada y se lo llevó sin decir nada a la torre, donde tenían prohibido entrar. Allí le amenazó con que no saldrían de allí, no comería ni dormiría hasta que no confesara. Le daba igual que empezara a gritar para pedir ayuda, no saldría. Mientras pasaban las horas, Paul leía un libro de ajedrez y Jan-Hein hacía que leía un libro, de repente salió corriendo hacia la puerta para pedir socorro, le escucharon, fueron y llamaron al director. Paul le dijo lo mismo que a Jan-Hein. Le intentó convencer de que lo soltara, pero lo que hizo Paul fue echarle gasolina al tejado para incendiarlo. Llamaron al barón para que hablara con su hijo, pero no querían llamar a la policía para que nadie se enterara. A última hora del día siguiente llegó el barón pero no consiguió nada. Al final Jan-Hein acabó por confesar que él era el ladrón y explicó como lo había hecho. Toby fue readmitido y devuelto su dinero, Jan-Hein fue expulsado y el barón volvió a Costa de Marfil. Paul y Toby pasaron de curso aunque a Paul le quedó francés. Keizer entró en la policía con 23 años. Se caso con María Verwey y tuvo una hija llamada Monique. Su hija a los veinte años se separó de Gerald Duivenbode, un gran arquitecto. Pero para entonces igual que su madre fue madre muy joven. Todos los sábados iban al pueblo a ver a su hija y a su nieta. Un día hablaron de la secta “Almas Vivas”. Keizer contó que se llevó toda su vida de policía detrás de ellos. Dijo que habían intentado infiltrar a gente del cuerpo dentro pero o eran muy viejos o desconfiaban porque podían ser policías. Pero ahora las cosas cambiarían porque iban meter a Valentine y a Paul. También quería llevarse a su nieta, a Josie. Sus padres no estaban convencidos pero Keizer dijo que en ningún momento correría peligro. EL CASO DE JOSIE VAN DUIVENBODE. Josie era pelirroja. Jugaba con sus muñecos y tenía uno al que siempre castigaba llamado Rasputín, porque era muy travieso. Luego empezó a leer y perdió la costumbre de jugar con los muñecos y empezó a leer libros. Todas las cenas hablaban mucho porque preguntaba todo lo que no entendía. Pero poco a poco se dio cuenta de que su madre estaba cada vez más triste. Hasta que un día le dijeron que se separaban. El padre se fue a vivir a un piso en Utrecht con una mujer llamada Caroline. Ella iba todos los domingos a ver a su padre, las visitas eran muy aburridas. Su padre sentía los mismo y decidieron salir por ahí, al zoo, comprar helados, al cine... pero seguía sin divertirse. Un día cogió un libro en el que una chica llamada Jane, estaba en una situación igual y consiguió solucionarlo. Ella quería ser igual que la del libro. Y empezó a escribirle cartas al padre por lo menos dos veces por semana y su padre se las respondía una vez por semana. En una de ellas Josie le pidió que volviera a casa. Su padre le respondía pero nunca hablaba de volver. El 16 de marzo, Monique cogió la gripe, tenía fiebre muy alta, en el libro decía que tras ponerse enferma Jane su padre volvió, Josie pensó en coger ella también la gripe pero pensó en otra cosa. Le mandó una carta al padre diciendo que su madre estaba muy mala y creía que tenía meningitis. A la mañana siguiente era sábado, su madre se encontraba mejor y de repente apareció llamando a la puerta su padre para ver cómo iban las cosas. Subió para ver a la madre y estuvieron hablando, al final la cosa acabó bien y su padre volvió a casa y todo siguió como antes, hablando mientras comían de las dudas de Josie, y su padre intentaba que razonara ella sus propias preguntas. A menudo iba a ver a su abuelo a su despacho y pasaba allí los días. Un día cuando llegó su abuelo espera al señor Plantinga que sólo iba para agradecerle lo que hizo por él. Entonces le invitó a ir en globo, y aceptó. Cuando se fue Josie le preguntó que como iba a ir si le daba miedo de las alturas y luego que si podría ir con él, le dijo que sí podía ir. Cuando llegó el sábado se dirigieron al lugar de lanzamiento. Su abuelo si iba a montar pero debido al miedo su nieta fue la que se montó, se lo pasó muy bien y se divirtió mucho. Josie acabó el curso bien. Pasó el tiempo y cumplió 18 años y había tomado la decisión de convertirse en maestra. Keizer había organizado una reunión con los tres chavales, a Valentine ya tenían la autorización y la de Josie también, sólo faltaba la de Paul. Entonces Keizer les dijo porque les había llamado. Y les explicó lo de Almas Vivas y lo de la chica a la que conocía, que era hija de un amigo suyo y por sacarla de allí tuvo que ingresar en un psiquiátrico. Entonces los tres chicos comprendieron la gravedad del asunto. Y aceptaron. Tras decirle que los había elegido tras leer los expedientes, los tres chicos fueron a tomar un café y para conocerse. Se contaron cada uno sus historias, Valentine dijo que fue drogadicto, Paul dijo lo que le pasó y Josie lo de sus padres. Luego brindaron porque Paul decidió al final colaborar también. El larguirucho de Leo le dio a Keizer los informes de Willem de Vries. FRASES RELACIONADAS De esta historia me han gustado muchas frases. Celine se pregunta cosas que son importantes como: ¿Tiene razón de ser la existencia humana?, ¿Tiene la vida algún significado? o simplemente, ¿Por qué estamos en este mundo?. Otra frase es “Valentine se fue metiendo dentro de su caparazón a lo largo de los siguientes años”. Si el cumplimiento de una orden va contra la conciencia de uno, este no tiene obligación de obedecerla.