EL ALUMNO “Cuando el sabio señala la luna, el necio se queda mirando el dedo”. (Anónimo) “El verdadero discípulo es el que supera al maestro.” (Aristóteles) “¡Espero que mis alumnos busquen! Porque han llegado a saber que se busca sólo para buscar. Que el encontrar es, en efecto, la meta, pero que muy a menudo puede significar también el final de esa tensión fructífera. El alumno debe saber que en todo lo que vive está contenido su propio cambio, desarrollo y disolución. La vida y la muerte están ya en el mismo germen. Lo que hay entre ellas es el tiempo. Así, pues, nada esencial, sino sólo una medida que se llena necesariamente. Con este ejemplo aprenderá el alumno a conocer lo único que es eterno: el cambio, y lo que es temporal: la permanencia.” (Arnold Shönberg) “Por lo que a mí respecta, como me gusta considerarme siempre la causa principal del bien o del mal que me acontece, siempre me he visto con satisfacción en la situación de ser mi propio alumno y en el deber de ser mi propio receptor.” (Giacomo Casanova) El alumno de hoy es el futuro del mañana. El alumno somos todos en todos los momentos. Ya has oído muchas veces algo parecido: “Cuando el alumno estás preparado, aparece el Mmaestro”. Y así es. Si estás preparado, o sea, verdaderamente interesado, te aparecerán por todos los sitios. Como moscas. Francisco de Sales EL ALUMNO El maestro es el frutero, el anuncio de televisión, la frase célebre, el abrazo de tu madre, el dolor, el sueño… suficientes maestros, si prestas atención. También puede ser que lo solicites con ahínco y fe, y aparezca el Mmaestro físico (ver capítulo el maestro) y esos (pueden ir apareciendo varios, cada vez con una altura que se adecúe a tu nivel creciente) sí que te enriquecerán más directamente. En la vida somos continuamente alumnos. Ni un día, ni un instante… desde que nacemos hasta el día del entierro, no hay un solo momento en que debamos dejar de ser alumnos. De nacimiento sólo traemos aprendidos unos pocos instintos básicos de supervivencia y poco más. El resto, hay que aprenderlo. Re-aprenderlo. Nos enseñan los padres, los educadores, los pájaros, el aire, el sol, la vida, la muerte… y siempre hay algo que aprender. El alumno debe poner de su parte atención, voluntad de comprensión, interés, curiosidad, ganas, la inquietud creciente, honradez, sinceridad, el ansia de querer conocer más… ATENCIÓN Para ser un buen alumno se requieren una serie de requisitos: - El alumno no debe aceptar nada “porque sí”. No debe limitarse a escuchar y asentir: puede y debe discutir. Francisco de Sales EL ALUMNO - Debe encontrar en su interior el eco de lo que le enseñen, sentir que eso casa con su intuición, y no tener la sensación de que acaba de aprender algo nuevo, sino que le acaban de recordar algo que ya sabía. - Debe almacenar las enseñanzas en el corazón, no en la cabeza. - Debe ser un pensador libre, un metafísico, un preguntador incasable, un sentidor todo corazón, un pequeño filósofo… - No debe crear dependencia del Mmaestro. POR SI NO LO SABES La sabiduría, como los conocimientos, se va adquiriendo por etapas. Se aprende cuando abandonas el terreno ya conocido y te aventuras en el que está por descubrir. Cuando emprendes un viaje a lo desconocido es conveniente ir preparado, tener interés y llevar un buen mapa. El mapa te da tranquilidad cuando te parece que te has perdido. Ahora trata de hacer una analogía entre esto y tu viaje interior, tu camino de alumno. Hay muchos caminos para llegar a un destino: selecciona el que más se adecúe a tus necesidades y aquel en el que te sientas más cómodo y a gusto. Nunca debiera ser el Ccamino de aprendizaje es una trocha de sufrimiento. Procura evitar los atajos: no siempre son convenientes; muchas veces es mejor hacer todo el camino, y siempre es conveniente disfrutar de todo el camino y no desatenderlo por tener la mirada fija en la meta. A fin de cuentas, la meta es sólo lo que pone fin al camino. Toma notas de ese viaje. Hay paisajes y veredas que son más atractivos cuando se miran por segunda vez. Recordad, a veces, también es una nueva enseñanza para el alumno. Francisco de Sales EL ALUMNO Eso sí, no confundas el mapa (la teoría) con el camino (la práctica). RESUMIENDO Estamos condenados a ser eternos alumnos. O… somos agraciados por ser eternos alumnos. Aquí pasa como en la vida: uno empieza en parvulitos y puede seguir en una carrera, como la medicina, que no tiene fin. El médico se enriquece continuamente con más conocimientos. El alumno que sabe serlo, tiene por delante toda una vida en la que seguir aprendiendo, cada día más, cada día más profundamente. Francisco de Sales