30 de marzo de 2004, discurso de John L. Neu ante la Conferencia del noroeste sobre reciclaje, Northampton, MA Discurso de John Neu MUY BUENOS DÍAS-GRACIAS POR INVITARNOS A ESTA CONFERENCIA. El mercadeo global de productos básicos, del cual tanto escuchamos hoy día, tuvo sus orígenes hace más de dos mil años. En el fondo de los mares Egeo y Mediterráneo se han encontrado barcos hundidos de esos tiempos que transportaban vasijas que contenían vino, miel, aceite de oliva y otros productos agrícolas que se comerciaban entre Grecia, Egipto y otras antiguas naciones a lo largo del Mar Mediterráneo, el Mar Egeo y el Mar Negro. En el milenio siguiente sabemos que diversos productos fluyeron a lo largo de la Ruta de la Seda desde China hasta el Medio Oriente. Más tarde le siguieron los viajes de Marco Polo y otras travesías subsiguientes realizadas por exploradores que circundaron el Cabo de Buena Esperanza para comerciar por mar con India, China y las islas que componen actualmente a Indonesia. Para discutir sobre los mercados globales de productos básicos, es necesario entender lo que son productos básicos. Usualmente nos referimos a (1)-materias primas—tanto agrícolas como minerales—a veces procesados o semi-procesados y (2)- productos industriales semi-terminados y terminados que no están empacados para venta como bienes de consumo. Ejemplo de esto son los granos, tocino y pieles de vaca, miel, aceite de oliva y café, todos los metales, petróleo, gas natural y fertilizantes; productos semiterminados como hierro en lingotes, palanquillas de acero y acero terminado como por ejemplo vigas de refuerzo y muelles terminados en frío. El combustible diesel, mineral de hierro, coque y otros tan numerosos que tomaría un libro completo para mencionarlos, así como los que nos interesan particularmente en esta reunión— desechos de acero y metal, plástico, papel para reciclaje y otros artículos a ser reciclados en grandes cantidades en el futuro. Han ocurrido dos grandes cambios en el mercadeo y estructura de precios de los productos durante los últimos dos mil años. El primero fue el cambio en los métodos y la rapidez de la comunicación utilizada para transmitir la información para determinar el precio de los productos básicos en el Mercado global. El segundo cambio fue el incremento gigantesco en los volúmenes de los productos que se han mercadeados, valorados y enviados alrededor del mundo durante los siglos 20 y 21. Los cambios en volumen ocurrieron gradualmente, con la excepción de tres dramáticos aumentos. El primero ocurrió de mediados hacia finales del siglo 19 con la explosión de la Revolución Industrial. El segundo ocurrió en los Estados Unidos cuando comenzó la producción en masa, con las líneas de producción de Henry Ford y de aquellos que lo emulaban con otros productos. Esto produjo que los Estados Unidos se convirtieran de manera abrumadora en el consumidor de productos básicos más grande del mundo. La tercera ocasión ocurre a raíz de los tratados de paz al final de la Segunda Guerra Mundial, lo cual resultó en los mercados saludables de Europa y en el crecimiento de productores del Extremo Oriente y consumidores en Japón, los Cinco Tigres y más recientemente la gigantesca nación China. Mi padre, Hugo Neu, nació hace 100 años--en 1904—en un pequeño pueblo agricultor al sur de Alemania, probablemente muy parecido a Northampton en ese momento. No habían teléfonos en su hogar y su padre, un comerciante local de granos y de novillos, transportaba en un carretón sus productos a otros poblados cercanos. Mi padre abandonó su hogar en 1919 y se mudó a la gran ciudad de Colonia a la edad de 15 años, donde trabajó como aprendiz en una de las cinco compañías internacionales más grandes de comercio de metales en que existió en Alemania. Su patrono era uno de los competidores de Phillip Brothers, la que se convirtió en la empresa predominante de comercio de productos básicos en el siglo 20. Su adiestramiento incluía tomar muestras e inspeccionar metal, minerales y residuos; viajó a través de Europa Occidental y Oriental, y en poco tiempo se convirtió en comerciante subalterno. Poco después fue enviado por la compañía a sus oficinas en Londres en 1924 y a Nueva York en 1928. A menudo mi padre contaba la siguiente historia sobre los cambios que ocurrieron en el comercio entre principios del siglo 17 y finales del siglo 20. A principios del siglo 17, los mercaderes adinerados en el continente y en Inglaterra compraban o fletaban barcos y compraban una carga de mercaderías con las cuales llenaban sus barcos en Liverpool y en otros puertos ingleses, holandeses, alemanes y continentales. Los comerciantes le daban instrucciones al capitán de sobre dónde quería que fuera su barco--frecuentemente al Extremo Oriente tomando la vía de Buena Esperanza o por el Mediterráneo o Africa para intercambiar los artículos cargados en los barcos por productos que pudieran venderse con ganancias en Inglaterra o en el Continente. En ocasiones, el comerciante recibía una carta cuando su Capitán se cruzaba con alguna nave que venía de regreso, pero frecuentemente no se sabría nada hasta que el barco regresaba a su puerto—o bien con los productos que el capitán había intercambiado, o bien con la noticia, después de dos o tres años, de que el barco se había hundido. Muchos de esos mismos comerciantes establecieron el mercado de seguros Lloyds en un café de Londres cuando comenzaron a sindicar los riesgos de sus cargamentos de productos. Sin embargo, al final del siglo 18, la lentitud extrema de las comunicaciones se aligeró cuando los Rothchilds, mercaderes y banqueros del Continente e Inglaterra comenzaron a utilizar palomas mensajeras entre París y Londres para aligerar la transmisión de información crítica. Resultó ser que la clave del comercio, sean instrumentos financieros o productos está en la velocidad de la información. En un término corto en el siglo 19, progresamos de la paloma mensajera al pony express y al telégrafo. En 1858, Peter Cooper comenzó a colocar cableado trasatlántico. Unos años más tarde, los barcos de vela, y las carretas haladas por caballos y bueyes fueron reemplazados por naves de vapor y ferrocarriles. Justo a tiempo para lidiar con el primer crecimiento dramático en el volumen de productos. Mi padre llegó a ver más tarde en su vida como el teléfono y el telégrafo fueron reemplazados por el télex y el fax, y falleció justo cuando los teléfonos móviles y los correos electrónicos cambiaron nuestras vidas. El precio de los productos, derivados y valores cambiaron en ese momento para todos los comerciantes y especuladores financieros del mundo que tuvieran acceso instantáneo a la misma información. Hoy día, si usted quiere ganarle a la competencia, no es la información lo que importa, sino el análisis, predicción y en el cálculo de riesgo—es como en el siglo XVII pero con mucha más información para calcular el riesgo. Los precios de productos básicos, tanto agrícolas como industriales se fijan según la oferta suple la demanda. No obstante, existen dos sistemas diferentes. Los mercados terminales, comúnmente conocidos como mercados de futuros se siguen y se reportan en los periódicos y frecuentemente en radio y en las noticias televisivas. Estos incluyen el Chicago Board of Trade, el Comex en Nueva York, el London Metal Exchange y otros igualmente prestigiosos.. Estos son similares al mercado de la bolsa en el método de intercambio—que puede ser a viva voz o igualando por computadora las órdenes corrientes (spot)-la parte de la demanda. La diferencia es que también se fijan precios futuros demandas de un gran número de productos básicos. En estos mercados de intercambio se encuentran frecuentemente operadores o creadores de Mercado, que toman posiciones y facilitan el movimiento de estos precios ya sea hacia arriba o hacia abajo ( como los especialistas en la Bolsa de Nueva York). El uso básico de estos mercados de intercambio de productos básicos es que los productores y consumidores de estos productos puedan proteger su riesgo futuro. Sin embargo, durante los últimos veinte años hemos visto a especuladores comprar, mantener y vender grandes sumas en los mercados—muchas veces acelerando y cambiando la dirección del precio de un producto. Usualmente, sin embargo, la tendencia en el precio de cualquier producto básico está determinada por la oferta y la demanda en combinación con las noticias e información sobre condiciones del clima, eventos internacionales, cambios económicos, huelgas y cambios políticos que pueden afectar, según las expectativas de comerciantes, productores, procesadores, especuladores y consumidores, la futura producción y demanda. Aquellos productos en los que no hay intercambio terminal o de futuros, los precios son fijados por las transacciones de compra-venta, a veces de materiales en cantidades que van desde cientos o miles de libras a cientos de miles o millones de toneladas. Algunos productos se intercambian a base de dólares por milla de una tonelada como es el caso del transporte marítimo. Sí, el transporte marítimo es un producto básico importante que afecta el costo de muchos otros productos. En nuestra era de la información por teléfono y particularmente correo electrónico, la información sobre una transacción real viaja tan rápido como cambian los precios de intercambio, lo cual afecta en unos minutos al próximo suplidor o consumidor que está haciendo otra compra al otro lado del planeta No obstante sin el intercambio activo en el parqué, en donde los operadores y especuladores protegen fondos, y los productores agrícolas e industriales y consumidores hacen lo propio, a veces entonces los precios oscilan más abruptamente de lo que se observa en el mercado de intercambio. En estos 42 años, no he visto nunca una escasez de chatarra de hierro, ya que el precio siempre ha ajustado la demanda para satisfacer la oferta. No obstante, durante los últimos seis años, y particularmente durante los últimos nueve meses, se han visto movimientos extraordinarios en los precios de productos, lo cual trataré de explicar brevemente. En 1998, cuando el mundo parecía mucho más pacífico de lo que parece ahora, la comunidad comercial asiática estaba en shock financiero, primordialmente por tomar demasiado dinero a préstamo y por gastos excesivos. Esto resultó en serios problemas bancarios y en una caída drástica en la demanda asiática a nivel de consumidor. Mientras que Europa y Estados Unidos se habían afectado modestamente, muchos precios de productos básicos habían sufrido caídas drásticas, algunos hasta en un cincuenta por ciento. La chatarra de hierro, ajustado a la inflación, sufrió su más grande caída y la demanda global agregada global cayó significativamente. Los precios del hierro nuevo también cayeron ya que la producción del Lejano Oriente y de la Comunidad de Estados Independientes (CIS, por sus siglas en ingles) fueron llevados a mercados más saludables. Los años 1999 y 2000 presentaron mejorías graduales en cuanto a la demanda por la mayoría de productos y sus precios, con excepción de la energía, que sufrió un falso boom creado por Enron y otros suplidores de energía que aguantaron y manipularon los suministros para forzar que sus precios subieran a altos niveles. El aumento en los precios de productos reciclados ha causado que los precios a nivel comercial e industrial suban constantemente, , lo cual refuerza la creencia de que los altos precios tienen como resultado una mayor oferta en la mayoría de los productos básicos. En otoño de 2001, parecía que la oferta y demanda mundial de chatarra de hierro y otros muchos productos estaban en balance, y los precios alcanzaban niveles saludables y rentables tanto para consumidores como productos, cuando el shock de 9-11 hizo caer vertiginosamente los precios de productos. Sin embargo, aunque la demanda mejoró modestamente en unos meses, los precios no mejoraron durante el invierno de 2001-2002. En el Extremo Oriente, la recuperación económica continuo, excepto en Japón, y los mercados del Extremo Oriente volvieron nuevamente a ser compradores significativos de la mayoría de productos. Mientras tanto, China había demostrado extraordinario crecimiento en su producción de bienes de consumo, un enorme incremento en nuevas fábricas, y mejoras capitales a la infraestructura convirtiéndolo en las postrimerías de los 90 y primeros cuatro años de este siglo en una fuerza dominante en los precios de productos básicos. China tuvo aumentos importantes en la demanda de materias primas industriales desde petróleo hasta mineral de hierro y de algodón a cachemir, entre otros. Como ejemplo, los Estados Unidos, Japón y la Unión Soviética cada una producía sobre 100 millones de toneladas de hierro crudo por año en los años 70 y 80. China estaba por debajo por 50 millones de toneladas en 1980 pero en los 90 le pasó a los tres países y se espera que dentro de poco produzca tanto como los tres países combinados, o sea 300 millones de toneladas de hierro crudo. ¡Un desarrollo industrial fenomenal! A la misma vez, sin embargo, hemos visto una expansión económica significativa en otras economías, para mencionar algunas, India, Méjico, algunas partes de América del Sur y muchos estados de la Antigua Europa Oriental. El año 2003 fue uno altamente productivo para los productos básicos. La producción mundial de hierro alcanzó nuevos niveles. El transporte marítimo se triplicó en algunos casos. Algunos consumidores que tenían inventarios escasos debido a sus planes de compras limitados y la preocupación de que los precios de productos básicos estaban excepcionalmente altos por razones históricas, se vieron forzados a recurrir al mercado con demandas de compras sumamente altas. El debilitado dólar americano, por tanto tiempo considerado la moneda más estable y con el cual se determina el precio de la mayoría de productos básicos desde la Segunda Guerra mundial, fue el mismo que forzó a vendedores fuera de los E.U. a subir el precio de su producto aun más. Los altos precios del petróleo, gas y el carbón, así como una limitada oferta de que a cualquier precio, obligó a los compradores no tradicionales a cambiar a chatarra como material prima. A principios de 2003, los chinos llegaron al mercado con una alta demanda por todos estos productos y muchos otros más, y otros consumidores industriales hicieron también lo mismo frecuentemente a lo largo del año. Estos fueron los factores que hemos visto. Con mucho gusto contestaré cualquier pregunta sobre movimientos de productos básicos, mercados y precios. Quisiera añadir que nuestra experiencia estudiando y mercadeando el plástico es menor de cuatro años; sin embargo, estamos viendo los mismos factores que observamos en la chatarra metálica están también afectando los precios de plástico reciclable. Gracias