MOVIMIENTO DE LOS FOCOLARES Servicio de Información Tel (0039) 06/947989 – Fax 06/94749320 CHIARA LUBICH Fundadora del Movimiento de los Focolares (1920-2008) Notas biográficas Chiara Lubich nace en Trento (Italia) el 22 de enero de 1920, segunda de cuatro hijos. La madre ferviente católica, el padre socialista. Con poco más de veinte años, enseña en las escuelas de primaria e inicia los estudios de filosofía en la Universidad de Venecia, empujada por una apasionada búsqueda de la Verdad, cuando durante la segunda guerra mundial, sobre la destrucción de cada cosa, comprende que solo Dios queda: Dios que es Amor1. Su vida se transforma. Chiara responde a su Amor, eligiéndolo como único Todo: fue el 7 de diciembre de 1943, fecha que se considera como el inicio del Movimiento. Su experiencia será enseguida comunicada y compartida por un primer grupo de jóvenes. El 13 de mayo de 1944 1944, 944 Trento se ve afectado por uno de los más violentos bombardeos, también la casa Lubich se ve afectada. Mientras los familiares se desplazan a la montaña, Chiara Lubich decide quedarse en Trento para no abandonar lo que esta naciendo. Entre los escombros, abraza a una mujer enloquecida por el dolor que grita la muerte de sus 4 hijos. Advierte la llamada a abrazar el dolor de la humanidad. Poco después, encuentra un apartamento que comparte con sus primeras compañeras. En los refugios antiaéreos, llevan con ellas solamente el Evangelio. Aquellas palabras se iluminan con una luz nueva. Chiara y sus primeras compañeras advierten el empuje a traducirlas inmediatamente en vida. Será entre los pobres de Trento que inicia lo que Chiara define “una divina aventura”. “Aquello que hagan al más pequeño, a mí me lo han hecho"2. Comparten con los pobres todo lo que tienen. En plena guerra, víveres, vestimenta y medicinas llegan con una inesperada abundancia, para cubrir las múltiples necesidades. Experimentan el concretarse de las promesas evangélicas: “den y se les dará”3, “pidan y obtendrán”4. De aquí, la convicción de que en el Evangelio vivido está la solución de cada problema individual y social. En las palabras de Jesús, caladas una a una en lo cotidiano, y en particular, en el mandamiento que Jesús dice ‘nuevo’ y suyo "ámense unos a otros como yo les he amado"5 intuyen la ley para que la humanidad disgregada se recomponga. Toman conciencia de la medida de este amor en el culmen del sufrimiento de Jesús que en la cruz da su vida y llega a gritar "Dios, mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"6. Siguiéndole, experimentan aquella alegría, paz, fuerza, frutos del Espíritu que son signos inconfundibles de la presencia viva del Resucitado, prometida a “dos o más reunidos en su nombre”7, es decir, en su amor. 1 cf 1 Jn 4,8. Mt 25,40. 3 Lc 6,38. 4 Lc 11,9. 5 Jn 15,12. 6 Mt 27,46. 7 Mt 18,20. 2 2 Y en el testamento de Jesús, “que que todos sean uno” uno 8, encuentran el por qué de sus vidas: “habíamos nacido para la unidad, para contribuir a realizarla en el mundo”. La espiritualidad de la unidad – Del Evangelio vivido nace así una corriente de espiritualidad, una espiritualidad de la unidad, unidad, claramente comunitaria, que la Iglesia Católica y muchas otras Iglesias reconocerán como uno de los carismas que el Espíritu Santo ha suscitado para despertar la vida del Evangelio. Difusión y desarrollo Jóvenes, trabajadores y profesionales atraídos por la radicalidad evangélica, se unen a aquel primer grupo. Bien pronto también familias, personas de todas las categorías y edades, sacerdotes y religiosos. Después de pocos meses, 500 personas están involucradas en una comunión espontánea de bienes materiales y espirituales, siguiendo el estilo de la comunidad alm ma y todo era en común de los primeros cristianos donde ‘eran un solo corazón y una sola al 9 entre ellos" . El obispo de Trento, Carlo de Ferrari, afirma: “Aquí está el dedo de Dios” y da su primera aprobación. De aquel pequeño grupo, nace y se difunde un movimiento de renovación espiritual y social, llamado Movimiento de los Focolares.10. Del encuentro, en 1948, de Chiara con Igino Giordani, Giordani diputado, escritor, ecumenista, padre de cuatro hijos, el Movimiento naciente tiene una nueva apertura al social, a la familia y después, al mundo ecuménico. El Movimiento, en continuo desarrollo –como afirma Chiara Lubich– "no fue pensado por una mente humana, sino que viene de lo Alto. Nosotros tratamos de seguir la voluntad de Dios día tras día”.11 Y será así, que poco a poco, Chiara da vida a ramas ‘especializadas’, que se revelan instrumentos para llevar la unidad en los distintos estratos sociales: para las nuevas generaciones, para la familia, para la acción social y en la Iglesia. Sobre un impulso suyo, nacen las ‘ciudadelas’, que surgen en los 5 continentes, modelos de una nueva socialidad; para difundir y elaborar la cultura de la unidad, funda un centro Estudios interdisciplinar, un Instituto Universitario; se multiplican los medios de comunicación: revistas, casas editoriales, centros de producción audiovisual, páginas web. Las vías a la unidad: unidad: los diálogos A lo largo de los años, con la difusión del movimiento en el mundo se abren, con grandes frutos, los diálogos, hoy tan actuales: en el seno de la Iglesia católica; entre las iglesias; con los seguidores de otras religiones; con personas de buena voluntad, sin una precisa referencia religiosa y con la cultura. Se revelan vías privilegiadas para contribuir a la unidad de la familia humana en la fraternidad. Citamos en particular su obra en el diálogo ecuménico e interreligioso. Diálogo ecuménico – Ante las divisiones entre los cristianos, es su testimonio del Evangelio vivido, narrado en 1961, a un grupo de evangélico-luteranos en Alemania, allá donde había iniciado la división de las Iglesias de Occidente, que abre la página ecuménica de los Focolares. Chiara poco a poco establece relaciones personales y recibe apoyo de los líderes de las distintas Iglesias –que encuentra en Londres, Alemania y Estambul- para difundir la espiritualidad de la unidad, siempre reconocida como espiritualidad ecuménica. 8 Jn 17,21. Act 4,32. 10 'Focolar', palabra italiana, indica el lugar de la casa donde la familia se reune al calor del fuego. 11 Discurso en la Universidad Católica di Lublin, 1996, in Nuova Umanità, n. 105/106, pp.313-326. 9 3 Diálogo Diálogo interreligioso interreligioso – En primera persona da impulso al diálogo interreligioso, que justo a nivel de la espiritualidad se muestra particularmente fecundo. Primera mujer cristiana, en el 1981, Chiara expone su experiencia del Evangelio en un templo de Tokio ante 10.000 budistas y en el 1997, en Tailandia a monjes y monjas budistas. En el mismo año, fue invitada a tomar la palabra en la histórica mezquita “Malcom X” de Harlem (Nueva York), frente a 3000 musulmanes afro-americanos, encuentro que se repite en el 2000 en Washington con 5000 cristianos y musulmanes. El diálogo se desarrolla en distintos países también con hebreos, hindúes, taoístas, sikhs, animistas. Renovación social Desde los orígenes del Movimiento, Chiara no ve en el descubrimiento del Evangelio un hecho solamente espiritual, sino que se siente animada por la certeza de que el Evangelio vivido lleva a la más potente revolución social. En este último decenio, se está evidenciando la renovación efectuada en los diversos ámbitos de la cultura, economía, política, comunicación, arte, ciencia. Dos ejemplos. Desde el 1991, durante un viaje a Brasil, frente a los enormes desequilibrios económicos de aquel país, da inicio a un movimiento en el campo económico con el proyecto de la economía de comunión que inspira la gestión de más de 700 empresas de producción y servicios ‘for proffit’ en los cinco continentes, destinando parte de los útiles a los más necesitados. Chiara apoya la elaboración cultural de las líneas de una nueva economía capaz de incidir en los enormes desequilibrios entre ricos y pobres. Desde el 1996, Chiara da inicio al Movimiento político por la unidad, al que adhieren políticos de distintos partidos, en distintos países, mancomunados por la fraternidad asumida como categoría política. Reconocimientos Reconocimientos “El Movimiento de los Focolares construye puentes entre las personas, generaciones, categorías sociales y pueblos, en una época en la que las diferencias étnicas y religiosas llevan a menudo a conflictos violentos”: es esta la motivación del Premio Unesco por la Educación a la Paz, que se le asignó en 1996. La contribución de Chiara Lubich a la paz y a la unidad ha sido confirmada también por otros reconocimientos internacionales, como el Premio europeo de los Derechos del Hombre’98, y de ciudadanías honorarias otorgadas por varias ciudades como Buenos Aires, Roma, Florencia, Turín, Milán. Su “partida” “partida” A inicios de febrero 2008, 2008, Chiara fue hospitalizada en el Policlínico Gemelli. El Papa Benedicto XVI la envía una carta personal. Es visitada por Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I (en Roma con ocasión de su encuentro con el Papa en el Vaticano). El 14 de marzo se apagó serenamente en su habitación en Rocca di Papa a la edad de 88 años. En su funeral en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma, entre las miles de personas, numerosas personalidades políticas de varios partidos, representantes de distintas religiones y de diferentes Iglesias, de Movimientos católicos, muchos cardenales y obispos. Papa Benedicto XVI en un telegrama tiene expresiones de gratitud por “las maravillas que Dios ha cumplido a través de ella”, “por el testimonio de su existencia donada a la escucha de las necesidades del hombre contemporáneo”, “constantemente comprometida con las fraternidad entre todos los pueblos”. En su homilía, el cardenal Tarsicio Bertone ha definido su vida “canto de amor a Dios” y la indicó como uno de los “astros brillantes del siglo XX”, junto a personalidades como Madre Teresa de Calcuta.