voz Plantes remeieres que creixen enel terme.de Malgrat i encontorns IX Apit Castellá: «Apio». Apium graveolens, (Umbelíferes). El fruir és carminatiu (antiflatulent). Troncs i fulles molí usats amb amanidcs i com a condiment. L'arrel és diurética, essent una de les que forma parí del popular «Xarop de les cinc arrels». Molí recomenada l'infusió o decocció de íofa la plañía o sois el fronc i fulles per a combaíre el reumarisme i, diuen, amb molí bon resulíaí. Aquesfa plañía porta una quantiíat de Vitamina C (acid ascorbic) susfáncia aníiescorbútica per exceliéncia. Planta estimulant i afrodisíaca. Segóos l'hisíória, Madame Pompadour á úlíims del segle XVIII, en preniá grosses quantiraís per complaure cerís desiíjbs. Les nostres mares, íenien la cosíum de posar-ne algún tronc, com a condimení, a la clássica «escudelia» donaní-li un gust agrados i a l'ensems saluíifer. Cosíum a casa nostra, per la fesía major (Sant Nicolau) no mancava l'amanida d'Ápií per menjaHo juní amb el rosíií. Conreuat. Herba de la márfuga. Herba felera Castellá: «Aristoloquia». Aristoloquia rotunda. (Arisfoloquiácies). Les arrels son tóniques, febrífugues i emenagogues. Avui dia molís usen les seves fulles, arrb molt bon resulíaf, per a resoldre cerres afeccioris del fetge i de la bufefa del fel. És plañía amarga i de gusí repugnant. Comú enmig deis canyers del Tordera. Ús: Infusió 20 grams per Mire d'aigua. Olivarda Casíellá: «Olivarda, Maíapulgas». ínula viscosa. (Compostes) Les fulles son astringetifs (resírenyen i mafxcicades amb vinagre les apliquen per a resoldre elscops i girades (torcedures). Les flors son estimulanís, usades per molts en lloc de les d'Árnica, susíiíució equivocada; encar que siguin de la maíeixa familia, les d'Olivarda no teñen de bon trog, l'activitaí de les d'Árnica. Ús: Infusió 25 a 30 grams per litre d'aigua. Planta molt abundant. X. Responsabilidad y disciplina España no nos gusta. Lo dijo aquel poeía de su propia vida que se llamó José Antonio, y hoy lo seguimos repitiendo con idéntico acento, sin que con ello se diga más de lo que al pie de la letra se manifiesta, contra lo que pudieran suponer algunos de quienes no acaban de calar en lo hondo de nuesfra revolucionaria docírina y a los que, desde el íejado en que se empeñan en mirar, las ramas de lo momentáneo no dejan ver los gruesos troncos de lo ya hecho. Es amargo, a pesar de todo, sentar clara y rotundameníe esa axioma: no nos gusta. Pero ¿qué hacer para irla cambiando como exige nuestra ilusión, nuestra esperanza revolucionaria? Estimamos que ésa es la pregunía enorme, básica, de nuesíros mejores anhelos y nuestros mejores cerebros, aníes y ahora. ¿Qué hacer? Primeramente, seguir luchando. Eso es claro y esencial. Que no falte la fe en el camino emprendido. Que no creamos, por haber conseguido unos hiíos, que la revolución por que propugnamos debe quedar en la cómoda postura de la digestión. No, mil veces. Parfe de los posíulados Nacionalsindicalisías siguen siendo meía lejana íodávía, desgraciadamente. Y hay que seguir avanzando hacia ellos con noble furia, aparíando a manotazos los abejorros inútiles, señoritos y santones de barro cocido con apariencias de porcelana; no escuchando los «jipíos» llorosos de los que van a perder la baralla y se agarran a sus falsas posiciones con íodas sus fuerzas. Voz de Malgrat. 1/12/1955. Pàgina 6 Y después, en íérmino seguido, responsabilizarnos. Pensar que, desde las alíuras de un Gobierno, se aprecian mil y un detalles, a veces decisivos, de iodo problema que los esírategas de café creen ver resuelto en un periquete con sus ingenuos punios de vista. Responsabilizarnos, esto es, disciplinarnos; lo que no quiere decir doblegarse, ni mucho menos, ante lo injusto, lo mal hecho y lo reparable todavía, si hubiere lugar de iodo ello en la vida política. Debemos hacernos a la idea de que, como se ha repetido íanto, España será lo que nosotros queramos que sea. De que no moriremos lejos si no es con nuesíras propias piernas, sin cómodos automóviles ajenos. Enemigos, desde la izquierda y desde la derecha, con sus odios y concepciones atrasadas, no han de cejar en sus desesperados esfuerzos para obstaculizar nuestro avance. Pero estamos comprometidos en la augusta e inquieta tarea de hacer a España cada día más digna, más justa, más b,clla, por encima de todo: de fuerzas y halagos, de comodidades y sacrificios. Es un pacto szllado con ríos d¿ sangre y de tofales entregas. Traiciones, falsedades o íibiezas, no pueden diferir cuanto esa Empresa supone: son pequeñas piedras machacadas en la marcha inexorable de esta gigantesca Revolución que lleva bajo sus alas victoriosas a iodos los españoles. ENRIQUE BLANCO «EL BRUCH», la revista de Cataluña.