Paz, reconciliación y ética del cuidado En su charla del pasado 16 de septiembre en las instalaciones de la generadora de energía ISAGEN, para celebrar el Día Nacional de los Derechos Humanos, el profesor Leonardo Boff explicó la necesidad e importancia de la reconciliación, el concepto de paz y nuestra relación con el medio ambiente, que dio pie al concepto “ética del cuidado”. Boff tiene una abundante barba canosa que le da un aire de erudito. Sus ojos, a pesar de las gafas, tienen una chispa cálida que, junto a su vestir sencillo, generan una gran cercanía que rompe con el estereotipo que puede cargar un hombre considerado como uno de los filósofos más influyentes del siglo XX. “La paz es la que resulta de las relaciones buenas consigo mismo, con el otro, con la naturaleza y con todo el universo del que hacemos parte”, dice Boff en un español perfecto sin perder su acento brasilero natal. Él propone que la paz se alcanza cuando vivimos en armonía con todo lo que nos rodea, y ahí radica la solución no solo al conflicto sino también al detrimento de los recursos al que, como especie, hemos sometido al planeta. Así, el profesor Boff plantea cuatro tipos de ecologías: ambiental, social, mental e integral, y para dar contexto a su conferencia “Paz, reconciliación y ética del cuidado”, entra a explicar la ecología social, cuyo fin es estudiar las formas en que las sociedades se relacionan con la “Hay injusticia social e injusticia ecológica. La injusticia ecológica es la destrucción y desaparición de los hábitats”. Leonardo Boff naturaleza y cómo producimos lo que necesitamos para vivir. No obstante, con la misma voz tranquila explica: “el ser más devastado hoy es el planeta tierra, incluso hay filósofos de la ecología que dicen que los seres humanos hemos decretado la guerra total contra Gaia (una forma ancestral de llamar a la tierra), sin embargo, no hay certeza de que ganaremos”. Según el profesor Boff, de ese “estado de sitio” en el que nos mantenemos es de donde surge la violencia, puesto que el hombre se siente en conflicto permanente con su entorno porque no respeta los ecosistemas ni lo que lo rodea. Bajo este panorama, el filósofo y teólogo plantea un primer paso para la paz, que consiste en la necesidad reconciliarse con el planeta, comprender que el modelo actual de consumo ha sobrepasado la capacidad de generación de la tierra. Afirma que actualmente necesitamos 1,5 planetas para poder suplir las necesidades de la humanidad; además, “si los países ricos quisieran universalizar su bienestar se necesitarían tres tierras”, puntualiza. “No tenemos que buscar un desarrollo sostenible sino una humanidad sostenible”. Leonardo Boff Para lograr la reconciliación con el planeta es fundamental comprender que no podemos seguir pensando en un desarrollo sostenible, que es un término compuesto por opuestos: desarrollo implica incremento en la producción, mientras que sostenible significa que los recursos que el ecosistema ofrece pueden satisfacer las necesidades de toda su población y de las generaciones que vienen. La necesidad de conectarnos como seres humanos Para reconciliarnos con el planeta y con lo que nos rodea, el profesor nos invita a pensar en una sociedad sostenible en la cual disminuyen las desigualdades y el hombre sabe utilizar los recursos renovables y trata con racionalidad los no renovables. Así, invita a comenzar a hablar de un nuevo pacto social y escribir una nueva historia. Según él, no podemos permitir que el pasado, los rencores ni las injusticias, tengan la última palabra y sigan definiendo nuestro futuro, es mandatorio dar vuelta a la página y orientar nuestra inteligencia hacia la vida, no solo hacia la tecnología y el mercado. Debemos resucitar nuestra humanidad y nuestro contacto con el otro. Para lograrlo el profesor Boff propone repensar la actitud competitiva bajo la cual hemos sido criados, trabajar de manera cooperada, dándole prevalencia a la pulsión de vida, antes que a la pulsión de muerte, dos realidades que hacen parte de la naturaleza humana, por lo que no son condenables ni suprimibles, solo encausadas a través de la educación. Adicionalmente, Boff resalta un elemento instintivo que incita al hombre a trabajar bajo la lógica de la cooperación: el cuidado. Todo ser humano quiere ser cuidado y protegido y a su vez siente satisfacción cuando está del lado de los más débiles. “Si estuviéramos en una sociedad en la que entre sí los seres humanos nos cuidáramos no habría razón para usar la violencia”, explica. Visión humanista: reconocernos como un proyecto infinito con virtudes propias El profesor Boff hace el llamado a implementar una “ética del cuidado”, que es un comportamiento orientado a la protección del entorno, de los recursos y de los seres que nos rodean. Para lograrlo, el teórico recomienda tomar una actitud humanista de no ver al otro como un objeto encuadrado en leyes y normas, sino como un ser que merece ser amado y protegido, partiendo de los más vulnerables y débiles. Así, la paz será el resultado de concebir al hombre desde una visión que nos ayuda a ser compasivos: “El ser humano es un ser utópico y a la vez histórico, es decir, tiene un pasado pero también tiene sueños por los que puede luchar y que lo llevan a superarse. Esta dimensión abre la puerta a la necesidad de inclusión. La humanidad se demuestra cuando escuchamos al otro y comprendemos que puede cambiar. ‘Un guerrillero no es solo un guerrillero, es un proyecto infinito con otras virtudes’”, puntualiza el profesor Boff. De este modo hay un llamado a rescatar esas otras aristas de los hombres y no reducir a las personas por su pasado. Así, hay que procurar entender al otro y escucharlo. Es ir más allá de lo político o estratégico, es encontrar personas y hacer un voto de confianza por ellas. La religión como herramienta que acompaña las acciones humanas En medio de su calma y cordialidad, el profesor Boff explica una verdad: “Jesús quiso crear un hombre y una mujer nuevos: más humildes, más compasivos, más sensibles; esa es la idea real del cristianismo. Jesús no buscaba crear una nueva religión”. Este planteamiento lo sustenta declarando la “A mí no me importan las doctrinas, me importa que las personas tengan un encuentro vivo con Jesús. Las doctrinas son invenciones de los teólogos, no de Jesús”. Leonardo Boff existencia de una llama al interior de cada ser humano, de un fuego vivo que es calidez y entrega. Para sentir esa llama, el profesor considera darle protagonismo a la espiritualidad, que no es otra cosa que dejar de funcionar con la cabeza para darle paso al corazón. La religión le permite al hombre reconectarse con esa esencia sagrada, le permite ser espiritual. El Papa, en su encíclica Laudato Si (Alabado Sea), hace un llamado a la humanidad entera, no solo a los católicos, a escuchar el grito de la tierra y de los pobres, a reconocer que los sistemas de consumo actuales no son sostenibles y a tomar medidas urgentes para frenar este modelo de existencia que nos puede llevar a un colapso de la civilización. “El dominio del hombre sobre el mundo no es apropiarse de las cosas sino recibir lo que Dios le dio y cuidarlo” aclara Boff. “El ser humano siempre ha intentado buscar la forma civilizada de vivir, históricamente ha evitado quedarse en la sombra”. Leonardo Boff Todo lo anterior redunda en una invitación para repensar de forma creativa y nueva nuestro papel como especie. Leonardo Boff propone la búsqueda de formas menos hostiles de producción y consumo, siendo más responsables con la naturaleza. Esto nos lleva a reconocer nuestra energía como seres humanos, la cual es de solidaridad, convivencia, entrega e igualdad: “el tiempo de las naciones ya pasó, estamos en el tiempo de la humanidad” Boff finaliza dejándonos una tarea: “El hombre debe superar su arrogancia y sentirse en medio de la naturaleza, no encima, solo así se encontrará la paz”.