EL PAÍS

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mixo.
eror
son. Es la historia de una muchacha de
O.J.D.: 251457
origen sudafricano,
que de niña se gana la
E.G.M.:
1812000de letrinas en Sowevida como
limpiadora
Tarifa:
€ pero su cabeza es
to. No ha
ido a la15960
escuela,
Área:
cm2 - 40%
un vivero
donde452
germinan
todas las simien-
DESAYUNO CON... Hélène Langevin-Joliot
Física nuclear y nieta de Marie Curie
“Si tuviera que
elegir otra vez,
no sería científica”
a
MARÍA LILLO
enra
a.
Pertenecer a la familia Curie puede suponer muchas ventajas o
igual número de inconvenientes.
Como todo, según se mire. Probablemente, a la nieta de la primera
mujer que ganó un Nobel se le
hayan abierto más puertas que a
otros por formar parte de la única familia distinguida cinco veces
con el máximo galardón científico. Pero vivir con esa herencia e
intentar estar a la altura no debe
de ser fácil. Hélène Langevin-Joliot quita hierro al asunto: “Mi
madre decía que las experiencias
que la hicieron más feliz no fueron los logros profesionales. Eso
alivia presión”, asegura riendo.
Después de 20 entrevistas,
una conferencia y una larga hora
de fotos con admiradores en apenas tres días, el cansancio comienza a hacer mella en su rostro, pero no en su ánimo. Con 86
años, sorprende su vitalidad, su
curiosidad y sus ganas de transmitir lo que sabe a quien quiera
escuchar.
¿Por qué eligió dedicarse a la
investigación? “La respuesta se-
taa
das aves que no han resuelto el enigma de
no poder elevarse sobre el suelo: tienen las
alas atrofiadas por no volar o no vuelan por
tener las alas atrofiadas. Los séquitos se
arrastran con la pena del avestruz. Se cru-
Instituto Francés. Madrid
E Un café: 1,40 euros.
E Dos tés y tostada: 3,80.
Total: 5,20 euros.
ría por qué no”, suelta sin más,
con una sonrisa burlona. “Era
buena en física y matemáticas. Y
con la familia que tenía, era lo
lógico”. Después de una pausa,
matiza: “Mis padres nunca me
presionaron para que me dedicara a esto”. Con los años, se convirtió en directora del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, equivalente al
CSIC en España, y en profesora
de Física Nuclear en la Universidad de París. A pesar de sus logros, afirma con contundencia
que “si tuviera que elegir otra
vez, no sería científica”. “Es un
mundo muy competitivo y resulta más duro para las mujeres. Todavía queda mucho por hacer. La
igualdad llegará cuando en las
academias se elija a científicas de
nivel medio, igual que ahora hay
olerse. Podrían, por lo menos, hablar de
Fecha: 26/04/2014
letrinas, del saneamiento.
Tal vez emiten
Sección:
olores históricos
que seCONTRAPORTADA
repelen. Tenemos
Páginas:
que echarles una
mano,64
nosotros, los analfabetos.
bía ser igualmente reconocida. Por eso aceptó también el puesto de
secretaria de Estado incluso antes de que se
aprobara el voto femenino”, relata orgullosa.
“Pero solo duró tres
meses porque el cargo
no iba con su personalidad. Tenía muy poca
paciencia. Cuando se
aburría en las reuniones, se iba sin dar más
explicación”, ríe. “Mis
padres eran tan diferentes como mis abuelos. Marie era organizada y trabajadora, como
mi padre. Y Pierre era
un soñador, como mi
madre. Ella tenía las
ideas muy claras, pero
no pretendía convencer a nadie. Decía esto
es así, y punto. No se
podía discutir con
Hélène Langevin-Joliot. / carlos rosillo
ella”. Las risas continúan. ¿Y usted con
muchos hombres que no son es- quién se identifica más? “Con Marie”, afirma sin dudarlo. Y luego
pecialmente brillantes”.
Marie Curie e Irène Joliot-Cu- añade modesta: “Salvando las disrie nunca fueron admitidas en la tancias, claro”.
Viaja por el mundo para haAcademia de Ciencias de Francia.
Al contrario que Frédéric Joliot, blar, sobre todo, de su familia. Y
padre de Hélène. “Hubo una cam- en esta ocasión ha participado en
paña durísima contra mi abuela un acto organizado por el CSIC
porque era mujer y polaca. A ella con ocasión de la exposición sole afectó mucho y no volvió a pre- bre Marie Curie en el Museo Nasentarse. El caso de mi madre fue cional de Ciencias Naturales de
distinto. Se postuló hasta tres ve- Madrid. “Mi madre me enseñó
ces. Y no porque le hiciera espe- que no hace falta ser un genio
cial ilusión, sino para defender para dedicarse a la ciencia. Lo imsus derechos. Creía firmemente portante es ser feliz con la investique la mujer tenía las mismas ca- gación y si de paso puedes mejopacidades que los hombres para rar un poquito el mundo con tu
dedicarse a la investigación y de- trabajo, todavía mejor”.
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