AU DOCTEUR SYLVIA BERMANN, ET À MA TANTE, AU NOM BIEN DIGNE D’UNE TANTE, MARIA LUISA PANDO DE SABATTINI Estás aquí por ti acaricia esta idea de carne como la libertad en el vaivén de las tinieblas no la quemes con el aire de la nostalgia los deseos viajeros el reto de la insumisión relampaguean no esperan te dan lo que te atreves para que no mueras con las viejas heridas Estás aquí entre tus hermanos que responden en el filo de tu audición en páginas que deshojan la abundancia de silencio sus bellezas te protegen a cada movimiento de tus párpados su penuria es el enigma admirablemente propio descífralo con esos labios separados por su línea oscura el haz de lo sensible la descarga en los miembros purgan tu suerte desquician tu sitio brotado de nuevo en el espacio sin consuelo eres el invitado máximo. Tu es ici par toi caresse cette idée de chair comme la liberté du va-et-vient des ténèbres ne la brûle pas avec l'air de la nostalgie les désirs voyageurs le défi de l'insoumission comme l'éclair n'attendent pas te donnent ce que tu oses pour que tu ne meures pas avec les vieilles blessures Tu es ici entre tes frères qui répondent au fil de ton audition dans des pages qui effeuillent l'abondance de silence leurs beautés te protègent à chaque mouvement de tes paupières son manque est l'énigme admirablement sienne déchiffre-la de ces lèvres séparées par une ligne obscure le faisceau du sensible déchargé dans les membres purgent ton sort bouleversent ton lieu rejaillissant dans l'espace sans consolation tu es l'invité maximal. Federico Gorbea en los momentos que siguieron a la agresión, eligia estaba todavía rosada y simétrica, pero minuto a minuto se le encresparon las líneas de los músculos e nde su cara, bastante suaves hasta ese día, a pesar de sus cuarenta y siet los momentos e nrespingada cirugía estética juvenil e años y de una que le había acortado la nariz. Aquel que siguieron a la agremomentos siguieron a recortecitolos voluntario queque durante tres décadas confirió a su estaba testarudez un aire impostado de sión, eligia todavía la agresión, eligia estaba audaciatodavía se fue rosaconvirosada y simétrica, rtiendo pero en símbolo minutodea resistencia da y simétrica, pero minuto a minuto se le a las grandes transforma ciones que estaba operando Los labios, las arrugas los minuto seelleácido. encresparon las líneas de losdemúsde iban los músculos deculos de su cara, bastante suaves hasta ese ojosencresparon y el perfil delaslaslíneas mejillas tra su cara, bastante suaves hasta ese día, a día, a pesar de sus cuarenta y siete años y pesar de susen cuarenta y siete antifuncional: años y de una nsformándose una cadencia de curv una respingada cirugía estética juvenil respingada cirugíaque estética en un lugar nuncajuvenil había tenido curvas, y se correspondía con laAquel desaparición a una aparecía que le había acortado la nariz. habíaque acortado la nariz. Aquel deque unale línea hasta entonces había existido co mo trazo inconfundible recortecito voluntario que durante voluntario que durante derecortecito su identidad. tres décadas confirió e n a su testres décadas confirió a La su cara tes- ingenuamente sensual iaoempezó tarudezdeunElig airel impostado s dea despedirse tarudez un aire impostado de lores. Por debajo de los audacia rasgos originarios se generaba de sus formas y co se fue convirtiendo momentos que una nueva audacia no se una fue cara convirtiendo Arón, sino una sustancia: sin sexo, como hubiera querido en símbolo de uno resistencia a siguieron a lanueva agreen símbolo de resistencia a de parecerse a unalas realidad, apartada del mandato cara. Otra gé nesis comenzó transforma grandessión, eligia estabaa operar, transforma las grandes un sistema del cual se desconocía el funcionamiento de sus leyes. ciones estaba todavía que rosada y simétricioneslaque estaba operando Quienes vieron todos los días de agosto , septiemb octubre y el re, ácido. ca, operando pero minuto a minuto Los labios, el ácido. de noviembre 1964,las se arrullevaron la imp resión de se quele la ma teria de esa cara Los labios, laslaslíneas encresparon gasquedado de los ojos y el perfil de había liberada por completo de la voluntad de sudedueña y podía arrugas transmutarse los músculos de su cara, en las mejillas cualquier nuev iban transformána form a, teñirs e de los matices reservados de los a los bastante suaves hasta ese dose en una cadencia antifuncrepúsculos más intensos y danzar en todas las direccio día, a pesar deojossusy el aparecíaenene cional: una curva nes, mientras, l centro,cuarenta y siete años perfil de y un lugar que nunca todavía la coqueta nariz resistía por de una respingadalas mejil-ser el había tenido curúnico elemento artificial de la cara cirugía anterior. estética juve- las iban vas,época y se agitada cor- y colorida de la carne, tiempo de Fue una transnillicencias que le había respondía en el que los colores desligados de las foras acortado evocaban lalasnariz. manchas difusas que los on cineastasc emplean para representar el inconsciente, en el peor y Aquel recortecito más candoroso sentido de la palabra voluntario que . Esos colores durante tres décadas confiriban dejando atrás toda cultura, se burlabaniódeatoda médica su técnica testarudez un que aire los quisiese referir a algún principio ordenador. impostado de audacia se fue Mientras la llevábamos del departamento deconvirtiendo Arón al hospital —en el de coche de uno de los en símbolo abogados que antes de la entrevista me había n jurado malo habría de ocurresistencia a que las nada grandes rir— se quitaba las ropas quemantes, empapadas. Los reflejos ciones de las luces transforma que de neón del centro estaba operando el ácido. Los de la ciudad al hospital pasaban labios, las arrugas fugaces por de su cuerpo. Al irrumpir en la calle de los ojos y el los cines, el semáforo nos detuvo, en tanto que perfil una multitud de las zángana se paseaba indiferente a nuestros bocinazos. Algunos seres erráticos atisbaban mejillashacia el interior del auto, sin ente 7 Le Désert et sa semence Dans les instants qui suivirent l’agression, Eligia était encore rose et symétrique, mais de minute en minute une convulsion agita les lignes des muscles de son visage, assez douces jusque-là, malgré ses quarante-sept ans et l’insolente rhinoplastie juvénile qui lui avait retroussé et raccourci le nez. Ce léger raccourcissement volontaire, qui trois décennies durant avait conféré un faux air d’audace à son caractère entêté, devint peu à peu le symbole de la résistance aux grandes transformations progressivement opérées par l’acide. Les lèvres, les rides des yeux et le contour des joues se transformaient à un rythme étranger à toute fonction: une courbe apparaissait là où il n’y en avait jamais eu, et correspondait à la disparition d’une ligne qui jusqu’alors avait constitué un trait particulier de son identité. Le visage ingénument sensuel d’Eligia commença à se défaire de ses formes et de ses couleurs. Sous les traits originels se générait une nouvelle substance: non un visage privé de sexe, comme l’aurait voulu Aron, mais une nouvelle réalité, délivrée de l’obligation de ressembler à un visage. Une autre genèse se mit en œuvre, un système régi par des lois dont on ignorait le fonctionnement. Ceux qui la virent tous les jours d’août, septembre, octobre et novembre 1964, eurent l’impression que la matière de ce visage s’était totalement libérée de la volonté de son propriétaire et pouvait se transmuter en n’importe quelle nouvelle forme, se teinter des nuances réservées