“CAMINO DE COMPOSTELA” Capítulo I DESDE RONCESVALLES A PAMPLONA Todo comenzó el 23 de agosto de 2013 cuando Pablo, un chico de La Rioja y Carmiña una chica de Galicia se conocieron en un campamento de verano en Asturias. Se hicieron amigos porque ambos tenían algo en común, sus apellidos. Pablo era Vidarte García y Carmiña García Vidarte. A los chicos les hizo gracia y comenzaron a llevarse bien; su amistad no solo duró a lo largo del campamento sino que la relación continuó en la distancia, cuando cada uno de ellos estaba en su casa. Mantenían relación a diario por correo electrónico, se contaban uno al otro todas sus cosas. Meses después, Carmiña recibió una carta en la que ponía: “Si el misterio quieres conocer el camino de Santiago desde Roncesvalles debes hacer”. Cuando Carmiña acabó de leer la carta salió corriendo hacia su ordenador para contárselo rápidamente a Pablo, pero entonces ya vio que tenía un correo suyo, en el que aparecía una foto de esta misma carta. Durante días no hablaban de otra cosa y decidieron hacer lo que ponía la carta; se pusieron manos a la obra a preparar el viaje... Era 1 de marzo, Carmiña y Pablo llegaron a Roncesvalles, se reunieron en la Capilla de Sancti Spiritus. Compraron una mochila para llevar todo lo necesario para hacer el camino. Al salir de la tienda comenzaron a meter sus cosas en la mochila y en ella encontraron un mapa y un papel que ponía: “Seguid a vuestra guía Isabel, ella os guiará por el camino, vosotros solo tendréis que hacer las paradas que el mapa indica. Al final a través de pistas, encontrareis lo que está pasando”. Al llegar allí, contemplaron la belleza del lugar, impresionados por un momento, olvidaron la razón de la visita... La capilla de Sancti Spíritus (Silo de Carlomagno) junto a la iglesia de Santiago, en Roncesvalles (Navarra) Fuente: http://recursosparaelcamino.blogspot.com.es/ Fuente: zinaztli.blogspot.com Durante horas buscaron la primera señal pero no se daban cuenta que estaba delante de sus ojos… derrotados por el cansancio empezaron a escuchar voces; pensaban que se estaban volviendo locos… pero su eco seguía resonando en las paredes de la capilla. Al principio no sabían qué decían pero poco a poco se fueron acostumbrando a aquellos sonidos y comprendieron... “Carpe diem, carpe diem...” deduciendo que las iniciales de aquellas palabras entrañaban algo más. CD, CD... la pista estaba clara: la música los llevaría a resolver esta nueva prueba. Debajo de una de las lápidas centrales vieron marcas de un cincel y al acercarse distinguieron esas mismas letras. ¿Qué podía significar todo aquello? ¿serían iniciales de un nombre?. Los dos amigos estaban muy sorprendidos, ambos sabían que no era ninguna casualidad, nadie escribía esas letras sin un motivo aparente. Pasó un tiempo mientras descansaban y, de repente, una ráfaga de aire abrió un libro en unas páginas al azar y Pablo y Carmiña se acercaron a ver qué aparecía escrito en él. Leyeron algunas páginas y pronto descubrieron que era un libro de registro de muertos, donde se encontraba una nota que ponía: “Si la verdad quieres encontrar, en la llamada de los muertos debes buscar, en la Iglesia de Santiago debes entrar y la campana te guiará.” Rápidamente cogieron su mochila y se dirigieron al lugar citado. Pablo y Carmiña, entraron en la Iglesia de Santiago y mientras se dirigían a la campana, atravesaron un pasillo oscuro y con muchas telas de araña. Al llegar a la campana, se quedaron un rato mirándola y no encontraron nada, era una campana muy antigua que llevaba ahí desde que se construyó la iglesia. Después de unas horas, cuando ya se iban a ir, Pablo chocó con ella y se desprendió un trozo, donde aparecía un grabado sobre la Catedral de Santa María La Real de Pamplona. De repente, creyeron escuchar nuevamente los ecos, miraron a su alrededor y comprobaron que aquello no era más que Isabel, la guía que los acompañaría. Juntos continuaron su camino hacia Pamplona… Pablo, Carmiña e Isabel decidieron descansar y pasar la noche en un albergue cercano. A la mañana siguiente, retomaron el camino y se dirigieron hacia la Catedral; los tres recorrían las calles de la ciudad, guiados por el mapa, en busca de su siguiente objetivo. Les costó mucho llegar, puesto que las calles de Pamplona les parecían un laberinto. Cuando por fin consiguieron encontrarla, les impactó por su tamaño y decoración… en.wikipedia.org Como era domingo, entraron y comprobaron que en su interior se estaba celebrando una Misa. Al finalizar, se dirigieron hacia el altar a preguntar por el obispo, cuyo nombre aparecía en el trozo de la campana rota. Una monja se acercó a ellos: -“Buenos días”– dijo Carmiña. -“Buenos días” – Contestó la monja. - “Estamos buscando al obispo Juan Antonio Aznárez Cobo”. - “El obispo Aznárez está en una reunión con el arzobispo de Santiago y regresará mañana; ¿pero ustedes no serán por casualidad, Pablo Vidarte García y Carmiña García Vidarte?” - “Sí, pero... ¿cómo lo ha sabido?” - respondió Carmiña sorprendida. - “El obispo me avisó de vuestra llegada, me comentó que cuando llegaseis os dijese que mañana os reunierais con él aquí mismo”. Impresionados al escuchar esto, se fueron caminando pensando en esas palabras que aún resonaban en sus cabezas… Al día siguiente, regresaron a la catedral y se reunieron con el obispo como habían acordado; éste les acompañó a la parte inferior de la nave central y les mostró dos sepulturas en las que aparecían los apellidos de ambos chicos…