Conferencia General Octubre 1975 PREPARÉMONOS PARA LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR Por el élder Delbert L. Stapley Del Consejo de los Doce Mis amados hermanos y amigos, escuchas radiales y televidentes: Antes del nacimiento del Salvador hubo muchas profecías que anunciaron su llegada a la tierra. Los primeros profetas revelaron los hechos que precederían a su nacimiento y describieron su misión terrenal, permitiendo así que la gente del mundo lo reconociera como su Salvador, Señor y Dios. A pesar de que la Casa de Israel poseía registros escritos de numerosas profecías concernientes a su vida en este mundo, el Padre Eterno envió de todos modos un mensajero especial, Juan el Bautista, "para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17). Las predicciones de los primeros profetas concernientes al nacimiento, vida y ministerio de Jesucristo se cumplieron, fueron preparados para aceptarlo y seguirlo; así como se cumplió esto, del mismo modo podemos esperar que se lleven a cabo los procedimientos profetizados concernientes a su segunda venida. Casi al final del ministerio terrenal de Cristo, sus discípulos, interesados en sus enseñanzas sobre el fin del mundo, hablaron con El y le dijeron: ". . .¿Cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?" respondiendo Jesús, les dijo: "Mirad que nadie os engañe. . ." (Mateo 24:3-4). El Señor entonces explicó a sus discípulos las señales y acontecimientos que ocurrirían previos a su segunda venida. Esto aparece en el capítulo 24 de Mateo, lo que merece un cuidadoso estudio. Jesús les hizo saber a sus discípulos que abundaría la iniquidad; que habría falsos Cristos que engañarían a muchos; que se levantarían falsos profetas indicando grandes señales y maravillas para engañar a los selectos y que prevalecerían grandes tribulaciones. Habría guerras y rumores de guerras, naciones contra naciones, hambres, pestilencias, terremotos y las abominaciones de la desolación tal como fueron descritos por el profeta Daniel. (Mateo 24.) Las profecías escritas de los eventos que habrán de preceder a la segunda venida de Cristo, sirven como guía y llamado de atención a todos los habitantes de la tierra. ¿No deberíamos oír esos llamados mientras somos testigos de las señales que están ocurriendo? De la misma manera que Juan el Bautista fue enviado antes del nacimiento de Cristo para preparar el camino para su ministerio, así también envió Dios a un profeta, para la segunda venida del Salvador. El profeta José Smith testificó a un mundo en duda, que Jesús es el Cristo, el verdadero hijo de Dios. En revelaciones de los últimos días, el Señor reafirmó las tribulaciones, desolaciones, calamidades y fuerzas destructivas que prevalecerían en esos tiempos: "Y en ese día se oirá de guerras y rumores de guerras, y toda la tierra estará en conmoción. . "Y el amor de los hombres se resfriará y abundará la iniquidad. Conferencia General Octubre 1975 "Y habrá hombres en esa generación que no pasarán hasta no ver una plaga arrolladora; porque una enfermedad desoladora cubrirá la tierra. Y también habrá terremotos en diversos lugares y muchas desolaciones; aun así, los hombres endurecerán sus corazones contra mí y empuñarán la espada el uno contra el otro, y se matarán el uno al otro" (D. y C. 45:26-27, 31, 33). Por muchos años ha habido guerras en distintas partes del mundo así como constantes rumores de guerras, que son motivo de gran preocupación en muchas naciones en la actualidad. Las naciones se están levantando unas contra las otras. Hay gobiernos inestables y algunos han caído. Hay una continua deterioración de la integridad, honestidad, moralidad y justicia en los líderes políticos, gubernamentales y dc negocios en general. El mundo está madurando en la iniquidad y hay muchos que no se arrepienten de sus engaños guiando a las personas por senderos de obscuridad y pecado. Están aquellos que falsamente reclaman ser el Cristo o profetas y por sus hechos y engaños tienen muchos seguidores. Persisten la carestía y las pestilencias. Los terremotos están aumentando en número e intensidad del mismo modo que otros fenómenos naturales. Satanás tiene un gran poder sobre cl hombre, y de hecho, están aquellos que al parecer reclaman ser sus discípulos y adoradores. El mundo está hoy lleno de hombres que han olvidado a Dios y están buscando cambiar sus leyes, practicando sus leyes, practicando sus propios criterios morales; para ellos, quizás El no esté al día. Perú olvidan que los mandamientos de Dios son eternos e inquebrantables. Yo hago entonces esta pregunta: ¿Es acaso posible que el que ha sido creado pueda ser más sabio que el Creador? Nuestras cortes de justicia están sustituyendo las leyes de Dios y sus mandamientos por las leyes creadas por los hombres. Dios no está muerto. El es el mismo para siempre jamás; resuelto, firme, incambiable, pero lleno de amor y compasión para con sus hijos. El poder del diablo está en oposición al poder de Dios. Satanás actualmente esgrime gran poder en los asuntos del hombre y las naciones. Si los líderes de las naciones siguen su propio curso, aumentarán los malos entendimientos y los problemas, acarreando con ello mucha más contención. El Señor instruyó de esta manera al profeta José Smith: "Preparaos, preparaos para lo que viene, porque el Señor está cerca" (D. y C. 1:12). Y en esta última dispensación de su obra nos alerta; "Preparaos para el gran día del Señor' (D. y C. 133:10). Asegurémonos de que entendemos completamente las cosas más importantes que debemos hacer a fin de prepararnos para la segunda venida del Señor y para escapar de su castigo por medio de la obediencia y de la fidelidad. Detallaré a continuación ciertas consideraciones importantes. Debemos poner nuestra vida y nuestro hogar en orden; esto significa una investigación sincera del alma y el reconocimiento de las cosas que estamos haciendo mal, así como el arrepentimiento en lo que sea necesario. Significa guardar todos los mandamientos Conferencia General Octubre 1975 de Dios; significa amar a nuestro prójimo, llevar una vida ejemplar, ser buenos esposos; significa enseriar e instruir a nuestros hijos en los caminos de justicia, ser honestos en todo lo que hagamos, ya sea en el hogar como en el trabajo, significa esparcir e) evangelio de Jesucristo en todos los pueblos del mundo. El Señor ha dicho: "Yo apresuraré mi obra en su tiempo" (D. y C. 88:73). Hay una gran urgencia de llevar a cabo su obra. El tiempo se acorta. Esta urgencia de promover el reino de Dios en estos últimos días no surge del pánico, sino del deseo de hacer algo en forma rápida y segura para establecerlo y fortalecerlo entre todos aquellos que estén buscando la luz y la verdad del evangelio, que es el plan de vida de Dios para todos sus hijos. El Señor ha acelerado su trabajo al abrir los cielos y enviar mensajeros celestiales a sus profetas a fin de que adviertan a sus hijos que se preparen para recibir a su Señor en su segunda venida. El Cristo ha establecido: ". . .y dan las once y es la última vez que llamaré a mis obreros a mi viña" (D. y C. 33:3). Al restablecer su Iglesia en los últimos días, el Salvador afirmó que sería la última vez que su reino sería establecido sobre la tierra (D. y C. 27:13). El profeta Daniel, hablando de las obras del Padre en los últimos días, reveló que El levantaría un reino que no será jamás destruido ni dejado a otro pueblo, y que permanecería para siempre (Daniel 2:44). Esta es entonces la última dispensación del evangelio. El Señor jamás ha indicado que su Iglesia fallará en los últimos días. Dios triunfará sobre todos sus enemigos, y de su astuto enemigo Satanás. Estar del lado del Señor y guardar sus leyes y mandamientos redundará en absoluto beneficio para nosotros. En estos peligrosos últimos días es vital nuestra responsabilidad de advertir al mundo. El Señor dijo: ". . .la mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por lo tanto rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies" (Lucas 10:2). A fin de encarar este problema de enviar más obreros entre su mies de almas, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días está aumentando el número de misioneros llamados a predicar el evangelio eterno de Jesucristo a toda nación, tribu, lengua y pueblo (D. y C. 77:8). El Señor alertó a su pueblo: "Además, de cierto os digo que la venida del Señor se aproxima y sorprenderá al mundo como ladrón en la noche" (D. y C. 106:4). También dijo: "Porque, he aquí, Dios el Señor ha enviado al ángel para que proclame remedio del cielo: preparad la vía del Señor y enderezad su sendero, porque la hora de su venida está cerca" (D. y C. 133:17). ¿Cómo vamos a cumplir con el desafío de preparar a los miembros de la Iglesia y a los pueblos del mundo para la segunda venida de Jesucristo, y asegurarnos de que están preparados para recibirlo? Oigamos estas advertencias y consejos: "Y será revelado el brazo del Señor; y viene el día en que aquellos que no oyeren la voz del Señor, ni la voz de sus siervos, ni hicieren caso de las palabras de los profetas y apóstoles, serán desarraigados de entre el pueblo. Conferencia General Octubre 1975 Porque se han desviado de mis ordenanzas, y han violado mi convenio sempiterno. "No buscan al Señor para establecer su justicia sino que todo hombre anda por su propio camino y conforme a la imagen de su propio Dios, cuya imagen es a semejanza del mundo, y cuya sustancia es la de un ídolo. .." (D. y C. 1:14-16. Cursiva agregada). "Lo que yo el Señor he hablado, he dicho y no me excuso; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz, o por la voz, de mis siervos" (D. y C. 1:38). El Señor ha puesto en su Iglesia profetas, apóstoles y maestros, para que interpreten e indiquen a su pueblo los asuntos espirituales y temporales. Los derechos, la autoridad y los poderes del sacerdocio de estos líderes proviene del Salvador mismo. La seguridad consiste ' en seguir el consejo de los líderes que han sido divinamente llamados. Nosotros, en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, tenemos la bendición de tener un Profeta viviente entre nosotros, el presidente Spencer W. Kimball. Yo testifico de la divinidad de su llamamiento; él es mi maestro, mi líder y mi ejemplo y lo apoyo y sostengo por medio de mi fe y mis oraciones; tengo una inquebrantable confianza en su profético llamamiento y su guía, divinamente inspirada. Su carácter es recto, su mente alerta, su consejo sabio, su juicio profundo y su visión clara. El tiene un gran amor por todos los pueblos, es el amigo de todos ellos y considera sus necesidades. Nunca nos equivocaremos por el hecho de seguir al Profeta del Señor, que es también nuestro Profeta, ni por hacer caso a sus enseñanzas, consejos y ejemplo personal. Más adelante, el Señor da este conocimiento acerca de los últimos días: "Entonces habrá señales en el sol, en la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; "desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. "Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguios y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. "Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:25-28, 34, 36). Discernamos el cumplimiento de la profecía, pongamos en orden nuestros Hogares y estemos preparados para este día. Y finalmente, llevemos a cabo el Conferencia General Octubre 1975 cometido de preparar a la gente para la segunda venida del Señor. Humildemente lo ruego en el nombre de Jesucristo. Amén.