51 LATERCERA Domingo 28 de febrero de 2016 Sociedad Cultura Hoy se lleva a cabo en Los Angeles la 88a entrega de los Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Una noche de glamour y discursos, de ganadores y derrotados, al alero de una institución crecientemente acusada de conservadora, racista e impermeable. Por Pablo Marín La fiesta de una Academia magullada E s cierto que no sólo las alfombras rojas y las grandes estrellas emparentan a los Oscar de Hollywood con los festivalesmonstruo de Europa, como refrenda el hecho de que la presidenta del jurado en la última Berlinale haya sido Meryl Streep. Y es verdad que en estos certámenes hay amplio margen para que Hollywood visibilice su producción. Pero mientras Cannes, Venecia o Berlín se ufanan de su apertura a la diversidad del mundo a nivel de lenguas y coyunturas políticas, de etnias y orientaciones sexuales, una premiación como la de Hollywood asoma hoy conservadora. Y la entidad que la acoge, poco permeable. Aunque hace rato que se viene cuestionando la composición del cuerpo de votantes de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas -arrasadoramente blanco, masculino y avejentado-, ahora se le cuelga a ésta, con particular encono, el cartel de racista. Por segundo año consecutivo, ningún nominado en las cuatro categorías interpretativas es afroamericano ni, para el caso, miembro de otras minorías étnicas de EEUU. Y hasta hubo un llamado a boicot (ver página 52). Otro tanto se ha generado respecto de películas del ámbito LGBT, como Carol y La chica danesa, que se “desinflaron” a medio camino. Se dirá que comparar festivales con ceremonias gremiales no vale. Que si se buscan símiles, hay que pensar en los Goya de España, en los César franceses o, mejor aún, en los británicos Bafta, que tuvieron su 69ª versión hace dos semanas. En estos últimos, la gran ganadora fue El renacido, que bien podría serlo esta noche. Y 4 de sus 5 nominadas en la categoría principal coinciden con las que van hoy por el Oscar. Pero Carol, por ejemplo, integra ahora la lista. También lo hacen dos actores descartados para las estatuillas: el portorriqueño Benicio Del Toro y el inglés de origen africano Idris Elba. La Academia puede argüir que ha reconocido, hace no mucho, a actores como Jamie Foxx y a películas como Secreto en la montaña. Puede también ufanarse de que hoy su cineasta regalón es un mexicano de apellido González (El director de Birdman y El renacido). Y hasta anunciar que para 2020 se habrá duplicado el número de mujeres y de miembros de minorías étnicas habilitados para votar. Pero el problema de falta de diversidad e inclusión es de mayor alcance: los votantes, finalmente, son miembros de una industria cuya composición tiene sesgos bien marcados. Hay quienes sugieren, como el productor Ira Deutchman, incorporar categorías que alienten la diversidad, como Mejor Primera Película, Mejor Primer Rol y Mejor Actuación de Conjunto. También la membresía automática en la Academia a quienes reciben estos premios, así como el cambio en la modo de contar los votos. Se planteará, por último, que la calidad de una película o de una actuación no pasa por el color de quien la estelarice, la nomine o la premie. Y otros, como el director Ridley Scott, se disculparán diciendo que nadie les financiaría una película de US$ 140 millones con un protagonista “étnico”. El ítem, ciertamente, es de marca mayor.b SIGUE EN PAG. 52 R H A S TA U N N A L EDSO S O R I G IT IZA GARAN 100% EL ADOS EN LUD REGISTR TO DE SA INSTITU A PUBLIC 70 % PRODUCTOS DESTACADOS C O M P R A T A M B I É N E N W W W . P E R F U M A M E . C L S o´ l o p r o d u c t o s s e l e c c i o n a d o s , a p a r t i r d e l J u e v e s 2 5 d e F e b r e r o h a s t a e l L u n e s 2 9 d e F e b r e r o o h a s t a a g o t a r s t o c k