Una historia de secuestros y asesinatos vuelve a

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LATERCERA Sábado 29 de agosto de 2015
Mundo
Rodolfo Palacios
Periodista y autor del libro El clan Puccio:
“Arquímedes
Puccio gozaba del
ritual del asesinato”
P. Schwarze
RR Arquímedes Puccio es escoltado por la policía tras su detención, en 1985. FOTO: CLARIN
Una historia de secuestros y
asesinatos vuelve a impactar a
los argentinos 30 años después
R Se trata del caso de la familia
Puccio, que vivía en un barrio
acomodado de B. Aires, y que en los
80 cometió una serie de crímenes.
Pedro Schwarze
Era un negocio familiar de esos
que se realizan en la propia
casa. Pero no era un “negocio”
normal, porque consistía en
el secuestro, asesinato y extorsión de miembros de familias
ricas de Buenos Aires. Esa es la
historia de los Puccio que hace
30 años conmocionó a Argentina y ahora vuelve a sorprender de la mano de un libro –El
clan Puccio, de Rodolfo Palacios- y una película. De hecho, el filme El clan –dirigido
por Pablo Trapero- a la semana de su estreno ya era la película argentina más vista del
año y en dos semanas, más de
un millón de personas había
acudido a verla, superando a
Relatos Salvajes y Metegol.
El jerarca de la familia, Arquímedes Puccio, era cuando
menos oscuro. Contador de
profesión, fue vicecónsul
(condecorado como el diplomático más joven del país por
el mismísimo Juan Domingo
Perón), miembro de la Secretaria de Inteligencia del Estado (Side) e integró la Alianza
Anticomunista Argentina (la
temida Triple A) y la organización ultranacionalista Tacuara. En 1973 fue acusado de secuestrar a un directivo de Bonafide, Segismundo Pels, pero
el caso -gracias a los contactos
políticos de Puccio- fue sobreseído por falta de pruebas.
A comienzos de los años 80,
la familia Puccio tenía un negocio de deportes náuticos en
la planta baja de su vivienda,
ubicada en el acomodado barrio de San Isidro de Buenos
Aires, y en el edificio del lado
funcionaba un bar, también
de su propiedad. Parecía ser
una familia como muchas.
Pero en los días posteriores a
la guerra de las Malvinas,
cuando el régimen militar
tambaleaba, el jerarca del clan
decidió ganar un poco más de
dinero. Para eso reclutó a cuatro amigos de los llamados
“años de plomo”, que había
conocido en los servicios de
inteligencia o en la Triple A, y
junto a dos de sus hijos –Alejandro y Daniel- decidieron
secuestrar algunas personas
de familias acaudaladas y cobrar jugosos rescates. Y el lugar elegido para mantener a los
R El hecho fue llevado al cine (El
Clan) y en sólo tres semanas ya
superó el éxito inicial de películas
como Relatos Salvajes.
“prisioneros” fue la propia vivienda de los Puccio.
La primera víctima fue Ricardo Manoukian, de 23 años,
quien desapareció el 22 de julio de 1982. Era un conocido de
Alejandro Puccio, ya que ambos jugaban rugby en el Club
Atlético San Isidro (Casi). Alejandro llegó a jugar en los Pumas, la selección nacional. La
familia de Manoukian recibió
un pedido de rescate de US$
250.000, cifra que fue pagada.
El joven permaneció retenido
en la tina del baño del segundo piso de casa de los Puccio.
Pero el 30 de julio de ese mismo año fue asesinado con tres
tiros en la cabeza.
El 5 de mayo de 1983, otro conocido del rugby, Eduardo Aulet, ingeniero de 25 años, fue
secuestrado cuando se dirigía
al trabajo. Lo tuvieron prisionero en una caja de madera
cerca del despacho de Arquímedes Puccio. La familia de
Aulet pagó un rescate de US$
150.000, pero también fue asesinado y su cuerpo fue encontrado cuatro años después.
El empresario Emilio Naum,
de 38 años y dueño de la fir-
ma de ropa Mac Taylor, conocía al patriarca de los Puccio.
Por eso cuando un junio de
1984 Arquímedes le hizo señas
para que detuviera su auto no
sospechó nada. Pero cuando
se dio cuenta que intentaban
raptarlo, trató de resistirse.
Fue asesinado de un balazo.
Era un secuestro por año,
de acuerdo a la planificación
de Puccio. En una estrategia
que consideraba a un total
de 10 víctimas. Al momento
de llevar a cabo su cuarto
secuestro, la policía ya tenía
sospechas sobre los Puccio y
su banda. Uno de los secuaces iniciales, Gustavo Contepomi, lo había delatado.
La cuarta víctima fue la empresaria Nélida Bollini de
Prado, quien fue secuestrada en julio de 1985. Pero
cuando otro de los hijos de
Arquímedes, Daniel, fue a
cobrar el rescate fue arrestado. La noche del 23 de agosto de 1985 la policía allanó la
vivienda de los Puccio y encontró a Bollini de Prado atada al piso, en el sótano que se
había construido y acondicionado especialmente para
Usted pudo entrevistar a
Arquímedes Puccio ¿Cómo
podría definirlo?
Lo entrevisté en julio de 2011,
dos años antes de su muerte.
Era un psicópata de manual.
El tenía 81 años pero hablaba como si tuviese la mitad de
la edad. Decía que iba a vivir
120 años. Tenía esa cuestión
mesiánica de creerse siempre
superior que el resto. Pronunciaba grande monólogos,
no se arrepentía nada de los
que había hecho. Solamente
asumía con culpa que había
cometido el último secuestro,
el de Nélida Bollini de Prado,
que lo había cometido por
razones políticas no como un
acto criminal, porque él decía que Bollini de Prado había enterrado desaparecidos
durante la dictadura como
NN, cosa que nunca fue probada. Puccio decía que él no
había secuestrado a los empresarios, sino que todo era
un complot político-policial.
¿Este caso y los secuestros
fueron frutos de un momento convulso de la historia política de Argentina?
Totalmente. Arquímides
Puccio estuvo vinculado a
la Triple A, una organización armada que terminó
LAS FICHAS
El clan Puccio
[RODOLFO PALACIOS]
Editorial: Planeta
Aparición: junio de 2015
Páginas: 256
Precio: US$ 17 (www.lsf.com.ar)
El Clan
[DIR. PABLO TRAPERO]
Protagonistas: Guillermo
Francella y Peter Lanzani
Duración: 108 minutos
Estreno en Chile: 24 de sept.
siendo funcional a la dictadura, y en esa época militó
en una organización de extrema derecha peronista.
Puccio sabía cómo secuestrar, cómo desaparecer personas. El primero de los secuestros lo comete el año de
la guerra de las Malvinas y el
último en 1985, ya en época
de la democracia. A su vez,
Puccio fue producto de la
dictadura y, a su vez, fue
pionero en la industria del
secuestro en la era de la democracia, porque hubo muchos secuestros de ese tipo
en la década de 1980.
¿Por qué el clan de los Puccio mataba a los secuestrados?
Una de las razones operativas
de por qué los mataban era
porque actuaban a cara descubierta y porque los secuestrados los conocían, especialmente a su hijo Alejandro,
que jugaba rugby. Alejandro
fue importante para captar,
como una especie de carnada, a los empresarios. Por eso
los terminaban matando.
Además de que Arquímides
Puccio gozaba del ritual del
asesinato. A sus cómplices
les había hecho hacer un pacto de sangre, al estilo mafioso siciliano, porque su abuelo era siciliano.b
mantener a los secuestrados.
Arquímedes Puccio, quien
nunca reconoció los secuestros, salvo el de Nélida Bollini
de Prado, fue condenado en
1985 a cadena perpetua, pero
fue liberado en 1997 por beneficios carcelarios. Poco después volvió a prisión. Tras ser
puesto en libertad, estudió leyes y se recibió de abogado.
Murió en 2013, prácticamente en la pobreza y en la soledad
más absoluta, en General Pico,
un pueblo de La Pampa.
Alejandro Puccio fue condenado a cadena perpetua, y murió en 2008 por una neumonia
tras haber protagonizado varios intentos de suicidio. Daniel Puccio cumplió tres años
de cárcel, pero tras una nueva
condena logró huir del país
hasta que el caso prescribió.
También fueron condenados
por estos secuestros Rodolfo
Franco, Guillermo Fernández
Laborde y Roberto Díaz.
La madre del clan, Epifanía,
otro de los hijos, Guillermo,
y una hija, nunca fueron
condenados porque no se
pudo probar su participación en los crímenes.b
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