X U • J ^ V C O í U C ttfcUSUU 6. El débil gobierno de Lidia Gueiler sólo sirvitf para cubrir la preparación del golpe. Su papel no fue diferente de los gobiernos que precedieron al ascenso de Hitler al poder en Alemania, en 1932-33, o del de Isabel Perón en Argentina en 1975-76. Los militares ignoraron fríamente el resultado electoral, porque su proyecto no espera someterse al juicio democrático de nadie, sino que se integra en un nuevo modo de dominación cuyos modelos están en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. 7. García Meza acaba de anunciar próximos despidos en las minas y exigencias de aumento de la productividad, junto con la declaración de "receso" de los sindicatos y de congelación de sus fondos bancarios. Para llevar adelante estos planes, necesita desorganizar la resistencia obrera y de la izquierda revolucionaria. Por eso sus asesinos mataron sin preguntar y sin vacilar a Marcelo Quiroga San ta Cru2: no porque había denunciado el tráfico de cocaína, sino porque era uno de los principales dirigentes políticos de la izquierda socialista que, yendo más allá del tradicional nacionalismo revolucionario, había ganado un fuerte apoyo obrero, sobre todo en tas minas, en cuyos centros su partido obtuvo casi siempre el segundo lugar y algunas veces el primero en las últimas elecciones. Ni la débil burguesía boliviana ni su ejército (cuyas improvisaciones pueden verse a través de las crónicas de Jaime Aviles) son capaces de alcanzar por sí solos la factura y la precisión terrorista de este golpe. La asesoría argentina - ahora públicamente reconocida por Videla - y la intervención directa de sus comandos y sus técnicos militares fue indispensable para obtener este resultado. Esa asesoría no tardará en tropezar con dificultades que no sos pecha cuando, con la tradicional prepotencia y suficiencia de los burgueses argentinos hacia los bolivianos y los latinoamericanos, empiece a topar con el espíritu nacionalista inclu- UtJ l u u i i i i a ü i » o u i w u apoyaban, no pudieron defenderlo. Pero al año siguiente sus delegados se reunieron en Pulacayo y, en congreso de la Federación de Mineros, aprobaron un programa que fue el sustento de su actividad sindical y política cuando triunfó la revolución de abril de 1952, las Tesis de Pulacayo. Adolfo Gilly/ll y último El ciclo de esa revolución y las condiciones en que dichas tesis tuvieron vigencia inmeso de una parte de los oficiales bolivianos. Los apoyo de sectores pequeños burgueses desdiata se han cerrado definitivamente con este militares argentinos comprenderán tarde que contentos que el general chileno tuvo los prigolpe. A partir de las tradiciones de lucha y de meros días. No hay que subestimar, sin emestán sobrepasando sus límites y que su avenorganización desarrolladas por los mineros en turerismo de extrema derecha puede revertirse bargo, el apoyo financiero internacional que todo ese período, será necesario encarar las contribuirá a que García Meza pueda pasar las contra su propia estabilidad interna. actuales condiciones de la lucha obrera en Boprimeras dificultades: el Banco Mundial acaba 8. No se puede prever bajo qué formas ni livia, bajo la nueva violencia modernizada y de conceder a Bolivia un crédito de 50 millocuándo comenzará la crisis de esta nueva dictecnificada que ejército y capital financiero in nes de dólares y el padrino argentino de García | ternacionalizado están imponiendo. tadura. Pero es seguro que los intereses arMeza, el general Jorge R. Videla, le ha ofrecí-f gentinos y brasileños, unidos en el sostén al Se demostrará necesario, como en 1947, do públicamente ayuda económica, alimentos! un nuevo programa revolucionario que resgolpe, no son conciliables a mediano plazo. ; Brasil buscará restablecer su eje con Chile y y una línea de créditos para "apoyar el de-• ponda a esas condiciones y nuevas formas de ; Argentina con Perú, y Bolivia volverá a ser un sarrollo boliviano" (y para venderle los pro-* organización que incorporen aquellas expe ductos de la industria argentina}. | riendas pero superen los caducos marcos del < terreno de enfrentamiento entre ambas pode 10. La nueva situación en Bolivia plantea a , rosas burguesías. Esto es un seguro factor de nacionalismo burgués en que el lechinismo enla izquierda revolucionaria dos órdenes de crisis para el gobierno de García Meza. cerró a los sindicatos. prioridades. Una es la necesidad de constituir 9. Ningún militante sindical o político serio Esta tarea es la misma de roda la fuerte y un vasto frente, nacional e internacional, en puede ya creer, en Bolivia, en ía efectividad o concentrada clase obrera del sur de América defensa de las libertades democráticas, aun en la posibilidad de las vías democráticas. Latina, a la cual estas nuevas condiciones, El nivel del enfrentamiento de clase, en las últi- contra la represión y el terrorismo militar y que los ejércitos y el capital financierohan ínter mas elecciones, las ha cerrado del todo. Tiene por el reconocimiento y el establecimiento en nacionalizado, plantean con más urgencia que el poder del presidente electo en julio último, cierta importancia, sin embargo, el establecinunca la actualización socialista de su prograHernán Siles Suazo. miento en la clandestinidad del gobierno legítima y de sus métodos y la cordinación política mo de Hernán Siles Suazo y sus aliados. Por La otra, es no detener su lucha en los límide sus experiencias y de sus luchas. un lado, ese hecho muestra que la dictadura tes de la anticuada política nacionalburguesa Los trágicos acontecimientos de Bolivia di no controla todavía el conjunto de la situación reiterada por Siles Suazo y su partido, cen una vez más que es necesario, para la ni tiene los medios para hacer frente a todos ampliamente superada por los objetivos de esdifícil reorganización de las fuerzas obreras del ios desafíos. Por otro lado, la reivindicación de te golpe que se propone la reorganización y la Cono Sur —las más concentradas y maduras la entrega del poder a Siles Suazo, que tiene la modernización capitalista de Bolivia a sangre, del continente, como los mineros bolivianos lo legitimidad constitucional que le da su victoria hambre y fuego. han confirmado con heroísmo- , discutir, asi electoral, es una demanda democrática efemilar y adaptar a las condiciones de esos La clase obrera boliviana —y latinoameri mental que puede agrupar a los más amplios países, las nuevas enseñanzas y la experiencia cana — necesita preparar su propia respuesta sectores de la población opuestos al golpe y proletaria que, en el otrn extremo de América independiente. Cuando en 1946 un golpe enemigos de la dictadura. Esta no ha logrado Latina, continúa transmitiendo la revolución proimperialista derribó al gobierno nacionalis el éxito inicial de Pinochet en Chile ni tiene el salvadoreña. ta de Gualberto Villarreal, los mineros, que lo Contra la dictadura boliviana Frente democrático y programa obrero