05-TU.qxd 10/2/04 11:56 PM Page 1 Masacre en la escuela La Plata, domingo 3 de octubre de 2004 5 RAFAEL S. ESTABA EN LA LISTA La escuela había recomendado asistencia psicológica a muchos de los adolescentes La mayoría de los padres -entre ellos los de Junior- no aceptaron la propuesta realizada por el gabinete psicopedagógico de la Media nº 2. Según las autoridades del colegio de Patagones, muchos chicos se mostraban, desde hace unos meses, muy desinteresados con el estudio Los alumnos que concurren a la escuela de enseñanza media nº 2 de Carmen de Patagones, donde el martes pasado un estudiante mató a tres de sus compañeros e hirió a otros cinco, mostraban desde hace meses un desapego y hastío hacia sus estudios, por lo que las autoridades habían recomendado tratamientos psicólogicos que muchos padres no siguieron, según revelaron las autoridades de la institución educativa. Este es el caso de Rafael S., cuyos miento escolar, comentaron personas cercanas al alumno de 15 años. Amigos de la familia del joven confirmaron que Dante leía frecuentemente a Nietzsche, que se jactaba de ello y que era muy mal visto por las mujeres de su división, porque solía contestarles mal. El colegio había iniciado en abril una serie de charlas con los padres y los propios alumnos “Junior tenía dificultades para insertarse, además del desapego”, dijeron las autoridades padres habían ido varias veces al gabinete psicopedagógico de la escuela, y cuyos profesionales intentaban convencerlos de que tenía que seguir un tratamiento. Las autoridades del colegio “notaban que, además del desapego, Junior tenía una dificultad para insertarse, pero la escuela no tiene la patria potestad para obligar a los padres a que su hijo efectuara un tratamiento psicológico”, precisaron los voceros consultados. El caso de Rafael era exactamente igual al de Dante, su único amigo dentro del curso. Su madre, Silvia Romero, notaba que no podía insertarse y que había descendido en su rendi- Causa común La situación en el 1º B del Polimodal se repetía en muchas otras divisiones, por lo que el colegio había iniciado en abril pasado una serie de charlas con Armentano. La sudirectora de EGB recomendó un plan de salud mental Los adolescentes y la muerte La tercera parte del pueblo de Carmen de Patagones está compuesta por adolescentes que se ven inmersos en una sociedad “que viene elaborando un duelo tras otro, por lo que sería necesario establecer un plan de salud mental comunitario para todos”. De esta manera, Liliana Armentano -subdirectora de EGB- se refirió a las siete muertes violentas de adolescentes en un año. Carmen de Patagones era un pueblo en donde todos se conocían, pero que hace dos años comenzó un proceso de asemejanza a la poblaciones de las grandes urbes del conurbano, con la llegada de mucha gente de otras ciudades. Esto trajo aparejado, entre otras cosas, un fenómeno típico de las grandes urbes que es la ruptura familiar: “Se incrementaron casos en los que el padre abandona a su esposa y luego hace una nueva vida con otra pareja, que ya tenía un hijo de otro matrimonio”. De hecho, dos de los tres alumnos fallecidos vivían en sus familias este tipo de situaciones. los padres y los propios alumnos, “pero de ninguna manera se podía prever que iba a terminar en una tragedia”, afirmó una autoridad. En tanto, Lilian Armentano, subdirectora de EGB de la Dirección de Educación y Cultura bonaerense, a cargo de la articulación de los equipos de salud mental para reconstruir la vida institucional de la escuela, destacó que los chicos “no fueron escuchados”. “El reclamo más fuerte en la serie de charlas que mantuvimos con ellos fue que no fueron escuchados, que su opinión no era tenida en cuenta por las autoridades del colegio”, dijo la funcionaria. LUEGO DE HABER DECLARADO El amigo de Junior visitó a los heridos Luego de haber declarado ante la jueza de Bahía Blanca, Alicia Ramallo, el mejor amigo de Junior regresó a Carmen de Patagones y a las pocas horas se acercó hasta el hospital de Viedma para interiorizarse sobre el estado de los heridos. El chico, que el viernes pasado participó -junto al resto de sus compañeros- en el primer encuentro después de la tragedia, estuvo 15 minutos con su mamá, al final de una desordenada fila que hacían los compañeros para entrar en las salas de internación. Después, llegó un chico de rulitos que le palmeó el hombro y se esforzó por integrarlo al grupo. Pero Dante estuvo como ausente, con la mirada ajena a las conversaciones, mirando hacia la salida, como en estado de alerta. Después se recostó contra una columna y dejó pasar a todos, antes de animarse a ingresar. “Estuvo todo el día pegado a la madre y bibliotecaria de la escuela, Silvia Romero, y a Aldo, la pareja, que le despejaba el camino cada vez que un desconocido quería hablarle”, indicó una fuente.