¿Le conviene a un católico celebrar o asistir a una fiesta de Halloween? Como lo diría San Pablo en su carta a los Corintios «Todo está permitido, pero no todo me conviene». Cuidado con cosechar antivalores. Cercanos a la víspera de todos los santos, aparecen nuevamente los anuncios para celebrar Halloween con la fiesta de disfraces, los niños pidiendo dulces en las casas y las películas de terror. Toda una festividad aparentemente “inofensiva”, pero ¿puede un católico celebrar Halloween? Aquí una sencilla explicación, también para los más pequeños de la casa. Halloween es la abreviación del inglés antiguo “All hallow’s eve” que significa “Víspera de todos los santos” y nació refiriéndose a esta gran fiesta cristiana, pero con el tiempo fue tomando un sentido poco santo y propagando imágenes o símbolos demoníacos. En México el P. Héctor Zúñiga y más de 150 fieles de la Parroquia Casa Blanca en León, han comenzado una cruzada, recorrieron las calles de la colonia Casa Blanca para hacer un llamado a la comunidad católica de dejar de festejar halloween y retomar el verdadero sentido con el que nació esta celebración que se origina en la Víspera de todos los santos. “Nos proponemos comenzar una transformación cultural: cambiar la celebración pagana que representa una aberración para la fe católica, por una fiesta que rinda honores a Jesucristo”; además indico el P. Zuñiga: “Las empresas extranjeras que se dedican a promover estas fiestas van creando necesidades superfluas en el consumo de la población, formando un capitalismo “salvaje y deshumanizador, las personas necesitan espacios o períodos de esparcimiento y de recreación, y con la creciente ola de violencia que hay en el País, estos espacios son aceptados por las personas”, añadió. El Papa Francisco, en su homilía del 11 de abril, comentó sobre las tácticas del demonio para tentar al hombre y alejarlo de Dios y manifestó: “¿Cómo hace el demonio para alejarnos del camino de Jesús? La tentación comienza levemente, pero crece: siempre crece. Segundo, crece y contagia a otro, se transmite a otro, trata de ser comunitaria. Y, al final, para tranquilizar el alma, se justifica. Crece, contagia y se justifica” y advirtió, lo mismo pasa con Halloween, al perder su sentido cristiano. Se comienza con golosinas, máscaras, disfraces que parecen atractivos y contagian, pero que a la larga fomentan el “consumo del terror” y valores contrarios a la fe. Sobre el tema el Hno. Javier Mendoza Sedano indico: “Debemos celebrar una fiesta en honor a los santos que fueron ejemplo de vida y que gozan de Dios en la vida eterna, alegrarnos con esas personas santas y acercarnos más a Dios, pero los medios de propaganda y comunicación nos invitan con imágenes atractivas de disfraces, máscaras y golosinas a celebrar una fiesta para los niños con una palabra que no llegan a entender, “Halloween”, pero que excita la imaginación y el entreteniendo. Las principales beneficiadas son las empresas dedicadas a fomentar el consumo de productos superfluos que sirven sólo para un día, y nosotros, sin pensar, caemos en el consumismo y nos olvidamos del sentido cristiano de la fiesta”. Esperamos que este artículo venga en su ayuda y pueda tomar la mejor decisión este 31 de octubre.