Halloween Una noche en Halloween, unos niños fueron a pedir golosinas, pero no sabían que algo les esperaba y no era una grata sorpresa... Recorrieron todas las casas, sólo les faltaban una la casa de la familia Hotmeller, una tenebrosa casa en la que parecía que en ella todos los días era Halloween. Se dispusieron a tocar y... ¡la puerta se abrió como por arte de magia! Y entre las entrañas de la casa les saltó un… ¡fantasma! Ellos huyeron, con miedo, pero el fantasma no pretendía asustarles. El fantasma se dispuso a perseguirlos, para tan sólo decirles que porqué huían de él, y el fantasma comenzó a gritar esa pregunta, y el más valiente de ellos se atrevió a decirle: ¡¡NO VES QUE ERES UN FANTASMA, O QUE!! El fantasma, le aclaró que sólo les iba a dar las golosinas y se aclararon, y los niños le prometieron volver a visitarlo. FIN Paula YA ES HALLOWEEN!!! Hace mucho tiempo, un niño llamado Drácula fue a pedir chuches en la noche de Halloween a una casa media abandonada. Drácula tocó en la puerta y una señora muy vieja le abrió. Un rato más tarde, la mujer le contestó: -¿Qué quieres hijo? con voz aterradora . El niño salió corriendo de allí y de repente... ¡La gente de la ciudad se había convertido en zombis! El joven pensó y pensó y... ¡Estaba claro! La mujer era la que había provocado todo eso. Seguro que estaba muerta pero en las noches de Halloween revivía de su tumba. El chico salió corriendo pero fue inútil, los zombis lo cogieron y esa noche no recogió ninguna chuche. La gente cuenta que en la noche de Halloween el espíritu de Drácula aparece por todas las casas a pedir chuches. FIN Daniel Fco. LA FIESTA EN LA CASA ENCANTADA. Hace un año en la Isla de Tenerife, unos niños llamados: Andrea, Claudia, Daniel y Samuel decidieron hacer una fiesta en la casa del fantasmita, llamada así porque la leyenda cuenta que esa casa es de un espíritu malvado a pesar de su tamaño. Llegó el gran día, el 31 de Octubre. Todos los niños salieron a pedir truco o trato incluidos ellos. Cuando acabaron, ni se lo pensaron y empezaron a comer. Claudia vio un ojo y pensando que era una pastilla de goma se la comió, a los dos minutos la vomitó y todo el mundo extrañado empezó a tener más cuidado. Pasado un rato después de terminar de comer, empezaron a bailar y de repente se apagó la luz y Samuel llamó al técnico. Él les dijo que tuvieran más cuidado que podía ser el espíritu del fantasmita intentando vengarse. Los niños con más cuidado decidieron continuar la fiesta y para entretenerse un niño contó una leyenda que decía: “Hace dos siglos un niño llamado Eduardo, entró en un castillo que estaba cerca del río al que la gente de ese sitio llamaba “El castillo maldito”. Eduardo como era muy curioso y no le daba miedo nada entró tranquilamente y empezó a investigar. Vio tres tumbas con el nombre de Raúl, Daniela y el más curioso de todo el Obispo Orejudo. Eduardo no paraba de reírse cuando de repente oyó un fuerte ruido que salía de una de las tumbas y ya no le hizo tanta gracia. Se dio cuenta que de la tumba del Obispo Orejudo salía un mal olor a pies podridos, entonces empezó a desconfiar. Con miedo de que hubiera algún espíritu maligno ahí dentro decidió continuar a pesar de todo. Subió las escaleras y los escalones empezaron a temblar. Cuando llegó a la segunda planta, se dio cuenta de que de una de las paredes salía un líquido rojo que parecía sangre. Se acercó para tocarlo y cuál fue su sorpresa que de la pared salió un fantasma y visto que la cosa se ponía fea salió corriendo del castillo y les contó a todos sus amigos lo que le había pasad”.. Al acabar de contar la leyenda, los niños tenían más miedo todavía. Decidieron disfrazarse para darle un susto a Daniel que era el que más miedo tenía. Samuel lo entretenía mientras las chicas y otros amigos más preparaban sus disfraces y caretas para dejarlo sin palabras. Daniel entra al baño de las chicas y se esconde y cuando ellas ya estaban preparadas con el disfraz dispuestas a salir, da un GRITO y ellas se vuelven locas corriendo por toda la fiesta. Los demás no sabían que había pasado, le preguntaban pero ellas no podían hablar del miedo que tenían, entonces llega Daniel riéndose y les cuenta a todos lo que había pasado. Los chicos pensaron que Daniel no tenía tanto miedo sino que lo había hecho para burlarse de ellas. Ahora las chicas crearían su venganza que era llenar unos globos de agua y empezar una batalla. Cuando las chicas llegaron con los globos ellos corrían desesperados y ellas los lanzaban mojándolos de arriba abajo, esto fue muy divertido. Se hizo de noche y tenían que regresar a sus casas, había que caminar un largo rato hasta llegar por eso iban contando historias para que el camino se hiciera más corto. Y así fue. Los niños se despidieron y quedaron para la próxima fiesta. FIN Camila