Fallo provisto por elDial.com SD 21868 – Expte. 13.586/2011 (32.532) – “A. M. P. c/ C. M. Career Managers Consorcio de Cooperacion s/ despido” – CNTRAB – SALA X – 20/12/2013 Buenos Aires, 20/12/2013 El Dr. ENRIQUE R. BRANDOLINO dijo: El Sr. Juez de grado, luego de valorar los elementos probatorios arrimados a la causa, consideró justificado el despido indirecto dispuesto por la trabajadora y, en consecuencia, declaró la procedencia de diversos rubros de naturaleza salarial e indemnizatoria. Asimismo, condenó a la demandada al pago de una suma de dinero en concepto de daño psíquico (establecido en el 10% de la t.o.) y moral ocasionado a A. con motivo del trato hostil que tuvo por acreditado.Contra tal decisión recurren ambas partes. La actora, a tenor del memorial de fs. 334/37 vta., mientras que la demandada lo hizo en los términos de la presentación de fs. 339/47; ambas debidamente replicadas (ver fs. 355/56 y 357/60). También apelan, por bajos, los honorarios que le fueron regulados: la representación letrada de la parte actora y los peritos contador, psicóloga e informático (ver fs. 328, 332, 333 y 353, respectivamente).Cabe referirse, por razones de orden expositivo, al recurso de la parte demandada, quien cuestiona, en el primero de sus agravios, que el sentenciante de grado hubiera tenido por acreditado, en síntesis, que se verificó, hacia la actora, un trato hostil de manera sistemática por parte de la Licenciada M., y su consideración, en los términos del art. 243 L.C.T. (to), de tal hecho como causal rescisoria; tema este vinculado además con el identificado como tercer agravio ("Causal de despido. Intercambio telegráfico"), por lo que entiendo adecuado tratar simultáneamente ambos; y en este sentido, aunque es de destacar lo meritorio del esfuerzo argumental de la recurrente, lo cierto es que el intercambio telegráfico entre las partes tuvo inicio el 10/5/10, oportunidad en la que la accionante impugnó la medida disciplinaria de la que había sido objeto (amonestación) y agregó "Lo cierto es que a partir de la notificación de mi embarazo ustedes cambiaron drásticamente la actitud hacia mi persona iniciando una acción persecutoria basada en malos tratos, modificación de condiciones de trabajo y permanentes amenazas para como mi fuente de trabajo. Por todo esto lo intimo revea la actitud adoptada bajo apercibimiento de denuncia….y de considerarme gravemente injuriada…" (ver fs. 100 e informe de fs. 105), y a posteriori, frente a la respuesta patronal, el 21/5/10 A. reiteró todos y cada uno de los términos de su anterior telegrama laboral, requirió su correcta registración y el pago de diferencias salariales (ver fs. 102 e informe aludido), agregando además, a la hora de denunciar el contrato de trabajo "Reitero todos y cada uno de los términos de mi telegrama laboral…Asimismo atento haber agravado su acción persecutoria denunciada mediante telegrama…" (ver fs. 104), de modo que no se trató únicamente de un reclamo de regularización del vínculo y diferencias salariales.- Ahora bien, en este contexto y con una cierta multiplicidad (por llamarla de algún modo) de causales, coincido con la apreciación que de la prueba rendida efectuó el "sub judice", porque aunque quizás sea más apropiado aludir a un destrato que a un trato hostil por parte de la Licenciada M. hacia la accionante, lo cierto es que S. M. R. (fs. 165/70), no describió sólo las labores que cumplió A. antes del cambio de actitud patronal, sino también después de anoticiar ésta su embarazo, refiriendo la realización de tareas que en nada estaban relacionadas con sus funciones, tales como pasear el perro de la Licenciada M., venderle productos por Mercado Libre, estudiar el manual de la filmadora y del I-Phone para luego explicárselo, transcribir notas que la licenciada dejaba, etc., para concluir que "cree que M. la quería pero siempre la trató mal porque ella trataba mal a toda la gente en general y luego del embarazo la actora ya no era su asistente perfecta", o agregar "que en los últimos meses esto se intensificó y a diferencia de otras veces se le indicaban errores a la actora, pero el trato era más brusco, antes le decía "fíjese que acá.." y después "M. otra vez te equivocaste acá".Es correcto que se puede inferir, como alude la recurrente, que la Licenciada M. pudo haberle dicho a R., con motivo de su desvinculación de la empresa, y como una justificación a tal medida, que su trabajo lo realizaría la actora, pero lo cierto es que nada indica tal afirmación de R. resulte inexacta, porque alguien tenía que hacer las tareas que ésta dejaba de hacer y A. era la que quedaba.Aclaro, a propósito de los términos y/o contenido del segundo de los agravios (valoración de los testimonios rendidos a instancia de la parte actora), que no se está (ni se trató así) de un supuesto de mobbing, sino como señalé al comienzo, de un destrato hacía la accionante, que además, en otros aspectos del vínculo, resulta corroborado con los testimonios de M. E. L. (fs. 180/81) y D. T. O. (fs. 171/2).Obviamente que no se trata de apreciar los testimonios a partir de frases aisladas, sino en todo el contexto de su exposición y de acuerdo a las reglas de la sana crítica (conf. arts. 386 y 456 C.P.C.C.N.), considerando además las particularidades de la situación (en este caso, un ámbito de trabajo reducido), pero lo que no resulta adecuado, como regla lógica, es estar explicando lo que dijo el testigo, como modo de relativizar su testimonio.Reitero, en el contexto de los testimonios rendidos, no advierto que se hubiera verificado un supuesto de mobbing (intimidación silenciosa, situación en la que una persona o grupo de personas ejerce una violencia psicológica extrema, en forma sistemática y recurrente, durante un período prolongado, sobre otra persona o grupo de personas en el ámbito de trabajo, con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima y su reputación, perturbando el ejercicio normal de sus labores, hasta lograr que abandone el lugar de trabajo), sino que entiendo acreditado que se verificó, en el ámbito laboral donde prestó servicios A., una situación de desjerarquización al asignarle a la misma tareas que en nada se correspondían con su categoría laboral, aumentándole además el nivel de exigencia.En esas condiciones, la negativa patronal a rever o modificar su posición, operó como la "gota que rebalsó el vaso" o hecho desencadenante, por lo que aprecio justificada, tal como anticipé, la decisión de la actora de considerarse despedido, pues el proceder patronal, violatorio de elementales obligaciones impuestas en cabeza del mismo por los arts. 62, 63, 78, 81 y conc. L.C.T. (to), a más de normas mínimas de convivencia que es dable requerir en cualquier ámbito y, en particular, en una comunidad laboral, configuró injuria que hacía insostenible la prosecución del contrato de trabajo (conf. arts. 242 y 246 L.C.T. to).Sólo restaría agregar, que la declaración de C. S. (fs. 230), en nada altera o modifica la conclusión apuntada, porque según expuso, estuvo circunstancialmente en la oficina de Salguero en tres o cuatro oportunidades.En lo que atañe al cuarto agravio, observo que las diferencias salariales no fueron incluidas en la condena. Ello así, pues basta restar los rubros excluidos en grado (indemnización art. 10, ley 24.013 y diferencias salariales) de la liquidación realizada por el perito contador a fs. 246 vta., y adicionarle $ 20.000 en concepto de daño moral, para establecer que no integran el total diferido a condena.En tanto se trató de una denuncia del contrato de trabajo legítimamente dispuesta por la actora, quien intimó el pago de las indemnizaciones generadas a consecuencia de ese hecho extintivo; se vio obligada a litigar para procurarse el cobro de las mismas, y nada avala el proceder omisivo patronal en cancelarlas, propongo confirmar la procedencia del incremento indemnizatorio dispuesto por el art. 2 de la ley 25.323.No ocurre lo mismo con el reclamo sustentado en el art. 132 bis L.C.T. (to); y en esto le asiste razón a la demandada, porque más allá de que no se explicitó en grado la razón de la inclusión de tal concepto dentro de los rubros objeto de condena, en concreto, del informe brindado por el Sistema Integrado Previsional a fs. 207/16 (no observado, conf. art. 403 C.P.C.C.N.), como así de la pericial contable a fs. 244/vta., surge demostrado que la demandada ingresó los aportes y contribuciones retenidos a la trabajadora, por lo que no se verificó incumplimiento alguno que dé lugar a la sanción en análisis.También cabe revocar la procedencia de la indemnización pretendida con fundamento en el art. 80 L.C.T. (to art. 45, ley 25.345), porque la interpelación a la entrega instrumentos allí previstos, efectuada en el telegrama rescisorio (ver fs. 104) no respetó lo exigido por la norma citada y sus decretos reglamentariosen cuanto a producir el emplazamiento con posterioridad a la disolución del vínculo, para habilitar al dependiente a efectuar el requerimiento antes indicado (conf. esta Sala X SD N°: 13.116 in re: "Simoes Barros Natalia Carolina c/ Marsandi SRL s/ despido" del 27/10/04, SD 15.927 del 29/2/08 "Meza Guarie María Teresa c/ Alarcia Abel Eduardo y otros s/ despido", SD 20363 del 28/9/12 "Rosales Javier Hernán C/ Cook Master S.R.L. s/ Despido").Igual temperamento cabe adoptar con la indemnización prevista por el art. 15 de la ley 24.013, porque más allá que, con relación a la misma también se desconoce la razón de su inclusión en la condena, en lo particular, y dando así tratamiento también al primero de los agravios de la parte actora (rechazo de la indemnización reclamada a partir del art. 10 de la ley 24.013), señalo que no advierto acreditado que A. hubiera percibido parte de su remuneración fuera de los recibos extendidos en legal forma; y digo esto, considerando el testimonio de R. (fs. 165/170), porque expuso que "la actora le dijo a C. T. que tenía que pagar la facultad; que T. fue a la oficina de C. M. y cuando volvió agarró plata de la caja y se la dio", lo cual lejos está de demostrar la existencia de un pago en las condiciones previstas por la norma citada.Aclaro además, en este punto, que la reclamante no denunció en el escrito de inicio que recibía un pago sin registrar ($ 435 mensuales) por la realización de horas extras; y el hecho que pueda considerarse como anomalía la corrección de algunos importes de los registros laborales o aún la omisión de exhibición de planilla de horarios, no genera ninguna situación diferente, porque ciertamente, si se habla de importes no registrados, es obvio, por decirlo de algún modo, que no se trata de circunstancias que debieron constar en tales asientos (conf. art. 55 L.C.T. to).Esto, más allá de que los importes denunciados como percibidos por la accionante ($ 2.500 de los cuales $ 345 eran sin registrar), tampoco se condicen con las remuneraciones que efectivamente percibió, las que fueron superiores a ese haber (ver planilla de fs. 241).A mi modo de ver, no se demandó la reparación de ningún daño psicológico (ver liquidación de fs. 12/vta.), sino que se involucró o confundió al mismo con un reclamo por daño moral, lo cual es diferente.De todos modos, señalo que si se pretende un resarcimiento por daño psicológico apoyado en la pericial de fs. 254/270, el mismo es inviable, porque habría respondido, en la tesis de la accionante, a las condiciones de trabajo, y en tanto no existió ningún planteo referido a la ley 24.557, la empleadora no resulta responsable patrimonialmente por sus consecuencias (conf. arts. 1, 3, 39, ap. 1, ley citada).Dicho esto, y en la medida que se verificó una situación de destrato hacia la accionante, lo cual excede las consecuencias derivadas de la simple ruptura del contrato de trabajo, cabe confirmar la procedencia del reclamo por daño moral, porque la situación aludida y la que estuvo sometida la trabajadora menoscabaron su dignidad y la demandada resulta responsable en virtud de lo dispuesto por los arts. 1.068 y 1.109 C. Civil, 5 y 36 L.C.T. (to).En cuanto al monto de la reparación, como es sabido, la fijación de su importe es de difícil determinación, ya que no se halla sujeto a cánones objetivos, sino a la prudente ponderación sobre la lesión a las afecciones íntimas del damnificado, los padecimientos experimentados, es decir, agravios que se configuran en el ámbito espiritual de la víctima y que no siempre resultan claramente exteriorizados, hallándose así sujeto su monto a una ponderada discrecionalidad del juzgador, que en el caso y toda vez que no medio agravio de la accionada en su cuantía, estimo prudente mantener el importe establecido en grado (conf. arts. 1.068, 1.078 y 1.109 C. Civil).- En resumen, de acuerdo a lo que llevo dicho y remuneración considerada en grado ($3.853,64), cabe modificar lo resuelto en el siguiente sentido: Indemnización art. 245 LCT (3 períodos) $11.560,92 Preaviso c/ Incid. SAC $4.174,77 Integración Mes de Despido $513,82 Sac s/ rubro anterior $42,81 Salario Junio prop. $3.339,82 Vacaciones proporcionales c/ inc. SAC $1.168,94 Sac Proporcional $1.605,68 Art. 2 ley 25323 $8.146,17 Daño Moral $20.000,00 TOTAL $50.552,93 Dichos importes que totalizan la suma de $50.552,93 llevaran los intereses establecidos en la instancia anterior.Dada la modificación propuesta y considerando lo previsto por el art. 279 del CPCCN, corresponde dejar sin efecto lo resuelto en materia de costas y honorarios, resultando abstracto el tratamiento de los recursos intentados a su respecto.- En atención al nuevo resultado de la contienda y el éxito obtenido por cada una de las partes, sugiero imponer las costas de la instancia anterior en un 80% a cargo de la demandada y el 20% restante a cargo de la actora (conf. arts. 68 y 71 del CPCCN).Atendiendo al mérito, extensión e importancia de la labor profesional desarrollada en la instancia anterior por la representación letrada de la parte actora, de la demandada y de los peritos psicóloga, contador e informático, sugiero regular sus honorarios en el 15%, 12%, 7%, 7% y 6%, respectivamente, sobre el nuevo monto de condena comprensivo de capital e intereses (conf. arts. 38 L.O., 6, 7, 9, 19, 22 y conc. de la ley 21.839, 24.432 y dec. ley 16.638/57) y 4º).Las costas de esta etapa se imponen en el orden causado, dada la existencia de vencimientos mutuos y parciales (art. 68, segundo párrafo, del CPCCN), regulándose los honorarios de la representación letrada de las partes, en el 25% de los que les corresponda percibir a cada uno de ellos de la instancia anterior (art. 14 ley arancelaria).- Por todo lo hasta aquí expuesto, voto por: 1º) Modificar parcialmente la sentencia de grado reduciendo el monto de condena a la suma de PESOS CINCUENTA MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y DOS CON NOVENTA Y TRES CENTAVOS ($ 50.552,93) con más los intereses establecidos en origen; 2º) Dejar sin efecto lo resuelto en materia de costas y honorarios (art. 279 del CPCCN); 3º) Imponer las costas de la instancia anterior en un 80% a cargo de la demandada y el 20% restante a cargo de la actora (conf.- arts. 68 y 71 del CPCCN); 4º) Regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora, de la demandada y de los peritos contador, psicóloga e informático, en el 15%, 12%, 7%, 7% y 6%, respectivamente, sobre el nuevo monto de condena comprensivo de capital e intereses; 5º) Imponer las costas de alzada en el orden causado (art. 68, segundo párrafo, del CPCCN); 6º) Regular los honorarios de la representación letrada de las partes, por los trabajos realizados en esta sede, en el 25% de los que les corresponda percibir a cada uno de ellos de la instancia anterior (art. 14 ley arancelaria).- El Dr. GREGORIO CORACH dijo: Por compartir los fundamentos del voto que antecede, adhiero al mismo.- El Dr. DANIEL E. STORTINI no vota (art. 125 de la L.O.).- Por lo que resulta del acuerdo que antecede, el Tribunal, RESUELVE: 1º) Modificar parcialmente la sentencia de grado reduciendo el monto de condena a la suma de PESOS CINCUENTA MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y DOS CON NOVENTA Y TRES CENTAVOS ($ 50.552,93) con más los intereses establecidos en origen; 2º) Dejar sin efecto lo resuelto en materia de costas y honorarios (art. 279 del CPCCN); 3º) Imponer las costas de la instancia anterior en un 80% a cargo de la demandada y el 20% restante a cargo de la actora (conf. arts. 68 y 71 del CPCCN); 4º) Regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora, de la demandada y de los peritos contador, psicóloga e informático, en el 15%, 12%, 7%, 7% y 6%, respectivamente, sobre el nuevo monto de condena comprensivo de capital e intereses; 5º) Imponer las costas de alzada en el orden causado (art. 68, segundo párrafo, del CPCCN); 6º) Regular los honorarios de la representación letrada de las partes, por los trabajos realizados en esta sede, en el 25% de los que les corresponda percibir a cada uno de ellos de la instancia anterior (art. 14 ley arancelaria).Cópiese, regístrese, notifíquese y, oportunamente, devuélvase.Fdo.: ENRIQUE R. BRANDOLINO - GREGORIO CORACH Citar: elDial.com - AA8664