Una isla con aroma a clavo y canela Redacción Travelview Pimienta, cúrcuma, nuez moscada, vainilla, canela, clavo, cardamomo... Es sólo una pequeña lista de la enorme variedad de especias que se cultivan en Sri Lanka, esa isla que desprende un olor característico a árboles frutales y jardines botánicos. Las virtudes de las especias no sólo se notan en la cocina, y en concreto en platos nacionales como el arroz con curry picante o el sambol, sino que también tienen sus efectos en el cuerpo y en la mente. Y es que muchas de las plantas que brotan exuberantes en la llamada Lágrima de la India llevan miles de años empleándose para las terapias ayurvédicas o de medicina tradicional. El secreto de tal abundancia de flora y especias no es otro que las condiciones climatológicas y la localización estratégica del país en el globo. La temperatura y humedad perfectas convierten a Sri Lanka en un vergel maravilloso. A ello se une que durante muchos siglos fue un enclave fundamental en la llamada Ruta de la Seda y en sus tierras se intercambiaban productos manufacturados, telas de gran calidad o joyas por especias. Esto mismo hizo que los cingaleses tomaran conciencia de que las especias podían ser su gran moneda de cambio con el exterior y empezaran así a mimar sus plantaciones. “Durante muchos siglos Sri Lanka fue un enclave fundamental de la Ruta de la Seda y en sus tierras se intercambiaban productos manufacturados, telas de gran calidad o joyas por especias” Para conocer cómo se plantan estas hierbas, cómo se recolectan y cuáles son sus propiedades medicinales, no debes perderte una visita al famoso Jardín de las especias, uno de los grandes tesoros del país. Su nombre completo es Real Jardín Botánico de Peradeniya y se encuentra a apenas 6 kilómetros de distancia de la ciudad de Kandy. La historia de este lugar se remonta al siglo XIV y a lo largo y ancho de sus 60 hectáreas podemos encontrar una amplísima representación de los árboles y plantas tropicales que crecen en el país. Su labor actual es, además de la plantación y la conservación, el estudio científico de la flora. Todo ello lo ha convertido en uno de los jardines botánicos con mejor reputación en todo el mundo. Lo que más atrae al público es su más que interesante sección de plantas medicinales, con las que se realizan multitud de cremas y aceites (por ejemplo, a base de aloe vera y canela). Es imprescindible llevarse algún producto como recuerdo de nuestra visita a este maravilloso edén. Para llegar se puede coger un tuk tuk o un autobús desde Kandy y la entrada cuesta unas 600 rupias (adultos) y 300 rupias (niños). En los alrededores de Kandy hay otros muchos pequeños jardines de especias dignos de visitar. Un buen ejemplo es el jardín de especias New Ranweli, muy cerca del de Peradeniya. La entrada es completamente gratuita y en él podemos encontrar plantaciones de cúrcuma, aloe vera, clavo y nuez moscada, entre otras muchas. Varias agencias locales ofrecen tours guiados por dichos jardines, incluyendo el transporte de ida y vuelta en el precio final. Como es habitual, a los turistas se les lleva a las tiendas de los alrededores para que compren especias, cremas o aceites. Los precios son algo más elevados que en los mercados de la ciudad, pero hay que entender que los conductores y guías se llevan una pequeña comisión de estas ventas. Para los curiosos añadiremos que entre las propiedades ayurvédicas de las especias destacan las bondades de la canela para los pacientes con diabetes tipo 2 y las de la cúrcuma para los problemas gastrointestinales o hepáticos y los dolores articulares. Por su parte, la planta del aloe vera (empleada de manera común en cremas y aceites corporales) es excelente para tratar heridas y problemas dermatológicos, así como para los dolores de cabeza y las molestias estomacales.