BUKOWSKI La vida siempre fue una mala perra una vieja borracha sucia y maloliente por los oscuros callejones de los arrabales ahí estás de trotamundos y aún consideras que es agradable ser Bukowski no hay nada que discutir sobre este sórdido argumento de la literatura la soledad no es la peor cosa ni los bares ni las apuestas ni las putas de las aceras sonriéndote has peleado a la contra con toda la desesperación y has envejecido con una multitud de héroes ignorados por esa maldita cosa de la poesía te imagino aún con el cigarrillo colgando de los labios maldiciendo al dios de las dos caras o buscando tu alma por algún cuarto de alquiler. GENERACIÓN BEAT Loco Ginsberg yonqui Burroughs vagabundo Kerouac héroes de una eternidad de neón y purgatorio alucinados de los áticos y las autopistas vomitando whisky y pesadilla por salas de hospitales peyotes por Atlantic City lúgubres bares de sueños tangerinos furgones de solitarios y jazz de Luisiana sembrando yerba por las catedrales arrojando calaveras hipnóticas del Empire State bailando descalzos sobre las tumbas de Brooklyn desnudos del éxtasis y panfletos pacifistas parques públicos del sexo y la liberación colgados por locomotoras de Madison Avenue versos enlatados en psicoterapias saxofón de East River y negros del blues gasolineras de la benzedrina y el alcohol cerebros drenados de cerveza y droga América estremecida confesando y escribiendo su crimen la culpa de dólares sanguinarios la esfinge de rascacielos inacabables chimeneas de cemento monstruosas despertad demoníacos suburbios esqueléticas ciudades del hampa gobiernos del dadaísmo simbólico y la catatonia sueño contigo Gólgota del piano y las arpías alucinados del Bronx camaradas de los Santos Lugares de Harlem la poesía es una tarea inútil mientras las sirenas del Hudson no anuncien a Poe el Apocalipsis con arcángeles visionarios. NOCHE Tu hermosura va creciendo como el ópalo que traspasa el valle, allí donde mansamente vuelan pájaros y se cubren de naufragios las palomas en el hondón del páramo interminable donde va latiendo la llama y clava luego su venablo de luz nupcial en mi pupila de algodón más allá donde no hay rutas y se nubla el ojo de siniestra soledad. Y pregunto en la ingravidez de esta constelación qué lira quebrada suena cuando los desheredados de la luz celebran su alumbramiento de eclipses y presagios. EL POEMA CRÍTICO Frente a la embarazada voz envanecida las voces en lo sustancial sin alharacas la poética o la celebración constructiva de la poesía trascendiendo el lenguaje y su compromiso la geométrica escritura planteando claves para una conmemoración visionaria, identificable con una poesía de afirmación ángulos disidentes del conocimiento creativo sean también simientes refractarias de una misma afinidad abajo códigos nocivos, negaciones, para una aproximación a las lúdicas cataratas de alternativas fuera, alevosos, raquíticos cainismos poniendo trabas para el proceso de una identidad al poema crítico, sin tachaduras. TIEMPO DE LO INCONFESABLE He perdido la palabra al dictado de consignas alabando nimiedades pueriles alumbramientos al rumor de un verbo indeclinable. Es la hora prohibida y ruin de la infidelidad, los años devaluados desangrándose por sumideros, los turbios deseos depravados en la trastienda de algún delirio viene la noche sin antídoto, la voluntad germina en una farsa y apenas es una exigua moneda ante los dispendios malgastados. Es el tiempo impuro de lo inconfesable el instante fugaz de los actos delictivos la excitante penumbra del desacato. JANIS JOPLIN Cuelga el sudor y la bilis en la oscuridad mientras alguien descarna un beso en una canción astillada luces rojas desafinan el canto amargo en cada nota y un ángel de muerte desviste su agonía en el escenario rota queda la voz sobre el piano roto de su garganta picaduras blancas música negra en el blues de la noche. La vida maquilla con furia su conciencia con otra canción. EL ADIÓS COMO UNA LARGA DEMOLICIÓN Antes de la distancia y de lo impunemente vivido, ya convictos los sentimientos y hecho el trámite impetuoso de las despedidas, antes de cuanto se escribe en la enmarañada dolencia de la ensoñación, ya oficiaba en lo inconsciente de la carne, el tumultuoso desdén, el torturado aire de los finales presentidos. Y enmohecido ya, hasta el desamor, hecho cansancio y desgana la hora suntuosa de los nacimientos, nos sumergimos sin remedio en el rincón suicida del olvido. EL TIEMPO CUANDO PASA El tiempo cuando pasa, construye dudas, hace mudanza de nombres, sutura un holocausto piadoso de despedidas visiblemente inmutado en su urgencia proclama el acto de no volver nunca a repetirse y no imagina el desencanto que provoca con su transitorio desprecio. GERMEN DE OTRO MUNDO Soles, estrellas, semillas en carne nueva, ¿qué nebulosa espera vuestro sueño recién nacido? Implacable tiempo, pleamar, burbuja de otoño cercenada ¿sois ciegos cuya luz se embriaga con la materia moribunda del universo? y yo, enigma de este parpadeo cósmico de la creación ¿seré también germen de otro sueño desventurado en el espacio candoroso de otro mundo? ¿o somos tan solo perdidos suicidas esperando la grandeza gigante de lo desconocido? EN PARÍS En Paris, mon amour, los corazones húmedos y los recuerdos encuentran el goce en los frágiles atardeceres. -Avec mes souvenirs, j`ai allumé le feuPiaf, desconsolada, se apoya en las farolas del boulevard: non, rien de rien non, je ne regrette rien. Rimbaud abre las alas pecadoras al caer la noche y deja caer el látigo sobre la jauría centinela de sus demonios. En Monmartre, Toulouse-Lautrec pinta la desnudez de la bohemia en los prostíbulos embriagados de penumbra. En el callejón sonaba Brel con una voz suplicante y un -ne me quitte pasque aún hoy me tienta volver y arrojarme al Sena con todos los suicidas. GÉNESIS DEL ABSTRACTO La materia viva del cuadro existe más allá de su trayecto, pincelada al relieve pulcro del color, el don del trazo rectilíneo, nacido azul, rojo, púrpura, vivo mineral eclosionando, ondas de agua fluyendo, incesantes, aleves. Sutilidad en formas. En el ángulo disidente, la concepción formal, lenguaje cromático. Instante y abstracción compartidos, verticalidad y contraste en simbiosis, la mirada sostenida en un perfil inaudible, en una progresión sin tendencia génesis perfecto sin ser luz en la retina sin ser sombra o confusión, evocación recreada, informe, constante versatilidad deshilada en movimiento. Azar, pureza anaranjada, ocre. Canto polícromo que late o muere a merced de la razón o del ojo. HERENCIAS Mucho anduve y nada me pertenece bajo los astros, materias ornamentales que se ofrecieron ingenuamente, veleidades que débilmente se fueron eclipsando con los días, huellas y costumbres que ahí afuera son ahora restos inútiles. Nada sostiene la fe de este santuario en ruinas, lo que moldeamos en la tierra se amotina y se vuelve espejismo obstinado, ceremonias que conducen a un atroz olvido. De todo queda el veneno y algún esplendor, herencias acarreadas hondamente en la memoria, todo pactado en un círculo inmutable y poderoso donde un día quedaron las miradas. PEREGRINAJES DEL PENSAMIENTO Siempre identifiqué a las palabras como un ritual oscuro o fruto de algún raro sortilegio. La materia metafísica y biológica de las palabras, desvaría ya desde el mágico barro de los conjuros, se atraen impúdicamente, procaces en concordancias y entendimientos, se vuelven histriónicas o se ocultan en la convulsión conciliadora de la metáfora. Tampoco es que me sienta atraído por la cualidad aséptica de los números cuánticos, simetrías rotacionales, coordenadas cartesianas o me subyugue el espín de una partícula subatómica. Abstraído en estos peregrinajes del pensamiento abro los ojos bajo la arboleda con olor a mar. EN EL SESENTA Y OCHO En el amanecer dorado de la juventud una realidad imborrable empezó a tomar conciencia en el sesenta y ocho, y nosotros desamparados ante la estación de la vida, intentando saltar sin red, preguntándonos cuántos caminos teníamos que recorrer todavía para ser hombres, la respuesta, decía Dylan, flotaba en el viento. En París ponían barricadas los estudiantes y los obreros y nosotros de veranos con zapatillas nuevas en el salpicadero del atardecer, bailando con la Lola que Los Brincos nos dejaban en el vinilo de la adolescencia. Que la vida iba en serio, dijo Gil de Biedma, lo empezamos a comprender más tarde. AL OTRO LADO SÍ HABRÁ VERSOS La mujer desafió el vacío se abrió paso con la garganta húmeda del miedo a media órbita de un atardecer cualquiera escuchando el viento por última vez. Allí quedó como una vasija rota entre los escombros como el jaramago. DEL CUADERNO DEL TIEMPO Jugábamos y combatíamos a nuestro modo tan épica batalla y albergábamos tristeza a raudales. Bien recuerdo en las estremecidas venas la fascinación por vivir hemos olvidado el valor de la lucha de hace tiempo y solo una cierta conspiración de otoño trasnochado nos mantiene en pie. Hoy, cuando ella, la vida, me mira con un cierto desafío, yo abandono aquella manipulación de las edades y contemplo cómo escribe nuestro destino mientras el cerezo blanquea nuestra soledad. Hoy no hay porvenir ni revolución pendiente para alistarnos. Pensar si ha valido la pena sentir la plenitud del sueño será lo que nos consuele. ACRÓPOLIS MINIMALISTA Yo que he sido un poeta con urgencias por escribir, para sublevarme con la sangre hervida de miedos y dudas, ahora en esta acrópolis bisexual donde nos asesinan con este garrafón de diseño sin licencia para matar, maldita música de sirenas maldita nieve viciosa de los traficantes malditas las hormigas con estética unisex de los lavabos, todo es un vínculo decadente de este decorado minimalista, cariátides del fumar solitario para mi monologo de arrebato místico, auditorio multiforme para mi historia de misógino emergente, aquí, con la voz solapada en la horma de una barra del abrazo artificial quiero jugar mis pérdidas de esta noche contra tu sexo de ganancias, no quiero buscar bajo los focos tus caderas, ver tu respiración generando un motín en esta ciudad cosmogónica y multirracial, harto estoy de tanta toxina botulínica, tanto piercing, tanto tatuaje, harto de ver esas musas anoréxicas ante el espejo retrovisor de los perfumes poblando el paraíso cibernético del amor a toda esquina, a todo teléfono erótico, harto de ver el desconchado carmín al borde del derribo emocional bajo este larguísimo frío de madrugada.