del Reino de Aragón El origen de En el año 716 d.c. toda España estaba ocupada por los musulmanes.¿Toda? ¡No! Hay unos pequeños territorios gobernados por unos irreductibles cristianos que resistían a los invasores..... ¿Queréis saber qué pasaba? Pues rápido, ¡coged casco y espada y atrasad 1000 años vuestros relojes! Nos vamos a hacer un viaje en el tiempo por las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza. ¿Cómo empieza esta historia? Resulta que los musulmanes, que venían de Oriente, habían conquistado todo el norte de África hasta llegar a España, gobernada por los visigodos (que eran cristianos, por cierto). En muy pocos años los derrotaron y pusieron aquí un nuevo “rey” al que llamaban emir, y que se instaló en Córdoba. La mayoría de los cristianos que vivían en lo que hoy es Aragón se hicieron musulmanes (era lo más cómodo, y nadie quería abandonar su casa, sus tierras, sus ovejas...), pero unos pocos resistieron y huyeron a las montañas. Eso sí, al norte del Pirineo tenían el imperio carolingio con el emperador Carlomagno y sus condes con ganas de entrometerse, y todavía más cerca el Reino de Pamplona, así que los pequeños condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza tuvieron que hacer equilibrios entre unos y otros para mantener su libertad. Y al final, ¿qué es lo que sucedió? Pues que el condado de Aragón se unió al Reino de Pamplona, que poco a poco se hacía más fuerte, hasta que uno de sus reyes, Sancho III el Mayor, incorporó a sus territorios los otros dos condados aragoneses y el condado de Castilla. Después, el rey dividió su reino en cuatro partes, una para cada hijo, y es así como nació el Reino de Aragón. Pero de esto ya hablaremos más adelante... Cómo todas las historias antiguas ésta también está llena de leyendas. A todos nos encanta imaginar aventuras, pero ¿cómo podemos distinguirlas? Pues muy sencillo, la Historia nos cuenta lo que sucedió de verdad, mientras que las leyendas fueron inventadas y están llenas de fantasías. E l condado de Aragón Primera parada: el valle de Echo. Sus habitantes sobreviven como pueden: hace mucho frío, las tierras son pobres y no dan suficiente alimento. Los musulmanes están muy lejos (al sur) y su principal problema son sus vecinos cristianos, los condes carolingios y los reyes de Pamplona. Durante cien años la familia de los condes Aznar ha protegido a sus gentes y extendido sus dominios por el valle del río Aragón. ¿Cómo lo han conseguido? Pues casándose con princesas pamplonesas para ganarse la amistad de sus vecinos y mantener su libertad. Así hasta que la condesa Andregoto (heredera del condado) casó con el rey García Sánchez I, y el condado de Aragón se unió al reino de Pamplona. ¿Y porqué llamarían Aragón a este condado? La palabra Aragón significa “varios ríos”, es decir que era un territorio con abundantes ríos y afluentes. Ya os habéis dado cuenta mirando el mapa, ¿no? Después, cuando el condado se convierte en reino, mantiene el nombre de Aragón Beato de Fanlo Seguro que conocéis un montón de rincones maravillosos en el Pirineo. En algunos de estos lugares, que la gente creía especiales, se organizaron los primeros monasterios, con una iglesia construida en piedra y varias chozas a su alrededor. Uno de los más importantes fue el monasterio de Fanlo, que estaba muy cerca de Sabiñanigo. Era como una granja, con todo lo necesario para vivir: huertas, campos de cereales, vides, ovejas, vacas, además de una carpintería y de una herrería. Los monjes pasaban el día rezando o trabajando en la biblioteca, así que tenían pastores para cuidar del ganado y labradores a sueldo para cultivar los campos. Del monasterio no ha quedado nada excepto un beato que el rey Ramiro I regaló a su amigo, el abad Banzo, para la biblioteca de Fanlo. Sin embargo, no conservamos el libro original (que tendría unos 1000 años), sino una copia que realizó un estudioso de libros antiguos mucho tiempo después y que hoy se conserva en Nueva York. A lo mejor os estáis preguntando qué es un beato, ¿no? Pues es un libro que cuenta una historia terrorífica, nada menos que ¡¡¡la del fin del mundo!!!, el Apocalipsis, con imágenes que ponen los pelos de punta. Beato de Don Fernando y Doña Sancha E l condado de Sobrarbe Continuamos nuestro viaje y llegamos a las legendarias tierras de Sobrarbe. Conservamos un montón de leyendas y relatos fantásticos, pero sabemos muy poco de su verdadera historia. Sobrarbe siempre estuvo dominado por los condados de Aragón y Ribagorza, que eran más poderosos y estaban mejor organizados. Sin embargo, a sus habitantes no les gustaba que nadie se entrometiese en sus asuntos, y durante más de doscientos años intentaron mantener su libertad sin dejarse dominar por nadie. Monasterio de San Victorián La gente de los valles pirenaicos habitaba en pequeñas aldeas. Las familias vivían en chozas construidas de piedra y adobe, con el techo de ramas o paja. Tenían una sola habitación, con el suelo cubierto de paja (que serviría de alfombra o de colchón) y un fogón en el centro para guisar y calentarse. ¿Os imagináis tener que dormir en suelo sobre un montón de paja? Con lo que les gusta a las pulgas esconderse en ella, acabaríamos llenos de picotazos. Además las chozas tenían una cuadra o cortina para guardar los animales, como en los pueblos hasta hace unos pocos años. ¿Por qué no preguntáis a vuestros abuelos cómo eran sus casas? Seguro que tenían cuadras. Y nuestra primera parada es el Condado de Sobrarbe . Sus habitantes eran los cerretanos y hasta nacimiento del Reino de Aragón en para el siglo XI no dejaron que nadieyseunentromeCada aldeaeltenía sus campos de cultivo, pastos alimentar a los animales, bosque donde tiese en sus asuntos. A ellos, como a nosotros, no les gustaba que les quitasen su libertad. recogían leña, setas, castañas... En esta época no existían las ciudades, y sólo en los monasterios y ¡granjas Menudo carácter tenían! Para protegerse de los musulmanes el conde García “el malo” decidió vivían un numero mayor de personas. Uno de estos monasterios era San Victorián, del que hoy sólo se concony el Pamplona, Iñigo Y así durante másmás de doscientos dejarse servan aliarse la iglesia la Rey torrede(aunque no las de Arista. esta época, sino mucho modernas).años, Teníasinuna limosnería, mandar por nadie hasta que un día...bueno que nos adelantamos y todavía nos quedan una especie de albergue que acogía a peregrinos y viajeros. Los peregrinos, como los que iban apor Santiago conocer dos condados. de Compostela, viajaban a pie un montón de kilómetros para conseguir el perdón de sus pecados o para curar alguna enfermedad, pues creían que tocar los huesos de los santos les podía sanar. En el monasterio La gente los valles pirenaicos habitaba en pequeñas aldeas rodeados de campos de cultivo, les ofrecían unade cama y un poco de comida. pastos y bosques. No existían ciudades y sólo en monasterios y granjas vivían un número mayor de personas. Uno de monasterios era San Victorián queDurante tenía una limosnería, ¿Habéis oído hablar deestos los valerosos reyes de Sobrarbe? muchos siglos se han una especie de albergue que acogía a peregrinos y viajeros. Allí les ofrecían una cama y increíble!, un contado sus hazañas y algunas de ellas todavía se cuentan en el escudo de Aragón. ¡Os parecerá pocoreyes de comida. Victorián el sigloque XI después sufrirpeligrosas un ataque(o a los pero estos nunca San existieron. Lo fue quereconstruido pasa es que adurante las personas vivían endezonas sorpresa de soldados musulmanes y llegó a ser el más importante de la comarca. Hoy en ayudaban día soldados que iban a las batallas) les gustaba escuchar estas leyendas porque les animaban y les sólo se conserva la iglesia que es mucho más moderna. a perder su miedo. E l condado de Sobrarbe Cuentan que un día el valeroso rey del Sobrarbe, García Giménez, estaba con sus tropas en Aínsa a punto de entrar en batalla contra los musulmanes. Estaban convencidos de que iban a perderla, pero de repente vieron ¡¡¡una cruz roja que se alzaba sobre un árbol!!! Aquello les dio ánimos, y... y ganaron la batalla, claro. A partir de aquel momento se le dio a aquel reino (que nunca existió) el nombre de Sobrarbe (sobre el árbol). En ese mismo lugar se construyó, siglos después, un monumento. Id a visitarlo, pero cuando estéis allí recordad que nunca hubo reyes en Sobrarbe. Las leyendas, leyendas son. ¿Conocéis el Pueyo de Aragüas? Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo sus habitantes estaban en plena batalla contra los musulmanes. Cerca de allí Iñigo Arista, rey de Pamplona y conde de Sobrarbe, esperaba noticias para acudir con sus tropas en su ayuda. De repente, vio aparecer en el cielo una cruz resplandeciente que señalaba el lugar donde los cristianos se encontraban rodeados. El rey, al mando de sus caballeros y soldados, sorprendió a los musulmanes que no pudieron reaccionar. La victoria fue aplastante e Iñigo Arista se convirtió en rey de Sobrarbe. E l condado de Ribagorza Monasterio de Alaón Hemos llegado hasta la Ribagorza, el tercero de los condados. ¿Os acordáis del poderoso Imperio de Carlomagno? Pues la Ribagorza estaba sometida a los condes carolingios de Toulouse hasta que... ¡fueron asesinados! El único superviviente de la familia se refugió en la Ribagorza y creó un condado independiente, hace más o menos 1100 años. Con el paso del tiempo el condado se dividió en dos: la Ribagorza y el Pallars, y cada uno fue gobernado por una familia distinta. Los condes ribagorzanos dirigieron su territorio durante más de cien años, hasta que el conde Guillermo... ¿os imagináis ya lo que pasó? ¡Otro asesinato! ¿Y sabéis quién lo mató? ¡Su propia prima! Bueno, no es seguro, seguro, pero se piensa que su prima y su marido, el conde de Pallars, lo mataron para apoderarse de la Ribagorza. Sin embargo, les salió el tiro por la culata, porque el rey de Pamplona, Sancho III el Mayor, reclamó el condado para su mujer, que era también de la misma familia. Al final la Ribagorza pasó a formar parte del Reino de Pamplona. La mayoría de las personas no sabían ni leer ni escribir y sólo en los monasterios, como el de Alaón, había un scriptorium, un pequeño grupo de monjes escritores que copiaban libros y documentos a mano. Algunos de ellos eran como periodistas, porque recogían por escrito las noticias y los asuntos importantes del condado en unos libros llamados “crónicas”. Además de Alaón, en la catedral de Roda de Isabena había también una escuela de monjes escritores y un archivo donde se guardaban los documentos de los vecinos, como la compra de una parcela, para que no se perdieran. Por cierto, ¿no os parece extraño que haya una catedral en Roda? Los pueblos tienen iglesias pero catedrales... R oda de Isábena Las catedrales pueden ser grandes o pequeñas, pueden estar en pueblos o ciudades, pero lo importante es que son las iglesias de los obispos, los “jefes” de los curas de un territorio. Al principio la Ribagorza dependía del obispo de Urgel, pero los condes consiguieron un obispo sólo para su condado. Así nació la catedral de Roda de Isábena. ¿Os imagináis un obispo guerrero? Pues el primero que hubo en la Ribagorza, Atón, lo fue. No vivía en un lugar fijo, pues iba por castillos y monasterios vigilando que todos fuesen buenos cristianos y no imitasen las costumbres de los musulmanes. Después ya se construyó la catedral, y allí vivieron otros obispos, como San Ramón. Aquí está el sarcófago donde lo enterraron, sus vestimentas, su bastón, su silla... Algunos de estos objetos, como la silla, fueron robados en 1979 por el ladrón Eric el belga, y sólo unos pocos se han recuperado. La silla, por ejemplo, fue troceada para esconderla de la policía, y hoy sólo se conservan algunos trozos. En el año 1006 las tropas musulmanas atacaron los territorios cristianos del norte, llegaron hasta Roda, destruyeron la catedral y capturaron a su obispo. Unos años más tarde se rehizo la iglesia, primero a la “manera lombarda”, como el monasterio de Santa María de Obarra (del que hablaremos más adelante), y después con el nuevo estilo que venía de Francia: el románico. La moda había cambiado. mayo febrero enero octubre Catedral de Roda de Isábena Pintado en la cripta de la catedral veréis el mensario. Como la mayoría de los habitantes de Roda eran campesinos, las imágenes que representan a cada mes muestran los trabajos del campo. Las hemos copiado pero están desordenadas y sólo la mitad tienen su nombre. ¿Sabríais poner los nombres a las imágenes que faltan? Os damos una pista: en marzo se podan las vides, en junio se siegan los prados con la guadaña, en julio se siegan los trigos con la hoz, en septiembre se vendimian las uvas, en noviembre se engordan los cerdos y en diciembre se come en la mesa. abril agosto La frontera L a frontera: Abizanda La vida en la frontera era de locos. Todas las primaveras, durante unos veinte años, el general Almanzor salía de Córdoba y se dirigía con su ejército a saquear los territorios de los cristianos. Destruían lo que pillaban a su paso, se comían las cosechas y los alimentos de los campesinos, robaban en los monasterios y los secuestraban para venderlos como esclavos. Algunos caballeros tenían tanto miedo que sus familias dormían junto a los caballos, por si acaso había que salir huyendo. Cuando Almanzor murió los cristianos aprovecharon para proteger su frontera. ¿Recordáis que el Rey de Pamplona, Sancho III el Mayor, gobernaba en Navarra y en los tres condados aragoneses? Para defenderlos construyó fortalezas como Loarre o Boltaña. Todo la frontera estaba llena de castillos y torres como las de Fantoba, Abizanda o Samitier. ¡Nos atacan! ¡Todos al castillo! ¿Os imagináis tener que salir huyendo de casa en pijama? Había épocas de paz y de guerra, pero los castillos eran los únicos lugares seguros en caso de peligro. Las viviendas de los campesinos eran demasiado frágiles, así que cuando las cosas se ponían difíciles huían al castillo llevándose sus animales y alimentos. Lo primero que nos encontramos es una muralla y una torre. ¿Queréis entrar en ella? No es fácil, porque la puerta estaba a seis metros de altura y se necesita una escalera de madera o una cuerda que se podía retirar cuando el enemigo atacaba. Abajo está el almacén, en medio la zona de vivienda (con ventanas grandes para que entre la luz y el aire) y arriba el cadalso, que sirve para proteger a los soldados de las flechas enemigas. Pero, ¿quién mandaba en el castillo? El rey necesitaba personas de confianza y se lo encargaba a los tenentes. Su trabajo era complicado: cobrar impuestos, administrar justicia, y organizar la defensa del castillo y del territorio. El Monasterio de Obarra Si visitáis los castillos y monasterios de los que estamos hablando, veréis que están hechos de piedra. Muchos tienen unos 1.000 años y todavía siguen en pie, pero otros edificios (como las casas de los campesinos) no se han conservado, ya que se hicieron con materiales frágiles. Sólo los edificios importantes se construían con materiales resistentes. Además, algunas de estas iglesias o torres nos pueden parecer pequeñas, pero comparadas con las casas de las aldeas eran enormes. Algunos edificios, como el monasterio de Santa María de Obarra, fueron construidos por obreros que habían llegado desde un lugar del norte de Italia llamado Lombardía. Los hermanos Apo y Guafrido, acompañados de un grupo de obreros y ayudantes, enseñaron a las gentes de la zona a construir a “la manera lombarda”. Después, sus aprendices continuaron su trabajo e hicieron nuevos edificios siguiendo la técnicas y el gusto de sus maestros. Y ¿qué cosas les enseñaron? Pues a hacer muros gruesos y resistentes, a cubrir los edificios con techos de piedra en vez de madera, o a decorar los edificios colocando las piedras de diferentes formas: dientes de sierra, rombos, arcos... Los muros se parecían a un bocadillo porque tenían dos capas de piedra y entre ellas un relleno de guijarros y argamasa. Además, como querían hacer paredes muy altas utilizaron para ayudarse andamios que se sujetaban a los muros gracias a unos agujeros llamados “mechinales” (se tapaban al acabar la obra, pero a veces pueden verse). No todos los obreros hacían el mismo trabajo: quien mandaba era el maestro de obra y encargaba a los canteros que consiguieran la piedra y la cortasen del tamaño necesario; también había carpinteros que hacían los andamios y las vigas, los tapiadores que construían los muros y los tejadores. ¿De que sé encargarían ellos? Monasterio de Obarra Avempace Ibn G l abiro L a taifa de Zaragoza Los musulmanes también protegían sus fronteras, y construyeron fortalezas para defender sus territorios de las expediciones cristianas. Ciudades como Barbastro, Graus o Huesca estaban cada vez más cerca de la frontera, y los gobernadores de Zaragoza querían mantener a salvo las ricas tierras del valle del Ebro. Durante mucho tiempo los califas de Córdoba habían gobernado todo al-Andalus, pero los buenos tiempos habían pasado y Almanzor ya no estaba para solucionarles los problemas. Los príncipes cordobeses luchaban entre sí y los reyes cristianos se aprovechaban de su debilidad. Finalmente, el califato se rompió en muchos y pequeños reinos de taifas, y uno de los más importantes fue el de Zaragoza (Saraqusta). En Zaragoza todavía no se había construido la Aljafería (faltaban unos pocos años) pero la ciudad estaba llena de lugares maravillosos. No creáis que los musulmanes sólo pensaban en la guerra, pues la mayor parte del tiempo les gustaba disfrutar de sus huertas y de sus familias. Además en la ciudad también vivían cristianos llamados mozárabes, que mantenían su religión y sus costumbres. Eran como el resto de ciudadanos, aunque debían pagar un impuesto por conservar su religión. Los reyes de Zaragoza eran muy cultos y dieron cobijo en su corte a un montón de filósofos, poetas y matemáticos que huían de las guerras de Córdoba. En la corte se discutían problemas matemáticos y los astrónomos y físicos se juntaban para observar y estudiar el universo. Tampoco faltaban los músicos, juristas, filósofos, que se distraían escuchando cantar a los poetas. Durante muchos años la ciudad fue conocida en todo el Islam por la fama de sus sabios y científicos. E l primer rey de Aragón: Ramiro I Si haces memoria recordarás que Sancho III el Mayor de Pamplona gobernaba los tres condados aragoneses. A su muerte sus posesiones se repartieron entre sus hijos. Ramiro, aunque era el mayor de los cuatro, no heredó el reino de Pamplona (algunos creen que no era hijo de la reina, sino de una amante de su padre). El rey le concedió el condado de Aragón, y su hermano García Sánchez se convirtió en rey de Pamplona. A Fernando le correspondió Castilla y a Gonzalo los condados de Sobrarbe y Ribagorza. Pero Gonzalo murió enseguida...¡fue asesinado!, y su territorio se unió al de Ramiro. Y es así como nació el Reino de Aragón. Desde niño Ramiro recibió una educación muy especial, pues iba a convertirse en rey. Le enseñaron a leer y escribir en latín, la lengua que se usaba en aquel tiempo (lo mismo que hoy el inglés), pero también debía estar preparado para enfrentarse a ejércitos enemigos. Para ello tenía que aprender a empuñar una espada, a luchar, a organizar y dar órdenes a un ejército. ¿Y quién le enseñó todas estas cosas? Pues su aitán, que era una especie de tutor. Como el rey viajaba continuamente de un lado para otro defendiendo su territorio no tenía un palacio real, sino que se alojaba en monasterios, fortalezas o granjas. Así que sus ayudantes cargaban en un carro las cosas imprescindibles para la vida de un rey. Os proponemos un juego. Cada uno de los ayudantes que acompañaban al rey en sus viajes se ocupaba de una cosa. Por ejemplo, el mayordomo llevaba cojines y tapices para decorar su habitación. Pero ¿qué llevaría el caballerizo? Y ¿el trinchador, el botiller, el copero, el juglar o el escribano? Buscad en el dibujo el objeto que corresponde a cada uno. Soluciones: Caballerizo-caballo, trinchador-comida, botiller-vino, copero-vajilla, juglar-vihuela, escribano-pergamino y pluma. E l rey y sus barones ¡Menuda comilona! ¿Os gustaría sentaros con ellos? Pues ¡cuidado!, porque aunque todos parecen iguales, no lo son. Al centro el rey, a los lados los caballeros, y debajo los campesinos. Al principio todos los campesinos poseían un trozo de tierra y compartían con sus vecinos los pastos y los bosques, pero unas pocas familias fueron acumulando tierras y convirtiéndose en “jefes de sus aldeas”. Se encargaban de proteger a sus vecinos de los enemigos musulmanes y, poco a poco, se convirtieron en los ayudantes de los reyes. Cuando los ejércitos cristianos ganaban batallas los reyes otorgaban “honores” a sus barones, una especie de regalos. El rey encargaba a un señor que protegiese un territorio, y a cambio le prestaba un castillo y abundantes tierras para cultivar. Y así era todavía en época de Ramiro I, pero sus hijos y nietos tenían tanto territorio que defender de los musulmanes que los barones se aprovecharon de su debilidad. Los nobles se quedaron con las tierras prestadas e incluso con los campesinos que vivían en ellas. Vamos, que al final cada conde se hizo casi como un rey en su casa. Los barones protegían a los campesinos y a cambio recibían una parte de su cosecha. Además se quedaban con los botines de guerra que robaban a los musulmanes y aplicaban la justicia en sus territorios. ¿Os habéis fijado que uno de los barones lleva un hierro candente? Cuando los campesinos reclamaban una parcela a un monasterio o a un Señor, antes de ir a juicio, se le sometía a una prueba: primero juraban ante Dios que decían la verdad, y después le quemaban la mano con un hierro candente. Creían que Dios le curaría si decía la verdad, pero si pasados tres días todavía tenía una cicatriz, no se le hacía caso y se rechazaba su petición. ¡Cualquiera se atrevía a pedir Justicia! E l legado de Ramiro. Los primeros pasos de Aragón Ya falta poco para terminar nuestro viaje, pero nos queda la última batalla. ¿Os acordáis del rey Ramiro I? Pues resulta que después de muchísimos años guerreando contra los musulmanes se dio cuenta de que su reino se quedaba pequeño. Por la izquierda el reino de Navarra cada día crecía más, y por la derecha los condes catalanes avanzaban, así que no le quedó más remedio que marchar con su ejército hacia el sur. Conquistó Benabarre y Alquézar y finalmente se dirigió a Graus, donde murió. Unos dicen que fue el rey de Zaragoza, al-Muqtadir, quién le mató; otros cuentan que un moro, que vestía y hablaba como los cristianos, se infiltró entre sus tropas y le clavó una flecha en un ojo. Pero su reino no murió con él, porque su hijo Sancho Ramírez continuó luchando para hacerlo cada día más grande. Sancho, además de guerrero era político. Para proteger su reino decidió marchar hasta Roma para pedir ayuda al Papa, y de camino conoció cómo otros príncipes y reyes gobernaban sus territorios. El Papa usaba en sus documentos unas cintas rojas y amarillas, y algunos historiadores piensan que antes de que Sancho regresara a Aragón, le dio permiso para que las usara en sus escudo. Ya conocemos las historias de tres de los cuarteles del escudo de Aragón. Pero nos falta una. Ésta os toca a vosotros descubrirla. Es una historia que le ocurrió a Sancho, poco tiempo después, cerca de Huesca... Edita_AGUJAMA, ADRI-Calatayud, CEDESOR. Territorios de Aragón Coordina_AGUJAMA Textos_Gozarte ( Rubén Gonzalo, Teresa Martínez, Maribel Estébanez, Carlos Millán) Concepto Gráfico_David Guirao Fotografías_Juan Martínez, Rubén Gonzalo, David Guirao Impresión_Con otro color, S.A. Depósito Legal_??