,3 Bruselas, 19 de junio de 2002 &LQFXHQWD DxRV DO VHUYLFLR GH OD SD] \ OD SURVSHULGDG H[SLUD HO 7UDWDGR GH OD &RPXQLGDG (XURSHDGHO&DUEyQ\GHO$FHUR&(&$ &LQFXHQWD DxRV GHVSXpV GH VX HQWUDGD HQ YLJRU HO GH MXOLR GH H[SLUDUiHO7UDWDGRGHOD&RPXQLGDG(XURSHDGHO&DUEyQ\GHO$FHURSXQWR GH SDUWLGD GH OD 8QLyQ (XURSHD WDO \ FRPR KR\ OD FRQRFHPRV &RQ HVWH PRWLYR OD &RPLVLyQ (XURSHD SUHSDUD XQD VHULH GH DFWRV SDUD FHOHEUDU FLQFXHQWD DxRV GH LQWHJUDFLyQ SDFtILFD HQ (XURSD (Q ORV DxRV (XURSD OXFKDED SRU VXUJLU GH HQWUH VXV UXLQDV \ GHMDU DWUiV HO RGLR \ OD ULYDOLGDG 3DUD VXSHUDU HVWDV GLYLVLRQHV VHLV SDtVHV HXURSHRV GHFLGLHURQ SRQHU HQ FRP~Q VX SURGXFFLyQ GH FDUEyQ \ DFHUR PRWRUHV WUDGLFLRQDOHV GH OD PDTXLQDULD GH JXHUUD \ HVWDEOHFHU XQD RUJDQL]DFLyQ LQWHUQDFLRQDO SDUD OD JHVWLyQ SDFtILFD GH HVWRV UHFXUVRV (O GH DEULO GH %pOJLFD )UDQFLD $OHPDQLD ,WDOLD /X[HPEXUJR \ ORV 3DtVHV %DMRV ILUPDURQ HO 7UDWDGR GH OD &RPXQLGDG (XURSHD GHO &DUEyQ \ GHO $FHUR &(&$ (QWUH ORV DFWRV FRQPHPRUDWLYRV SUHYLVWRV ILJXUD XQD UHXQLyQ HVSHFLDO GH OD &RPLVLyQ HQ /X[HPEXUJRSDUDHOGHMXQLRODRUJDQL]DFLyQGHH[SRVLFLRQHVFRQFLHUWRV \FRQIHUHQFLDVGHORVGtDVDGHMXQLRHQ/X[HPEXUJRVHGHGHOD&(&$ \ OD FHUHPRQLD GH FODXVXUD TXH WHQGUi OXJDU HQ %UXVHODV HO GH MXOLR $FXGLUiQ D ORV DFWRV ORV FRPLVDULRV /R\ROD GH 3DODFLR 9LFHSUHVLGHQWH 7UDQVSRUWHV \ (QHUJtD 5HODFLRQHV FRQ HO 3DUODPHQWR (XURSHR 3KLOLSSH %XVTXLQ ,QYHVWLJDFLyQ $QQD 'LDPDQWRSXOX (PSOHR \ $VXQWRV 6RFLDOHV (UNNH /LLNDQHQ (PSUHVD \ 6RFLHGDG GH OD ,QIRUPDFLyQ 9LYLDQH 5HGLQJ (GXFDFLyQ\&XOWXUD\0LFKDHOH6FKUH\HU3UHVXSXHVWR En relación con la expiración del Tratado, el Presidente de la Comisión Romano Prodi afirmó: "La Comunidad Europea del Carbón y del Acero constituyó un avance gigantesco e importantísimo para Europa. Fue el primer paso de Europa en la cesión de una parte de la soberanía de cada país para beneficio de todos los que respaldaron aquella iniciativa. Fue la CECA la primera en crear instituciones comunes supranacionales para Europa, base de la UE tal y como hoy la conocemos. lo que marca un hito en la historia política. Pasados cincuenta años, Europa todavía está a la vanguardia mundial en el desarrollo de sus instituciones democráticas compartidas. Se trata de un nuevo paso en la historia de la gobernanza democrática que nos permite gestionar nuestros asuntos transcendiendo las fronteras nacionales siempre que la escala de los problemas lo exige. La Historia recogerá la fundación de la CECA como un momento decisivo en el intento del hombre por gobernar sus asuntos de forma más eficaz, más justa y democrática. A la hora de hacer frente al futuro de Europa y a los cambios necesarios para garantizar el éxito de una Unión Europea cada vez mayor, haríamos bien en inspirarnos en los logros de la generación de la posguerra europea. El reto a que se enfrentaba Europa occidental después de la segunda guerra mundial fue la construcción de un marco que permitiera la reconstrucción económica e industrial sin reavivar viejos conflictos y que en su lugar sirviera de base para una paz duradera. Jean Monnet, Robert Schuman (en ese momento ministro francés de asuntos exteriores), Alcide de Gasperi y Konrad Adenauer (jefes de gobierno de Italia y Alemania respectivamente) fueron los padres fundadores que sentaron las bases de la CECA como organización internacional, antecesora de la Comunidad Europea (Unión en la actualidad) que se fundaría en 1957. Sus instituciones fueron precursoras de las actuales y en ella se forjaron muchos de los principios, ahora familiares, de los métodos de trabajo de la UE. Los sectores del carbón y del acero fueron los primeros en los que se ensayó la "idea de Europa", precisamente por ser los sectores clave en el funcionamiento de las maquinarias de guerra nacionales. La CECA favoreció la recuperación pacífica de dichos sectores y permitió su adaptación a la evolución de las tecnologías, los mercados y la sociedad europea a lo largo de los últimos 50 años. La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) ha desempeñado, por lo tanto, un papel fundamental en la historia europea de posguerra. Fue la piedra angular sobre la que se edificaría la Comunidad Europea primero (CE, Tratado de Roma de 1957) y la Unión Europea (UE, Tratado de Maastricht de 1992) después. La CECA fue instrumento al servicio del progreso social, la competitividad industrial y la integración de Europa. La estructura institucional de la CECA estaba formada por la Alta Autoridad, el Consejo de Ministros, una Asamblea parlamentaria, el Tribunal de Justicia, el Comité consultivo CECA y varios organismos consultivos. La misión de la Alta Autoridad consistía en garantizar el logro de los objetivos establecidos en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, basada en un mercado, unos objetivos y unas instituciones comunes. La CECA eliminó todos los gravámenes aduaneros sobre el carbón y el acero. Las instituciones de la CECA se fusionaron con las de la Comunidad Europea y Euratom en 1967. Tras la expiración del Tratado CECA, el ámbito de competencia del Comité Económico y Social se ampliará a los sectores del carbón y del acero. La industria europea del acero emplea hoy en día a 276.000 trabajadores de los 774.000 que empleaba hace treinta años. En 1953, la producción de acero bruto ascendía a 39 millones de toneladas, mientras que hoy en día alcanza los 159 millones de toneladas. Durante los años 70 y 80, el sector atravesó una crisis aguda y se vio sometido a una reestructuración radical, pero en la década de los 90 se introdujeron nuevas tecnologías y medios modernos de producción, lo que permitió de nuevo el despegue del sector. Las privatizaciones y fusiones transfronterizas también contribuyeron a mejorar la competitividad. A partir de 1998, el mercado europeo ha absorbido toda la producción de acero de la Unión y ha sido preciso importar acero de terceros países. 2 En 2001 se ralentizó de alguna manera esta tendencia ascendente, pero todo parece apuntar a que la UE verá el inicio de una gradual recuperación a lo largo de 2002. La recuperación deberá acelerarse durante la segunda mitad del año, y especialmente en 2003, momento en el que la demanda externa dejará sentirse cada vez con más fuerza. Una serie de factores internos de la UE, como el acceso a la financiación, la disminución de la presión fiscal, la necesidad de constituir nuevas reservas y el control de la inflación, deberían favorecer una modesta recuperación a lo largo de 2002, una vez se haya calmado la situación internacional. El acero europeo es hoy en día de alta calidad, más barato y más limpio, y se investigan nuevos productos y procesos de producción sostenibles. El sector del carbón ha alcanzado cotas más altas por lo que se refiere al desarrollo tecnológico, la seguridad y el rendimiento medioambiental en la extracción y utilización del carbón. No obstante, las condiciones geológicas de la explotación del carbón han ido empeorando, lo que provocó la reestructuración del sector, que pasó de una producción de 485 millones de toneladas (de los actuales 15 Estados miembros, UE 15) en 1953 a los 83 millones de hoy en día. En la UE de los 15 en 1953 trabajaban en el sector del carbón 1.860.000 personas y a finales de 2001 lo hacían tan solo 87.000. El Consejo de Ministros de Energía de 7 de junio de 2002 aprobó un Reglamento del Consejo sobre las ayudas de Estado a la industria del carbón cuyo objetivo era adaptar el sector a las necesidades energéticas y medioambientales del siglo XXI. El impacto social de la reestructuración se ha visto amortiguado por el régimen de ayudas a la reconversión, establecido de acuerdo con el artículo 56 del Tratado CECA. Más de 1.700.000 trabajadores se han beneficiado de este régimen desde 1955, mediante ayudas a los ingresos dirigidas a los afectados por la reestructuración. Se ha aliviado así la situación de muchos trabajadores y la ayuda de la CECA ha contribuido a estabilizar la situación social en regiones frágiles. El diálogo entre los interlocutores sociales ha facilitado la reestructuración de la industria. En lo que constituye el ejemplo más antiguo de diálogo social europeo, los interlocutores de ambos sectores se han reunido regularmente en el seno del Comité Consultivo de la CECA y en los dos comités mixtos para la armonización de las condiciones de trabajo. En estos dos últimos organismos, los interlocutores sociales han colaborado en la anticipación y resolución de problemas y en la búsqueda de las mejores prácticas para mejorar la competitividad y el empleo. De cara a la expiración del Tratado CECA de julio de 2002, el Consejo Europeo de Amsterdam (16 y 17 de junio de 1997) pidió a la Comisión que adoptara medidas para que los activos y pasivos de la CECA (1600 millones de ¼ VH WUDQVILHUDQ DO presupuesto general de la UE y que las reservas se asignen a la financiación de la investigación de los sectores del acero y el carbón. La Comisión ha presentado al Consejo tres comunicaciones que recogen las líneas directrices de esta transferencia. El fundamento jurídico de la transferencia figura en un protocolo relativo a las consecuencias financieras de la expiración del Tratado CECA y a los Fondos de investigación del carbón y del acero, elaborado por el Consejo de ministros y adjunto en Anexo al nuevo Tratado adoptado por el Consejo Europeo de Niza el 7 de diciembre de 2000. El protocolo financiero fue aprobado en febrero de 2002 por los Estados miembros de la UE mediante un acuerdo intergubernamental. El 72,8% de los intereses anuales producidos por el activo neto de la CECA se asignará a la investigación en el sector del acero, mientras que al carbón se dedicará un 26,2%. La Comisión continuará orientando la política de la UE en el ámbito del carbón y del acero, no solo por lo que se refiere a la investigación, sino también, de cara a la ampliación, por lo que se refiere a la política industrial, energética y de comercio 3 internacional. Los países candidatos han conservado importantes sectores hulleros y siderúrgicos que aún no han sido completamente reestructurados y que deberán integrarse totalmente en una economía europea más amplia. A este respecto, los problemas de exceso de mano de obra deberán resolverse basándose a la vez en la experiencia de la CECA y en la necesidad que estos países tienen de mejorar la adaptabilidad y las cualificaciones de los trabajadores. Para más información : http://europa.eu.int/ceca 4