Homilía Colegio Sagrado Corazón Viernes 12 de junio + Cristián Contreras Villarroel Obispo de Melipilla Lo que queremos expresar hoy con ser hombres y mujeres de corazón, es que no es sólo un órgano que está aquí adentro en nuestro pecho, sino lo que ello representa, que representa el corazón, lo que la persona es “esta es una persona de buen corazón”, y cuando una persona es de buen corazón se nota en la relación que tiene con los demás, es una persona pacifica, una persona alegre, una persona cordial; cordial significa el corazón, en latín decimos ex corde: desde el corazón, cordialidad también viene del corazón, y se demuestra entonces la cordialidad, el ser pacifico, el ser bondadoso, el ayudar a los demás, el ser una buena noticia para los demás, fíjense que hay gente que cuando llega a un grupo, alegra el grupo, y hay gente que cuando llega a un grupo hace todo lo contrario, siembra discordia, hace que a los demás les duela la guata, hay personas así por desgracia y nosotros decimos que esa persona tiene mal corazón o tiene un corazón amargo, produce cizaña; la cizaña es lo que mata la cosecha, bueno ustedes no conocerán las historias de Asterix, yo no sé si estarán en internet, pero en Asterix hay un personaje horrible, era un duendecillo que lo sacan de la cárcel en donde estaba y se lo llevan a uno de los reyes que quería ordenar lo que estaba sucediendo en el reino, el cual estaba en guerra y desestabilizar al ejercito contrario, entonces van a buscar a Cizaña, este duende horrible, el cual parecía piraña, ya en el trayecto iban peleando los que iban a caballo, los dos embajadores del Rey, o sea el tipo lo que producía era exactamente eso, las peleas, ese duende tenía un mal corazón. Lo que la Iglesia quiere hoy día es mostrarnos el corazón de Dios, de ese Dios que nos ama con amor de Padre y con amor de Madre, pero como nos va a amar con amor de madre se preguntarán ustedes, si nos ama con amor materno porque lo dice el profeta “aunque tu madre te abandone, yo jamás te abandonaré ni dejaré de amarte”, es decir lo que es imposible que una madre abandone a su hijo, si eso llega a ocurrir Dios dice “Yo voy a colmar ese amor materno que toda persona humana necesita”, el amor materno no nos puede faltar, nos podrá faltar el amor paterno, pero el amor materno no nos puede faltar. Pues bien, la Iglesia quiere que nosotros veamos a este Dios con un corazón tan bueno, tan misericordioso, tan bondadoso que nos ha llamado a la vida, y no solamente a esta vida sino que nos dice que podemos tener también una vida eterna junto a las personas que queremos y junto a este Dios que nos ha amado. Y como se manifiesta el amor de Dios, en su hijo Jesús, saben cómo define los Hechos de los Apóstoles a Jesús, con cuatro palabras “paso haciendo el bien”, Jesús paso haciendo el bien, eso es quien ve a Jesús va a poder ver entonces la bondad de Dios, el amor misericordioso de Dios, el amor de este Dios que quiere ser para nosotros un padre y quiere ser también una madre. Dos breves cosas para concluir, San Juan dice que a “Dios no lo ha visto nadie jamás”, nadie ha visto a Dios, así que cuando venga un predicador que diga “yo he visto a Dios o yo escuche a Dios”, no les crean, a Dios no lo ha visto nadie jamás, el hijo de Dios que es Jesús, Él nos lo ha mostrado, por lo tanto quien ve a Jesús y sigue a Jesús y se transforma en discípulo misionero de Jesús va a conocer a este Dios a quien nadie ha visto jamás. Y como han mostrado a Dios, el sagrado corazón de Jesús, el amor a los pobres, el sanar a los leprosos, el perdonar a la mujer pecadora, el dar la vista a los ciegos, el hacer andar a los lisiados, todas estas son acciones de pura bondad, de puro amor misericordioso, entonces quien ve a Jesús ve a Dios, a quien nadie ha visto jamás, por eso nuestra religión cristiana es la religión del seguimiento de Cristo, de ser discípulos misioneros de Cristo. Después está el Espíritu Santo, que es el amor del padre y del hijo; San Pablo dice una cosa muy hermosa “este espíritu nos hace clamar a nosotros Abba”, que significa papá, y entonces Pablo va a decir ustedes recibieron no un espíritu, sino un corazón de esclavos, el esclavo vive en el temor, vive con que lo van a retar, con que lo van a maltratar, que lo van a mandar, no vive con dignidad el esclavo, pues bien ustedes no recibieron un espíritu temeroso, sino un espíritu de hijos que les hace calmar a Dios papá, entonces ese es nuestro Dios, un Dios que es papá. Y papá y mamá son las primeras palabras que aprende un niño, es lo primero que decimos, pues bien así Jesús se dirigía a Dios. Esa es la experiencia que queremos que ustedes también tengan en el colegio, que no solamente se les entregue conocimiento, de los buenos conocimientos, no solamente una educación de calidad en lo académico, sino que la integralidad de la educación del ser humano, queremos que todos lleguen a la estatura de Cristo, que sean hijos muy amados del padre y que nosotros podamos a Dios llamarlo siempre nuestro papá; a este Dios que nos ama con amor de papá y de mamá, entonces a los profesores y profesoras, a las autoridades, a los padres y apoderados ayudemos a que nuestros hijos remuevan todos los obstáculos que impidan que se acerquen a Jesús. Aquí hay una tarea importantísima de quienes ejercemos la autoridad si la ejercemos con bondad, con paternidad, con maternidad vamos a estar reflejando en algo el amor de Dios, si por el contrario nuestro modo de ejercer la autoridad es el autoritarismo entonces vamos a empañar el rostro de Dios que es autoridad plena, Dios que hace crecer, eso es lo que significa autoridad, el que promueve el crecimiento integral de la persona. Todos tenemos autoridad, seamos autoridad mostrando el corazón de este Dios que nos ama y mostrando el corazón de Cristo que nos ha mostrado a este Dios a quien nadie ha visto jamás. Vamos a pedirle a la Virgen María que nos acompañe, porque ella también tiene un corazón enorme y nos ama mucho. En el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo. Amén.