Muerte de un ciclista Saltarse El Régimen Nº 178 (MAYO 2007) SINOPSIS María José y Juan, al volver de una cita amorosa atropellan con el coche a un ciclista, matándolo. Hace tiempo habían sido novios; después, María José se había casado con Miguel, y Juan, para no perderla, se había convertido en su amante. Están obsesionados por la sombra del ciclista muerto, abandonado en la carretera. Tienen miedo de todo y de todos; miedo a que descubra su intriga amorosa y de perder cada uno su posición social. La situación se irá complicando hasta acabaren trágicas consecuencias. FICHA ARTÍSTICA María José ..................................................................... LUCÍA BOSÉ Juan Fernández Soler ............................................. ALBERTO CLOSAS Miguel de Castro........................................................... OTELLO TOSO Rafa Sandoval................................................. CARLOS CASARAVILLA Matilde Luque...............................................................BRUNA CORRA Doña María .....................................................JULIA DELGADO CARO FICHA TÉCNICA Duración......................... 88 min. Nacionalidad ...... ESPAÑA/ITALIA Año de Producción .............. 1955 B/N) Dirección .......... JUAN A.BARDEM Productora .................UNIVERSAL Productor.......MANUEL GOYANES Guión............... JUAN A.BARDEM, LUIS FERNANDO DE LOGA. Fotografía ....... ALFREDO FRAILE Montaje ...... MARGARITA OCHOA Música .... ISIDRO B. MAIZTEGUI D. Artística ..... BENJAMIN FDEZ Vestuario HUMBERTO CORNEJO EL DIRECTOR: JUAN ANTONIO BARDEM Nacido el 2 de junio de 1922. Hijo del actor Rafael Bardem, hermano de Pilar Bardem y tío de Javier Bardem. Considerado uno de los más politizados de las Tres Bes del cine español (Bardem, Berlanga y Buñuel)Aunque es hijo de actores no se vincula a ese mundo desde un principio, sino que se titula de ingeniería agronómica. Es posteriormente cuando estudia cine en el instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. De esa época nace la amistad y la colaboración con Luís García Berlanga. Fruto de la relación es la película Bienvenido, Mister Marshall (1953. Premio al mejor guión y a la mejor comedia en el Festival de Cannes), dirigida por Berlanga y con guión de Bardem.En 1953 comienza a dirigir sus propias películas, de las que destacan Muerte de un ciclista (1955. Premio de la Crítica internacional en el Festival de Cannes) y Calle Mayor (1956. Premio de la Crítica en el Festival de Venecia).Pese a estos éxitos internacionales, Bardem tuvo problemas en España con la censura, debido a su militancia en el PCE, y en los años 1960 y 1970 apenas puede desarrollar su trabajo cinematográfico en el país. Sus películas posteriores no han recibido el respaldo de la crítica. También se cuenta entre sus obras Siete días de enero (1979, galardón Golden Price en el Moscow International Film Festival), película que narra el asesinato de cuatro abogados laboralistas pertenecientes al Partido Comunista de España por parte de un comando terrorista de la ultraderecha española, todo ello en plena transición española. Murió en Madrid el 30 de octubre de 2002 a los 80 años debido a una enfermedad hepática. FILMOGRAFÍA PRINCIPAL DEL DIRECTOR 1951 1954 1955 1963 1968 1973 1976 Esa pareja feliz (Esa pareja feliz) Comicos (Comicos) Muerte de un ciclista (Muerte de un ciclista) Nunca pasa nada (Nunca pasa nada) El ultimo día de la guerra (El ultimo día de la guerra) La isla misteriosa (La isla misteriosa) El Puente (El Puente) 1979 1987 1993 1997 Siete días de Enero (Siete días de Enero) Lorca,Muerte de un poeta (Lorca,Muerte de un poeta) El joven Picasso (El joven Picasso) Resultado final (Resultado final) GALARDONES FESTIVAL DE CANNES 1955 (8ª Ed.) Premio de la Crítica Internacional COMENTARIO Un automóvil atropella a un ciclista. En su interior viajan un hombre y una mujer: ambos son amantes, pertenecen a la alta burguesía madrileña, y huyen atemorizados en vez de socorrer al herido, ante la posibilidad de que su relación clandestina salga a la luz. Ella está casada con un industrial de éxito que es, a la sazón, socio del hermano de su amante. Él, por su parte, da clases en la universidad, pero pasa por ser la oveja negra de la familia. Algunas pistas diseminadas a lo largo del relato nos dejarán entrever que los amantes fueron novios muchos años atrás, y que él acaso combatiera en la Guerra Civil en el bando “equivocado”. Es tal vez por esa razón ha sido su hermano quien hubiera de encontrarle un puesto como profesor, y tal vez por eso mismo también padece un evidente desprestigio en su entorno social. Eso podría explicar también su propio vía crucis: a diferencia de la mujer, él dejará a un lado la prudencia y tratará de averiguar el destino de la familia del infortunado ciclista. Acosado por los remordimientos, visitará el miserable vecindario de corralas donde el difunto vivía con su mujer y sus hijos pequeños. Convertido así en una especie de turista cariacontecido de la pobreza, el protagonista de Muerte de un ciclista toma conciencia (¿o recobra la conciencia?) de que su mal –la hipocresía- tiene una lectura evidente a la luz de la lucha de clases. Naturalmente, él no lo dice así, pero la película lo expresa con su feroz despliegue de contrastes. Más aún: cuando su desidia en el trato injusto otorgado a una estudiante desemboque en un inocuo levantamiento juvenil, el cínico habrá completado ya su trayecto de redención. A través de una cristalera rota, el profesor enchufado, amante ilegítimo y homicida, contempla sonriente el anticipo de una futura, ansiada revuelta. Él se siente liberado. Es natural: sólo necesitaba esta catarsis para romper definitivamente con un mundo que odiaba íntimamente. Por supuesto, su bella amante no ve las cosas del mismo modo. También es natural: ella tiene mucho que perder. Sufre el acoso de un bufón de corte, crítico de arte ejemplarmente sarcástico (y al que presta rostro y calidad interpretativa un fascinante Carlos Casaravilla, cuyo rostro parece el cruce siniestro entre los ojos de un Buster Keaton envejecido, y la sonrisa de Richard Lorre). Personaje malvado típico, suficientemente cínico para vivir como un parásito y suficientemente lúcido como para sentir asco de sus amos, huele de lejos el affaire, el escándalo y el consiguiente beneficio bajo la forma de chantaje. Vista hoy en día, Muerte de un ciclista puede parecer una película afec- -ada de voluntad retórica. Tal como lo hemos descrito el argumento trasluce un armazón ideológico en el que cada pieza ocupa un lugar previsto por las necesidades discursivas del relato. La puesta en escena, por su parte, es de una brillantez caligráfica indudable. Pero es precisamente a través de su preciso diseño como se pone de manifiesto una voluntad de discurso que no quiere dejar nada al azar, que busca decir en voz bien alta, casi de forma tonante. Y que, a menudo, satura los signos como para ofrecer un reclamo desesperado a la inteligencia dialéctica del espectador. Mas incluso en ciertos recursos narrativos tópicos hay algo de gesto forzado. Como en ese plano que muestra a los dos cónyuges cuando de pronto el potencial chantajista atraviesa el encuadre, muy de cerca, tras ellos. Su rostro malvado pasa tan cerca, dejando casi el aliento en el cogote de sus víctimas, que resulta pueril. A través de estos defectos hasta cierto punto comprensibles, se hace visible el empeño de Bardem en un proyecto de dignificación estética, intelectual e ideológica del cine hispano. Tantas urgencias pueden dejar poco aire que respirar, pero responden a una coyuntura muy concreta: existían los medios, existía la voluntad de cambiar el cine español. Y la narrativa cinematográfica había ofrecido ya, a la altura de 1955, signos de modernidad candente. En este sentido, Bardem no se hallaba lejos del cine de autor europeo de aquellos años, que era un cine grave, anti-burgués y a menudo retórico. Pero en fin, sigue habiendo cierta considerable distancia entre Cronaca di un amore, la genial película de Antonioni que, de forma harto evidente, sirvió de inspiración a ésta, y que había conseguido formular una metafísica de la insatisfacción que el cineasta parmesano llevaría mucho más lejos en L’Aventura. Por otra parte, sería injusto no reconocer la astucia contenida en un guión que traviste el discurso de clases por otro de redención personal, y que habilita así una lectura cristiana más o menos tolerable para la censura. O la belleza puramente cinematográfica de ciertos momentos de Muerte de un ciclista. Por ejemplo, el perverso contra-plano que sigue a la mirada que dirige la protagonista (Lucía Bosé) hacia su amante (Alberto Closas): pues no es éste quien aparece en imagen, sino el rostro de su marido, en virtud de una espléndida elipsis cargada de mala intención, pero también de un no sé qué de alucinatorio. O, ya al final del film, ese momento suspendido en el tiempo y el paisaje de la tragedia, cuando el protagonista liberado, observa, por última vez, el atardecer. SOBRE EL REPARTO LUCÍA BOSÉ ALBERTO CLOSAS Dependienta de una pastelería milanesa, Lucía Bosé, participa en el concurso de Miss Italia de 1947, cuando todavía era muy joven, y sale ganadora, lo que le abre las puertas del mundo del cine. interpreta en 1951 el papel de Simona en Roma ore 11, película que trata el tema del desempleo femenino y que ofrece una característica galería de retratos de mujeres magistralmente trazados (entre las intérpretes cabe citar también a Carla del Poggio, Lea Padovani y Delia Scala). Antonioni, en 1953, ofrece, a Bosé, el papel de Clara Manni, en una película que narra la historia de una empleada que se convierte en actriz, se hace inmediatamente famosa y, luego, sufre un doble fracaso – sentimental y profesional – se trata del amargo La signora senza camelie, película sobre la dimensión poco auténtica del mundo cinematográfico, fiel espejo de la aridez que caracteriza las relaciones entre los seres humanos. Lucía Bosé también es la protagonista de numerosas películas que confirman su facilidad de adaptarse con excelentes resultados a cualquier exigencia expresiva. La actriz se dedica a la comedia rosa tardo-neorrealista interpretando dos de los títulos más famosos de la filmografía de Luciano Emmer: el divertido París, siempre París (1951), con Aldo Fabrizi y, sobre todo, Tres enamoradas (1952) Entre 1968 y 1976, Lucía Bosé vuelve a trabajar, solicitada en Italia y en el extranjero, tanto por maestros famosos como Federico Fellini, los Taviani, Bolognini, como también por directores más jóvenes. Alberto Closas Lluró, actor español, (1921 - 1994) Se le conoce como el padre en la La gran familia dirigida por Fernando Palacios (1962), más tarde se realizarían varias secuelas más. Nace el 3 de octubre de 1921 en Barcelona. Hijo de Rafael Closas Cendre, conseller de la Generalitat catalana,.Cuando empezó la guerra civil emigró con su familia a Buenos Aires. Estudia Arte Dramático y entra a formar parte de la compañía de Margarita Xirgú. El éxito que obtiene sobre las tablas, le abre las puertas en el cine, interviniendo en varias películas argentinas. En 1942 será su primera película titulada P'al otro lado dirigida por José Bohr. La película Muerte de un ciclista, uno de los mayores éxitos internacionales del cine español de la época, le supuso al actor su reintegro a su país, donde triunfaría, tanto en los escenarios como en la pantalla y serviría para darse conocerse al público español a su regreso de Argentina. Fallece el 19 de septiembre de 1994 a la edad de 73 años por un cáncer de pulmón. LA CRÍTICA OPINA "Imprescindible película que todo amante del cine debe tener en sus estanterías. No es una película sólo para cinéfilos empedernidos de bigotes amarillos de fumar ducados, si no para un público mucho más amplio, que simplemente busque una buena película que ver una tarde de domingo." Tito Chinchan,Muchocine.net www.auladecine.ulpgc.es