LA I REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. ÍNDICE 1. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN. 1.1. LA ECONOMÍA DEL ANTIGUO RÉGIMEN. 1.2. LA EUROPA DEL SIGLO XVIII. 1.3. EL PENSAMIENTO ILUSTRADO Y LA FISIOCRACIA. 2. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. 2.1. CONCEPTO DE REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. FACTORES O CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA. 2.2.1. Transformaciones agrícolas. 2.2.2. Transformaciones demográficas y en la mano de obra. 2.2.3. Transformaciones en los transportes. 2.2.4. Transformaciones políticas. 2.2.5. Transformaciones en las Finanzas y el Comercio. 2.2.6. Transformaciones Técnicas. 2.3. LOS MOTORES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. 2.4. EXPANSIÓN DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN EUROPA. 2.5. LA APARICIÓN DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL. LAS TEORIAS LIBRECAMBISTAS. 2.6. CONSECUENCIAS SOCIALES REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. 2.7. RESUMEN. 2.8. BIBLIOGRAFÍA. TRANSFORMACIONES SOCIO-POLÍTICAS-ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX. ANTIGUO RÉGIMEN ECONOMÍA TRADICIONAL RÉGIMEN POLÍTICO: ABSOLUTISMO SOCIEDAD ESTAMENTAL REVOLUCIONES BURGUESAS CAMBIOS ECONÓMICOS REV. INDUSTRIAL INICIADA EN G.B. HACIA 1770 ACOMPAÑADA DE: -REV. DEMOGRÁFICA. -REV. TÉCNICA. -REV.AGRÍCOLA. -REV. TRANSPORTES. -REV. COMERCIAL -REV. FINANCIERA. APARECEN: -FABRICAS. -MANUFACTURAS -MERCADOS INTERRELACIONADO S. -ASALARIADOS. -ECONOMÍA MUNDO. CAMBIOS SOCIALES TEORÍA ECONÓMICA CAPITALISTA DESPARECE SOCIEDAD ESTAMENTAL: DIFERENCIAS JURÍDICAS SEGÚN ESTAMENTO. -ADAM SMITH, DAVID RICARDO, ROBERT MALTHUS Y JHON STUART MILL. -Ley OfertaDemanda. -Propiedad Privada. -Libertad producción y comercio. -Abolición gremios. -Abolición aduanas internas. BURGUESÍA, PROLETARIAD OY CAMPESINAD O, SON LOS GRUPOS MÁS CARACTERÍST ICOS. ETAPAS REV. INDUSTRIAL: 1-i Rev. Industrial (1770-1850: G. B., y desde 1830 Bélgica y Francia. Algodón, Siderurgia, ferrocarril, Textil 2-II Rev. Industrial (1870-1945): Japón, Alemania, EE.UU. desde 1870. Posteriormente otros países se incorporan parcialmente. Nuevas industrias (Química, Eléctrica, Automóvil). 3-III Rev. Industrial (1845-1973): Energía atómica y sociedad de consumo. 4-IV Rev. Industrial: Desde 1973. Servicios y Cibernética. APARECE SOCIEDAD DE CLASES: DIFERENCIAS VIENEN DADAS POR LA POSESIÓN DE RIQUEZA. CAMBIOS POLÍTICOS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS VAN UNIDAD, PROVOCANDO REVOLUCIONES Y CAMBIOS PARALELOS. REVOLUCIONES BURGUESAS INGLESAS SIGLO XVII MARCAN EL CAMINO DE UN SISTEMA POLÍTICO LIBERAL: PARLAMENTARISMO, DEMOCRACIA. -CLASE ALTA -CLASE MEDIA -CLASE BAJA LIBERALISMO: ETAPAS HASTA 1848 BURGUESÍA, CAMPESINADO Y PROLETARIADO, UNIDOS CONTRA NOBLEZA, PERO DESDE 1848, PROLETARIADO SE ENFRENTA A BURGUESÍA: MARXISMO. LUCHA CONTRA ABSOLUTISMO: -INDEPENDENCIA EE.UU. -REV. FRANCESA. -RESAURACIÓN SIGNIFICA TRIUNFO MOMENTANEO ABSLUTISMO. -REV. LIBERALES AÑOS 20. -REVOLUCIONES 1830. -REVOLUCIONES 1848. TRIUNFO DEFINITIVO. CONCLUSIONES CONCLUSIONES 1-APARECEECONOMÍA ECONOMÍACAPITALISTA, CAPITALISTA,BASADA BASADAEN ENPROPIEDAD PROPIEDADPRIVADA, PRIVADA, 1-APARECE MERCADO, CONSUMO, ETC. MERCADO, CONSUMO, ETC. 2-APARECE SOCIEDAD SOCIEDAD DE DE CLASES CLASES VINCULADA VINCULADA AA CAPITALISMO, CAPITALISMO, YY 2-APARECE DESAPARECEN ANTIGUOS ANTIGUOS ESTAMENTOS ESTAMENTOS SOCIALES, SOCIALES, DIFERENCIAS DIFERENCIAS DESAPARECEN JURÍDICAS ENTRE UNOS ESTAMENTOS Y OTROS, RESTOS FEUDALISMO. JURÍDICAS ENTRE UNOS ESTAMENTOS Y OTROS, RESTOS FEUDALISMO. 3-DESAPARECE RÉGIMEN POLÍTICO ABSOLUTISMO, Y ES SUSTITUIDO POR 3-DESAPARECE RÉGIMEN POLÍTICO ABSOLUTISMO, Y ES SUSTITUIDO POR RÉGIMEN LIBERAL LIBERAL (PARLAMENTARISMO, (PARLAMENTARISMO, SUFRAGIO, SUFRAGIO, CONSTITUCIONES, CONSTITUCIONES, RÉGIMEN IGUALDADJURÍDICA JURÍDICADE DETODOS TODOSLOS LOSCIUDADANAOS). CIUDADANAOS). IGUALDAD 4-APARECENNACIONALISMOS. NACIONALISMOS. 4-APARECEN 5-TODO ESTO CONTRIBUYE A CARACTERIZAR LAEDAD EDADCONTEMPORÁNEA. CONTEMPORÁNEA. 5-TODO ESTO CONTRIBUYE A CARACTERIZAR LA NACIONALISMO: ETAPAS 1789-1830: ORÍGENES. INDEPENDENCI A GRECIA 1829 1830: INDEPENDENC IA BÉLGICA, Y MOVIMIENTOS EN POLONIA, ITALIA. 1848-1870: INDEPENDE NCIA ITALIA Y ALEMANIA. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN. 1.1. LA ECONOMÍA DEL ANTIGUO RÉGIMEN. La expresión «Antiguo Régimen», acuñada por los historiadores franceses, hace referencia al sistema socioeconómico-político europeo desde mediados del siglo XV a finales del siglo XVIII. En lo económico coincide con la transición entre el feudalismo clásico y el industrial, coincidiendo con el período de la economía mercantilista, colbertista, y con las innovaciones de la fisiocracia dieciochesca. Las principales características de la economía del Antiguo Régimen son cinco. a) Predominio de la agricultura. Entre el l 80 % y el 90 % de la población trabajaba en la agricultura, y la producción agrícola significaba el 70/80% de la Renta Nacional de cualquier país europeo. Todo esto con unos métodos de cultivo tradicionales, casi medievales, con restos de cargas feudales y servidumbre en numerosas partes de Europa, y con tasas de productividad muy bajas que impedían la formación de excedentes comercializables. Mayoritariamente era una agricultura de subsistencia, predominando los cereales. b) Industria muy localizada y poco desarrollada. La actividad industrial era muy dependiente de la agricultura, con muy escasa mecanización, poca división del trabajo y falta de especialización de la mano de obra. Todo ello se traduje en baja productividad. Además, en las ciudades la actividad industrial se resumía en las actividades artesanales, totalmente controladas por los gremios y sus reglamentos; mientras la industria doméstica rural sólo era un complemento de la actividad agrícola. La principal actividad artesanal-industrial era la producción textil. La mayor parte de esta actividad artesanal e industrial estaba localizada en zonas muy concretas, mientras que otras no existía nada más que la artesanía de subsistencia local. Los métodos de producción con energía de sangre, reglamentaciones gremiales, ausencia de maquinaria, etc., impedían un desarrollo suficiente y un abaratamiento de costes. Sólo en el siglo XVII, en Gran Bretaña, mediante la generalización del Domestic System y el Puttin Out System, se sentarán las bases de un incipiente desarrollo industrial. c) Inexistencia de un mercado nacional. El mercado interior adolecía estaba lastrado por transportes lentos y caros, multitud de aduanas internas, falta de productos adecuados. Esto impedía la interrelación entre diferentes zonas, lo que unido a la escasa capacidad adquisitiva de la mayoría de la población, hacía que el mercado fuese local o regional, pero no nacional. d) Mecanismos financieros obsoletos y poco desarrollados. No existía un sistema monetario único ni fiable. La moneda metálica estaba sujeta a alteraciones y devaluaciones según las necesidades del Estado, y el papel moneda, nacido en el siglo XVIII, era poco abundante. La mayoría de la población no usaba la moneda y se servían del trueque para los intercambios, e incluso los salarios se pagaban en especie muchas veces. Todo esto se agravaba por un sistema bancario escaso y poco práctico, a pesar de que existirán bancos privados, públicos municipales, y al final aparecen los primeros bancos nacionales. En definitiva, ni los medios de pago eran suficientes ni estables, ni el sistema financiero era capaz de impulsar la demanda y la inversión. e) Estancamiento económico. La + POBLACIÓN = + TIERRAS AUMENTA POBLACIÓN Y OTRA VEZ SE INICA CIRCULO POBREZA CULTIVADAS SE REDUCE EDAD MATRIMONI OY AUMENTO NATALIDAD + - TIERRAS CULTIVADA POBLA CIÓN = S PEORES COSECHAS MUERTES = MÁS OFERTA EMPLEO - POBLACIÓN = - PEORES COSECHAS = + POBLACIÓN + MUERTES = POBLACIÓN TRABAJADORE S y PRODUCCIÓN escasa productividad, los bajos niveles de vida, la falta de mercados interrelacionados, provoca un estancamiento económico endémico. Habrá épocas de crecimiento económico, pero sólo beneficiaban a las clases altas y eran de corta duración, ya que el crecimiento demográfico, las guerras, las epidemias, las crisis agrícolas, solían acabar con esos períodos de crecimiento de forma drástica. El ciclo era siempre el mismo: Una serie de buenas cosechas seguidas, al incrementar la producción agraria, elevaban el nivel de vida y el ritmo del crecimiento demográfico al aumentar los nacimientos por haber más alimentos. Al elevarse el poder adquisitivo de los campesinos, aumentaba la demanda de productos manufacturados, y el comercio y la industria se beneficiaban también de la expansión agraria. Pero una época de malas cosechas, o el aumento excesivo de la población, provocaban de nuevo crisis de subsistencias, hambre y epidemias. La crisis provocaba reducción de la demanda de productos industriales, paro general y más hambre.. Todo el desarrollo anterior quedaba anulado, y se volvía a recaer de nuevo en la situación de estancamiento anterior. Para romper este circulo era necesario lograr un crecimiento sostenido, pero para ello no bastaba con un sistema económico casi exclusivamente agrícola. Fue necesario esperar a la revolución industrial para superar este círculo vicioso. Según Pierre Goubert, la crisis y extinción final del Antiguo Régimen, no se produjo de forma repentina, sino lentamente a lo largo del período que va de 1750 a 1850, mediante una serie de rupturas sucesivas. Las más importantes de estas rupturas, desde el punto de vista económico, fueron tres: la formación de un mercado nacional integrado, debido sobre todo a la aparición de nuevos medios de transporte; la expansión de la industria, gracias a la mecanización; y el desarrollo de un sólido sistema de crédito 1.2. LA EUROPA DEL SIGLO XVIII. En la Europa dieciochesca convivían diferentes formas de estados. Grandes imperios con una gran presencia del feudalismo (Imperio Zarista en Rusia, Imperio Otomano, Imperio de los Habsburgo), y que controlaban la mayor parte del Este y centro de Europa. Monarquías absolutas (la mayoría, incluidos los imperios) imitando a la francesa de Luis XIV, y que en el siglo XVIII sufren una crisis importante de identidad. La mayoría de los estados absolutistas asistirán a unos loables, pero ineficaces, intentos de reforma en la segunda mitad de siglo (Despotismo Ilustrado), para intentar evitar la derrota definitiva de esta forma de gobierno y del sistema socio-económico en el que se sustentaba. El despotismo ilustrado y sus reformas, mejoraron la administración, los ejército, y hasta las infraestructuras de muchos países, pero los cambios no fueron suficientemente profundos ni alteraron el orden social caduco del Antiguo Régimen, por lo que no consiguieron acallar las voces de protesta de los más pobres ni de las burguesía. Sólo Gran Bretaña, y en menor medida Holanda, había accedido a un régimen político de monarquía parlamentaria, muy moderna para la época, eficaz, y que permitía que los grupos económicamente más poderosos coincidiesen con los políticamente dominantes. Existían grandes diferencias, no obstante, entre la Europa Oriental y Occidental. Mientras en occidente el feudalismo y la sociedad estamental estaba en franca regresión, y la burguesía aumentaba constantemente su poder económico y su influencia administrativa y cultural, en Oriente todavía pervivía el feudalismo medieval y la servidumbre afectaba un porcentaje enorme de la población. Si en occidente los siervos se habían transformado en propietarios y colonos, en oriente seguían siendo semiesclavos. Por lo que se refiere a la artesanía e industria, también se localizaba fundamentalmente en regiones occidentales, claramente atlánticas, siendo muy escasos los núcleos industriales en oriente. El sistema político existente, en la inmensa mayoría de estados, se identifica con el absolutismo, como se ha dicho más arriba. Se caracterizaba por la indivisibilidad del poder, que detentaba de forma inequívoca el Rey o Emperador. El poder procedía de soberanía divina, y el Rey delegaba sus poderes en Consejos, Municipios, Nobles Cortesanos, Validos, etc., según su voluntad. El principal problema, no obstante, era la inexistencia de representación política para la mayor parte de la sociedad, ya que los tradicionales parlamentos medievales sólo se reunían a voluntad del Rey y estaban controlados por los dos estamentos privilegiados. Además, existía una superposición de administraciones (Real, Local, Señorial, Eclesiástica), que se traducía en superposición de impuestos (Estatales, municipales, Eclesiásticos, Cargas feudales), y convivencia de diferentes administraciones de justicia (Real, Nobiliar, Eclesiástica). Todo esto hacía muy difícil conseguir resultados administrativos óptimos, y además provocaba, en muchos casos, dificultades para identificar el poder político real. Durante el Antiguo Régimen, muchos monarcas intentaron centralizar el poder en su persona (Felipe II, Luis XIV) para evitar la dispersión, pero los auténticos intentos centralizadores no llegaron hasta el siglo XVIII con las políticas regalistas de muchos monarcas y los intentos de centralización administrativa (En España Felipe V impuso los decretos de nueva Planta). El Despotismo Ilustrado intentó modernizar la administración, optimizar la recaudación de impuestos, mejorar las infraestructuras, centralizar la administración política. La sociedad del Antiguo Régimen es una sociedad estamental, dividida en tres estamentos (nobleza, clero y pueblo llano), de los que los dos primeros son privilegiados (entre otros privilegios, no pagan impuestos), y el tercer estamento es un gran saco donde se incluía a grupos de muy distinta naturaleza y disponibilidad económica (Siervos, hombres libres, pequeños y grandes propietarios de tierras, burgueses y pobres de solemnidad, pero todos ellos tenían en común la falta de privilegios jurídicos y políticos, y todos eran pecheros). En el siglo XVIII la burguesía reclama mayor poder político, en consonancia con su poder administrativo, académico y económico, y las clases populares reclaman el fin del feudalismo, reformas en la propiedad de la tierra, impuestos más justos y repartidos, etc. 1.3. EL PENSAMIENTO ILUSTRADO Y LA FISIOCRACIA. El pensamiento ilustrado desarrollado en Francia en el siglo XVIII procede del racionalismo de Descartes y del empirismo inglés del siglo XVII. Los filósofos ilustrados apelaron a la Razón como motor de los cambios que debían producirse para lograr la felicidad y la prosperidad. Intentaron lograr un equilibrio entre la Ley Positiva y las Leyes Naturales, pero siempre con el individuo como centro de todo y la naturaleza como objeto de estudio. Pensaban que las Leyes Divinas debían ser sustituidas por las Leyes Naturales, mucho más racionales y próximas al ser humano. En este orden de cosas, el Estado, los gobiernos, los sistemas políticos y las relaciones entre individuos, debían adecuarse a las leyes de la naturaleza y positivas, pero no a los dictados divinos. El poder no viene de Dios, sino de los hombres. Ya en el siglo XVII Locke había dicho que el Estado es la suma de los intereses individuales. Muy distinto a la concepción del estado del Absolutismo del Rey Sol: El Estado soy yo. Jean-Jacques Rousseau Rousseau, en su Contrato Social, teoriza sobre esta concepción moderna del estado como una institución al servicio de los individuos. Así mismo, defiende la libertad individual, las leyes naturales, la democracia, pero siempre teniendo en cuenta los límites establecidos por las leyes naturales y por un Contrato Social entre los individuos y el Estado. Las libertades individuales están limitadas por la libertad del contrario, y el poder político está limitado por las leyes positivas. Voltaire se encargó de remover los cimientos del sistema ideológico del Antiguo Régimen, desde una óptica ateísta, criticó la moral, la cultura, las estructuras sociales, políticas y económicas. Defendió el papel protagonista de la burguesía en el nuevo orden, aunque no consideraba el sistema político democrático como el más adecuado para regir los destinos de las sociedades de la época. Montesquieu, formuló su teoría sobre la División de Poderes, como base de todo estado democrático y como principal limitadora del despotismo. Consideró la existencia de tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. No sólo debía existir una división entre estos tres poderes, sino una total independencia. A la sombra de las teorías ilustradas surgió la Enciclopedia francesa, en la mayoría de los intelectuales de la época firmaron artículos sobre filosofía, derecho, ciencias naturales, historia. Muy pronto aparecieron sociedades que intentaron difundir las nuevas ideas reformistas, como fue el caso de las Sociedades de Amigos del País en España. Al mismo tiempo que la ilustración aportó las bases teóricas para las reformas políticas y sociales, apareció una corriente económica que intentó teorizar sobre un sistema económico que superase la obsolescencia del mercantilismo. La Fisiocracia dieciochesca, basada en el gobierno de la naturaleza, y con Quesnay y Mirabeau como máximos representantes, defendía la Propiedad Privada, la libertad individual aplicada también a la economía, el libre comercio, la modernización de los medios de producción y comercio. Plantearon la disolución de los gremios y de las aduanas internas, entorpecedoras de la libre producción y del libre comercio, y trataron de optimizar los impuestos. Muchos de sus presupuestos pueden considerarse la raíz del futuro librecambismo, aunque otros todavía se relacionaban más con el mercantilismo proteccionista. Apostaron por la tierra como principal fuente de riqueza, y por la modernización y reforma de la agricultura para incrementar la riqueza. Consideran imprescindible un poder político fuerte para garantizar el orden y la libertad individual. 2. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. 2.1. CONCEPTO DE REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. Definición: Por Revolución Industrial podemos entender el proceso por el que el sistema de producción artesanal y el sistema económico del Antiguo Régimen, se convierte en un sistema de producción industrial y en un sistema económico capitalista. Se pasa de una economía agrícola complementada por un comercio y una artesanía gremial, a una economía fundamentalmente industrial y en la que los procesos de producción de manufacturas se mecanizan completamente mediante el Factory Sistem. El proceso se desarrolla en un período relativamente corto de tiempo (Unos 50 años en Gran Bretaña) y en diferentes época según el país al que nos estemos refiriendo. No obstante, la mayoría de autores sólo consideran aplicable el término Revolución Industrial a los cambios producidos en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, mientras que para referirse a la expansión de la producción industrial a otros países, prefieren hablar de industrialización o desarrollo industrial. Los orígenes del término Revolución Industrial aparecen ya en el siglo XIX cuando algunos autores franceses comparan el proceso revolucionario violento que había sufrido Francia con los cambios económicos y pacíficos que vivió Gran Bretaña, aplicando también a estos cambios el concepto de revolución económica. Muy pronto se empezó a utilizar el término revolución industrial por los economistas y autores marxistas, aunque en este caso para referirse a las negativas consecuencias sociales provocado por el desarrollo económico. En 1884 Arnold Toynbee publicó un estudio sobre la revolución industrial, utilizando por vez primera el termino revolución industrial en Inglaterra, y también desde un punto de vista crítico y catastrofista sobre los efectos de la revolución industrial. En 1906 se publicó el que muchos consideran el mejor estudio de la revolución industrial: «La Revolución Industrial en el siglo XVIII» de Paul Mantoux. Hasta después de la II Guerra Mundial, el fenómeno de la revolución industrial pierde interés, pero a partir de 1945 reaparece como uno de los hechos históricos más importantes. La descolonización contribuye a la aparición de estudios en los que se liga la independencia política e independencia económica, y la mayoría de autores coinciden en que es necesario un desarrollo económica importante para que un país logre su independencia absoluta. La mayor parte de los economistas consideran que el desarrollo económico es gradual y acumulativo, pero dentro de este desarrollo existe una fase de crecimiento económico al que propiamente llamamos Revolución Industrial. Interpretaciones historiográficas: La cantidad de estudios que actualmente existen sobre la revolución industrial nos permite conocer este acontecimiento suficientemente, y contrastar las diferentes teorías surgidas: W. W. Rostow publicó “Las etapas del crecimiento económico” en 1960, y sostiene que para alcanzar el nivel del desarrollo económico todo país debe pasar por cinco fases o etapas: 1. La sociedad tradicional. Bajo nivel científico y tecnológico, y producción por debajo del crecimiento demográfico. Podemos asimilarlo al Antiguo Régimen y al estancamiento económico 2 .Transición condiciones previas para el despegue. Aplicación a la economía de la ciencia y la tecnología permite cierto crecimiento en algunos sectores económicos. Para que el desarrollo continué y permita pasar a la fase siguiente es necesario: Tasas de inversión entre un 5 % al 10 % de la Renta Nacional, que permitirán compensar el incremento demográfico y aumentar el consumo “per cápita”; crear industrias de transformación, que tiren del resto; y un sistema político que beneficie la expansión, mejore la movilización de capitales y limite las importaciones. 3. El despegue (take-off). Es un período de unos 20-30 años (En Gran Bretaña entre 1770-1800) en el que las tasas de crecimiento permiten romper el circulo vicioso del estancamiento económico del Antiguo Régimen, y crear un proceso de crecimiento irreversible y auto sostenido. 4. La madurez. Unos sesenta años después de haber iniciado el despegue, un país alcanza la etapa de la madurez económica, caracterizada porque las industrias que habían encabezado el desarrollo en la fase anterior (a las que Rostow denomina «Leading Sectors» o sectores pautadores), cambian de enfoque y son superadas por otras nuevas que poseen un nivel tecnológico mucho más elevado: químicas, eléctricas, etc (II Revolución Industrial). 5. Postmadurez o era del consumo. Es la última etapa, en la que el sector servicios y las industrias productoras de bienes de consumo, superan a las industrias de base. El consumo se cimenta sobre el incremento del nivel de vida y capacidad adquisitiva de las personas, y se convierte en el auténtico motor del crecimiento económico. La mayoría de los autores consideran que la revolución industrial fue un período corto de despegue económico que significó un cambio brusco en la economía y una ruptura con la evolución económica tradicional. Casi todos los autores coinciden en que revolución industrial sólo se produjo en Gran Bretaña, entre 1770-1800, mientras que en el resto se produce una industrialización progresiva. Para hablar de revolución industrial o de economía industrial, es necesario que se produzca un crecimiento económico rápido y auto sostenido (take-off de Rostow), que crezcan las inversiones de capital, que aumente la mano de obra industrial respecto a la del sector primario, que las mejorar técnicas se apliquen a la producción, y que exista un división del trabajo que mejore la productividad. A todas estas condiciones, cada autor aporta alguna nueva: - Gerschenkron considera necesario todo lo anterior, pero también la existencia de una voluntad y una mentalidad empresarial que favorezca la creación de nuevas empresas, la aplicación de la técnica, la inversión de sus ahorros y beneficios, con el legitimo objetivo de multiplicar sus beneficios. - Bairoch considera muy importante la existencia de colonias (Gran Bretaña, las tenía) capaces de aportar materias primas y de absorber excedentes de manufacturas de la metrópoli, y además estima que la revolución agrícola inicial es la causa fundamental para explicar el desarrollo industrial paralelo, al activar la demanda, liberar mano de obra, liberar capitales, etc. - Deane dice que la revolución industrial se caracteriza por: Aplicación amplia y sistemática de la técnica y la ciencia a la producción, expansión del mercado interno y externo, éxodo rural, aparición de la producción fabril como sustituta de los talleres gremiales, mano de obra especializada y división del trabajo, reinversión masiva de capitales, y aparición de nuevos grupos sociales. - E.J. Jones se plantea la pregunta de ¿Por qué el desarrollo económico e industrial se produce antes en Europa?. Según este autor, Europa venía desarrollando un proceso de acumulación de capital desde la reactivación comercial del s. XI. A esto se une el desarrollo de un pensamiento racional desde Guillermo de Ockham a Descartes, la apropiación de riqueza exterior a través de los descubrimientos y conquistas desde el s. XV, y la inexistencia de invasiones en Europa desde los vikingos. Miguel Artola coincide con Jones en la importancia de los avances del pensamiento y la ciencia europea para explicar el desarrollo económico, y Sombart apunta la trascendencia de la reforma religiosa del s. XVI, ligando capitalismo a mentalidad calvinista burguesa. Cronología de la revolución industrial Se consideran que el concepto de revolución industrial como tal, sólo debemos aplicarlo al período de desarrollo y transformación económica británica que se produce entre 1770-1850, aproximadamente, pero para contextualizar el desarrollo económico posterior, la expansión geográfica de la producción industrial, y los avances tecnológicos producidos, se habla de varias revoluciones industriales: • Una primera Revolución Industrial entre 1770-1870, caracterizada por el uso de la hulla y el vapor, y dos fases: Primera fase esencialmente británica, hasta 1830, y segunda fase entre 1830-1870, caracterizada por el ferrocarril y la industrialización de algunos países europeos. • Una segunda, determinada por la aplicación de la energía hidroeléctrica y el petróleo, y que abarca hasta después de la II Guerra Mundial. En esta fase aparecen nuevas industrias (química, eléctrica, bienes de consumo), la industrialización sale de Europa (JUL. y Japón, en primer lugar), y aparecen los primeros indicios de consumo de masas. • Una tercera estaría ligada al uso de la energía nuclear y sus aplicaciones industriales, desde 1945 hasta los años 70. • Algunos autores empiezan a hablar de una Cuarta revolución, caracterizada por el desarrollo absoluto del consumismo, los servicios, y sobre todo por la cibernética. FACTORES O CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA. Para que se produzca un proceso industrializador es necesario que se desarrollen unas condiciones previas para el despegue que permitan el tránsito de la economía del Antiguo Régimen a la Revolución Industrial. Para que esto sucediese en Gran Bretaña en el siglo XVIII fue necesario un proceso evolutivo anterior que pasa por la acumulación previa de capital, la participación británica en el comercio transatlántico desde el siglo XVI, la revolución política burguesa del siglo XVII, y una serie de factores que podíamos resumir en: Una ampliación de la oferta de los factores de producción (tierra, trabajo y capital); una serie de cambios en el mercado exterior e interior que posibiliten una expansión de la demanda de productos industriales; y la aparición de nuevas técnicas de producción y una mentalidad empresarial capaz de invertir en estas innovaciones. Todo esto son las causas de que originaron el cambio, aunque resulta difícil considerarlas causas a la usanza tradicional, ya que en realidad son revoluciones paralelas e ínter conexionadas, que se convierten unas en causa de otras, y viceversa; por eso hablamos más bien de factores. 2.2.1. Transformaciones agrícolas. En el Antiguo Régimen el 85% de la población trabajaba en la agricultura y el 70% del PNB. procedía del sector primario, pero a lo largo del s. XVIII esto empezó a cambiar en Gran Bretaña, gracias a una serie de cambios rápidos y transcendentales. Paul Bairoch considera la “revolución agrícola” como causa fundamental para el desarrollo industrial, ya que estos cambios conseguirán aumentar la productividad y la producción de alimentos, incrementar la demanda de productos industriales, liberar mano de obra del campo hacia las ciudades, y liberar capitales del campo para invertir en otras actividades económicas. Para que esto fuese posible se producen varias cosas en el campo inglés: Transformación de la estructuras de propiedad agrarias: Aunque en Gran Bretaña las estructuras de propiedad diferían un poco respecto a Europa, en líneas generales en el Antiguo Régimen la mayor parte de la propiedad estaba controlada por la Iglesia y la Nobleza, la mayoría eran tierras amortizadas y vinculadas, debían pagar cargas feudales o derechos señoriales además de los impuestos reales, y los sistemas de explotación estaban sometidos a normas comunitarias. Además, convivían propietarios libres, colonos y siervos. La burguesía, primero en Gran Bretaña, y después en Europa, abogaba por una modificación de la legislación que permitiese convertir propiedades feudales en propiedades privadas, que aboliese las cargas feudales y las reglamentaciones comunitarias sobre la explotación, que los impuestos fuesen iguales y proporcionales a la riqueza, que se garantizase la libertad de producción y comercialización. En Gran Bretaña se inicia este cambio sustituyendo los sistemas de campos abiertos (open-fields), con un tipo de explotación fuertemente comunitaria, por el de campos cerrados, caracterizado por la explotación de tipo individualista. Para esto se pone en marcha un proceso de cercamiento (enclosures), ya iniciado tímidamente en siglos anteriores, pero generalizado en el XVIII con diferentes Leyes o Decretos Parlamentarios que autorizaban estos cercamientos (De ahí su nombre: Leyes de Enclosures). A esto se unen las autorizaciones para el reparto y cercamiento de tierras comunales. Se puede decir que este proceso de Enclosures y reparto de comunales equivale a las desamortizaciones europeas del siglo XIX. Esto permite un proceso de concentración de la propiedad y de la explotación agraria en manos de grandes terratenientes, mejorando la productividad y producción, introduciendo nuevas técnicas, etc. Los perjudicados serán los pequeños arrendatarios, que desaparecen, los yeomen (pequeños propietarios) que se arruinan y venden sus tierras a los ricos antes de emigrar a las ciudades, y a los cottagers (jornaleros) que pierden su trabajo al aparecer nuevas técnicas y máquinas en el campo. Así mismo, la desaparición de los bienes comunales, de los que los más pobres se beneficiaban, también propiciará el éxodo rural. Después del proceso, la propiedad de la tierra en Gran Bretaña se repartirá así: El 50% en manos de la Gentry (pequeña y mediana nobleza) y la burguesía; 25% en manos de grandes terratenientes nobles y burgueses; y 25% para los yeomen. Esta reforma socialmente perjudico a las mayoría de pobres, pero a la larga facilitó la generación de riqueza y el impulso de la revolución industrial a costa de las clases más bajas. Avances técnicos: Aunque la sustitución de la tradicional energía de sangre medieval por máquinas tardará en producirse, desde finales del s. XVII se venían introduciendo importantes avances en la agricultura británica: Jethro Tull importó la siembra en hileras, la desecación de pantanos, los arados más profundos de Holanda; la rotación trienal (cereales de invierno-cereales de primavera-barbecho) fue sustituida por la rotación cuatrienal de Norfolk (trigo, cebada, nabos y trébol), que el vizconde Townshend se encargó de aplicar en sus tierras, eliminando así la esterilidad del barbecho y produciendo forraje para le ganado estabulado; Robert Bakewell introdujo la ganadería intensiva y estabulada, cruzando especies, introduciendo los piensos, y mejorando la producción de carne, leche, huevos…. A todo ello hay que añadir al incremento de los abonos gracias a una mayor producción mediante la ganadería estabulada, a la llegada (algo después) de abonos como el guano, y los experimentos de Thomas Coke para mejorar la composición química de los suelos. Aunque será necesario esperar al s. XIX para que se generalicen las máquinas en el campo, limitándose en el XVIII a la transformación de aperos de madera en aperos de hierro, a la mejora del arado (se introduce el triangular de Rotterdam) y la vertedera, y a la utilización testimonial de trilladoras y segadoras mecánicas o la sembradora de Jethro Tull, las mejoras fueron suficientes para: Aumentar la producción, reducir la mano de obra necesaria, aumentar los beneficios, provocar (sobre todo en el XIX) el primer éxodo rural, y aumentar la demanda de productos industriales para el campo (desde aperos de labranza hasta menaje para las casas de los agricultores ahora más pudientes). Mentalidad empresarial: Los agricultores, sobre todo los medianos y grandes, aplicaron al campo una EV OLUCIÓN M ORTALIAD, NATALIDAD Y PRECIO TRIGO EN GRAN BRETAÑA EN SIGLO XV III mentalidad empresarial capitalista, invirtiendo en mejoras para incrementar la producción a largo plazo, venderla en el mercado interior o exterior, e NAT incrementar así sus beneficios. Este cambio de T R IG mentalidad empresarial permitió introducir las mejoras técnicas, apoyándose en un Parlamento afín que aprobó las leyes (Enclosures) favorables a este tipo de propietarios agrícolas, y ello generó un incrementó enorme de la producción. Además, estos empresarios se vieron incentivados por el aumento de los precios agrícolas desde 1750. 46 41 M ORT 36 31 26 21 16 AÑOS Consecuencias: Las consecuencias de esta revolución agrícola podemos resumirlas en: La sustitución de la agricultura de subsistencia policultivista por una agricultura especializada y comercial monocultivista. Sus efectos para la revolución industrial son evidentes: Una mayor producción permite incrementar la población, mejorar los rendimientos agrícolas y con ello la capitalización del campo, liberar capitales y mano de obra sobrante en el campo hacia las ciudades y la industria, y, sobre todo, convertir el mercado agrícola en el principal demandante de las primeras manufacturas industriales. Finalmente, puntualizar que el éxodo rural o transferencia de mano de obra del campo a la ciudad, no se producirá en el s. XVIII, ya que en esa época todavía el campo absorberá la mayor parte de la mano de obra rural, por lo que será a partir de 1850 cuando esto se generalice definitivamente. 2.2.2. Transformaciones demográficas y en la mano de obra. La revolución demográfica. Gran Bretaña incrementará su población en el s. XVIII de 5 a 10 millones de habitantes, gracias al paso de un régimen demográfico antiguo (Ala mortalidad, alta natalidad, crecimiento bajo) a otro moderno (Desciende Mortalidad, Natalidad desciende pero poco, crecimiento mucho mayor). La desaparición de la mortalidad catastrófica o su reducción por guerras, epidemias, hambrunas, etc., junto con la mora de la alimentación y mejoras higiénicas y médicas, explican este crecimiento poblacional. El incremento de las tierras cultivables por desecación de pantanos y deforestación, las nuevas técnicas de explotación agrícola y ganadera, producen más leche, más huevos, más carne, y ello mejora la alimentación y permite alimentar a más población. Por otra parte, la desaparición de la peste negra y de las hambrunas, junto con las leves mejoras higiénicas y las técnicas médicas de Sidenham, reducen la mortalidad por contagios. Las mejoras educativas. La consecuencia es un incremento poblacional que aporta más mano de obra barata, más demandantes de productos industriales, y todo ello beneficia al desarrollo inicial de la revolución industrial, sobre todo por que en Gran Bretaña se combina con un sistema educativo nuevo que permite una mayor capacitación profesional. Aunque las tradicionales Universidades de Oxford y Cambridge siguiesen con planes de estudio similares al resto de Europa (enseñanzas humanísticas), en Escocia las universidades desarrollaron enseñanzas puramente científicas (física, química), formando a muchos de los principales inventores de la revolución industrial británica del s. XVIII, como James Watt o John Roebuck. En la enseñanza media fueron fundamentales las escuelas religiosas de cuáqueros y presbiterianos, por ejemplo, que según Ashton, fueron fundamentales para formar los cuadros medios de la industria, al enseñar ciencias naturales, matemáticas, contabilidad… También en Escocia, se desarrollo una red de escuelas públicas rurales, que permitieron la formación de la población pobre campesina en materias de aplicación práctica, además de mejorar la alfabetización general. Inglaterra, poco a poco, imitó las técnicas educativas escocesas, a través de sociedades religiosas, que crean escuelas y bibliotecas, e incluso de las propias fábricas, ya que la Ley de fábricas de 1802 obligaba a los empresarios textiles abrir escuelas primarias para alfabetizar a los trabajadores jóvenes. Todo esto mejoró la capacitación de los obreros ingleses rápidamente, beneficiando la productividad general. 2.2.3. Transformaciones en los transportes. El gobierno británico impulso la construcción de la infraestructura de transportes, sobre todo en lo referente a puertos, carreteras y canales de peaje, aunque muchas veces el impulso será a base de leyes que permitían desarrollar la financiación privada para estos proyectos. Las mejoras técnicas facilitaron estas mejoras, sobre todo en lo referente al sistema de esclusas para los canales, encofrados, y los asfaltos de Tedford, Metcalf y McAdam. Los canales privados de peaje supusieron un gran avance para el transporte de mercancías pesadas y voluminosas (carbón, cereales) para el mercado interno, destacando sobre todo el Gran Trunk y el Gran Junction. Estos canales (Más de 1.600 millas construidas) permitieron abaratar el transporte y mejorar la interrelación comercial entre campo-ciudad y entre zonas de producción minera y regiones siderúrgicas. Además, su construcción abrió un nuevo campo de inversión para capitales acumulados anteriormente. La mejora de las carreteras y caminos, muchas privadas, tuvieron un efecto muy positivo sobre el comercio y la economía. Así mismo, la política de inversión en drenaje de puertos, obras de mejora, construcción de grandes almacenes portuarios, doto a Gran Bretaña de una infraestructura portuaria muy superior al resto de Europa y suficiente para el mercado trasatlántico. Los grandes avances para el transporte, no obstante, se producirán en el siglo XIX, con la aplicación del vapor a las máquinas tractoras. El barco de vapor, mediante palas primero y hélice después, tuvo menos incidencia de lo que se piensa, sobre todo por que su necesidad de combustible limitaba su autonomía. La mayoría de las grandes rutas siguieron dependiendo de veleros, cada vez más sofisticados y rápidos. Sin embargo, en los trayectos cortos y en rutas fluviales, el barco de vapor se fue imponiendo progresivamente. El ferrocarril ya existía como tal desde hacia tiempo, utilizando tracción animal y vías de madera o hierro, sobre todo en las minas. Sin embargo el ferrocarril moderno se generalizará a partir del momento en que Stephenson adapta la máquina de vapor de Watt a una locomotora. El ingeniero de minas inglés Richard Trevithick, el 24 de febrero de 1804 logró adaptar la máquina de vapor a una máquina que se utilizaba desde principios del siglo XVIII para bombear agua, y mediante la incorporación de ruedas y los elementos necesarios para transmitir la energía del vapor a las ruedas, logró una locomotora que hizo circular a una velocidad de 8 Km./h arrastrando cinco vagones, cargados con 10 toneladas de acero y 70 hombres, sobre una vía de 15 Km. de la fundición de Pen y Darren, en el sur de Gales. En 1825 Stephenson construye la primera línea ferroviaria moderna entre Stockton y Darlington, con raíles de hierro y locomotora de vapor. Pero no será hasta 1830 en que se inaugure la primera línea férrea comercial entre Liverpoll y Manchester, admitiendo mercancías y pasajeros. A partir de estos momentos el ferrocarril se convierte en el gran invento de la revolución industrial, y supone una auténtica revolución para el transporte terrestre e incluso para la percepción del tiempo y de las relaciones personales. El ferrocarril abarata el transporte, reduce el tiempo del mismo, permite transportar grandes tonelajes, salvar ríos y montañas, y acercar las ciudades, los pueblos, las regiones, provocando no sólo un intercambio de mercancías y personas, sino también cultural. El ferrocarril británico será el primero en generalizarse en el mundo, y lo construirán inversores privados que crean empresas también privadas para explotarlo. 2.2.4. Transformaciones políticas. Gran Bretaña nunca tuvo un feudalismo típico europeo, y en el s. XVI, Enrique VIII, ya acabó con muchos de los privilegios nobiliares y eclesiásticos, sobre todo las referentes a tradiciones señoriales sobre la explotación de la tierra. Durante el s. XVII, las dos revoluciones burguesas, impusieron un sistema político parlamentario controlado por la burguesía y la nobleza empresarial. Este proceso revolucionario supuso la creación de un sistema democrático, aunque muy restringido respecto a las democracias actuales, que puso fin a las leyes de origen feudal, a los privilegios estamentales, a los gremios, las aduanas internas, y al absolutismo como forma de gobierno. La burguesía y la gentry (pequeña y mediana nobleza) se convierten en los protagonistas de estos cambios y en sus grandes beneficiarios, y también serán los protagonistas y beneficiarios de la futura revolución industrial. En el s. XVIII, este sistema político parlamentario, siguió favoreciendo los intereses de los empresarios comerciales, industriales y agrícolas, mediante una legislación favorable a los intercambios comerciales y a la producción industrial, así como mediante leyes (Enclosures agrícolas), que permitieron la creación de empresas agrícolas modernas. La política colonial del gobierno, desde la guerra de sucesión española hasta la guerra de los 7 años, permitió la ocupación de nuevas tierras en América y Asia que a la larga se convertiría en mercados para los productos británicos y en suministradores de materias primas. Además, la política exterior se centró en conseguir beneficios comerciales fundamentalmente: En el Tratado de Utrecht de 1714 lograron el monopolio de comercio de esclavos con América, el navío de permiso con las colonias españolas, etc. A todo esto se une una política de inversiones en infraestructuras (canales, carreteras, puertos) y el fortalecimiento de su marina de guerra, que garantizará el dominio comercial británico a nivel mundial. El cambio de sistema político favoreció evidentemente la revolución industrial, ya que benefició a sus protagonistas directos, creo las bases jurídicas del nuevo sistema de propiedad, protegió el libre comercio, y abolió las trabas provenientes del antiguo régimen. En Europa será necesario esperar al s. XIX para que las revoluciones liberales consigan los mismos efectos. 2.2.5. Transformaciones en las Finanzas y el Comercio. El desarrollo de una mentalidad empresarial, de nuevas técnicas e infraestructura financiera, de un sistema comercial moderno, es fundamental para entender el desarrollo industrial británico en este período. ¿De dónde proceden los primeros empresarios industriales y el capital necesario para financiar la revolución industrial?. Sombart insiste en la importancia de la reforma protestante, y sobre todo el calvinismo, del s. XVI, para crear una mentalidad empresarial. Los calvinistas no consideran determinados oficios como indignos, ni el préstamo con interés como un pecado, ni identifican el enriquecimiento como malas prácticas, sino con la observancia de la religión, la moral, la honradez, el trabajo. La predestinación influye en esta mentalidad capitalista. Enriquecerse es la prueba evidente de la salvación, ya que el rico recibe el apoyo de Dios. Asthon, no obstante, advierte que los primeros empresarios procedían de minorías religiosas (baptistas, presbiterianos, cuáqueros y puritanos), que se caracterizaban por su austeridad, honradez, solidaridad interfamiliar, y apego al trabajo. Estos primeros empresarios industriales reinvertían casi todos los beneficios en la empresa familiar, que para su creación apenas requería prestamos externos con interés, por lo menos hasta que la aparición de las máquinas encarecieran la creación de fábricas. Según Asthon, en el s. XVIII, la mayoría de las empresas textiles eran familiares, pequeñas, fruto de la evolución del taller artesanal a la fábrica, y con escasas necesidades de capital externo para financiarse. Todo proceso de industrialización necesita ir precedido de un aumento de la oferta de capitales, para posibilitar la financiación de las inversiones industriales. ¿Cómo se produjo este aumento, y por qué medios se canalizaron estos capitales hacia las inversiones industriales? Marx señala que desde el s. XI se estaba produciendo en Europa una acumulación primitiva de capital en tres fases: Del s. XI al XV, del s. XVI al XVII mediante el llamado capitalismo comercial, y en el s. XVIII con la aparición del capitalismo industrial, la modernización agrícola, el negocio de esclavos, etc. Esto explica la existencia de los capitales necesarios para financiar la aparición del sistema de producción industrial. Al principio buena parte de las empresas textiles, por ejemplo, eran familiares y se autofinanciaron, hasta que las grandes necesidades de inversión en máquinas obligó a recurrir a la financiación externa. Esta financiación externa procede de la acumulación de beneficios mediante el comercio de ultramar, la trata de esclavos y la agricultura, que fueron, durante el s. XVIII, las actividades que mayor cantidad de capitales generaron. El comercio y la rata de esclavos (Invierten los beneficios en empresas textiles en Lancashire) generaron grandes beneficios que se canalizaron hacia la industria, pero fue el incremento de las rentas de la tierra (Un 50% entre 1760-1790) gracias a las nuevas técnicas y las enclosures, las que mayor trascendencia tuvieron. Muchos terratenientes agrícolas invirtieron en empresas mineras y siderúrgicas ¿Cuándo las empresas crecen y necesitan financiación externa, quién canaliza los capitales del comercio, la agricultura, el ahorro privada, hacia la inversión industrial?. La respuesta es obvia: El sistema bancario. Ya en el s. XVIII Gran Bretaña contaba con cierta unidad y estabilidad monetaria, con suficiente numerario para hacer frente a los intercambios necesarios. Ya en el s. XVII se había fundado el Banco de Londres, encargado de prestar al Estado, participar en la creación de Compañías Comerciales, y guardar el oro y la recaudación de impuestos, y que a finales del XVIII ya funciona como Banco de Inglaterra. En el s. XVIII aparece la banca privada ( A lo largo del siglo aparecen varias decenas de bancos en Londres y unos 400 bancos locales), como entidades de depósito, préstamo y emisores de numerario hasta 1844, en que el Banco de Londres asume el monopolio de la emisión de moneda. Estos bancos privados “guardan” el dinero de los ahorradores privados, prestan con interés, y negocian cheques y letras de cambio, facilitando los pagos, el acceso a prestamos, y las relaciones entre inversores privados y empresas necesitadas de capital. Esta actividad bancaria se vio favorecida por tasas de interés bajas. En siglo XIX el sistema bancario mejoró, se amplió, se racionalizó mediante la emisión única de moneda por un Banco Central, se generaliza el préstamo a corto y largo plazo, y a partir del ferrocarril, la inversión en empresas directamente. Además, pronto aparece la bolsa, como gran catedral del capitalismo, donde pueden negociarse acciones y obligaciones, y donde las empresas pueden recurrir para obtener los capitales necesarios. ¿Cómo se organiza el comercio? El mercado del Antiguo Régimen estaba sometido a las trabas aduaneras (estatales y privadas), a los gremios, a los monopolios comerciales de grandes compañías que explotaban concesiones estatales, etc. El descubrimiento de América provocó la aparición del comercio de ultramar a gran escala, y con él, el desarrollo de lo que se conoce como capitalismo comercial o mercantilismo. No obstante, muchas de las trabas mencionadas subsistieron, sobre todo en el comercio interior, que además debía luchar contra unas comunicaciones deficientes, falta de unidad monetaria, sistema bancario inexistente o ineficaz, inseguridad, etc. A finales del s. XVII esto empezó a cambiar en Gran Bretaña, debido a una serie de medidas parlamentarias que favorecían los intercambios comerciales, impulsaron, ya en el XVIII, la mejora de las infraestructuras de transportes, permitieron la aparición de un tejido financiero adecuado, etc. La mejora en el nivel de vida de los británicos (mayor producción y productividad agrícola, aparición de fábricas que distribuían gran cantidad de salarios, enriquecimiento de las clases medias y altas) permitió disparar la demanda interna de productos industriales. Por su parte, el mercado externo se encargó de absorber los productos industriales sobrantes, una vez que la revolución industrial fue capaz de producir más de lo que el mercado interno podía demandar. Se desarrolló un mercado interno poderoso, en el que los mercados semanales y las ferias medievales fueron sustituidas por mercados diarios y tiendas abiertas al público. La mejora de los transportes y la supresión de aduanas internas, abarató los productos, facilitó el abastecimiento de las diferentes regiones, el intercambio de productos entre regiones distintas, y la aparición, en definitiva, de un auténtico mercado nacional interrelacionado. El crecimiento urbano dio un gran impulso a los intercambios entre las ciudades y el campo, que las abastecía no sólo de subsistencias, sino también de mano de obra. También contribuyó al desarrollo del comercio, la especialización de ciertas regiones en determinados productos agrícolas o industriales: cuchillos de Sheffield, paños de Norwich, etc. Finalmente, el aumento sostenido del nivel de vida de la población inglesa hasta 1780, no sólo incrementó la capacidad adquisitiva de las clases sociales inferiores, sino que llegó a modificar sus propios hábitos de consumo, ampliando la demanda de productos industriales. El comercio exterior, que había sido el protagonista del gran despegue económico británico desde el s. XVI, crece durante el siglo XVIII un 428%, sobre todo en la segunda mitad de siglo. En este crecimiento tendrá mucho que ver la política exterior británica, que beneficiará a sus comerciantes con cláusulas puramente comerciales en tratados como Utrecht (1714), Aquisgran (1748), y París (1763); y sólo entre 1775-80 (Guerra EE.UU.) habrá un período de crisis. A principio del s. XVIII los cereales, lana y manufacturas siderurgias, constituían el grueso de las exportaciones británicas, además del comercio de esclavos, té, etc. En 1750, los principales sectores exportadores —excluidas las reexportaciones_, eran los tejidos de lana (46 %), los cereales (20 %), y los productos metalúrgicos (10 %), mientras que las exportaciones de telas de algodón eran prácticamente insignificantes. En 1800 la composición del comercio exterior era muy distinta; los paños de lana, aunque seguían ocupando el primer lugar, habían descendido al 28,5 %; los tejidos de algodón habían ascendido al segundo lugar, con el 24 %; e Inglaterra se había convertido en un país importador de cereales. Además, si en 1700 el 80% de las exportaciones se dirigían a Europa, en 1800 sólo el 30% se dirigen a Europa, ocupando Estados Unidos un lugar privilegiado con un 32% y América Latina absorbía el 25% de las exportaciones procedentes del Reino Unido. Finalmente, el comercio exterior británico desarrollo en el s. XVIII unas rutas que permitían aprovechar al máximo el viaje. El comercio triangular (Gran Bretaña, África, América) será su mejor ejemplo: Cargaban manufacturas y baratijas británicas en sus puertos, los cambiaban por esclavos en África, y los esclavos se vendían y se invertía en algodón americano que llegaba a Gran Bretaña para su industria textil. Según Deane, esta evolución del comercio exterior, impulsaron la revolución industrial británica por que: Ampliaron el mercado para los productos de la industria británica; permitió acceder a materias primas baratas y variadas; facilitó la aparición de grupos sociales demandantes de productos industriales en las colonias; los beneficios permitieron una acumulación de capital para financiar la industria; desarrollo la legislación mercantil; e impulsó el crecimiento de las ciudades. 2.2.6. Transformaciones Técnicas. En el s. XVIII, sobre todo en su segunda mitad, aparecen innumerables inventos o aplicaciones técnicas para la industria. Para explicarlo, se recurre a dos teorías: Toda invención responde a una demanda económica que impulsa el ingenio para inventar artilugios que satisfagan esa necesidad, y además esos inventos son acumulativos; la segunda teoría se refiere al desarrollo intelectual y científico, y al genio de los inventores. Quizás las dos teorías se complementen. Ya destacamos la importancia de las universidades de Glasgow y Edimburgo, con su línea educativa centrada en conocimientos científicos y técnicos, así como la formación ofrecida por las escuelas religiosas y publicas inglesas en este sentido; por lo que cabe suponer que los conocimientos técnicos de los obreros y artesanos ingleses, mejoró sustancialmente, hasta el punto de permitirles protagonizar la mayoría de los inventos de esta primera fase industrializadora. La mayoría de los inventos se deben a “pequeños” inventores, aunque otros estarán auspiciados por sociedades científicas como la Royal Society o la Lunar Society. Por otra parte, la demanda de productos disparo el interés por aumentar la producción, lo que incentivó la labor investigadora, incluso con premios. Además, un Primera máquina de vapor para bombear agua de inventada por invento solía desequilibrar la capacidad productiva de las Thomas Newcomen entre 1705-1725, hasta que fue sustituida diversas fases del proceso de producción, lo que por la más avanzada de James Watt en el último tercio de provocaba la aparición de otro invento que corrigiese siglo. este desequilibrio: La lanzadera de Kay o el telar mecánico, precisaron que se inventase una hiladora capaz de producir el hilo necesario para las nuevas máquinas de tejer. Entre 1750-1760 se patentan 205 inventos diferentes. La industria textil se benefició de una buena parte de estos inventos. La lanzadera de Kay supuso un gran avance, seguido de la aparición de las hilanderas mecánicas de vapor de Hargreaves (La Spinning Jenny de 1768), Arkwright, y Crompton (La Mule Jenny en 1779), y el telar mecánico movido por agua de Artwrigh (water-frame) y el de vapor de Cartwright. En la siderurgia destaca, la utilización del coque como combustible de los altos hornos, iniciada por Darby en 1709, el fuelle movido por vapor para insuflar aire en la fundición (Sistema Boulton-Walt) y el método de pudelado y laminación de Cort desde 1783. No obstante, el invento más significativo será la máquina de vapor de Watt, que suministró una nueva fuente de energía para todas las máquinas, y permitiría la aparición en el futuro de la locomotora. Estos inventos, según Fohlen, provocaron un rápido incremento de la producción, bajaron los precios de las manufacturas al reducir costes de producción, y redujeron la mano de obra necesaria. 2.3. LOS MOTORES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. En la I Revolución Industrial existen tres motores o sectores industriales que, usando la terminología de Rostow, se encargarán de protagonizar el take-off y tirar del resto de los sectores económicos: La Industria Textil, la Siderurgia, y a partir de 1825, el ferrocarril. La Industria textil: Se centró en las regiones de Lancashire y Yorkshire y se benefició de los avances técnicos, que permitieron aumentarla producción, reducir costes, y competir favorablemente con los productos textiles de otros países, aunque al principio algunos inventos produjeron estrangulamientos en la cadena productiva hasta que aparece el siguiente invento: La lanzadera de Kay para el telar aumenta la capacidad de los telares para tejer paños, las hiladoras mecánicas movidas por vapor (Spinning Jenny de Hardgreaves en 1768 y la Mule Jenny de Crompton en 1779) aumentan la producción de hilo demandada por los telares a los que se había aplicado la lanzadera de Kay, y finalmente los telares movidos por agua (Water-frame de Arkwrigh en 1789) y por vapor (Telar de Cartwrihg), permiten aprovechar la mayor producción de hilo de las hiladoras mecánicas, cerrando definitivamente el ciclo técnico de la industrialización de la producción textil. El desarrollo textil, además, se vio favorecido por la existencia de una materia prima abundante y barata (el algodón), que permite desplazar progresivamente a la más cara y escasa lana. El algodón se importaba de la India, Egipto y Estados Unidos, y produce un hilo resistente, es fácil de transportar por mar, y su comercio podía combinarse con el conocido comercio triangular: Manufacturas industriales, esclavos, algodón. El algodón se convierte en la palanca definitiva de la revolución industrial, ya que permite impulsar una industria que produce manufacturas de algodón baratas y abundantes para un mercado interno (campo-ciudad) en crecimiento y para un mercado exterior que también demandaba estos productos. El desarrollo de la industria textil será fundamental para entender la industrialización británica, sobre todo entre 1770.1825. Llegará a ocupar a 35.000 obreros. La siderurgia: Se centrará en las regiones de Cardiff, Sheffield y Glasgow. Inicialmente su producción será absorbida por el mercado interno, debido a la demanda de la industria metalúrgica para producir máquinas y aperos de labranza, armas, raíles, y déspués también producirá para la exportación. La existencia de carbón y hierro favorecerá su desarrollo, aunque también será importante la acumulación de capitales en manos de terratenientes que invertirán en la minería y en industrias siderúrgico-metalúrgicas. Existirá en esta industria una mayor concentración de capital, con empresas más grandes. La mejora de los transporte, y sobre todo la construcción de canales, permite relacionar las cuencas de carbón, hierro, y centro siderúrgicos. El despegue de la producción se produce en dos fases: Hacia 1780 por la demanda agrícola y textil, y desde 1825 por la demanda ferroviaria. Las innovaciones técnicas también serán transcendentales: En 1709 Darby sustituye el carbón vegetal por el carbón mineral o coke para fundir el hierro, Boulton-Walt patentan el sistema para insuflar aire en el convertidor para aceleraran la combustión mediante una maquina de vapor, en 1783, Cort, inventa un nuevo sistema de pudelaje que producía hierro de mejor calidad, ahorraba combustible y podía utilizar hierro fosfórico. El ferrocarril: No es una industria, pero se convierte en un motor fundamental del desarrollo económico a partir de su aparición por que reactiva la inversión de capitales y demanda enormes cantidades de hierro y otros materiales. Es el impulsor fundamental de la segunda fase de la I Revolución industrial, convirtiéndose en el protagonista de la superación de la crisis económica posterior a las guerras napoleónicas. Antes de 1825 ya se utilizaban ferrocarriles tirados por animales y sobre raíles de madera, en las minas o en distancias cortas para transportas mercancías pesadas, pero será la aparición de la máquina de vapor de Watt la que abra nuevas posibilidades. Trevithick en 1804 pone en marcha el primer ferrocarril de vapor sobre raíles de madera, y Stephenson en 1825 el primer ferrocarril moderno. Y en 1830 con el primer ferrocarril comercial. El ferrocarril revolucionó la velocidad y los costes del transporte de mercancías y pasajeros, acortó las distancias y cambió las mentalidades. Permitió abrir un mercado de inversión para los capitales acumulados y reactivó la demanda siderúrgica, de mano de obra, de carbón, de madera, etc. Para su construcción (privada en Gran Bretaña) aparecieron los primeros vínculos empresariales modernos entre banca y empresas constructoras y explotadoras. Una de sus consecuencias fue la definitiva interrelación comercial y humana entre campo ciudad, favoreciendo la creación de un definitivo mercado nacional interrelacionado, aunque su construcción también condicionó la aparición de nuevos espacios económicos y el propio diseño urbanístico. 2.4. EXPANSIÓN DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN EUROPA. Entre 1825-1870 la revolución industrial se extiende fuera de Gran Bretaña, una vez superada la crisis económica posterior a las guerras napoleónicas. El ferrocarril impulsa un nuevo período de desarrollo caracterizado por las construcciones férreas y a consolidación de la Economía Mundo, basada en relaciones comerciales interrelacionadas a nivel mundial. El Sistema producción industrial evolucionará y extenderá fuera de Gran Bretaña con nuevas formas de Asociación industrial: Grandes Empresas organizadas como Sociedades Anónimas por acciones, desaparición de muchos pequeños empresarios, definitiva vinculación entre finanzas e industria, aparición de la Bolsa como centro fundamental de negocios. La Expansión geográfica de la industria a Europa contará con el apoyo de los gobiernos, que invierten en el desarrollo industrial mediante la financiación de ferrocarril como motor desarrollo de económico. El ferrocarril europeo será impulsado por los estados por intereses económicos, políticos, nacionalistas y militares. Muy pronto surgen empresas de gran tamaño, apoyadas por las instituciones públicas y por políticas proteccionistas. Además, la nueva industria europea se beneficiará del excedente de capital británico, que se invierte en crear industrias en Europa, y de importación de técnica, máquinas y especialistas británicos. El primer país en beneficiarse de este desarrollo industrial será Bélgica, que se convierte en la primera nación europea que accede a la industrialización nada más independizarse en 1830. Su desarrollo será impulsado por sus aliados británicos, aunque ya desde 1800 la siderurgia belga era muy importante: Cockerill. La Societe Generale se convierte en la empresa fundamental (Banco y empresa industrial) y la construcción férrea con capitales privados obedecerá a intereses industriales para unir siderurgia, minería y puertos. En líneas generales, la industrialización belga será una copia de la británica, salvo por la aparición de dos grandes empresas muy ligadas al estado belga y que se benefician de las decisiones políticas. Francia, experimentó desde el siglo XVIII pequeños avances en los sectores Textil, minería, siderurgia, pero no pudo competir con el desarrollo británico. Será en la década de los 30 del siglo XIX cuando inicie su proceso industrializador. Aparecen grandes empresas financieras (Laffitte, Pereire, Rotchild) y se desarrolla la minería, siderurgia y sector textil, definitivamente. A pesar de todo, el desarrollo industrial se verá ralentizado por la existencia de un campesinado acomodado que ralentiza el éxodo rural y no invierte demasiado en mejoras productivas, por un proteccionismo estatal que favorece la pervivencia de industrias acomodadas y anticuadas, por la escasez de materias primas y la inexistencia de colonias, y por débil crecimiento demográfico. Entre 1851-70 se produce el despegue definitivo por la construcción del Ferrocarril, que provoca una gran demanda siderúrgica y da salida a los capitales acumulados en el sector financiero. Francia no se convertirá en una nación puramente industrial, sino que desarrollará sectores industriales en regiones localizadas, que convivirán con una economía agrícola heredada de la revolución francesa. Quizás la característica fundamental del desarrollo francés, como apunta Cameron, es su desarrollo financiero, hasta el punto que las finanzas francesas acaban financiando numerosos proyectos industriales y ferroviarios desde España hasta Rusia, y la bolsa de París negociará buena parte de los empréstitos de los estados europeos en crisis. Alemania será el tercer país que inicia su desarrollo industrial en esta época, aunque su liderazgo mundial no llegará hasta la segunda revolución industrial. Su proceso industrializador estará ligado a la evolución de su unificación política. En 1834 el Tratado del Zollverein (Acuerdo de preferencia aduanera entre Prusia y otros estados del Norte de Alemania) pondrá la primera piedra, al reducir las trabas aduaneras entre Estados e impulsar el comercio interno, lo que provocará un rápido desarrollo desde 1834 en los estados del norte. Estos estados financian la construcción del ferrocarril, carreteras y canales, apoyan a las grandes empresas con medidas legislativas y subvenciones, y ellos favorece la aparición de las grandes concentraciones minero siderúrgicas de firmas como Krupp y Thyssen. La abundancia de hierro y carbón en Rhur, Sarre, Silesia, favorece el proceso industrializador y el desarrollo de la industria pesada (Siderurgia y Minería). El impulso definitivo llegará a partir de 1870 con la definitiva unificación alemana y con la II Revolución Industrial. Aparecerá nuevas industrias (química, electricidad, automóvil), y a finales de siglo llegará a desplazar a Gran Bretaña en el liderazgo industrial mundial, aunque no en el liderazgo financiero. 2.5. LA APARICIÓN DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL. LAS TEORIAS LIBRECAMBISTAS. El capitalismo o librecambismo, como teoría o sistema económico, sustituye al mercantilismo, al capitalismo comercial, y a la fisiocracia del XVIII (Mezcla mercantilismo y capitalismo), como teorías económicas que se habían desarrollado en la Edad Moderna. La teoría económica librecambista, que en líneas generales, llega hasta la actualidad, se desarrolla en torno a unos presupuestos básicos que podemos resumir en: 1. Libertad de comercio y producción. 2. Libre competencia entre empresas. 3. Ley Oferta-Demanda como reguladora de todas las actividades económicas. 4. El Estado debe abstenerse de intervenir en economía o intervenir lo menos posible, para no lesionar los principios anteriores. 5. La economía debe regirse por las ansias individuales de riqueza. 6. El capital es el elemento fundamental de producción. 7. El crecimiento económico se fundamente en la inversión constante de capital que garanticen un crecimiento constante y sostenido. 8. La Propiedad Privada y su defensa son indiscutible. 9. Aparecerá una nueva organización social basada en la riqueza y no en el nacimiento. 10.División del trabajo sectorialmente y geográficamente: Áreas ricas exportadoras de capital, técnica y manufacturas., y Áreas pobres exportadoras de obreros, alimentos y materias primas. Con algunas diferencias, los primeros teóricos del capitalismo, sostendrán estos principios como fundamentales para el desarrollo económico. La evolución económica, social y política, forzará algunos cambios durante el siglo XX en estas teorías. Las reivindicaciones de las clases sociales más perjudicadas por el sistema, las crisis económicas, y las necesidades de adaptación, provocarán revisiones teóricas que acabarán creando ramas capitalistas con notables diferencias: El capitalismo social keynesiano, el ultraliberalismo de Milton Freedman. Sin embargo, aquí sólo vamos a ocuparnos de los primeros autores que formularon las ideas básicas del sistema capitalista, y que resumiremos a continuación: Adam Smith puede considerarse como el “padre” de esta teoría económica, ya que él recoge la mayor parte de los presupuestos enumerados más arriba. En su libro “Ensayo sobre la naturaleza y riqueza de las naciones”, recoge sus ideas sobre la organización económica capitalista y los principios ideológicos del sistema económico que defiende. Es él quien defiende el libre comercio sin trabas, la Ley de la Oferta y la Demanda como único regulador económico, el retraimiento del estado en cuestiones económicas, la propiedad privada como un concepto casi sagrado, la libre competencia, la aniquilación del sistema económico del Antiguo régimen (gremios, aduanas internas). Para Adam Smith, el interés privado es igual al interés de la nación y de la sociedad, por lo que el enriquecimiento particular no sólo es legal, sino bueno para toda la sociedad. El mercantilismo consideraba que la riqueza venía dada por la posesión de metales preciosos, los fisiócratas consideraban a la tierra como principal fuente de riqueza, pero Adam Smith piensa que el Trabajo es la fuente de toda riqueza, y es una mercancía más que depende de la Ley de la Oferta y la Demanda. Es esta ley la que introduce las correcciones automáticas cuando aparecen desequilibrios económicos, crisis, etc. Esta Ley, por si sola, según Adam Smith, y sin la intervención del Estado, podía corregir los precios excesivamente bajos o elevados, los salarios, la producción, ya que esta Ley no escrita eliminaría los desequilibrios ocasionados por un exceso de producción simplemente reduciendo los precios de venta al superar la oferta a la demanda, y al revés. Apostaba también la una necesaria división y especialización del trabajo, para reducir los costos de producción fundamentalmente, aunque ello llevará a crear grandes distancias económicas entre unas regiones y otras. Su Teoría del Valor aporta una primera formula para medir el valor de las cosas, aunque de una forma excesivamente simplista, ya que para Adam Smith el Valor es igual a la Cantidad de Trabajo aplicado para producir una cosas. No obstante, distingue entre valor de uso y valor de cambio: El Valor de uso=Trabajo+Capital+Materia Prima; el Valor de Cambio es simplemente el valor de mercado, o el precios que el produzco alcanza en el mercado y que depende de la oferta y la demanda. Robert Malthus es el segundo autor importante del librecambismo. Se inscribe dentro de los autores pesimistas respecto a la evolución económica, ya que sostenía que la población crecía en progresión geométrica, mientras que la producción lo hacía en progresión aritmética, por lo que llegaría un momento en que no habría suficiente producción para la población resultante. Se equivocó, ya que la demografía no evoluciono así en el futuro, pero fue l primero que propuso controles de natalidad, emigración hacia regiones con mejores oportunidades, y al contrario que Adam Smith, sostenía que el Estado debía intervenir en algunos aspectos de la economía. David Ricardo fue un empresario de éxito, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Europa y en uno de los principales economistas de la época, aunque también sosteniendo posturas pesimistas sobre la evolución económica. Sus principales aportaciones se refieren a la Teoría del Valor, los Salarios y la Ley de rendimientos decrecientes. Según Ricardo, el valor de las cosas es igual al trabajo aplicado a la producción de esa cosa, ya que en realidad el capital y la materia prima, sólo son trabajo acumulado. Con esta teoría sienta las bases de la futura teoría de la plusvalía de Marx, al admitir que el empresario, para enriquecerse y seguir incrementando sus empresas, se apropia de parte del trabajo de los asalariados. Para él, el salario debe regirse por una Ley natural que ofrezca salarios suficientes para garantizar la supervivencia del trabajador, y equilibrarse con los salarios de mercado, que dependen de la Oferta y Demanda de trabajadores. En caso que se rompa el equilibrio puede suceder que los salarios sean demasiado altos y reduzcan los beneficios del empresario hasta arruinarle, y en caso de que sean demasiado bajos, generan una situación miserable de los asalariados, como sucedía durante la I Revolución Industrial. Respecto a su Ley de rendimientos decrecientes, sostenía que cualquier medio de producción (tierra, máquinas, etc.) sufre un proceso de deterioro con el tiempo que reduce su productividad, bien por envejecimiento de las máquinas o por empobrecimiento de los nutrientes de las tierras, por lo que es necesario constantemente mejorar las máquinas o la tierra mediante la inversión de capitales en máquinas nuevas, abonos, nuevas técnicas agrícolas, etc. Jhon Stuart Mill es el último de los autores clásicos del librecambismo, y funde teorías pesimistas y optimistas. Casi puede considerarse un librecambista con reparos, y en muchos aspectos se adelanta a su tiempo. Entre otras cosas, proponía: Mayor intervención del Estado en economía para evitar los desequilibrios provocados por la Ley de la Oferta y la Demanda; Mejoras sociales para pobres y obreros para evitar situaciones sociales dramáticas que desembocarían en revoluciones violentas; Un sistema de impuestos equitativo y progresivo; Redistribución fiscal de las rentas mediante inversiones públicas en servicios públicos, de tal forma que las contribuciones de los ricos sirviesen para distribuir la riqueza entre la población mediante la creación de servicios e infraestructuras utilizadas por todos; Propone reformas desde arriba para evitar desarrollo ideologías revolucionarias. 2.6. CONSECUENCIAS SOCIALES REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. La sociedad estamental del Antiguo Régimen es sustituida por una sociedad de clases, caracterizada por la igualdad jurídica de todos los ciudadanos, pero también por las enormes desigualdades económicas. Habrá tres clases sociales (Alta, Media y Baja), y la pertenencia a una u otra vendrá dada por la posesión de riqueza. Dentro de cada clase podemos diferenciar entre numerosos subgrupos sociales, en función de sus niveles de renta, profesión, formación, etc. Habrá una mayor movilidad social, pero las diferencias entre ricos y pobres cada vez serán mayores, y el mercado libre de mano de obra, la ausencia de regulaciones laborales, y la mala distribución de la renta, provocará la lucha de clases tradicional del movimiento obrero. Además, un grupo concreto (La burguesía) acabará monopolizando el poder económico y el poder político, controlando todos los recursos económicos, políticos y jurídicos, y convirtiendo los regímenes liberales en simples regímenes al servicio de la burguesía. La libertad de las clases pobres y la igualdad jurídica, resultaba más aparente que real, ya que los condicionantes económicos impedían ejercitar esa supuesta libertad e igualdad. La sociedad industrial es compleja, ya que si bien se caracteriza por el protagonismo de dos grupos sociales claramente identificados con la industrialización (El proletariado y la burguesía), habrá muchos otros grupos que tendrán que adaptarse a las nuevas formas económicas, jurídicas y sociales:. El Proletariado es un grupo totalmente nuevo y el más numeroso, el que aporta la fuerza de trabajo, pero el menos favorecido por el desarrollo económico. Sustituye a esclavos, siervos y empleados artesanales, como fuerza de trabajo industrial, y en su mayoría proviene del éxodo rural. Los proletarios serán los asalariados industriales, y por lo tanto es un hijo de la industrialización. Dentro del proletariado habrá subgrupos (Asalariados especializados, obreros, parados, etc) con ciertas diferencias económicas entre ellos. En líneas generales, durante la I Revolución industrial, sus condiciones de vida eran muy malas, tal y como recoge Engels en su famoso libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”. El trabajo femenino e infantil era habitual, mal pagado y extenuante; las jornadas laborales superaban las 14-16 hs. y no existirá legislación reguladora alguna; las normas o reglamentos internos de las fábricas resultaban muy estrictas y la disciplina rígida y absurda; los problemas de inadaptación a la vida urbana y la disciplina de la fábrica provocaban adiciones al alcohol, opio, etc.; las condiciones de vida en los barrios obreros estaban marcadas por el hacinamiento, insalubridad, alcoholismo, delincuencia, prostitución, etc. Entre 1760-1820 el proletariado financiará, con su miseria, el crecimiento económico, empeorando constantemente sus niveles de vida a pesar del crecimiento económico general. Son ellos lo que pagan la necesidad de ahorro para financiar el Take-Off industrial. En este período ya surgen los primeros movimientos contra esta situación, como el Luddismo en Gran Bretaña, las primeras asociaciones sindicales, el socialismo utópico, pero no será hasta la segunda mitad siglo XIX, con la aparición del marxismo y anarquismo, cuando el proletariado se organice y los estados aprueben algunas mejoras para este grupo social. La Burguesía, es el grupo que protagoniza el siglo XIX, ya que es este grupo social el que lleva a cabo la revolución liberal y la revolución industrial. Destruye los cimientos políticos, ideológicos, culturales y económicos del Antiguo Régimen, para crear un nuevo sistema social (sociedad de clases), económico (capitalismo), político (liberalismo) y cultural, completamente distinto y, sobre todo, favorable a la burguesía. Es la gran beneficiada de las revoluciones políticas liberales y del nuevo sistema económico capitalista. La generación y acumulación de riqueza será su gran razón de existir, aunque dentro de la burguesía habrá diferencias entre la Alta burguesía (Los más ricos e influyentes financieros, comerciantes e industriales), la Media (comerciantes e industriales razonablemente ricos) y la Baja (Pequeños y medianos propietarios de tiendas, talleres, etc). El grupo burgués procede de la vieja burguesía de comerciantes desarrollada desde el siglo XI y en la Edad Moderna, y en general se dedican a las finanzas, la industria, el comercio, y también a las profesiones liberales y al funcionariado. A lo largo del siglo XIX no sólo monopoliza el poder político y económico, sino que impone formas de comportamiento propias, costumbres, gustos, aunque no logra imponer modas y hábitos que hagan olvidar rápidamente los de la nobleza. Incluso muchos burgueses acaban adoptando hábitos nobiliarios y hasta comprando títulos. La burguesía inglesa aportó, sobre todo hábito de trabajo, ahorro, hipocresía, gusto decorativo burgués, moral calvinista, etc. Al lado de estos dos grupos sociales característicos de la industrialización, convivirán, en la sociedad decimonónica, otros grupos no tan relacionados con la industria, y en muchos casos procedentes del Antiguo Régimen: La Nobleza conservó grandes propiedades agrícolas, influencia política y social. En Gran Bretaña participó activamente en la industrialización mediante la creación de empresas mineras, agrícolas, ganaderas, sobre todo entre el grupo nobiliar conocido como la Gentry. En el resto de Europa preservó sus propiedades agrícolas e inmobiliarias en general y pronto se adaptó al juego político liberal, asumiendo una participación importante sobre todo en países en los que el liberalismo tardó más en cuajar. El Clero: también conservó gran influencia social en gran parte de Europa, sobre todo en el Mediterráneo. Aunque perdió la mayor parte de sus propiedades por diferentes procesos desamortizadores (herederos de las leyes de Enclosures británicas) logró monopolizar, en muchos casos, la educación, sobre todo por sus colegios de primaria y secundaria y sus tradicionales centros universitarios. Esto les permitió mantener su influencia social y hasta política en muchos casos, aunque el anticlericalismo del liberalismo más radical y de los movimientos obreros acabarán socavando gran parte de su influencia ya en el siglo XX. El campesinado se caracteriza por seguir siendo el grupo más numeroso de la sociedad decimonónica en toda Europa, ya que incluso en Gran Bretaña seguirá dominando numéricamente al resto hasta el último tercio del siglo. En muchas zonas de Europa, como el Mediterráneo o el Este, la mayoría de la población seguirá siendo rural y agrícola hasta la segunda mitad del siglo XX. Existirá una gran variedad dentro de este grupo: Terratenientes, pequeños y medianos propietarios, grandes y pequeños arrendatarios, propietarios absentistas, rentistas, jornaleros, yunteros, etc. En el siglo XIX, la modificación jurídica de la propiedad de la tierra (Enclosures, Desvinculación, Desamortización) convierte a todas las tierras en propiedades privadas y acaba con las propiedades comunales, lo que provoca un éxodo rural, en muchos casos, y un proletarización de muchos pequeños y medianos propietarios y arrendatarios. Los jornaleros agrícolas equivalen al proletariado urbano, y durante el s. XIX no dejarán de crecer en número, sobre todo en países en los que la industrialización no se había desarrollado lo suficiente como para absorber ese excedente de mano de obra rural. Desapareció la servidumbre, pero fue sustituida por jornaleros empobrecidos y sometidos a la dictadura económica del rico propietario que fijaba el salario y decidía a quién contratar, estableciendo unas relaciones sociales de dependencia muy próximas a la antigua servidumbre, sobre todo en el Mediterráneo (Caciquismo). Los militares se convierten en un grupo muy numeroso e influyente, no sólo por la necesidad de los ejércitos para la defensa de las fronteras, sino por las diferentes empresas imperialistas impuestas por el propio sistema económico capitalista, y por que en muchos países la participación del ejército en política será decisiva. Este grupo tendrá una estructura interna según el escalafón militar, y en la mayoría de los casos su influencia social y política estará muy por encima de su influencia económica, salvo en aquellos que procedían de familias ricas. A estos grupos hay que añadir, en toda Europa, un considerable número de funcionarios (con diferentes grados de influencia económica y social según su puesto y sueldo) y de profesionales liberales (médicos, profesores, abogados) que podíamos incluir dentro de las clases media; y un enorme número de marginados sociales: Pobres de solemnidad, enfermos, parados, lisiados, etc. 2.7. RESUMEN. TRANSICIÓN DEL A. RÉGIMEN AL N. RÉGIMEN PROVOCA TRANSFORMACIONES VARIAS: -POLÍTICAS. -SOCIALES. -AGRÍCOLAS. -COMERCIALES. -TÉCNICAS. -TRANSPORTES. -ETC. El conjunto de estas transformaciones es lo que llamamos revolución industrial CONSECUENCIAS TRANSFORMACIONES: POLÍTICAS: SOCIALES: Aparece sociedad de Clases. Liberalismo. Nacionalismo Imperialismo o reparto del Mundo. ECONÓMICAS : - Librecambis mo o capitalismo. -Economía mundo. -Sistema de producción Industrial. COMO CONSECUENCIAS DE ESTAS TRANSFORMACIONES Y DE LAS CONSECUENCIAS QUE PRODUCEN, APARECE NUEVO RÉGIMEN, CARACTERIZADO POR: 1-NUEVO SISTEMA DE PRODUCCIÓN. 2-RÉGIMENES POLÍTICOS LIBERALES. 3-SOCIEDAD DE CLASES BASADA EN IGUALDAD JURÍDICA DE TODOS LOS CIUDADANOS Y DESIGUALDAD ECONÓMICA. 3-NUEVAS FORMAS DE PENSAMIENTO. 4-GRANDES AVANCES CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS. 5-GLOBALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA, LAS RELACIONES SOCIALES Y EL PENSAMIENTO. 2.8. BIBLIOGRAFÍA. Ashton, T. S. La Revolución Industrial 1760-1830. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1964. Cipolla, Carlo M. Historia económica de la Revolución Industrial. Barcelona: Editorial Ariel, 1979. Deane, Phyllis. La primera Revolución Industrial. Barcelona: Península, 4ª ed.,1977. Landes, David S. Progreso tecnológico y Revolución Industrial. Madrid: Editorial Tecnos, 1979. Mantoux, Paul. La Revolución Industrial en el siglo XVIII. Madrid: Aguilar de Ediciones, 1962. Dobb, Maurice. Economía política y capitalismo. México, D. 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