ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Y EXPECTATIVAS SOBRE LA VIDA PROFESIONAL.. El caso de la Universidad Nacional Autónoma de México. Marcia Smith. CESU-UNAM Para nosotros es importante profundizar en el entendimiento de la educación como elemento de cambio cultural en países en desarrollo y al mismo tiempo aclarar la formación y renegociación de nuevas identidades llevadas a cabo en sociedades menos desarrolladas pero penetradas por procesos de globalización y modernización tardía; además discutir y aportar elementos para señalar la adecuación, fragmentación y discontinuidad surgidas en esos espacios sociales receptores de componentes culturales correspondientes y generados en otras sociedades. Estos intereses nos llevan a definir una problemática amplía que los abarque y constituya una agenda de investigación en que se basará nuestro trabajo académico durante un considerable período de tiempo. Nos proponemos a estudiar como tema general los resultados o consecuencias, antes imprecisos y desdibujados, de la difusión de nuevos valores en la sociedad y ahora casi forzosos por los mecanismos de globalización. De alguna manera nos referimos a procesos de copying de estilos de vida, identidades y valores. (imitación, aceptación, recuperación, reformulación de valores correspondientes a otras colectividades o grupos en distintas situaciones de desarrollo). Nos situamos en el campo de la difusión de nuevos valores en la sociedad y de la intervención de la educación en el proceso como institución que facilita o reorienta la recepción de esos elementos 1 El proceso de globalización trae embutido por sus propias características modernizadoras, la diseminación de un sistema valoral menos apegado a las relaciones o determinaciones estructurales o posicionales de los individuos, como clase, género, ocupación, etnias y incluso edad, abriendo más espacio para la operación de procesos continuados de reflexividad e individualización. Las características del sistema educativo podrían o no estar sintonizadas con estos elementos o permanecer funcionando de manera más tradicional. La experiencia educativa de nivel superior puede ser considerada como promotora de cambios valorales en relación con las dimensiones seleccionadas. El desarrollo y el desempeño de las instituciones de educación superior (IES), sus características, sus especificidades, marcarían la dirección de esos cambios que podría ser adecuada o no a los procesos de transformación más amplios que operan en la sociedad; en el caso de la desvinculación de la IES de esos procesos se detectarían agencias que son más operativas en las modificaciones que están ocurriendo en algunos grupos de personas. Para esta ponencia vamos a seleccionar la dimensión de las expectativas que el estudiante mantiene con relación a su futura vida profesional o sea su trabajo y también su empleo. Sobre el trabajo vamos orientarnos hacia indicadores de la importancia y centralidad de la actividad profesional en el proyecto de vida, la prioridad de la superación profesional, el trabajo menos como fuente de satisfacción personal, espacio de desarrollo de intereses y aptitudes personales, y valorado más como origen de seguridad material, prestigio y reconocimiento social, etc. Algunas de estas características denotan una valoración materialista (moderna) del trabajo. Otras corresponden a vivencias postmodernas o postmaterialista donde el trabajo apenas hace parte de un proyecto de vida que subraya la calidad de vida, el desarrollo de la individualidad, la creatividad y expresión personal y estetizacion de la vida cotidiana al interior de la sociedad de consumo, como actividades que 2 justifican la propia existencia. Estos valores pertenecen al nivel personal y el desarrollo continuo de esas capacidades se reconoce como importante. Y la escolaridad es un elemento de relevancia para alcanzar estas metas1 Por otro lado al revisar las transformaciones actuales en las formas de organización del trabajo y la decreciente creación de empleos que también alcanzan las actividades profesionales de nivel de superior características como 2 se perciben el uso intensivo del conocimiento y la tecnología, la orientación hacia la innovación en los procesos y los productos relacionada con la competitividad, la homogeneización y desejerarquización de los puestos dejando el ejercicio de las tareas vinculado a contractos individualizados y frecuentemente precarios, pero a través de los cuales se establece la adhesión a la cultura de empresa, fincada en la exigencia de confianza, cooperación y lealtad a la misma y en la desregulación del mercado de trabajo. Parece claro que el mundo del trabajo cambia sus exigencias (empleabilidad) en lo que respeta al perfil del trabajador en general y a las formas de la integración de estos a un puesto de trabajo. 3 Empleabilidad hoy día quiere decir competencias para intervenir y organizar los procesos productivos, evitando deficiencias, persiguiendo innovaciones y garantizando la calidad en los mismos. Las competencias cognitivas se basan en la adquisición de un pensamiento analítico y abstracto y buscan el dominio de códigos básicos instrumentales como la matemática y el lenguaje, contenidos científicos y el dominio del acceso a fuentes de información y la capacidad de articulación y organización de la misma. Se mencionan las competencias sociales como aquellas relacionadas a formas de liderazgo y comunicación, autonomía, toma de decisiones para solventar problemas, adaptación y aceptación de cambios y cooperación en trabajo en grupo. Este tipo empleabilidad es lo que se empieza a demandar a las instituciones dedicadas a la formación profesional. Pero lograr la empleabilidad no es garantía de obtener un empleo, principalmente en países como aquellos en vías de desarrollo donde el crecimiento de sectores productivos de alta tecnología es todavía pequeño y por sus propias características es ahorrador de mano de obra y además la permanencia de 3 ámbitos tradicionales todavía funcionales para la integración de una gran masa de individuos poco preparados. Basándose en lo anteriormente expuesto es importante señalar que la pretensión de realizar una carrera en el mundo laboral es cada vez más una promesa incumplida. “ El deterioro de la carrera profesional como institución es una consecuencia inevitable del surgimiento de las economías basadas en el conocimiento. La innovación continua en la tecnología y en las organizaciones de negocios conduce inevitablemente a la progresiva destrucción creativa de muchas prácticas que antes honraban, incluyendo aquellas que eran el centro de muchas carreras.” ,( Gray y Flores, 2000, p.40) 4 “ Una carrera era vocación o disposición únicas, que los individuos adoptaban al iniciar su madurez pero para la que frecuentemente se preparaban desde la niñez. Las carreras se perseguían durante toda la vida laboral de los individuos. En la segunda mitad del siglo XX, las carreras han proporcionado una posición de empleo formal en una cultura profesional establecida y, para muchos, progreso dentro de la jerarquía de una organización.(Idem, p.41). Hoy día la gente se enfrenta al problema de la disminución de puestos, la inseguridad en sus empleos, y los periodos cada vez más chicos de vigencia de los conocimientos profesionales. Estas circunstancias son las que en muchos casos, se enfrentarán los estudiantes al definir sus proyectos de vida profesional. 5 Las transformaciones que han ocurrido en el mundo del trabajo y en la significación del trabajo, las primeras derivadas de la aceleración del progreso tecnológico en el contexto de mundialización de mercados y las segundas a partir de la creciente importancia del mundo del no trabajo subjetividades e identidades reduciendo al trabajo en la conformación de su función creadora y estructuradora de las mismas, no tienen que ser interpretadas como una salida hacia un futuro de no trabajo. Según Zaki Laidi citando a Robert Sue “ el trabajo ya no es el tiempo social dominante’ que se impone a todos los demás tiempos sociales. Por añadidura, la identidad social actualmente necesita construirse con base en merecimientos que ya no son solo estrictamente profesionales. Dicho de otro modo, si no se es nada sin trabajo, no quiere decir que el trabajo lo sea 4 todo.” ( Laidi,1997.p. 236). La tendencia seria aceptar entonces que estamos en presencia de una reformulación de la función del trabajo en las sociedades de mayor desarrollo. Parece ser que en términos de los cambios valorales y de las expectativas en relación al trabajo, se demanda actualmente un mayor acercamiento entre intereses y aptitudes personales y tareas a desempeñar en el sentido de articulación entre varios espacios de vida y de construcción de identidades. Es necesario decir que la integración al mercado de trabajo bajo estas circunstancias de nuevas propuestas valorales, que frecuentemente son nombradas tanto como hedonistas y señalando el fin de la ética protestante frente al trabajo como también de individualización y crecimiento personal, no es algo fácil y frecuentemente logrado. En este sentido tal valoración del trabajo queda como un ideal incumplido frente a los cambios en la estructura del mercado de trabajo, principalmente se nos ubicamos en países menos desarrollados donde ha predominado el empleo informal, precario, de bajo salario y calificación, con inestabilidad y concentración en servicios e industrias tradicionales.6 La situación anteriormente descrita sugiere algunas preguntas que tienen que ver con nuestra inquietud respecto a la formación profesional universitaria. Las cuestiones que nos planteamos en esta análisis preliminar son las siguientes: ¿Estarían los estudiantes percibiendo estos cambios en el mundo laboral a que en principio se dirigen y los consideran en sus proyectos ? ¿Estos estudiantes estarían detectando una preparación deficiente para su integración al mercado de trabajo? ¿Han sido detectadas por los estudiantes las reducidas oportunidades de empleo? Las respuestas a estas preguntas pueden tener un acercamiento a través de una encuesta que se realizó a finales de 1998 con estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se entrevistaron a 1632 estudiantes del nivel preparatoria y licenciatura que respondieron a 16 preguntas sobre el tema de empleo y trabajo. En este texto preliminar trataremos brevemente de los resultados a la preguntas más significativas para el tema que venimos abordando. 5 En primer lugar, los datos están indicando que la profesión o carrera es aspecto más importante de sus vidas. Aproximadamente 62% señala que así considera futura profesión. Este dato estaría indicando la centralidad del trabajo en el proyecto de vida y la identidad. Los porcentajes no se alteran en relación al sexo y se hacen más evidente con la edad. entrevistados mantienen la Es importante notar que los visión del ejercicio profesional liberal donde la autonomía, el logro de una carrera y el prestigio aunado a altos salarios son los elementos más importantes para valorar un empleo. En general estas características fueron consideradas muy importantes en proporciones cercanas al 50% de la población entrevistada. La cuestión de la importancia de la estabilidad en el empleo merece ser resaltada pues su elevada mención está indicando una expectativa profesional que va en desacuerdo frente a las formas de contratación más precarias que actualmente se han establecido con mayor frecuencia. El valor de esta variable alcanza a los 80% cuando sumamos las alternativas de muy importante e importante, revelando como ya señalamos la búsqueda de una situación de poca viabilidad frente a la desregulación del mercado de trabajo. Las dificultades para encontrar un empleo futuro en el área de su especialidad son percibidas por los estudiantes con intensidad. Un 62% de los hombres y 56% de las mujeres así lo señalan. Sin embargo las razones que apuntan son de diversos órdenes, pero se ubican principalmente en el sentido de la preparación y de la pertenencia institucional antes de otras vinculadas con el mercado de trabajo. Así la preparación académica deficiente, la falta de experiencia y de relaciones personales, la no titulación, la preferencia por alumnos de otras instituciones conforman un conjunto de motivos que tiene que ver con historia y desempeño personal que superan aquellos referidos al mundo del trabajo en si mismo como la falta de oportunidades en su área profesional y los salarios bajos que apenas alcanzan a los 29.6% de las razones de las dificultades para conseguir un empleo. 6 El resumen de los datos que de manera muy apretada apenas sugerimos en esta ponencia, intenta mostrar que los futuros profesionales no están sintonizados o acoplados a la realidad que tendrán por delante cuando intenten integrase al mercado de trabajo penetrado por la globalización. Por un lado se percibe que en sus vidas el trabajo es un eje que totaliza todavía la identidad y en ese sentido la carrera soporta y expresa la misma y la pertenencia a una colectividad. Este proyecto profesional está más acorde con sectores tradicionales del mercado que tenderán a reducirse al ritmo de una creciente integración mundial. La inadequación de un proyecto profesional definido en términos de estabilidad y movilidad ascendentes en jerarquías ocupacionales se hace evidente cuando estas características de continuidad están muy amenazadas por reestructuraciones tecnológicas de las empresas puestas en marcha por motivos de competitividad que con frecuencia redefinen ocupaciones, eliminan puestos y recortan personal . Una situación con este tipo donde se reduce la oportunidad de desempeño profesional tanto en términos tradicionales como en sectores más modernos es un tanto más seria cuando los individuos que pretenden vincularse a ella desconocen sus características. Parece ser que esto pasa cuando los alumnos de nivel universitario interpretan las dificultades de integración al mercado de trabajo mayormente por razones de orden personal y de pertenencia institucional. Se podría afirmar que ignoran en buena medida las fuertes transformaciones que están ocurriendo en el mundo laboral. En este caso la propia agencia o institución formadora no se preocupó en propiciar a sus estudiantes información útil para una visión actual del ejercicio profesional e insumos para la construcción de proyectos de vida más acordes con al realidad. Además en este punto podríamos introducir de manera abreviada la idea de que la formación profesional hoy día podría incluir en sus metas una preparación para entender las transformaciones en el mundo del trabajo y posibilitar la participación en la redefinición más justa de ese mundo. El camino empieza cuando decimos que las competencias laborales o incluso la formación para la competitividad y productividad hoy día son similares a 7 las que se definen para el desempeño ciudadano : “ Lo interesante de este momento histórico es que las capacidades que requiere el desempeño ciudadano y las capacidades que requiere el desempeño productivo han superado la fase de contradicción que se vivía en el marco del capitalismo tradicional. Actualmente la solidaridad, el trabajo en equipo, la creatividad, el manejo de los códigos expresivos, etc., son capacidades indispensables para el desempeño social en general.” (Tedesco, 1997 p.83.) 7 . Al llegar a este punto tendríamos que señalar que la formación para el trabajo se asemejaría a la formación para la ciudadanía en términos de las capacidades requeridas, pero hay que añadir que la ciudadanización incluye reflexividad, conocimiento, autoconciencia8, valores y propuestas. Son esos los contenidos del desempeño ciudadano y sustentarán el desempeño productivo. Así la formación ciudadana con sus compromisos de solidaridad, justicia, cohesión social penetra la formación para el trabajo, donde esta no será vista solo como capacitación o preparación para la realización de tareas en empresas (apenas para algunos ya que en el mercado no hay lugar para todos), pero contendrá elementos para emprender una participación ampliada en el mundo del trabajo que exceda la mera actividad profesional y contribuya a reconfigurarlo de manera mas justa. Como conclusión diríamos que el paso por una formación universitaria no está produciendo un tipo de profesional que en sus proyectos de vida laboral integra información actualizada sobre la realidad de su área de trabajo. En general se percibe que están muy atados a visiones de un ejercicio profesional prácticamente superadas en varios sectores. En ese sentido es pertinente señalar que la institución formadora se revela algo retrasada en la propuesta de formación profesional que mantiene y no se constituye en una agencia que promueva transformaciones convenientes en las expectativas de los estudiantes en correspondencia a lo que viene ocurriendo en el mercado de trabajo y en la estructura de las ocupaciones. 8 NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA 1 . Derek, Wynne, As culturas das cidades e os novos intermediarios culturais. Opinao Pública , abril v.IV, n.1, 1996. p.5 y 15. UNICAMP. Campinas 2 . Bordieu, Pierre, La esencia del neoliberalismo. Revista Colombiana de Educación, n.35, 1997, p.152. 3 . Mello, Guiomar Namo de, Ciudadania e Competitividad: desafios educacionais do terceiro milenio. Editora Cortez. S. Paulo. 1993. P.33. Sobre formas de integración ver Bordieu, (1997) p.153. 4 . Gray, John y Fernando Flores. La vida wired : el trabajo en el ocaso de las carreras. Nexos. junio 2000. México. 5 . “ Desde el momento en que la identidad se confería a un actor a cambio, podríamos decir de su ’ afiliación a un mundo’ (del trabajo o de los Estados), este podía proyectarse naturalmente en el porvenir, definir las vías y los medios de maximizar sus recursos materiales (salarios más altos para los trabajadores, ayuda económica creciente para los estados) o simbólicos (búsqueda de una posición social internacional. Para el actor social o internacional, no resultaba tan importante preguntarse lo que se era como interrogarse sobre la mejor manera de concretar sus expectativas. La valoración de la idea de proyecto no era, en aquellas condiciones, sino la proyección en el porvenir de una identidad aparentemente dominada. Laidi, Zaki, Un mundo sin sentido. Fondo de Cultura Económica. México. 1997. P.155. 6 . De la Garza, Enrique y Marcia Campillo, ¿Hacia donde va el trabajo humano? en Trabajo, enero-junio 1998. Centro de Análisis del Trabajo. CAT. p.48. 7 . Tedesco, Juan Carlos, Educación, Mercado y Ciudadania, Revista Colombiana de Educación, n.35. 1997 Bogotá.P.84 8 . Follari, Roberto, La Universidad ante el Desasosiego Cultural, Universidades, n.17, enero-junio, 1999 UDUAL. México. 9